You are on page 1of 1

Me he preguntado A que le debo la gracia de mi quietud?

Pues precisamente a la
malagradecida dicha que reside en m. La seguridad que nos acoge es insegura
con lo que desea y nuestro deseo germina tan mal vidamente sin darnos cuenta
de la sensacin efmera proporcionada.

You might also like