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Ciencia y técnica Isaac Asimov El Universo Dela tierra plana alos qudsares El libro de bolsillo Fisica Alianza Editorial/Emecé TiruLoomenat: ‘The Universe From Plat Barth to Quasar Teapweron: Miguel Paredes Lacraces Primera edicién en ufl ibrode bolsillor: 1973 Decimoctava reimpresi6n: 1998 Pcie criclon en «Area cle conocimiento: Ciencia y téenicar: 2000 ‘Quinta ceimpresion:2007 Piseno de cubierta: Alianza Editorial Mustracisn: Agujere Negro (Representaci6n) Fotografia: Archivo ANAYA, SOSSEE Gaile epee: at er a EaetBrmt cP ne iprcepiaautoraacon Tsanc Asimoy, 1996, 1971 © tn casts Allanza bditorial, S. A, Madrid, 1973, 1975, 1977, 1978 1999, 1980, 1981, 1982, 1983, 1984, 1986. 1987, 1988, 1989, 1991, {b98, 1995, 1997, 1998, 2000, 2001, 2002, 2004, 2005, 2007 GalleJuan ignacio Luca de Tena, 15 28027 Madrid telefono 91 393 8888 ‘evewailisnvacditoriales ISBN: 978-84-206-3797-0 ‘Deposite legal: M. 33.938-2007 Compuesto impreso en Pernandez Ciudad, 8.1. Cotocle Dosana, 10, 28320 Pinto (stacirid) Printedin Spain a TECIsIN INFORMAGION PERIGDIGA SOHRELAS NOVEDADIIS DE SERAUN HDIORIAL PRVIP UN CORREO BLECTRONIOO A 1-6 DIRECCION: A Fred L. Whipple y Carl Sagan, que sobre esto saben micho mis que yo. 422 BLUNIVERSO supuso una vuelta a la porcin ptica del espectro, la cual, ceteris paribus, ofrecia la posibilidad de observaciones mas precisas. Quasares Como dijimos en una ocasi6n anterior, muchas de las radio- fuentes habian sido identificadas, ya en 1948, como fuentes puntuales que tenian su origen en areas muy reducidas del Cielo. El didmetro medio de tales radiofuentes es de unos 30 segundos de arco, o expresindolo de un modo mas grafico, todas las «radioestrellas» cabrian holgadamente dentro de un 4rea no muy superior a la mitad dela Luna lena. Y sin embargo, existen unas cuantas radiofuentes cuyo ta~ maiio resulta pequeno aun midiéndolo con esos patrones de medida, Conforme se fueron perfeccionando los métodos de localizacién de fuentes se Vio que, al parecer, algunas no superaban un segundo de arco de diametro. El objeto en cuestion tenia que ser en extremo compacto, ¢inmediatamente desperté la sospecha de que si las «radio- estrellas» comunes eran en realidad radiogalaxias, las «ra- dioestrellas» compactas debian ser literalmente radioestre- Ilas, pues de este mode quedaria explicada su compacidad, Entre las radiofuentes compactas figuraban varias cono- cidas con los nombres de 3048, 3C147, 3C196, 3C273 y 3286. El prefijo «3C» es una abreviatura de «Tercer Catalo~ go de Cambridge de Radioestrellas», una lista confecciona- dda por Ryle y su grupo de seguidores; los restantes nimeros representan el lugar que ocupa la fuente en dicho catélogo. ‘Con ayuda del telescopio de 200 pulgadas, Sandage eseu- drind en 1960 las zonas en que se hallaban estas radiofuentes compactas, comprobando que en todos los casos la fuente parecia ser una estrella; la primera que detecto fue 3C48. En El caso de 3C273, el objeto mas brillante de esta especie, fue 10 ELAORDE DELUNIVERSO 423, Cyril Hazard, en Australia, quien consiguié determinar ou Posicidn exacta, registrando el momento preciso en gue ia Lune oculté-a dicha fuente: Lag cateliee eect ests zona habian sido registradarya Chari ei Eragnsfiensdal cielo, pero cierne ear ia ete aa tason como simples miembros, muy tence; cere eae Marahora, apoyandose ch endo otogeabeer eee Bian despertado las emistones de nee ae ee gue ba- mos comprobaran due ahi mo seaeasene i ic nou (aunque ne toda) deloe objet trae ae Ale ties nchulosidateny5¢273 mostra sangre an eee 36273 estén asocladas dos tadiofuchters wares are sseatealierscapeceionaic ‘Atundiacau aehecenvoctfdabarlit roxcostrils lav vadice lias comnamen gr clo-s6 dio oe lin orins whee ntclaragn A retida quecste coneiter eee portancia para los atttGnomos, Intense Euselesteluren> result cada verinde be nea reer por lo cual Fong, Yee Chiu ded ee 1560 Tae eae Mchidear> (ugutibtellars-on ingle ees re ara oe pemricimrentag secrete pekanianicrnainee ones pata convertisae on objetos de lareuinn ee eee tplleacion de todas laa teenies cater det ae tntre ella fignraba Ia copectroacopin Sines eee Ydeapue lease Creenstliny Mane Sieh ee Toma trabajar en ia tareade obtener lee se Pectros;y euanda finalenente losronr ree Lee traftes que no sablan identifiear ASenie beeen pectra da'un godsnr determlandons canta eee los demas. Aquello era sin duda desconcertante, pero a pe- sar de todo los quasares siguieron aceptandose como obje- tos perteneciontes a nuestra Galaxia. Yn 1963 Schmidt volvis sobre el espectro de 3C273, que, como una magnitud de 12,8, es el quasar mas brillante. De Ina seis Iineas qque sc observaban en el espectro, cuatro esta~ ban cepaciadas de un modo andlogo a cierta serie de Iineas Gel hidrogenc, con la unica salvedad de que dicha serie no deberla encontrarse en el lugar en que de hecho apace: Ahora bien, sno podria ser que tales Iineas estuvieran loca izadas realmente en otro lugar, apareciendo, sin embargo, cn elsitio en que aparecian como consecuenein de haber su- frido un desplazamicnto hacia el extremo rojo del espectrot Desser asis tenia que tratarse de un desplazamiento enorme, pucsa partir ded] se deducfa una velocidad de recesion de Inde die 40.000 kilémetros por segundo. Por muy inereible gue pareciorn cota hipdtecie, io elarta oe qe admisendo dle Sho desplazammicnto quedaban automaticamente identifica Gas las otras dos lincast una de elas representaba el oxigeno Geaprovisto de clos electrones, y la otra el magnesio despro- Visto tambien de dos electrones Tetudiando de nuevo los demas espectros de quitsares, Schmidt y Greenstein comprobaron que las lineas que apa Fecian en ellos también podian ser identificadas, siempre Que se trabajara sobre la Base de enormes desvios al rojo. estos enormes desvios al rojo podian ser proclucto dela expansion general del Universo; pero sta partir de dicho co- Srimiento se calculaba la distancia de acuerdo con la ley de Trubble (véase pag. 272), resultaba que los quasares no po- dian ser. cn modo alguno, estrellas ordinarias de nuestra Galatia, sino objetos extraordinariamente distantes, aleja- Sos de nosotros miles de millones de afios-luz Tete resultado era mury dure deaceptar, por lo cual se bus caron otras explicaciones para el desvio hacia el rojo. Se penso, por ejemplo, que los quidsares fal ver fuesen objetos muy masivos asociados con campos gravitatorios suficien temente Intensos para producir desvios al rojo de Einstein muy grancles (wease pig. 233). O que quisd se tratara de re- jones de gas muy disperso cuya Iuminosidad fucse debida Bla radiacion dura cmitida por las numerosas estrellas de heutrones contenidas en el interior de aqueh, el pigantesco campo gravitatorio de estas estrellas se encargarin por su parte, del desvfo hacia el rojo, Existe un qudsan el 30-2731 Gy se Sospecha que no ex cl tinico) del cual se babe, desde 103, que emite Mayon (enna cantidad mil milloncadeve- ces superior ala emitida por la nebulosa del Cangesjo), estc hecho coneuerda con la teorta de las multiples estreliag Se neutrones. Bn este sentide, bhilip Morrison, del M. 1 Te habla especulado ya con la posibilidad dle que los quésares fauesen gigantescas estrellas de neutrones; on exe eases Los qsdsares serian a una galaxia normal to mismo ques Pale M3l todo esto fuera cierto, Los quidsares serfan objetos rela- tivamente cereanos, Pero mas tarde se demostro que ala posibiliciad de que el corriniente hacia ol rojo escuviees ort, Binado por efectos gravitatorios podian hacerse fucrtes Ob- Jeciones de orden teorico. uera cual fuese la explicacion, el desvio hacia el rojo parecia deberse a la velocidad ‘Ahora bien, sno podria ser que los quasares ve hallaran re- lativamente préximos 4 nosotros y que,a pesar de ello, bus biesen adquirico velocidades gigantescas debido no. la ox Pansidn del Universo, sino # alguna explosion en el contro Ge nuestra Galaxia, como por Gjemplota colision de cstre las demeutronest ‘Sin embargo, si esto fuese ast, todos los quisares se alcja- rian del centro de Ia Galaxia, y entonces cabria eaperar die algunos de ellos se moviesen hacia nosotros produclendo in gran corrimiento hacia cl vieleta, mientras que otros, ha Iandlose a una distancia relativamente corta de nuestro sie tema, exhibiesen un movimiento propio mensurable. Pero 426 nada de esto se ha observado: hacia finales de los anos sesen- ta se habfan descubierto unos ciento cincuenta quasares: pues bien, absolutamente todos los espectros estudiados in Uicaban la presencia de un gran corrimiento hacia el rojo (mayor, de hecho, que el de 3C273), mientras que ninguno de ellos indicaba la presencia de un movimiento propio per- ceptible. ames Terrell, del observatorio de Los Alamos y uno de los astronomos mas destacados de entre aquellos que se n gan a atribuir una gran distancia a los quasares, senala, sin embargo, que este factor no es decisivo, Segtin él, sila explo- sidn tuvo lugar hace mucho tiempo, todos los quisares que al principio se precipitaron en direccidn hacia el Sol nos ha~ brian pasado ya yestarian ahora alejandose. ¥ en la actuali- dad se hallarian tan distantes (aunque no «superdistantes») que el movimiento propio que podriamos observar desde la ‘Tierra serfaabsolutamente inexistente. En 1968, Terrell afir~ mo haber detectado para 3G273 un movintiento propio que indicarfa una distancia de s6lo 400.000 afos-tuz. Peroa favor dela teorfa del gran alejamiento de los quisa- res también existe, cuando menos, una prueba directa ¢ in- dependiente del corrimiento hacia el rojo. La emision de mi- croondas de 36273 es, al parecer, bastante deficiente en la regin de los 21 centimetros, region que se halla ocupada por una linea de absorcion. Bsta linea de absorcién muestra un corrimiento hacia el rojo que indica que la nube de hi- drdgeno responsable (supuestamente) de la absorcisn tiene que hallarse a una distancia de cuarenta millones de anos- 2. ¥ da la casualidad de que entre la Tierra y 3C273 existe un cumulo de galaxias en la constelacién de Virgo precisa mente a cuarenta millones de anos-luz. Parece razonable su- poner que en dicho cimulo existe una nube de hidrégeno que provoca la absorci6n en la zona de los 21 centimetros. En ese caso, cl quasar 3C273, estando como esté mas alld del cumulo de Virgo, no podria ser desde luego un miembro de 1 SLNORDRDELUNIV ERS a7 Dando un paso mas en elrazonamients podtinnen doe, tosiieledizeancka, © ae a forma tradicional, llegamos a la conclusion de que laimnsyce le modo que la luz que recibimos nosotros ahora fue emit. da hace unos 9 evos 7 - 428 re unrennse modo que lo hacen: no serian mds brillantes de lo que eabria esperar de un cuerpo de un ao-luz de diametro, Si, por el contrario, suponemos que la distancia de los quasares es realmente gigantesca, entonces nos encontramos enfrenta- dos con el problema de un objeto que teniendo s6lo un ario- luz de didmetro, es cien veces mas luminoso que una galaxia comiin, cuyo didmetro alcanza los cien mil afies-luz. somo se puede explicar esta? Varias son las posibilidades que se han sugerido. Una de ellas es la de la «lente gravitatoria». La hipstesis de partida es que una galaxia se interponga justamente entre la Tierra y otra galaxia. La luz, emitida por la galaxia mas lejana se cur~ varia alrededor de la cercana en virtud de los efectos gravi- tatorios, concentrandose luego de nuevo en nuestra direc- cidn. El efecto final seria andlogo al de la lente de un telescopio: el brilio aparente de la galaxia més lejana se veria aumentada hasta el prnta de que ambas galaxias se nos an. tojarian como un quasar superluminoso, Otra posibilidad, que acaso tenga mas probabilidades de ser cierta que la anterior, es que se trate de algun tipo de im- plosion, alguna catastrofe que a escala galactica represente Jo que las supernovas a escala estelar. Pudiera ser que al ni- vel galactico la explosion de una galaxia ordinaria sea una especie de «nova» que radia gran cantidad de energia, pero en Ia cual se conserva la sustancia y la forma de galaxia, mientras que aquellas catastrofes de caracteristicas particu larmente drasticas sean algo asi como «supernovasy, en el sentido de que gran parte de Ja materia palictica sale despe- dida hacia el exterior, contrayéndose el resto en un quisar, (¥ en efecto, la luz, procedente de los quisares es andloga en algunos aspectos ala de las enanas blancas.) En ese caso, los quiisares serian el equivalente galdctico de Jas estrellas de nentrones (tal y como sugiere Morrison), aun cuando el corrimiento hacia el rojo seguiria siendo una con- secuencia de la velocidad y no de su campo gravitatorio. 430 ieee Lo que sfes seguro es que sila interpretacidn correcta de los quadsares es alguna de las anteriores, tales objetos tienen que ser muy efimeros, pues es imposible que puedan radiar tales cantidades de energia durante mucho tiempo. Existen calculos que indican que un quasar no puede subsistir como, tal durante mas de un milln de anos, aproximadamente. Los qudsares que observamos en la actualidad debieron de formarse hace relativamente poco tiempo (a escala cosmni- ca), y necesariamente tienen que existir una serie de objetos, queen su dia fueron quésares pero que dejaron ya de serlo. Sandage anuncié en 1965 el descubrimiento de ciertos objetos que efectivamente pudieran ser antiguos quasares, pues a pesar de que su aspecto recordaba al de las estrellas azuladas ordinarias, poseian corrimientos hacia el rojo des- comunales, como los quasares. Y aunque no emitian ningu- na clase de microondas, su distancia, luminosidad y tamano coincidian con los de aquéllos. Sandage los denomins blue stellar objects Cobjctos estelares azules'}, cuya abreviatura es, BSO, ‘Al parecer, los BSO son mas numerosos que los quésares. Ciertos calculos electuados en 1967 situian en 100.000 el nti- mero total de BSO que se hallan al alcance de muestros teles- copios. Sies cierto que tales abjetos se derivan de los quasa- res, entonces sti ntimero tiene que ser unas cincuenta veces superior al de éstos, porque la duracién de la fase BSO es también cincuenta veces superior (digamos 50.000.000 de aitos). Los quasares atin mds viejos, es decir aquellos que ya han dejado tras si la etapa BSO, se iran apagando hasta lie- gar un momento en que no puedan ser detectados ni por la emisin de microondas ni por la luz. En la actualidad se ig- nora todavia cudl es la forma que adoptan entonces y de qué modo podria reconocérselos. La simple existencia de los quasares y de los BSO ha su- puesto un duro golpe para la teoria del estado estacionario. Pues si todos ellos se encuentran a grandes distancias y, por 19. eL¥ORDE DEL UNIVER 431 consiguiente, se formaron muchos evos atrés,ysien nuestra proximidad inmediata no se ha podido detectar ningtin ob- jeto de este tipo, parece ldgico pensar que los procesos (sean cuales fueren) que dieron lugar a aquéllos no se encuentran yaen vigor (aunque es cierto que en nuestras proximidades ‘quiza existan restos de lo que en un pasado muy lejano fue- Fon quasares y que hasta ahora no hayamos sido capaces de detectarlos). Esto, a su vez, significa que evos atras el Uni- verso diferia del de ahora en aspectos iraportantes. Siel «big bang» se produjo hace unos 15 evos, entonces lo anterior tiene perfecto sentido, pues en aquellos tiempos el Universo era mas pequeito, mas caliente, mas joven y mas repleto de objetos que hoy, con lo cual no es de extrafiar que los sucesos catastr6ficos del tipo de la formacién de quisa- res estuvieran ala orden del dfa, mientras que en el Universo. actual, de mayor tamaito, mas frie, mas viejo y mas vacio que el deantafio. esas hecatombes ya no ccurren. En contra de esta teorfa esté el hecho de que, a pesar de todo, la década de los sesenta no ha lograde demostrar de un modo indiscutible que los quasares son cuerpos extremada- mente distantes, ni ha conseguido acabar con la idea de que tal vez se trate de objetos situados a distancias moderadas. Por otra parte, los quiisares no parecen ya tan tinicos como, se creia al principio. En 1943 Carl Seyfert ~por entonces un estudiante de as- trenomia recién licenciado~ habia detectado una galaxia de caracteristicas peculiares que desde esos anos se sabe forma parte de un grupo conocido hoy con el nombre de «galaxias de Seylert», Aunquea finales de la década de 1960-69 s6lo se tenfa noticia de unos doce ejemplares de ellas, es posible que constituyan un 1% de todas Jas galaxias conocidas. Las galaxias de Seyfert son normales en casi todos los as- pectos y sus desvios al rojo no pasan de ser moderados. Los nuicleos, sin embargo, son muy compactos, muy briflantes y Parecen en extremo calientes y activos, es decir, de caracte- a2 scares risticas similares a los qudsares, Las variaciones que se ob- Servan en su radiacion parecen indicar que el tamano de los, centros radioemisores emplazados en los micleos de dichas galaxias no es mayor que él que por lo general se atribuye a fosquésares ‘Dada su intensa actividad, estos niicleos gale tarian visiblesa distancias mucho mayores que las eapas ex- teriores de las galaxias de Seyfert. Quiere decirse que a una distancia suficientemente grande lo Unico que verlamos de tuna galaxia de este tipo -ya fuese con el telescopio optico Gon dl radiotelescopio seria el ndicieo, porto cual los ast. hnomos lo catalogarian como un quasar: As{ pues, es posible ue los quasares muy distantes no sean otra cosa que gala- as de Seyfert de gran tamaito, En ese caso, es probable que osquisares se formen relativamente cerca de nosotros, 010 Queeslo mismo, que constituyan un fendmeno no exclusive ‘Sing granderdisteuchesy, pueconslauieme no terriadick. tivo de que miles de millones de afos atras el Universo era uy distinto del deahora ‘Ahora bien silos quisares han perdido algo de su fuerza como apoyo de la teoria del sbig bang, To cierto.es que eate spoyo ha sido aeumido por atro tipo de obrervacidn, yade- tas de una forma espectacular. Veamos como. Stes cierto que el Universo comeniz6 con un «big bang», esta explosion tuvo que emitir una oleada ingente de radia: sign sumamente energética: rayos X y rayos gamma. EeeaT- Bando entonces en los confines remotos del espacio, a miles Gemillones deahos-luz de distancia, 0 quehariamos n0 se- Fin otra cosa que retroceder miles de millones de afios en el tiempo, con lo cual estarfamos en condiciones de «ver» ese balande Fuego. Fue Robert H. Dicke, de la Universidad de Princeton, quien concibio esta idea en 1964, afirmando ademas que ala Sistancta a que se detectaria el bal6n de fuego, cl corrimien- to hacia el seria tan gigantesco que Tos rayos X y 10s rax cos resul- 1S. ELnoKDE DEL UNIVER 433 yos gamma se hallarian desplazados hasta la regi6n de las microondas. Asi pues, segtin Dicke, en cualquier direccién que se enfocara el radiotelescopio deberia detectarse un fon- do general de radiacién de microondas, radiacién cuyas ca- racteristicas él calcul6, trabajando siempre sobre la hipote- sisdel big bang». La busqueda en pos de la radiacién de fondo comenzé al punto, yen 1965 A. A. Penzias yR, W. Wilson, de los Bell Te- lephone Laboratories, afirmaron que tras eliminar conve. nientemente el efecto de todas las emisiones de microondas, quedaba todavia un fondo general muy débil de radiacion. Elhombre habia escuchado el eco del «big bang» resonando todavia por el espacio. Ahora bien, la naturaleza dela radiacién detectada parece indicar que su temperatura actual es de 3° K, 0 tres grados sobre el cero absoluto, y no de 10° K, que es lo que predijo ‘ke. Dsta discrepanicia demuestra, al parecer, que la tem. peratura original del «big bang era inferior alo que los te6- ricos habian estimado como mas probable, lo cual, a su vez, podrfa significar que en el momento de su nacimiento el Universo no estaba compuesto exclusivamente de hidroge- no, sino que contenia una mezela considerable de helio. ¥ asi, tal como prometimos al principio del libro, hemos seguido paso a paso la biisqueda del hombre en pos de ese horizonte cada vez mds lejano. Comenzamos con la vision limitadisima de un trozo de Tierra plana y terminamos en un punto en que el hombre tiene ante sus ojos un Universo de 26.000.000.000 de anos-luz de didmetro. Pero tampoco hay raz6n para pensar que hemos topado con los tltimos confines del Universo. Durante cuatro siglos Ja astronomia ha ido progresando a un ritmo cada vez mas acelerado, y, hoy por hoy, no hay indicio alguno de que esta tendencia se vaya a quebrar. A lo largo de la wltima genera- 434 ELUNIVERSO. cién el hombre ha aprendido acerca del Universo mucho mas que durante toda su historia anterior. ;Qué no descu- brird, entonces, la siguiente generacién? Si conyenimos en que escarbar en lo desconocido y arro- jar luz sobre lo que antes era oscuro constituye un juego su- mamente intrigante, entonces es seguro que el futuro nos deparara cada vez mis intrigas.

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