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7. RESISTENCIA a . Qeadler, JC), * et ponte A analicdar, rides foo og ices Asipreduca Foe cobain F Advltos Deonte My: Ayton Rcala Sel soncepto de alianzaterapéutia eapitul 3) y algunos fapectos de Ia eransferencia (capitulo 4 y 8) v0 vinewton en teqidenciasinternas del pacienteque propenden ala prearevat mental Gamo concepto clinic, la resistencia surgié en los primeros intentos de Froud por suscitar reewerdos “elvidatoe” on ney bucintes histrieas, Antes dela ereacin de la chica pan palitica de la asociacicn libre, cuando Freud atin emrleala ta Ihipnosisy la técnica de la “presién sobre la frente” saimeebla a la resistencia como todo aquello que en elo, Peaks Se oPenta al afén del meédico por infuir en cl, Sega Freud, esta oposicion era el reflej, en el tratamienta, deen lia fuerza psfguica (..) habia eliminadooriginariamente de Ia ssociacionw la representaciin patdgena,y shora costae fm su retorno en el recuerdo. Por tanto, eno saber ens ‘stereos era en verdad un... no querer aber tte ere 19) ‘onscient,y la tares del terapeuta consistia en superar esa ‘esitenia ala aseiacn mediante wn abajo pearinn Entendia que Ia resistencia se presentaba no silo en la histeria o la neurosis obsesiva ilas “neurosis de defense”) sing también en otros estados patoligicos, oma los psicéicns, Al ‘elatar un easo de paranoia erinica 1896b) destaeé que pari de Is promisa de que en a paranoia, como en las ots dos ‘euros de defensa con que yo esta famlfaronde: ale, "inns pensamintos ineonscienes unos reeurrds copii ‘te. hams que en las, pian sr le kane ‘encin venciendo una cera resistencia, (~.) Lo peculon en ‘ae Is mayorin de las veces la paciente oia@ alunaba inte, ‘Doemene, emo sus voces, as indcaciones que provera te loinconscente En el examen que hace Freud de este easo se pone de ‘manifiesto que para él la diferencia entre Ins producciones del ‘siciticay las del neurdtico eran de forma mie que de conten, «Lo qui en el neurético puede sungir enma fantasia ven ap uetin, em el psiestico aparoce como creeneia (wéase mieainy tlistusidn de la transferencia psicitica en el eapitule 9), Fe 1900, Freud pudo afirmar que “tao la que interrumpe el pre reso del trabajo analitien es una resistencia” Consideraba que el motivo de esa resistencia eta In ame: rnaza de la activacion de ideas y afectos displacenterns. Se, {uv que Ins ideas reprimidas (que se resistinn a sor resort das) eran “todas ellas de naturaleza penosa, aptas para pre ‘ocar los afectos de Ia vergienza el reproche, el dalor power 0, la sensacién de un menoseaba” (1895d), No hubs ogc) concepto de resistencia ninguin cambio esencial cuendn el Psicoandlisis ingress en lo que hemos denominade eu sequn da fase (eapitulo 1) y se reconocis In importancia de los in pulsos y deseos internos (a diferencia ie las exporiencins benosas reales) en Ia causacién del eanfictoy la genesis en ilefensa. No obstante, comenai a cinsiterarse que In rect, tencia estaba dirigida no sélo contra la rememoracion de recuerdos displacenteras sino también contra el per fatamiento de impulsos inaceptables. En un articulo sbhre . 120 coarse Bsiconnalitic de Freud” (19040), que € mismo eseribis, enancia que Ia am td clase de pretentn) Freud avec oe Woe despras pigs repamidn pera inevonsdetigraciones de exo akimos pee a su ropreduccién Cuante maar co vasta es la desfiguracién, resistencia que se opone Fresistenca, tanta mas operaria exactamente 1900a),0 sea, su fina Simicntg aisccin que extraian lon pacientes desu al cual volveremos euparnos de la gratificacién obte ‘oy de la satistaccién de una neces ¥ experiencias reprimidos, en vex de recordarles, 0 sea que vwuelven a presentarse en el aqut y ahora de la situacién ani tica, En lo inconsciente, el surgimiento de estas transferen «as de figuras del pasado del paciente sobre el analista puede resultar extremadamente peligroso, Sobre esto, Freud omen 16 lo siguiente (19196) Quien haya recogido la impresén correcta sobre sémo et Analizado es expulsado de aus vinculosabjetivos com al meaice {an pronto cae hajo el imperin de wna Vasa resistence ferencial;cémo luego se arruga la ibertad de deseuider te regla fundamental del psicoandlsis, seg la eas! one teh ‘umunicar sin preva crtia tudo cuanto le venga la mente, emo lve las designs ean los que entroen el ralamienloy sito ahora le resultan indiferentes unos nexes lgioosy race Bamientos que paco antes le habrian heche la mayor yoore sin; esa persuna, devimon sentir la necesidad de explcnees auellaimpresién por otros factres (que) resulta, tambien ellos, de a situaciin psiclogicaen que la cura ha puesto al nado, FUBNTES Y VARIEDADES DE RESISTENCIA, Hacia 1912, en lo tocante a los origenes de la resistencia en Jos pacientes que estaban en tratamiento psicoanalitice, Froad habia establecido sélo una diferencia fundamental: la existon- te entre la resistencia de transferencia y la resistencia de re resin. Esta iltima era inherentea la estructura psiquica del individuo y se oponia al pereatamiento de sus impulsos y re ‘suerdos penosos opeligrosos. Las resistencias transferenciales pueden a la larga desaparecer y ser sustituidas por vineales Mectivos que refuerzan la alianza terapéutiea, mientras que las resistencias de represién han de coneebirse como una finer, 24 Interior siempre presente (aunque luctuante) que se opone 4 las finalidades perseguidas por el tratamiento, a tervera fase del psicoandliss, iniciada partir de la sHeoria estructural” de Ia psique tal como fue descrita en El yo 21 ello (Freud, 1923b),introdujo un cambio sustancial en ie ‘ocién de resistencia, En una importante obra posterior, [nhs 322 bicidn,sintoma y angustia (19268, Freud punpaliee que no s6lo las mociones instintivas. presentan pelignts para el yo, sino también el supery6 el mundo externa, Propuso entonces su segunda teoria de la angustia, considerada como una setal de peligro para el yo, y no, como originariamente él habia Pensado, una transformacisn de la libido resultante de la re. Presién de un impuso sexual, Segsin esta nueva teorta, la se. nal de peligro podia aprontar una aetividad defensiva en el yo, dando origen a su vez a una resistencia contra el andlisie, Freud estaba ya en condiciones de diferenciar cinco tipos y origenes principales de la resistencia (19264), 1) La resistencia de represidn, entendida como la manifes: tacion eliniea dela necesidad del individuo de defenderse con. tra los impulsos, recuerdos y sentimientos que, en caso de acceder a la coneiencia, provocarian un estado penoso o ame. ‘nazarian con provocarlo. Esta resistencia de represién puede asimismo coneebirse como un reflejo de Ia lamada “ganancia primaria” de la enfermedad neurétiea, frase que alude al be neficio que conlleva Ia resolucion de un conflict intrapsiguico pPenoso mediante la formscién de un sintoma neurética, Ea ‘e280 de que los mecanismos de defensa no puedan hacer frente al confito, se erea el sfotoma como una “formacién de dltima instancia’,tendiente a tramitarlo y a proteger al sujeto del pereatamiento consciente de su contenido paiquico deloroso, Durante el andisis, el proceso de Ia asociacin libre genera de continuo este peligro potencial, a rafz de las inctaciones que brinda a lo reprimido, Esto, a su vee, promueve la resistencia de represién, Cuanto mas cerca de la conciencia se encuentre 1 material reprimido, mayor ser la resistencia, y la tarea del Analista consiste en facilitar, mediante sus interpretaciones, el acceso de dichos contenidos a la conciencia de un modo que l paciente pueda soportar (capitulo 12). 2) La resistencia de transferencia, en esencia similar a la resistencia de represidn, pero dotada de la particular caracte- ristica de que refleja Ia lucha contra los impulsos infantles sunzidos, de manera directa o modificada, en la relacion con el analista (capitulo 4). La situacidn analitica reanima el mate "al reprimido otramitado de alin otra modo(p.¢},canaliza- 123 doen un sintoma neurético) bajo Ia fornia de una desfiguracién de la realidad, Esta reviveneia del pasado en la relacion pst coanalitica puede provocar Ia resistencia de transferencia, ‘También en este caso el analista debe ayudar eon sus inter: pretaciones a que surja en la conciencia el contenido de la transferencia de un modo tolerable. Las resistencias trans- ferenciales incluyen la coartacién eonsciente por el paciente ide pensamientos acerca del analista, asi como su rellejo en Ppensamientos transferenciales inconscientes contra los cus les se defiende, 43) La resistencia puede derivar del beneficio de la enférme- dad (beneficio secundario). Si bien en un primer moment el individun puede experimentar el sintoma como un "eter extraro” indeseable, a menudo se da un proceso de “asimila. cidn” del sintoma en la organizacign psiquica. El yo se com porta dix. * (1926d)— como si se guiara por esta cons deracion: el sintoma ya esta ahi y no puede ser eliminado; ahora se impone avenirse a esta situacion y sacarle la maxiena ventaja posible." Estos beneficios secundatios provenientes de tos sintomas nos son bien conocidos: son Ins ventajas y geati. enciones que nos produce el hecho de eacr enfermus y de ue tos demas nos euiden o compadezean, ola saistaccidn que nos ‘da descargar nuestros impulsos agresivas o vengativos en quie- nes se ven forzados a compartir nuestra padecimiento, La ga nancia secundaria puede derivar asimismo de la satisfaccron de una necesidad de eastigo ode tendencias masoquistas ccul tas. Ejemplos groseros serfan los de los pacientes won “neuro. sis de compensacin’,o los de aquellos individuos que enfer- ‘man por los beneficios sociales que ello les trae (¥. gr. si el subsidio por enfermedad supera lo que podrian ganar trabs Jando). Durante el tratamiento, esta forma particular de resis, tencia se manifiesta en la negativa inconsciente del paciente a Fenunciar a las ganancias secundarias de su enfermedad, 4) La resistencia del ello obedece a a resistencia que ofc. en los impulsos instintivos a todo cambio en su forma o mo dalidad de expresion. Sostuvo Freud (1926e) “Cabe imaginar ue las cosas no dejardn de oftecer dificultades si un proceso palsional que durante decenios ha andado por cierto camino Hebe de pronto marchar por uno nuevo que se le ha abierto™ . 124 Festa variedad de resistencia exige para ser eliminada la “elas Doraciin" (capitulo 10). A nuestro entender, puede considers, fe que esta resistencia al tratamiento es parte de la recite cia psiqaica mis general a enunciar a habitos y modaltaeday de conducta adquirids, a “desaprender lo aprendide’ Gre faceta de la “elaboracion” consstiria en la adquisieén de mon 2s pautas de funcionamiento y aprendizaje que inhiban s ae antiguas, mas arraigadas. Se supone que este proceso conse {ave una parte importante de la tarea analiticn En alguees {scritos psicoanalitico se ha atribuido la resistencia delolle g la “inercia", “adhesividad” o “viscosidad™ de la libido 5) La resistencia del superyi procede del sentimionty de culpa dela necesidad dl paciente de recibir um castigo Pace Freud era ésta la de mas dificil discernimiento y traritacde Por parte del analista; trasunta Ia presencia de un sentizncy to inconsciente de culpa (1923b) y da cuenta de a renecidn eg apariencia paradjiea, del paciente frente a eualguics semen el anslisis que represente la consumacidn de algun imeulog contra el que se ha defendido obedeciendo a las instigneonen de su propia conciencia moral. Asi, un individuo con faerie, ‘entimientos de culpa debidos, pr ejemplo, au anbelo de cen lho ms querido y de vencer asus hermanos, puede sexecen nar con resistencias ante cualquier cambio que amenace prs dlucit una situacion en In que nuevamente triunfe sobre fae {os rivales. 0 bien un sujeto com intensos sentimientos de culpa inconscientes provocados por sus deseos sexuales rese, Ralestar que, a la larga, resulta ser producto de esa culpa que le mucve a resistirse al anclisis, La forma mas intercede estas resistencias superyoicas se aprecian en la reacedn vey Péutica negativa, de Ia que nos oeuparemos en el capttula & Semin Freud, los fenémenos elinieos dela resistencia estas ban intimamente (aunque no exclusivamentelligades « tala la gama de mecanismos de defensa de los pacientes: ne ax Vineulaban especificamente a la represién, aunque a momade 125 temples el término “represin” como sindnimo de defensa, en Reneral. Los mecanismos de defensa surgen y se uilzan rag abordar situaciones de peligro (en especial, las que se rrinen, {arian si se permitiera la libre y franca expresidin de bos dea £08 inconscientes, sexuales o agresivos, en la conciencis pag om el agresor, la Forman reactiva, ce, Proud (a iments que "los mecanismos de defense frente a anders oir Sedesembocaeneste: quel curscin nismace one como un elgg nace Ya habia hecho referencia sutriormente al vineuo exige tente entree tpode resistencia que manifesta eo tate 2 le lodole desu organicacion defensvastyucinte fer eee lo, deserbié as particularesdstorsines queso ee Sion ire en el eas dels neuritic absent NY Be indicativas de certs aspectos dela picopatlora deh nines v0 (19264), eno findamental eran paral og ees ‘oponian aa labor anaes Fn 1996, Aun Freud, en ou ube Bl yoy fos mecanane a defers, subrayé que Tas resistencias pueden pron Zar sbundanteinfmocin aceres del funeionancene {ie del paciente. En la metida enue nella nets determinado de confine dafensas enlaces cone Basaron a ser entoncesobjtn del estudio picaralinns fe seenciay el andlisis de las resistencias equivaldog ol eciee de los aspectosdetensivos del paciente que pcan 4a Par del desenace paolo de sus enc Deter ‘andliss dela detensa" realizado a travesdel acai {esistencialegara a desemperar un papel cence in {$5 oo t€enica pstcoanalitia (A. Pred, 100sr Ob, 4255: Hartmann, 1951; Sandler y A. Frou, 1046) Roe ee tl anaes de ls suenon Gilman 11080) re desde cierto punto de vista tados ls aes son meen fansciente contra el cual el individu se dehende, te, Sempo, el sueto es “una ventana aberta tu ater 126 de otro modo resultaria inaccesible”. Gillmar? continda di ciendo que los suetios trasuntan las defensas caracteristicas de los pacientes para apartar de la conciencia el contenide piquico displacentero Reich puso de relieve en varias obras importantes (1928, 1928, 1983) que ciertos individuos desarrollan rasyes de e ‘eter fj como resultado de sus procesos defensives del pa sudo, y que e80s rasgos se revelan tanto en la personalidad ‘como en el proceso psiccanaltica, a manera de “actitues Jas" caracteristicas. A estas actitudes, Reich las englobs con el rhumbre de*coraza del eardcter"(Charakterpanzerung). Si bien Ssostuvo que las resistencias producidas por esos ranyos “jos ‘te la personalidad tenfan que ser en un eomienzo el foea deta Tabor anatitiea, Anna Freud (1996) opiné que solo debian pe nerse en primer plano del anslisis cuando no se detectaren thuetlas de un eonflcto presente que comprometiera al yo, las Dulsiones y afectos. Este punto de vista fue ampliads mae tarde por Sterba (1953). En 1987, Freud publieé su “Analisis terminable eintermi- able" (19376), donde examiné diversos factores que podian Jinstar el ito de la labor analitie. Ente ells se hallaban In ‘ntensidad eonstitucional de las pulsiones, que eontributen establecer en In personalidad del individuo la que él denomind ni “roca lida” inmoulficable, Otro era la imposibildad de acceder a conflictos Intentes que no apareefan revividos en la transferencia y por ende no eran analizables, Freud sugirid ademas que la movilidad 9 viscosidad de la libido, y exetes Fuentes de conflicto bioigicamente determinadas (p, ela nvidia del pene en Ia mujer y la pasividad constituetonal del Vardi), contribufan a la resistencia al eambio, Poco después, Deutsch (1939) propuso una triple casiica- cidn de las variedades de la resistencia: 1) las resistencias intelectunles 0 “intelectualizadoras”, 2) las resistencias transferenciales,y 3) las resistencias que surgen a ratz de la ‘nevesidad del paciente de defenderse contra la rememoracion dle material infantil, Examiiné por extenso el primer grupo, «omentando que Tos individuos que presentan estas resister cia inteleetuales procuran reemplazar el experienciar en el Analisis por una eomprensién intelectual. Estas resistencias 127 aparecen en sujetos muy intelectualizadas, en los neuritis obsesivos y en pacientes “con afectos bloqueados o perturba os, quienes, habiendo reprimido el aspecto afectivo de st vida, retuvieron el aspecto intelectual como tinico medio de expresion (,.) de su personalidad’. Pese al nexo estrecho que existe entre resistencia y defen sa, se ha destacado a menudo que no son sindnimos (renner, 1981; Gero, 1951; Laplanche y Pntalis, 1973; Lowenstein 1954; Lorand, 1958; Stone, 1973), Blum (1985) afirma aeertae damente: Eleonceptode.. __>smésamplioque el de resistencia, dado que este ultimo es una funcn del tratamiento que cabs significado a parti del proceso analitico, Habitualmente se considera eémo influye la resistencia en la asocacin libre nla coopera del paciente con la allanca terapeutica, pare tambien es posible defnirla y desebirla desde muchos ots unto de vista: la resistencia transferencaly Ia resistencia del superys, ln resistencia del elo, In reaccion terapéutca ‘ati, Tas tendanciag ala repeticiin y ala regres, cle En un sentido ampli, la defenenimpide la comprensién,y ‘ta permite tomar eoncienca de las operaciones defensive ‘qe opera como resistencia en el peso analtico, y prt Si las defensas son parte integral dela estructura psiquica ‘de los pacientes, la resistencia representa su tentativa de pro. tegerse contra las amenazas que impone el procedimiento ana Iitico a su equilibrio psiquico. Como sostiene Grenson (1967) “Las resistencias defienden el statu quo de la neurosis del enfermo, eponiéndose al analista, a la tarea analitica y al yo tazonable del paciente*, A jucio de Rangell (1985), puede con siderarse a la resistencia como un segundo estrato defensive activado por el yo cuando las defensas existentes resultan demasiado débites, Stone (1978) ha llamado Ia atencidn sobre otra faceta al sefalar que los fondmenos de la resistencia son en gram medida, sino ‘exclusivamente, de tendenciacontervadora ¥ autoprotctore, Davo que sus objetivos son por In comin jracianales en eva 128 ita enacts Peenclnent doadaras deen Xt aoe: El apc itn del yo pine fest ref el pine de vita sun ea Snulen ina ata een yu renadoes ene eae irene imple previamente reprint. ong na eee thi cara mayor vigor inrenistence tea gemenet Uitorata pcanatiepsteriora Bread ceaeeng a4 einen de resistencia ha prmanecde eno ae sind rer encima asenaren a 2° sepsitad ant Ios sens aus de vee {atale vio del aati, Inteosa deren a sane. dan nad sigue mr de nae sisimerabe de mode det, ys agar cere MS ice ressecis, que a menudo te argnonaneet eee nulurl: ns reson Iechode no eee distingo ha dado origen a Brandes confusiones, ya que la _ unt ategorta de "esiatncas er el prose [iterno de mayor resistencia (en el rimer sentido) : tts debe sordar causa de ete ane nay eae shes manstasones)Vate a pone ap ducan gue habitunlmente we coeider sonst re Sexton ana etn sn conn re ah (epee Feronesi, 1914; Khan, 1963), mines ade resulta aplcaraiferenciacin da ho Glover (195) entre ns esitencas eee ee ee Yor um ldo, y ls resistencia "ncetn’ rae nes 129 primeras incluyen la interrupeién del tratamiento, las tardan 2a8 oausencias reiteradas a las sesiones, el silencio persisten- te, el uso de circunloquios, el rechazo automatico o el male tendido ante todo cuanto dice el analista, la adopeién de una actitud de presunta ignorancia, la abstraccin camo modal ddad sistematiea del pensamiento o el quedarse dormido en la sesidn. Las resistencias menos amativas, mas diseretas, se isimulan detras de un aparente acatamiento a los requsitos ue impone la situacién analitca, Pueden manifestarse en la enineidencia con todo lo que dice el analista, en el aporte de ‘material (v. gr, suetios) en el cual, segin supone el paciente, el analista tiene particular interés, y en muchas otras formas Como sefiala Glover, “en general, la earacteristica de estas resistencias discretas es justamente que no dan lugar a esta Hidos, no quiebran superfieialmente la situacién analitiea ni la desbandan, sino que muis hien se infitran en ella, la im Dregnan o, para decirlo de otro modo, en lugar de ir contra la corriente se dejan llevar por ella como esos troncos semi- sumergidos que estorban el paso” Fenichel (1945ay ha distinguide las resistencias “ayudas” de las formas més encubiertas, que se manifiestan principal ‘mente en el hecho de que no se producen cambios en el pacien te, por mas que el trabajo psicoamalitico pareceria proseguir sin difcultades. Una importante difereneiacidn clinica (sabre todo en el contexto del denominado “andlisis del carder") es la que se ha establecido entre las resistencias acordes con el yoy las desacordes con el yo Dewald, 1980, Gill, 1988; Rei, 1933; Stone; 1973). Las segundas son aquellaw que el paciente siente que entorpecen la labor analitiea; alas aeurdes con el Yo, por el contrario, no las siente como resistencias sino como Feacciones apropiadas en dicha situacidn, Las expresiones “acorde con el yo" y “desacorde con el yo" son anteriores ala teoria estructural de Freud (1923b)y debe entendérselas como “acordes con la conciencia" y “desacordes ean la conciencia”, En fecha mas reciente, Stone (1972) y Dewald (1980) han abogado, con argumentos semejantes, por la diferenciaciin entre resistencias "técticas"y “estratégicas”. Dice Dewald: Las resistencias estratéyicas seran las operaciones pst 10 eas inconsiontes nuclear obicicas través dMas cues el pacente sie buscand stisicelonw las mociones log ales ifaniles ode su nites temprana ya sos retro ey Como las elesiones de abjeloy las operaciones parses sdaptativaso dfensvas. (Las eeistencs tdcine og uta de conducia intrapsiquica «interpersonal sepergace {as en diversas jerarguns de organiza media he neg Jes ln pacientes se defenden sont el preatamente conn stented las resistencia estratagces nuceare9 fe los son Mictos con que se entetejen.(.) Su comprensigny labors Gio en el proceso anaes es un modo importante denser al aniss dl yoy de conocer ss operaciones de imine ea came la firma general en que a presrva la ongannacen Psiguiacarateristica dl individu Si bien fda tentative de asicacén de as formas de resistencia ine le atralna de un eetice seadom Gjemoln ints pueden er umamnts sts nee een Soschin, 108; Frank, 10 Ci 198 Cina oh Tie 2977, Viana, 1814, 190) La geme de aes oe csr la reste ot problemen nfl yeas Ins proves vestige sus dnt an dhs en nme a eos near la moa dees resitonciny a finen que comple on tn Homes deca ado, Como inde Dewald 1980 tas manent essen sm psy may are esc dos de su andiisis". peeeneen ‘ Tin qe ata as nts dea resistence sna das pr Freud W926i) siguenornanin lee etnies Leni pecan, augue eo peo ampli nae cates alae deportes pstrores Esucslnane ne, moshacer continua, prs aviriamms de onal oes Categorias expestas se siperpnen en pan ee 1 Las resistencias resultantes del peligro que el procedi ‘miento psicoanalitcoy sus abjetivosrepresentan para les adap taciones particulares que ha hecho el paciente. En este con texto empleamos el concepto de “adaptacién” para referinos & Ja adaptacion del sujeto alas fuerzas provenientes tanto de st mismo como del mundo externo (Hartmann, 1939; Sandler y 131 Joffe, 1969), En esta categoria puede incluirse Ia resistencia de represién, caso esperifico de lo que podriamos llamar "re sistencia de la defensa”, ya que hay otras defensas, ademas de la represién, que pueden originar una resistencia. A su vez, es

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