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anto, situ hermano peca contra ti, ve y reprende- tando ni y cl solos; si te oyere, has ganado a tu ano, Mas si no te oyere, toma aun contigo a uno , para que en boca de dos o tres testigos conste to- alabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y overe a la iglesia, tenle par gentil vy publicano. De a os digo que todo lo que atéis en la tierra, sera aenel cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, se- ‘satado en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de ros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de juiera cosa que pidieren, les sera hecho par mi Pa- ue esta en los cielos. Porque donde esidn dos o tres regados en mi nombre, alli estoy vo en media de (Mateo 18: 15-20). te pasaje biblico puede dividirse en dos partes: los rsiculos 15-17 forman una parte; los versiculos 18-20 rman otra. Al estudiar cuidadosamente las dos partes, demos ver la relacion que hay entre ellas. Los versi- los 15-17 se refieren a un caso especifico, en tanto El Tae TQ Wea En los versiculos 19-1/, ¢L Senor Jesus nos ace COTO tratar a un hermano que peca contra otro: primero debe ir el ofendido y persuadirlo, Si no oye, debe tomar uno o dos testigos y volver a hablarle. Si aun asi se niega a otr, entonces debe decirlo a la iglesia. Y si no oye a la iglesia, debe tenerlo como gentil y publicano. Ahora bien, des- pués que el Senor Jesus menciona este case, continua di- ciendo: “De cierto os digo...” Lo que El quiere decir es que hay una razon pat la cual se debe actuar de este mo- do; es decir, porque existe una tremenda relacion o prin- cipio envuelto en todo esto. Por eso decimos que los ver- siculos 18-20 constituyen la base de los versiculos 15-17. A LTERRA GOBIERNA AL CIELO Je cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, sera ado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, sera de- tado en el cielo”. ;Qué es caracteristico en este versicu- ? Su punto peculiar es que la accion de la tierra prece- :a la accion del cielo. No es que el cielo ata primero, ao la Tierra, no es que el cielo desata primero, sino la erra. Puesto que la Tierra ya ha atado, el cielo también ara, puesto que la Tierra ya ha desatado, el cielo tam- én desatara. La accion del cielo esta gobernada por la cion de la Tierra. Todo lo que contradice a Dios nece- a ser atado, y todo lo que esta de acuerdo con Dios ne- sita ser desatado. Cualquiera que sea el asunto que ha- de ser atado o desatado, la acci6n de atar o desatar mienza en la Tierra. La accion de la Tierra precede a la licemos algunos ejemplos del Antiguo Testamento pa- lustrar como la Tierra gobierna al cielo, Cuando Moi- en la cumbre del collado, alzaba la mano, Israel pre- ‘cia; pero cuando bajaba la mano, Amalec prevalecia Exodo 17: 19-11), éQuién decidia la victoria o la de- a de la batalla que se libraba al pie del collado? ;Era cel aie la determinaha a era Maicde? Aviad onnac al Moisés. En el cielo, Dios quiere que los hijos de Israel g nen; sin embargo, en la tierra, si Moisés no sostiene ! mano arriba, Israel sera derrotado; pero si la sostiene, | “Asi ha dicho fenovd et Senor: Aun sere solticitado por tas sa de Israel, para hacerles esto; multiplicaré los homb como se multiplican los rebanos” (Ezequiel 36:37). D tiene el proposito de aumentar el numero de la casa Israel como se multiplican los rebatios, Los que no cot cen a Dios diran que si El quiere multiplicar la casa Israel como un rebaho, ;por qué simplemente no la m tiplica, pues quién puede oponerse a E1? Pero aqui tel mos el principio que Dios declara: que si la casa de Isr le solicita que haga eso, lo hara para ellos. El princi] es inequivoco: Dios tiene un propésito ya determinac pero El no lo llevard a cabo inmediatamente, hasta c se lo pida la casa de Israel. F1 quiere que la Tierra § bierne al cielo. guntadme de las cosas por venir, mandadme acerca de mi hijos, y acerca de la obra de mis manos” (Isaias 45:11). Es aes una declaracién sumamente asombrosa. os sorprendemos? Con respecto a sus hijos y a su ra, Dios dice: “Mandadme”. La gente no se atreve a ynunciar esta palabra: “mancdadme”, porque ;como ede un hombre jamas mandar a Dios? Todos los que conocen comprenden que ninguna palabra presun- sa clebe pronunciarse jamas delante de Dios. Sin em- go, El mismo nos ofrece su palabra: “Mandadme acer- de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos”. oO no es otra Cosa sino que Dios concede que la Tierra vierne al cielo 1) PFRONUNCIAR LA VOLUNTAD DE DIOS “... todo lo que atéis en la tierra, serd atado en el cielc todo lo que desatéis en la tierra, sera desatado en el cie (versiculo 18). ;A quienes se refieren los verbos “até y “desatéis”, que estan en la segunda persona del p ral? A la Iglesia, pues en el versiculo anterior el Set menciona a la Iglesia. De manera que esto es una cc tinuacion del versiculo 17. Por tanto, el significado versiculo 18, que estamos consideranda, es el siguis te: cualquier cosa que vosotros la Iglesia atéis, sera a da en el cielo, y cualquier cosa que vosotros la [gle desateéis en la Tierra, sera desatada en el cielo. 2) ARMONIA EN EL EspiRITU SANTO Hemos visto que la Iglesia de Cristo debe atar lo c Dios quiere atar, y desatar lo que Dios quiere desal sin embargo, gcomo debe la Iglesia realmente atar y satar? “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusie de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pic ren, les sera hecho par mi Padre que esta en los ciel, (versiculo 19). El versiculo anterior hace hincapié t: to en la Tierra como en el cielo, y este versiculo ta bien. El versiculo 18 se refiere a que el cielo ata o de ta lo que la tierra ate 0 desate; pero lo mismo dice etd bo, YL aa EU te Pau LIES Lidl 1 la Tierra pida. Notese que lo que el Senor Jesus es- 2stacando aqui no es simplemente un acuerdo parz r una cosa, sine mas bien un acuerdo en la Tierre nte a cualquier cosa* que pidieren. El no quiere de- jue dos personas se pongan de acuerdo en la Tierre nte a cierta cosa y luego la pidan; no, lo que el Se- Jesus esta diciendo es que, si se ponen de acuerdc e cualquier cosa*, entonces cualquier punto particu: jue pidan, les sera hecho por su Padre que esta er ‘ielos. Esto es lo que se llama la unidad del cuerpo diera decirse, la unidad en el Espiritu Santo. s-ONGREGADOS que donde estcn dos o tres congregados en mi nombre stay yo en medio de ellos” (versiculo 20). Este es € r principio, y también el mas profundo de los tres | versiculo 18 tenemos un principio, en el 19 tene- otro, y en el 20, otro mas. El principio que se nas de versiculo 20 es mas amplio que el del versiculo 19 qué dice el versiculo 19 que “si dos de vosatros se pu- ide acuerdo en la Tierra acerca de cualquier cosa que ren, les sera hecho par mi padre que esta en los cielos"? spuesta se nos da en el versiculo 20; “Porque donde dos o tres congregados en mi nombre, alli estoy vo en a de ellos”. ;Por qué hay un poder tan grande sobre ora? {Por qué el orar en armonia tiene tan tremen- icacia? ;Qué es lo que proporciona a la oracion ar- osa de dos 0 tres personas tanto poder? La razon de esta en que dondequiera que somos convocados a rnos en el nombre del Senor, la presencia de El mis- sta alli. Esta es la causa del acuerdo. El versiculo 18 | ee ret REA, Ore ee ee Ee eee cl orar en pie en las sinagogas y en las esquina: calles, para ser vistos de los hombres; de cierts 10 que ya lienen su recompensa. Mas tu, cuand entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora ¢ dre que esta en secreto, y tu Padre que ve en lo se te recompensara en publico. Y orando, no uséi repeticiones, como los gentiles, que piensan qui 1 palabreria seran oidos. No os hagais, pues, se ues a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué co néis necesidad, antes que vosotros le piddis. Vo , pues, oraréis ast: Padre nuestro que estes en lo. , santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Ha u voluntad, como en el cielo, asi tambien en 1 El pan nuestro de cada dia, danaslo hoy. Y per tos nuestras deudas, como también nosotros per nos a nuestros deudores. Y no nos metas en ten 1, mas libranos del mal; porque tuyo es el reine, » lex, y la gloria, por tados los siglos. Amén. si perdondis a los hombres sus ofensas, os perdo- ambien a vosotros vuestra Padre celestial: mas si donais a los hombres sus ofensas, tampoce vuestro os perdonard vuestras ofensas (Mateo 6: 5-15).

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