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ARTICULO 56, La Camara de Senadores se compondré de dos miem- bros por cada Estado y dos por el Distrito Federal, nombrados en eleccién directa. La CAmara se renovard por mitad cada tres afios. La legislatura de cada Estado y la Comisién Permanente del Congreso de la Unién, en el caso del Distrito Federal, declararan electo al que hubiese obtenido la mayorfa de los votos emitidos. COMENTARIO: En el Diario Oficial de fecha 15 de diciembre de 1986, apa- rece publicada una reforma al articulo 56 constitucional, mediante la cual el poder revisor de 1a Constitucién modificé el mecanismo de renovacién de la C4mara de Senadores, hecho que resulta significativo si tomamos en cuenta que ahora la renovacion del Senado se realizar4 en forma semejante a la prevista por el articulo 25 de la Constitucién dé 1824, en donde por vez primera se establece y regula el funcionamiento de} Senado en nuestro pais. Lo anterior nos motiva a Teflexionar sobre la evolucién que ha sufrido dicha institucién a partir de la for macién del Estado Federal Mexicano (1821-1824) hasta adquirir su fisonomia actual. En consecuencia, el lector de este comentario no encontraré mayores de- tales sobre el origen, naturaleza y funciones del Senado como Cémara colegis- ladora sino que habré de asomarse a una serie de cambios, unos profundos otros superficiales, que ha experimentado el Senado a lo largo de su existencia. En el Primer Congreso Constituyente Mexicano de 1822, encontramos un hilo conductor que, sin duda, es producto de. la corriente imperante en Europa y desde luego en nuestro pais: el Poder Legislativo estaria compuesto por una C4- mara de Diputados y una de Senadores las que en conjunto formarian e] Con- greso, el cual actuarfa como representanie de la nacidn. ARTICULO $6 239 En sus orfgenes, el Senado mexicano fue ideado tomando como modelo el Consejo de Estado establecido en la Constitucién de Cédiz, esto es, se pensé més en un mecanismo que sirviera de control a leyes y actos y a través del cual se permitiera, antes que nada, defender y mantener los privilegios de lawclase dominante. El proyecto iturbidista consideraba al Senado como un cuerpo per- manente, esencial al Poder Legislativo y compuesto en atencién al oficio y po- sicién econémica de sus miembros, con la finalidad de defender los intereses de Jos poderosos de la época. Si bien es cierto, no podemos dejar de reconocer que ya entonces se pensaba que en el Senado podrfan encontrar su representacién las provincias. ‘Una vez que Iturbide abdica a la corona del Imperio Mexicano, varios pro- yectos de Constitacién habrén de sucederse; en la mayoria encontramos como constante el rechazo a Ja monarquia y la reiteracién de establecer un Poder Le- gislativo bicamaral en donde el Senado habria de jugar un importante papel de colegislador. La forma para elegir a sus miembros era muy variada; desde los estamentos, hasta la designacién de representantes provinciales, pasando por un Senado en el que necesariamente hubieran representantes eclesidsticos. Largo seria el camirio hasta llegar al estabiecimiento del Estado Federal Mexicano y Iejano estaba atin el Senado como institucién en Ja cual las entidades federativas encuentran representaci6n igualitaria y participan en la formacién de la volun- tad estatal. La grave situacién de abandono, aunada a la inestabilidad politica que se vivia en las provincias, motiv6 que aflorara el descontento exteriorizado por frecuentes proclamas de autodeterminacién, independencia y desobediencia al gobierno central. Esta grave crisis condujo al desmembramiento del pais. Con el objeto de terminar con esta situaci6n, se convocé a un nuevo congreso consti- tuyente, el cual estaria caracterizado por una célebre polémica entre los defen- sores de la replica centralista o unitaria y los promotores de una del tipo fede- ral. La aprobacién del Acts Constitutiva de la Federacién Mexicana en enero de 1824, despej6 toda duda; México se decidfa por la forma de Republica federal cuyas caracter{sticas quedarian detalladas en la Constitucién de octubre del mismo aiio, primera del México Independiente y que permaneceria sin refor- marse hasta su abrogaciOn en 1835. Tanto en.el Acta Constitutiva de la Federacién Mexicana como en la Consti- tucién de 1824 se establecié un poder Legisiativo bicamaral: la Cémara de Di- putados era representativa del pueblo en tanto que en el Senado encontraron su representaci6n igualitaria las entidades federativas. Esta decisién provocé gran inquietud: ,de dénde provino la idea de establecer un Senado en nuestro pafs?, Ja repnesta no es facil de obtener, hay quienes sostienen que con ligeras modifi- caciones, su germen ya se encontraba en la Constitucién francesa que en 1795 establecié un Poder Legislative integrado por dos cuerpos, uno de ellos llamado consejo de ancianos cuyas funciones se equipararfan a las del Senado; o bien en 1a Constitucién de Cédiz de 1812, 0 en el pensamiento previo a la Constituci6n de Apatzingén de 1814 (si bien es cierto que en este documento nicamente se determiné la existencia de una Cémara de Diputados), o tal vez en el proyecto 240 CONSTITUCION POLITICA MEXICANA COMENTADA iturbidista de 1822. En cambio un importante sector de la doctrina considera que su existencia se deriva de la Constitucién de los Estados Unidos de Améri- ca, cuyo Senado se integré por representantes de ‘las entidades federativas. En tealidad, no debe preocuparnos si su origen se remonta 4 la intencién de repre- sentar a las provincias, de proteger privilegios de una clase o, ya dentro de la corriente federalista, si se buscé representar a las entidades federativas. El hecho significativo es que el Senado como institucién de primer orden nos ha acompaiiado en la mayor parte de la vida independiente de nuestro pais, sin im- portar grandemente si México era un estado unitario o uno federal. Este ditimo sefialamiento nos permite afirmar que el Senado no es, como muchos preten- den, una institucién propia o exclusiva de un estado federal, nuestra historia asf Jo demuestra. Le anterior queda confirmado al revisar la evolucién de nuestra carta magna y observar que aiin en la etapa del México centralista, el Senado subsistié como érgano de representacién, en tanto que durante la primera parte de la vigencia de la Constitucién de 1857, entre los afios de 1857 y 1874, el Senado fue supri- mido. Durante esta época, atin con la carencia del Senado, el federalismo mexi- cano subsistié y se fortaleci6, 10 cual pone de manifiesto que independiente- mente de la forma de estado que se adopte, Jo esencial es que los estados cuen- ten con un 6rgano que represente plenamente sus intereses y ayude a mantener y preservar el equilibrio de la Unién; estos dos papeles fueron desempefiados correctamente por un Poder Legislative unicamaral cuya estructura ¢ integra- cién fue modificada en 1874. E} viejo anhelo de que Jas provincias encontraran su representacién en un Organo colegiado (Senado), se materializ6 desde los proyectos anteriores a la Constituci6n federal de 1824 y a partir de entonces las provincias, entidades fe- derativas o departamentos (segiin la forma de estado de que se trat6) fueron re- presentadas. Si bien es-justo reconocer que’ bajo la influencia det federalismo Norteamericano, el estado federal mexicano y en partiguiar el Poder Legislativo encuentra su perfeccionamiento. Sobre este particular es interesante recordar la opinién del constitucionalista argentino Carlos Marfa Bidegain quien ya sefiala- ba que al formarse el estado federal norteamericano no hubo grandes intentos de originalidad en la creacién de los 6rganos de gobiemo, y que se adopté una estructura tradicional que se habia ejercido desde la época de dominacién ingle- sa. Encontramos asf la presencia de un Poder Legislativo integrado por dos‘c4- maras: uny, la de representantes, que habrfa de ser electa directamente por el pueblo, en tanto que la otra, el Senado, lo serfa de manera indirecta, con un pe- Tiodo de-vigencia mayor que su contraparte y que tendria un 4nimo més conser- vador con el objeto de servir de freno a los {mpetus de la asamblea general. En El Federalista, nimero 51, se aprecia otro motivo para contar con un le- gislativo bicamaral: En una republica, en que la avtoridad legislativa predomi- fa, es necesario evitar este “inconveniente", para tal efecto lo mejor es dividir a la legistatura en diferentes ramas, con diversos mecanismos de eleccién y prin- cipios de accién. Sea cual sea el verdadero motivo, nuestro pais se vio influido grandemente por el constitucionalismo nortcamericano y asi, et Senado mexica- ARTICULO 56 241 no fivo Caracteristicas semejantes al norteamericano en lo referente a su com- posicién, eleccién, vigencia, facultades y mecanismos de renovacién. También es importante recordar. que la doble composicién del Congreso norteamericano facilit6 un compromiso entre las entidades grandes y pequeiias: la Camara de Representantes estaria integrada en razén a la poblacién en tanto que en el Senado encontraban representacién igualitaria todas las partes inte- grantes del estado federal, De lo anterior podemos concluir que el Senado mexi- cano es receptor de tres claras influencias. a) Servir de freno a lus excesos de la CAmara de Diputados, esto es, actuar como un moderador conservador, no desde la perspectiva aristocratica sino como un elemento de prudencia y medi- tacién. 5) El Ejecutivo, en ocasiones, requiere verse fortalecido y encuentra en ef Senado un apoyo fundamental, todo ello en razén a la divisién de la legislatu- Ta que busca, principalmente, evitar el predominio sobre el Poder Ejecutivo, y c) La igualdad de que gozan las entidades federativas al participar en la forma- cién de la voluntad estatal y en el desarrollo del proceso legislativo. Al contar con idéntico niimero de senadores se est garantizando’plenamente la igualdad politica y jurfdica que reclaman las partes integrantes de nuestra nacién. ‘La composicién del Senado ha sufrido varias modificaciones a lo largo de su existencia, si bien es cierto que en la mayorfa de las Constituciones se ha es- tablecido ef nimero de dos senadores por cada entidad, asimismo se han ensa- yado diversos mecanismos para su renovacidn siendo mds frecuente hacerlo por tercios o mitades cada dos afios. ” En Ia Constitucién de 1824, habia dos senadores por cada estado, mismos que serfan electos por las correspondientes legislaturas. En la Constituci6n de 1836 se establecié el niimero de 24 senadores electos por las juntas departamentales. En las Bases Organicas de 1843 se hablé de 63 senadores electos por las juntas departamentales, C4mara de Diputados, Suprenia Corte de Justicia y el propio presidente de ln Republica. En el Acta de Reformas de 1847, el Senado se integraba con tres senadores por cada entidad, dos de los cuales serian electos por los estados, en tanto que el tercero seria votado por las diputaciones a partir de una tena propuesta por el Senado, Suprema Corte de Justicia y Camara de Diputados. En esie mismo ordenamiento, por primera vez se establecié que el Distrito Federal elegiria a dos senadores para que lo representasen, hecho que ¢s signifi- cativo si pensamos que en Estados Unidos el Distrito de-Columbia no tiene de- recho de elegir senadores. En la Constitucién de 1857 el Senado fue suprimido. Fue hasta las reformas constitucionales de 1874 cuando se restableci6, integrandose por dos represen- tantes por cada entidad y dos por el Distrito Federal, electos de manera indirecta. En la original Constitucién de 1917, se repetia la férmula de dos senadores por cada entidad, incluyendo al Distrito Federal, electos de manera directa y la duracién de su periodo seria de cuatro afios renovéndose por mitades. ‘Ya hemos sefialado que la instituciGn del Senado ha existido a lo largo préc- ticamente de la totalidad de nuestra vida como nacién independiente, incluso en 242 CONSTITUCION POLITICA MEXICANA COMENTADA la etapa centralista de nuestro pais y que, por el contrario, fue suprimida en los primeros 17 afios de vigencia de la Constitucién federal de 1857. Las razones que se esgrimieron para justificar la supresién fueron muy variadas. A continua- cin haremos mencién de aquellas, que consideramos més representativas del sentir de la época: El Senado adquirié tintes aristocréticos y conservadores du- rante Ja vigencia de las constituciones centralistas tanto por su funcionamiento como por el procedimiento selectivo de sus miembros. En el primer aspecto se tenfa como peligroso que el Senado buscara neutralizar las decisiones de los di- putados, en consecuencia se consideraba al “intermediarismo” como reprobable; se fomenté la falsa idea de que 1a decisién del Poder Legislativo engendraba tal tardanza, oposicién, y contiendas que necesariamente se producirfa la inactivi- dad del érgano legislative. En cuanto al procedimiento selectivo, éste motivé que el Senado fuera calificada como el érgano politico mas reaccionario: baste recor- dar que durante la vigencia de las Siete Leyes Constitucionales uno de los requi- sitos para ser senador era poseer un patrimonio elevado (al alcance de un redu- cido sector de la sociedad), y que durante la vigencia de las Bases Organicas de 1843 se afiadié como requisito para ser senador el haber desempefiado el cargo de presidente de la Republica, secretario de despacho, ministro o agente diplo- mético o bien gobemador de un departamento. Como bien puede apreciarse, ese afan de privilegio y exclusivismo que niega a todo principio democritico pronto encontraria respuesta en ei clamor popular que por diversos medios pedia la su- presin del Senado. Ni el voto particular de don Mariano Otero en 1847, togré convencer sobre la sabidurfa-y experiencia que deberian encamar los miembros del Senado, cuerpo politico que debia ser ¢l ms estable y en el cual estuviera cimentada Ia felicidad y progreso de la nacién. El Senado, lamentablemente convertido en fiel instrumento de un régimen centralista y conservador, estaba condenado a desaparecer. Afios més tarde uno de los principales debates en el Congreso Constituyente de 1856-1857 fue en relacién a la desaparicién o permanencia del Senado. El recuerdo del Senado centralista animé a la Comisién de Constitucién que pre- senté un proyecto de articulo-en el que el Poder Legislativo de la federacién se depositara cn una sola asamblea o Camara denominada Congreso de la Unién. Los defensores del Senado encabezadas por Francisco Zarco, Guillermo Prieto e Isidro Olvera buscaron, a través de sus argumentos, convencer sobre la nece- sidad de contar con una institucién democrética que se derivara del pueblo y buscara equilibrar a tas entidades politicas que integran a la federacién. Ante las voces que pedian se atacara el origen del mal, esto es el proceso de seleccién de los senadores, los defensores del Senado, lo consideraron como el cuerpo que evitaria la celeridad del proceso legislativo propio de las dictaduras. En fin, se buscé a toda costa ia supervivenciavde la institucién. En contraposicién hubo necesidad de soportar acusaciones tan graves como aquellas que. sefialaron al Senado como reducto conservador, oposicién ciega y sistematica, rémora incom trastable a todo progreso y reforma, etcétera. Después de un encendido debate Ja mayoria de los diputados liberales por 44 votos a favor y 38 en contra decreté su desaparicién y el establecimiento del unicamarismo. ARTICULO 56 243 La Guerra de Reforma y la Intervencién Francesa, ensombrecieron la vigen- cia de la nueva Constitucién. Pronto Benito Judrez, e] gran defensor de la Repa- blica se enfrentaria al desusado poderio de un érgano legislative unicamaral; 1a presidencia de 1a Reptiblica encontraba una seria oposicién, su autoridad queda- ba mermada. Juarez intenté regresar al bicamarismo en un claro afan por dividir y consecuentemente debilitar al Poder Legislativo. Largo y Heno de tropiezos serfa el proceso de reformas al texto cons nal que desembocaria en el restablecimiento del Senado: iniciado en diciembre de 1867 y debatido por més de siete afios, finalmente el dictamen fue aprobado en 1874, ya bajo la presidencia de Lerdo de Tejada. Judrez no alcanzé a ver cul- minada su tenaz lucha por restablecer al Senado y equilibrar las relaciones Eje- cutivo-Legislativo. Finalmente la institucién habia probado ser absolutamente indispensable. Afios mds tarde, durante el Congreso Constituyente de 1917, la discusién ya no seria sobre la permanencia det Senado, ahora ios debates se referfan al siste- ma de eleccién que habria de emplearse. Se busc6, sin lugar a duda, que el pue- blo extcmara su opinidn y no que fuera un grupo reducido o privilegiado quien decidiera. En suma, se buscé evitar cualquier reminiscencia aristocratizante. La eleccién directa de los senadores constituyé una verdadera innovacién. En dos ocasiones mas el poder revisor de la Constitucién habria de modifi- car el mecanismo de renovacién del Senado: la primera en 1933 durante la pre- sidencia de Abelardo L. Rodriguez, con el objeto de aumentar de cuatro a seis afios el tiempo que durara el encargo de senador, asimismo se determiné que se Tenovaria en su totalidad cada seis afios. Como puede notarse, la reforma moti- v6 la coincidencia entre ¢l periodo del Senado y el mandato y renovacién del Poder Ejecutivo Federal. La Ultima modificacién ocurrid en diciembre de 1986, en esta oportunidad no se alteré el periodo de seis afios, y se buscé que el mecanismo de renovacién volviera a la forma original que se ha empleado desde 1824: e] Senado se reno- var por mitades. Para ser congruentes con la duracién del periodo, ahora la re- novacién.serd cada tres afios. Resulta oportuno destacar que de manera excepcional, en las pasadas elec- ciones federales de julio de 1988, el 50% de tos senadores fue electo por un pe- Tiodo de tres afios, en tanto que el nmero restante lo fue para un periodo de seis afios. En 1991 las curules de los senadores por tres afios que concluyen su pe- tiodo habran de ser ocupadas por senadores electos para un periodo de seis afios. Como podré notarse la adopcién de este mecanismo implica un notable avance. Antes de la reforma, cada seis afios se presentaba un fenémeno que mo- tivaba serias preocupaciones: simulténeamente se renovaban los poderes Legis- lativo y Ejecutivo. Con ello se cerraba totalmente un ciclo y se corria el riesgo de que muchas iniciativas y proyectos legislativos fueran olvidados para siem- pre. Ahora, cuando Ilegue ei momento del cambio de.los poderes Ejecutivo y Legislativo, 32 senadores continuaran desempeiiando sus funciones por tres afios més, si bien es cierto que al no poder predecir cudl serd ef comportamiento 244 CONSTITUCION POLITICA MEXICANA COMENTADA de los legisladores que permanecerén, siempre queda latente el riesgo de que muchos proyectos queden en el olvido por un cambio de opiniones 0 actitudes motivados, principaimente, por razones de oportunidad politica. A pesar de este riesgo, la reforma trae como ventaja que los senadores que permanecen sirvan de enlace entre Ia legislatura saliente y la recién instalada, ademés se contard con la experiencia y apoyo de quienes han desempefiado idénticas tareas durante el dltimo trienio. Aun cuando hay voces que seflalan que no es del todo recomendable este aumento en la actividad electoral en el pais, nosotros consideramos que, por el contrario, es una gran oportunidad para escuchar con mayor frecuencia cual es la voluntad popular. El elector esté en pasibilidad de refrendar su confianza, y dado el caso modi- ficar, cada tres afios, la composici6n ya no sélo de la Camara de Diputados sino también del Senado, con ello ef Poder Legislativo resulta favorecido y se cami- na con decisi6n hacia la integracién de un gobierno verdaderamente representa- tivo en el cual fa accién legislativa debe constituir un instrumento eficaz para el desarrollo del pafs. Un aumento de la actividad electoral se traduce en un affn por perfeccionar la democracia. BIBLIOGRAFIA: Arenal Fenochio, Jaime, "El Senado durante la Segunda Re- publica Federal”, E! 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