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ALE 9 En el eco de mis muertes alin hay miedo. gSabes tu del miedo? Sé del miedo cuando digo mi nombre Es el miedo, el miedo con sombrero negro escondiendo ratas en mi sangre, 0 el miedo con labios muertos bebiendo mis deseos. Si, Enel eco de mis muertes aun hay miedo. Alejandra Pizarnik Delumeau, Jean, E/ miedo en Occidente. Madrid, Taurus, 1889. Pa (fragmentos seleccionados) Delumeau, Jean (1989). El miedo en Occidente. Madrid: Taurus: 21-27. (fragmentos seleccionados) EL MIEDO ES NATURAL Haya 0 no mas sensibilidad ante ol miedo en nuestro tiempo, éste es un componente mayor de la experiencia humana a pesar de los esfuerzos intentados para superario' «No hay hombre que esté por encima del miedo ~escribe un miltar- y que pueda vanagloriarse de escapar a él»? Un guia de alta montana a quien se plantea la pregunta: «Le ha ocurrido tener miedo?», responde: «Siempre se tiene miedo de la tormenta cuando se la oye crepitar sobre las rocas. Se erizan los cabellos debajo de la boinan®. El tulo de fa obra de Jakov Lind, E/ miedo es mi raiz, no se aplica solamente al caso de un nifio judio de Viena que descubre el antisemitismo, Porque el miedo ‘cnacié con el hombre en la mas remota de las edadesn’. «Estd en nosotros... Nos acompafia durante toda nuestra existencian®. Citando a Vercors, que da una curiosa efinicién de fa naturaleza humana —los hombres llevan amuletos, los animales no los llevan-, Mare Oraison concluye que el hombre es por excelencia «el ser que tiene mmiedo»®, En el mismo sentido, J. P. Sartre escribe: «Todos los hombres tienen miedo. Todos. El que no tiene miedo no es normal, eso no tiene nada que ver con el valory” La necesidad de seguridad es, por tanto, fundamental; est en fa base de la afectividad y de la moral humanas. La inseguridad es simbolo de muerte y la seguridad s imbolo de! a vida, E 1c ompafero, el 4 ngel g uardién, el amigo, cl ser benefico es siempre aquel que difunde seguridad®. Por eso es un error de Freud no haber llevado «el andlisis de la angustia y de sus formas patdgenas hasta ol arraigo en la necesidad de conservacién amenazada por la provision de la muerten®. El animal no anticipa su muerte. El hombre, por el contrario, sabe ~muy pronto- que morira. Es, por tanto, «el Unico en el mundo que conoce el miedo en un grado tan temible y duraderon™. Ademas, observa R. Caillois, el miedo de las especies animales es Unico, idéntico 2 si mismo, inmutable: el de ser devorado. «Mientras que el miedo humano, hijo de nuestra imaginacién, no es uno sino milliple, no es fijo sino perpetuamente cambiante»'". De ahi lz necesided de escribir su historia No obstante, el miedo es ambiquo. Inherente a nuestra naturaleza, es una mural esencial, una garantia contra los peligros, un reflejo indispensable que permite el organismo escapar provisionalmente 2 la muerte. «Sin el miedo ning una especie GEM. BELLET, La Pear on ao, Pais, 1967 2 Cada en F. GAMBIEZ, al-s peur ela panique dans I'hstoite, fens drt tare 1, junio 1970, pig 98. Tntervi Gel guia Fecnand Parreau, de Serve 4G. DELPIERRE, La Peur te, pi ore ef sommmiations del cos Sto, pag. 8 | MCORATSON, sPeue et rsligions, en Problems absil-mayo de 196), pix 36. Cf cambiga, del mismo autor, Dirac a pour, Pov, 1972 PP. SARTRE, ret, Pai, 1945, NCH. ODIER, Linmseti pen mii, Nevehite Pas, 147, ig 23 *P, DIEE, al Ongne er "nes det pus, en Prim abri-mao de #961, pig 16 8G, DELPIERRI, Ev pr p17 VE CATLL( IS, abex mayo dea pour cher Tes insects, en Pros arn de 3 5%, habria sobrevi Pero si sobrepasa una dosis soportable, se vuelve patoldaico y crea bloquecs. Se pusde morir de miedo, o al menos ser paralizado por él. En los Cuentos de Bécesse, Maupassant lo describe como una «sensacion atroz, una descomposicién del alma, un espasmo horrible del pensamiento y del corazén cuyo solo recuerdo proporciona al alma estremecimientos de angustian™. [...] [El] miedo puede convertirse en causa de la involucién de los individuos, y Marc Oraison hace observar a este respecto [...] que la regresion hacia el miedo es el peligro que acecha constantemente al sentimiento religioso'. Mas generalmente, todo aquel que esta dominado por el miedo corre el riesgo de disgregarse. Su personalidad se cuartea, «la impresion de serenidad que da la adhesion al mundo» desaparece; «el ser se vuelve separado, otro, extraio. El tiempo se detiene, el espacio menguan”*.[...] Si es colectivo, el miedo puede llevar también a comportamientos aberrantes y suicidas de los que ha desaparecido la apreciacién correcta de la realidad: como, por ejemplo, esos panicos que han escandido la historia reciente de Francia desde Waterloo hasta el éxodo de junio del [19}40."[...) En cualquier caso, el historiador no tiene que buscar mucho para identificar su presencia en los comportamientos de grupos. Desde los pueblos llamados «primitivos» hasta las sociedades contemporaneas, lo encuentra casi a cada paso -y en los sectores mas diversos de la existencia cotidiane-. Como pruebas tiene, por ejemplo, las mascaras frecuentemente espantosas que numerosas civilizaciones han utilizado ‘en el curso de las edades en sus lituraias. [...] [Ei] investigador descubre, incluso en el curso de un vuelo rpido por el espacio y el tiempo, el niimero y la importancia de las reacciones colectivas del miedo. La constitucién de Esparta, que sistematizaba la organizacién de los «iguales» en casta militar, estaba basade en él. Los espartanos, permanentemente movilizados, aguerridos desde la infancia, vivian bajo la constante amenaza de una revuelta Ge los hilotas”, A fin de paralizar a ésios por el miedo, Esparta hubo de modificarse a si misma mas radicalmente cada vez. Las medidas «aloplésticas» iniciales dirigisdas contra los hilotas entrafaron pronto medidas «autoplaticas» todavia mas rigurosas «que transformaron 2 Esparta en un campo atrincherado». Mas tarde, la Inquisicion fue asimismo metivada y mantenida por e! miedo @ ese enemigo constantemente renaciente: la hevvila que parecia asediar, incansable, a la Iglesia. En nuestro tiempo, el fascismo y ei nazismo se beneficiaron de ias alarmas de rentistas y pequefios burgueses que temian las perturbaciones sociales, ef hundimiento de la monede y el ‘comunismo. Las tensiones sociales en Sudéfrica y en Estados Unidos , la mentalidad de asedio que reina en Israel, el «equilibrio del terror que mentienen les superpotencias, (= hostilidad que opone a China y la URSS [Unidn de Republicas 8G, DELITERRE. Op Cit. pag 75, 9G. de MAUPASSANT. Onores amples Contes del Bs "IM ORAISON, Op Cit, pa, 38. 8G, DELPIERRE, O> Ci, pi 130 ed. 1905, ig. 75, simeto oe peso de sabas de que conser cescandir, (Delia seondin), 1. x, Min Medico verso, contae gin RAE: Hilotas (0 osas): Habinuntes de a ciudad de Ttome, exclave dos por hs spartans Socialistas Sovietices] son otras tants manifestaciones de m lox: sruzan y desgarran nuestro mundo. Tal vez sea porque nuestra épocs ha inventado el neologismo sécuriser [asegurar} por Jo que es mas apta -o esté menos mal armada- que otra para dirigir hacia el pasado esa mirada nueva que trata de descubrir en él el miedo. Tal investigacion trata, en el marco espacio-temporal preciso aqui contemplado, de penetrar en los resortes ocultos de una civilizacion, de descubrir los comportamientos vividos pero a veces inconfesados, de captarla en su inlimidad y sus pesedillas més alla del discurso que sobre si misma pronunciaba

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