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158 ESTUDIOS PREHISTORICOS. Asia Menor ¢ Italia, formadascon piedrasirregu- lares unidas con admirable precision sin uso de mezcla, fueron el punto culminante de este es- faerzo. La Transoxiana se dividia en varios recintos. Independientemente de la frontera de Baco que partia del Caspio para prolongarse entre el Sa- xartes y el Oxus, la Soghdiana y la Bactriana tenian sus murallas especiales. Genafonte hace mencion del gran muro de la Media, que tenia cincuenta pies de altura, y el Caucaso estaba igualmente cortado por diversas lfneas de forti- ficaciones. Habia el gran muro que separaba la Colquida de los Avares, al que los romanos, bue= nos jueces en la materia, llamaban muros va- lUidus. Otro situado 4 la entrada dela estepa, tenia por objeto detener las incursiones de los Scitas del Tanais; se extendia sobre toda la li- nea del Noroeste al Este, doblando la defensa natural formada por las grandes corrientes de agua de Kuban y Terek. Este baluarte era el que los Libyos, emboscadns en las cayernas de Nifata, estarian encargados de guardar. Los rusos han ocupado las mismas posiciones en el CAucaso. En el baluarte de la Bactriana se abria un puerto y otro en la Media. El de Derbend que existe aun, fué el mas célebre, habiendo estado siempre los imperios del Sud interesados en su conservacion. Sobre las piedras del fuerte estan gravados caractéres cuneiformes de los que los armenios llaman ecusari. _ MOREAU BE JONNES. me Leyendo el Avesta se apercibe que los padres dé la nacion iraniena han debido recidir largo tiempo en las riberas del Araxes, en la region llamada hoy Azerdibjan 6 Ghilan. Parece que el verdadero teatro de los combate entre Ormuzd y Ahriman fué el Caucaso meridional. Cerca deb paso de Derbend velaban los Darvans génios ne- gros, guardianes de la puerta, 4 los que los Ams- chaspands libraban continuas batallas. Phtah, el dios enano de Menfis es un Cabiro; tiene en sas manos el martillo y la escuadra. Sunombre, como el similar hebreo significa en gerogiifico el gue obra. Phtah no tiene nada de la raza egipcia y representa sin duda una fami- lia asidtica. Vasallo de los regentes de la Col- quida, velaba 4 la puerta del Norte. - Los mitégrafos refleren que Vuleano habién- dose casado con la ninfa Cabira, hija de Proteo, eldios-pez, que se decia ser egipcio dé orfgen, engendré los seis Cabiros; Strabon los llama los ministros de Hecate, 4 los que se daba el epiteto de Anak tes. Los poemas de la India hacen mencion con frecuencia de los ocho Lokapala dioses guardia- nes que velaban por la conservacion del imperio de Vischnou. Eran bellos y poderosos, y dispuestos siempre 4 defender 4 los hombres contra los Dityas, mal-— hechores que les perseguian. El lindo poema de Nala los muestra reunidos en consejo para de- terminar 4 quien pertenecer4 una jéven prince- ~~ 160 ESTUDIOS PREHISTORICOS. ‘ sa de incomparable hermosura; cada uno de ellos est dispuesto 4 apropiarse esta maravilla, cuan- do saben que el principe Nala est4 prendado de ella. Nala es casi tan hermoso como su Dios; los Lokapala se inclinan ante su mérito y convienen en unir.4 los dos jévenes. Las imagenes de los Cabiros tienen ordina- riamente una Ilave en la mano. Se ha pregunta- do con frecuencia qué significa un instrumento extrafio que todos los Faraones tienen en la mano, as{ como los dioses, y podria ser una llave emblema de las funciones de guardian de las puertas del mundo egipcio. Nada indica con efecto, mejor al duefio de la casa que el tener la llave en la mano. ‘ Despues de Hephasitos los principales Cabiros fueron Demeter 6 Ceres, Persephona 4 Proser- pina y Hades 6 Pluton, qué mandaban sobre toda fa Ifnea del Norte. Vulcano reinaba_sobre los Libyos de los montes Ripheos, Pluton sobre los Khemiri 6 Cimerianos y Keres sobre los Scitas del Quersonero. Habria tres Cabiros hombres y tres mujeres, 6en otros términos, tres gefes etio- pes y tres reinas Scitas. : El traje que levan los Cabiros en las efigies que los representan, revelan un pais frio 6 poco templado. Anchos calzones, blusa apretada al cuerpo por el cinturon de cuero que los Galos y Germanos han conservado y el gorro frigio de piel comun 4 Persas y Celtas que llamaron felts de donde viene fieltro. MOREAU DE JONNES. 161 Hecate, personificacion cushita de Isis egipcia, y de la Diana tatrica, figuraba en primera If{nea entre las Cabiras, Diodoro cuenta que este fué elnombre de unareina de Colquida, famosa por sus conocimientos m4gicos y madre de Circe y de Medea. Hecate figuraba ante las puertas de las ‘casas coronada de encina con los brazos enlaza- dos por serpientes y teniendo en su mano una lave, una lanza y cuerdas. Asi representada, la llamaban Filax, guardiana. Orfeo da 4 Diana el sobrenombre de Aleésin, que cierra. El dios Pan, el mds antiguo de los Cabiros, guardaba los Ifmites de los campos. Hérmes 6 Mercurio, estaba colocado de centinela en las ex- tremidades de los caminos y en las encrucijadas. Entre los Pelasgos italianos, el primer dios guar- dian fué Jano, de -habian aprendido’ el- usé ‘dé caballo y del’ hierro: El padre’ de * sit’ raza; KaweUkko; es Namado* en‘ los Runas el forjailoy teri. ER2 te*nombre *UKko;-evidentemente’ el’ mismo que’ el-término gerogitfivo’' Auk, que’ seein Manét- "hon; significa rey) nd" daja° dada’ sobte ‘el’ ha: ‘cho’ de qne'laypequefia raza 'finéza, como la grat’ Taza Sciticay madre dé las" naciones germana’ y celta; estuvo sometida'en’su origen 4los’so- beranos egipcios y etiopes' dela’ Colquida! Se~ Tia! una investigacion’ etnoldgica® interesante la que'se destinase : 4° averiguar hasta’ qué punto’ entré el’ cruzamiento etidpico con'la’raza Tinn 6 Tenn’ en la‘ composicion ‘de las“ poblacionés' asidticas del “Mediodia, especialmente dé’ la fa2 milia® fenicia; mas este trabajo’nos alejaria de® masiado de’ nuestro propdésito. Nés bastar4 ob- Servar que la tradicion primitiva dél oro sé mez- cla 4 todos los recuerdos primitivos de los pue- blos' del. Asia y de Europa: Por todas partes* Sevencuentra un ‘principe habil forjador y un pueblo de gigantes 6 de gnomos condenado por Una raza superior 4 vivir bajo tierra, ocupa- dos ‘en removerla para arrancar sus riquezas, Por todas partes’ el simbolo’ egipcio y etid- Pico de la serpiente; ena él cargo de guardian de los tesoros. Entre los’ griegos guarda el ar- bol de frutos de oro de las Hespesides, y el Vellosino de oro de Colcos. En las leyendas del Rhin la serpiente Offnir se enrosca sobré el te- 176 ESTUDIOS PREHISTORICOS. soro de los Niebelungen y le defiende contra Sigund, el Hércules y el Jason de los germanos. En resamen, las fabulas cosmogénicas, las teogonias y genealogias, porque debutan las tra- diciones, estén de acuerdo sobre la existencia de un pueblo de seres superiores 4 los hom- bres, que viven no obstante en comunicacion con estos y de les cuales les sirven unos de guias y protectores mientras otros son sus ene- migos. Semejante corrupcion no ha podido pro- ducirse en el espfritu sencillo de las poblacio- nes primitivas sin algun fundamento. El hom- bre salvaje es inclinado 4 reconocer wn supe- rior en el hombre civilizado y 4atribuir 4 las invenciones de este una causa y un alcance so- brenaturales. Ayudando el charlatanismo 4 la credulidad, fué facil 4 los sacerdotes egipcios obtener una adoracion supersticiosa de las po- blaciones Sciticas. Considerados de esta manera los dioses de las edades primitivas, no seran sino los gefes de las nomas egipcias y cushitas vistos 4 tra- vés del prisma de aumento de la veneracion y el temor. Lus justos y bienhechores son los Coftos, primeros instituidores de esa noble fa- milia arya, de que admiraban la belleza, la fuerza y la inteligencia; los malditos y los per- seguidores son los Etiopes, celosos de la raza rival que veian engrandecerse rapidamente, au- mentar su poder y sobrepujarlos en el camino de la civilizacion. MOREAU DE JONNES. 17 Estas impresiones y estos recuerdos, reco- gidos y consagrados por los colegios sacerdo- tales, recibieron, durante el largo curso de los siglos, una forma diferente del génio particu- lar de cada pueblo. Los que rigieron las so- ciedades primitivas, son entre los Griegos, sdbios y héroes; los egipcios los hacen astrénomos y escritores, los Indios santos y cenobitas llenos de piedad; los Hebreos consagrados 4 la vida pastoral, los hacen patriarcas y gefes de tribus; y el misticismo de los magos de la Persia los trasforma finalmente, en personificaciones del bien y del mal. 7 Iz 178 ESTUDIOS PREHISTORICOS. CAPITULO VII. Pelasgos y helenos- Una Atenas antidiluviana. 18 Leemos en Herodoto este pasage significati- yo: «Los Pelasgos aprendieron de los Libyos & sacrificar al dios Neptuno.» (1) Estas palabras dan lugar 4 mas de una reflexion. Vemos, con efecto, en la cronologia de Manethon, que los Libyos estaban sometidos 4 los Egipcios desde ja segunda dinastia, gNo debe, pues, conside- rarse estrafio que los Libyos cuyo pais era un anejo del Egipto, trasmitieran este culto 4 los ——— (1) Herod, 1, 11.50, MOREAU DE JONNES. 179 Pelasgos sin participacion de sus Sefiores, para Jos cuales ha sido siempre desconocido Neptuno? Esta comunicacion no puede haber tenido lugar, sino por las relaciones frecuentes que se establecieran en la Scitia entre les Libyos y los-indigenas, durante los siglos que siguieron 4 la formacion de la Colonia. Por confesion de todos los autores dela. antigttedad, la influen- cia egipeia penetré profundamente las socieda- des peldsgicas desde su origen. Diodoro afirma que los egipcios se vanaglo- . Tiaban de que los Atenienses fueran hijos de una colonia de Sais yhubiesen estado someti- dos largo tiempo 4 principes egipcios; Erectheo fué uno de ellos y los griegos le debieron el conocimiento de los misterios de Eleusis, Los Atenienses tenian como los egipcios la costum- bre de jurar por Isis. (1) - Los pelasgos, dice Herodoto, aprendieron de les egipcios los nombres de los: doce ‘grandes dioses y los dos pueblos reconocen la identi- dad de la mayor parte de las divinidades que reverencian: Pan se llama Khem en Egipto; Vulcano 6. Hefasitos es el mismo Pthat; Her- mes se identifica con Thot; Demeter 6 Ceres con Isis; Apolo con Horo, Minerva con Neith, Diana Hecate con Isis Hekte, Baco con Osiris, ete. Las dos naciones honraban con el mismo cul- (1): Diod.1. 1.8, 1. 480 ESTUDIOS PREHISTORIOOS. to &@ 1403 Cabiros, e308 dioses misteriososde los primeros. tiempos. Por una contradiccion sin- gular, los dioses nacionales de los Helenos, Apo- Yo, Diana, Jano, Geres, Venus, los representan Yos ‘poetas, tubios. Minerva tenia los ojos 'azu- Yes, y el color rubio predominaba entre los grie- gos antiguos, sobre todoentre los Dorios. Na- da por otra parte més diferente de la teogo- aia simbélica yacompasada de los egipeios, que la mitologia libre y vivaz de los Griegos. Bs- +o ‘hace renunciar 4 la jdea de un origen egip- eio esclusivo; la etnologia se opone abierta- mente 4 ello. s&s admisible que los Coftos de ez de Jadrillo échocolate que os muestran las pinturas de hace cuatro y cinco mil afiosy aun- que son tan parecidos 4 los Coftosde nuestros dias, tres siglos despues de la llegadaal Pelo- poneso del egipcio Danao, pudieran haberse con- wertido en ‘los blondos helenos que nos descri- ‘be ‘Homero en su Hliada? Pero todo se consilia desde el momento en que se reconoce la mezcla de dos razas’sobre un pais en que la raza blanca era indigena y jas razas Troja y negra adventicias. Su union pudo modificar los rasgos y el.color. Los que han sido testigos en América y Africa de las trasformaciones graduales y casi regulares pro~ ducidas por el cruzamiento de las razas ro- ja, negra y blanca, se daran cuenta mejor que nadie de los efectos de la mezcla prolongada de los colonos africanos con lo Seftas en las MOREAU DE JONNES. 18st Tiberas del Ponto Euxino. Esta mezcla de- bia haberse verificado ya de mucho tiempo cuan- do las’ emigraciones pel4sgicas pasaron del Asia 4 Grecia y al resto del Occidente. Los primeros Libyos que tuvieron mugeres blancas engendraron la raza etidpica, el Co- rosch de la Escritura y de la inscripciones de Egipto. De estos nacieron los Pelasgos, cuyas: tribus mds antiguas tuvieron la piel rogiza que caracteriza al mulato: estos fueron los herma- ~ nos de los que los asidticos llamaron Erythreos,, Fenicios, Himyaritas y Edomitas, denominacio-~ nes que en los diferentes idiomas tienen el sen- tido de rojos. A consecuencia de cruzamientos multiples en que la muger Scita dotada del atractivode la suprema belleza aparece como la generatriz universal, levando en su robusto seno 4 la hu- manidad nueva, nace en fin la familia hele- na. Numerosas despues las naciones, no se unian ya sino entre sf, alejdndose por orgullo aris- tocratico 6 por prescripciones religiosas de las alianzas extrangeras. Los tipos variados de las familias asiftica y europea se fijaron enton- ces, y salvo los accidentes de atavismo, toma- Tron definitivamente los caractéres que los dis- tinguen hey. No habiendo apercibido netamente estos-efec- tos de los cruzamientos, se han visto condu- cidos 4 interpretaciories errédneas escritores de gran mérito. Cuando Justina dice que el scitis- 182 ESTUDIOS PREHISTORICOS. mo reindéd durante quinientos aiios en Asia, no- ~ quiere decir que los scitas birbaros del Euxi- no y del Caspio subyugaran las poderosas na~ ciones de Babilonia y Siria; sino comprende ba- jo esta denominacion 4 los pueblos derivados de los Scitas, aunque profundamente modifica- dos por la’ inmixtion etidpica, los cuales rei- naron en diversas partes del Asia bajo los nom- bres de Medos, Asirios, Persas y Arameos. El etnologista inglés Pinkerton, establecié al principio del siglo, ayudado de una gran ma- sa. de autoridades, que todas las naciones de la antigttedad habia sido de origen scitico. No Je faltaba razon; pero el hecho capital de los cruzamientos sele escapd y sus deducciones tu- vieron que ser por consecuencia errdneas. El movimiento r4pido y fecundo de alian- zas, entre colonos 6 indigenas desde el prin- cipio del establecimiento de egipcios en el Pa- lus Meotides, supone una tutela equitativa y pienhechora por parte de los gefes que toma- ron la direccion delas tribus. La memoria de este periodo de paz y concordia quedé profun- damente grabada en los recuerdos de la anti- gtiedad y ha atravesado los siglos impregna- da de un encanto que ha crecido con la triste comparacion de las divisiones y guerras poste- * piores. Los mitégrafos que bajo el velo de la fébula no han hecho las mas de las veces otra cosa que registrar la tradicion, llamaron 4 es- te tiempo la edad de oro. Auros en griego an- MOREAU DE JONNES. 183 - tiguo, es aour, Solen las lenguas de Oriente. La edad de oro no es otra cosa que el reina- _4o del Sol y de los hijos del Sol. Lo que aca- ba de demostrarlo es que decia tambien que fué el reinado de Rhea, hija de Coelus, y Rhe 6 Rha significa en geroglifico Sol. Arriano vid en la embocadara del Taso una antigua estitua representando 4 la diosa Rhea coronada y rodeada de atributos simbdlicos. Asi bajo la apariencia de la divinidad peldsgica, honraria la antigtiedad 4 aquella tierra de Egip-. to madre y profesora de la humanidad. Los Atenienses se titulaban Pelasgos Cra- naenos. Puesto que segun Platon descendian de una de las tribus escapadas del desastre de la Atlantida, debe seguirse de aqui que sus pa- 4res habitaban entonces la Taurida con otros pueblos de su raza en una parte del pais que sufriria mucho por Ja irrupcion de las aguas que causé la submercion de la isla. Uno de los mas doctos Padres de la Iglesia, Eusebio de Ce- s4rea, pone este punto fuera de discucion por Ja cita que toma de un autor cuyos escritos se han perdido para nosotros. «Los antepasados delos Atensiense, dice, fueron objeto de la cé- lera divina que los castigé con un diluvio ter- rible acompafiade de tempestad y de granisos. Formaban parte enténces con otros pueblos de una colonia egipcia.» (1) El autor que indica- (1) Euseb, «Praeparati evangélica» 1, X. 10, 184 ESTUDIOS: PREHISTORICOS. | mos és Teopempo, que se expresé de este mov do en un tratado titulado de Tricareno. Esta apelacion es precisamente la que el Peleofa+ to d4 4 la isla en que reinaba Geryon, 4 la que Hata Herodoto, por su parte, Erythia, colocan= dola mas alld del Ponto-Euxino cerca de las Columnas dé Hérculess Ya hemos expresado que no podia ser otra que la Taurida antigua é'is- la de Kestch. Erastotenes aplica 4 Erythia los. epitetes de Borena y Zefisiena. En efecto, los gedgrafos: antiguos colocan sobre la costa que‘ borda el Bésforo; una ciudad de Zefiriuno y ak medio dia un cabo Borewm hoy de Ak-Bo- rourri. (1) He Uw dia, dice Platon,conversandd sobre an= tigliedad con los sacerdotes de Sais, se puso Som lon 4 contarles' lo que sabemos de mas anti~ guo; Foroneo, Niobe, el diluvio de Deucaliony su posteridad, suponiendo el namero de afios y tratando de fijar las épocds de los acontedi-’ mientos: Uno dé los sacerdotes més ancianios le dijo:+Solon, vosotros los’ griegos sois muy jé¥ Yenes, no posesis ninguna tradicion antigua ni ciendia venerable por su antigtedad. Y ved le (2) Strab. 111. 148—Arvinit,«Poriplo del Euiinos: MOREAU DE JONNES. 185° razon: el género humano: ha sufrido y sufri~ r& aun grandes destrucciones por él fuego y- el agua y otros menores’ por mil causas’ dis- tintas. ‘Vosotros, griegos, no hablais: m4s que: de un: diluvio aunque haya habido otros varios: antes que él; y dela més bella y nids valien~ te de las razas que han existido, no haceis nun~ ca mencion, aunque ti mismo y tus compatrio~' tas, traeis vuestro origen de una de las fami~' lias de esta raza escapada al‘ desastre comun. Ignorais todo esto’ por que los que sobrevivie ron y sus descendientes, permanecieron largo: tiempo sin tener conocimiento de las Jetras.: En otro tiempo, antes de la gran destruccion operada por el Diluvio, laciudadde Atenas so- bresalia en la guerra y era renombrada por la ‘perfeccion de las. leyes. La fabula helénica confirma singularmente: estas palabras de los sdbios de Egipto. Cuen~ ta, que las siete Atlintidas, eran ninfas’ sdbias! que desposaron con los héroes, y que dieron origen 4 las principales naciones de la Grecia y aun 4 pueblos barbaros. Se'las honraba tam: bien entre los astros con el nombre de Pleya~:. des, 6 sacerdotisas. El ,término hebréico que nosotros traduci+ mos por diluvio, tiene, segum Mr. Cahen, no so- lamente el sentido de trastorno por las aguas, sino por la nieve y él fuego. ES muy probable que el cataclismo en que perecié la Atlantida, Se contase: entre los dituvios de qué conserva- 186 ESTUDIOS’ PREHISTORICOS. ron recuerdo los pueblos originarios de las ri- veras del Euxino. Seria, segun grandes proba- pilidades, el mismo diluvio que el de Ogiges, el mas antiguo de que tenian conocimiento los griegos, y este mismo nombre seria indicio de antigtedad muy remota, porque remontaria 4 épocas en que la lengua griega no estaria for- mada. En la lengua‘del Edda, 4 que Haman Nor- rena los fildlogos y que debidé ser un compues- to barbaro de los idiomas primitivos de la Sci- tia, gygur significa crater ignivomis, expresion que recuerda en términos precisos la causa de la catastrofe. t Ogiges fué, segun la fabula, un hijo de Neptu- no, es decir, un yasallo del principe soberano de Jas islas Atlantidas, que gobernaba en Atenas cuando tuvo lugar un desbordamiento que de- basté el Akté. Casé con Thebe, hija de Jupiter, de la cual tuvo dos hijas Aoulis y Telsinia (los Eolios y los Tehkinos, dos pueblos pelasgos), ¥ dos hijos, Cadmo y Eleurino, que representan la rama fenicia y cushita. La inmixtion de la fa- milia Scita con los Egipcios de Amenon, esté cla- ramente indicada por estas denominaciones sim- bélicas. Ogiges era wa gigante, lo que indica per- fectamente la radical germana gwg 4 Ja que corresponde el gigas griego y latino y el God y Magog de los Persas y los Arabes, con cuyos ter- minos se designaban colectivamente las tribus barbaras del Céucaso. Con presencia de las pruebas que preceden, nO MOREAU DE JONNES. ~ 187 debe vacilarse en asimilar el diluvio de Ogiges - con el cataclismo que hizo desaparecer la Atlan- tida y con la grande inundacion, que segun Stra-. bon y Pausanias, arruinéd una ciudad Mamada Atenas. — i Si ha de creerse 4 Platon, Atenas fué edificada mil afios antes que Sats, ciudad del delta egipcio llamada antes Isan cuya construccion se atribu- ye 4 los Pastore’ cuando se hicieron dueiios del bajo Egipto. Segun el Génesis, Isan precedié en cinco afios 4 la construccion de Hebron por Abra- han. La invacion de los Pastores remonta 4 vein- te siglos antes de nuestra era; Atenas existia pues, tres mil afios antes de esta época. Ya se comprende con esto que'no se trata de la Atenas del Peloponeso, queno aparece en la historia sino quince siglos antes de J. C. Strabon asegura igualmente que hubo una Atenas anterior al diluvio. «Cerca del rio Triton, dice, existian en los tiempos en que Cecrops rei- naba sobre los Beocios, tres ciudades; Atenas, Eleusina y Ogygia que fueron destruidas por las aguas. (1)> Pausanias afirma el mismo hecho, aunque no habla m4s que de Atenas y de Hleuris y atribu- ye sudestruccion 4 un desbordamiento del lago Copais en Fécida 6 en Beocia. (2) Guillermo de Humboldt ha sido el primero que (1) Strab. 1. IX 407, » (2) Paus. 1, 1X ¢-XXIv. 18s ESTUDIOS PREHISTORICOS. ha hecho notar la costumbre que tenian los pue~ blos antiguos de imtponer las mismas denomina- cioneés 4 las localidades de los diversos paises en que sé establecian, que solian ser sus propios nombres, los de las tribus 6 las familias de que se componia la nacion, que dejaba por todas par- tes por donde iban, en las cittdades, los rios y las montaiias. Esta misma costumbre la hallamos en los Estados-Unidos actualmente y en toda América ha existido desde el descubrimiento. Nada tiene pues de extrafio el encontrar una y hasta varias Atenas en Crimea 6 en el CAucaso. Cuando los de otras colonias venian 4 unirse 4 la primera, les parecia al encontrar nombres fa~ miliares 4 sus abuelos, que no habian abandona- do el pais natal. La confacion producida por la existencia de dos lugares diferentes del mismo nombre que ninguna tradicion escrita distinguia, vino 4 producir para los Griegos el resultado dé que despues de unas cuantas generaciones, sé creyeron originarios de los territorios que habi- taban. ; Las tradiciones refieren que 4 consecuencia del diluvio de Ogiges hubo un gran movimiento de emigracion entre las poblaciones. A esta época debe hacerse remontar la dispersion de los pri~ meros pelasgos y su establecimiento en el Pelo- poneso, islas del Archipiélago y tierras del Asia Menor. Los Lybios, dice Diodoro, pasaron al Asia Menor, siete generaciones antes del diluvio de Deucalion, 6 sea 233 afios. Segun algunos auto- MOREAU DE JONNES. 189 res hubo un intérvalo de 248 ajios entre los dos diluvios. Siendo el de Deucalion el mismo que el de Noé, y fijando los autores sagrados su data generalmente hacia el afio 2328 antesde nuestra era, hay que suponer que el diluvio de Ogyges se Verificd 2576. Fué, pues, durante el periodo que trascurrié entre la fundacion de la colonia Egipcia 4 las ri- beras del Bésforo cimeriano y el cataclismo que destruy6 las islas Atldntidas, cuando la tribu ateniense, nacida del enlace de los colonos africa- nos con la raza blanca indigena, se enconird sometida 4 la dominacion de los regentes egip- cios. Platon lo atestigua, cuando dice, que lossa- cerdotes de Sais mezclaban con frecuencia.en la historia dela Atlantida los nombres de Kekrops, _ de Erichtonios, de Eresichton, »primeros princi- pes de los Atenienses. _ Estas indicaciones, bastante precisas, nos permiten reconstituir el estado antiguo. La me- nos grande de las dos islas de que se compone hoy la Crimea, se une 4 la tierra principal por un istmo de cuatro 6 cinco leguas de ancho; este istmo estd formado de tierras de aluvion muy bajas y se reconoce sin dificultad que en tiempos remotos debia haber allf un brazo de mar que haria comunicar la mar Patrida con la bahia de Caffa, cuya situacion corresponde perfecta- mente 4 la que describe Pomponio. Este rio dejd de existir, como dice Piodoro, cuando la grande isla que ocupaba la mitad del mar de Azof des- aparecié de su superficie. Las tierras despren- didas fueron arrastradas al canal que se convir- tid en pantano, elcual con el tiempo se ha dese- ¢ado y hecho un terreno sdlido. Mela, que vivia en tiempo del emperador (1) «De situs orbis,» I. v7. 196 ESTUDIOS PREHISTORICOS. Claudio, creyendo describir una porcioa del globo existente, rehacia en realidad unestado de co- gas desaparecido hacfa veinte y cinco siglos. Su descripcion del mundo no es frecuentemente mas que una compilacion de escritos anteriores en que figuran las tradiciones m4s antiguas. Bajo este punto de vista es de las mds interesantes. Resulta de la posicion del brazo de mar Na- mado rio Triton, que si la Atenas tatirica estaba pedxima 4 él, no pudo ser la Sebasta de Kekrops situada mucho mds al Oeste en la Crimea, Para que hnbiera sido destruida por la irrupcion de lag. aguas, era necesario que no se hallase lejos del canal de comunicacion entre el Euxino y- el mar de Azoft; hay que circunscribirse por tanto 4 buscarla entre las localidades adyacentes. . Al Sud, sobre el mar Negro, 4 poca, distancia de la entrada del Bésforo, se abre la magnifica bahia de Caffa, llamada asf por la ciudad que se alza en el fondo del golfo. Los antiguos. la lla- maron Teodosia; pero los turcos y la gente del pais, le han devuelto su primitivo nombre que como la Caffa de Palestina, revela unorigen egip- cio (cupha, copthos.) : Plinio ha dicho de una ciudad de Caffa, que era més antigua que el diluvio: Caffa anti- quior inundatione terrarum. Esta observacion no podia aplicarse al puerto de Palestina que parece ser demasiado moderno para ello, yno pue~ de por tanto acomodarse sino 4 la Caffa del mar Negro. Los rabinos pretenden que Noé vivia

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