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Nunca te digas
Takis Varvitsitis

Nunca te digas que no es bella la vida
cuando veas la luz languidecer,
cuando las hojas se sequen y caigan a tus pies
y todas las campanas den la bienvenida a la oscuridad.
No digas que no es bella la vida.

La colina se reviste con la bruma de tus ojos,
las manos estrechan la estela sepulcral,
y tu voz ser un avecilla por siempre crucificada.
An entonces, no digas que no es bella la vida.

El da en que los sonidos no lleguen a tus labios como la palidez,
ni las primaveras canten ya bajo tus prpados,
slo en ocasiones una nube te refrescar al amanecer
y una flor llorar un meteoro en tu silencio.

Aos y aos pasarn,
mas no podrs solicitar volver a ver tus colores
entre la penumbra de los ngeles,
no olvides las rosas blancas,
no olvides el polen del cielo,
no digas que no es bella la vida.

Al indestructible destino de la piedra nunca envidies,
ni a los inmaculados mrmoles, ni a la helada gota,
inmarcesible, que cuelga del rbol del tiempo,
ni a un nombre desnudo y amargo como tu sueo.

Slo desciende profundo, mucho ms profundo,
en el lecho de la Tierra, ah donde ella yaca
arraigndose con los cipreses.
Hasta que en el ocaso,
imperturbable y confiado,
descienda el mstico astro hasta tu hmeda cripta

Y entonces rasga la telaraa que te envuelve,
levntate con los huesos llenos de msica
si tu sombra es tan ancha
como para cubrirnos a ambos.

Mas, cuidado, no te ras, no olvides.
Nunca digas que no es hermosa la vida.

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