You are on page 1of 7
CULTURA Y DESARROLLO Raimon Panikkar * En bteles Uberoame HAT Ry nS. Cooferocda Col whuce| Cureamence.d = TL Gms Gyroweri_ aro de Copersec& cull. Oe. INR PAS -boecelony | ee 5 Hablamos tanto de entender al otro, de comprender otras culturas y, en cam- bio, somos incapaces de salir de nuestras casillas, de nuestras categorlas de comprensién y todo lo reducimos a nuestro punto de vista singular. Valga como ejemplo la misma palabra que se le ha escapado a nuestro presidente (no puedo evitar destacarlo siendo como soy sensible al uso de las palabras) cuando ha hablado de Ja cultura contemporénea. Es un lapsus linguae, porque Teixeira nos ha dicho ya algo mas sobre esta cultura contemporénea. Me refiero sim- pplemente al uso del singular, > No critico «la cultura contemporénea». Tiene altos y bajos y como todas las cul- turas es polifacética, pero gnodemios reducimos a hablar de /a cultura, aunque fuese la mejor? {fxiste una cultura? Lo dudo. Dudo también de lo apropiado que sea el uso del singular de la econtemporaneidad> como si el tiempo fuese una realidad uniforme, universal y transcultural. Incluso el hecho de que el ahora cronolégico en que les hablo no es la misma hora en las Amé- ricas deberia hacernos dudar sobre la «contemporaneidad» de las culturas. ‘Como celebramos un encuentro euroamericano y se me ha presentado como alguien que rompe esquemas, permitanme hacer un rastreo de cinco siglos en cinco minutos. Nuestro tema es la cooperacién cultural euroamericana. Aunque toda simplif- cacién sea evidentemente una caricatura, a mi modo de ver las relaciones entre Europa y Amé- rica han pasado por cinco periodos. Tomar conciencia de esta trayectoria creo que nos puede orientar bien a situarnos en el momento presente. ‘* El primer periodo es el periodo colonial, en donde se nos «incultura», ime- se convertir, evangelizar 0 implantar una lengua. Y digo «se nos» porque yo también pertenezco a otro continente que ha sido igualmente «inculturado» con gran éxito por otra cultura rica y potente, pero singuler y uniforme. Me refiero a la colonizacién de la India. + Fiesofo PAPELES IBEROAMERICANOS GIRS Se wesnnsneeseees RAIMOM PARIEKAR + El segundo periodo es el de la independencia politica, pero que no va acom- pafiada de ninguna independencia cultural. Independencia politica que quie re deshacerse del dominio politico y econdmico de la metropoli, pero que debido a la desestructuracién simbdlica de todas las culturas autéctonas aquel continente gigante, no tiene otra manera de luchar contra el europ: que con sus mismas armas y con la misma lengua. Es el segundo perodo, © de la Independencia politica sin independencia cultural, * El tercero es el periodo en donde esta América, Iberoamérica, es «el patio trasero» del vecino nortefio y, en consecuencia, con derecho de éste a inter- venir si lo considera oportuno, con razén o sin ella, para defender sus natio- rnal interests. Patio trasero que no tiene otro derecho, poco mas 0 menos, que el que le dejen vivir refugiado en una cultura que acaba reducida a puro folclore. La condicién para que se deje sobrevivir a Iberoamérica es que no moleste, que no constituya una amenaza y, por tanto, que no ofrezca une alternativa cultural. Reagan tenia raz6n al decir que la mindscula Nicaragua constitula una amenaza para el pueblo norteamericano —ciertamente no militar—. En consecuencia, sera una cultura que se permitira que existe siempre que se pueda controlar, pero nada mas. Hay un hecho significativo desde el punto de vista historico. Norteamérica fue Colonizada por paises que pasaron por la «ilustraciéne. Iberoamérica fue colonizada por paises de cultura «preilustrada». Esto supone ventajas e inconvenientes. Pero lo cierto es que América Latina no fue sometida al corsé de la raz6n, de la racionalidad, del progreso, ni se le predicé que el sentido de la vida consistfa en ser successful. * El cuarto periodo aparece cuando nos independizamos un poco més y ya nos resistimos a ser el patio trasero. Queremos ser un jardin hermoso, pero un jardin con gusto y estilo europeo, tolerado por los europeos. Pedimos enton- ces colaboracién a Europa, pedimos que nos vengan a dar también cosas, y ‘nos quejamos si no nos ayudan. Pero un europeo es un europeo. Y hemos perdido un poco este sentido autéctono de personalidad propia que quiere aprender, pero no imitar. Sentido también enfatizado por nuestro presidente —y digo nuestro porque yo me considero de todos ustedes—, aunque no en @! sentido juridico, porque, para mi, lo juridico son lazos para un orden social, ero no vinculos ontoldgicos. Hay relaciones mucho més profundas, hay comunicaciones mucho mas fructiferas, que los que necesitan del «Inter- net», que yo llamo externet. De hecho, yo me encuentro en comunicacion, en la profundidad de mi ser con todo el universo, especialmente el humano, llamesele cuerpo mistico de Cristo, buddhakéya 0 de alguna otra manera, sin ‘que haga falta informacion periodistica para sufrir,vibrar y estar con el otro, incluso desconocido, pero que es parte de mi y lo siento como propio. Y si hemos empequefiecido nuestra conciencia hasta el punto de recluirla en la prisién de nuestra individualidad, no hemos llegado ni siquiera al enrase del nivel humana, dicho de una manera un poco brutal AM PAPELES IBEROAMERICANOS CULTURA Y DESARROLLO * El quinto perfodo es alboral. Hay amagos de independencia cultural, aunque temo que estemias atin en los comienzos. Pero es algo muy importante darse cuenta de que uno est empezando. Nos fatta aquel conocimiento en profun- didad del que ustedes aqui han hablado y que permite la fecundacién mutua. Cuando hablamos desde distintas latitudes nos falta en general el conocimien- to intimo del otro. EI otro en toda América no empez6 hace quinientos afis. Hay un genocicio lingufstico muy importante. Con motivo de una tesis doctoral de un estudiante peruano pude comprobar, una vez mas, el complejo de inferioridad espantosa de los indigenes. Lo que este estudiante sabia decir en ‘quechua no lo podia decir en espatiol, y cuando me explicaba el contenido de su tesis ayudéndose de la lengua quechua, resultaba evidente que lo que tenia que decir era mucho més importante que lo que expresaba en espaficl. La riqueza espiritual, simbélica y floséfica de aquel estudiante quedaba com- pletamente arrinconada. ¥, sin embargo, era consciente de que tenia que tra-

You might also like