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Alianza Universidad Ga Alfoldy Historia social de Roma Versién espafiola de Victor Alonso Troncoso UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS Direccién de Bibiliotecas Alianza 4 Editorial Titulo original: Romise/te Sosialgeseiiehee Primera edicidn en “Alianza Universidad” 1987 ‘Terceea rcimpresin en “Alianza Universidial™ 1996 ‘omunicazen puiblicamente, en toua nen pari unt bia Heiss c Tetos ies derechos sera © Be can Alan A. MR. HS, 192.96 ile an Tenet tae de Tens I SMTST hoa Rk ISBN; R42006-2482-9 Be ee Deposit igs 267-196 Enna eh erie CaS Printed in Spain sii mS INDICE Prdlogo a la tercera edicion Prélogo a la primera edicién (1975) 1 La sociedad romana primitiva Fundamentos y eomienzos del orden social tempranorromano, 16.— La constitucidn de la sociedad romana arcaiea, 22—La lucha ‘de ) KR, Teja (204), asi como el excelente trabajo de sintcsis Sobre los fundamentos de la economia antigua hecho por M. I, Finley (109), 4 Gée Alfoldy toma de referencia comnnes *. Sin dada, este planteamiento podré ser tachado de insuficiente 0 equivoco, tanto desde la perspectiva de las ciencias sociales como también, a la inversa, desde el punto de ista de In historia antigua. Pero como modelo heurfstico podria le- gitimamente servirnos en tanto no demos con un sustituto mejor La segunda cuestién vendria a ser la de cuél es el objeto de una historia social romana. La respuesta més socorrida, y por lo pronto justificada, seria sin duda la de que la historia social romana se iden- tificaba con la historia de fas estructutas sociales existentes dentro de las fronteras del estado romano. Empero, al menos en e] marco del presente trabajo, no ser4 posisle entrar a considerar las situaciones regionales, como, v. gr., la estructura social de Egipto bajo domina- cin romana o Ja organizacién gentilicia de las cibus norbaletnicas @ hispano-notoccidentales, del mismo modo que una historia del arte con el titulo de «Arte romano» no podria tratar exhaustivamente, por ¢j., el arte de Palmira. En primer plano de nuestra exposicién figurardn las manifestaciones generales o al menos suprarregionales de Ia vida social en la correspondiente esfera de dominacién romena, con lo que Jas fronteras entre las manifestaciones de émbito regional y suprarregional scrén con frecuencia diffciles de establecer. Finalmente, la tercera cuestién seria la de saber en qué sentido ha de entenderse como historia la «historia social romana. Los ané- lisis estructutales nos. proporcionan instanténeas o tomas del corte transversal de una sociedad cn un determinado perfodo y corren el peligro de proyectarnos una imagen estatica de ella, Para una expo- sicién que ha de vérselas con una evolucién historica de mds de mil afios, varias de estas instantérens resultan necesatias, cuando menos una por cada época. Las épocas de la histotia social romana compten- den los periodos de In sociedsd arcaica, la historia de la Repiblica desde el siglo tv a.C. hasta le segunda guerra piinica mas o menos, el cambio de estructuta en cl siglo 11 a.C., la crisis de la Repablica, el Alto Imperio, Ja crisis del siglo 1st y el Imperio tardo-romano. Pero Ja periodizacién de la evolucidn social, al contrario de lo que ocurre con Ie historia politica, es siempre particularmente dificil de estable- cer, ya que los elementos estiucturales no nacen ni se vienen abajo * De acuerdo con este planteaniento ta historia de ta economfa es objeto de a shistotia sociale solo en Ia medida en gue la vide ‘ccondmmiea deterting Ia divisién de In sociedad. ta singutaridad’ de sos distintos estratos. Si en el contexto de este libro ln historia cconéimice the recibido tun escaso tratamiento, incluso teniendo en cuenta dicha restriccién, ello ha sido debido concretamente 4 gue en In mgsma serie en que aparece nuestro trabajo se publica tambiéo una shistorin cconpmiea antiguas: id. Th, Dekity, Die Wirtschaft dev griechisch ‘Bnvichen Anke, Ved (Wiesbaden, 1976) y 2° ed, (bid, 1979) Cove ed én en preparacién) Historia wcial de Roma de un solo golpe. Precisamente para evitar Ia impresién de que la historia social romana se compone sélo de una serie de instanténeas yuxtapuestas, se ha resaltado siempre en la medida de lo posible de qué manera [as condiciones sociales de una poca se genetaban a par- tir de las de tiempos precedentes y hasta qué punto ellas preparaban a su vez el cambio social ulterior. El amplio tratamiento que propor. cionalmente se ha dado al Alto Imperio se explica no slo por caer en el las parcelas de especial interés para el autor; también mueve a éste el convencimiento de que el estudio de la ‘sociedad romana durante esta época —tanto por el cardcter de las fuentes y el estado de Ia investigacién como también por su clara y relativamente estable jeratquizacién social— se presta a ser una magnifica introduecién a Ia historia social, E| presente libro nacié de las clases magistrales y seminatios im- partidos en Ia Rubt-Universitit en Bochum durante mi actividad aca. dlémica en aquellas aulas de 1970 a 1974. Sin el mucho estfmulo y sin la critica de mis colegas, colaboradotes y especialmente estudian. tes, no habria llegado nunca’ hacexse realidad. A ellos esté dedicado en agradccimiento. Capitulo 1 LA SOCIEDAD ROMANA PRIMITIVA Fundamentos y comienzos del orden social temprano-romano Sabido es que la historia mas temprana del estado romano, la co: Trespondiente a la época de los reyes y al comienzo de la Renbhes, sdlo nos es conocida a grandes rasgos, y lo mismo cabe decir sobee la historia del primitivo orden social en Roma: Los inicios de le. hin forfografia romana, como los de su literatura en general, remontan sélo al siglo ur a. C., y dicha historiografia, representada principal- mente por la persona de Quinto Fabio Pictor, s6lo estaba en condi, ciones de teferir sobre los tiempcs mds antiguos aquello que se habla Breservado en una tradicién oral fuertemente tefida de leyenda Pero incluso esta tradicién era realmente pobre y tan insufvionte para los fines propagandisticos de la analitica romana durante. las sucrras contra Cartago, que Fabio Pictor se veria obligado 4 comple tarla a base de fantasfa, componiendo asi un cuadro totalmente arbi. atatio de los orfgenes de Roma. Y lo cietto es que ni tan siquiera esa versién de la primitiva historia romana, que por Jo menos procede del siglo tn a.C., nos ha Ilegado en su integridad: a clla tenemos fereso, fundamentalmente, gracies a la utilizacion posterior que de 4a misma hicieron Tito Livio y Dionisio de Helicatniso, quienes a a ver la rehicieron de nuevo de acuerdo con los puntos devises de Ie época_augustea'. Muchisimas noticias sobre acontecimientos y este sinetse F: Gabba, en Envretions sor PAntiquité Classique, rome XALL. Les onuines de la républiqne romaine (Vandocuvres-Gentve, 1966), pp. 133 6, fen 6 Historia social de Roma : 0 dos de cosas en la Roma temprana, y con ello tambgén, sobre las for- mas y fundamentos de sus relicioues sociales, resultan por ende alta. mente dudosas; incluso alli donde no nos enfcentamos a meros pro- ductos de la fantasia, sino a relatos esencialmente veridicos, los tales ofrecen una visin anacrdnica en el mejor de los casos y en muchos otros go nos permiten tampoco una ordenacién cronolégica irrecu- sable de su contenido (eanto més cuanto que los datos de afios no son verificables 1a mayoria de las veces hasta el 300 a.C. aproximada- mente). Toda vez que las fuentes epigrificas faltun casi por completo, son. a lo sumo las arqueoldgicas las que hacen posible un cierto control de la tradiciéa literaria, permitiéndonos, sobre todo, una clarificacién de las bases histérieas del poblamiento y el establecimiento de un cuadro cronolégico relativemente fiable sobre la evolucién interna de la sociedad y del estado tempranorromanos#, Si todas estas fuentes tan exiguas pueden ser ain completadas, ello sera entonces gracias 4 nuestros conocimientos sobre las instituciones sociales, politicas y religiosas de la Roma postetior, que conservaron numerosos residuos de la estructura social arcaica'. adelante citado: Exsretions XII), W. Pabst, Quellenkrtische Studien zur in reren romischen Geschichte der dteren Zeth bet Tr Livny aol Digan eon Halitarnass (Diss, Tarsbruck, 1969), Pars Fabio. Pictor ‘Ieee espeehonnen, A Altildi, Early Rome and the Latiis (Ana Atbor, 1965), for ID ten ake ‘min: Das ribe Rom und dic Latiney (Dorustade, 1977), pi 19 8, Sabee to investigaionesHlevedas cabo. por A. Alluldl accea de [histor prieaten de Roma, consitese tambign au Romtiche Prabgetchiie; Kritit and Rernhieg seit 1964 (Heidelberg, 1976), 11. P. Kahns subtaya con risée cn su cecresee 4 la 1? edicidn aleinina de tate Mbro (Wieredjabrenche. [fons Wine gesch, 64, 1977, pp. 409 s) que nuesttas fuedtes pata la historia Sood te Repiblics! rempiana y, en parte tambien, para la We la niece ton soey ‘at rmencaias (ef asimisaio We 'V. Haris, Amer. Journ of Phil. 1002 1895, B. 3351, y que, en cartespondencia ton esto, yo bits debide haces stds he capié en el eariccer hipotético de muchas “afrmaciones: ne menos Gale es sto et 10 atinente a ts ctonologfa de lt evolucion sosil. Ea el cede sued de ‘suesttos conaciientosdifeimenic. vow un eam mde adeonca tant deserbit la historia socal temprano romana que ede. eget hey heck s bios fundumeatates dela lucha entre hos orden. * Para la evidencia arqucolipica de la Roma primitive, véase_ una sites en M. Palloctno, “Aufstice und Niedergang der ‘romichen Walt tater ex adelante ANRW)'I 1 (BetlinNuees Yor, 1972), pp. 22m, eon, bibineealta en pp. 46 s. Conssltese, por lo dennis, en'pariitat a Vt. MallerKeee vers Anfang Roms (Heidelberg, 1999); Gel whisoia, Zur Stadwerdung Ree (Wee delberg, 1962), E, Gierstad, Barly Rome, TVi (Lund, 19339 aah mee, Gpuse Roms, i961, pp. 69-52 5 tambien. sy Leseuds and. Fass of Lath Ronan History ‘Lund, 1962). TE? Brown, en Encretions, MII a 56 aicuciones: Uy. Libuow. Das rdqesche, Voll Sein Wad sel sein Recht (Bronktort aM," 1953), B. Mencc, Remarber Sai tnd Stations (Citric, 1973),"td, Einthrang tn die antihe Stantieunde® (Darsseade, 10), Pp. 131s. Pata le Repiblica mitese ademée exp. F De’ Martino, Sircis date 8 Gea Nifsldy EI relato sobre Ja fundacién de Roma por Rémulo es tan antihis. térico como Ia fecha caleulada pata tal evento por Varrén a finales de la Repiiblica, que equivaldria al afio 753 a.C. de nuestra crono- logia. En cualquier caso, los camienzos de aquel asentamiento en la colina del Palatino al que pertenecié un cementerio en el posterior emplazamiento del Forum Romanum y que pucde ser considerado como micleo del desatrollo urbano de Roma, se retrotraen, cuando menos, a dicho periodo y muy posiblemente incluso al siglo x .C. Los habitantes de ese poblado exan latinos y formaban parte del grapo de pueblos latino-faliscos, rama a sv vez de aquellos invasores indo- europeos gue en el curso de los grandes movimientos migratorios de Centroeuropa y los Balcanes a partir del siglo x1 a.C. se habfan es- tablecido en Italia y allf vivian del pastorea y en parte también del cultivo de la tietra. En las cereanfas, sobre Ia colina del Quitinal, se asentaron sabinos, gue pertenecian al grupo de pueblos osco-umbro de Jos invasores indoeuropeos; sus clanes, camo los Fabii y los. Aure i, 0 los Clandii, supuestamerte establecidos més tarde en Roma, quedaron progresivamente absorbidos en Ia comunidad Jatinoparlante. La eformacién de Roma», un proceso en el que esta comunidad de- vino una ciudad-estado, se efectuéd como muy tarde a comienzos del siglo vi a.C. La ciudad se vio sustancialmente ampliada con la in- clusiéa de los Ingares habitados al sur, al este y al norte del Palatino, y quedé separada del campo a ss alnededor por una inde fija (pome- rium); adquitié instituciones estables, magistrados incluidos, cuyo dmbito de competencias cubria precisamente el tettitotio delimitado de Ia ciudad paralelamente, fue institwido un sistema estable de go. bietno, In realeza (en Ia forma de monarquia electiva}. Este proceso cera claramente inseparable de un acontecimiento histérico de decisiva importancia para Roma: la extensién de la dominacién etrusca a la ciudad del Tiber‘. La comunidad urbana de Roma se modelé bajo el dominio etrusco y a imagen ztrusca; hasta sti nombre procede de tuna estitpe etrusca (Ruma). Las instituciones y la forma de gobierno fueron establecidas segin el modelo ettusca, y el poder fue ejercido Por reyes etruscos; amén de elle, Roma tom6 de ese pueblo no sélo muchas de sus tradiciones religiosas y culturales, sino también su estructura social en_gran parte. Reminiscencias de los tiempos ante- riores a la dominacidn etrusca, que podieran haber correspondido @ ‘costituzione romana, IIIT (Népoles, 1951-64), y también J. Bleicken, Die Ver fessung. der rémischon Republik? (Brdevivorn, 1978), donde tambien se. descr ben detalladamente Tas capas. sociales portadorns de Tas instituciones (eh. @ propésito de cila, A. N. Sherwin-White, Gnomon 51, 1979, pp. 1538). A, Alliidi, Gymnasium 70, 1963, pp. 385 8, y esp, Early Rome, pp. 193 s = Das frtihe Reb, pp. 181s Histo social de Roma 19 Jas estructuras m4s antiguas de los latinos indocuropeos, se manta vieron enraizadas, sobre todo en el culto religioso, hasta las épocas més tardias*. Al margen de Ia herencia indoeuropea y del papel ju- gedo por los etruscos, hubo todavia un tetcer factor en la historia temprana de Italia que estuvo también a la base de la evolucién ro- mana, a saber, el importante influjo de los griegos, particularmente en el plano cultural, que desde mediidos del siglo vitt a.C. habfan puesto pie en el sur de Italia y poco después también on Sicilia Pero la conversién de Roma en una ciudad-estado fe algo que ésta debi6 a los etruscos y, por consiguiente, nada constituyé un fonda. mento histérico tan importante para Ia historia social de la Roma temprana como el hecho de Ia dominacién por aquel pueblo. La historia de los etruscos nos es conocida a partir del siglo vir a.C., momento en que, sobre Ja base de Jz explotacién minera y de Ja manufactura y ef comercio ligados a ella, se inicié el auge de sus ciudades.y, con él, la fijacién de las eatacterfsticas politicas y cultw. rales de este pueblo’. Nunca llegaron a format un estado unificado: Ja f6rmula de la que se valieron para organiza su vida politica en comin fue una liga de doce ciudades, cada una de las cuales estaba regida por un rey. La sociedad se descomponia en dos grandes gru- pos: nobleza y una capa inferior privada précticamente de libertad Los nobles, de cuyas filas salfa también el rey, posefan las tierras més fértiles y presumiblemente también las minas; al mismo tiempo do. minaban por completo la vida politica, puesto que integraban el con- sejo de lor anelanos en las cudades y cubrfan Jas magistratutas. Los estratos bajos estaban compuestos por los grupos dependientes de la nobleza, es decir, por el personal de la atistoctacia —esos eriados do- * A. Alfoldi, Ati della Accademia Nationale dei Lincei, Classe di Scienze ror, siovicbe & fol, Rendicont, VIll, 27, 1912 (STS) pp, BOY &, yceee también de él, Die Struktur des voretruskischen Réimerstaates (Heidelberg, i, “"E. Boyer,en ANRW 1 1, pp, 505s Sobre Ins condiciones scales en let cindades arieges de Italie, off. Lepore en Rechercher ser let hserurte sows dons Fastguite lavigne (Paros 370), pp. 48-4, 9, lets oe Ae GE°7R. Convegno di studi vale Magna Grecia, Peonomia @ Toleta mel Magna Grecia 1972 (Napoles, 1973). "*Consitese ina intesis en L. Bent, Die Well der Elrasker(Statiget, 1963}. Hevraeny La ote guotiicnne het les Errurgues (Pale, 16h eae ania, Die Etro Stattgatt, 1917), M, Pallotinn, Lorarcator® (MdgA ISPD) (en atemén, ‘Die Eirushet, Prank 1963). "Para "uns ‘isém deinen, id. J Eleorgon, Die Eergker, pp. 6L 4 Higioria 6, 1997. npr 63 cs'y del ming, en Recherches ot Ie i bist Giles” dans antique classique, pp, 39" 42S: Mersatnay Horie 6 193), bp. 38 5, R. Lambrecht, Erstsa es maghravarer des républigues cutguey (Bruselas-Roma, 1959), Estratos inferiores: Th. Frankfort, Latomus 18, 1959, pp di I Heuxgom, Latons 18, 1959, pp. 713 20 Gea Alfaldy imésticos, atletas y bailarines que nos son conocidos por representa ciones—, por los artesanos y los mineros, asi como por lot campe- sinos, a quienes Dionisio de Halicarnaso (9,5,4) comparaba con los Penestas tesalios y que, como éstos, bien pudieran haber sido trabs adores agricolas atados a Ia gleba'y obligados también al servicio militar. Este modelo de sociedad fue en gran medida adoptado por Roma, donde el primitivo sistema social —antes de perfilarse la plebs como estamento aparte y resuelto a la lucha—, con la noblest. pee tricia domingndolo todo, en un lado, y sus clientes y esclavos, en’ el otto, se ajustaba enormemente al prototipo etrusco. EI poder de los ctruscos alcanzé su cénit en el siglo vr a.C, Por el norte se abrieron paso hasta la laoura del Po, donde fundarion nuevas cindades; hacia el sur ccuparon el Lacio y Campania, yen 1.535 su flota, en alianza con Cartago, pudo vencer a los foceos, los colonizadores, griegos més actives de la mitad occidental del Meds terrane. Su dominio en Roma se mantuyo inconmovible hasta finales dl siglo v1; durante ese tiempo debieron de haberse proucido cee tos cambios politicos, ya que tolo parece indicar que Rama cayd su cesivamente dentro de la esfeta de influencia de distintas ciudades ctruscas, entre ellas Vulci, Tarqunii y Clusium?, Los amos de Roma, a pesar de que su titulo (rex) 0 sea de origen ettusco, sino inde {uyphee, Stan con seguridad! eteuscos, como Tarquinius Superbus, en la leyenda el iltimo de los siete reyes de Roma, 0 Porsenna, el rey de Clusium, quien poco después de In expulsidn del sltimo Tarquinio ccupé temporalmente la ciudad del Tiber. Estos iiltimos aecircct mientos marcaron ya el fin de la dominacién etrusea sobre Roma, La tradicién acerca de la expulsién de Tarquinio de la ciudad, procucide segiin aquélla en el 508 2.C., ha conservado, pese a todo, el recuerdo de un hecho histérico auténtico: Roma fue liberada del dominio de fos reyes etruscos por un levantamiento de la nobleza antimondrgui, ca, al parecer en el 508 0 algunos afios més tarde". Los presumible- mente repetidos intentos de establecer el control etrusco en esa ciu- dad se vieron abocados al fracaso y, una vez que los etruscos huble, ton perdido su poderfo naval frente 2 Hierén de Siracusa en la batalla Ge Coma, €. 474 a.C,, también desaparecié la infhuencia de este pu blo en el Lacio. jy Mio fif@ldt, Gymnasium 70, 1963, pp. 389 3. y también de, vid. cap Early Rome, pp. 206 s. = Das fridbe Row, pp. 193 foci hy, Able, Early Rome, pp. 47 $= Das fritbe Rom, pp. 44 sR Wetnet, Der Beginn der rimischen Republik (Mitchen, 1963} databs ees acontecimiento en torno al 472/470 (ef. sobre ello, E Moyer, Hist Zonk £28, 1964. po. 578 2). y E Gjerstad do baja incluso’ haste sie, Sie Dibllogralia ea nota 2, y tambiga del mismo autor, Envrevions, XLT. pp tg Historia social de: Roma : a El orden social arcaico de Roma", que habia csiguiad dara el siglo vi-a.C. bajo ef pobierno de los reyes etruscos, no fue exclu Souk It joan monsnguica, El orden sock estableido ga su dia siguid vigente en gran medida tras Ia abolicién de la realeza, solo ae las funeiones del me. parca, que habia. sido jefe supremo del ejér vez y sacerdote, fueron repartidas entre la aristocracia ito, primer jv : Glertamente, las luches entse.patrcios 9 plebeyor largo de la dquinta cenvuria prepararon ¢ iniciaron el proceso de disolucisn de la estructura social arcaica, si bien no hasta su completa liquidacién, y de ahi también que muchas de sus notas caracteristicas pudiesen so brevivir no s6lo ese siglo sino incluso a tout Ia Repiblis, Las ra gos definitotios de este orden sccial arcaico, patentes en su estra Cara y en fas mutuas relaciones entre sus estrates, serian las siguien- tes: fa estructura de la sociedad estaba Tosremente sarin por I Gn horizontal, que nacia del papel central de la familia en la Mid socal ur levabe al sgeapagene Ske fais se Bose del parentesco de sangre en un complicado sistema de clanes, curias y tibusn, comparable con la repaticion de a siedad homers uribws, fratrias, clanes y familias. Frente a ello, la divisién vertical de a sociedad resultaba relativamente simple, ya gue, al menos en sus comienzos, slo eonocta la exisoncia de uw noblesa y de he pueblo dependiente de ella, con lo que ya nos podemos imaginar el enorme significado que adquirfan los yinculos estrechisimos de los particu: leres y las familias menos pudientes con los miembros de In aristo cracia, bien por tazén de la misma adseripeién geneilicia, bien simple- mente por raz6n de las telaciones basadas en la vecindad —y ello, por cierto, no sélo en la sociedad arcaica, sino también, y bajo formas muy diferentes, durante toda la historia de Roma. En consonancia con todo esto, el frente de tensiones en el sistema social arcaico pre sentaba una relativa simplicidad: sus conflicios podian s6lo_ produ. cirse cuando Los sectares dependientes, 0 al menos los grupos de éstos pp. 787 s, Téngase también en cuenta E, Gjerstacl, en ANRW I 1, pp. 136 5 Be feta § te at a te Siena de chenrtn,congflous A est Prats! AE anoreneg se 88, 1981, pp. 85 s,). 2 Géia AMildy yne estaban en mejores condiciones para liberarse de las relaciones de dependencia, declaraban Ta guerta a la aristocracia, Iuchando por la equiparacisn politica y la nejora de st sitnacién econdinica La constitucién de a sociedad romana atcaica La familia romana primitiva'® constituia una unided econdmica, social y de culto. El jefe de familia (pater familias), por razén de su autoridad (auctoritas), gozaba de poder ilimitado sobre Ia mujer, los hijos, los esclavos y el peculio familiar (res familiaris). A él incum: bfa la administracién de los tienes familiares (bonoram odministratio) y ln direccién de Ia actividae econdmica de la familia, en especial, la explotacién de sus campos de cultivo. Tras escuchat a los varones adultos, era € quien decid: en las cuestiones de derecho, como la admisién de muevos miembms en el cfrculo familiar o la salida, de éstos (v. gr., por mattimonie), o la punicién de sus actos ctiminales; también correspondia a él representar a la familia ante el exterior ‘Ademés se ocupaba como sacerdote del culto de los antepasados (a cra famsiliae). Su posicién de poder, casi ilimitada, que en la vida politica tenfa su corolatio en el predominio de aquella nableza inte gtada por los jefes de familic con mayor autoridad, queda mejor que nada reflejada en el derecho que le reconocfa la Ley de las Doce Ta. blas de poder vender a sus propios hijos como esclavos Por la ascendencia comtin y, al principio también, por Ia vecin- dad de residencia, Ins familias quedaron agrupadas formando el clan (gens), que, como unién sagrada, cuidaba del culto gentilicio (sacra gentilicia), y cayos miembros, junto a sus nombtes individuales, os- tentaban el gentilicia comin (nomen gentile), como, pongamos. pot 080, Fabius (perteneciente ala gens Fabia). Originatiamente, In ctea- cidn de estas parentelas constitufa un privilegio de la nobleza patricia, mientras que las gentes plebeyas fueron instituidas al principio a imi. tacién de los clanes patticios, Clara cs que las gentes de la nobleza, tanto en Ia lucha politica como en el campo de batalla, adonde estas parentelas se desplazaban en cerradas unidades de guerra, eran capa- ces de poner en juego un ntimero considerablemente mayor de hor. bres armados que los clanes plebeyos, pues también acostumbraban 1 E. Sachers, Pater familias, RE XVIII (1949), col, 2121 «, CE. E, Burck Die alerintsche Fame, en Das ene Bild der Anite it Row (Leipaig, took Bp 3 For lo ave safe a isin de Ie moje demrade nami en ft stints epocss, eesti en la que aga no. fovemos eivean tid tnt eee en JP. YB. Balsdon. Roman Wonen Thaw Hitory ant Hein aaa 1962) {en slemén. Die Fra fn der romtichen. Anite, Manchen, 19751 Historia social de Rome B @ moviliaar para ello a sus clientes. Ast se explica que la tradicién antigua afirmara que la gens Fabia hubiese enviado 306 gentiles pa- tticios y varios miles de clientes en el afio 479 a. C,, cuando fue ven- cida a orillas del Crémera en la guerra contra los de Veyes; 0 que la gens Claudia, de otigen sabino y acogida en Roma por esos mismos afios, sumase un numero de 5.000 familias”, Estas patentelas estaban agtupadas en curiae (probablemente de coviria = «reunién de varones»). Su néimeto ascendfa a treinta desde su fundacién bajo Rémulo, segin rezaba fa tradicién; mientras que los clanes carecian de jefe, habia a In cabeza de cada curia un curio (y sobre todas los curiones un curio maximus). Estas agrupaciones de clanes, que estaban subordinadas a las gentes, adquitian en la vida pablica una gran relevancia. Junio a sus funciones sagradas, consti- tufan la base organizativa de Ia asamblea popular y, al propio tiempo, del ejército, La asamblea popular reunida por cutias (comitia curiata) decidia en cuestiones de derecho de familia (como, por ejemplo, cuan- do el padre de familia moria sin descendencia masculina), daba tam- bign su parecer en Jos temas de interés publico y tenia el derecho de tatificar en su cargo a los més altos magistrados de la comunidad (lex curiata de imperio). En la guerra, quienes estaban en edad de portar las armas entraban en campaiia en formacién curial; de acuerdo con Ia tradicién, cada curia habla de poner en combate 10 jinetes (una decuria) y 100 infantes (una cemturia). Asi, la totalidad de estas fuerzas, con al parecer 300 caballeros y 3.000 soldados de a pie, cons- Uitufa Ia unidad de combate primitiva de Ia legidn En la época monérquica las curias estaban reunidas en las tres tribus gentilicias (fribus). Cada tribu comprendia diez curias, Los nombres de estas agrupaciones, Tities, Ramnes, Luceres, son etruscos y prueban claramente Ia importancia del protectorado etrusco en Roma en la conformacién de su primitivo sistema social. El protago- nismo de estas entidades en la vida publica era, sin embargo, menor que el de las cutias, y a To largo del siglo v a.C. la antigua forma de divisién por tribus se verfa atin més relegada a un. segundo plano, imponiéndose un teparto de Ia poblacién en tribus de earécter terri. torial. Pero, en Ia estructura social arcaica, cuando atin se hallaba in- tacta, las tres tribus comprendian la totalidad del pueblo romano (po. pulus Romanus 0 también Quirites, un término que puede ponerse en telacién con la colina del Quirinal o quizd con covirites. = «hombres de Tas curias») ° Liv. 2.493; 2.5011; Dion, Hal. 915,1 3 Plut, Publicola 21,9. % Sobre las instituciones, véase la bibliografla de nota 3; para’ el sistema ternario de las curias y tibus, A. Alfoldi, Die Struttur des ‘vovetruskischen Romerstaates, pp. 42 8 24 Gees Alioldy EI atimero de ciudadanos de la Roma primitiva puede evaluarse Sélo de forms aproximads. Las cifras transmitidas sobs ef wines de gentes, y que ya hemos mencionado, resultan tan ‘exageradas como Gi tzatcion sega la eval el pueblo romano comtabe tone 130 000 dadanos en el 508 a.C. y 152.573 en el 392 a, C.". Enel siglo vi y todavia bacia el 450 aC, el tertitorio del estado romano crt, grilaizquierda del Tiber— comprendia una superficie dea dideee de unos 8 kms, solamente; el niimero total de inteyrntee eats foruunidad podeta ascends, hacia el 500 a.C., a 10.000 6 15000 8 Jo sumo, cifta que, més o menos, encajaria con cl torl de fuerzas de la leva militar mencionado por las fuentes. Todavia hacia el afio 400 3.C., cuando el tertitorio del estado romano habe caccele ya una Considerable ampliacién, ef que ocupaba la ciudad de Veyes (Ven) era més extenso que el de su vecina latino El estrato superior de la sociedad romana en &poca de los reyes de la Reptiblica estaba compuesto por los S, una nobleza de sang-e y de la tierra con Privilegios esta. Tienes claramente delimitados. EI nacimiento del patticads cfs mente, puede explicarse como no sen postilando la fowmnacsén te uns obleza ecuestre bajo los reyes etruscos de Roma, come sone cuencia a su vez de la Preeminencia de la caballeria en el modelo ar caico de hacer la guerra; los miembros de esta nobleza componian el séquito montado del rey. Esto se deduce, ante todo, de los distintivos Samenzales de los patricios, que, al menos en parte, cube hnees Me nat cl westuatio € insignias de la primmitiva cabullecis roman Vo élite de la antigua masa movilizable para la puerta en Roma, los «ea. originariamente balleros» (eguites, todas luces identifi celeres = alos velocess), son a Pietarios de tierras, social y econémicamente sos de verosimilitud iets infanterta peseda y poco tuviesen cue ver con hee eatallees del sSquito real. El «dominio de la cuballerian, como aebengae también “pot la Grecia primitiva, respond: claramente a las condiciones dese ren social arcaico. Es algo muy caracieristico el que tahehas cnn flamada constitucién serviana de Roma en el siglo Va Ck equites fuesen considerados como un grepo rector, site poe Sacre de las 2 oe tat 3204, 9 Plat, Publicol 12:5, 0 bien Blin, Nh 39,6, THE Helge nates én la Repablica, fA.) Tastee, HomiNr 2 ¥ pra lgrnoaie Wars Elects of Romin Lite (Lande, ibe3) Feet si Arent dtalian Manpower 225 BC-AD. 14 (Ontord, 194i} Bess "A: Altotdl, “Hermes, 90, 1962, pp. 187s Historia social she Koma : 2 clases» normales y corrientes; su posicidn ha de epmpararse mis 0 menos con la de los cubulleros (hippeis) en la constitucin de Atenas antes de la reforma soloniana” En base al origen, asi como a sus funciones y privilegios en la vida econdmica, social, politica y religiosa, lu aobleea patricia cons titufa en la Roma primitiva un estamento cerrado. Fuera de los tiem. bros de Jas familias romianas ilustres, sSke ciertos inmigtantes de otra comunidades podian hallar acogida en esa nobleza; clato xjue en santo en cuanto se contasen ya en su patria entee la aristoceacia local, ceuno fue al caso, segiin la leyenda, del sabino Atio Clauso, fundador de 4a gens Claudia trasladada a Roma, Muy poco despues del comienzo de Ia lucha de estamentos el patriciado cettd filas con mis fuerza atin que antes, mientras que los recién Hegados solo pudieron integrarse en la plebe y el matrimonio entte patricios y plebeyos quedaba prot, bido. También los componentes de la nobleza patricia, en consonancia con la ética de las sociedades organizadas aristoctiticamente, eanpe. zaron a sentirse como los «buenos» de la sociedad, como viri bout ot strenui —tal como Marco Porcio Cat6n el Viejo definiria todavia en su época a la aristocracia romana—, y en adelante pusieron todo su empefio en dlstinguirse de la masa del pueblo también cn su modo de vida. Su conciencia de identidad tuvo su. mejor expresidn en los signos exteriores de su estamento; eran éstos el anillo de oro (anulus aureus), la banda de piéxpura (clavus) sobre la tinica, fn capa corta ecuestre (trabea), el zapato alto en forma de bota con carreas (cilecus batricius), ast como los discos de adorno en metal noble (phalerac), del equipamiento de la cabolleria primitiva En el terreno econsmico, los putricies debfan su preeminencia a su propiedad de la tietra, que hubo de comprender una parte vansh derable del territorio romano, asi como a sus yrandes rebafes, Segan Ja tradicién, Atio Clauso abtuve tras la admision des elan en Roms up lote de 25 yugadas, y lis supuestas 5.000 familias «costientesy de eu acompaiiamiente solo das yagedse por cada una (Plut,, Publicola 21,10). Un tasgo tipica del poder evandmico de fos patricios en la Roma primitive viene sefilado por el hecho de que los gastos de mantenimiento de sus monturas eran cubietios por la comunidad, o “by Allg, Der fribromische Reiteratel und seine Ehrenabzeicben (Ba rach deri Stars dler Roig, en Gestalt und Geschichte, Festsebafe 4K Spe fold (A. Belbett au Ante Kunst, 1967), pp. 13s; el timo. Htasie (5, 1968, pp. 444, conita la tosis opuesta! de A. lomigliano, Jou of Komog Site. 56, 1966, pp. 16 s. Tambign A. Momijliano lu ltenalale cle goers at imteroreicions ease Haired X11, pps 197 2 Para paced pri £4, aimlsmo P-Ch, Ransuil, Recherches sur le. pusricin CO oe eee Ss (Paris, 1975), y JOC Richard, Rev des Etudes Lancs 54, 1976 pie 34 2% Gees Alfatey ids exactamente, por las vivdas ¥ huérfanos de ln comunidad (quie- nes por lo demas estaban libres de impuestos). También la parte del Jedn en el botin de guerra, una fuente de riqueza muy importante en las épocas tempranas, Jes correspondia a ellos. En Ja guetta los pa- tricios desempefiaron’el papel militarmente mds destaeado hasta el advenimiento de la falanga hoplitiea, salienclo ellos mismos al campo de batalla al frente de sus partidas de clientes, como los Fabios en el. 479 4.C. También fa vida politica estaba totalmente dominada por ellos. La asamblea popular en su antigua forma de organizacién por cutias, que les permitia comparecer en ella acompafiados de sus masas de clientes, se encontraba sonetida por completo a su infiuencia. En el consejo de los mas ancianas (seratus), que habia nacido asimismo ya bajo Jos reyes etruscos y constituia desde la instauracién de Ia re- publica Ta instancia suprema de decisién on el estado romano, sus miembros patricios (paires) tomaban el acuerdo del que dependian, para set validas, las resoluciones de la asamblea popular. Los sena- dores plebeyos que se fueron ineorperando (conscrtpti = «afiadidos») no estaban facuiltados durante la primitiva Repyiblica para votar. Ade- fs, eran solamente los patcicios quienes proporcionaban los magis- trados de la comunidad, y entre étos los funcionarios superiores de duracién annal, cuyo nimero va desde el inicio de la Repablica fue fijado en dos y que primere se denominaron practores y mis tarde consules; asimismo de sus filas salian el dictator (originariamente magister populi), dotado en situaciones militares de _emergencia de predetes ilimitados por espacia a lo sumo de medio aiio, v los sacer- dotes ®. En sitnaciones de excepeién, en las que no haba ningtin fun- cionario {o ningtin rey en época de Ia monatquia}, fos patricios esco- sian de entre los suyos a una persona que tomaba a sit cargo los ast. tos interns (interrex), Una cietta estratificacién social dentso de este estamento homogénea es sélo discernible en Ia medida en que el stupo de cabeza, compuesto por los varones de los linajes mis dis tinguidos (patres maiorum gentiv), gozaba de una influencia espe cialmente sefialada; el presidente del senado (princeps senatus) era elegido de entre dicho circulo. El otro estamento en la sociedad tempranosromana eta ta plebs («muchedumbrer, de plere = «llenary), ef pueblo lano cvupuesto por los libres, parte asimismo del conjunto del pueblo-nacién (popu- % Sobre Jos magisradon,wéne_In bibliog ctada en ta note 3, 2 és de, espelienee F Heutgon ep Enretons IIL, pps 310s 4 Jn fern rim tod Wobtakiatur (Rati, 1990, P. De’ Mri, en ANRW Tf, fir Historia social de Roma a Jas) ®. Los plebeyos dispontan como los patricios del derecho de cit. dania, pero no poseian los privilegios de aquéllos. Los comienzos de la plebe remontan ciertamente al tiempo de los reyes, si bien ésta sélo toms una forma consistente a partir del inicio de su lucha orga. hizada contra In nobleza patricia poco después del 500 a. C., una ver gue se hubo consolidado como una comunidad apatte con institucio. nes propias. Por tanto, fa plebe como orden aparte no era una insti- tucidn etrusca, sino especificamente romana, tanto més cuanto que el ordenamiento social ettusco sélo conocfa en un polo de la socte. dad ¢@ los scfiores y en el otro a los clientes, setvidores y esclavos En ha parte de la tradiciéa antigua tardia la plebe tempranorro. mana se nos aparece como un estrato bisicamente campesino. Campe- sinos gue pudieron preservar su independencia econdmica frente a los patticios los hubo siempre en a Roma primitiva, y la nién en el marco de Ia plebe fue para ellos Ia tinica posibilidad de afirmarse frente a In poderosa nobleza de la tierra. Peto los que sobre todo no dejaron de aumentar generacién tras generacién, fueron los grupos ins pobtes del campesinado, aquellas que quedaban desposefdos como consecuencia del continuado reparto del fundo familiar entre los he- tederos; también ellos sélo pocian esperar Ja mejota de su situacién de una comunidad de lucha plebeya. No obstante, es de suponer que en el nacimiento de la plebe como estamento cerrado estuvo presente también un estrato bajo de tipo més bien urbano, integrado por arte- san0s y gentes de comercio. La manufactuta y el comercio, y cons guientemente también los grupos profesionales de artesanos y merca- detes, nozaban de muy baja repntacién en la Roma primitiva, cn co. Hrespondencia con el orden aristocratico de la sociedad, basado predo- minantemente en la agricultura: seatin Ia tradicién, Romulo habria prohibido terminantemente el ejercicio de la actividad attesanal Quienes debfan sentirse Hamados al servicio militar y al cultivo de la terra, y la idea de que eta el agricultor, y no un menestral o un mer. cader, la figura moralmente superior en la sociedad, se mantuvo asi después de Catén el Viejo y Cicerén hasta los tiempos del Imperio. Segtin algunos escritores tardios, como Tito Livio (1,56,1) ¥ Plinio (N. b. 33,154), eran extranjeros, y sobre todo inmigrantes etruscos, quienes desarrollaron la manufactura en Ia Roma ptimitiva y ense. faton a sus habitantes el saber artesanal, La predisposicién de Roma “Ears, wisibn, de conjunto, vid, J. Binder, Die Plebs (Leipzig, 1909); WW. Hoffmann H. Siber, RE XXI (1951), col. 73s, Acerca del nacitiento 6 estructura de Ja plebe tempranorromana, ‘vid. también I. Hahn, Ottamene. 1. 1976, pp. 47 s., asf como JC. Richard, Ler origines de la plebe romaine, Hesdi ur la formation du dndlismve patricio-piébéien (Roma, 1978). Cf. aden la bi bliogtatia sobre fa elientela de ta nota 11 28 Gea Altatdy a acoger en su suelo a los estranjeros debié de ser grande; segiin Ia Jeyenda, ya Rémulo habia instituido un asylam para los refugiados venidos de fuera, La posicién social de estos inmigrantes en tiempos del dominio de la nobleza era con cexteza bastante desfavorable, pero personalmente debian de se menos dependientes de las poderosas familias nobles que la mayor‘a de los campesinos romanos: la resolu. a de la plebe cortra la nobleza patricia desde el comienzo de la Repablica sélo resulta comprensible si partimos del hecho de que tun «mticleo mas fuerte» de los plebeyos vivia en parte libre de las pre siones econdmicas, sociales, politicas, y también morales, que unian Jos miembros corrientes de ur clan a su caspide patricia y que en com secuencia afectaban ante todo a las masas de la poblacién campesina En todo caso, serfa un error equiparar sin mds a la plebe con los clientes de 1a nobleza patticis. Los clientes constituian, en contrapo- sicién a una parte de la plebe, un estrato inferior prioritariamemee campesino. Las fronteras entre estos dos grupos sociales estaban en verdad poco marcadas, tanto més cuanto que también los clientes po- dian verse libres de sti sujecién a los nobles (por su muerte, ponga- ‘mos por caso, sin dejar herederos) y entrar asi a formar parve de la plebe; como también eta posible que algunos miembros de la plebe Hegasen a encontrar una posicién estable en Ia sociedad romana mer. ced a su vinculacién personal a una familia patricia, Pero, si los ple- beyos consiguicron aglutinars: en un estamento cerrado, este no fue cl caso de los clientes, hecho que se debis sobre todo a su fuerte dependencia personal de la nobleza. Esta forina de sujecidn sobrevivie al antiguo ordenamiento gentilicio de la sociedad romana. El eliens (de cluere = sobedecer a algaien») entraba en relacity de fidlelidad (fides) con el noble rico y poderoso, relucién gue lo obligaba a la prestacién de una setie de servicios de indole econdmicay moral (operae y obsequinm). En contraprestacién el noble, como patrons suyo que era, asumia una tuela «paternal», offeciendo a so cliente proteccién personal y poniends a su disposicién una patcela de tierra que éste habfa de cultivar junto con su familia. Una relacién pareck da prevalecia asimisino entre el amo y su esclavo manumitido (liber 4s), que tas lu liberacién (nanumissio) seguia atado a su patronns, bien como campesino, bien como artesano o bien como comerciante Dentro del ordenamiento patriarcal de la sociedad de época tem prana la esclavitud slo ruvo oportunidad de desarrollarse en la me dida en que a ésta le fue asignada una funcién en el seno de la familia, marco de la vida social y cconémica. Consiguientemente, esta forma pattiarcal de la esclavitud, que nosotros conocemos por la historia de otros pueblos, como en el caso de Grecia gracias prineipalmente 1 la épica homérica, diferia enormemente de la eselavitud diterenciada de Historia social de Roma » Ja Repiibliea cardia y del Imperio. Por una parte, ellesclavo era con: siderado como propiedad del amo carente de derethos personiles; eta un objeto para comprar y vender y, en consecuencia con esto, se Je denominaba no sdlo servas, sino también mancipiues (aposesionm); estaba asimismo menos reputado que el hombre libre, cosa que se desprende con toda claridad de una disposicién penal de la Ley de las Doce Tablas: quien rompfa los huesos a un esclavo, quedaba ol gado dinicamente a satisfacer la mitad de la indemnizacién que deberia en caso de la misma lesién corporal a un libre. Pero, por otra parte, la posicién del esclavo en Ia familia apenas divergfa de la que venéan los otros miembros notmales y corrientes de ella. Como éstos, hall base totalmente integraco en la unién familiar, compactia con ellos su vida diaria y siempre podia mantener un contacto personal estre- cho con el pater familias; a le autoridad del padre de familia estaba tan sometido como la mujer o los hijos de éte, personas a las que, como a él, podia castigar y hasta vender como’ esclavos (tres. veces, a Jo sumo, seyiin Ia Ley de las Doce Tablas); también la funcién eco. némica que desempeiiaba apenas se diferenciaba de la ejercida por fos restantes miembros del grupo familiar, pues, dejando ahora a un lado sus tareas como servidor de la casa, lo vemos empleado como ¢ampesino en la heredad familiar 0 como pastor, y ciertumente aso. ciado también aqui a los miembros «libres» de la familia. Hasta un individuo de pensamiento tan conservador como Catén el Viejo lle- garia a afirmar que de soldado preparaba a menudo ta comida en compaiiia de su servidor, que en su linea —pese a toda la severidad con que trataba a sus esclavos— solia comer con sus criados, tomaba el mismo pan y bebfa cl mismo vino que ellos, y que su mujer, ade- més de a su propio hijo, criaba tambien los de sus esclavos (Plut., Cato 1,9; 3,25 20,5 s.) EI sentido de Ia instieucidn de Ja esclavieud bajo esta forma reste dia en el acrecentamiento de la fuerza de trabajo del grupo familias en los quehaceres clomésticos (manufactura incluida) y en la agricul tura, especialmente tras los éxitos de ta expansia romana desde fina les del siglo v a.C., que trajeran consigo el nacimiento de grandes fundos. A esto se afiadi6 el hecho de que las familias eicas deseaban clevar su prestigio y su posicidn de poder mediante cuadeillas de clientes lo mds grandes posibles, que se reclutaban muy ficilmente entre sus esclavos manumitidos. La necesidad de esclavos era en todo caso una realidad evidente, y se recurvi6 a distintos procedimientos para atender a esta demanda. Hasta el siglo tv a.C. jugaron un im, Portante papel dos formas de hacer esclavos entre los ciudadanos libres del circulo del populus Romanas. Una eta la posibilidadl que tenia fun padre de famitia empobrecido de vender como esclavos asus po. D 30 Géoa Alfldy pios hijos; de la Ley de las Doce Tablas se deduce que el padre podia también recuperar mediante compra al hijo, La otta forma de hacer esclavos a partic de cindadanos libres era la servicumbre por deudas, al igual, por ejemplo, que en Ja Atenas anterior a Solén: el derecho de Uso registrado en Ia Ley de las Doce Tablas obligeba al deudor a responder de su deuda con stv propia cuerpo (ext). y en easo de insolvencia habia de ponerse a disposicién de su acteedor como star Gipium, caso, v. gt., de un gran mimero de ciudadanos en el aio 385 a.C,, quienes pot lo visto rabfan perdido sus bicnes como conse cuencia de Ia devastaciéin de Roma por los galos en el 387 4.C. (Liv 6,15,8 y 20,6s.}. Sin duda, estas fuentes de esclavos se vieron com- pletadas en todo momento con Ia esclavizacién de los prisionetos de guerra, amén de la proliferacién natutal de dicho elemento: el esclavo nacido en Ia familia (verna) se. convertfa automiticamente en propie- dad del pater familias. Dada Ix naturaleza patrivreal de la esclavitud temprano-romena, han de enjuiciarse con gran precaucién los supuestos intentos de tebe. lida de los esclavos durante el primer siglo de Ia Republica, de los gue nos informan autores tardios™. En las fuentes aparecen’caracte- tizados como «conjuracioness. La primera «conjuracién» de esta es pecie tuvo lugar, segtin Dionisio de Halicarnaso, en el aiio 501 a.C., cuando los Tatinos quisieton tracr de nuevo a Roma al expulsado rey Tarquinio. Luego, en el 500 a.C., el propio ex monatca hebria tra mado una «conjuracién» de libres y esclavos conira Ja joven repi blica. En el 460 a. C., segiin Tito Livio, Roma necesité de ayuda exte- rior para hacer frente a la banda del sabino Apio Herdonio, reclutada a base de desterrados y esclaves romanos. En el 409 a.C. debié de hhaberse producido nuevamente una «conjuraciény de esclavos, Los relatos antiguos sobre movimientos serviles suclen seguir casi siem- pre el mismo esquema: en una situacién de dificultades para la comu: nidad romana los esclavos y algunos grupos de libres conspiran con el plan de ocupar Jas colinas de Ia ciudad, de libertar a los esclavos, de matar a los amos y de sp-opiarse de sus biones y mujeres; es0 sf, la conjuracicn es descubierta y desbatatada a tiempo. No cabe duda de que tales relatos fueron compuestos bajo la impresién de los gran- "Para Ja esclavitud en la Roma temprana, consitese F, De Martino, Labeo BpgGTH 103 leelavid gor denn Es A hil, Helton 13, 1919-76, pp. 979s. (de insptacion maznista}, Viskéy de coniunto. sobre le in vestignegn er rrno Ia exelavinnds N Hocker, ie Slane (Da Stack, 1979). Supuestes Tevantamentos femprancs de celavos porns Movhnentt seo nel mands roneee SNe uboheene E Bai M01 oF 13d «+. Chr, (Ronla, 1966), con acopio de las fuentes, . Prezza, Stud. et Doc. Hist 4 Turis 43, 1979, pp. 289's, Uambién sobre secesiones| Historia social de Roma 3 des levantamientos de esclavos de la Repiiblica tardfa y merecen tan poca credibilidad como, pongamos por caso, las disquisiciones de Tito Livio sobre si el rey Setvio Tulio (no necesatiamente una figura his. térica) nacié ya esclavo o fue posteriormente esclavizado, Solamente la accién de Apio Herdonio en el 460 a, C, acaecié realmente (ya Cat6n el Viejo tenia conocimiento de ella), pero, segvin Dionisio de Halicarnaso, sus seguidores no cran precisamente esclivos normales y cottientes, sino clientes y aservidores» #. Posible es, desde lego, que en Tas agitaciones promovidas por grupos marginales de la socie. dad romana, como en el 460 a. C. a de los desterrados, tomasen parte también ocasionalmente esclavos. Sin embargo, es caracteristico el he. cho de que en un conflict social de Ia Republica temprana tan deci- sivo como el de In lucha entre patricios y_plebeyos los esclavos no actuasen en absolute como grupo social unitario, por ejemplo, en alianza con la plebe: micntras que ellos siguiesen plenamente integra. dos en a familia, faltabales ef estimulo y la posibilidad para cusjar coms tal formacién, Incluso en la propia tradicién romana ya no hay ms mencidn hasta el afio 259 a.C. de otra accién semejante a la supuesta conjuraciéni del 409 a. C La fucha de drdenes en 1a Roma primitiva La contradiccién fundamental en el ordenamiento social tempra- notromano, que se express en fuertes conflictos sociales y politices y que puso en marcha un proceso de transformacién en la estructura dle Ia sociedad y del estado, no fue, ni mucho menos, Ia tensién entre libres y esclavos, sino fa lucha entre los distintos grupos de lor campe- sinos libres: frente a frente estaban, de un lado, Jos integrantes de |i nobleza de sangre y de la tierra, y del otto, los ciudadanos cotrien- tes, cuyos derechos politicos estaban Timitados y de las cuales muchos se _encontraban en una situacién econdémica apurada. Este enfrenta- miento fue ditimido en Je Iamada lucha de estamentos entte los pa wes y Ta plebs, en una pugna entre patricios y plebeyos que dutaria mas de dos siglos, tn hecho tinico en la historia de los pueblos y les tribus de Ttalia y de una trascendencia extraordinaria para el futuro de Ia sociedad romana”. La primera fase de esta lucha estuvo carac. f biv, 3455 8. v 3,196 si; Dion, Hal. 10,141 8, y 10,32,2; Catéa, frag. 25 (Pier). CE. Miimzer, “Appius Herdomns, RE VII (1912), col Elbe 2 Visiones de conjunto en un H. Bengtson, Grundvist der sdmirchen Gee schichte mit Quellenkunde I, Republik und Kaiserzeit bis 284 1. Che (Mew chen, 1970), pp. 53 31; A. Heuss, Ronisehe Geschichte” (Braunschwvelg, $971, 32 Goa Alildy terizada por Is formacién de frentes muy vivos, perfikindose Ios ple: beyos como estamento aparie en oposicién consciente al patriciado € imponiendo la constituciéa de un estado de dos Ordenes. En [a segunda fuse, entre los anos sesenta del siglo wv y el comicnco del siglo ti a.C., se Hegé a un sompromiso entre el grupo rector de los plebeyos y los patricios, y esio produjo a su vez el nacimiento de una nueva élite. El orden social arcaica de Roma, «ue ya se habia visto socavado por los logros de la plebe durante ef siglo v, se descompuso n esta segunda fase del enfrentamienta, que coincilis cronolggica. mente con la extensién del dominio de Roma a toa la pentasule ita fiana, En su lugar se impuso una nueva estracuira de soeiedad Las causas del conflicto entre patsicios y plebeyos hay que bus. carlas en el desarrollo econémico, social y también militar de la Roma areaica, Remontaban a Ja sexta centuria. Por una parte, fucron deve. rminanses la explotacion econsmica y la opresi6n politica de amuplias masas de la poblacién por la robleza patticia. Por otra patte, ya desde el siglo vt se habia operado un proceso cle diferenciacign ca el seas del pucblo, en virtud del cual las tensiones entre los patricios y los ciudadanos corrientes se agudizaron, y el pueblo pudo declarar la gue: tra a la nobleza. Algunos artesanos y comerciantes, pues desde un Principio fueron poco deperdientes personalmente dé las familias pa tricias, puclieron aprovecharse del auge econdmico de la joven ciudad en época de Ia actividad constructora de los reyes y amusat asf una fortuna, consistente, sobre tedlo, en el valioso armamento y en los atticulos de uso corriente, Otros grupos de poblacisn enttaron parale, lamente en una situacién econsmica y socialmente catastrética, lebido a la pérdida de sus tiertas y a su endeudamiento, particularmente gran niimero de pequefios campesinos, que habtan de reparti, generucin tras generacién, el modesto patrimonio familiar entre cada ver mis heredetos y que ya no podfan sustentarse adecuadamente con sa pro- duceién agricola. Los objetivos de estos dos prupos plebeyos eran, fentemente, muy diferentes: los plebeyos acomexlados.aspir ban, ante todo, a la equiparacién politica, esto es, a In admision on Jas magisteaturas y a la igualdad de desechos con los patricios en el senado, a mis de a la integracién social mediante la autorizacion de los enlaces matrimoniales entre eényuges nobles y no nobles Al mien, pp. 16 s.; P. A. Brunt, Social Conflicts in the 1271), vp. 42 85 J. Vopt, Die rimische Republik ® (Freiburg btanchen, 1905), pp. 2? 3 A. Guanine, La riualusione delle plebe (Nipoles, 1375); E Perenesy, eet dhe Patrician State to, she PatricioPlebeian State (Amsterdam, 1916, J, Bieken, Geschichte der Romisiben. Republit (Machen'Wien, 1980), pk Res 22 sv, 120 5. Acerca de la emancipacida de la plebe, conuiliese weap D. Kinase, Bower Jabrb. 175, 19/5: pp. 83's Roman Republic (Londves, IS Historia social de Roma 7 3 bro pobre de la plebe fe interesaba mejorar su situackén econémica y su posicidn social, lo que pasaba por una solucién de la cuestién de las deudas y por una adecuada participacion en et disitute de [a tierra cstatal (ager publicus). El enemigo para ambos grupos eta sin duda €l mismo, 1a nobleza patricia, y las posibilidades de éxito que ellos tenfan consistian en aliarse contia ésta, en desarrollar instituciones co- munes como organizaciones de lucha y en atrancar las relormas ape- tecidas por ambos Los plebeyos pudieron sacar partido por vez primera a estas opor- tunidades tras la cafda de Ja monaeguia en Roma, cuando la modifi- cacién en la situacién politica exterior de la comunidad y también los cambios en Ia eéctica de guerra romana ofrecieron las condiciones favorables pura ta asuncidn de una lucha politica resolutive contra el dominio cle la nobleza. Después de que Roma hubo perdido el pro tectorado de las poderosas ciudades etruscas con la expulsign del ulti mo sey, quedé expuesia durante un siglo a li amenaza exterior, pro veniente, por un lado, de los centros de poder ettusco vecinos, espe- Gialmente de Veyes (Veit), y por oto lado, de las tribus montaiosas de la Teal central, como eran los ecuos y'los volscos. La tictiea de Ja secesin politica y militar (secessio), que seyin la tradivion fue ya aplicada en el siglo v en dos situaciones criticas (494 y 449 a. C.) como medio de presién, o también la simple amenaza de hacer tal defeccién, forzaba a la nobleza a transigir en el interior en vista de a amenaza que pesiba sobre el estado. Ello se hacia tanto mas nece- sario cuanto que con el paso del siglo vi al v aC. la infanterta vio acrecer su importancia nictica: la forma arcaica de hacer la guerra, con la nobleza a caballo, se mostes ya insuticiente en las campa militares contra Ia bien fortificada Veyes (Veit) y contra los pueblos de Ja monraiia. El desarrollo de la ciudadania hoplitica, al igual que en Grecia a partir de la séptima centuria, hizo que con fa fuerza mii tar del pueblo se clevase también su propia confianza y segusidad, ¥ gue aumentase su activiekid politica papel fundamental en’ Ia nueva tictica de gueera corresponds, como es natural, a las forma- ciones de infanteria pesada; toda vez que las unidades de élite fueron cubjertas por los plebeyos ricos, que posdian pagarse la panoplia reque- rida © hasta fabricérsela en caso de ser aetesino, era en este grupo de la plebe donde las ambiciones politicas estaban mas pronunciadss El primer paso decidido, y al misino tieape el primer gean uiunio de los plebeyos fue la puesta en funcionamiente de instituciones pro- pias: ello significaba Ia creacidn de una organizacién para su autode- tensa y para la lucha politica, a mis de sw unisn como orden aparte CEM. Nilsson, Journ. of Rone. Saud. 19,1929, pp. 1

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