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Boletin del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani™ Terveta serie, mim. 20, 249 semesise de 1999 ALA SOMBRA DEL PERU: MULAS, REPARTOS Y NEGOCIOS EN EL NORTE ARGENTINO A FINES DE LA COLONIA Gustavo L. Paz* INTRODUCCION se puede decir que las mulas nacen y se crian en las campafias de Buenos Aires [...} se nutren y fortalecen en los potreros del Tucumdn y trabajan y mueren en el Peri! Con esta frase el visitador de Correos D. Alonso Carrié de La Vandera referia a sus lectores la amplitud del comercio de mulas a fines del periodo colonial, que conec- taba regiones tan distantes como Buenos Aires y el Pert. Carlos Sempat Assadourian ha mostrado en sus trabajos La constitucién de un es- pacio peruano que giraba alrededor de Lima y Potusf desde fines del siglo xvi. Este espacio, que abarcaba desde Quito hasta el Rio de la Plata, estaba articulado por el capital mercantil generado cn esos dos centros, sobre todo por la mineria potosina, La demanda de mercancfas por parte de Lima y Potosf generaba una especializacion regional de la produccién de las diferentes subregiones dentro del espacio peruano. La consecuencia fundamental fue la formacién de un mercado interno de mercancfas provistas por las diferentes regiones y consumidas dentro del espacio peruano, en particular en los dos centros de desarrollo? * Visiting Assistant Professor, Department of History. Emory University. El autor desea agradecer Jos comentarios que a diversas versiones de este articulo hicieron Susan Socolow, Peter Bakewell, Jorge Gelman, Lyman Johnson, Guillermo Mira y Enrique Tandeter. 1 Alonso Carri de La Vandera, Ef lazarillo de cieges caminantes [1775]. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1985, p. 64. 2 Carlos Sempat Assadourian, EF sistema de ta economia colonial. El mercado interior, Regiones ¥ espacio econdmico, México, Nueva Imagen, 1983. pp. 129-134 y pp. 270-273. 45, En el caso del Réo de Ja Plata, una de esis especiatizaciones regionales se produ- Jo en tomno de una mercancéa particular, las mulas. La circulacion de mulas articuls un espacio econdmico entre Buenos Aires y el Perti desde comienzos del siglo XVII que perduré hasta fines de! periodo colonial. Solo Ja guerra de Ja independencia cau- saria su primer descalabro. y el liro de gracia lo darfa el desarrollo de nuevos medios de transporte en la segunda mitad del siglo XIX Consciente de fa importancia del comercio de mulas en el Rio de la Plata, Carrié de La Vandera incluyé dos largas secciones sobre este comercio que tanto le Hamé Ja atencidn.t Estos capitulos constituyen una de las fuentes de informacisn més re- tevantes para su estudio y sin duda la mas usada por tos historiadores. Los primeros trabajos histéricos que se refieren al comercio de mulas se basan en ellos y en los reportes que redactaban periddicamente las diputaciones provinciales del Consula- do de Buenos Aires para informar del estado del comercio en sus jurisdieciones.* Estudios mas modernos han provisto de una dimensién cuantitativa al tema del co- mercio de mulas. Los trabajos de Nicolas Sanchez Albornoz basados en los regis~ {ros de sisa -un impuesto municipal que gravaba las transacciones comerciales de Cierlos productos especificos, en este caso las mulas— dan una idea bastante precisa de la cantidad de animales extraides anualmente desde el Tucumdn al Per y Alto Perti en la segunda mitad del siglo xVIIL.5 Los articulos de Estela Toledo y de Flo- rencia Comejo sobre el comercio de mulas de Salta en el siglo xvil y a comienzos del siglo XIX agregan informacién sobre comerciantes y practicas comerciales para dos diferentes épocas.6 En este trabajo me propongo estudiar las actividades de una compaiifa comer- cial dedicada al trato de mulas. establecida en Jujuy, jurisdiccin del Tucumain. a fines de fa década de 1760. En sus trabajos pioncros Sénchez Albornoz advertia averca de la necesidad de dirigir la atencidn hacia las practicas comerciales y los actores sociales involucrados en el comercio de mulas empleando protocolos no- tariales, procesos judiciales y correspondencia comeicial existentes en archivos 3 Alonso Carié de La Vandera, EF lazarifie ob, cit., pp. V1 y VIL 4° Vease Horacio William Bliss, Det virreinata a Resus, Ensayo de historia econsmica, 1776-1829, ‘Tucumdn, Richardet, 1959, pp. 59-60: German Tjarks, “Panorama del comercio interno del Vireinato del Rio de la Plata en sus postrimerias”, en: Humanidades, 36, La Plata, 1960, pp. 19-22, y Edbento O. Ace- vedo, La hitendencia de Salta det Tacumdn en el Virreinaio det Rio de la Plata, Mendoza, 1965, pp. 230- 292.y pp. 265-268, 5 Nicolis Sénchez Albornoz, “La saca de mulas de Salla al Peri, 1778-1808", en: Anwario del Instituto de Investigaciones Histéricus. 8, Rosario, 1968, pp. 261-312: "La extraveidin de malas de Ju- juy al Peri, Fuentes, volumen y negociantes”, en: Estudias de Historia Social, (1), Buenos Aires, 1965, pp. 107-120. © Estela B. Toledo, “El comercio de mutas en Salta: 657-1698", en: Anuaria del fnsttuto de In Vestigaviies Histirieus, 6, Rosario, 1962-1963. pp. 168-172; Florencia Cornejo, “El Litoral, Salta y ef Peri unidos por una compaiia de mulas (Olaveyoya-Cundiotiy, 1798-810", em: Academia Naciv nal de la Historia, Tercer Congreso de Historia Argentina y Regional, Santa Fe-Parang, 1975, vol. 3, 1980, pp. 151-161 46 provinciales, Este estudio, que sv estructura sobre fas fuentes sugeridas por ese au- lor, es una respuesta a esos interrogantes. El trabajo es a la vez una oportunidad para poner a prucha Ia hipétesis de Assadourian sobre la formacién de un espacio econdmico peruano durante la cotonia y especificar sus aleances para el caso de una mereancia en particular, El caso de estudio presenta un interés adicional, ya que la compafia actia en el momento de las grandes rebeliones indigenas de la década de 1780 en los Andes. Las rebeliones y la abolicidn de jos repartos forzoses de mereancfas a los indios, funda- montales en la formacidn de un mercado para el comercio de mulas. provocaran una grave crisis de ese comercio que puso violentamente en evidencia los limites de ese mercado y de las pricticas mercantiles empleadas. LA ORGANIZACION DEL COMERCIO DE MULAS DEL TUCUMAN AL PERU EN EL PERIODO COLONIAL Las primeras menciones sobre el comercio de mulas en el Rio de la Plata apareven en Cordoba entre 1610 y 1620. Seguin Assadourian, en esas décadas Cérdoba se amolda a la demanda de mulas como transporte de carga en los Andes centrales don- de se estaba produciendo el reemplazo de la llama, tradicional animal de carga andi- no, por la mula, hibrido de origen europeo. Hacia 1630 los protocolus del Archivo de Cérdoba mencionan el comercio de mulas al Alto Pert como la actividad mas luera- tiva de la jurisdicciGn, constituyendo “el trato y sustento de la tierra”. Assadourian relaciona la prosperidad de este comercio con la existencia de un activo movimiento de carga y transporte centrado en el ¢je Potosi-Lima. El volumen comerciade alcan- zaba a 12 mil mulas anuales en esa déeada, que casi se duplicé hacia 1650 y perma- necid estable hasta fines del siglo XVI? El desarrollo del comercio de mulas en el norte de la actual Argentina fue mas tardio. Un estudio sobre Salta en el sigio XVI muestra que las primeras menciones de mulas enviadas al Alto Pert datan de 1657. Las cantidades eran muy pequefias y los envios se hacfan en forma esporddica, Pero a fines de la década de 1660 cl comercio de mulas estaba afirmado, con envios anuales en La década de 1690 de unas 5 mil mu- las en promedio, que cxcepcionalmente aleanzaron mas de 20 mil cabezas al afio.* Las redes y practicas comerciales establecidas por el comercio de mulas duran te el periodo colonial parecen haber comenzado a consolidarse desde la segunda mitad del siglo xv. En su andlisis del comercio de mulas sobre los protocols de 7 Carlos Sempat Assadourian, Ef sistema de la economia... 0b. cit., pp. 315-316. 8 Bxtela B, Toledo, “El comercio...”, ob. cit, pp. 168-172. En 1694 les envios Hegaron a unas 22 mil mula AT Salta, Toledo encuentra que en la década de 1690 se reunfan cada febrero en esa ciudad comerciantes de mulas provenientes del Perd y de Cordoba, De este modo, Salta se transforms desde fines del siglo XVit en un mercado concentrador de mu- las donde conflu/an comerciantes que vendian y compraban animales, de Cérdo- ba y Salta los primeros, de diversas partes del Pert y el Alto Perd los segundos.? Durante esta etapa los mercados para Jas mulas extraidas desde Salta se fueron ampliando. En un primer momento Hegaban a Potosi, Oruro y La Paz en el Alto Peri, Hacia fines del siglo las mulas eran vendidas en poblaciones de la sierra pe- ruana como Cuzco, Coporaque y sobre todo Jauja, Seguin Toledo, Jauja constituia cl destino de la mayor parte de los envfos de mulas a las “provincias de arriba” a fines del siglo xvii. En la primera mitad del siglo xviti el comercio de mulas parece haber experimen. tado una retraccién posiblemente a causa de la dectinacién de Potosi. De acuerdo con Assadourian, cl comercio de mulas de Cérdoba suftié una fuerte contraceién entre 1700 y 1740. En la segunda mitad del siglo xVitI este comercio parece haberse reac- tivado, aunque Assadourian sugiere que, al menos en el caso de Cérdoba, nunca pu- do recuperarse de la crisis de la mineria de Potosi de la primera mitad del siglo." El panorama del comercio de mulas en Salta durante la segunda mitad del siglo XVULes mucho mas claro gracias a los trabajos de Sdnchez Albornoz que estudian el comercio de mulas analizando los registros de sisa. La sisa de mulas, cuya recauda- cin era destinada a Ja defensa de la frontera oricatal con los indigenas del Chaco. comenzé a pagarse en el Tucumdn hacia 1710. Valuada hasta 1740 entre 2 y 4 reales por cabeza, desde ese afio y hasta fines del régimen colonial espaiiol sc la cobré a ra- z6n de 6 reales por cabeza.'2 Sanchez Atbornoz periodiza el comercio de mulas de Salta con el Per y el Alto Perd cn la segunda mitad del siglo xvilt en ciclos de alza y ciclos de baja extraccién de acuerdo con la recaudacién de la sisa. Su estudio sugiere un periodo de recupera- cidn en las extracciones de mulas entre 1740 y 1765, que sueedié a un periodo de eri- sis entre 1729 y 1740.13 Su andlisis de la sisa de mulas comienza con el afta 1765. A partir de alli, con datos mas seguros, establece tres ciclos en el envio de mulas a las “provincias de arriba”: 1) 1765-1779, de auge de la saca de mulas, con una extrac: cidn promedio de 33 mil mulas anuales; 2) 1780-1794. una fase de declinacién, de- bida sobre todo al descalabro de los mercados peruanos como resultado de las rebeliones indigenas de 1780-1781, con un promedio de 18 mil mulas extraidas anualmente; 3) 1795-1808 (ltimo afio analizado), un periode de recuperacidn para 9 Ihider. pp. 176-179. 0 Ibidem, pp 172. La autora relaciona Ia innportancia de los envios a Jauja con la ubicacién de minas de plata cercanas a esa ciudad "Carlos Sempat Assadourian, El sistema de la economia... ob. cit, pp. 316-318, No existen hasta cel momento trabajos sobre este comercio que se concentren en Ia primera mitad del siglo XVII! '2 Nicolis Sinchez Albomoz, “La saca...", ob. cil, pp. 271-277. 18 thidem. pp. 274-275 48 el comercio de mulas durante el cual las extracciones alcanzan un promedio anuat si- milar al anterior a las rebeliones, con unas 31 mil mulas por afio.44 Jujuy, un centro de comercializacion de mulas menor ubicado al norte de Salta, muestra el mismo ciclo de alzas y bajas que esta ltima ciudad. Entre 1768 y 1779 se produce un perfodo de expansidn de la extraccidn desde Jujuy al Perd, con un pro. medio anual de 6 mil mulas anuales. La fecha de inflexién en las cifras de exiraccion mular es nuevamente 1780-1781, con una cafda brusca de las mulas internadas. Pe- ro los registros de sisa de Jujuy muestran una caida menos dramitica de la venta de mulas en los mercados altoperuanos que la de Salta. Entre 1782 y 1789 (dhtimo afto estudiado) la extraccién de mulas desde Jujuy al Peri alcanza un promedio de 5 mil cabezas anuales.!5 Mas alla de las coyunturas, el comercio de mulas de Salta y Jujuy estuvo marca- do por una tendencia a la expansion que abare6 la segunda mitad del siglo Xvi y la primera década de! XIX. Esta expansion estaba en funcién de la demanda de mulas en los mercados peruano y altoperuano. y se reflejaba en los precios por cabeza con un alza de los mismos en épocas de expansién y baja en épocas de retraccién de la demanda,?¢ Slo las guerras de la independencia desde 1810 descalabraron esta red comercial y los mercados peruanos para las mulas argentinas no se recuperarian —al menos para Salta y Jujuy— hasta la década de 1830.7 La ruta que articulaba Buenos Aires y Santa Fe con el Alto Pert y el Perti a tra- vés def comercio de mulas aparece definitivamente consolidada en el siglo xvitt. As- sadourian sugiere que las mulas vendidas en Cordoba durante el siglo xvi eran criadas allf, y no registra la entrada de mulas desde la pampa bonaerense 0 desde San- ta Fe.!* Para la segunda mitad de! siglo XVII no hay dudas: Cérdoba es un lugar emi- nentemente de invernada de mulas mas que de crfa y las campaftas de Buenos Aires y Santa Fe son zonas de c1 La clave del funcionamiento del sistema esta en la frase de Carrié de La Vande- ra citada al comicnzo de este trabajo. Las mulas nacian y se criaban en los campos de Buenos Aires y el sur de Santa Fe hasta cumplir los 2 afios. Luego eran transpor- tadas a Cérdoba en tropas de entre 600 y 700 mulas, y vendidas alli a invernadores 44 thidem, pp. 275-277 y pp. 292-294. 1S. Nicokis Sanchez Albornoz, “La extracciin..." ob cit. pp. 1-113. 16 Nivokis Sanchez Albomoz, “La saca...", ob. cit, pp. 296-297. Los precios de mulas por cabeea se incrementaron en fa segunda mitad de $a década de 1790 en las diversas plazas del Virreinato, coincidien: do con un cielo de alza de este comercio. Los precios de las inulas entre 1797 y 1799 oscilaban entre 3 pe. sos en Buenos Aires. $a L1 pesos en Cérdoba, entre II y 12 pesos en Tucumn y 140 15 pesos en Salta, Noticias det Correa Mercantil de Espaa y sus Indias, Academia Nacional de ta Historia (comp), 1977. pp. 48, 78. 99, 100. 135. En 1802 El Telégrafo Mercantil reportaba precios de las mulas en Salta entce 15 ¥ 16 pesos, n, 12 (1801), pp. 82-83. 1 Nicolds Sanchez Albomoz. "La sava...", ob cit, pp. 277; Estela B. Toledo, “EI comercio...". ob cit.. p. 165. En Cordoba este comercio pareve no haberse recuperado luege de Ia guerra de independencia segin Assudourian, El sistema de fa economia... ob. cit., pp. 318-322, 18 Carlos Sempat Assadourian, Ef sistema de la economia... ob. cit. p. 316, 49 y comerciantes a precios que oscilaban entre 12 y 16 reales, Las mulas permanecian en Jos potreros de Cérdoba de un afio a 14 meses para su maduracién, Pasado ese tiempo, Carrié calcula que una mula costaba en Cordoba alrededor de 36 reales. Lue- go de esta primera invernada, las mulas eran conducidas 1.300 a 1.400 por tropa, para una segunda invernada de aproximadamente ocho me- ses. Las mulas debfan estar listas para la gran feria que se reunfa anualmente en los alrededores de Salta." A decir de Carrié de La Vandera, esta era “la asamblea mayor de mulas que hay en todo el mundo, por que en el valle de Lerma, pegado a la ciu- dad, se juntan cn ndmero de sesenta mil” 22 Si bien el ntimero dado por Carrié es exagerado (como demuestran los de Sanchez Albornoz}. la magnitud de la “asamblea” de mulas debid de ser impre- sionante. Alli se daban cita cada abril comerciantes cordobeses. sallefios y peruanos, y una multitud de pequefios negocios Morecia a la sombra de este mercado. La ciu- dad de Salta mostraba Jos sigaos de su prosperidad en las casas de altos de la elite. enriquecida gracias al comercio y fa invernada de mulas.2! Localmente dos estaban vinculados al comercio de mulas, inyernadores y comerciantes, Los prime- ros eran terratenientes que alquilaban sus tierras -o parte de ellas— a los comercian- tes de mulas. Los segundos eran quienes vendian mulas destinadas a los mercados peruano y altoperuano, Estos podian ser también terratenientes. Las figuras parecen mezclarse, sobre todo cuando se trata de grandes comerciantes, que a la vez eran te- rratenientes c invernadores.” La venta de malas en la “tablada” o feria de Salta se efectuaba con rapide. Co- mo abril es época de Huvias en Tucumdn, los comerctantes provenientes de “arriba” que se congregaban alli efectuaban sus compras y partian en cuanto podian, Esto da- ba lugar a una serie de malas pricticas comerciales por parte de fos comerciantes lo- cales, que aparentemente eran comunes a fines del siglo XVII y comienzos del XIX. La mas frecuente de ellas era la de vender toda clase de mulas, aun las no aptas pa- ra efectuar el Jarga viaje al Per. En muchos casos las mulas habjan sido expuest suclos muy himedos durante su segunda invernada en Salta y sus cascos no estaban preparados para c! largo viaje que tenian por delante.23 En otras ocasiones, como pa- rece haber ocurrido en ta década de 1790 debido a Ja escasez de mutas en los merea- dos del Peri, las mulas que se vendian en Salta eran muy jévenes, de no mas de 3 cia Salta en mimero de culos ores }9 Alonso Carrié de La Vandera, El lazarillo.... ob. cit, pp. 64-65. 20 Ihidem. pp. 62-63. 21 thidem, p. 62 2 Sanchez Albornoc distingue bisicamemte cuatro grupos de comerviantes en Salta a fines det si- glo xvi Jos grandes, que extraen tris de 10 mil mulas en un ao (en niimero de 18), los medians, gue camercian entre 10 mil y 2 mil mulas (54), fos pequeo-medianos, entre 2 mil y $00 (90) y lus pe- quefios comerciantes, menos de 500 (219), Nicokis Sénchez Albornoz, “La extraccién...”, ob. cit, pp. 299-303 23 Alonso Carié de La Vandera, 1 lucarillo.... ob. cit, p. 63. En Tucuman la epoca de Huvias co- inienca en diciembre y acaba regularmente en marzo, pero suele Hover, aunque menos, en abril y mayo, 50 afias. Habjan sido (rasladadas desde fa campafia de Buenos Aires a Cordoba sin ha- ber cumplido 2 afivs, y expuestas a invernadas muy cortas. tanto en esa ciudad como en Salta.°t En cualquiera de los casos. esta practica comercial de comprar sin selec- cionar (“compra al barrer) tenia como resultado cuantiosas pérdidas en cabezas du- rante la wayectoria hacia el norte, Un colaborador del periddico porteno E Mercantil recomendaba a los comerciantes —sobre todo a los peruanos, quienes efec tuaban ripidamente las transacciones para regresar répido al Pers que tomaran un tiempo prudencial para efectuar las compras. rechazando las mulas débiles, procedi- miento llamado “compra al desecho”.25 De acuerdo con la calidad de las mulas, su precio en ta feria de Salta variaba, oscilando entre 8 y 9 pesos por cabeza a comien- qos de los afios 1770.26 Al terminar fa feria, tropas de entre 1.800 y 2 mil mulas, entre cllas unas 70 u 80 mansas para guiar al resto, tomaban los pedregosos caminos rumbo al Perd, Las ru- tas mds transitadas cran dos. Una ruta occidental que, partiendo de Salta, se interna- ba por los valles occidentales de ta jurisdiccién y de alli subia al altiplano altoperuano luego de transitar por la puna jujeda, era muy {recuentada por los comer- ciantes y arrieros saltefios. La otra ruta, oriental, pasaba por la ciudad de Jujuy, don- de se unfan a las tropas de Salta tas fletadas desde esa ciudad, y desde all subia hacia cl altiplano por la gran Quebrada de Humahuaca27 El waslado de una tropa de mulas a su destino estaba a cargo de un grupo de unos 16 arrieros, incluidos el capataz y un ayudante. En ocasiones el propio duefio de la tropa la lideraba personalmente, sobre todo cuando junto con ella fletaba también otros efectos para comerciar en el norte. Los arricros eran pagados por el duefio de Ja tropa, quicn solfa abonarles su salario en una combinacién de metélico y especies, entre ellas algunas mulas. Las mercaderias pura abonar a Tos arrieros provenian por lo general de tiendas de comerciantes saltefios, quienes “habilitaban” a los arrieros con efectos, cargdndoselos a la cuenta del duefio de fa tropa. Los gastos de “leta- miento” de una tropa de mulas promedio desde Salta alcanzaban a unos 2.200 pe- sos, cifra que parece no haber experimentado variaciones desde 1770 hasta fin de siglo.** A ellos habia que sumarles el pago de la sisa. y como pérdida las mulas que morian exhaustas en la travesia, asi como las que se perdfan o eran robadas, a veces por los mismos integrantes de la tropa.2? Los beneficios obtenidos en estas wansac 24 EP Telégrafo Mercantil. 1, 12. pp. 81-83, (¥, 23 (14-6-1802), pp. 304-206, 25 Alonso Carrié de La Vandera, FI fazaritin.... ob. cit. pp. 66-67 y p. 78: El Telégrafo Menantil. 12, p. R234 EAZ-18OL), p, 27. IV. 23 (4-6-1802), pp. 305 y 308 25 hidem, p. 67. Los precios de las malas se incrementaromn en las décadas de 1790 y 100; véase nota 17. 27 Nicolis Sinchez Atbornoz. “La saca...", ob. cit, pp. 285-288 Este autor calcula que ef 88% de las tropas exportadas desde Salta tomaron Ta ruta occidental 28 Alonso Carrié de La Vandera, El jazaritla.. ob. cit. pp. 67-68 y p. 70: EI Telégrafo Mereartit. WAZ 891. p BL 29 El colaborador andnimo de £! Telégrafe Mercuntit calculaba las perdidas de mulas en el 9% del 40- taf en un afio normal y con tropas de mulas {uertes. Estas perdidas podian subir al 16% si las mulas eran St ciones eran altamente variables -como se vera luego~ y dificiles de predecir por los mismos comerciantes. Las distancias a que se transportaban las mulas aumentaban los riesgos como también las demoras en los pagos por parte de los compradores. Dichas demoras, comunes en el comercio colonial basado en el crédito, eran mas di- latadas en el caso del comercio de mulas y aumentaban los riesgos de quiebras de Jos comerciantes.30 Los destinos finales de las mulas son dificiles de determinar, pues se carece de informaci6n sobre este comercio en el Alto Peri y el Peri. Los datos que tenemos para fines del siglo xvi no mencionan a Potosi o Lima como los consumidores mis importantes de csa mercancia. Los mas seguros pero igualmente incompletos datos de la segunda mitad del siglo xvin muestran mercados més pequefios y descentra- lizados en el altiplano y la sierra sur de] Perd. Las fuentes mencionan Potosi y Co- chabamba en el Alto Pert y las areas de Cuzco y Jauja en el Perti como los destinos principales de las mulas provenientes de Tucumén.” Asi, como sugiere Enrique Tandeter en un reciente trabajo sobre la economia andina en el siglo xvItl, los mer- cados del comercio de mulas parecen seguir el patron de “una creciente autonomi- zacién de zonas productoras y circuitos mercantiles respecto de los mercados mineros”, en un contexto de declinacién de la produccién minera y de la poblacién urbana en los Andes.%? En los lugares mencionados el precio de las mulas hacia 1770 oscilaba entre 16 ¥ 18 pesos por cabeza.33 En sus destinos las mulas eran usadas como bestias de car- ga por espafioles ¢ indigenas en Jos trajines de mercancias entre las diferentes zonas vinculadas al eje Potosi-Lima. Carrié menciona también su uso como bestias de tiro, en particular en Lima Los repartos forzosos de mercancfas a los indigenas realizados por los corregido- res fueron uno de los motores del mercado interno colonial; en ellos las mulas del Ovenes o habian estropeado sus vases durante ta invernada en Salta, EI Telégrafo Mercuntil. tt, 12 (1801), p. 81.0, 34 (13-12-1801), p. 269. 30 Carnié de La Vandera calcula que el comerciante de mulas emplea de tres a cuatro aos en co- bbrar por las ventas efectuadas en particular a comregidores de indios, El fazarillo.., ob. cit. p. 74. A comienzos del siglo XIX eb periédico porteiio Semanariv de ugricuttura, industria y comencia realiza un céleulo similar y puntuatiza que Io dilatado del tiempo puede resultar en quiebras de los comer- ciantes, Semanario..., Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1938, tomo 111, nim. 125. 6 de febrero de 1805, p. 177, 31 Alonso Carrié de La Vandera, El lazarillo..., ob. cit. p. 71 Correo Mercant de Espata y sus Ine dias, pp. 60 y 104; El Telégrafo Mercantil, 1v (julio de 1802), pp. 305-307. Carrié menciona tambign a Ouro en el altiplano, Coporaque cerca de Cuzco y Tucte entre Huancavelica y Jayja como nudos inter- medios del comercio de mulas, % Enrique Tandeter, “Poblacion y economia en Tos Andes (siglo xvii 1995, pp. 17-18. 33 Alonso Carrié de La Vandera, El luzarillo.... ob. cit. p. 72 4 bidem, pp. 82-83 "en: Revista Andina, 13 (1), 52 ‘Tucumdn figuraban como una de las mercancias mas frecuentemente repartidas en grandes cantidades.*s Las mulas Ilegaban de este modo a la poblacién indigena siem- pre a precios mas altos que los de mercado.’ Las quejas de los indigenas sobre los Tepartimientos eran abundantes, como también los testimonios de los viajeros euro- peos sobre los abusos de los corregidores en los repartos forzosos. Para reglamentar los repartos la Corona ordené en 1754 un arancel por el cual se estipulaba el valor total, el tipo y cantidad de mercancias que cada corregidor podia distribuir en su dis- trito, En él las mulas figuraban en forma prominente.?7 Sobre la utilidad y la legitimidad de los repartimientos forzosos hubo en el si- glo Xvill opiniones muy diferentes. En la base de este debate estaba, por un lado, Ta idea de que sin el acicate mercantil que suponfan los repartos tos indigenas cae~ rfan en una indolencia absoluta y, por otro, la realidad de fos pingiies negocios de los grandes comerciantes de Lima al habilitar a los corregidores cuando se hacfan cargo de sus distritos.** Carrié de La Vandera, defensor a ultranza de los repartos, opinaba cn 1771 que ellos beneficiaban a los indigenas, ya que eran la nica forma en que éstos podian acce- der a la propiedad de ciertos bienes “cspafioles”, entre ellos las mulas.*? En contrario argumentaba en la década de 1790 el Correo Mercantil de Espafia y sus Indias para cuyo redactor, luego de abolidos los repartos, los indfgenas podian conseguir mulas sin inconvenientes y a precios corrientes.4 Sin embargo, a comienzos del siglo XIX, 35 Sobre la incidencia de los repartimientos mercantiles en la economfa colonial en los Andes, véase Jurgen Golte, Repartas y rebeliones. Tiipar Amarz y las contradicciones de la ecemomia colonial, Lima, tp, 1980; Alfredo Moreno Cebridn, El corregidor de indies y la econnmia peruana det siglo xvi (les re- partos forzosos de mercancias). Madrid. CSIC, 1977: Brooke Larson y Robert Wasserstrom, “Consumo for zoso en Cochabamba y Chiapa durante 1a época cotonial”, cn: Historia Mexicana, 31 (3). 1982. pp. 361-408; Scarlett O° Phelan Godoy, Rebellions and Revolts in Eighteenth Century Peru and Upper Pere, Colonia, Bohlau Verlag. 1985, capftulo 1. 36 Los precios de las mulas del reparto de acuerdo con el arancel de 1754 variaban entre 21 y 48 pe- sos por cabeza segin el corregimiento, Por ejemplo, en el de Atacama cada mula costaba 21 pesos, en el de Cajatambo 48 pesos. En los corregimientos del sur del Pert los precios oscilaban entre 30 y 38 pesos por cabeza. Alfredo Moreno Cebridn, Ef corregidor..., 0b. cil., pp. 317-354. 37 Véase los trabajos citados en la nota 35, Golte afirma que “las mulas eran el elemento més impor- tante del arancel”, en: Repartos.... ob. cit, p. 87. 38 Sobre los debates y planes de reforma de los repartimientos forzosos de mercancias en el siglo XVIIT ‘véase Alftedo Moreno Cebridn, El corregider.. ob. cit. pp. 474-537, y Anne-Marie Brenot, Pouvoir et profits au Pérou colonial au xvitie sigcle. Gouverneurs, clientbles et ventes forcées, Paris, L’Harmattan, 1989, pp. 336-362, 39 me atrevo a asegurar que los repartimientos con arreglo a arancel son los que mantienen a los in- dios en sus tierras y hogares. También me atrevo a afirmar que si absolutamente se prohibiera fiar a los in dios el vestido, Ia mula y el fierro para los instrumentos de la labranza, se arruinarfan dentro de diez aitos y se dejarian comer de los piojos”. Alonso Carris de La Vandera, El lazarillo.... ob. cit. p. 161 40 “se proveen [de mulas] aquellos naturales en el dia a su arbitrio, sin las presiones y trabas que cau- saban antes los repartos opresivos de los corregidores”. Correa Mercamul de Espuiia y sus Indias, 24 de abril de 1797, p. 58. 33 El Telégrafo Mercantil. comentanda sobre la escase7. de mulas ¥ sus altos precios en el Perd, sefialaba que las mulas eran imprescindibles para el trabajo de los indios y que convenia que estos pudieran acceder a las mulas von relativa facitidad, No obs- tante, Jos precios altos no lo permitiant Mas alli de la controversia sobre los repartos, los corregimientos de indios del Pend y el Alto Peni eran un mercado precioso para el comercio de mulas det Tucu- man. La supresién de los repartos de mercancias en 1781 trajo apareyada una decli- nacidn en el velumen de negocios de los comerciantes de mulas del Tucumsn con et Peni? En este contexto, en Jos aiios 1770 y 1780 actu una compafia comercial jujeiia dedicada principaimente al trato de mulas, Esta compafia aproveché las eportunida- des que brindaba el desarrollo de un mercado en el Peri para lay mulas, sobre tado al amparo de los repartos Torzasos de mercancias. De este modo, experiments ka bo- nanza de ese comercio en Jos afios previos a 1780 y la dramdtica crisis después de ka gran rebelién indigena. REPARTOS Y NEGOCIOS; UNA COMPANTA COMERCIAL DE MULAS EN JUJuY A MEDIADOS DEL SIGLO XVIIL Los socios En 1767 Juan Francisco de Leanis y Tomas de Martearena se asociaron en una com- paififa destinada al comercio de mulas y otros efectos al Alto y Bajo Peni, sociedad que duré veinte aiios.t* Loy socios pertenecian al grupo que Sénchez. Albornoz clasi- fica como grandes comerciantes de mulas en Jujuy-4 41 [que haya mulas fuertes] es tambien benéfico para que los tndios Vasallos ocupen sus atenciones cen las arrias de este preciosa género mular para que no anden vagantes”, en: El Teléerafo Mercamil, wv. 14 de junio de 1802, p. 306, Tyarks relaciona la escasez y los altos previos de las mulas en el Alto Peru re- portades en los informes de las diputaciones del Consulado a comienzos del siglo X1x con las dificultades de los indigenas para obtener mulas luego de ta abolicién de los repanos. Gerda Tacks. ob. at. pp. 21 Sanchez Albornog afirma que el comercio de saulas suftis ia fave de declinacidn entre 1781 y 1294 como eonsecuencia de fa supresitin de los repartos. Nicolis Sinchez Alornoz, “La saca..."ob cit. p. 294. 4 Archivo Historivo de la Provincia de Jujuy (AH), Papeles de Monseftor Vergara, caja 1 docursen- tw 3. 1792, “Autos seguidos por D. Manuel José de Leanis contra D. Tomis de Martearena. {3 4 Grandes comerciantes de mulas en Jujuy son aquellos que Metan tropas de mas de 500 animales y cepresentan entre 1769 y $789 entre el 48% y el 75% de los envios anuates de mulas de Jujuy al Peni y al Alo Peni, Nicokis Sénchez Alborno7. “La extraccidn...”, ob. cif. pM Panorama 54 San Salvador de Jujuy. una pequeiia ciudad de 2 mil habitantes en una jurisdie~ cid de {5 mil, en su mayoria indigenas, era un centro secundario dentro de este co- mereio que aprovechaba su ubicacién en ta ruta al Alto Pert y cl Pert. Leanis y Martearena eran miembros de la elite de Jujuy, que a fines del siglo Xvnt estaba for- mada por unas 40 familias de espafioles descendientes de los lundadores de la ciu- dad y por inmigrantes que, establecidos en la ciudad desde mediados de ese siglo, prosperaron y se vincularon por matrimonio con lus tradicionales y mis prestigiosas familias locales, Estas familas hasaban sus fortunas en la ganaderfa de vacunos, la in- vernada y el comercio de mulas, asi como en el comercio de efectos de Castilla y de la tierra, sobre todo con las “provincias de arriba”, a la ver que desempefahan los cargos politicos locales y las funciones administrativas en las escasas oficinas que ta Corona habia implantado en la zonass Los socios eran cunados. emparentados a través def matrimonio de Leanis con una hermanastra de Martearena, hija de un primer matrimonio de su madre.#6 To- mas de Martearena cra un hombre de 33 afios en 1779, cuyo padre, asentado en Jujuy a mediados del siglo XVit, habia Ilegado a ser administrador del ramo de si- sa. Estaba vinculado por matrimonio con la familia Goyechea, el linaje mas pres- tigioso y rico dentro de la pequefia elite jujefia del siglo XVI, En 1778 Martearena comenzaba su carrera publica como administrador de la renta de Correos de Ju- juy. En 1785 la Corona se comprometia a provecrle la Subdelegacién de Porco. en el Perd, tan pronto como quedara vacante. Su actividad como funcionario de ka Corona culminé en 1799, cuando era al mismo tiempo comandante de armas, ca- pitéin de los Reales Ejércitos y subdelegado de la Real Hacienda de Jujuy? Era propietario de una finca ganadera de tamato mediano en los alrededores de la ciu- dad de Jujuy. dedicada a la cria de ganado vacuno y eventualmente a la inverna- da de mulas.¢* Juan Francisco Leanis cra un inmigrante espafiol de 2 anos en 1779 Hegado a Su- juy hacia 1790. En 1755 se descinpeiiaba como alcalde de segundo voto del Cabildo de Jujuy, y nuevamente en 1761 y 1773, afio en que también fue designado procura- 35 Sobre Injuy y su elite vease Gustavo L, Pac, “Famil glo Xvi" en: Guillermo Mira teomp.), De fos Andes al mar Plata, familia y neguctas en el acate del or. den colonial, Huelva, Universidad Internacional de La Rabida, en prensa 46 Archivo de los Tribunates de Jujuy (ATH, leyajo 62. expediente 1976 (1792), “Inventario de Bienes dde Catalina Zebreros”. Catalina Zebreros era la madre de Toms de Martearena, hijo de un segundo ma trimomio. y de Maria de los Angeles Domingue, hija de un primero. Esta ultima estaba casada con Juan Francisco de Leanis. De este matrimonio denva el parentesco entre Tomas de Martearena y Juan Francis: co de Leanis, quienes eran eutados. 47 Sobre la carrera de Martearena véase Ati, 46, [514 (1771). £14; AT), 51, 1669 (1778), ff 44v- Archivo General de la Naciin (AGN), “Reales Ordenes”, libro 29, £. 285. En 1801 Martearema seguia re- ‘clamando la provisidn del cargo de subdelegado de Porco. véase AGN, Tos eargos militares de Matearona, AGN, “Despachos Militres y Cédulas de Premio" ibro 11,324 48" AM), 73, 2205 (1810). £.9, “taventario de Ta finea “Los Alisos’” y elite en ef norte argenting: Jujuy en el si- dor general de la cudad.*? Leanis sirvié como funcionario de la Corona en repetidas oportunidades: defensor de la Real Hacienda en las Cajas Reales de Jujuy en 1772, administrador del ramo de sisa en 1775, y corregidor interino de Cochabamba en 1778. Era propietario de unas “tierras de pan llevar” ¢ invernada de ganado situa- las en Palpala, al sur de la ciudad de Jujuy.s! Segiin Sanchez Albornoz, desde 1769 Leanis fue un active comerciante de mulas que enviaba al Perg un promedio de mas de 800 cabezas anuales.S? Leanis se dedicaba al comercio por lo menos desde co- mienzos de la década de 1760, negociande sobre todo en efectos de Castilla interna- dos ata region. Los afios buenos: negocios y acumulacién de capital, 1767-1780 EI propésito de Ja compaiiia que en 1767 formaron Leanis y Martearena era co- metciar no sdlo mulas, sino también efectuar cualquier tipo de giro en efectos de la tierra y de Castilla. Sin embargo, cl principal rubro comercial de la compania fue la extraccién de mulas al mercado peruano y altoperuano. La compafia, con participacin de ambos socios por igual en gastos y ganancias, fue formada con aporte de capital proveniente de una negociacién de mutas que habian emprendi- do conjuntamente poco antes. En 1766 los cufiados Leanis y Martearena compra- ron al fiado una tropa de mulas en Cérdoba por la que pagaron unos 7 mil pesos, que invernaron ese afio en las tierras de Martearena en Jujuy. Al afio siguiente ven- dian mil mulas al conde de la Casa Real de Moneda por 12.625 pesos con cuya utilidades, dirfa Martearena afios después, “se hizo cl fondo de la compaiia que siguieron”.54 49 quips, Archivo Capitulur, caja Xxx, (156-157 y (79-180. 80 at), $2, 1704 (1778). £19; AGN, “Tribunal de cuentas de Lima, nombramientos de Oficiales Rea- les" libro 3, 1F 191-192 (1772): AGN, “Despachos y nombramientos civiles y eclesidsticos". sf 51 Avy, 47. 1586 y 1568 (1773), Pleitos de Leanis por Jas tierras de Palpala, ary. $4, 1773 (1782): “In- ventario y tasaci6n de tos bienes de Juan Francisco de Leanis" f. 14, Las tierras, llamadas de “Palpala, ‘estaban valuadas en 600 pesos. 82 Nicolis Sinchez Alhomoz, “La extraccin..." ob. eit, p. 116. 53 En 1764 Leanis entré en quiebra y se le entabls juicio por sus deudas i José Iturriaga, comercian. te de Buenos Aires, Para hacer frente a esta deuda Leanis pidid un préstama de 1.704) pesos al superior lo- cal de fos jesuitas, Domingo Navarro, con ef que Ja cancel. Ese mismo afi pidié a eréuito un fondo publico de menores de 900 pesos ¥ con ese capital recomenz6 sus negocios. atIP2.t, 3 f. 11, Una transac~ cidin comercial en efectos de Castilla en 1776, en aTB, 52, 1736 (1776), f. | $4 Los socios compraron fas mulas en Crdoba a 6 pesos 4 reales por cabeza y as vendieron « 12 pe- 808 5 reales por cabeza, El conde de Casa Real de Moneda dio 2 mil pesos al contado a la entrepa de las smulas en su hacienda de Chanapaya, en fa Puna. y el resto a pagar en seis meses. El fiador para la com. 56 Luego de esta primera acumulacién de capital, Ja compaiifa efectué en los aiios siguientes varios negocios en mulas. algunos de ellos muy exitosos. En 1768 vendie- ron en Salta una tropa de mulas que habjan comprado en Cérdoba y en 177 condu- jeron otra tropa mas pequefia a la ciudad de La Paz. En 1772 se les presente la oportunidad de un buen negocio: compraron una tropa de 1.800 6 1.900 mulas en anta Be a 2 pesos 4 reales por cabeza, que vendieron al comerciante de mulas sal- tefto José de Alvarado por 9 pesos, con una ganancia excepcional de casi 10 mil pe- sos que duplicaba la inversisn realizada por los socios.55 A partir de fa buena fortuna en los recientes negocios Leanis y Martearena co- menzaron a ampliar su radio de ventas. En 1774 condujeron al Cuzco una reducida tropa de mulas. Este viaje tuvo resultados de enorme magnitud para el futuro inme- diato de la pequefia compaiiia jujefia, no tanto por el volumen de los negocios efec- tuados en esa oportunidad sino por las conexiones entramadas alli, En el Cuzco seguramente se vincularon con comerciantes y autoridades politicas locales, quienes Jos introdujeron en cl mundo de Ia habilitacién de los corregidores.5* AL afio siguiente Leanis y Martearena consegufan un contrato con Carmen de Moncada, corregidor recientemente designado de Carabaya. Los socios se com- prometian a proveerle 1.800 mulas para el reparto en su corregimiento, el 46% del total de mulas enviadas de Jujuy al Perd en 1776. La compaaia compré mulas en Cordoba y Jujuy por 14,500 pesos a precios que variaban entre 7 y 8 pesos por beza y las vendid «a Moncada a 12 pesos por cabeza.? La venta se realiz6 a crédi- to, 0 al fiado, practica comercial muy corriente en los negocios del perfodo pra de mulas en Cérdoba fue et superior de los jesuitas en Jujuy, Domingo Navarro, No he podido ealeu- lac los beneficios al no contar con los gastos involucrados en ka transacewén. AHP, Vergara, 1 3.6.69 1 My At 54, 1480,(1 768), (6 1-2, SS ater, Versa, 1,3, (. 42-13, Alvarado dio 5 mil pesos de contado, y el resto a crédito sin especi= ficacién de plzo. Leanis y Martearena compraron las mulas por 4.625 pesos y las vendieron a Alvarado cen 16.650 pesos. Carrio de La Vandera calcalaba cl costo de trastado entre la zona de erfa en las pampas y Salta de 9 reales por mula, un total de unos 2. 110 por el traslado de una trope de 1800-190) mulas, Alon- so Carrio de La Vandera, EUacaritfo.... 0b. cil. pp. 65-66, Carrié menciona que Jerénimo de Marteare- nna, padre de Tomas “iratante antiguo de este comercio”. hal wuado varios viajes a Santa Fe a comprat mulas, Alonso Carrig de La Vandera, Bf lasaritla.... ob cit. p73 56 aHe, Vergara, 1, 3. £, 12 y, La tropa vendida en el Cuzco consistia de 366 mulas que colecaron a 12 pesos 4 reales por cabeza, lo que hace un total de 4.575 pesos. de los cuales cobraron 2.665 pesos en 5.327 varas de ropa de Curco a 4 reales la vara 5 En 1776 la compadia comps 687 mulas a Juan Ignacio de la Quadra, comerciante portefo residen- e.on Sujoy. a.un precio de 7 pesos 4 reales por mula, por un total de 5.152 pesos, De lt Quadra habia com- prado esas mulas en Cordoba y se las habia entregado a la compaiia a cambic de un adelanto de 500 pesos y el pago de la aleabala: el resto debia ser pagado en un ao. En marzo de 1776 la compania comprs 958 mulas al gran comerciante cordobés Tomiis Allende por valor de 7.424 pesos, Les compradores se com prometian a pagar ése monto en 18 meses al 5% de interés anual, Este erédi¢o Hevaba como gavantia una hipoteca sobre mercancias de Castilla que ventan consigaadas a Leanis desde Cadiz. 413, 50, 1655 (1776). fF, 127-128 y 1735 (1776. £ | 57 Cuapro 1 Transacciones en nulas de la compaitia de Martearena y Leanis, 1776 y 1777 A) 1776 Compras Gastos Ventas vendedur cautidad pesos comvepte — peasos——_comprador cantidad — pesas Carmen I S616 Tomas Alicnde 958) 7424 Habilitacién 239 Moncada 153m 20.874 José de Cuadia 087 5.152 Pastos a7 Vents camino: 149 T16 Nicokis Pacheco 201 £507 Fletes: (37 Perdida BN B. Conte $2 416 Gastos viaje 185 Torat 1898 14.499 ToraL 598 Toral 1898 21,590 {c= chiicaras, m= mansas) FURNTES: AHPI, Vergara. fF LO2-104: ATH, 50. 1655 (1776), (f. 127-128. 1735 (1776), FA colonial.** El total de la transaccién fue de casi 21 mit pesos de los que el corre= gidor les adelanté 4 mil de contado y el resto a pagar a un ado, La compaai siguié unos 3.500 pesos de utilidades, luego de descontar tos gastos de “fletamiento” y la sisa, o ef 25% de la inversién inicial La compaiia jujefia comenzaba a conseguir en la habilitacién de los coregidores designados un mercado para sus ventas de mulas que mantendria en los anos siguien- tes, hasta la gran rebelidn indigena de 1780, En 1777 los socios fletaron una peque- fa tropa de mulas que vendieron en su mayorfa a Ramén de Moya, teniente de corregidor de Achaeachi. EI viaje reports una corta utilidad pero su principal motivo era recolectar las deudus producto del negocio del afio anterior con el corregidor Moncada y con otros compradores en Carabaya a quienes también habian vendido cor 58 La venta al favo era una prietica comin en ef comercio enfonial Sobre sus earseteristicas en el Rio de la Piata véase Susan Socolow, The Merchants of Buenos Aires, 1778-1810, Family and Commer ce, Cambridge, Cambridge University Press, 1978, pp. 166-167: Jorge G Sobre el carieter del ev: mercio colonial y los patrones de inversién de un gran comerciante en el Rig de la Plata del sighe Xveu™. L. 1989. pp, 65-66, en Roletin det institato de Historia Argensina v Americana “Dr: Emilio Ravigneatt™, y “Venta al contado, venta a crddito y crédito moneturio en Amériva colonial: averea de un gran comer chante del vireinato del Rie de la Plats’ en: Javhuet fur Geschichte von Stick, Wirschaft und Geselteliatt Lateinamerivas, 27, 1, 1990, pp. 101-126, 58 CuabRO I ansaeciones en mulas de ta compaitia de Martearena y Leanis, 1776 y 1777 B}IT77 Compras Gastos Ventas venuledor Puntidacl pst eancepto ps Hl vompradar caida pesos Tomas Allende 244 1,986 5 Habilitucién 160 6 Rambnde Maya 369 3.324 Vi Marquiegui 108 783 Pastos 12.2 Achacacti 2 n 11. Pérez, 16 Fletes 363 La Par a3 516 Boledn 9 RP Gastox viaie 368 Vema camino ” am Perdida iW Total 487 3373S ToraL 903.8 TOTAL ASX 4.283 Purntes: Aury, Vergara, i, 3, 11. 105-107 mulas al fiado.* Estos viajes para cobrar las deudas eran muy frecuentes entre los comerciantes de mulas del Tucuman. En 1778 la compaiiia Mets 1.500 mulas a Cochahamba, donde Leanis habia si- do nombrado corregidor interino. Juan Bautista Arismendi, otto comerciante de mulas de Jujuy, se comprometia a conducir la tropa hasta su destino, donde debia arribar en mitrzo del afo siguiente. Arismendi era en este easo at la vez vendedor de Jas mulas a la compaiiia y arriero de kas mismas. A cambio de las ventas y sus ser~ vicivs recibia 10 pesos 4 reales por cabeza colocada en destino.“ Al aio siguiente 5) qateh, Vergara 3, 8 13 y 102-104, 6! Sobre Ins frecuentes viajes de los. comerciantes de rmults para cobrar sus deudas Carri de: La Vaaders al ‘No hay comerciantes en todo el mundo que texan igaal trabajo corporal, Porque ademas de la ida y vuelta necesiiae on continuo movirnienty para ventas ¥ mucho ms para fas cobran~ as, Aquetlas por lo general se haven a corregivores, Los que esti acreditados. 0 tienen algtn caudal propio. suelen pagar alguna cuntidad al contado, pero estipulan anos plazos alge dilatados pars que se Verifique sa cumpliniente [...y al tercer aio enpiezan a pagar ef valor de fas: mulas [...} por lo gue puede dar gracias a pis ef mulero que al fin de cuatro afios cobra el valor de st tropa, que con vtro aie que ipenié en ida y vueha « Salta se ajustat cinco anos”. Alonso Carrid de La Vandera, El tac fle... eit p. 7A. Lar, 82. 1704 (1778), fF, LS de conduecisn a cango de Arismenth ‘mab ie Er precio de venta por cabeza, 10) pesos 4 reales, incluia Tos gastos cl corregidor de Carabaya, Carmen de Moncada, comprd nuevamente a ta compa- jifa una tropa de 2.300 mulas a 17 pesos por cabeza, que en total hacian una venta a erédito de 39 mil pesos.s Mediante una mezcla de audacia, riesgo empresario, contactos personales y expe- riencia comercial adquirida con los numerosos viajes al Perd, la compaiiia jujeia de Leanis y Martearena habfa asegurado en los afios 1770 un mercado para las mulas que vendia. Hasta ese momento los contratos que habia conseguido con los corregi- dores para la provisisn de mulas para el reparto forzoso a los indigenas habia proba do ser una opcién mercantil exitosa. En ta década siguiente los negocios de la compatifa cambiarfan abruptamente. El fin de los repartos: crisis y reorientaciones, 1781-1787 En 1780 Leanis y Martearena obtuvicron una vez més dos importantes contratos pa- ra la provisién de mulas a los nuevos corregidores de Lampa y Carabaya, Vicente de Hore y Miguel de Urbiola.63 Firmados con ambos cortegidores a mediados de 1779 en Pucara (Lampa) por Juan Franciso de Leanis, la compafifa debfa enviar en mayo del aio siguiente 3 mil mulas para el reparto de Lampa y 1.500 para el de Carabaya, a precios que oscilaban entre 12 pesos 4 reales y [4 pesos 4 reales segiin la calidad de las mulas. La venta se realiz6 al fiado; los corregidores entregaban a Leanis un adelanto en plata de 4 mil y 8 mil pesos respectivamente y se comprometian a pagar Ia alcabala como era usual. El resto del valor total de las mulas lo cancelarian al aio en dos cuotas semestrales.+ Alregresar a Jujuy los socios comenzaron a comprar mulas para prover a los cu- tregidores, una inversion de capital de 45 mil pesos. A fines de 1779 el hijo de Lea- nis, Manuel José, fue enviado a Santiago del Estero para adquirir mulas. En abril de 1780 Leanis y Martearena efectuaron una gran compra de mulls en la feria de Sal- 82 sts. $3, 1741 (1779), ff, 24v.27. Martearena era el encargado de conducir y entregar fas molas en Carabaya, No hay mis detalles sobre esta transaccién que permitan calcutar las utilidades. © El valor total de los efectos repartidos legalmente en estos corregimientos, segin ef arancel de 1754, era de 82, 800 pesos para Carbaya y 160 mil para Lampa, de los que las mulas represemtaban el ru~ bro de mayor valor con 48 mil y 80 mil pesos respectivamente, De acuerdo con O'Phelan el corregimien- to de Lampa era considerado “de primera clase” por la magnitud del reparto de efectos. Scurlett O' Phelan Godoy, Rebeltions and Revoits.... ob, cit. pp. 103-104; Jurgen Golte, Repartas y rebeticmes.... ob. cit, p. 105; Alfredo Moreno Cebrién, El corregider....ob. cil., pp. 356-357 oF autrs, Vergara, 1, 3. ff 52-53, Copias de los contratos con los coregidores Hore y Urbiola S Manuel Jose de Leanis, envindo a Santiago del Estero por la compafia, pugé las mutss con “una carga de efectos de ta ticrra, una de efectos de Castitla y seiseientos pesos en plata”. HPs, Vergara, 1 Bf Iv. 60 CuAbRO 2. Compras de mulas por la compatiia de Martearena y Leanis, 1780 Vendedor Origen Cantidad Precio por Precio unidad total pst ps rl Nicolds S. de Isasmendi Salta 1119 83 937s Joseph Gomez Salta 62 82 5.1314 Francisco de Villada Salta 470 82 3878 4 D. Rodriguez y Ramén Saravia Salta 170 8 1.360 P. Castellanos Salta 94 8 752 Pedro Saravia Salta 84 84 74 Lorenzo Rico Salta 104 64 676 Manuel Sénchez. de Bustamante Jujuy an 82 2.365 6 Diego Cone Jujuy 412 8 3.296 Peralta Jujuy 32 84 272 Feo. Basterra Jujuy 144 64 936 Feo. Gonzdlez — Cérdoba. 240 76 1.860 moras de abajo Santiago? 117 62 160 ? Santiago 396 8 3.168 Juan Patacio Santiago? 185 & 4m T4e 1446 Ramén Aretlana 7 353 8 2.824 Domingo Garay? ais 82m 7 6c 4.793 José Fresco? 2 77 924 José Moreno? 7 76 542 Capataz Cérdoba—— Lampa 34 io 540 TOTALES 5.041 45,323 1 chticaras, m= mansas) FUGNTES: AHI. DV 1 (3), 23, 47-48; ATI, 54, 1758, 41-42, 57-59, 62V.-64, 61 ta.a comerciantes e invernadores saltefios, al mismo tiempo que compraban mulas en Jujuy. Casi ta mitad de fas mas de 5.600 mulas que compraron fueron adquiridas a comerciantes e invernadores de Salta (47%). y la mitad restante a jujefios 116%). san- liaguefios (12%), cordobeses (5%), y a comerciantes en mulas de origenes no identi- fieados (20%). Las condiciones de estas compras eran muy similares. Las transacciones se ha- cian al fiade: los compradores daban al menos la mitad del precio toral al contado en plata, y se comprametian a pagar el resto también en plata en seis meses 0 un ao a un interés de entre el 3% y el 6% anual.“ Para hacer frente a los adelantes en meta- Jico la compatifa tomé casi 5 mil pesos a crédito de dos comercianies, cl jujetio Fran- cisco Xavier de Egufa y cf potosino Félix Abumada.*? A fines de abril de 1780 Tonxis de Martearena partéa hacia el Pert conduciende dos tropas "y punta” de mulas con un total de 5.641, el 75% del total de las mulas enviadas ese aio desde Jujuy al norte.‘ Con la caravana de mulas Martearena leva- ba también efectos de Castilla para vender en Cuzco por valor de 6.700 pesos que ka compaiifa habia encargado directamente a Cadiz dos afos antes. Los gastos de hie bilitacién de las tropas corefan a cargo de la compaiifa, asi como el pago de la mitad de la sisa por lu extraccién de fas mulas. unos 3.270 pesos en gasto total de “feta miento” 22 Martearena reports cuantiosas pérdidas de mulas en el camino, ct 25% del to- tal de mulas fletadas por la compania no Hegd a destino.7! Otras mulas fueron ven- digas en el camino, sobre todo las que no soportaron bien las duras condiciones del viaje por “flacas, despeadas. moribundas, y desechadas".”? Si bien la cantidad de mulas finalmente arribadas a destino fue mas pequeiia que el (otal contratado, las poco mas de 2.500 que Martearena entregé al corregidor de Lampa represen- © Anns, Vergara, 3,1. 66-68, 74-81 y 89. Son copias de los contratos firmaitos por la compaibia con Jas vendedunes dhe mulas, ¥ recihos por eaneelusién de laz doudas. Por ejemplo, ta ode la Corte 412 mulas por 3.300 pevos, de los cuates pagé al eontad 2 mil y los 1,30 restan ados por seis meses. Las eserituras conespondientes a estas transacciones, todas fechadas entre el 1 yel 18 de abril de 1780, se encuentran en los protocolos notariales de Jujuy, ats, 54, 1788 (1780) fF, 41- 42, 57-59 y 62v-64. OT qniea, Vergara, (, 3.11. 20 y 91. La eseritura correspondiente al enédito conitdo a Ahumada, de 1.300) pesos, estipulaba que fa comparita pagaria el 6°% de interés anual “por el tiempo que estwvie: en nu © Véase Nicokis Sanchez Alboroz, “La extraccidn...", ob eit, p, 112, 6 nates, Vergara, 1 3.113 70 gees, Meragara, |. 3.19 45. Las gastos totals de habilitacidin de Ja tropa aleanzaron a 1.158 pesos, de lus cuales 890 correspondicron a Salarios de eapataces y peones y el resto at la compra eventual de ali- mentos para los peones ¥ al alyuiter de pastos para Lis mulas. La mitad de Ta sisa alcanns 2.110 pesos e este dinero reales; 71 Segiin diferentes fuentes Ins pérdidas de un (copa promedio aleanzaban entre ef 9% y el 16% del total, Las pets experimmeniadas por la eompania en 1780 superan ampliamente ese promedio, asi eo- nw las sufridas en envios anteriores, que Hegaron al 34 del 1oial en 1778. 72 antes, Vergara, Mf. 1 62 taban el 100% de Jas mulas que éste podia repartir legalmente de acuerdo con el arancel de 1754: las poco menos de 1.200 que entreg al corregidor de Carabaya, el 80% de las autorizadas por ese arancel." ¥ la comparifa podia reportar una g: nancia de unas 3 mil pesos, o el S% de utilidad en un afio producto de ba transac- cidn en mulas CUADRO 3, Ventas de mutay de la compaiiia de Martearena v Leanis, 1780 Comprador Destino Cantidad ——Preeta por Precio unidad wal pst pesvs Vicente Ore. corregidor — Lampa—2.S41 BT 34.938 Miguel Urbiola. coregidor —— Carabaya 1.16 4m lide 15.466 Venta en camino varias 193 varios 890 Martin Villada Salta 121 desecho ? Gregorio Lopez Salta 158 desecho 1 Perdidas y muertas - 1.442 - TOTAL 5.641 51.294 hiieara) 23, 47-48, ari, 54, 1758, 41-42, 57-59, 62v.-64 (m= mansa, FUENTE: AHI, DVT (3), Lo que habfa comenzado como un buen negocio termind en un fracaso absoluto, no por la impericia dv la compania sino por circunstancias totalmente ajenas a su con- trol. En $780 estallé la rebelién de Tupac Amaru, gue inflam las provincias del sur andino por dos aftos, de la que los indigenas de ambos corregimientos, sobre todo los de Lampa, participaron abiertamente.™ La supresién de los repartimientos en diciem- bre de 1780 signifies el cese de los negocios de habilitacisn de los corregidores y el fin de un mercado cautive de mercancfas, entre ellas las mulas, que habsa beneficia- 18 Jaren Goalie, Reparins y rehetiones....ob. cit, p. 91; Alfredo Moreno Cebriin, Fi corregider cob. cit.. pp. 327, 340 y pp. 356-357. Seguin este ullimo autor ed precie de Jas inulas repartidas en Lanips y Carahaya. de acuerdo con el arancel, era de 32 pesos por cabera, Io que reportaba una entrada al eornegt dor de 80 mil y 48 mil pesos respectivamente 1 Scarlett O'Phelan Godoy, Rebelltons and Revetts.... Ob. eit, pp, 209-242. do a los sectores mercantiles del virreinato de! Per.’ Para la pequefia compaiiia ju- jefia fue el comienzo del fin. Los prximos afos serian para Leanis y Martearena de angustias personales, descalabro financiero y rcorientaciones comerciales Martearena participé activamente cn la represidn de ta rebelién y permanecié en Ia jurisdiccién de Lampa hasta 1787. Desde allf intentaba cobrar kas deudas que ha- bian quedado pendientes en i ciones con los corregidores. Leanis segufa con los negocios desde Jujuy. La situacién era desesperada para ambos, ya que se habfan endeudado para comprar las mulas de la transaccidn de 1780. Leanis escribia a su cu- ado en 1781 en tono alarmado: “estamos todos en gral y particularmente yo. y nras, casas con continuos sobresaltos [...J su familia perecera, la mia mucho mas porque no ay entrada por ninguna parte, y quedaremos a pedir limosna, a ge se agrega qe yo ni pa remedios y medico puedo ganar”.76 Poco después. en 1782, Leanis morfa en Jujuy dejando una viuda cargada de deudas.” Instalado en el curato de Pucara, en Lampa, Martearena hizo todo lo posible pa- ra cobrar la deuda que los ex corregidores de Lampa y Carabaya tenfan con la com- pafifa, A Miguel de Urbiola, de Carabaya, Martearena le rebajé 1.054 pesos del total adeudado; éste cancelé su deuda en 1786.7 La deuda de Vicente Hore, de Lampa, la cobré sélo parcialmente. En 1784 Martearena escribia a su sobrine Tomas Gémez. re- firigndole las dificultades que tenfa para cobrar esa deuda transa a causa de la Providencia que se intimé a los corregidores para ge salgan los corregi- dores de las Provincias y sese la cobranza del reparto quedando esta a beneficio de los Indios f...| abre quedado con una dependencia tan crecida como tenia con este cava Ulero que este se me queria echar de varriga, procure por todas partes el faciltarle a que ine pagase en efectos, come lo concegui con la quiebra de mas de siete mil y tantos ps. tomandoles mil y tantos Borregos [...] 5 mil y tantas varas de Ropa en jerga y otras frioneras asi pude salir con aquel quebranto, y sino lo ago se pierde ta mitad y quedan nuestros acrehedores perjudicades y yo perdido sin poder pagar, Jo ge en el dia seran todos pagados.”? Martearena tebajé 4 mil pesos de la deuda de Hore, suspendié el cobro de otros 3 mil ~que hasta 1792 todavia no habian sido payados- y acepté a desgano el pago en es- pecie como ditima solucién, Como decfa Martearena a su sobrino Gomez: “me cos tara muchas fatigas el mandar veneficiar la ropa y vender tanto borrego y Io mas. 75 Sobre la supresicin de Jos repartimientos de efectos véase Jurgen Golte, Repartos y rebeliones.... ob. cit, pp. 194-199: Alfreda Moreno Cebrian, El correpidor... ob. cit. pp. 6109-614. 7 ju). Vergara. 1.4, fF 62-63, Carta de Leanis a Martearena (1781), La carta también revela el eli- rma de terror que: vivian las cites urbanas en Tos Andes del sur, inclusive en Jujuy, ante las confiscaciones, robos ¥ matanzas que los rebeldes cometian conira “lt gente europea y los criollas espafoles” 77 ay, $4, 1753 (1781). £17. “Testamento del cornet de milivias D. Juan Francisco de Leavis’ 2 AHP), Vergara. 1. 3. t. 55, CancelaciGn de deuda de Miguel de Urbiola, Puno, 26 de octubre de 1786, 79 np, Vergara, 13, ff 24-26, Carta de Tomés de Martearena a Tomas Gémez, Pucara, 4 de marzo de 1784 64 otros dos aos de demora sin poder ir a mi casa pero tendre el consuelo Unico de pa- sarme sin deber a nadie nada”.*? Martearena experimentaba de esta manera el punto mas débil del sistema de ven- taal fiado como operaciGn comercial: Jas enormes dificultades para cobrar las deu- das en un sistema en el que todos estaban endeudados con todos. Las dificultades, en su caso desencadenadas por la supresién de los repartos, eran de una indole doble: la demora en fos pagos de la deuda y el pago en especie y no en metilico, que agrega- ba al proceso de cobro un tiempo extra necesario para transformar los bienes en mo- neda, Como seiiata Jorge Gelman, debido a la prictica generalizada de la venta al fiado, bastaba que un eslabén importante de! circuito comercial se quebrara para que el sistema entero se resquebrajara.s! CUADRO 4, Movimiento de efectos de ta tierra de la compatia 1782.1787 Compras Ventas Uritidades Products ‘antitad Origen Precio® Toul Destino Previn Total ps pesos ps pesos Ropade cherrllo 126%6v Carco 2.2 4011 PucaraiLampa) 24 4412401 Prazadas Ou 7 LL 0 Pate 2 360) % Bayetadeatpaca —177y 7 EA 26S tos 2 354 xo Ropa de obraje P Cuco 9 > Pots! 2 ? 8 Ropade chornilla HLIKy Cures 3 AIST Potast vary 4416 235 Cova We Laka LSM Potosi + 6 6 Ropa de chorritla 1248) ¥ Cuzco 24680 Sujy 312 S460 180 Ropo de chorrilly IR316v Cun 3 -$.409 Jujuy y Salta varios 5.701 sot Frazadas ao TT 480 JujuyySako 11 S40 @ Feaadas mu 8 120 IjuyySa2 12150 0 Ropadeobrje §— S382v Cuneo 442859 Salta 4 3007 168 Tort 2819 250% 2.258 * Incluye costo de traslado, v=varas, usunidades. FUENTE: AHP), DY, 1. 3,11, 2-7, #0 dem, 81 Jorge Gelman, "Sobre el cardcter, ob. cil, p, 66, ¥ “Venta al contado...". ob. cit,, pp. 118-121 65, Desde 1782 Martearena desde Lampa encars dos estrategias para sacar a flote a la compatiia y pagar las deudas. En primer lugar Martearena colové a sus sobrinos en plazas comerciales claves para la compafia. Envid a Tomas Gomez, comerciante sal- tefio casado con una hija de Leanis, a Potosi para que se encargara de los asuntos de la compaiia alli, mientras que Manuel José de Leanis, hijo de Juan Francisco, se ha- cia cargo de los negocios de la compaiiia en Jujuy y Salta En segundo lugar, la compafifa reorienté sus ventas de acuerdo con las posibili- dadles del mercado, Las operaciones comerciales en mulas, con un mercado deprimi- do luego de la supresién de los repartos, cedieron lugar a las de efectos de la tierra. Entre 1782 y 1787 Martearena y sus sobrinos estuvieron muy activos en la venta de textiles, y en una ocasidn cova, a Potosi, Salta y Jujuy. Martearena compraba ropa en grandes cantidades en el Cuzco (y supongo también en Lampa) y las distribuia entre sus sobrinos para su venta en esos mercados, Los margenes de ganancia eran muy es- trechos y la compafia s6lo pudo reportar una corta ganancia del 10% sobre estas ope- raclones cn esos afios. Las deudas del negocio de mulas de 1780 fueron canceladas Jentamente entre 1782 y 1787, parte de ellas en metilico y parte en especie, sobre todo en ropa de la tierra.5? La mis importante de todas tas obligaciones contrafdas en 1780 era con ef gran pro- Pictario y comerciante de mulas saltefio Nicolés Severo de Isasmendi. La deuda, unos 9,400 pesos, fue cancelada por Martearena en varios desemibolsos mediante una com- binavidn de pagos en metilico (el 60% del total) y ropa de Ja tierra (el 40%) que Mar- tearena fletaba desde Lampa para su entrega a los agentes de Isasmendi en Salta. CUADRO 5. Pagos de ler deuda de la compaiia con Nicolas de lsasmendi por compra de mulas, 1780-1787 Fecha pst 10 y 1-4-1780 3.226 plata Dy 159-1783 2,000 plata 17-35-1785 13st ropa 7-6-1786 1.000 orviphata 24-4-1787 4d ropa 21787 335 ? 21787 384 ropa DIRT 61S ropa 9.856 + * La cifra no incluye 484 pesos 3 reales de intereses pagados por la companiia, FUPNTE: AHI, DY, 1 (3), HT. 82-89. AD gus, Vergara. 1. 3. fT. 66-68, 84-81 y 91 66, En 1787 Martearena regresaba finalmente a Jujuy y presentaba sus cucntas a los he- rederos de Leanis, quienes decidieron hacer juicio a su io. El juicio duré cinco afios, hasta 1792, cuando los sobrinos desistieron de continuar la accién legal.** A pesar de que las cuentas de la compaitia entre 1780 y 1787 mostraban una pequefia ganancia para los asociados. ésta consistia sobre todo en deudas atin no cobradas, entre las que se inctufan los 3 mil pesos que debia el corregidor de Lampa y cuyo pago habia sido postergado sine die por Martearena, En los dltimos cinco afios de su existencia la compaiiia habia trabajado para cl payo de ta deuda contraida en 1780. Y ese peso ha- bia sido muy dificil de remontar. La compaiia dejé de realizar negocios una vez. que las deudas fueron por fin canceladas en 1787.4 CUADRO 6. Movimiento comercial de la compuiifa, 1780-1787 Concept, Tngresos Eqresos Uuilidades pool pst ps rt Mulas 54.379 3 56.620 2 “2.241 1 Efectos de fa tierra 25.078 22.820 2.258 Efectos de Castilla 7.617 6 7.732 “15 Otros 21 18 5 973 Deudas 5.096 5.096 TOTAL 92192 9 87.290 7 4.908 4 PUENTE: AHI, DV 1(3), IT, 2-7, 47-48 y 60-61 CONCLUSION Desde cuinienzos del siglo xvii y hasta fines del perfodo colonial fas mutas fueron la principal mercancfa que articulaba las provincias nortefias del Rio de la Plata con el Pert. La compaita formada por Leanis y Martearena prosperé en un momento de au- ge del comercio de mulas en los Andes, desde fines de la década de 1760 hasta las rebeliones indigenas de la década de 1780, al amparo de los repartimientos forzosos de mercaneias en tos corregimientos andinos. En la base del mercado de mulas estas #3. Sin embargo, atin en 1805 ef testansento de Maria de los Angeles Dominguez y Zebreras, viuda de Leanis, registraha Ia deuda de Martearena, sin especilicar monto, "en cuenta de tas utilidades ge toaban al vido na anistido en eb ultimo negocio de mulas que espencheron en ka Provineias del Cuzco. Lampa y Carabaya,..". ats. 70, 2223 1805), £2 54+ Ly operaciones vomnerciales realizadas por la compafia entre 1782 y 1787 dan un suldo favorahie de 5 rail pesos que en su mayor fueron aplieados al pago de la deuda, ales, Vergara, 1,3, 1F 2-7. 47-48 y 60-61 oT ban las comunidades indigenas, forzadas por los corregidores a comprar mercancias a precios més altos que los de mercado. Los repartimientos forzosos de mercancias, en particular luego de su legalizacién en 1754, sin duda ampliaron las posibilidades del comercio de mulas del Fucuman ai Per, pero también sefialaron abruptamente sus limites. Durante los afios de su funcionamiento la compaiiia experiments las luces y sombras def comercio colonial. Al amparo de un mercado protegido para sus pro- ductos y de una agresiva politica de obtencién de contratos con los corregidores, la compafifa pudo acumular ganancias que le permitieron ampliar el radio, y on oca- siones la naturaleza, de sus negocios. Los bencficios variaban ampliamente de afio en aio, o de envio en envio de mulas al norte, aunque siempre con un resultado fa- vorable. La compaiia también experiments lo peor del comercio colonial: el alto riesgo y lo voldtil de las ganancias en un sistema mercantil en el cual, merced a la venta al fiado, los comerciantes contraian deudas multiples. En este sentido, la de- saparicién abrupta del mercado para las mulas luego de la supresién de los repartos forzosos en 1780 probs ser el limite de la existencia de la compaiiia jujefia. En su caso ninguna de las varias estrategias empleadas para remontar las deudas y sacar a flote la sociedad sobre todo la venta de efectos de la tierra a mercados urbanos- re- sulté demasiado efectiva. Las socios de [a compaiifa jujefia se enriquecieron ripido, pero se empobrecieron aun mds rapido. Este patrén refleja las amplias posibilidades de acumular riqueza que brindaba el comercio colonial, pero a la vez cl alto riesgo que traia consigo. Como dice Gelman: “La actividad comercial aparece claramente como la tnica posibilidad para un modesto personaje de forjar fortuna en ticmpos cortos, pero por razones es- tructurales y coyunturales tiene una alta tasa de variabilidad y riesgo”. Y esta fragi- lidad era mayor en los casos de comerciantes medianos 0 pequefios que dependian de unas pocas lineas de crédito, como la compaiiia jujefia.s La coyuntura que comicnza cn 1780 se presents particularmente critica para las empresas comerciales que proveian a los corregidores de bienes para los repartos forzosos como casi su Gnica actividad mercantil, o al menos fa mis lucraliva de ellas. Si la pequefia compaiifa jujefia es representativa de esas empresas Ia abolicién de los repartos significé para ellas el principio del fin. Las que sobrevivieron al ca- taclismo combinado de la rebelién indigena y la abolicidn de los repartos debieron reorientar sus actividades y buscar nuevos mercados para sus productos dentro del espacio peruano. 8 Jorge Gelman. “Sobre el caracter...”, ob. cit. p. 69. 68,

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