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2QUE ES ESA COSA LLAMADA SOCIOLOGIA? (SOBRE LA CONSTRUCCION HISTORICA DE SU OBJETO DE ESTUDIO) José Marfa Aguilar ldénez «cLo que rece el nombre de cioncia es ol intento por democratizar ef co- ‘nocimiento, el inten de reemplazar la perspicacia con cl métado, el genio con la medioeridad, mediante ol logro de un procedimiento uniforme de opera cin... La degeneracién del misticismo, para que quede al alcance de cualquier Norman ©. Brown «llerederos del te6logo y del fil6sofo del Estado, je6mo distinguirin los ‘objetivos de su ciencia do los objtivos del Estado y dé Ins insttuciones? Tal fel problema que planta el trabajo de los socidlogs Lapassade y Looras TU ae eg vena otras cus es inconyeniente, pero todos aquellos que, de una manera més 0 menos directa, in- tenian organizar un discurso sobre y altededor de la sociologia, pasan casi necesariamente por el primer paso de Ia definicién teérica del ob- jeto de la disciplina, a Ia vez que se repasan algunas de las cuestiones epistemol6gicas que cada cual considera més importantes". Asi, «la Sociologia se encuentra en una situacién desconcertante: su primera tarea, y justamente la ms dificil, consiste en decir cual es su objeto de estudio. Existen “profesionales” de la Sociologfa, Facultades de Socio- logfa, revistas y publicaciones dedicadas a la Sociologia y se celebran Congresos Intemacionales de Sociologta. Sin embargo, atin hoy, los socidlogos no han lograda ponerse de acuerdo acerca de qué debe en- tenderse por “Sociologia”, cual es su campo propio de estudio o cules {Un sepaso fos ‘dies de a mayaria de textos de inlrodacin ala socologinluyen al comienzo uno 0 varios eaptlos dedicads a esta cestsn, Como ejemplos dustatves de ‘iercntes momentos hstrooe de In eocologts en Espana puoden constse las obras de Diez Nicol (1976), Péter Diz (1980) y Morales y Abad (1988), ademis dd ya clsico texto de Giner (1977), cuya primera ec se eronta a febrero de 196. a son los Ifmites precisos que la diferencian de otras ciencias sociales» (Morales y Abad, 1988: 17). Esta situacién no es tan desconcertante para la persona que se dedica a la sociologia como para quien realiza una primera aproximacién al tema y, curiosamente, son estos libros de iniroduccién los que se utilizan en la primera aproximaci6n académica que los estudiantes realizan de a sociologéa, con lo que se transmite ese edesconcierto epistemol6gico> que contribuye notablemente a la reproduccidn de la ideologia social que distribuye dualmente las disci plinas cientfficas entre las Ciencias de la Naturaleza y las Ciencias del Espiritu 0, usando un lenguaje mas popular, entre «ciencias» y «le~ tras», No quiero decir con esto que tal separacién exista, todo lo con- trario, lo que ocurre es que las Ciencias de la Naturaleza (por seguit con la terminologia de Dilthey) no plantean estas cuestiones en los cursos o textos de introduccidn, no sé si por alguna casualidad histéri- ca 0 como premeditada estrategia de mantenimiento de su posicién de poder, pues de lo que no se plantea no se puede discutir Pero la cuesti6n importante no es tanto Ia eterna cuestién de la biis- ‘queda del objeto de la sociologta (Femnéndez Sobrado, 1994), como la posicién del sujeto con respecto al objeto y las relaciones que el sujeto y el objeto mantienen aunque la delimitacién del objeto de la discipli- na siempre tiene la utilidad de poder situar al que la realiza en el com- plejo entramado paradigmético de la sociologta. Siguiendo el argumento de Martin Santos (1988), hay vatias posibi- lidades para adentrarse en el mundo del oficio de socidlogo: una pri- mera posibilidad bibliogréfica que se puede desdoblar en la posibili dad bibliografica enciclopédica y la posibilidad bibliogréfica académi ca, La enciclopédica consiste en la lectura de lo que los diccionario y enciclopedias dicen sobre Ia sociologia y en donde podriamos encon- iar cosas parecidas a esta: «Ciencia de los fenémenos sociales que tie~ ne por objeto Ia descripcién sistemitica de comportamientos sociales particulares y el estudio de los “fenémenos sociales totales”, que trata de interpretar todo hecho social en el seno del grupo en el que se mani- fiestan; y la académica consiste en recopilar todas las obras tituladas Introduccién a la Sociologia para proceder a su lectura sistemética Pero estos procedimientos no harfan sino aumentar nuestras dudas, pues cada texto y cada autor definen el objeto en términos diferentes aunque tienen la ventaja de que reflejan con claridad una de las carac- teristicas de la sociologia, la dificultad para intentar establecer los I mites o fronteras de la disciplina, pues es dificil encontrar dos o mis autores que coincidan plenamente en sus definiciones. (2) Hay qu sefalar quo este longue popular ref Ia desigual psicidn en ls estructura depo der ceniieo que ocupan is Cencia de ka Noraraleze y as Ciencias del Esprit as i= ‘mera sirmre son dnominadss coma wae cence, ls segunds son ot co, La segunda posibilidad surge de la propia etimologéa de la sociolo- a, y seria Ia de considerar a la sociedad como objeto, «la sociologia es el anilisis cientifico del comportamiento social humano. Representa un intento de aplicar al estudio de la sociedad humana el mismo méto- do y el mismo sistema de aproximacién cientifica que han obtenido re- sultados tan espectacularmente satisfactorios a la hora de proporcionar ‘un conocimiento del mundo fisico» (Goldthorpe, 1990: 17)". Pero una aproximacién cartesiana al objeto de estudio pasa inevitablemente por una separacién clara y precisa entre sujeto y objeto, algo de Io que ya sse duda en el propio dmbito de las Ciencias de la Naturaleza, No es que no exista esta separacién en las ciencias sociales, «es que la socie- dad no es un objeto y ninguna experiencia puede alcanzarla de manera integrab> (Martin Santos, 1988:9). De ahi que la mayorfa de les defini- ciones de la sociologia se aventuren en otra tercera posibilidad, Esta tercera posibilidad consiste en ta delimitacién del objeto de es- tudio bajo formas conceptuales aparentemente mas precisas. Desde los textos mas clisicos hasta los mas actuales, cada socidlogo pretende encontrar la quintaesencia de la sociologfa definiendo su obseto bajo términos como estructura social, accién social, relaciones sociales otros parecidos. Estos términos tienen Ia yentaja de que parecen ser mis faciles de delimitar que el término genérico sociedad y, por tanto, sirven para realizar una presentacién vulgar de la sociologfe que te- cuerda la que se mencioné al hablar de la posibilidad bibliogrifica en- ciclopédica. Pero al realizar este tipo de discurso en el seno disciplinar de la sociologfa aparece su auténtica dificultad: el gran nimero de pé- zginas que hemos ahorrado al definir la sociologia bajo una de estas for- mas conceptuales, hemos de invertirlo necesariamente en explicar cudl es el campo semiintico del concepto utilizado, campo semdntico qué, ademds, seré permanente objeto de critica y discusién. Algunos ejem- plos son ya clisicos: Max Weber (1984: 5-46) zanja lapidariamente la ‘cuestidn del objeto al definir a la sociologfa como la ciencia encargada de estudiar la accién social, pero esto Te leva a un extenso recortido para intentar aclarar y delimitar qué es esa cosa llamada accién social, Mas actuales, Lamo de Espinosa (1990) sefiala la siiuacién social como el abjeto constitutivo de Ia sociologia, pero para delimitar esa si- iuaci6n social ha de hacer un complejo recorrido por Ia concepcién durkheimiana del hecho social y por las consecuencias no intenciona- das de la aceién (para lo que precisa redefinir el concepto weberiano de accién social) y, como un ejemplo més, Feméndez Sobrado define «la Sociologia como aquella ciencia que estudia la accién social y sus (©) Mis alane volvers sab el planteamiento epistemoicn de este autor ve vincula Ia propia defniion del socilogia com una paticular preiacién de su desurllo metodols- en. I consecuencias en contextos sociales objetivados, esto es, “la accién Social en su contexto”» (1994: 125), pero lo que presenta como la a tidn social en su contexto no es sino lo que globalmente puede cons! Gerarse como la social, como él mismo reconoce «esto supone recupe- rar para Ia Sociologia el problematic, pero pienso que inetudible, in bito de la generalidad, es decir, “lo social” como materia constitutive del anflisis sociol6gico» (1994: 114), Y esto seria volver a la segun- dda posibilidad antes mencionada, es decir, entrar en un proceso circu lar sin solucién final® Como iiltima posibilidad solo queda la propia propuesta de Martin Santos: «Dispongdmonos a mirar fo que miran los que se Haman a st ynismos socidlogos» (1988: 9). Es exactamente lo mismo que afios an tes proponta Pérez Diaz en un importante libro sobre el concepto yo} Tnéindo de la sociologia (pues no cafa en la trampa que suponen las tres posibilidades anteriormente citadas): «Qué sea el concepto de so ciologta?, es una pregunta que remite a otra: gqué es lo que los socic Jogos hacen cuando dicen que hacen sociologfa? (..) Un eoncepto de Ia sociologia como idea reguladora de las actividades de Tos soci6logos dea que contiene dos determinaciones: (1) la de un objero apropindo: Gl descubrimiento, la descripcién y la explicacién de regularidades y Singularidades significativas de las relaciones sociales y de los sulsios de estas relaciones; y (2) la de un método apropiado-» (1980: 16), De- teniéndose en los miéitiples campos de estudio de los socislogos &s tnds que probable que no obtengamos una definicién precisa de «lo so Ciab»_ pero al menos si se habré delimitado el campo semintico de 1o aque ios socidlogos han considerado como «lo social», Ademiis, este {@)_ Bae mbit de genralda ambin es reeoncido por otros ators, puede verse por ee plo en Belts (1931) yen Berger (198. 5) Uneutos ejemplo ene ese combina loss tipo de dicions salads e200) Urn scefoogia cn cuanto cincia dela sociedad y dela conducta humana, fn a Saher as Tom ds a concincla qe en prt hocen posible I exiencia de Insoie Sie ele de la arco pica, la ocologi cena sol > da gars as popsiones nc generale soe Ls mata salons ey Pee ee associa es iodo fo qe los hormbes hacen 0 dejar de hacer en aco bce oo cs Gaeniovalidad soil), para tambidn decir que een cuanto disci na se anc login eat tan dctecinada por su chet propio cuanto por ss abe cen a a9 combiociones de dab» (1985: 67467), No ex macho més cx mt lnc eto de cine one gues imrodron en a dpi varias Eee Pat scp eapatner aS objeto primordial de esto es la sociedad hunsna ym Oe oie as dvcranscolectividedes,ssoclacioncs, grupos e insttciones sriles ave coo eon cla soviologi aparece como aqucla rama del. conacimeno cuyo ob teenie dT human, ciel de La reid releconado on 4 ne Sa bjeo eel ser hur en tanto que animal socini (197715) stain aarp en lganos mwa mds reees como Pindamanar de Soviet, ss oe ee yt de Tal ens version csellann, dts de 1868 a fiat or ita, or grupos urate os indios en ercepenenla, on. obs Han a ujen el bjei de estudio Je indagaci socioldgica» (Gavefa errand 1991: 1). modo de aproximacién a la sociologia esta justficado desde la concep~ cién de «comunidad cientifica» que elabord Kuhn (1977) en una apor tacién a Ia epistemologia de alto contenido sociolégico. La ciencia se construye socialmente y «cada ciencia, a medida que se deserrolla y ‘que produce 0 conquista su propio campo y adquiere carta de raturale- za, se estructura en mecanismos, en técnicas y metodologfas, crea su propio lenguaje y organiza su “Academia” para que acumule sisteméti- camente conocimientos y experiencias. La ciencia, convertida en “dis- ciplina”, excluye a cuantos no se ajustan a sus reglas, y a quien habla de ella y de quienes la practican, le exige que hable de lo que se produ- ce por sus “ (que no es otra cosa que una sociologia de la ciencia particular). Y en esto si suelen coincidir casi todos los autores: el desarrollo de la teorfa sociolégica comien- 2a con los comtinmente lamados «precursores», pasa posteriormen- te por los grandes autores clisicos (Marx, Durkheim y Weber) y coneluye en un perfodo contemporiineo caracterizado por un gran pluralismo te6rico y un fuerte proceso de institucionalizacién acadé- mica. Aqui no voy a repetir Ia larga exposicién de este desarrollo histérico, pero al menos si quiero hacer algunas consideraciones ge- nerales que creo importantes, 1. Dado que en toda sociedad humana se produce un proceso de re- flexi6n sobre sf misma, siempre ha existido un pensamiento social acerca de las formas de estructuracién y funcionamiento sociales; esto hhace que algunos autores se aventuren a dibujar un desarrollo de Ja teoria socioldgica que se remonta casi a los albores de ta humanidad®™, lo que hace que los orfgenes de la sociologfa queden excesivamente di- fusos, ocultando el contexto social en el que nacié la préctica sociolé- gica, «ontexto social caracterizado decisivamente por unos hébitos mentales y unos problemas especificos originales en términos hist6ri- cos que, brevemente, pueden enunciarse ast: el desarrollo de los cono- cimientos cientificos desde el Renacimiento, de un lado: y los proble- ‘mas especificos planteados por los comienzos de la industtializacion y el brote de las ideas democraticas, de otro» (Rodriguez Ziitiga, 1988: ( Bsto esl exquoma ques opt n lbs com, por ejemplo, os de Gaeta Ferando (1991), ‘Giddens (1991), RegoeeTbsiez (1989), Timashelf (1974) y Semiser y Warner (1982) y ‘que se reproduce ef los tematos dels asgnaras wTeoda Sosoléica» ue s imparten ch las Faclades de Socaloga, (© Como ejemplo pueden vere Ia breve obra de. Bouttoul (1979) que fue Viepresidente ‘el Istituto Intermaional de Sociologla~en donde establece cl periodo de In genesis y precurores de In socologin entre cl fo 400 aC. y 1800 aproximadament,incayendo uote como Tuctides, San Agustin o Kan, para posteiocente habla del nacimieno de Ta soeologf moderna; ye eo de D. Martindale (1971) en donde Polite tb Jaldn ran ene lo lerios del conti sola 24), ¥ esta disputa no es un solo ejercicio de erudici6n histérica, pues hablar de los origenes es hablar de la génesis, es elaborar una arqueo- Jogfa del saber sociol6gico que permita explicar y comprender el desa- rrollo posterior del pensamiento sociolégico. Esta es 1a manera que no solo Rodrfguez. Zuiiiga utiliza para enfrentarse a la cuestién de los orf- genes de la sociologia”. Lo importante no es encontrar el padre fundador de la sociologia 0 el problema social que haya originado la prictica sociolégica, sino el contexto social e intelectual de ese origen, ya que ese contexto es el {que provoca que Ia sociologia se constituya como lo hizo: cuales son Jos temas en los que se centra el debate sociolégico?, ide qué manera, 6 sobre qué planteamientos epistemolégicos, se desarrollaron esos tra- bajos? + Con respecto al primer interrogante, 1o que globalmente se co- rnoce como Revolucién Industrial va a ser el origen de una serie de cuestiones sociales a las que los primeros socidlogos se en- frentarin con el dnimo de explicarlas racionalmente, pero todas estas cuestiones giran alrededor de un mismo centro: un nuevo sistema produetivo, cl capitalismo. Como sefiala Rodriguez ‘Ziitiga (1988: 30-31), los componentes de esa revolucién que ‘motivaron el pensamiento sociolégico fueron la organizacisn del trabajo industrial a la busqueda del maximo rendimiento, los conocimientes cientificas concretados en tecnologias nuevas al servicio del capital, Ia creacién de una nueva fuerza de trabajo concentrada en fabricas y ciudades, el conflicto de intereses (manifiestos o latentes) entre los obreros y los patronos, la apari cidn de nuevas y mayores formas de desigualdad econémica fru- to de un importante crecimiento de la riqueza y de la pebreza, y la constitucién de la btisqueda constante del beneficio econdmi- co individual como motor del nuevo sistema econémico instau- rado. Y en funcién de cules de estos componentes sc privile- gien en el anilisis sociol6gico, Rodriguez Ztiniga agrupa a los primeros sociélogos en positivistas (centrados en los das prime~ 105 puntos), socialistas ut6picos (que acenttian los elementos ter- cero, cuarto y quinto) y liberales (que dan una importancia fun- damental al sexto rasgo), Se trataba, por tanto, de una sociologia (©) Delaproduccisn sociolégcn espa se pucden dstacar, junto al texto de Rofguez Zi- ‘2 (1988) del que forma prestads as ideas fundamentals, las obras de Lame de Espinosa {1090 y de Rodigues Intex (1989), Aunque e! primer se refer explicitaen as ius tradosingleses dl siglo XVII el sgundo alos iustradostranceses Montesqiew y Rou eau, ambos cone\en con Rodegaee Zia al ipiiar el contetohstrio dl nacimien to de la soeiologia, Lamo de Expinoss wind el concep de cferenciaién estructural y Rovguer Ibex el de modemidad. 16 articulada alrededor del sistema productivo de ta sociedad in- dustrial", «El panorama cientifico del contexto histérico de Jos orfgenes de Ia sociologfa también va a jugar un papel importante a la hora de establecer la forma legitimada del trabajo de los sociélogos. El auge de las ciencias naturales y la reificaci6n del método cient- fico establecido por, entre otros, Galileo y Newton como la se~ faal de identidad de Tas disciplinas cientificas, dieron lugar al po- sitivismo sociolégico elaborado por Comte, Io que produce una serie de problemas epistemoldgicos (objetividad y ciencias so- ciales, juicios de valor y neutratidad valorativa, la medida de los datos sociolégicos) que permanecerén sin solucidn satisfactoria hasta una fecha reciente, en donde algunas novedosas aportacio- res de los mas variados dominios cientfficos comienzan a con- solidar los planteamientos relativistas que se iniciaron con la pu- blicacién de la obra de Feyerabend (1987). 2) En el perfodo de consolidacién de la sociologia, en donde los ‘grandes autores clisicos desarrollan sus trabajos"?, «el elemento inte- Tectual confluyente en la reorientacién de la teorfa sociolégica se a cula, bésicamente, en dos direcciones. La primera, que consiste en la critica radical del positivismo sociolégico, 0, mas exactamente, de una serie de cortientes intelectuales que se identifican como positivismo (10) ste nacimiento de Ia socclgla liga esrechamente la sociedad industial yaa proble fines que [a caacetzay Ia dfeencia do otros tpos de sociedades signified com ni Mh dslane Un maveado catcter seurocenrista desta tack sociolépica qu ha sig ica que lo ands spcoldpitos de sociades no industrials se ealieenmexantemo- {clos teins basados en ln ealkad scl de Ins socedadesindastials, algo que ya ets eo soluconado mediante nuevas propuestas (Akivowo, 1991 y Albomcr. 1991), y d ‘Eel lipdo ent ua sepracon de campos de etodoente Ia socilogi yl nto plogfa, qedando les socedades indus eel smbito de a sociology ns setedes pa fadusats on eld a sropolgt, stngue también ahora existe wn ferzeno comin debt arn lumnportnesa d os fetes entre en el ans sociolgico (en pate gracias la Udicn webetianay, mis recienlemeno, alas aprtaciones det iteraecinisno smblico) {Yala extension dela investiga antropoloyi a las sociedad moderas. 11) Cuando hablo geadtiamente de autores cisicos siempre me refer a Mars, Dui y chor aunque en otros Iugaes famine incloyan autores come Pareto, Simmel y Feed {Rodtfgue liter, 1989}, Marx ou ba posicin en la historia de a sociologist {igue M, Heme ocupa en la historia def poesia esas, pes siti nie dos pe “oe ifeentes cl de los orgeesy el del consoldscin de la moderna tora socat-ien ‘Grobra se cneacritan elementos evolcionistasy positvsts propos de los primers seis Ibsen pax también «Mart compendia toda una atmdsfera cull abviéndola, con so ‘ein petelin. hacia muvas épocae (Rediguez Ibe, 1989: 65), La apontaciin mans {juntos Inde Durkheim y Weber sear ls basts de a sociologia hasta noestos ds, hes la cussions epstemelogies, metodolscas 9 tdricas (iemastesricos como [os de Maetinisno-subjetviome, estatur-accion J" confico-consenso) aparecsn ya con estos sam pleas de A. Giddens, Mare, Durkheim y Weber destacan come es wautores “ge jron para a sotcoglarodena le papas marcos de referencia» (19929) 6gico. (..) La segunda direccién es la incorporacién activa de las teo- rias de Marx al debate académico» (Rodriguez Zcitiga, 1988: 50-51), ‘* Con respecto al positivismo sociolégico representado po: Comte y Spencer, el paso del siglo XIX al siglo XX supuso une impor- ‘ante reaccién critica. Esta reaccién esté perfectamente represen {ada por Ia figura de W. Dilthey (a la que se puede unir la de W. Windelband), cuya distincién entre Ciencias de la Naturaleza y Ciencias del Espiritu constituye 1a base para critiear la preten- sign metodol6gica de Comte de construir la sociologéa siguien- do el modelo establecido por las «ciencias naturales», pues una diferenciacidn en cuanto al objeto de estudio implica necesaria~ mente otra diferenciacién de cardcter metodolégico'™. El tema de los juicios de valor en las ciencias sociales y, especialmente el dilema entre explicacién y comprensidn (Erkldren-Verstehen) son algunas de las cuestiones epistemolégicas que caractarizarén a Ia nueva sociologfa, cuestiones cuyo planteamiento supone una cita obligada con la obra de M. Weber cuando habla de ‘«neutralidad valorativan‘” y de la distineién entre explicacién observadora y explicacién interpretativa: «Este mayor ren miento de la explicacién interpretativa frente a ln observadora tiene ciertamente como precio el caricter esencialmente mis potético y fragmentario de los resultados alcanzados por la inter- pretacién, Pero es precisamente lo especifico del conocimiento sociologico» (Weber, 1984: 13). En definitiva, se inicia un debate que concluira con el fin de la historia de amor y servidumbre entre la ciencia dura y la ciencia blarida, en el momento en que la ciencia blanda «vio, por pri- mera vez, que su concepcién fragmentaria y desordenada de la vida social y su interés por sus patticularidades coneretas y siempre cambiantes, no eran signos de su fracaso, como ella siempre habia crefdo, sino evidencia de su éxito» (Mulkay, 1995: 18). ‘Independiente de que se considere a Marx un sociélogo, un fil6- sofo, un economista, un historiador, un politico o un padre de fa- milia (que cualquiera de estas facetas se pueden encontrar en su dilatada y fecunda trayectoria), e independientemente del valor que se le atribuya a sus teorias en sf mismas, su obra es funda- mental para el desarrollo posterior de Ia teorfa sociolégica, al (22) Juste odo to conta defo gue plates J.B, Goldorpe (1950) cuando define Ins ciologin come la aplicacién det mtd clenico de as clencias fsco-atuales al estudio {el comportamiznta social human, (13) Sobre Ia eonroveridswncutlidad valrativa» weberianapucde consular Webse (1973) yyla breve peo importante obra de Lano de Espinosa (1975, en donde se insist en la ds “inidn ence jolla de valor (Werte) y referencia a valores (Werbesichng) menos por dos importantes razoncs: primero porque Ia critica a sus teorfas que realizaron Durkheim y Weber!" dieron lugar al marco de referencia més importante que todavia tiene la sociolo- gfa, y en segundo lugar porque gran parte de las aportaciones de Ja teoria sociolégica posterior no son sino las diversas adhesio- nes y las diversas eriticas que han seguido provocando sus teo- rias?, Bien sea una reacci6n cientifica, o bien sea una reacciGn ideol6gica, la sociologia moderna que se constituye entre los si- los XIX y XX es una reaccién al pensamiento marxista. Bien es cierto que algxin autor pretende incluso recorrer el proceso de formacién de la teorfa sociolégica ignorando completamente a Marx y a las aportaciones del marxismo®, pero con esta solu- cién «consiguen coneluir ignorando no solo a Marx (lo que no reo que les quite el sueiio), sino los puntos de arranque mismos de la tradicién sociolégica de la que se consideran herederos y perfeccionadores»™, 2) Posteriormente, y durante todo el siglo XX, se produce lo que se conoce como «sociologia contempordnea», en donde se producen una serie de transformaciones importantes que han modificado la propia prictica sociolégica, préctica sociolégica de la que quiero destacar al- ‘gunas catacteristicas basicas. © En primer Ingar, y dentro del terreno de la produccién tesrica, destaca Ia gran variedad de teorfas y/o escuelas que surgen en esta época, Antes, nombrar la teorfa era nombrar a su autor -so- ciologia marxista, sociologia weberiana, etc.-, pero debido a la enorme extensién cuantitativa de la profesién de sociélogo que, como muchas otras cosas, avanza geométricamente, actualmente (4) Como ejemplo de ests relaignetica puede verse La dvs del trabajo sata (Darke, 1682) y Ecce proesantey el expt dl capitaismo (Weber, 1985), aden de In obra de Gide (192) en donde se analia eta relacionerte Marx y estas ds ators, (45) Giddens (1991; 732839) presenta Is teovasacuaes dela socinlogta que considea pens pales com el efijo de los enfgucs cisions dela sociolgt: foneionalism, extract Ino, marnsno e itraceloniemo simbslicg Henen Inueacias miso menes dieses de ax ‘bras de Marx, Durkin y Weber, Zein (1986) va todsvla ms lejos al plates to el ‘esallo del crf socilgpin comp la espuesta dela ecencia burgesa» 8 ieolog Imarvsty, idea qe se encacntatanbign presente en a sociologi espaol (Fender de Casto, 1992), expectaimente en In obra de. tae (uno de Tos més hicidossoidogos cs pales): La soeolgia cumple dos Cuncones pr el orden socal vigente yp os pode Fes que lo vegulen: una feign, qv padeamos lamar ideogieao supenestucrlo Visi f dscursiva, que consist en fit argumentos para Is jstifincin dese orden yp a Teghimacion de eso podees,y una funisn, que podramos lamar tenicoleenieno in fiaesttstca © mantl o prictcs, que eons en facia instumentos pas la manipula ibn de los snitosyfo cudadanos~deneo de exe orden y por esos posses» (ie, 1985: 8). (16) Por explo Duncan 1988) (7) Lata es de Lue Rodrigues Zia y petenece al Estudio preininar que se incuye ens ‘bra de Darke (1982519), las diferentes escuelas sociolégicas son denominadas per su ar- ‘gumentacién teérica (son muchos los socislogos que se recono- cen en cada una de estas escuelas). Esto origina que cada autor «que pretend presentar el desarrollo te6rico de la sociologia des- de la Primera Guerra Mundial hasta hoy lo haga elaborando una clasificacién teérica diferente: A. Giddens (1991) sefiala como enfoques sociolégicos actuales el funcionalismo, el estructuralismo, el interaccionismo simb6li- co y el marxismo. J.E. Rodriguez. Ibiiiez. (1989) habla de dos grandes direcciones de Ia sociologia contemporéinea, el funcio- nalismo y la teoria eritica de Ia Escuela de Frankfurt, alas que luego afiade Ia etnometodologia, la teoria de sistemas de Luh- ‘mann y Ja teoria de la «estrueturacién» de Giddens. J, del Pino (1990) establece Ia distincién entre el andlisis estructural-fun- ional, la «nueva sociologia», la teoria del conflicto, la perspec- tiva fenomenol6gica, la teorfa critica de Ia sociedad y las pers- peetivas etolégicas y sociobiolégicas. N. J. Smelser (1994) dibuja un mapa con teorfas macrosociol6gicas (en donde sittia a las teorias de Ia integracién y a las teorias del conflict) y teo- ras microsociol6gicas (con las teorias del intercambio y Ia op- cién racional, las teorias del microconflicto y las teorfas feno- menolégicas). Ante este confuso panorama desde luego que pueden anotarse algunas coincidencias fundamentales, pero no me interesa la taxonomia de la teoria sociolégica contemporanea Porque, como seffala Smelser (1994), cualquier clasificacién re- sulta arbitraria pues depende del criterio escogido para realizarla y, ademés, transmite la falsa sensacién de una rigida fragmenta- Cidn entre escuclas cuando la realidad es que existen puntos de contacto entre unas y otras, que la aparicién de nuevas formula- ciones es mas fruto de Ia combinacidn de fragmentos de teorias precedentes que elaboracién original y novedosa, y que la mayo- ria de los socidlogos no se encuadran rigidamente en una escue- la determinada sino que toman distintos aspectos de diferentes escuelas segiin les parezca conveniente. Lo que si es importante y también queda reflejado en estas com plejas clasificaciones son dos aspectos bisicos de la sociologia como disciplina cientifica: que el progreso del conocimiento s0- ciolégico es diferente del proceso de acumulacién lineal de co- nocimientos que puede producirse en otras disciplinas y que la baisqueda de paradigmas ~del modo establecido por Kubin~ en la sociologia tampoco parece que sea una estrategia acertadla, pues mas que un paradigma dominante lo que hay es una convivencia ‘més © menos conflictiva entre distintas teorias, escuelas, con- ceptos o problemas. Si 1a sociologfa tiene alguna caracteristica inconfundible es, precisamente, la de su sano pluralismo teérico 1 {y metodoldgico"®; sano porque como, parafraseando a Martin Santos, la sociedad no es un objeto y ninguna teorfa puede alean- Zaria de manera integral, las diferentes aproximaciones siempre se traduciran en diferentes (pero no excluyentes) teorias sociol6gicas. «En segundo lugar, en todo este proceso hist6rico la sociologia se hha convertido en una disciplina académica con estructura inte~ Iectual y social 0, 1o que es lo mismo, se ha institucionalizado académica y profesionalmente: «Se crean facultades, departa- mentos ¢ Institutos de Sociologia; se celebran Congresos Inter~ nacionales de Sociologia, y se identifica socialmente la figura del socidlogo profesional, que cuenta con publicaciones, revistas y Grganos especializados de difusiém (Morales y Abad, 1988: 40). Esta institucionalizacién ha generado una gran «comunidad cientifica de socidlogos» que produce, en comparacién con épo- cas anteriores, una enorme cantidad de estudios y anélisis socio Tégicos; pero esta «comunidad cientifica» funciona como un sis- tema social estructurado y jerarquizado, en cuyo seno se organizan mecanismos de produccién y reproduccién para el ‘control del acceso y el ejercicio de la profesién"™, y que, mis © menos prestigiada socialmente ~{qué programa televisivo 0 ra- diofénico de debate o andlisis no cuenta con la docta opinién de tun eélebre y experto analista social?, ,qué peridico o revista no muestra en sus paginas lo que el socidlogo, normalmente cola borador habitual, dice sobre el problema social de moda?- esté al servicio, por su dependencia financiera, de las demandas esta blecidas por sus clientes ~sean estos ptiblicos o privades-, con Jo que la mayor parte de la investigacién sociolégica aplicada convierte a los socilogos en consultores, a los que A. W. Gouldner denominé «tecnélogos liberales»: «Los sociélogos Ti- borales se han convertido en los cuadros técnicos del gobierno nacional, En el perfodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, tl liberalismo del sociélogo se ha unido con sus intereses profe- sionales, De esta unién ha nacido el tecnélogo liberal, productor de informacién y teorfas que sirven para mantener a Jos pobres y a las clases trabajadofas sujetos tanto al aparato estatal como a a maquinaria politica del Partido Deméerata (..). Como todo ‘orden establecido, el liberal recompensa las mentiras que 10 res- paldan y castiga las verdades que lo molestan. (..) La funcién Esencial del socidlogo como tecndlogo liberal ha pasado a ser la (U8) Un desroto mis amplio desta even puede verse en Belin (1991), Gara Peano (1918) y Tezaos (1990) a) 69) Unanis stor macarons enn n Baten (26D 3S Ot rai aeilog al anata el anbitoexpcilizado dn socologa de ln educacién en Esp fia Sots y Azula, 1990). de promover Ia imagen optimiista de la sociedad norteamericana ‘como un sistema cuyos principales problemas son considerados totalmente solubles dentro de las instituciones fundamentales existentes, con tal de que se destinen para ello las habilidades técnicas y recursos financieros adecuados. (...) La premisa de la sociologia reflexiva es que la praxis politica influye en el cardc~ ter de toda sociologia, y que ésta, para desarrollarse, debe ahora liberarse de la praxis politica del liberalismo» (1969: 453-455). Y frente a esta situacién, resulta imprescindible retomar Ja idea de Ia sociologia como ciencia subversiva (Berger y Kellner, 1985), teniendo siempre presentes las ideas del presupiesto de reflexibilidad, pero éstas son cuestiones que dejo para més ade~ lante. BIBLIOGRAF{A. Axtwowo, A, (1991): «La euestién de una perspectiva sctol6gica distintiva del Ter- cer Mundo», en Gonzilez de la Fe, T. (coord): Sociologia: Unidad y éiversidad, Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Cientiieas, 205-221 ‘Aunorevoz, 0. (1991): «Sociologia y perspectiva del Tereer Mundo», en Gonriex. de Tae, T. (coord): Saciologta: Unidad y dversided, Madsid: Consejo Superior de Investigaciones Cientiticas, 177-203. onan, M. (1991): La realidad social, Madrid: Teenos, Baran, P, (1987): Introduccién a la sociologfa, México: Limusa enor, P. y KELLNER, H (1985): La reinterpretacién de la sociologla, Ensayo sobre ‘el métedo y la vooacin socioldgicos, Madrid: Espasa-Calpe. BouRDIEU, P. 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