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1. Que Platén es uno de los més grandes fi- lésofos que ha producido la humanidad ha sido y es luna afirmacién universalmente aceptada, Que el ncleo de su pensamiento y el objetivo de todas sus Investigaciones fue esencialmente “pedagdgico” es algo que muchos discutirfan, Esa fue, sin embargo, la tesis, revolucionaria en su tiempo y acaso tam- bien hoy dfa, de Wemer Jaeger, uno de los mayores, helenistas de este siglo. «La paidéia —afirmaba dicho autor hace ya mas de medio siglo—, conside- rada como la morfologia genética de las relaciones entre el hombre y la pélis, es el fondo filoséfico indispensable sobre el que debe proyectarse la com- prensidn de la obra plat6nica. La justificacién final de todos sus esfuerzos en tomo al conocimiento de la verdad no es para Plat6n, como para los grandes fildsofos de la época presocritica, el deseo de re- solver el enigma del mundo, sino la necesidad del conocimiento para la conservacién y estructuracién de la vida. Plat6n aspira a realizar la verdadera co- ‘munidad como el marco dentro del cual debe rea zarse la suprema virtud del hombre, Su obra de re- formador se halla animada por el espiritu educador de la socrética, que no se contenta con contemplar laesencia de las cosas, sino que quiere crear el bien. Toda la obra escrita de Platén culmina en los dos ‘prandes sistemas educativos que son la Repriblica y + Doctor en Filosofia y Letras por la Universidad de Navarra, Profesor de Historia de la Edueacién en la mis 'N TORNO A LA PAIDEIA PLATONICA (1) JAVIER LASPALAS * las Leyes, y su pensamiento gira constantemente en torno al problema de las premisasfilos6ficas de toda educacién y tiene conciencia de sf mismo como la suprema fuerza educadora de los hombres»! Resulta evidente que el autor maneja aqut la palabra “educacién” en un sentido muy amplio, pero que responde perfectamente a lo que los griegos y el mismo Platén consideraban que era la paidéia Como el propio Jaeger, al emplear en el titulo de esta serie de articulos «un término griego para ex- presar una cosa griega, quiero dar a entender que esta cosa se contempla, no con los ojos del hombre modemo, sino con los del hombre griego. Es impo- sible rehuir el empleo de expresiones modemnas ta- les como civilizacién, cultura, tradicién, literatura © educacién. Pero ninguna coincide realmente con Jo que los griegos entendian por paidéia. Cada uno de estos términos se reduce a expresar un aspecto del concepto griego general. y para abarcar el cam- po de conjunto, del concepto griego, serfa necesa- rio emplearlos todos a la vee».? En suma, lo que vamos a exponer en adelante intentaré mostrar qué lo que Platén pens6 acerca de la naturaleza de la educacién y de la cultura —tanto en su dimension individual como en su dimensi6n social— y acerca de las relaciones que se deben dar entre ambas, De 1 Jaeger W: Paideia. Los ideales de la cultura griega, p. 465. Esta monumental obra, cuyo primer volumen se ‘radujo al espaiol en 1933 (México, EC.E J, camina ya por ta 11" edicién (1990), 2 Eltextoestétomado del portico que Jaeger coloca al frente de su Paideia Educacién y Educadores (Al Javien LasPaLas entre las multiples cuestiones que podrian ser trata- das, he escogido ademas las que considero mas re- Tevantes a la hora de analizar cualquier pensamien- to pedagégico: el concepto de educacién del que parte, los objetivos que se marca y los contenidos en los que se apoya para alcanzarlos. 2. Tras haber definido el término paidéia y el dmbito de la investigaci6n, una segunda adver- tencia sobre la oportunidad y el modo de tratamien- to del tema en cuestidn, Estudiar a estas alturas una vez més la obra de Platén, sobre la que tanto se hia escrito, puede resultar sin duda reiterativo, en la medida en que lo sea volver a los “clasicos” como fuente de inspiracidn para el presente, y constituye sobre todo un gesto de audacia imperdonable si el investigador intenta abarcarlo todo y diucidar def nitivamente las principales interrogantes. Mi inten- cin no ha sido ésa en absoluto, No he tratado de ofrecer una visi6n personal exhaustiva y profunda de las doctrinas platénicas acerca de la educacisn. Mi deseo ha sido mas bien realizar una exposicin ordenada —desde el punto de vista mas externo— y sin duda excesivamente breve y un tanto acadé- mica, de un pensamiento tan coherente, orginico, rico y sugestivo, pero tan seductoramente asistemd- tico, como el platénico, He procurado ademas ce- ‘tirme lo mas posible ala literalidad de las fuentes y espigar un buen niimero de dislogos platénicos, y ‘no solamente los mas conocidos 0 extensos. Este trabajo aspira, por eso, a tener un valor y una utili- dad que sean en buena medida “didécticos”. El lec- tor no encontrard interpretaciones originales 0 re- volucionarias, pero tal vez. si un punto de partida para reflexionar sobre las ideas pedagégicas de Plat6n, una seleccin representativa de citas y pasa jes del autor relacionados con la educacién y una guia para localizar y seleccionar aquellas paginas plat6nicas que mas le seduzcan, 1, EL CONCEPTO DE EDUCACION Y LA RELACION EDUCATIVA, 1. La visi6n del problema educativo mas ra- ical —el tipo de relaci6n que puede darse entre ‘maestro y discipulo— que hallamos en tos dislogos platénicos es de una extraordinaria riqueza y com- plejidad. Platén traza en ellos un plan de estudios sumamente elaborado y completo —integrado por objetivos y contenidos que afectan a todas las di- mensiones del ser humano—, pero se esfuerza al mismo tiempo, apoydndose en su inagotable capa- ccidad para exponer las ideas de un modo postico y plistico, en trazar una imagen exhaustiva y equi brada de los misteriosos y variados mecanismos en virtud de los cuales se puede producir la educacién. 2. De modo general, puede decirse que la paidéia consiste para Platén en una tarea de “moldeacién” personal, que implica un penoso es- fuerzo ascético de purificacién y cuyo fundamento Ultimo seria la capacidad de “identificacién” del hombre con la Belleza, la Verdad y el Bien. Para imprescindible realizar durante toda la vida" un esfuerzo, que pone en tens toda ct alma,’ bre, para “moldearse a s{ mismo” [eautdn plattein|® y hacer triunfar el ideal (paradéigma] de persona —el “hombre interior” [éntos dnthropos|'— que el ser humano Heva dentro de sf. Ello s6lo es posible, sin embargo, si tiene lugar un proceso previo y pa- ralelo de “purificacién” (kdtharsis)* moral e inte- lectual, que permite al alumno desprenderse de todo El socablo griego equivalente seria platcin, Chr Republia, 377b:« y S88; Leyes, 670 4 Repiblica, 4970-4986 5S Repiiblica, 4114-4120; Leyes, 644d-645¢; Carta VI, 340c y 384, 6 Republica, Soe. 7 Repiiblica, 89%, 8 Repiiblica, 395d, 50a y 5274; Leyes, 735b-c: y Soflsta, 28h, 2304-0 y 2316, wello que, como un velo, ciega y obstruye su es- piritu. En la practica, eso equivale a liberarse de los limites que el cuerpo impone al alma.’ Semejante proceso de formacién y de purificacién se desenca- dena y se produce, ante todo. gracias al contacto — synousia [“convivencia”; syngeneia |“parentes- co” con la Verdad y el Bien, que lleva al alum- ‘no a “identificarse” [mimesis] con la esencia divina del mundo. «De ese modo, por convivir con lo divi- ‘no y ordenado —afirma Platon—el fil6sofo se hace todo lo ordenado y divino que puede ser un hom- bre». 3. Ahora bien, la tarea de “moldeacién” en que consiste la paidéia no se produce siempre del ‘mismo modo. Plat6n distingue en el proceso educa- tivo dos etapas claramente contrastadas, no s6lo en funcién de sus objetivos y contenidos, sino también en lo que respecta a la naturaleza de las acciones formativas en las que se apoyan. La educacién co- mienza siendo trophé, nutricion fisica y moral, para convertirse luego —aunque no en todos los casos, pues «los ojos del alma del vulgo son incapaces de sostenerse cuando miran Io divino>'*— en paidéia © formacién espiritual EL ENTORNO A LA PAIDEIA PLATONICA 4. Lo propio de la trophé es que la fuerza moldeadora proviene en gran medida —casi total- mente— del exterior. Los términos que utiliza Plat6n para definir las tareas propias de esta etapa ‘educativa tienden a subrayar la idea de que la for- macién se produce en un principio de un modo ms bien mecénico e inconsciente. EI educador ha de preocuparse, en un primer momento, de guiar — agogé [“conduccién” |," olké [“tratda”, “atrac- cion”}"— al educando, y de devolverlo al camino adecuado —epanorthéo |"rectificar” |, trépo ["en- derezar”|!"— si se desvia de él, Para ello debe em- plear la fuerza —ananke [“constriceion” }"—, pero también, y sin duda con mayor frecuencia, la capa- cidad para atraer —peiths (“persuasion”) — que poseen el arte y la cultura en general," intentando explotar y fortalecer —ege/ro [“excitar”|"— los mpulsos positivos de la naturaleza humana, y com- batir con energia® los negativos. En suma, se trata de “acostumbrar” [ethidso"! y “ejercitar” Imeletéo|” al educando, sumergiéndolo —bapto [“wiir"}— en un ambiente saludable, 0 también sometiéndolo a un estilo de vida —diaité {“die- ta" P\— que lo conduzcan insensiblemente hacia kt virtud, La educaci6n es, en esta etapa, una tarea de 9 Platin desarrlla por extenso esta doctrina en cl Fedén, 65b-57d y 82d-8ic yemelTimeo, 6b y ss. Cfr también Politica, 2735 10. Carta VU, 34 e-d y 344a-b; Teeet0, 1504. 11 Repiblica, SO0e: vid. tambidn idem, 383: Teeteto, 176b ye; 0 Timeo, 90a y s. 12 Sofista,254a-b 13 Leyes, 658, 0450-6454 y 782d. 14 Leyes, 6594. 15, Repiiblica, 25a: Leyes, 643c, 644b » 7830. 16 Repiiblica, 19¢; Leyes, 7226- 17 Repiiblica, 519¢; Leyes, 664ach y 722b< 1S. Leyes, 7830, 19 Repiiblica, 6056. 20. Repiblica, 606. 21 Leyes, 658d y 782d. 22 Leyes, 5a y 0494. 23, Repiblica,4294-430b, 24. Leyes, 7970-798a: vid. tambien 659e y Carta VI, 340d Educacién y Educadores (i) JAVIER LASPALAS. formacién del carécter a partir de las costumbres,”* cen especial las costumbres colectivas [ndmoil,” y de la belleza sensible, que excita en los hombres él desco de educarse [éros]” 5. Lapaidéia. en cambio. es un tipo de edu- cacién al que no todos pueden llegar, pues exige un esfuerzo mas intenso y prolongado que la trophé. ‘Ademés, depende en su mayor parte del propio dis- cipulo y solo se produce cuando éste se consagra libre y apasionadamente a su propia formacién. En esta etapa cabe, pues, en mucha menor medida la ayuda del maestro. Existe, no obstante. una especie de “gimnasia” [gymnddso: “ejercitar”}** 0 una se- rie de ejercicios [gymmnasia, meléte: ascésin trib imtelectuales que tonifican —syntéino: [“ten- sar”), agudizan y reorientan con suavidad’* el espititu, colocando al alumng en la mejor disposi- cién para educarse. El primero de tales ejercicios es el cultivo de los saberes “matemiticos”, que consti- tuyen para Platén una propaidéta [“educacién pre- Paratoria 0 introductoria".” Cuando el alumno los .** agi- La “alta cultura”, la formacién esmerada [akribestéra paidéia), surge, pues, cuando un disci pulo noble por naturaleza [physis]. fil a su destino. se esfuerza por realizarlo [éthos] y recibe el favor divino [¢héia tyché, théia méira|™ de hallar un au- {6ntico maestro [dé gos} 2. LA ENKYKLIOS PAIDEIA® PLATONICA 1. Plat6n ocupa un puesto de privilegio en la evolucién de la paideta griega, por la profundidad y la originalidad de sus ideas acerca de la natutale~ za de la educacién, pero también por su decisiva contribucidn a la jerarquizacidn y sistematizacién de los objetivos y los contenidos de la formacisn. En sus obras hallamos por vez primera la preocupa- cidn por definir un curriculo o plan de estudios que sin dejar de recoger lo mas esencial de las princi- pales vamas de la ida riegar— couse ve lta pt funda unidad espiritual, Dicho plan de estudios se expone sobre todo en los dos didlogas pl mais extensos: la Repiblica y las Leyes. En ellos, Plat6n realiza una espléndida sintesis a partir de las aportaciones de la primitiva educacién ateniense [archata paideta| —que se concretan en ta poesia, lamusica, la ginnasia y el némos, entenuido cone de la ley eserita[/4g0s] y como costumbre [éthos] y las nuevas diseiplinas de cain sofisticn: la resiri- ‘ca ¥ las disciplinas filolégicas v las “matematicas” [mathémata] A ellas afade, como elemento que corona el circulo de estudios y le presta unidad y 04 Sobre ta umportancia de los imponderables en ta educacton, ved. Republica, 43d y ss, Leyes, (Med yen ‘especial, Pratdgoras, 244.8454, donde se soitene que a veces las desgricias condenan al hombre al velo 65. La expresién griega eakylios paidsia designaha el conjunto orgénico de los objtivos y contenides de la ede cidn, tanto en su dimension individual como en su vertiente social, clasificados y jerarquicados por etapas » niveles de formacién. Su semtido es, pues, similar al de nuestro término “curriculo” en su acepcidn mas ampli, 66, dueyer W., Paideia, 0. p. 465. sentido, el cultivo de la filosofia, al que denomina dia- lect. 21 Elespfritu de la paidéia ¥ los tipos de formacién 2. Antes de analizar pormenorizadamente el cfrculo de estudios platénico, es imprescindible, sin embargo, sefialar cuales son los rasgos basicos que lo caracterizan. El primero de ellos es el carécter “liberal” que debe distinguir a la auténtica paidéia. Plat6n niega reiteradamente en sus didlogos que la faceta profesional de! aprendizaje humano tenga relevancia pedag6gica; insiste por el contrario en que la educacién ha de proponerse en exclusiva ha- cer més sabias y mas virtuosas a las personas y alas ciudades, Respecto de la paidéia propia de los ciu- dadanos llamados a defender la polis ideal afirma: ‘«es preciso que nuestros guardianes queden exen- tos de la practica de cualquier oficio y que, siendo artesanos muy eficaces de la libertad del Estado, no se dediquen a otra cosa que no tienda a ese fin»."” ‘Algo parecido sucede con los “regentes” cargados de gobernar la ciudad—, a los que, «apar- tados de la politica y 1a milicia», hay que dejarles cultivar la filosofia, de modo «que pazcan en liber- tad y no se dediquen a ninguna otra cosa sino de manera accesoria».* Tanto los “guardianes” como los “regentes” se abstendran de hacer negocios y de manejar y acumular dinero, porque la riqueza es peligrosa para el espiritu y tiene una extraordinaria capacidad para corromper la cultura (paidéia). La prosperidad material —afirma Platn—alienta «en las almas habitos de incontinencia y deslealtad, hace ala propia ciudad desleal y desamorada para consi- ‘20 misma, y de igual modo con el resto de las gen- tes», y «es el mayor mal que puede ocurrirle a una ciudad en lo que respecta a la adquisicién de habi- los en 67 Repibica, 95b-c. 68 Republica, 498 69 Leyes, 7050-b 70 Fedén, 66d 71 Repiilica, 4216-4220 72 Leyes, 6434-6440 EL ENTORNO A LA PAIDEIA PLATONICA tos justos y generosos».” Una idea similar reapare- ce en el Fedén: «A causa de la adquisicién de ri- quezas se originan todas las guerras, y nos vemos forzados a adquirirlas por el cuerpo, siendo escla- vos de sus cuidados. Por eso no tenemos tiempo libre para Ia filosofia, con todas esas cosas suyas. Pero el colmo de todo es que, si nos queda algo de tiempo libre de sus cuidados y nos dedicamos a ob- servar algo, inmiscuyéndose de nuevo en nuestras Investigaciones nos causa alboroto y confusién, y nos perturba de tal modo que por él no somos capa~ ces de contemplar la verdad.” Hay, pues, que evi tar la superabundancia, pero sin caer en la indigen- ‘cia, «ya que la una trae la molicie, la ociosidad y el prurito de novedades, y la otra, este mismo prurito y. a mds, la vileza y el mal obrar»."! En cuanto al modelo de “educaci6n popular” [smikrd paidéia] ideado y expuesto por Platén en las Leves, no esta destinado a los que han de consa- grarse a actividades ingratas para poder sobrevivir, sino a quienes «tienen aparejadas en cantidades bas- tantes las cosas necesarias y confiado a otros lo re~ Iativo a las artes y encomendadas a los siervos las Jabranzas que podrian producir a la tierra un sus tento suficiente para hombres que vivan sobriamen- te»: es decir, para los ciudadanos de una polis grie- gaideal. Paraellos, que, por no ocupar un puesto de especial responsabilidad en el gobierno, pueden le- sitimamente dedicarse a actividades lucrativas, debe quedar bien claro, sin embargo, que el adiestramien- tocon vistas @ellas no forma parte en mod alguno de la educacién. Asi, en la descripcién de la verda- dera educacién popular que, tomando como crite~ rio el fin que se propone, traza Plat6n en las Leyes, podemos leer: «Ahora, en efecto, ya vituperando, ya celebrando la erianza de cada uno, decimos ‘que tal persona es educada y tal otra ine- ducada, aplicando aquella expresin a veces Educacién y Educadores (49) Javier LASPALAS. ‘aun hombre grandemente instruido en lo re- lativo al comercio al pormenor 0 en ta na- vegacién o en otras cosas semejantes. Pero nuestra argumentacion no puede ser, claro estd, lade aquellos que creen que tales cosas constituyen la educacién, sino la de tos que piensan en la educacién para la virtud desde 1a infancia, que hace al nito deseoso y apa- sionado de convertirse en un perfecto cluda- dano, con saber suficiente para gobernar y ser gobernado en justicia, Definiendo nues- tro argumento esta crianza, sélo a ella, se- .giin creo, consentiria en Hamar educacién; ‘mientras a la que se endereza a los negocios © a un determinado vigor fisico 0 a algin conoeimienso no acompatado de razén y jus ticia, la tendria por artesana y servit eindig- nna de ser lamada educacién en absotuto».”” Lo propio de la formacién “liberal” es, pues, ta bdsqueds de la perfeci6a lareré| personaly co- del saber, mientras que lo que carac- teriza a lo “artesano” 0 “servil” es la sumisi6n a la ia puramente externa. Por eso, esta tiltima ta 0 intercambio. No asi la . que afecta a la parte més preciosa de la educacién —la formacién moral—, que no se pue- kindola con los negocios. El Ja venta de conocimientos— de contaminar me ‘comercio del alma’ es legitima s6lo en el primer caso.”* 3. La contraposicién entre lo “liberal” y lo “ servil” se traduce en dos modelos educativos opues- tos, cuyo “espiritu” y cuyo “ambito” son diversos, Lo “liberal” es propio del “ocio” [scholé}, que se pone a la ascholia —ta falta de sosiego— en me- dio de la que surge lo “servil”. Plat6n explica este antagonismo con gran lujo de detalles en un exten- so pasaje del Teeteto.”* Para ello se sirve de la com- paracidn entre quienes desde jovenes se han ejerci- tado en las disputas forenses —aungue el politico, el empresario, el periodista o el intelectual que per- siguen el éxito a cualquier precio serian tipos hu- manos similares— y los que, por el contrario, se consagraron al cultivo de la filosofia. Los segundos —afirma— sdisfrutan del tiempo libre [...]y susdis- cursos los componen en paz y en tiempo de docio, [...] y no les preacupa nada la exten sidno la brevedad de sus razonamientos, sino solamente alcancar la verdad. Los otros, en cambio, siempre hablan con la urgencia del tiempo [...]. Ademds, no pueden componer sus discursos sobre lo que desean, va que ta parte contraria esti sobre ellos y les obliga a atenerse a la acusacién escrita, que, wna vez proclamada, seiiala tos limites fuera de los cuales no puede hablarse.[...] De mane- ra que, a ratz de todo esto, se vuelven violen- tos y sagaces, y saben cémo adular a su se ior con palabras y seducirlo. Pero, a cam- io, hacen mezquinas sus almas y pierden toda rectitud, La esclavitud que han sufrido desde jévenes les ha arrebatado la grand de alma, asi como la honestidad y ta liber- tad, al obligarlos a hacer cosas tortuosas y al deparar a sus almas, todavia tiernas, gran- des peligros y temores, que no padéan sobre Mevar atin con amor a la justicia y a la ver= dad, Entregados asia la mentira ya las inj rias mutuas, fantas veces se encorvan y se tuercen, que Hegan a la madurez sin nada sano en el pensamiento, Ells, sin embargo, ccreen que se han vuelto hdbiles y sabios>.”* El adiestramiento profesional es, pues, infe- rior a la formacién “liberal”, porque tiene lugar en un ambiente agitado e intranquilo, que no es el ade~ cuado para crecer como persona y que, ademas, ensefia —casi obliga— a poner las propias capaci- dades al servicio de intereses egoistas y desprecia- bles. Ambos tipos de educacién permiten, por eso, 73. Leyes, 806d. Cf na idea similar en et Sofista, 229d. 74 Esta idea de cuo socritico aparece, por ejemplo, en el Sofsta, 24h 7S Teeteto, 172d 58. las urgencas v las preipitaciones 76. Teeteto, 1724-173. Mas adelante fibidem, 201a-b] PLATON vuelve relacionar ta dedicacién mo liberal com adquirir habilidades diferentes. La persona educa- da en la filosofia, cuando census relaciones particulares o piibli: cas se ve obligada a hablar, en el tribunal o en cualquier otra parte, de las cosas que tie- ne a sus pies y delante de sus ojos, da que reir no sélo a las tracias, sino al resto det pueblo. Caerd en pozos y en toda clase de dificultades debido a su inexperiencia, » su terrible torpeza da una imagen de necedad. Pues, en cuestion de injurias, no tiene nada en particular que censurar a nadie, ya que no sabe nada malo de nadie, al no haberse ocupado nunca en ello, Por tanto, se queda perplejo y hace el ridiculo, [...] En todos los casos, una persona ast sirve de mofa al pue blo, unas veces por su aupariencia de sober- bia, y otras veces por el desconocimiento de Io que tiene a sus pies y a perplejidad que en cada ocasién le envuelve».” En cambio, cuando de lo que se trata no es de saber moverse por el mundo, sino de conocer lo que ces bueno y verdadero, y alguien de mente estrecha, sagaz y le- guleyo, tiene que dar una explicacién de to- das estas cuestiones, se invierten las tornas. Suspendido en las alturas, sufre de vértigos y mira angustiado desde arriba por falta de costumbre. Su halbuceo y su perplejidad en Ta que cae no dan que reir a las tracias, ni a ninguna otra persona carente de educacién, pues ellas no perciben ta situacién en la que se halla, pero st a todos lo que han sido ins- ‘ruidos en principios contrarios a la esclavi ud." En suma, concluye Plat6n: «Esta es la manera de ser que tienen uno y otro [..}. El primero, que ha sido edu- cado en la libertad y el ocio, |..J a éste no hay que censurarlo por parecer simple ¢ in EL ENTORNO & LA PAIDEIA PLATONICA capaz, cuando se ocupa de menesteres servi- les, si no sabe preparar el lecho, condimen- tar las comidas 0 prodigar lisonjas. El otro, por contrario, puede ejercer todas estas la~ bores con diligencia y agudeza, pero no sabe Ponerse el manto con la elegancia de un hom- bbre libre, ni dar a sus palabras la armonia que es preciso para entonar un himno a la verdadera vida de los dioses y de los hom= bres bienaventurados».” Lo “artesano” 0 “servil” es ttl, pero se ocu- pa de actividades que no tienen valor y, ademés, no es ni hermoso ni atractivo; mientras que lo * beral” va derecho a lo que tiene valor por sf mis- ‘mo y dota la persona de una gracia y una elegan- cia naturales. 4, Finalmente, Plat6n completa su definicién de los diversos tipos de formaciénen las Leyes, cuan: do trata de definir qué es lo “serio” [spoudé] lo que merece la pena— en la vida y la educacién: «Ahora se imaginan que es justo que las ‘ocupaciones serias sirvan unicamente con ‘miras al juego; y también en cuanto a la gue~ 17a piensan que es otra cosa seria que hay ‘que llevar a cabo felicmente con vistas a la az. Ahora bien, en la guerra no se ha visto que exista nada que haya sido por naturale- za ni sea ni jamds haya de ser ni un juego ni tampoco una educacion que merezca nues- tra atencién, es decir, lo que afirmébamos ser para nosotros lo mas serio que hay. Por lo cual es preciso que cada uno pase en pa: la mayor y mejor parte de su vida. ;Cuél seré, pues, la rectitud de esto? Hay que vivir ju- ‘gando a ciertos juegos determinados, es de~ cir, sacrificando, cantando y danzando de modo que a uno le sea posible, de una parte propiciarse el favor de los dioses, y de otra, defenderse contra los enemigos y vencerles en combate»."" 77 Teetewo, 174b-e y 1756 Vid. umbién Gorgias, 485e-486d y Repubblica, $17e. 78 Teeteto, 1754. 79 Teeteto, 1754-176. 80 Leyes, 8006 Educacién y Educadores ‘$i JAVIER LASPALAS Aqui, la “guerra” representa la “vida activa” y el “juego” [paidia} la faceta Iidica de la “cultura [paidéia}, Plat6n afirma en este pasaje dos princi- pios. En primer lugar, que la “vida activa” —es de- cir, el trabajo— no puede ser despreciado y olvida- do, pero ha de estar puesto al servicio de la “vida contemplativa”: su fin es crear las condiciones pro- picias para que surja la “cultura” [paidéia}. El tra- bajo servird, pues, para preservar y auumentar el tiem- po de “ocio” [schoié}. El segundo principio es que, aungue la auténtica cultura [paidéia] es una activi- dad que recrea a la persona y le proporciona 2070, su esencia no consiste en proporcionar ese distrute ‘Todo Jo comtrario, para crear “cultura” hay que ocu- parse en lo “serio” [spoudél de manera libre y g0- zosa [paidfa), 5. Junto con su cardcter excluyentemente “li- beral”, un segundo rasgo que caracteriza a la paidéia platénica es que debe proporcionar al alumno una formacién integral y equilibrada, Plat6n acepta, en principio, lo esencial del viejo ideal aristocratico de Ja kalokagathia. En lo que respecta a la educacién, afirma en la Republica, «seria dificil inventar otra mejor que la que largos siglos nos han trasmitido, Ja cual comprende, segsin creo, la gimnéstica para cl cuerpo y 1a misica para el alma».!! La misma idea reaparece en las Leyes: «Es absolutamente pre- cciso que la educaci6n recta se muestre capaz de dar Ja maxima belleza y excelencia posibles a los cuer- pos y a las almas». Las personas que se aproxi- man a semejante ideal son “arménicas” y, por tant- to, bien educadas, y las que se alejan de 61 inharménicas” y mal educadas."” Mas claro atin es el siguiente pasaje del Timeo: «El matemitico 0 el que realiza alguna otra practica intelectual intensa debe también ejecutar movimientos corporales, por 81. Repibica, 576c 82 Leyes, 788 83. Repiiblca, 3770. 84 Timeo, 8 Repiblica, 3770 8% Repiblica, 08d 87 Timeo, 874 & medio de la gimnasia, y, por otra parte, el que culti- va adecuadamente su cuerpo debe dedicar los mo- vimientos correspondientes al alma a través de la musica y toda la filosofia, si ha de ser llamado con justicia y correccién bello y bueno simulténeamen- ton. Muy pronto, sin embargo, Platén precisa con cuidado las diferencias entre su modo de concebir laeducacién y el de la tradicign aristocrética. En ta Repiiblica se lee: «antes intervienen las fabulas en Ia instruccién de los nifios que los gimnasios», y también; «yo no creo que, por el hecho de estar bien constituido, un cuerpo sea capaz de infundit bon- dad al alma con sus excelencias, sino al contrario, que es el alma buena la que puede dotar al cuerpo de todas sus perfecciones posibles por medio de sus virtudes».* Y por si eso no fuera suficiente, en el Timeo se llega incluso a sostener que «ninguna des- proporcién es mayor que la del alma respecto del cuerpo, por lo que no deja de tener su Kigica que iS mejores almas se alojen en cuerpos inferiores y débiles."” Con ello queda claramente afirmada ta {otal primacia y superior dignidad del alma sobre el cuerpo y de la educacién “espiritual” sobre la" ca”, Entre tales elementos hay relaciones de complementariedad pero de absoluta desigualdad, Adiestrar el cuerpo es relativamente sencillo y se consigue en poco tiempo, lo realmente complicado y lo que hay que vigilar con gran celo durante toda la vida es el cultivo det alma. 6. Untereer rasgo que caracteriza la enkyklios paidéia platnica es que no establece diferencias entre hombres y mujeres. Los abjetivos y los conte- niidos de la educacién son idénticos para ambos. Platén parte en este caso de la conviccién de que sano existe [...] ninguna ocupacién que sea propia de la mujer como tal mujer, ni del vardn como tal var6n, sino que las dotes naturales estan disemina- das indistintamente en unos y otros seres, de modo que la mujer tiene acceso por su naturaleza a todas las labores, y el hombre también a todas». La con- secuencia Idgica es que «si empleamos a las muje- res en las mismas tareas que a los hombres, menes- ter sera darles también las mismas ensefianzas»."” La tinica excepcién que admite a este principio es que la mujer es mas débil desde el punto de vista fisico y més impresionable e inestable en el terreno emocional que el hombre.” 7. Finalmente, otro raygo destacado del plan educativo diseflado por Plat6n es la primacfa que en tiene la educacién moral. Platén, como mas tarde { Aristételes, cree que Ia formacidn del cardcter [éthos], cuyos fundamentos hay que buscarlos en tuna buena rrophe. es la base de toda educacién pos- terior [paidéia] en la que la formacién intelectual [Uégos] ocupe un lugar destacado, La segunda es, absolutamente imposible sin que se dé en suficien- te grado la primera, Platén expresa asf estas ideas en las Leyes: «Del mismo modo que un constructor de buques comienza la construccién de una nave poniendo la quilla y sefialando con ello las Iineas, generales del navio, del mismo modo me parece a mi también que obro yo, que. al intentar delimitar los distintos tipos de vida con arreglo a los caracte- resde las almas, estoy realmente poniendo las quillas y examinando conforme a razén cuales serdn los procedimientos y conductas a que habremos de ate~ hemos para navegar lo mejor posible a lo largo de cesta travesfa que es nuestra vida».”" 88 Repibica, 4554 89 Repibica, 451e. 0 Leyes, 732d y 8020 91 Leyes, s0sa-h 92 Repiblica, 05%. EL ENTORNO & LA PAIDEIA PLATONICA, Pero lo “moral” no sélo ha de tener prioridad en el tiempo y en la educacién sobre lo “intelec tual”, sino que también posee una mayor dignidad. «

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