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Edwin Castro ,

1956,
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Maana, hijo mo, todo ser distinto.


Se marchar la angustia por la puerta del fondo
que han de cerrar, por siempre,
las manos de hombres muertos.

Reinar el campesino sobre la tierra suya


-pequea, pero suyaflorecida en los besos de su trabajo alegre.

No sern prostitutas las hijas del obrero,


ni las del campesino;
pan y vestido habr de su trabajo...honrado
Se acabarn las lgrimas del hogar proletario.

Maana, hijo mo, todo ser distinto.


Sin ltigo, ni crcel, ni fusil
que supriman las ideas.

Caminars por las calles de tus ciudades,


en tus manos, las manos de tus hijos,
como yo no lo puedo hacer contigo.

No encerrar la crcel tus aos juveniles,


como encierra los mos;
ni morirs en el exilio.

Temblorosos los ojos


anhelando el paisaje de la patria,
como muri mi padre.

Maana, hijo mo, todo ser distinto...

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