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.,aba una vez un pequeo guanaco azul que recorra los angostos valles andinos buscando pasto tierno, recogiendo florecillas y escribiendo dulces poesas.
Que los guanacos no escriben poesas?
Qu importa!, si tampoco hay guanacos azules.
Gustaba nuestro apacible guanaco sentarse por las tardes a contemplar la puesta del sol,
tocando en su quena suaves melodashacompaado por los trinos de picaflores y chorli,' f ,ak;( . 1 '
tos.
4 .,Unbuen da descubri una pequea colina cubierta de pasto tierno. Subi a la cumbre
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y sentndose... ~Ruuuu~!,,~;:
se desliz por ella
como t lo haces por un tbogn.
Cmo goz nuestro amigo con aquel bego!
Una-y -otra vez Lbi corriendo y...
RUU&!... se dej resbalar por la ladera. Tanto le gust que, desde entonces, todos los das
U~!
pasaba horas y horas subiendo y ~ R U U U...
deslizndose cerro abajo.
Y sucedi que...
Nora y su padre, un ingeniero amante,
como casi todos los ingenieros, de la exactitud
y precisin cientficas, daban un paseo por los
cerros aprovechando la clida maana dg
aquel domingo.
Ambos iban contemplando las pequeas
flores, los picachos nevados, los grandes tamamgos, cuando de pronto...
Ahestaba! Un guanaco azulcon una flor
enle1 hocico... ~ R u u u u ~.. ~
pas
! . junto a ello$
resbalando sentado por la ladera de la colina.
-Pap!...
guanaco anil!-grit Nora
Sin creer lo que estaba viendo.
-Bueno, bueno -titube el g a d r e , en
verdad no existen los guanacos m e s .
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14.
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-iAj! -exclam&.
La flor. Me falt considerar la flor.
-iNo, pap, la flor noi -grit la n3a-.
jLa flor no!
-Pero, hija s e extra el padre-, si no
tomo en cuenta la flor, el clculono ser exacto.
-Ya lo s, pap, yo s que t puedes decir cunto va a demorar el guanaco en llegar
abajo, o la masa del comdor, pero...
-Por supuesto, hijita, eso es lo maravilloso de la ciencia.
-S, lo entiendo. Lo que pasa es que a m
me gustaba la colina- dijo la nia con un poco
de pena, pero... en un cerrar y abrir de ojos...
iPlop!...Desapareci el gran ngulo con el nmero en su interior y..iOh sorpresa!... Volvi
a aparecer la suave colina.
-Y me gustaba mucho el pasto verde y
tierno que la cubra s i g u i diciendo. Y en
otro cerrar y abrir de ojos... iPlop!...Desapareci el gran nmero "0.3" y..iOh sorpresa!...La
colina entera se cubri de pasto.
-Y por sobre todo, todo -concluy la
nia-, me encantaba el pequeo guanaco
azul, pap.
Y en un ltimo cerrar y'abrir de ojos...
jm
..
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*Nota para;bo'sSCientij?cos:Demor exactamente 52,7 segundos en
llegar abajo.