Historia de la literatura
hispanoamericana
Tomo II
Del neoclasicismo al modernismo
Fernando AINSA
Fernando ALEGRIA
Guillermo ARAYA
Ledda ARGUEDAS
Emilio de ARMAS
Angel AUGIER
Marcos Ricardo BARNATAN
Trinidad BARRERA
Jestis BENITEZ
Rodolfo A. BORELLO
Salvador BUENO
M.* Milagros CABALLERO.
Eduardo CAMACHO GUIZADO.
Emilio CARILLA
Boyd G. CARTER
Juan COLLANTES DE TERAN
Romulo Cosse
Eugenio CHANG-RODRIGUEZ
Teodosio FERNANDEZ
Guadalupe FERNANDEZ ARIZA
Roberto FERNANDEZ RETAMAR,
Renan FLORES JARAMILLO.
Marina GALVEZ
José Luis GOMEZ MARTINEZ
José. Carlos GONZALEZ BoIxo.
Rafael GUTIERREZ GIRARDOT
Roberto HozvEN
Luis {81GO MADRIGAL
Solomon Lipp
Antonio LORENTE
José Luis MARTIN
Juana MARTINEZ
Donald McGRaDY
Almudena MEJ{AS ALONSO
Domingo MILIANI
Carmen de MoRA
abel MORASA.
Fernando MORENO TURNER
Enriqueta MORILLAS
José OLIVIO JIMENEZ
Julio ORTEGA
José Miguel OViEDO
José Emilio PACHECO
Nicaso PERERA SAN MARTIN
Javier PINEDO
Enrique Puro WALKER
Orlando RODRIGUEZ
Alfredo ROGGIANO
Miguel ROJAS-MIX
Luis SAINZ DE MEDRANO
Ivan SCHULMAN
Donald SHAW
Saul SOSNOWSKY
Bernardo SUBERCASEAUX
Adrian VAN Oos
Benito VARELA JACOME
Luis ZAYAS MICHELI
Luts I81GO MADRIGAL (Coordinador)
TERCERA EDICION
CATEDRA
CRITICA ¥ ESTUDIOS LITERARIOSculta de yeras triste considerar la vida del
ombiano Jorge Isaacs (Cali, 1837-Tbagué,
55), autor de Ja primorosa novela romanti-
realista, Marfa. Baste decir que Isaacs
a se repuso del dolor de verse venido @
nos después de una juventud feliz y desa-
da, Durante toda su vida adulta Isaacs
en vano de recuperar la posicion perdi-
persiguicndo ilusorios ardides econémicos
oliticos. Pasemos en piadoso silencio el re-
ento de tan penosa —y a menudo vergonzo-
vida, para fijarnos en los triunfos litera
del autor. .
Tsaacs escribié numerosas poesias, varios
amas (todos inéditos, menos uno) y algunos
fentos de novela, pero —como sucede con
‘escritores colombianos de renombre in-
icional— su fama se debe a un solo libro:
novela Maria. Se publico Maria en Bogoti
1867, siendo bien recibida por la eritica,
o sin aleanzar inmediatamente un gran éxi-
de libreria. Sin embargo, a los pocos afios
entusiasmo de los intelcctuales se comunic®
pueblo, y las ediciones se sucedieron rapi-
mente, Mas de cincuenta ediciones de Ma-
‘vieron la luz antes de 1900, y su populari-
4 no ha disminuido hasta la fecha, a pesar
Jas tendencias anti-roménticas de nuestro si-
para el afio del centenario de Marfa, en
67, el niimero de sus impresiones documen-
se aproximaba a ciento cincuenta. Este
‘atestigua el hecho de que aéin hoy dia Ma-
sigue siendo la novela mas leida de Hispa-
“erica, La obra ha rebasado la barrera del
oma, con traducciones al inglés, al francés
‘al portugués. Ademés, Maria ha tenido v2-
ss adaptaciones draméticas y cinematogriifi-
Rubén Dario dijo de Maria gue era una
Jas dos mejores novelas latinoamericanas
consideraba que Ja otra era La gloria de don
iro, de Enrique Larreta), y Unamuno afir-
5 que al leer Ia novela a los cincuenta y nue~
‘alos, le afecté mas que si hubiera tenido
face. Quiz ninguna otra ficcion ha ejercido
m profunda influencia en Hispanoamérica:
exisien diecisiete imitaciones de Marfa, sin
‘Contar las obras que emulan sélo unos episo-
ios del idilio. Los lectores del siglo xx han
Gisfrutado tanto de la lectura de Marfa como
‘sus abuelos del siglo pasado. Aunque han pa-
Sado de moda algunos de los sentimientos re-
tratados en Maria, el conflicto basico de la
Jorge Isaacs
DONALD MCGRADY
Jorge Isaacs.
obra —la lucha entre el amor y la muerte— es
de validez eterna, y seguir cautivando @ lec-
tores de todos los paises y todas las épocas.
Unido a su tema de interés universal, Maria
tiene una forma clasica que se coloca por en-
cima de técnicas pasajeras, y que presenta la
hhistoria de una manera clara y lineal. Estas
cualidades de buena trama y buena forma ase~
guran que la obra maestra de Jorge Isaacs se~
guird siendo no sélo la mejor novela roménti-
ca en lengua espafiola, sino uno de los clasicos
del idiom
Isaaes utiliz6 dos importantes fuentes de ins~
piracion para su novela: las reminiscencias I~
terarias y su propia biografia. Su heroina de~
riva prineipalmente de antecedentes noveles~
cos, pero el héroe Efrain esté basado ante todo
en las experiencias personales del autor. Asi-
mismo una parte de la accién novelesca pro-
‘cede de la literatura roméntica, y otra provie-
ne de la vida de Isaacs. La colocacién de Ta his-
toria en el Valle del Cauca refleja, claro est
203culta de yeras triste considerar la vida del
ombiano Jorge Isaacs (Cali, 1837-Tbagué,
autor de la primorosa novela romanti-
‘ealista, Marfa. Baste decir que Isaacs
a se repuso del dolor de verse venido @
os después de una juventud feliz y desa~
da, Durante toda su vida adulta Isaacs
en vano de recuperar la posicion perdi-
persiguicndo ilusorios ardides econémicos
oliticos. Pasemos en piadoso silencio el re-
ento de tan penosa —y a menudo vergonzo-
vida, para fijarnos en los triunfos litera
S del autor. .
Tsaacs escribié numerosas poesias, varios
amas (todos inéditos, menos uno) y algunos
jentos de novela, pero —como sucede con
‘escritores colombianos de renombre in-
icional— su fama se debe a un solo libro:
novela Maria. Se publico Maria en Bogoti
1867, siendo bien recibida por la eritica,
ero sin aleanzar inmediatamente un gran éxi-
de libreria. Sin embargo, a los pocos afios
entusiasmo de los intelcctuales se comunic®
pueblo, y las ediciones se sucedieron rapi-
mente. Mas de cincuenta ediciones de Ma-
‘vieron Ia luz antes de 1900, y su populari-
4 no ha disminuido hasta la fecha, a pesar
Jas tendencias anti-roménticas de nuestro si-
para el afio del centenario de Marfa, en
67, el niimero de sus impresiones documen-
gas se aproximaba a ciento cincuenta. Este
a atestigua el hecho de que aun hoy dia Ma-
sigue siendo la novela més leida de Hispa-
“erica, La obra ha rebasado la barrera del
oma, con traducciones al inglés, al francés
‘al portugués. Ademés, Maria ha tenido va-
ss adaptaciones draméticas y cinematogriifi-
Rubén Dario dijo de Maria gue era una
as dos mejores novelas latinoamericanas
consideraba que Ja otra era La gloria de don
iro, de Enrique Larreta), y Unamuno afir-
6 que al leer la novela a los cincuenta y nue~
‘alos, le afecté mas que si hubiera tenido
ance. QuizA ninguna otra ficcion ha ejercido
m profanda influencia en Hispanoamérica:
‘existen diecisiete imitaciones de Maria, sin
Sontar las obras que emulan sélo unos episo-
dios del idilio, Los lectores del siglo xx han
Gisfrutado tanto de la lectura de Maria como
‘sus abuelos del siglo pasado. Aunque han pa-
Sado de moda algunos de los sentimientos re-
tratados en Maria, el conflicto basico de la
Jorge Isaacs
DONALD MCGRADY
Jorge Isaacs.
obra —la lucha entre el amor y la muerte — 5
de validez eterna, y seguira cautivando @ lec-
tores de todos los paises y todas las épocas.
Unido a su tema de interés universal, Maria
tiene una forma cldsica que se coloca por en-
cima de técnicas pasajeras, y que presenta la
historia de una manera lara y lineal. Estas
cualidades de buena trama y buena forma ase~
guran que la obra maestra de Jorge Isaacs se~
guird siendo no sélo la mejor novela roménti-
ca en Jengua espafiola, sino uno de los clisicos
del idiom:
Isaacs utiliz6 dos importantes fuentes de ins-
piracion para su novela: las reminiscencias I~
terarias y su propia biografia. Su heroina de~
riva prineipalmente de antecedentes noveles-
cos, pero el héroe Efrain esta basado ante todo
en las experiencias personales del autor. Asi-
mismo una parte de la accion novelesca pro-
‘cede de la literatura roméntica, y otra provie-
ne de la vida de Isaacs. La colocacién de Ta his-
toria en el Valle del Cauca refleja, claro est
203Ja biografia del autor, y lo mismo puede decir~
se de los siguientes elementos en la trama de
Marfa: El padre de Efrain, un judio de Jamai
a, inmigra muy joven a la provincia del Cho-
c6, y a los veinte afios (diecinueve en la vida
real) se vuelve catélico para casarse con la hija
de un militar espafiol. Al igual que el proge-
nitor de Isaacs, el de Efrain es duefio de una
hacienda en lasierra cerca de Cali y de dos ha-
ciendas azucareras en el valle. Cuando el pa-
dre de Efrain pierde una suma considerable
por el defraude de un socio, Isaacs alude a una
serie de pérdidas econémicas suftidas por su
propio padre durante muchos afios, debido
ante todo a su aficién al juego (vicio atribuido
en la novela a un empleado)
En la primera frase de la obra, Efrain cuen-
ta que estudid en el colegio del doctor Loren-
z0 Maria Lleras en Bogota; lo mismo hizo
Isaacs, pero sin llegar a graduarse. El desco
del padre de Efrain de que éste emprenda cs-
tudios de medicina parece reflejar idéntico an-
helo por parte de la familia del novelista. La
muerte de un hermano mayor hace que recai-
gan grandes responsabilidades sobre Efrain: lo
mismo le sucedié a Tsaaes. Igual que su crea-
dor, Efrain es poeta y ayuda a su padre en la
administracién de sus fincas, Algunos perso-
najes menores de Marfa (el Dr. Mayn, Juan
Angel, el profesor Bracho, el portero Escami
Ha) fueron tomados de la vida real; cabe sos-
pechar lo mismo de muchos otros. La extensa
descripcién que Efrain hace de su viaje por el
rio Dagua y el camino de herradura haste Las
Cruces esti basada en las experiencias perso-
nales de Isaacs, quien trabajd de inspector de
caminos en ese distrito durante los afios
1864-1865.
Uno de los aspectos de Marfa mas comen-
tados por Ia critica es la cuestion de sus fuen-
tes. José Maria Vergara y Vergara, amigo y
conscjcro legal y literario de Isaacs, fue él
primero en piantear el problema, al comparar
Maria con Pablo y Virginia, de Saint-Pierre,
y.con Azala, de Chateaubriand, La verdad es
que Pablo y Virginia influyé decisivamente so-
bre la concepeién de Maria, mientras que la
inspiracién de Atala s6lo se percibe en el rela-
to de «Nay y Sinar», uncuento intercaladoen la
novela, Dejando a un lado los t6picos que se
hallan en muchas novelas roménticas (culto de
la melancolfa, uso y abuso del sentimentalis-
mo, descripciones poéticas de una naturaleza
exética, exaltacion del catolicismo, narracién
en primera persona, vago erotismo, el inevita-
ble final desdichado, eteétera), se hace eviden-
te que la influencia de Pablo y Virginia opera
sobre cuatro aspectos de Maria: 1) el prefacio,
donde el autor declara su propésito lactimé-
204
geno: 2) los protagonistas y las lineas genera-
Ies del argumento; 3) innumerables pormeno-
res relacionados con la trama; 4) similitudes
de técnica narrativa. Bastard seifalar las coin-
cidencias entre los personajes y las tramas de
una y otra novela para constatar la preponde-
rancia del influjo de Saint-Pierre sobre Isaacs.
‘Tanto en Marfa como en Pablo y Virginia
los protagonistas son jévenes que han vivido
Juntos y que se han amado desde la nifiez, que
son cristianos, de raza blanca y de Ia misma
nacionalidad que cl autor, Ademis, el argu-
mento principal de las dos novelas ¢s el mis-
mo: dos criaturas se ven unidas en su infancia
por infortunios (la pobreza y la orfandad) de
la familia dea nifia. Se aman tiernamente des-
de los priméros afios y se crian juntos, casi
como hermanos, en medio de una naturaleza
exuberante. Cuando Ilegan a la edad adoles-
cente, se confiesan su amor y piensan consa-
grarlo en el matrimonio. Los padres (0 los tu-
ores), aunque dan su consentimiento para la
unién, quieren aplazarla por algunos afios, ¢
insisten en que uno de los protagonistas real
ce un viaje con fines educativos y con miras a
un mejoramiento econémico que ha de redun-
dar en el bien de todos. Los amantes contem-
plan el viaje con gran temor, temiendo que no
produciré los resultados anhelados, y que ha
de causar su separacidn eterna. Estos presen
timientos resultan fatidicamente fundados,
pues el viaje causa la muerte de la heroina, El
protagonista es tan profundamente afectado
por el fallecimiento de su amada que cae gra-
vyemente enfermo. Después de reponerse de su
enfermedad, y sumido en la melancolia més
abyecta, recorre los lugares donde habla goza-
do del idilio con su novia, y también visita su
tumba. Algan tiempo después, el protagonista
se deja morir de amor.
Estas coincidencias de trama no dejan lugar
a duda a que Pablo y Virginia sea la fuente
principal de Maria. Pero también influyeron
otros novelistas romanticos franceses sobre
Isaacs, sobre todo Alfonso de Lamartine, au-
tor de Graciela y Rafael. Probablemente la
idea mas basica que tomé Isaacs de Lamarti-
ne fue la de escribir una novela compuesta
principalmente de reminiscencias literarias
combinadas con elementos autobiograficos.
Otras influencias generales son Ja division de
la novela en capitulos muy breves, y el titulo
que nombra solamente a uno de los protago-
nistas. Existen ademas muchas otras coinci-
deneias concretas entre Graciela y Maria, Am-
bas herojnas son huérfanas que viven en la
misma casa que sus novios,.y una de sus ta-
Teas consiste en cuidar a los nifios pequefios
el hogar. Graciela oye la historia de Pablo ynia de los labios de su amado y se siente
ecida por ella, al igual que Maria escu-
2 Efrain la relacién de Azala; ambas jdve-
oran durante la lectura y son compars-
por sus novios con las heroinas de los li-
que leen. Lamartine ensefia ciertas mate-
‘a Graciela, asi como Efrain es maestro de
ja. Un intruso pide en matrimonio a am-
heroinas, y es rechazado. Graciela y Ma~
se ponen melancélicas al saber del viaje de
novios, y se desmayan cuando parten.
antes de morir, ambas escriben cartas a
amantes, diciendo que viviran si ellos vuel-
. yal morir les legan sus trenzas. En las dos
Jas aparecen medallitas de la Virgen, flo-
en cartas de amor, y comparaciones orien-
Tanto Lamartine como Efrain se com-
"nen contemplar los brazos y pies desnu-
de sus amadas.
La atencién prestada por Efrain al timbre
la voz de Maria tiene paralelos tanto en
raciela como en Rafael. Ademés, el prefacio
Marta es una imitacién directa del de Ra-
J: en ambos se revela que el autor de la au-
iografia entreg6 su manuscrito a un amigo
1co antes de su muerte (aunque muchos afios
spués del fallecimiento de su novia), y que
‘este amigo se ha encargado de publicar las me-
‘morias, junto con un prefacio de su propia
‘mano. Tanto Rafael como Efrain releen su co-
rrespondencia amorosa, compaginando las,
cartas; los renglones finales de la iltima misi-
va de Graciela y Marfa son casi ilegibles, de-
bido a ta aproximacién de la muerte. A\ falle-
cer, ambas heroinas parecen sonreir. Al ente-
rarse de la muerte de sus novias, se desmayan
Rafael y Efrain, La stibita catastrofe econdmi-
ca sufrida por la familia de Lamartine proba
blemente sugirié a Isaacs la idea de condensar
en un solo golpe la gradual decadencia finan-
ciera de su propia familia
El andlisis anterior demuestra que Jorge
Isaacs tiene una deuda considerable con cier-
tos modelos del Romanticismo francés. Como
Chateaubriand y Lamartine, se inspira en
Saint-Pierre para la forma y el estilo de su no-
vyela, Pero Isaacs lleva mucho més lejos su imi-
tacién de Saint-Pierre, puesto que funda gran
| parte de la accién de Marfa sobre Pablo y Vir-
ginia, Resumiendo, sc puede decir que las li-
neas generales de la trama de Maria siguen las,
de Pablo y Virginia, y que muchos mas inci-
denies proceden de Graciela y Rafael. La ma-
yoria de las contribuciones originales de Isaacs
han de buscarse en las descripciones del esce-
nario colombiano, en los elementos autobio-
‘grdficos, en los personajes secundarios, y en el
color local.
Como muchas otras novelas hispanas escri-
tas durante la misma época, Maria combina la
forma y el contenido de dos movimientos lite
rarios: e! Romanticismo y el Realismo. Se aca-
ba de ver que Isaacs tomé gran parte de su ar-
gumento (amén de varios procedimientos m:
rrativos) de Saint-Pierre, un precursor del ro-
manticismo francés, y de Lamartine, uno de
los romanticos galicos mas afamados. Es pro-
bable que muchas situaciones y técnicas en
Maria deriven de estos mismos eseritores, pero
como tales procedimientos legaron a ser lugs-
res comunes en la novela romantica europea
después de Saint-Pierre, no parece prudente
afirmar que Isaacs los tomara de ningiin autor
en particular, Algunas de estas técnicas son: cl
uso de augurios para sugerir la posibilidad de
tragedia futura durante los momentos de di-
cha; la inserci6n de reflexiones axiomaticas so-
bre situaciones coneretas, seflalando su rela-
cién con lo universal; la comparacion de los
protagonistas con algin elemento de la natu-
raleza en la cual se mueven; las descripciones
poéticas de una naturaleza bella y grandiosa,
muchas veces exética; el concepto del amor
como una fuerza todopoderosa, que se sicnte
hacia una sola persona; la imposibilidad de
consumacién del amor, con un final tragico del
idilio; 1a utilizacién del sentimentalismo, del
pesar prolongado, y de Ia melancolia; el uso
de simbolos y de lo sobrenatural; ¢] empleo de
Jo vago e impreciso en relacién con los perso-
najes y con algunos lugares de la accion; la
exaltacién del catolicismo; los estados de Ani-
mo del narrador reflejados en la naturaleza; et-
cetera
En la época en que Isaacs componia Maria,
muchos escritores colombianos cultivaban el
género del costumbrismo, siguiendo los mode-
Tos de Mesonero Romanos, Estébanez Calde-
ron y Larra. Los cuadros de costumbres co-
lombianos, al igual que los espafioles, preten-
dian conservar ef recuerdo de las practicas ti-
picas, y a la vez satirizar lo ridieulo en los usos
locales. Este interés en los tipos castizos y en
las costumbres locales fue fomentado por cl
sentimiento roméntico, aungue el costumbris-
mo tiene un evidente parentesco con el Realis-
mo, puesto que se propone representar sus te-
‘mas con una objetividad casi fotogritica.
Dada la enorme popularidad del costum-
brismo en Colombia, no sorprende que' Isaacs
haya dedicado una porcién considerable
—{ragmentos de once capitulos— al color lo-
cal, Efrain describe la boda de unos esclavos,
dando cuenta detallada de su vestimenta, sus
instrumentos musicales y sus bailes; documen-
ta extensamente las costumbres de los antio-
quefios, las cuales revelan industria y ccono-
mia; y describe el trabajo, la comida, la vesti-
205menta, las viviendas, la musica, los remedios
caseros y las supersticiones de los negros que
habitan ‘las orillas del Dagua. En todos sus
cuadros de tipos populares, Isaacs reprodu-
ce ejemplos de su lenguaje pintoresco ¢ inco-
recto.
Es verdad que estos cuadros de costumbres
no adelantan ta accién: pero el hecho es que
en Maria hay poco desarrollo novelistico: al
autor le interesa mas evocar un estado de Ani-
mo que desenvolver un argumento novelesca
Y ‘estas escenas costumbristas desempeiian
otra importante funcion artistica: ayudan a re-
dondear el caracter de Efrain. En sus relacio-
nes con los campesinos y los negros, el prot:
gonista despliega caracieristicas que de otro
modo permanecerian ocultas: es humilde con
los humildes y siente un verdadero interés en
sus asuntos,
Ya se ha visto que el contenido y la forma
narrativa adoptados por Isaacs son predom
hantemente romanticos, pero también en Ma.
"a se manifiestan ciertas proclividades del rea
lismo, El realismo busca ante todo la represen.
taci6n objetiva de la realidad social contempo-
ranea: se propone retratar Ja vida en todos sus
aspectos: por lo tanto introduce personajes ba-
10s y sucesos y lugares corrientes. La preocu.
acion por la sociedad tal como es, implica que
¢l realismo cobija un sentido de compasion hu.
mana y cl deseo de reformar las injusticias so.
ciales. Para reproducir la realidad con la ma.
Yor fidelidad posible, ol autor realista se expla-
ya en descripciones de detalle minucioso, su
‘deal es representar los escenarios y los perso-
najes igual que lo haria una cémara fotogrh.
fica
La critica ha aseverado repetidamente que
la sociedad retratada cn Maria es un mundo
idealizado (y por tanto romantico, segiin esta
teorfa) en que todos los personajes son buenos
¥ nobles. Esto dista mucho de ser cierto, tanto
én lo relativo a la sociedad como conjunto,
£omo por lo que ataiie a los personajes indi
viduales. La sociedad representada en Maria
nada tiene de ideal, puesto que admite la ins.
ltucién repelente de la esclavitud, Jorge Isaacs
demuestra la preocupacién social del movi.
miento realista al censurar esta enormidad an.
tihumanitaria. Su protesta més vigorosa en
contra de la esclavitud ocurre en ta segunda
parte del cuento interealado de «Nay y Sinary
(capitulos XLU-XLIID). Aqui describe todas
las degradaciones de esta institucién barbara:
la crueldad de los caudillos africanos, que ven.
den como esclavos a sus enemigos, y a veces
hasta a sus propios familiares; el doior de los
desafortunados que se ven separados de sus
hogares; los horrores de los buques que trans
206
portan los esclavos; etcétera. Es evidente, en-
tonces, que no tienen razén los que hablan
de una «sociedad roméntica e idealizaday en
Maria,
Resulta que los individuos que integran la
Sociedad en Maria tampoco son figuras to-
ménticas idealizadas, En realidad, sucede todo
4o contrario: los tnicos personajes tipicamente
Jes, inclusive Efrain y su padre, son creacio
realistas que parecen haber sido inspirados
la vida misma, Efrain encarna la petsonali
de su creador, aunque con idealizacién, cl
esta, y su padre esta basado asimismo. en
modelo det i
roménticos en Maria.
Aunque Isaacs titulé su novela Maria, el
verdadero protagonista es Efrain. Desde las
Palabras iniciales del libro (wEra yo nifio..»),
se hace evidente que la acci6n girara en tore
al narrador. Sin embargo, es inevitable que un.
narrador revele mucho acerca de su propio ca-
acter al describir una serie de acontecimien=
fos en que él ha intervenido. Efrain se da per
fecta cuenta de esto; por tanto, procura con
servar las apariencias de modestia, al tiempo
ue hace lo posible por destacar su valor pro=
pio. Su método consiste en afectar modestia al
mencionarse directamente, pero al mismo
tiempo selecciona el material al ser narrado
Para poner de relieve sus cualidades persona-
les. La estimacion y afecto que Efrain siempre
encuentra no se explica s6lo por su posicion
Privilegiada dentro de la sociedad local, sino
{ambien por su gencrosidad y consideracin
hacia sus inferiores, Hace frecuentes regalos a
{os campesinos antioquefios, ogra que su pa-
dre conceda derechos de agua a Custodio,
manda al médico a examinar a Salomé, y al.
terna con los negros y mulatos. Estas inusita-
das tendencias democraticas producen extra-
fleza cn sus amigos. Al mismo tiempo, Efrain
se complace en aludir a los lujos que se per-
mite su familia, y a su posicion de aristécratas.
Una de las facetas més interesantes de la
Personalidad de Efrain es su pronunciada sen.
Sualidad, Este rasgo, perceptible a través de
todo el libro, aparece por vez primera en cl
cap. I, donde Efrain evoca amelodias volup-
tuosas» ¥,cropajes de mujeres seductoras» para
deseribir la belleza del Valle-del Cauca. Efrain
admira abiertamente los encantos femeninos
de las hijas de José, de ta hermana de Emig.La historia de Nay (o Feliciana) y Sinar, que
ocupa los capitulos XL a XLII, constituye un
ejemplo tardio de una técnica de larga iradi-
cidn, Este procedimiento de introducir cortas
narraciones independientes en cl cuerpo de na-
rrativas largas es tan antiguo como la misma
ficcién europea, pues ya hay interpolaciones
en la Odisea y la Eneida. Esta intercalacion
—euya trama imita la de Atala, de Chateau
briand— le permitié a Isaacs lograr un efecto
que no podia faltar en la obra de un verdade~
ro roméntico: el exotismo. Al situar su novela
en Colombia y hacer que sus protagonistas
fucran personas civilizadas, Isaacs perdié la
oportunidad de conseguir esa nota de exotis-
mo que Saint-Pierre y Chateaubriand habian
obtenido con sus héroes primitivos colocados
en una naturaleza lejana y extrafia. Ya que ni
los protagonistas ni el escenario tenian nada
de exéticos para sus lectores, Isaacs se vio obli-
gado a introducir algo completamente ajeno al
argumento principal para obtener esa cualidad
indispensable. De ahi la intercalacion de «Nay
y Sinar», episodio localizado en un pais lejano
Y cuyos protagonistas son seres primitivos
Pero habia-otro motivo igualmente importan-
te para la interpolacién. Ya se ha visto el in-
terds de Isaacs en el tema de la esclavitud: por
tanto, resulta evidente que la accidn de «Nay y
BIBLIOGRAFIA
Opras
Maria, Bogoté, J. B. Gaitan, 1867 (prdtogo de J. J.
Vergara y Vergara).
Maria, ed. de Donald McGrady, Barcelona, Labor,
1970 (Textos Hispanicos Modernos, 10).
Poestas, Bogoti, 1864.
Poesias, Buenos Aires, 1879.
Saulo. Poema. Canto T, Bogota, 1881
Poestas, Cali, Biblioteca de la Universidad del Va-
le, 1967 (Ed. del Centenario de la Obra,
1867-1967; préiogo de Mario Carvajal)
Critics
Arciviecas, German, Genio y figura de Jorge
Isaacs, Buenos Aires, Eudeba, 1957.
BorELLO, Rodolfo, «Sociedad _y paternalismo en
Mariar, Ottawa Hispénica, 2, \980, pags. 33-49.
KaxseN, Sonia, «La estructura de Marias, Revista
Hispénica Moderna, XXXIV, 1968, pagi-
nas 685-689.
MAGNARELLI, Sharon, «Maria and History», Hispa-
nic Review, 1981, Spring, 49 (2), pags. 209-217. «
McGRADY, Donald, «Funcién del episodio de Nay
y Sinar en Marfa», Nueva Revista de Filologia
ispénica, XVIII, 1965-1966, pigs. 169-171.
208
Sinar» pasa en Africa no sdlo porque era
continente exdtico, sino porque le brindab
oportunidad de tratar un problema social
gran interés para sus lectores. Esta amalg
de lo exético con el ansia de reforma social
pone una nueva dimensidn en el arte roma
tico.
La prosa de Isaacs en Maria es de las
artisticas de su tiempo; su estilo suele ser
sical y pictérico a la vez que preciso y de
cha fuerza expresiva. Sin embargo, las descr
ciones y las porciones narrativas se des
més por su viveza y naturalidad que los
logos. Las partes que describen a Maria se
tinguen por su poesia, una cualidad atribu
al afecto de Isaacs por su herofna. En el n
de la ficcién, Efrain parece pulir con maxi
cariffo los pasajes tocantes a su novia,
para darles una forma digna de ella. El
cuidado se trasluce en sus descripciones de
naturaleza —su segundo amor—, la cual
senta en forma tan poética como la novia.
estrechas relaciones entre la mujer y lan
raleza se manifiestan en la costumbre de Eff
de emplear metaforas sobre la una para.
cribir a la otra. La intencion de acomoda
forma al contenido se percibe ademas en
capitulos de color local, donde el narrador
liza‘un lenguaje coloquial, y hasta jocoso.
‘La poesia de Jorge Isaacs», Boletin del
10 Caro y Cuervo, XIX, 1964, pigs. 416.
«Las fuentes de Maria», Hispandfila, 24,
pags. 43-54
Jorge Isaacs, Nueva York, Twayne Publise
1972.
Bibliografia sobre Jorge Isaacs, Bogoté, Tas
to Caro y Cuervo, 1971 (Col. Series Bibliog
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