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Coín en la Memoria

María Enríquez Carabantes


Sebastián Gámez Santos
.
Copyright:
Sebastián Gámez Santos y María Enríquez Carabantes
Depósito Legal Ma-1422-97
Primera Edición, Málaga, 12 Diciembre 1997
Segunda Edición, Málaga, 2005
Impreso en España. Printed in Spain.
Edita el Excelentísimo Ayuntamiento de Coín
Dedicado a la profesión docente que ha acogido y valorado
nuestro libro superlativamente.
Los autores agradecidos.

Sebastián y María
- Prólogo
Prólogo –
Lo que empezó siendo un relato en familia se
convirtió en una recopilación de recuerdos entrañables.
La desaparición del modo de vida, costumbres y
paisajes de los años cuarenta, tiempo en que mis padres
eran jóvenes adolescentes, nos parecía que no podía
quedar en el olvido. Se fue perfilando « Coín en la
memoria », sin pretender un catálogo de hechos, ni
mucho menos, se iban revelando retazos, vivencias y
paisajes perdidos. En todo ellos estaba la esencia de lo
que fue la vida cotidiana del pueblo. Se percibía la
cadencia de jornadas, estaciones y cosechas mezcladas
de festejos y de sus gentes. Por eso se dedica
especialmente a las gentes de Coín, quizás sólo ellas
puedan entender el lenguaje tan genuino, las recetas
que de madres a hijas se pasaban durante generaciones,
los personajes, los apodos y juegos infantiles. Estoy
convencida de tener en común con las gentes de la
comarca e incluso con las de Málaga mucho de estos
modos y modismos, fiestas, ferias y sentires.
El amor de mi madre hacia su familia, amigos,
vecinos y gentes de su pueblo se proyecta en el libro
como en su vida y se hace extensivo a lugares,
costumbres, cantos y recuerdos infantiles. Mi padre
con su alma de poeta, recoge y transcribe los
dictámenes del corazón de su tierra. Una esencia de
azahar y jazmín impregna esta obra. Entre
Huertas Viejas y Los Llanos se criaron sus
autores y no dudéis ni un momento que pasearon por
doquier, con orgullo, sus leyendas, costumbres y recetas.
Por lo que a mi me toca, decir, que, el esfuerzo
realizado en la elaboración de este libro, se ve
recompensado con la satisfacción de verlo publicado,
distribuido y leído, pero sobretodo, lo más gratificante,
es ver cómo mis padres y hermanos valoran satisfechos
mi trabajo.
Tengo que decir que las recetas que se dan en este libro
son útiles y de uso cotidiano en nuestro pueblo, que la
del jabón es genial para reciclar el aceite refrito, fácil
de hacer en su versión en frío y aconsejable para
reciclar, para no romper la armonía con la
naturaleza, algo que en las ciudades se está perdiendo
de manera precipitada y lamentable.
Espero que al lector o lectora, este libro, le sea útil, lo
suficiente, como para darlo a conocer a otros paisanos.
Que ustedes lo disfruten y les aproveche.
Mi esfuerzo se lo dedico, no sólo a mis padres sino a
mis hermanos, Antonio, Ana, Pepe, Isabel y
Loli.

Aurora Gámez Enríquez


A modo de prólogo a la segunda edición.
Estimados amigos María y Sebastián:
Para empezar os doy las gracias por vuestra
deferencia obsequiándome con este “Coín en la
Memoria”, un libro delicioso que ha ingresado con
todos los honores en mi biblioteca por merecidas y
variadas razones, tales como ser otra aportación a la
bibliografía de temas coineños, por la sencillez y
atractivo de su edición de bolsillo y lo novedoso de la
escritura manual, tan inusual ahora. Por incluir en
sus páginas historia menuda, cercana, historia coineña,
campesina y hortelana, a la que se añade una
representativa y seleccionada colección de platos típicos
coineños y en una tercera parte habéis aflorado una
sorpresa para mí, vuestra vena poética con un
repertorio de cantares, bailables, para que nada faltase
en este libro que rezuma coíno, que tiene sabor
hortelano, colores arcoiris, olores de azahares y
yerbabuena, música de acequias y aguas fecundantes.
Amigos, con vuestra obra me habéis confirmado, lo
que ya sabía de vosotros, que sois un matrimonio
valioso, que añadís vida a los años, con inquietudes
culturales y sociales y mucho amor a su terruño coíno,
a sus gentes y a sus cosas.
María, Sebastián, leyendoos me habéis trasladado
a aquellos años duros y difíciles pero también llenos de
humanidades, amistad, convivencia vecinal,
fraternidades, años de austeridades, sencillos y
sosegados. Vuestros relatos tienen el sabor de las
amorosas y candorosas narraciones de abuelos que al
calor de la lumbre de olivos embelesaban a sus nietos.
Un pensador alemán de difícil escritura y enrevesada
fonética dijo que lo pequeño es hermoso, se lo aplico a
vuestro libro sin dudarlo, con toda justicia, porque no
solo escribís, es que llenáis de imágenes vivas lo que
relatáis.
Gracias, enhorabuena, seguid.
Vuestro amigo:
José Mª Gallero Martín
C
oín, nuestro pueblo, en los años cuarenta
era una comunidad autárquica, formada
por unos veinte mil habitantes, cuatro mil
familias, veinte de ellas en buena situación, llamados
ricos o señoritos, mil de hortelanos o campesinos pobres
y el resto jornaleros pobres o paupérrimos, unos
cuantos profesionales liberales y otros pocos empleados,
dependientes de comercio y empleados del
Ayuntamiento, del Juzgado o del Gobierno.
Cada uno de estos estamentos vivía de una forma
peculiar.

Coín limita al Norte con Cártama, al Sur con


Fuengirola, al Este con Alhaurín el Grande y al
Oeste con Monda, Guaro y Tolox. Tiene varios
nacimientos, el de La Fuente, el de Pereila y el de
Los Llanos, son los principales pero, además, lo
surca Río Grande, principal afluente del

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Guadalhorce que riega una extensa Vega a su paso
por nuestro término. La tierra está muy repartida,
siendo pocos los propietarios latifundistas, y muchos los
pequeños propietarios y los arrendatarios de parcelas
pequeñas o pequeñísimas que labraban los miembros de
las familias.

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Como vivía una familia hortelana en
Los Llanos de Coín
Coín

Los Llanos, un partido de los más bonitos, feraces y


típicos de Coín, se destacaban por sus buenas patatas,
habichuelas, coles, batatas, peros y otras hortalizas y
frutos. En los años cincuenta debido a la escasez de
alimentos y la baratura de los jornales, los hortelanos
estaban considerados como ricos. En el mes de Mayo
se blanqueaban los ranchos, se hacían los arriates de
cañas cruzadas para sostener las plantas que se
enredaban en ellas. Los poyos estaban hechos de
piedra y barro y durante el invierno se estropeaban y
había que repellar con las manos y luego se
blanqueaban y se ponían encima las macetas para
adornar el rancho. El emparrado cuando no había
parra se ponían cañas de verá frescas que con sus hojas
sombreaban el rancho.

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Durante el verano eran las faenas más duras, recoger
patatas, habichuelas, sembrar maíz, labrarlo, recogerlo,
sayarlo, desgranarlo, hacer las comidas para muchos
obreros. En los días de Feria se sembraban las
patatas victorinas, nos levantábamos de madrugada
para sembrarlas y estar libres por la tarde para ir a la
Feria. Cuando pasaba Agosto empezábamos a
recoger las cosechas y a guardarlas para sobrevivir en
invierno que se hacía muy largo debido a las lluvias y
el frío. Los pimientos se guardaban en una orza con
sal para poderlo echar en las comidas.
Los tomates en otra orza en salmuera a prueba de
huevo. Se recogían los higos, se pasaban al sol en la
era, luego se recogían los mejores y se prensaban en
unos seretes de palma y se guardaban. Con los
malucos se hacía arrope que servía para condimentar
las gachas o hacer rosquilla.
Se guardaban las semillas de todos los frutos y
verduras para plantar al año siguiente y también

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nueces, almendras, avellanas, cacahuetes en unas
talegas de tela vieja o ropa usada y se colgaban de las
vigas del techo para que no lo royeran los ratones.
También se recogían las aceitunas y se arreglaban de
varias maneras según la época, en Septiembre
empezaban por las partidas que son muy ricas por ser
las primeras.
En la menguante de Los Santos se recogen las
enteras, las cuales se echan en salmuera, para
aliñarlas en Enero. Luego las moradas, que se
hacen “rajadas”, o sea, se le hacen dos cortes con el
cuchillo y se ponen en salmuera luego se aliñan poco a
poco, cambiándola de agua varias veces. En los
ranchos había un tinado con pesebre, donde se
cobijaban un caballo o yegüa, mulo o borrico. En
primavera se compraba una vaca lechera preñada si
podía ser con el fin de tener leche para las familias que
tenían hijos pequeños, cuando sobraba se vendía a otros
vecinos que no tenían, también se aprovechaban los

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terneros para cebarlos y aprovechar las ramas de las
batatas, los cogollos del maíz y las mazorcas malucas,
además se sembraba alfalfa y remolacha, para
completar la alimentación de los animales que se
remataba con pienso de maíz, habas o arvejas
trituradas y paja o sayos del maíz. También se
criaban varios cerdos en unas corraletas y se cebaban
utilizándose uno para el gasto de la casa, otro para
pagar la renta de la huerta y los demás para hacer
dinero para pagar otros gastos.
La matanza del cerdo se hacía en el mes de los
Santos antes de regresar a la casa de Coín, del cerdo
se hacía morcilla, chorizo, salchichón, embuchados,
lomo en manteca, manteca de morcilla , manteca de
lomo, y manteca blanca con asadura, se salaba el
tocino después de tenerlo 24 horas en agua, también se
ponían en una orza en salmuera a prueba de huevo, el
hueso de espinazo el tocino de la barriga, la lengua, las

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manos y otros huesos, el tocino delgado se salaba y a los
40 días se colgaba para añejo.
Las patas de jamón se ponían en agua 24 horas,
luego se salaban y a los 40 días se prensaban y se
colgaban en un sitio fresco. Los embutidos se
colgaban en cañas en un granero ventilado. Primero
se gastaba las morcillas y la manteca que soltaban
cociéndose !por cierto que estaban muy ricas!, después
los chorizos, luego el salchichón que se comía el día de
la Ermita, por el mes de Abril. También había
un corral con gallinas y conejos y una cabra u oveja
que servía para juntar lana para un colchón. Los
colchones del campo solían ser de sayos de mazorca o
de crin que se hacía con la hoja del palmito. La
cama consistía en un catre de caña y unos palos que la
sujetaban.
Para el alumbrado se utilizaba un candil de aceite
con una torcía o pabilo de tela de camiseta vieja u otro
vestido de punto. Las comidas solían ser fuertes.

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Por la mañana, malta de cebada con pan frito o
rebanada con manteca o tostada con aceite y ajo, o
fritura de tomates o pimientos en verano. La comida
del mediodía solía ser sopas y papas fritas y un
salmorejo de pepinos, tomates y cebollas. P or las
noches berza, arroz o garbanzos con papas y la pringá
acompañada de gazpacho fresco en verano, o ensalada
de lechuga en invierno. Los viernes se guardaba la
vigilia, comiendo potajes con bacalao o pescado frito o
cazuela de papas. Todo según la temporada o lo que
producía el campo de cosecha. Los huevos se vendían
en el pueblo para comprar con ellos lo que no producía
el campo arroz, azúcar, etc. en la casa sólo se
consumían los rotos o si había algún enfermo.

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Las mujeres lavaban la ropa en el río o las acequias,
de rodillas con una piedra por lavadero. La ropa
muy sucia se enjabonaba, se ponía en un cubo con
jabón un agua para reblandecer la suciedad de los
sudores de los hombres del campo. Se tendía al sol en
el borde de la acequia, en el verde y de vez en cuando
se salpicaba con agua, luego se tendía en los árboles
hasta que se secaba y se planchaba.

Foto 1. Mujer lavando


en la acequia cerca de su
rancho

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Para blanquear el techo del campo usábamos “ocre”,
unos polvos que se recogían en una huerta que tenía
esa tierra amarillenta, también se pintaba la cocina
para disimular el humo de la leña. En las cocinas
había unas tablillas donde se ponían las especias, la
malta, la sal, el azúcar y demás, lo necesario para la
comida. En algunos ranchos había un horno de leña
donde se amasaba semanalmente el pan y también lo
usaban los vecinos que no lo tenían, en ellos se cocían
además del pan, los dulces, batatas, pimientos y los
peros, y se tostaban las almendras y otras semillas
para hacer dulces.

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En Septiembre u Octubre se recogían las mazorcas
del maíz y por las noches se reunían los vecinos o
familias enteras para sayarlo, con un pincho de olivo
y era como una pequeña fiesta, los niños jugaban con
los sayos que se amontonaban a un lado hasta que se
llevaban al pajar para utilizarlo como pienso para las
bestias. Había mucho terreno plantado de coles y
cada dos o tres días se cortaban las más apretadas y se
llevaban a la plaza en grandes serones para venderlas
pues eran muy apreciadas en los mercados por su
buena calidad. También se sembraban habichuelas en
cantidad y se recogían cada cuatro días, ese trabajo lo
hacían las mujeres y a veces ayudaba el hortelano o
jornaleras.
Las patatas era el cultivo rey de Los Llanos, las
semillas venían de Agua Fría, cerca de Ronda y
se sembraban próximo a la Feria de Agosto o de la
Virgen de la Victoria, por eso se llamaban

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victorinas. Los peros se recogían en la
Sanmiguelada y se vendían. Una cantidad se
guardaba para el consumo de la casa, para
conservarlos se ponían en sitio fresco y sombreado,
aunque no importaba que le cayera el agua de lluvia o
la rociada y se conservaban hasta la primavera, se
iban gastando los mas maduros y los picados que
tenían menos aguante y así no faltaba la fruta, porque
cuando no había no consumíamos fruta, ni nada de
verduras. También se sembraban habichuelas blancas
para los potajes, ¿qué se le echaba para conservarlos
además de cogerlas en menguante?, era aceite. En
Noviembre se hacía la recolección de la aceituna
para el molino, por regla general todo el que podía
tenía un olivarito y una haza para el trigo. El año
que la cosecha no daba lo suficiente para el gasto de
casa se compraba hasta completarlo, con ésto se tenía la
comida asegurada para la familia y los peones, que
eran mantenidos. Las semillas se recogían de los

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mejores frutos y más tempranos, que se dejaban
madurar en las matas, y se cosechaban con la luna
menguante , luego se ponían a secar y cuando estaban
bien secos se ponían en canutos de cañas, bien tapados
con mazorcos de maíz, que se guardaban en sitios secos
hasta la época de siembra, luego se sembraba cada uno
en su época y casi siempre en creciente.
El Jueves Santo por la mañana había costumbre
de sembrar los pepinos, los melones, y las flores, el
terreno se tenía preparado con su estiércol, la planta de
batata venía de Mijas y las demás se sembraban en
semilleros que normalmente eran las pilas de estiércol o
en cubos o macetas viejas que se ponían en sitios
recachados. Los emparrados estaban hechos con
horcones que eran ramas de árboles en forma de
horquillas, los travesaños eran de chopo, entremedio se
cruzaban cañas formando cuadros y amarrada con
tomizas o cordeles de esparto majados, cuando había
parras ellas se encargaban de tupirlo todo y dar

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sombra al rancho en verano, y en otoño se podaban y
daba el sol todo el invierno. Cuando no había parra,
se le echaba cañas de verá, y en otoño se quitaban.
Los domingos solíamos ir a misa, en tiempos de
recolección se iba a misa “de madrugá” que era a las 6
de la mañana en la iglesia de Santa María, o de
las monjas. En tiempo de Navidad ponían un
Nacimiento y las monjas cantaban Villancicos,
todo el mundo acudía a oír a las monjas de cantar y a
ver el Nacimiento, recuerdo como un sueño de haber
visto a la Virgen montada en un burro, con unos
tirabuzones y un sombrero y de tamaño grande. En
invierno ibamos a misa Mayor, a las 9,30, los que
eramos de Acción Católica, otros a misa doce, y en
la puerta de la iglesia esperaban los novios a las novias
para pasear en la Alameda, comprábamos palmitos
y caña dulce que lo vendían en La Puente el Cao,
o Puerta del Sol, sobre todo por los Santos y en
Navidad, también habían puestos de castañas asadas

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y de cacahuetes y chucherías, el “Jaro”, un personaje
grueso e inefable, tuvo un puesto de esos allí durante
muchos años.
En la puerta del “Compás” se ponía Rafalillo el
“bardao”, que andaba arrastrandose y ponía la gorra
o un platillo con varias perras gordas y clamaba a los
viandantes ¡Echadme algo que hoy es domingo!, y el
que podía le echaba alguna perra. Cuando no era
domingo, también mentaba el día de la semana en que
vivíamos. El tonto “Cucharro” también fue un
personaje público muy conocido, sobre todo por su
célebre frase que repetía constantemente, refiriéndose a
cualquier actividad que presenciaba, sobre todo a los
ritos o ceremonias religiosas o sociales, decía “to pa ná”
y lo repetía una y otra vez. La gente lo provocaba,
diciéndole, (por su hermana María, una buena
modista) ¡ María Burgos tiene un chivo ! Y con
estas palabras, él se enfurecía y replicaba con una
sarta de palabrotas e improperios a sus atacantes.

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El día de la Candelaria

El día de la Candelaria se celebraba el siete de


octubre por la noche. Recogíamos sillas desvencijadas,
palos, restos de vigas, leñas de todas clases, todo lo que
no servía y era combustible y se hacía un montón en
una explanada cerca del rancho, acudían todos los
vecinos chicos y grandes y se prendía fuego empezando
por la primera que era la de mi abuela y cuando se
consumía el fuego se pasaba a la de otro rancho,
mientras tanto se iba conversando, contando chistes y
sucedidos, cantado y riendo, se veían todos los vecinos,
se comentaban las cosechas y en el último rancho o en
el más adecuado se terminaba la fiesta cantando o
jugando “El salga usted”

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La Fuente Carullo
La única fuente de agua sin cal en Coín

El Agua se traía en cántaros en un borriquillo con


un serón raído, cuatro cántaros grandes y uno
pequeño para llenar los grandes sin descargarlos del
serón, ya que este menester lo hacían los niños para
que los padres no perdieran tiempo en el trabajo. El
niño más pequeño montaba el burro y llevaba en la
mano el cántaro pequeño, su hermano o hermana
mayor llevaba el burro o la burra de reata, a veces
iban los dos montados y otras se peleaban por ir
subidos uno u otros y a veces tres, que a pie o subidos
pasaban los caminos hasta llegar a la Fuente
Carullo, donde se arrimaba el asno y con el
cantarillo chico se iban llenando los demás.

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Foto 2. Fuente Carullo, la única en el pueblo de agua sin cal

Foto 3. María Engracia,


vecina de Los Llanos, con el
cántaro de agua al costado, forma
en que se llevaba

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Esto daba lugar a peleas entre los hermanos, rotura
de cántaros y caídas del burro, la fuente salía de la
ladera del cerro y caía a una acequia, otros vecinos
tenían pozo o se proveían de algún pozo de los vecinos
o la cogían directamente del río o la acequia, por la
mañana temprano cuando se suponía que nadie
estaría lavando ropa u otras cosas.

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Como se planchaba la ropa en el campo

Solíamos hacerlo por las tardes mientras se cocía el


puchero o la olla de la cena, aprovechando las ascuas
cuando era poca la ropa para planchar, cuando era
mucha cantidad se hacía en un anafre que solía haber
en el poyo de la cocina, aprovechando las ascuas
apagadas que se recogían cuando no se tenía que
planchar y se guardaban en un saco para la ocasión.
Las planchas eran de hierro macizo y las prendas se
ponían en una mesita en la cual se había puesto una
mantita adecuada y encima un paño limpio, la
plancha había que limpiarla muy bien cada vez que se
retiraba de las ascuas y probarla con saliva para ver
si estaba bien caliente.

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Los Canasteros

Eran varias familias las que se dedicaban a hacer


canastos, empleaban caña, sierpe de olivo y otros
mimbres, trabajaban de sol a sol toda la familia
incluso niños y todos los días de la semana, algunos
habitaban cerca del tajo, en chozas, los había en varios
sitios del pueblo pero la mayoría en las cercanías del
Río de los Perros y el Molino del Infierno, unos
hacían cañizos para techos, otros canastos, canastas
para la fruta, o para las fábricas de fideos y para las
alcachofas, que se producían en abundancia en
nuestros campos, pero sobretodo en la Vega de
Málaga, desde donde se exportaba a los mercados del
interior y a Gibraltar, donde eran muy apreciadas.
Los precios eran muy bajos por lo que las familias
apenas sacaban para subsistir.
Otros mas afortunados vivían en casas en el pueblo
con sus familias y sólo trabajaban en el oficio los

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varones. Estos hacían cestos o canastas por encargo y
también los vendían al público en sus propias
viviendas. También había ambulantes, sobre todo
gitanos que iban y venían alrededor de los ríos y
vendían sus canastos por las huertas y por el pueblo.
La carga de caña se pagaba alrededor de 12 pesetas,
en los años 40, y eran 50 pares de cañas.
La gente que se dedicaba a proporcionar las cañas
compraban la cosecha de ellas a los hortelanos que las
tenían en los bordes de río o acequia, las cortaban en
la menguante de enero que era la luna propicia, las
clasificaban y hacían haces que cargaban en burros o
mulos hasta el tajo de los canasteros.

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La fábrica de Orujo

Estaba donde hoy hay un bloque de pisos al final de


la Cuesta de los Molinos, junto al cruce de la
carretera de Tolox y la circunvalación de Coín por
Río Bajo. Frente a la Fábrica de Mármoles de
Leandro Lomeña, el molino de aceite del Coronel
y la fábrica de harina de Rafael Bermúdez.
Se trataba de un gran complejo que abarcaba un
molino de aceite tradicional, una fábrica de extracción
de aceite de orujo, una fábrica de jabón y una faena de
higos y frutos secos.
La fábrica denominada Olivarera del Tarajal
S.L.
Había un encargado general y mecánico llamado
Francisco Flores Pérez que dedicó casi toda su
vida laboral a esta fábrica por el sueldo de 450 pesetas
mensuales, también había tres maestros, veinte peones
y dos oficinistas que ganaban mensualmente unas

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diecisiete pesetas mensuales. El producto empleado era
el orujo de las aceitunas que compraban a los molinos
de aceite y a los propios cosecheros, al precio de veinte
céntimos el kilo. El producto obtenido, aceite de oliva
de baja calidad, que se empleaba en la fabricación de
jabón, o el consumo humano después de refinado.
El subproducto el orujillo seco y con el aceite extraído
y que servía para alimentar el fuego de las calderas y
el sobrante se vendía a veinte céntimos, el kilo; y
también se convertían en unas pelotas que servían
para usarlas en hornillas o chimeneas, también se
vendía al público en cubos de zinc que traían los
particulares para calentarse en casa en las mesas
estufas a una peseta el cubo y duraba un día entero.
La energía empleada era la térmica que procedía de
la combustión del orujillo que en grandes hornillones
calentaban las calderas que producían el vapor
necesario para en unión del orujo triturado por tres
máquinas y combinado con el tricloroetano pudiera

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ser destilado y reciclado, saliendo el tricloroetano por
un lado y el aceite por otro y quedando el orujillo, seco
y molido, para su uso posterior como combustible.
El proceso empezaba en la explanada de un gran
patio que precedía a la fábrica, donde iban
descargando los camiones procedente de las
Almazaras del pueblo y la comarca que se pesaban
al entrar cargados y al salir vacíos para obtener así el
peso neto a pagar, igualmente se pesaban otras cargas
mas pequeñas que llegaban en carros o animales, todo
este género se amontonaba en el patio, donde había tres
hombres dedicados a apisonarla rodando tres bidones
llenos de arena al objeto de que la mercancía no
fermentara y ardiera espontáneamente. De allí
pasaba en carretillas a las tres máquinas que lo
trituraban para su posterior tratamiento químico,
térmico y a la destilación del líquido obtenido, durante
este proceso se inyectaba vapor a las calderas que
contenían el orujo tratado con el tricloroetano por

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arriba y por abajo hasta quedar separados los tres
productos.
En el molino de aceite cada uno molía las aceitunas
de su olivar.
La faena se hacía en la misma almazara, en el
tiempo de la cosecha de los frutos secos, se compraban
los higos y demás frutos y se hacían pan de higos, para
luego exportarlos, se empleaban unas cincuenta
mujeres en la temporada, y ganaban según el trabajo
que hacían unas 3 pesetas por envasar una caja de
higos secos de cinco kilos, que además tenían que
aplastar a mano, uno a uno.
Los Garret vivían en el Palacio Obispal que
tenían en propiedad, y además eran dueños de la
posada que daba a la plaza y buena parte de las calles
de alrededor.
La fábrica se construyó en 1929 y estuvo
funcionando hasta 1960.

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Juan el latero

Vivía en Alhaurín el Grande, cerca del Chorro


y se dedicaba a arreglar ollas, cacillos y también hacía
jarrillos de lata. De las latas de leche condensada
vacías, que había en las casas, con la tapadera, le
hacía el asa y entonces que no existía el plástico, ni
había mucho dinero para comprar utensilios, todas las
casas tenían su jarrillo de lata, para beber agua, o lo
que encartara. Yo conocí un bar en la cuesta Los
Molinos, que servía el vino en estos jarrillos. Las
ollas de aluminio o de latón recubiertas de porcelana,
heredadas de padres a hijos, se desfondaban o
agujereaban de tanto cocer berzas o pucheros, las asas
desprendidas por el uso, o el abuso, había que soldarlas
y cuando el fondo estaba demasiado estropeado, se
arreglaba con la tapadera, que Juan la remachaba
muy bien y dejaba como nueva, lo mismo hacía con
sartenes y perolas y también fabricaba trevedes, por

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encargo en una fragua. Era un gitano muy querido
en Coín, donde se avecindó últimamente, muy
simpático, pregonaba con una voz de tiple muy
característica que parecía de niño, daba gusto oírlo
pregonar, y a veces de cantar porque también cantaba
muy bien, sobre todo si tomaba alguna copilla de más,
le gustaba el aguardiente, aunque no era un borracho
habitual. En sus primeros tiempos, le acompañaba
siempre su mujer, que vendía tiras bordadas, botones y
agujas, a la gente del campo mayormente, tuvieron
muchos hijos que vivieron del trabajo de sus padres
hasta que fueron mayores, las hijas mayores quedaban
en su casa al cuidado de los pequeños, mientras Juan,
cargado con su infernillo de carbón encendido, sus
varillas de estaño, su soldador, martillos, tijeras y
demás herramientas, de su oficio recorría los pueblos, y
los campos de la comarca, a veces acompañado de su
mujer, que llevaba su canasto y su mercancía y
ganándose la vida como podían, por una miseria de

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dinero o a trueque de huevos, garbanzos, avellanas o
cualquiera otra cosa con los que le pagaban los que no
tenían dinero, que en aquellos tiempos eran mayoría,
así criaron sus hijos y alegraron la vida de Coín, y
su comarca, con su buen humor, su cante, su gracia y
su bondad.
Juan en los últimos tiempos venía solo, ya no
pregonaba con el vigor de antes, no sé si enviudó o la
mujer se puso enferma. Hasta que un día dejó de
venir.
Todavía me parece estar escuchando su pregón:
El latero...
Las latas...
Cacillos, sartenes, perolas, cacerolas...
Y ollas de porcelana.

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El Bar de la Viuda

En el año 1912, Antonio Gómez González y su


esposa Josefa Galiano González, pusieron un Bar
en la calle Zapateros número uno (calle que
posteriormente pasó a llamarse del Teniente Coronel
de la Rubia), a los pocos meses falleció Antonio,
quedando viuda su esposa con sus hijos pequeños José,
Rosario, Francisca, Salvador y María.
En 1919 cambió el bar dentro de la misma calle pero
mas cerca de la plaza del pescado y de Mayoristas,
número 17, que eran las que le daba vida y clientela y
desde entonces se le conoció como el bar de la Viuda,
el motivo del cambio además de la mayor cercanía a
la plaza fue la mayor capacidad del local, ya que
Josefa, compró dos casas unidas con entrada por dos
calles, la del Bar por calle Zapateros y la otra, que
también servía de vivienda a la familia por la calle

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Maldonado, ambas por la cantidad de cuarenta mil
pesetas.
Transcurridos los años, y con el esfuerzo de todos,
Josefa crió a sus hijos.
En el año 1936 estalló la Guerra Civil y en febrero
del 1937 fue tomado por «las fuerzas nacionales» que
arrebataron la vida de Josefa, su hijo José y su hijo
político Salvador López Villanueva. Ante este
hecho el resto de la familia quedó moralmente
destrozada y el bar, único medio de vida de que
disponían fue requisado por un miembro del
«Movimiento Nacional» de Coín. Al bar le
pusieron «Bar Nacional» pero nadie lo llamaba así.
Terminó la Guerra Civil y tras múltiples gestiones
ante el «Tribunal de Responsabilidades Políticas»
de Madrid, para denunciar la ilegalidad cometida,
le devolvieron el bar a la familia el 31 de octubre de
1940.

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Se hicieron cargo del mismo los siguientes miembros
de la familia: Dolores Gámez Guerrero, viuda de
José Gómez Galiano (fusilado en Marzo de 1937)
que quedó viuda con 24 años, con una hija (Josefina)
de un año.
Rosario Gómez Galiano, viuda de Salvador
López (fusilado también en marzo de 1937), quedó
viuda con 26 años y tenía una hija (Dolores de 2
años).
Francisca Gómez Galiano y su esposo Francisco
Guzmán Martín.
María Gómez Galiano y su esposo José Palomo
Guzmán (José no trabajó directamente en el bar
pues estaba trabajando como funcionario en el
Ayuntamiento).
Con el esfuerzo de todos y el apoyo del pueblo de
Coín, su gran clientela, salieron todos adelante de las
amarguras y las huellas que la Guerra Civil dejó en
esta casa.

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En 1953, Dolores Gámez y su hija Josefina
Gómez decidieron quedarse como únicas propietarias
del bar, comprandoles sus partes al resto de los
familiares propietarios por el importe de 100.000
pesetas, pero solo la parte del bar, la otra casa la
compraron a María Gómez (heredera de la misma)
en 1957 por 55.000 pesetas.
En 1957, se casa Josefina con Antonio Gómez
Barea, que trabajaba de camarero desde 1943.
Hicieron algunas reformas y continuaron
trabajando junto a Dolores Gámez.
En 1973 se incorpora al trabajo en el bar el hijo de
ambos, Juan.
En 1987 falleció Antonio Gómez Barea y en
1989 Dolores Gámez, incansable trabajadora hasta
sus últimos años de vida. Desde ese momento se
hicieron cargo del Bar, su hija Josefina y su nieto
Juan con su esposa Josefa Sánchez, con quien
contrajo matrimonio en el mismo año.

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Otras personas que han trabajado en el bar son:
Antoñito el de Doña Luci, Antonio Domínguez
Barea, otro conocido por Muñoz, otro Antonio,
otro Francisco, Miguel Barea, Juan Mauricio,
Manuel Muñoz y Manuel Mérida Vico.
En el Bar de la Viuda se han realizado diferentes
reformas desde sus inicios; en 1941, 1967, 1987 cuando
se demolió la casa que daba a la Plaza y en 1998
cuando se demolió la segunda casa.
De los objetos mas antiguos, que formaron parte del
bar, que se conservan están:
El reloj de pared que permanece desde que se fundó en
1912, fue traído de Argentina por Josefa Galiano.
Dos espejos que también formaron parte del
mobiliario del bar y que durante la Guerra Civil
estuvieron guardados en casa de Manuel Sánchez
(amigo de la familia), y una bandeja que perteneció a
Francisco Martín desde 1940.

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Las Recetas de la Abuela

Cómo se hacia el pan


Se ponía levadura del tamaño de un puño y se
“recentaba” añadiéndole harina unos cuatro kilos y
agua amasándolo todo y dejándolo fermentar hasta el
día siguiente, luego se separaba un trozo para el
amasijo siguiente en una orzita a propósito. El resto
se amasaba con una arroba de harina que era lo que
normalmente cabía en el lebrillo de amasar y en el
horno.
Se amasaba con agua caliente y un poco de sal y a
puño, luego se moldeaba el pan, dándole la figura de
una teta, que se ponía en una tabla con el pico hacia
abajo y quedaba con la hechura típica del pan coineño.
Se ponía al horno cuando se “venía” o sea cuando
había fermentado un poco.

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Historia de la rosquilla
No se de sus orígenes, pero imagino su procedencia
árabe, ya que es un dulce cuyos ingredientes son las
almendras, nueces, cacahuetes y avellanas sin olvidar
la miel y el ajonjolí propio de la cosecha de los cultivos
árabes de nuestra tierra. En cada tierra y en cada
época sobre todo en la antigüedad se comía lo que allí
se criaba principalmente mezclándolo y preparándolo
de modos diversos formaban la dieta cotidiana de sus
habitantes.
Recuerdo cuando llegaba Septiembre, se recogía la
avellana americana y se guardaba con todo esmero en
una bolsa, cuando llegaba la cosecha del higo, se
recogían los del suelo cada día y se llevaban al pasero,
a la era de trillar, (si se tenía), ya que no se usaba
hasta el año siguiente, se ponían sobre sacos vacíos
para que no se llenaran de tierra, pasados unos días se
apartaban los secos y se guardaban en una espuerta,
escogiendo los mejores para hacer el pan de higos y

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dejando los malucos para el arrope. Los buenos se
prensaban en seretes de palma para su mejor
conservación.
En el mes de los Santos se recogían las nueces y los
cacahuetes y se conservaban en el granero.
El arrope se hacía con los higos llamados malucos de
la siguiente forma:
Primero se lavaban y después se ponían en remojo
con agua que lo cubriera en un lebrillo o vasija
adecuada durante 24 horas, se escurría y este agua se
colaba con un trapo fino, luego se hervía durante
cuatro o cinco horas hasta reducir el líquido a una
especie de miel de color marrón oscuro de sabor
peculiar exquisito.
Para la Inmaculada se empezaban los preparativos,
partir las nueces, avellanas, almendras, etc. tostarlas
en el horno, se les quitaba la piel y se molían en unas
maquinitas pequeñas.

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Receta para hacer ochío
Para un litro de arrope:
Cuatro platos de pipeo.
Un cuarto de ajolí tostado.
Un cuarto de matalauva tostada.
Cien gramos de canela tostada y molida.
Medio litro de miel.
Un kilo y medio de azúcar.
Un kilo y medio de harina tostada

Modo de hacerlo:
En una olla grande se ponen a calentar el arrope y
la miel. Cuando está caliente se le va añadiendo el
azúcar y removiendo con un canuto de caña, se
continúa añadiendo todos los ingredientes molidos
hasta formar una pasta no muy dura.

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Para la masa:
Seis kilos de harina.
Un kilo y cuarto de manteca de cerdo.
Un kilo de azúcar.
Dos litros y medio de agua caliente.
Se amasa todo muy bien hasta formar una masa
suave y correosa. Después se hacen las rosquillas y se
colocan en las bandejas de horno.

Berenjenate
Se cortan las berenjenas en dados, calabazas en
trozos pequeños, melón algo verde, peras, manzanas,
membrillo y se ponen en agua de cal 24 horas.
Se escurren y se cuecen en abundante arrope de higos,
a fuego lento durante una hora, se acompaña con
nueces y almendras tostadas. Es un postre coineño
riquísimo, se come frío.

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El agua de cal es la que se decanta cuando se pone cal
viva a remojar y está en reposo varios días, cuando
queda transparente se recoge con cuidado sin remover.
Pan de higos
A los mejores higos prensados después de pasados al
sol, se le quitan los palotes y las culatas, se soban con
los dedos índice y pulgar para que queden suaves, se
abren por la mitad recubriendo un molde de madera
con los más vistosos con la piel hacia la madera, luego
se iba rellenando con almendras tostadas, avellanas
cacahuetes, ajolín, matalauva, canela, chocolate
troceado y nueces.
Cada tanda llevaba higos partidos, con la piel hacia
abajo, el pipeo y otra tanda de higos con la piel arriba,
la superior con la piel arriba y adornada con nueces y
almendras, luego se prensaban en unas prensas
especiales que nos prestaban algunos fabricantes.
¡ Otro postre de invierno muy coineño y exquisito!

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Helados caseros en familia
Se compraba media barra de hielo, se picaba y se
ponía en la heladera, luego se ponía avellana tostada
y molida, azúcar y agua en la cubeta y se le daba a la
manivela hasta que cuajaba, o sea, hasta que se helaba
y salía un granizado de avellana riquísimo, también
se hacían de leche y vainilla o mantecado.
La heladera era un barrilito de corcho y una cubeta
de aluminio en el centro a la que se daba vueltas y mas
vueltas con una manivela adosada a la tapa entre el
barrilito y la cubeta se ponía hielo picado y constituía
toda una fiesta para las familias y los vecinos,
sobretodo para los chiquillos que se tomaban sendos
vasos con las cucharas.

Las cachorreñas
Se pelaba un kilo de papas, una hoja de laurel, un
litro y medio de agua, un cuarto de bacalao, una
cucharada de pimentón, tres dientes de ajos, una

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rebanada grande de pan artesano, seis cucharadas de
aceite de oliva, una naranja agria y dos clavos de
especies.
Se cortan las patatas en rodajas finas y se cuecen bien
tiernas para que quede un caldo espeso, añadiéndole el
bacalao enjuagado al grifo a mitad de cocción y la
hoja de laurel.
En un mortero se pone el ajo, dos clavitos, el
pimentón y el pan remojado, se machaca todo,
primero el ajo y los clavos y luego se añade el pan, el
pimentón y el aceite, batiendo todo muy bien para que
ligue. Cuando las patatas están tiernas se añade el
majado y se deja hervir unos minutos removiéndolo y
probándolo de sal para ver si está en su punto.
Cuando se sirven los platos se le añade el zumo de
naranja agria, a gusto de cada cual.
¡ Buen provecho !

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“Sopa poncima”
Ingredientes para cuatro personas:
Un litro y medio de agua.
Un kilo de patatas.
Un kilo de tomates maduros.
Un cuarto de pimientos.
Tres dientes de ajos.
Media cebolla.
Un octavo de aceite.
Sal y hierbabuena al gusto.
Cuatro rebanadas de pan cateto del día anterior.
Modo de hacerla 1:
S e pone el aceite a calentar. Cuando empieza a
humear se ponen los ajos. Cuando los ajos están
doraditos se le añade el pimiento, las patatas y la
cebolla. Cuando están fritos se añade el tomate y se
deja freir. Luego se añaden la sal y el agua. El pan
se pone en una fuente en finas rebanadas y sobre ellas
los tallos de la hierba buena. Cuando la sopa hierve

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un cuarto de hora se vierte sobre el pan y se deja
reposar diez minutos.

Modo de hacerla 2:
Se cortan las patatas en rodajas finas y se ponen a
hervir, mientras se cuecen se hace un sofrito con los ajos,
pimientos, sal, tomates y cebolla, cuando están bien
moreaos, se junta con las patatas, cuando estén tiernas,
se continúan cociendo durante un cuarto de hora.
En una fuente honda se deposita el pan en rodajas
muy finas, con la hierbabuena y se le echa la cocción y
el caldo por encima, dejándola esponjar 10 minutos,
tapadas.

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Sopa hervía de ajos
Para cuatro personas:
Un vaso de aceite de oliva virgen.
Dos cabezas de ajos, sal y agua.
Cuatro rebanadas grandes de pan cateto del día
anterior.

Modo de hacerlo:
Se mondan los ajos. Se pica el pan desmenuzándolo
con los dedos. Se pone el aceite en la sartén a fuego
mediano de leña. Cuando el aceite empieza a echar
humo se morean los ajos y cuando están doraditos se le
añade el pan y se le dan varias vueltas con la cuchara,
se le añade sal al gusto y agua que cubra un poco el
pan y se deja hervir a fuego lento durante un cuarto
de hora.

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Berza
Se podía hacer de col, habichuelas verdes, penca de
acelga, tagardina (tagarnina) o combinación de estas
verduras.
Ingredientes para 8 personas:
Un cuarto kilo de garbanzos.
Un cuarto kilo de judías blancas.
Un kilo y medio de verdura.
Un nervio de cerdo.
Un hueso de espinazo fresco o en salmuera.
Un par de morcillas.
Un cuarto kilo de tocino.
Un trozo de hueso añejo.
Un trozo de pellejo añejo.
Una cebolla.
Una cabeza de ajos.
Sal y pimienta.
Un trocito de canela en rama.
Dos o tres clavos de olor.

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Una hoja de laurel.
Un pimiento verde.
Una cucharada de pimentón.

Modo de hacerlo:
Se llena de agua una olla, hasta más de la mitad, se
coloca en el fuego hasta hervir. Se le añade la carne,
los garbanzos, las judías, los huesos, el tocino y los
añejos. Se deja que hierva durante media hora, se
espuma. Después se le añade la verdura y las especias
dejándola cocer hasta que esté tierno. Entonces se
agrega la cabeza de ajos asada, la morcilla, un
majadillo hecho con un pimiento, dos dientes de ajo y
la sal. Se deja un cuarto de hora mas a fuego lento.
Una vez cocido se aparta la carne, tocino, el espinazo,
la morcilla en una fuente para comerlo como segundo
plato. Esta es la famosa y rica pringá, cuyo nombre
viene de la forma en que se come, cogiendo pellizcos de
pan con la mano y mezclando los ingredientes en el

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mismo plato. Los huesos y añejos se tiran. Lo demás
se come todo.

Nos queda un menú completísimo, de primer plato


berza, segundo pringá acompañada de un buen
salmorejo o ensalada de lechuga.

Garbanzos con papas

Se comía en las huertas al ponerse el sol, cuando


terminaban los hombres la jornada.
Ingredientes para seis personas:
Un kilo de garbanzos remojados.
Un kilo de patatas.
Una cabeza de ajos.
Dos hojas de laurel.
Cinco pimientos y cinco clavos de olor.
Dos morcillas.
Un nervio de cerdo (jarrete).
Un octavo kilo de tocino.

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Una mano de cerdo.
Una carterilla de azafrán.
Un hueso añejo.

Modo de hacerlo:
Se pone el agua en una olla al fuego, cuando
empieza a hervir se le añade la carne, el hueso añejo,
la mano de cerdo, las patatas troceadas, el ajo asado y
las especies. Cuando vuelve a hervir se quita la
espuma que se va formando. Se deja cocer durante
hora y media aproximadamente. El fuego debe ser
moderado. Se rectifica de sal y se procura que el agua
cubra uno o dos centímetros los garbanzos y las papas.
Se le añade la morcilla y se deja cocer media hora
mas.
Actualmente se utiliza la olla exprés, cociéndose
mucho antes.

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Tortilla de bacalao
Típico de Semana Santa.
Ingredientes:
Un kilo de bacalao salado.
Una cabeza de ajos.
Una cebolleta fresca.
Una cucharada de pimentón.
Un manojo de perejil.
Un kilo de harina especial con levadura.

Modo de hacerlo:
Se pone el bacalao en remojo la noche anterior, se
desmenuza en migajas, se pican el ajo, cebolla y
perejil muy pequeños. Se le va añadiendo agua
caliente y harina hasta hacer una pasta no muy espesa,
batiendola continuamente con una cuchara de palo.
Se deja en reposo durante un rato y cuando la masa
hace ojitos, se va echando a la sartén con una cuchara.
El aceite tiene que estar bien caliente y la cuchara

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mantenerse en agua caliente, para que no se pegue la
masa. El agua que se le echa a la masa debe estar
caliente sin hervir para que la levadura haga su efecto.

Guisillo
Ingredientes para seis personas:
Un pollo.
Una rebanada de pan de Coín pequeña.
Un kilo y medio de patatas.
Seis dientes de ajo.
Una ramita de perejil.
Azafrán en hebra y molido.
Cien gramos de almendras.
Una hoja de laurel.
Un octavo litro de aceite.
Un vaso de vino blanco.
Nuez moscada y sal.
Cuatro clavos de olor.

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Modo de hacerlo:
Se trocea el pollo en pedazos pequeños. Se cortan las
patatas como para freír. Las almendras se pelan
remojándolas en agua caliente. Los ajos se mondan.
Se pone el aceite a freír. Primero se fríen los ajos y
se apartan, luego la rebanada de pan, después las
almendras peladas. Todo esto se deposita en el vaso de
la batidora y se tritura. En el aceite se pone a freír la
carne, se va dorando, removiendo hasta que esté
dorada. Se le añade la hoja de laurel, el vino, las
especias, el perejil, las patatas y se le cubre de agua.
Cuando están cocidas se añade el majado, se rectifica
de sal y se sirve.

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Potaje de Semana Santa
Ingredientes:
Un kilo de garbanzos remojados
Un cuarto kilo de bacalao salado en tajadas.
Una cabeza de ajos.
Dos hojas de laurel.
Dos tallos de perejil.
Una cebolla.
Una cucharada de pimentón.
Un octavo litro de aceite.
Dos clavos y un trocito de canela en rama.

Modo de hacerlo:
Los garbanzos se ponen en remojo la noche anterior
junto con el bacalao. Se pone el agua a calentar.
En una olla, se echan los garbanzos y todos los demás
ingredientes, se remueve con una cuchara de palo. Se
le añade el agua caliente hasta cubrir un par de
centímetros los garbanzos. Se deja a fuego vivo hasta

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que hierva, luego se tapa la olla exprés y se deja media
hora después de que gire la válvula.
Cuando se aparta la olla, si está el garbanzo tierno,
se saca la cebolla, se tritura con el tenedor y se echa al
caldo para que cuaje. Se deja hervir unos minutos
más y se prueba de sal.
Para servirlo en la mesa hay quién le echa vinagre
al gusto.
Esta receta se hacía el día de Jueves Santo por la
mañana, junto con la ensaladilla y tortilla de
bacalao y el arroz con leche, y se comía durante los
tres días siguientes, al objeto de no trabajar estos días y
dedicarlos al descanso y la oración.

Boquerones en escabeche
Ingredientes:
Un kilo de boquerones Victorianos
Un kilo de naranjas de Berna.
Una cebolleta grande y tierna.

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Una cucharada de vinagre.
Medio vaso de aceite de oliva Virgen.
Una cucharada de pimentón dulce.
Dos vasos de agua.
Harina para freír el pescado.
Perejil y Sal .

Modo de hacerlo:
Se fríen los boquerones en aceite abundante, bien
fritos, se van apartando en una cacerola o fuente
honda.
Aparte se fríe el medio vaso de aceite, cuando está
bien caliente se aparta y se le añade la cebolleta bien
picadita. Se remueve y cuando está algo frío se le
añade el pimentón. Se sigue removiendo y al final se
le añade el vinagre, el agua y la sal . Para
presentarlo se ponen primero los boquerones, encima la
naranja picada a trocitos, el perejil adornando y
finalmente el caldo. Y listo para comer.

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Arroz con leche
Ingredientes:
Un cuarto kilo de arroz.
Un litro de leche entera.
Un cuarto kilo de azúcar.
Un canuto de canela.
Cincuenta gramos de canela molida.
Una “cáscara” de limón.

Modo de hacerlo:
Se pone la leche al fuego, cuando comienza a hervir,
se le añade el arroz, el canuto de canela y la “cáscara”
de limón. A medio cocer se le añade el azúcar y se
remueve continuamente durante treinta minutos. Se
pone en una fuente llana y se espolvorea con la canela
molida. Cuando llega a la temperatura ambiente, se
pone en el frigorífico por lo menos una hora y está listo
para servir.

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Ensaladilla de bacalao
Ingredientes:
Un kilo de bacalao salado.
Cinco cabezas de ajos.
Dos cebolletas tiernas.
Un manojo de perejil.
Cinco huevos duros.
Una cucharada de pimentón.
Un cuarto litro de aceite de oliva.
Un limón.

Modo de hacerlo:
Se preparan los dientes de ajo cortados en tajadas
finas. Se pone el aceite en la sartén, al fuego. Se
morean los ajos, que queden poco hechos, se retiran del
fuego y se colocan en un plato. Cuando el aceite esté
bien caliente se echan las tajadas de bacalao con la piel
hacia abajo. Cuando están semifritas se les da la
vuelta y se deja hasta que estén a medio freír. Así se

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hace todo el bacalao, que se va poniendo en un plato
para que se enfríe.
Una vez apartado del fuego el aceite, y dejado
enfriar, se le añade el pimentón, y se remueve
durante un minuto. En una fuente se va colocando el
bacalao desmenuzado, se le van añadiendo el ajo, el
aceite y los demás ingredientes finamente picados.
Para terminar se exprime un limón y se rocía
moviendolo todo muy bien. Se adorna con rodajas
de huevo duro y perejil.

Empanadillas de Navidad
Ingredientes:
Un kilo de cabello de ángel.
Una docena de huevos.
Un kilo de manteca de cerdo.
Un cuarto de azúcar.
Zumo de tres naranjas Wasingtonas.
Zumo de tres mandarinas.

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Zumo de tres naranjas agrias.
Tres kilos de harina.

Modo de hacerlo:
Se baten los huevos, añadiendole todos los
ingredientes y por último amasándolo con la harina
hasta quedar una masa compacta y flexible. Se
estiran las bolitas de masa con un canuto o caña, se
corta con un molde de lata especial de empanadilla, se
pintan con yema de huevo batida y se espolvorea con
azúcar.
¡ Listas para el horno!

Bizcocho económico
Ingredientes:
Un vaso de leche.
Un vaso de aceite.
Un vaso de azúcar.
Dos vasos de harina.

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Tres huevos.
Un sobre de levadura.
Una cucharada sopera de matalauva.
Raspadura de limón.

Modo de hacerlo:
Se bate el huevo con el aceite y se le va añadiendo
todo lo demás, se pone en un molde untado con aceite y
un poco de harina y se cuece al horno media hora.

Rosquetes Fritos
Ingredientes:
Harina la que admita.
Un huevo.
Cuatro cucharadas de aceite.
Un sobre de levadura.

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Una copa de licor.
Raspaduras de medio limón.

Modo de hacerlo:
Se monta la clara y se le va añadiendo el aceite, las
raspaduras de limón, la levadura, y se amasa todo
bien con la harina que admita. Se hace el rosquetillo
y se fríe, luego al salir de la sartén, se emborriza con
azúcar y canela molidas.

Rosquetes de Semana Santa


Para dos docenas de huevos.
Ingredientes:
Un litro de miel.
Tres kilos de azúcar.
Seis cucharadas grandes de canela molida.
Dos cucharadas de bicarbonato.
Un litro de aceite de oliva.
Seis kilos de harina.

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Medio kilo de manteca blanca de cerdo.
Raspadura de limón.

Modo de hacerlo:
Se baten los huevos con sus claras. Se le añade la
canela, raspadura de limón, el bicarbonato, el aceite,
la miel, el azúcar. Cuando todo está bien batido se le
añade la harina y se amasa bien. Luego se hacen los
rosquetes, y se cuecen al horno.

Galletas Caseras
Ingredientes:
Seis huevos.
U n kilo y medio de azúcar.
Medio litro de aceite de oliva.
Medio litro de leche.
Doscientos gramos de mantequilla.
Cuatro sobres de flan.
Una cucharada de bicarbonato.

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Una cucharada de canela molida.
Raspadura de piel de un limón.
Dos kilos y setecientos cincuenta gramos de harina.

Modo de hacerlo:
Se baten los huevos, se le añaden el aceite, la leche, la
mantequilla, el flan y todo lo demás, lo último la
harina que se va amasando con todo hasta obtener una
pasta homogénea, antes se hacía a mano, no con la
batidora, la forma se le daba con un molde que se
aplicaba a la maquinilla de picar carne, finalmente se
horneaba.

Carne de Membrillo
Ingredientes:
Un kilo de azúcar.
Un kilo de pulpa de membrillo.

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Modo de hacerlo:
Se cuecen los membrillos enteros, se quita la piel y
trozos malos. Se pasan por el pasapurés. Esta masa
se pesa y se pone el mismo peso de azúcar.
Se mezcla el azúcar y la pulpa en un perol y se
mueve muy bien, se pone en la candela sin parar de
moverla para que no se pegue. Cuando empieza a
hacer pompas ya esta hecho. Se coloca en un molde y
se deja orear. Cuando esté fría se corta al gusto.
Se hacía en octubre y duraba todo el invierno.

Jabón casero
Ingredientes:
Cinco litros de aceite refrito, cuatro litros de agua, un
litro de lejía, un kilo de sosa cáustica y un kilo de
detergente en polvo.

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Modo de hacerlo:
Se mezcla el agua, la lejía y la cáustica y se deja en
reposo una noche, al día siguiente se le añade el aceite
y se remueve diez a veinte minutos. Se deja varios
días hasta que esté duro para hacer pastillas de jabón.
No utilizar recipientes de aluminio. Se pueden
utilizar barreños de plástico, lata o hierro.
Para utilizarlo en la lavadora, una vez seco, se ralla,
y se disuelve en agua caliente (varios minutos al
microondas o al fuego en una cacerola acelera el
proceso) quedando un gel de máxima calidad.

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Dieta Mediterránea
En Coín somos pioneros en la famosa dieta
mediterránea, tan de moda hoy en día, claro que
también se abusaba del aceite y la grasa animal.
Vease:
Desayuno: Malta o café con leche, acompañado de
mollete o pan tostado con aceite de oliva, ajo, sal y
unas gotas de limón.

Almuerzo: Sopa hervía o poncima, fritada de


papas, pimientos, tomates, berenjenas o lo que daba la
huerta en cada estación.
Otros primeros platos eran el Gazpachuelo,
Emblanco de pescado, en verano mas bien se comía
Gazpacho fresco.
Acompañando se servía ensalada de lechuga o
salmorejo. El gazpachuelo se acompañaba con
aceitunas.

- 66 -
Cena: El plato que mas se comía era el arroz de
puchero, al que se ponía, carne de cerdo, hueso de
espinazo y morcilla.
La berza, un guiso de habichuelas verdes, coles,
acelgas o la verdura que daba el tiempo. Se le añadía
carne de cerdo, tocino añejo, hueso de espinazo y
morcilla.

Al final de las comidas fruta del tiempo.

El horario de las comidas en el campo era dos horas


antes que en el pueblo, dado que las jornadas eran de
sol a sol.

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Poemas

Sebastián Gámez Santos

- 68 -
Esto es Coín
Una acequia, un sendajo
una fuente, un jazmín
limoneros, naranjos
calle del Albaicín
la Alameda y el Parque
la puerta de la Villa
El Ejido y el Sifón
Los Llanos, Huertas Viejas...
unas sopas hervías...
las papas, los tomates
el melón, las sandías,
La Ermita, el Nacimiento
el Mercao Mayorista
la Iglesia de San Juan
las rosquillas de Pascua
Pereila y Río Grande
los olivos al Sol,
La plazoleta Luna

- 69 -
la cirila, el jardín.
Azahares y huertas
y bellezas sin fin
¡y mujeres preciosas!
¡todo eso es Coín!

Amanecer en Coín
Amanece en Coín
el tres de Mayo
y se visten los campos de alegría
cantan los arroyuelos y las flores
y el azahar da resplandor al día
brillan las cruces de Mayo
en las calles y plazuelas
que con garbo y simpatía
engalanan mujeres coineñas
muchos trajes de gitanas
sevillanas, malagueñas
chiringuitos y casetas

- 70 -
las veladas y la feria.
Y a las once de la noche
por la puerta de la Iglesia
aparece nuestro Padre
clavado en la cruz enhiesta
con su corona de espinas
sus heridas y sus penas
¡Cristo de la Vera Cruz!
¡Cristo del Perdón bendito!
Perdona nuestros pecados
y bendice nuestro pueblo.
Y como has resucitado
nos amas y te adoramos
festejamos este día
y en procesión te sacamos.
Danos salud y alegría
que no nos falte el trabajo
y que siempre en este día
te sigamos recordando

- 71 -
Protege a nuestros ausentes
emigrantes y soldados
y a los que ya están contigo
dales la paz y el descanso
que no falte la armonía
en ningún hogar humano
pan y paz en todo el mundo
y que tu gran sacrificio
sirva para que seamos
como tú, Señor, mandaste
y amémonos como hermanos.

- 72 -
Fiestas de antaño
¡Que fiestas más bonitas!
las que hacían antaño nuestras abuelitas
no faltaban buñuelos ni galletas
ni alguno que tocara pandereta
sacaban altramuces y aceitunas
y al poco no quedaba ninguna
aunque en aquellos tiempos
las celebraciones
eran sólo contadas ocasiones
sólo bautizos, bodas, comuniones
cuando venían los mozos de la guerra
la fiestas religiosas o las ferias
Pero nunca faltaba la alegría
y todo el mundo cantaba o reía
al final todo el mundo bailaba
contaban chistes o disparataban
aunque también en muchas ocasiones

- 73 -
terminaban en riña y discusiones
sobre todo cuando los muchachos
abusaban del vino por borrachos
todo termina mal en esta vida
pero tampoco existe otra alternativa.

Foto 4. Virgen de la Fuensanta, Patrona de Coín

- 74 -
A mi Coín

Coín; pueblo querido, patria chica


paraíso repleto de azahares
jardín con mil arroyos cristalinos
rincón de mi alegría y de mis males
parque cuadrangular bello y sencillo
asomando al ejido y cementerio
cinco árboles frondosos siempre verdes
y un obelisco lacrimoso en medio
domingos luminosos de alegría,
a la misa de doce el pueblo acude
empieza el gran paseo del día festivo
los grupos y parejas se reúnen
charlan; ríen; se compran un palmito
disfrutan; juegan y consumen
de la alameda bajan hasta el parque
y desde el parque van a la alameda
dando vueltas y vueltas sin cansarse

- 75 -
como polea que gira entre dos ruedas
mercado mayorista de frutas y verduras
repleto de naranjas en su mejor sazón
el puesto de los churros termina su faena
y los bares empiezan a servir su ración.
Con sombrero de palma
camina el hortelano
que vuelve de la plaza con canastas vacías
todo el pueblo se alegra como si fuese feria
y todo el mundo expone
su propia mercancía
es la vida que pasa, que rueda, que recrea
que sigue, que retorna bonita o fea.

Enero
Enero me inspira frío
blancura de nieve y hielo
los Reyes Magos de niño
que fueron mis padres luego

- 76 -
el veinte San Sebastián
que es el Santo de mi nombre
por San Antón postergado
mes largo con largas noches
estufas, mesas camillas
no te arrimes al brasero
porque te salen cabrillas
las recachas se disputan
los viejos en la Alameda
y en los bancos de los parques
componen punto las viejas
por la mañana temprano
los que van a trabajar
echan humo por la boca
aunque vayan sin fumar
y se empañan los cristales
con nuestra respiración
se oyen toses sepulcrales
de enfermos sin solución

- 77 -
a los que espera la losa
en este tiempo tan fría
que se te quitan las ganas
de morir en estos días.

Febrero
El mes más corto del año
tiene fama de estar loco
y es que entre Enero y Marzo
no da pa mucho tampoco,
Los años bisiestos crecen
aunque sólo por un día
y hay que esperar cuatro años
para tener la alegría
quien nace el día 29
cumple cada cuatro años
y nunca se pone viejo
aunque llegue a los cien años
es un mes que me hace gracia

- 78 -
porque la cuesta de Enero
es difícil de subir
más Febrero es cuesta abajo
y llegas muy fácil al fin
y si coges carrerilla
y no pegas un frenazo
eres capaz de pasarte
de un tirón el mes de Marzo.

Marzo
Marzo huele a Carnaval
San José, Semana Santa
el invierno se nos va
y nace la Primavera
vientos, lluvias, cambios bruscos
un día calor y otro frío
pero los pájaros cantan
que antes no decían ni pío
se adivina la cosecha

- 79 -
crece la yerba y el trigo
y crecen también los días
que ya lucen un poquito
se plantan muchas cosillas
y se cosechan muy pocas
sin embargo es un mes clave
y un mes lleno de alegría
empieza la Primavera
ya son más largos los días
ya va brotando la higuera
revientan los azahares
y el perfume de las flores
llega a los ríos y los mares.
Las niñas son más bonitas
y crecen las amapolas
y vuelan las palomitas
y se arrullan las palomas.

- 80 -
Abril
Abril, y cerrar los ojos
abrir los ojos y Abril
vini, vidi, vincit, vuelve
y viene de nuevo Abril.
Las niñas tienen veranos
los viejos tienen otoños
porque ya son veteranos.
Abril abre primavera
pues Marzo cerró el invierno
y Mayo abrirá las flores
que Junio quemará luego
es la cadena del año
los eslabones del tiempo
que van pasando y pasando
y la vida van tejiendo
como la tela de araña
que nos atrapará luego
para ser pasto de Parca

- 81 -
sacrificio suculento
el óbolo que pagamos
los mortales al Eterno.
Mayo
Mayo de todas las Rosas
rosas todas con su encanto
encantas todas las cosas.
Las abejas liban flores
la floresta floreando
de flor en flor los mocitos
y las mozas festejando.
La fiesta ya está servida
sirve Mayo para ella
ella sirve para Mayo
y Mayo se desespera
desperezado está Junio
Junio que se desespera
desesperados están todos
y todos quieren que vengan.

- 82 -
Junio
No quiero cantar a Junio
que ya lo hacen las chicharras
mes de San Juan de las brevas
días largos y tardes largas
Verbenas todas las noches
llegan a la madrugada
y las gentes agotadas
del trabajo y el sudor
y de bailar por la noche
al ritmo de una canción
empieza en esto el verano
y solo queda el consuelo
de que cada día que pasa
tiene dos minutos menos
y al llegar a Navidad
tendrá cinco horas menos
y se podrá descansar.

- 83 -
Julio
Julio de los espíritus vacíos
de los cuerpos hirvientes
centro del sol y del verano mío
del calor más caliente.
Agotador espíritu de estío.
El mes más luminoso y esplendente.
Trabajo y ocio producen hastío
si no se aplaca tu rigor demente.
Todas las jarras de agua son pequeñas
Los pirulos se agotan, las neveras,
los girasoles giran como locos
de mirarte se queman.
Y el rastrojo en el campo
arde tras de la siega.
se secan los arroyos y los ríos
que beben con su sed plantas y piedras.
Sale el Sol por oriente tan temprano

- 84 -
que la tarde anterior todavía quema
y se pone tan tarde por la tarde
que la noche no llega.
y la gente del pueblo por las calles
sentados en las puertas
esperan que el rocío
temple un poco sus fuerzas
para irse a la cama
que parece que quema
que parece que hierve
cuando el sudor se pega
que parece que cuece
al que se mete en ella.
Mes justiciero, mes de las batallas
de corridas de toros y de guerras
La sangre está caliente y se derrama
está alterada y también altera.
Santiago el veinticinco
Marte cristiano matamoros

- 85 -
de la guerra santa.
Fuego y calor es tu sino
y en esta querida tierra
llamada Costa del Sol
que sus montañas reservan
para que el mundo disfrute
de nuestra naturaleza
que con la brisa del mar
los calores ya se templan
y con sus aguas fresquitas
todo el mundo se refresca.
Por eso Julio, mes siete
mes caluroso, mes largo
eres uno de los meses
más dulce y más amargo.
Dulce por las vacaciones,
por la paga extraordinaria,
por las sandías y melones
los helados y las playas.

- 86 -
Dulce por tus dulces noches
que proveen dulces veladas,
dulce por esas canciones
que se oyen de madrugada,
dulce por lo generoso
que te muestras en las playas
y dulce por el fresquito
de piscinas y montañas.
Amargo por los calores,
por las noches tan pesadas
por los molestos sudores
los mosquitos, las arañas.
Por el ruido de las motos
de pequeña cilindrada
que con los escapes libres
circulan por la calzada
manejadas por imberbes
que en vez de montar cabalgan
retorciéndole la oreja

- 87 -
con rabia desesperada
para que truenen y salten
quien duerma de madrugada.
Tu eres Julio bueno o malo
según como se te mire
según como te pasemos
según que salud tengamos
según como te contemos
según como te queramos.

- 88 -
Agosto.
Mes de las ferias y fiestas
mes de la Virgen María
que con sus miles de nombres
llenan toda Andalucía.
Mes de los grandes recuerdos
que llenan mi juventud,
densos, alegres y tristes
agridulces, verbeneros,
que alimentan, que protegen
que dan sentido a la vida
que se acercan y se alejan
que inician su despedida
que arremolinan la mente
con sus llantos lastimeros
que dan voces en la frente
que revuelven las entrañas
que te recuerdan las eras...
Las noches de hondos silencios

- 89 -
calma chicha de los vientos
tempestades de pasiones
que se encienden y se apagan
que se esconden y renacen
cada día por doquier
y un doncel sin esperanza
se levanta adormecido
caminando sin oriente
por un espacio perdido
dentro del mundo inconsciente.
Veranos desorientados
cuantos agostos perdidos
lo hemos pasado dormidos
sin saber que hemos estado.
A veces con el calor
no sabemos lo que hacer
pero antes de enloquecer
pongámonos con ardor
bien a apagar nuestra sed

- 90 -
o hacer la hoguera mayor.
No quepa desesperanza
en el torbellino azul
bailemos tal cual la danza
o al cambiar las partituras
pongamos más esperanza.
Agosto me inspira así
dejo correr con premura
bolígrafo y escritura
pues la musa no es propicia
para otras cabalgaduras.
Quizás cuando otro lo lea
quitando de aquí y de allá
se pueda sacar un verso
que se pueda publicar
pues tengo rotos los sesos
y por mucho que cavilo
no me salen otras cosas
que las cosas que aquí digo.

- 91 -
La pluma corre de prisa
no la puedo barajar
y el protagonista Agosto
se va a quedar sin glosar
¿Que diría yo de Agosto?
a punto ya de acabar
son tan sabidos los tópicos
que no los voy a contar
quizás tal vez otro día
esto se pueda arreglar
y aparezca una poesía
más digna de recitar.

- 92 -
Septiembre
Por fin llegó septiembre
las noches son más largas
las sombras también crecen
las hojas de los árboles
comienzan a caerse
el calor del verano se sosiega
y se calma el ruido de las ferias
y el de la escuela empieza
ya vuelven al trabajo
los veraneantes
se apagan las verbenas
un suave vientecillo
agita la alameda
y las nubes presagian
la lluvia y la tormenta
El mes de la vendimia
la primera aceituna de verdeo
los higos se pasan en la era

- 93 -
¡y el trigo guardado en el granero!
Es el mes más bonito
ni caliente ni frío
los días iguales a las noches
todo está en equilibrio.

Octubre
Octubre pasa de largo
un mes sin pena ni gloria
sólo las revoluciones
lo hacen pasar a la Historia
siguen cayendo las hojas
ya se prepara el invierno
estamos en pleno otoño
se va terminando el año
se recogen las castañas
se cosechan los madroños
El doce La Pilarica
que es la Patrona de España

- 94 -
también el día de Colón
también el día de la raza
de toda la Hispanidad
y de los Zaragozanos
y de la Guardia Civil

Noviembre
Mes de los Santos
y de todos los difuntos
recogidas las cosechas
las granadas, los membrillos
las batatas, las castañas
pagadas todas las rentas
ya están pisadas las uvas
levantados los rastrojos
sacrificado el cochino
el cordero y el añojo
Ya deben venir las lluvias
sembrarse la sementera

- 95 -
ya empiezan las mandarinas
y las naranjas primeras
se recoge la aceituna
para partirla y entera
los días van acortando
ya se va notando el frío
ya se ven las castañeras
con bufanda y con soplete
echando humo las esquinas
la boca y el pucherote.
El Sol calienta muy poco
y el viento sopla muy fuerte.

- 96 -
Diciembre
Siempre soñé con Diciembre
con los montes y los ríos
las nieves en las montañas
y el niño recién nacido
con los rosquetes de pascua
y el turrón de Navidad
rosquillas y mazapanes
mantecados, polvorones
villancicos y canciones
zambombas y chirimías
y las mañanas tan frías
largas y oscuras las noches
las gachas tan calentitas
y con muchos tropezones.
La noche de Nochebuena
con alegrías y con penas.
Misa del Gallo cantada
y el anís de madrugada

- 97 -
que mataba el gusanillo
el té o café calentito
resucitaba a los muertos
y los vivos los tomaban
y con él se confortaban.

- 98 -
Cancioncillas
I
Por Sierra Gorda en verano
rompe el Sol y nace el día
y “a tós los madrugaores”
llena de luz y alegría

II
Feria de Agosto en Coín
la paja ya está en la era
y el grano está “pá salí”

III
La “mujé” que yo quería
sembraba “papa” en Los Llanos
y yo vareaba almendras
en un almendral cercano

- 99 -
IV
Toca la banda del pueblo
le acompañan los chavales
las mozas en la Alameda
se preparan para el baile

V
¡Ay, que ganas tengo mare
que se terminen las papas
y que el almendral se acabe!
pa cogé el mulo castaño
y pasar por el papar
montar atrás mi serrana
y a la feria a pasear.

- 100 -
La vida de nuestros padres
Los vimos macilentos, cabizbajos
con el peso del tiempo
del celo y el trabajo.
Si fueron a la escuela
la abandonaron pronto.
¡Hay que buscar la vida!
¡Y la vida era dura!
La salida del sol marcaba
el inicio de la jornada
y el trabajo duraba hasta el ocaso
sembrando con lluvia y frío
labrando maíz con los calores
te rozaba el cuello con las hojas
cortantes y afiladas y escocía
con el sudor salado.
¡Y la paja, y el polvo en la trilla!
La mujer preparaba la sopa
en hornilla de leña

- 101 -
con el humo se ahoga
con el calor se quema
sopas de ajos en invierno
de tomate y pimiento en el estío
poncima si el calor apretaba
y con frío simplemente hervidas.
Pasaban el Otoño y el Invierno
Primavera y Verano sucedían
y el Año Nuevo encadenado al Viejo
penas y enfermedades lo molían.
La muerte de los padres,
la enfermedad del hijo,
el parto de la hermana
el accidente mortal del ser querido.
Todo lo soportaba y padecía.
El pobre viejo y pobre economía,
el escaso alimento pobre en proteína
epidemias y endemias
guerras civiles e inciviles guerras.

- 102 -
Todo eso pasaron nuestros padres
y algunas también nosotros padecimos
la guerra y la posguerra
el hambre y la escasez
las colas... restricciones de luz
censuras, libertad vigilada
predicando el infierno,
prohibiendo bailar a los muchachos,
comer, beber, tocar más de la cuenta
así hasta llegar a nuestros días
que somos libres, que todo es permitido
que apenas hay pecados
y si lo cometemos
pronto está perdonado.

- 103 -
Recuerdos de mi niñez
Me veo ir a la escuela
en la calle Caridad
de portero el “Naranjito”
zapatero remendón
que vivía con su familia
en el primer pabellón
en frente está la covacha
debajo de la escalera
donde tiene su taller
y los zapatos remienda
y a su espalda y encalado
el Santo de la Alameda
que lo quitaron de allí
al empezar la contienda.
Alegre con la bebida
recitaba letanías
y al llegar al “Virgo potent”
en risas se convertían.

- 104 -
Recuerdos de mi maestro
el bueno de Don Luis
con la palmeta en la mano
siempre para corregir
y hacernos copiar cien veces
las faltas de ortografía.
Recuerdo los días de lluvia
que en los charcos me metía
“Ven a vestirte de limpio,
¡cogerás la pulmonía!”
El carnaval colorista,
el parque San Agustín,
serpentinas, papelillos
máscaras y chirigotas
y las coplas populares
de amores y de amoríos.
Ferias de Mayo y Agosto
y los Fresquitos del Río.

- 105 -
La Flor de Portugalete
Por el río van diciendo
gente que todo lo habla
que en el cortijo no hubo
nunca una mujer tan guapa
y es que la gente sencilla
no se fijan en la cara
ni se fijan en el cuerpo
cuando es tan bonita el alma
no quiero decir con esto
que sea fea la muchacha
que su boquita pequeña
parece arquita de plata
con sus dientes de marfil
y mejillas sonrosadas
que parecen dos claveles
criados en la ribera
donde se juntan los ríos
y nace la primavera.

- 106 -
Sus ojos tienen la gracia
como dos trozos de cielo
y se cimbrea cuando anda
su talle de limonero.
Cuando está barriendo el rancho
o saca agua del pozo
yo cuando la veo pasar
montada en su yegua blanca
agarrada a su marido
y saludando a mansalva
digo para mis adentros
aunque ya soy un vejete
ya va derramando sal
la flor de portugalete.

- 107 -
Cosas de mi pueblo
Le dices al tío Frasquito
que le diga al tío Juaquín
que no le diga a Florío
lo que le dijo Luin.
Pues si se entera el Chamizo
que ya lo sabe el Chispea
se lo dice a Ropalimpia
y arma la Marimorena.
Pues el otro día en el Parque
se lo contó a Jormiguita
y él se lo dijo al Bortizo
que iba con la Borriquita
y se quejó Fin del Mundo
y Pepe el de la Manquita.
Luego vino Cinco Rales
se lo zampó al Bacanegra
y lo refirió en su casa

- 108 -
a Juanico el de Juaneja
y los dos se chivataron
y jueron al Policía
con el hijo del Mazorco
Perola y Chochito de oro
Chigate y Carnepodría
Total que se armó la gorda
y Becerrita acudió
y Mañoña con la porra
a todos apaciguó.
Pero dijo el Repetito
que si llega la Parrona
se entera hasta el Potito
Bastián y hasta Pachequito
y Porrino y Fernandito.

- 109 -
No quiero olvidar, y espero
Yo no quiero dejar en el olvido,
aquellas experiencias que he tenido,
ni tampoco que quede en el tintero,
lo mucho que te quise y que te quiero.
Nací de las cenizas de otro mundo
que esparcieron los vientos y los días
me encuentro dislocado y obsoleto,
y miro al cielo pidiendo norte y guía,
No encuentro la respuesta en este mundo
no veo el final del túnel todavía
pero observo una luz detrás del horizonte,
No está la oscuridad detrás del día,
Me acompañan la luna y las estrellas
El Lucero del Alba y tú, María.

- 110 -
Folclore
Quisiera en este punto rendir homenaje a tantos
artistas del cante, el baile y la música como ha tenido
y tiene nuestro pueblo, en el cante jondo Francisquito
Jiménez, Pepe de la Isla “Capita” , Juan
Frías y “La Jimena”; a la guitarra destaco Juan
Gallardo, los hermanos Villalba y, actualmente,
Juan Santos. En la copla baile y folclore regional
Sebastiana Robles, Fuensanta Santos, Pepita
Fernández; tantas y tantos maestros que han
demostrado su valía en el grupo “Estoraque”, que han
sido abanderados de nuestro pueblo en España y el
mundo entero. Vivero y cantera del futuro.

Coin tiene a la Jimena


alma del cante andaluz
con su voz profunda y honda
y el fandango de Coín
que estremece a quien lo escucha

- 111 -
Y cuando canta saeta
o una copla por Vallejo
pone de pie a los oyentes
y a las peñas de flamenco
sus paisanos la queremos
como un tesoro coineño.

Foto 5. Retrato de “La


Jimena”, que actualmente
se encuentra en la Casa de
la Cultura del
Municipio

- 112 -
tiembla jilguero cuando ella canta
calla el canario y el ruiseñor
sale ese ¡olé! de las gargantas
une armonía, sentimiento y pasión
a Coín Fuensanta nos regaló el Señor
tu voz, tu fuerza, tu arte y tu don.

Foto 6. En ella vemos de izquierda a derecha, Sebastiana Robles (cantora),


María Moreno, Lucia Jiménez, Isabel Valero, Antonia de la Rosa,
Francisca Guerrero, Fuensanta Aguilar, María Enríquez, Antonia
Sánchez, Cati García, Lola Padilla y Pepi Fernández (profesora).

- 113 -
Grupo de baile del Centro de Día de Mayores de
Coín, Dirigido por Pepi Fernández y Compuesto
por:
María Enríquez Carabantes
Cati García Reina
Lucía Jiménez
María Jiménez González
Francisca Guerrero Romero
Francisca Briales
María Jiménez Vela
Fuensanta Aguilar Macía
María Arroyo Cárdenas
María Moreno
Isabel Valero
Sebastiana Robles
Antonia Fernández
Salvadora Aguilar
Ana Ruiz
Antonia Sánchez
Lola Padilla
Antonia de la Rosa.

- 114 -
Canciones
Canciones y Bailes

Somos mujeres sencillas


nacidas en este pueblo
que con amor y cariño
estas danzas os traemos
para que quede constancia
de toda nuestra labor
lo ponemos por escrito
con cariño y con amor.

A raíz de un viaje que hicimos a la Residencia


“Tiempo Libre”, en la fiesta del último día en la que
intervinieron personas y grupos de otros pueblos, nos
dimos cuenta de que las personas que estábamos de
Coín no sabíamos hacer nada divertido, ya que en
nuestros tiempos las manifestaciones folclóricas estaban
relegadas a ciertos ambientes marginales, así que las
personas corrientes, llamadas “de su casa” no teníamos

- 115 -
derecho nada mas que a trabajar y callar, cuidar de
la casa, el marido y los hijos, asistir a misa los
domingos, novenas y triduos, y por Feria pasear y
oír música o tomar dulces o helados.
Los hombres se divertían a su manera, bebiendo en
las tabernas, jugando a las cartas o al dominó en los
cafés llenos de humo de los cigarrillos y los suelos llenos
de colillas y de papeles.
Así que ya jubiladas pensamos recuperar aquellos
bailes o manifestaciones folclóricas de nuestros padres y
abuelos y que se conservaban en reducidos ambientes y
estaban a punto de perderse por desuso a nivel popular.
Buscamos una profesora o monitora para que nos
enseñase los primeros pasos y al mismo tiempo nosotras
ibamos recordando otros de los tiempos antiguos y lo
incorporábamos a nuestro repertorio.
Poco a poco y entrenandonos insistentemente hoy
bailamos los siguientes:

- 116 -
Los Caracoles
Baile popular de corro. Es un baile malagueño, le
llamamos caracoles porque esta palabra se nombra
mucho en su letra.

El Pino
Es un baile alrededor de un pino, de ahí su nombre.
Las mujeres llevan panderos en sus manos.

Fandangos de Álora
Como su nombre indica, proceden de esa localidad, se
baila con tres personas, una en el centro, que suele ser
el hombre y dos mujeres a los lados.

Fandango de la Molinera
Esta es una canción popular que hemos acoplado a
unos pasos populares convertidos en baile, se baila
trenzando y la coreografía es de nuestra profesora
Pepi Fernández.

- 117 -
Los Peregrinos
Otra letrilla popular con coreografía de Pepi. Se
imita a un Vals antiguo cogidas de la mano se
juntan, dan la vuelta y vuelven a juntarse, queda
muy bonito.

Pasodoble
El pasodoble que bailamos es de ¡ Ay mi sombrero!
Se baila con traje de flamenca negro y mantón de
Manila y sombrero cordobés, la coreografía es de
Pepi.

El Salga Usted
Es un corro típico coineño, con canciones antiguas
muy peculiares, que se baila en parejas entre dos filas
paralelas una formada por hombres y la otra por
mujeres. El hombre invita a una mujer que toma de
la mano y al son de las palmas del corro recorre el

- 118 -
centro de las filas cantando y bailando, al volver se
cambian cogiéndose de la otra mano y continúan
bailando hasta el término de la canción. Vuelven a
sus respectivos puestos y a continuación sale otra pareja,
cantan y bailan otras canciones hasta agotar el
repertorio o las fuerzas.
Esto se bailaba en las fiestas, sobre todo en carnaval o
en las Verbenas y los niños en cualquier ocasión. En
carnaval se solía hacer las levas que consistían en un
corro de hombres que corrían por las calles agarrados
de la mano y al grito de, la leva, la leva, envolvían a
las muchachas que corrían asustadas y divertidas.
También se jugaba a los cántaros y a la rueda.
La rueda se jugaba en corro circular de hombres y
mujeres que giraban y saltaban al son de canciones
típicas populares. Los cántaros boquinos o sin asas que
había en los hogares se sacaban por carnaval y el
juego consistía en pasarlos de uno al otro arrojado a
cierta distancia. Cuando alguien no conseguía asirlo

- 119 -
por el aire, caían al suelo y se hacían añicos con gran
estruendo, en ese momento se formaba la rueda
entonando esta canción:
Al son de la leva, leva
al son, que la va levando
mira niña que ya viene
el novio del contrabando.
Al urcurcú, litá, lita, litá,
y al urcurcú, de la sillitá.
Al son de la bayoneta
que viene el capitán
y al urcurcú litá, litá, litá,
y al urcurcú, de la sillitá.
¡Agáchaté! y vuelvete agachá
y no te agaches más
que las agachaditas
muy bien bailás están.

- 120 -
Estas eran algunas letras de las coplas del

“Salga usted”

Mira que matrimonio


más igualejo y olé
la novia es una liebre
y él un conejo y olé,

Que ha venido en el diario


que le cantemos
que le bailemos
y a la fin que le bailo yo
yo le bailo a mi morena
que es más bonita que un sol, lairón.
Dicen que mi novio es chico
más chico lo quiero yo
que con un metro de tela
se le haga un pantalón

- 121 -
Con este novio
que tengo ahora
le doy la lata al otro
y el otro llora
el otro llora
y yo me río
de ver la mala sombra
que tiene el tío.
Para bailar me quito la capa
para bailar, la capa quita
yo no puedo bailar con la capa
con la capa no puedo bailar.
El de la gorra que corra
el del sombrero, primero
porque me ha dicho la niña
tres veces yo no te quiero
tres veces que la he querido
y el de la gorra de cuadro

- 122 -
tiene que ser mi marido.
Fuego, carbón maquinista
fuego, que se apaga el tren
fuego, la niña de paso
no se puede detener
no se puede detener
fuego, carbón maquinista
fuego que se apaga el tren.
El anillo que me distes
con las tres perlas azules
tres días lo tuve puesto
sábado, domingo y lunes.
Si tu madre no me quiere
que se haga la puñeta
llevándome yo el clavel
pa que quiero la maceta.

- 123 -
Las Serenatas

Eran rondas nocturnas que se organizaban entre los


mozos que tenían novias o pretendían a alguna moza.
Se contrataban los músicos, saxofón, clarinete,
acordeón, guitarra, o bandurria, a veces también
algún cantante aficionado, o los propios mozos que
cantaban a coro, a dúo u en solitario las canciones de
moda, boleros, tangos o pasodobles. Se ponían delante
de la puerta y tocaban cuatro o cinco músicas y
canciones. Si el novio o pretendiente era aceptado
por la familia, incluso abrían la puerta y los
convidaban a una copita de anís y un rosquetillo, la
novia no salía o se asomaba tímidamente a la escalera.
Donde no era aceptado o se consideraba prematuro o
poco serio el noviazgo, simplemente se ignoraba y
fingían seguir durmiendo.

- 124 -
Semana Santa

Cuando llegaba la Cuaresma se hacía penitencia,


ayuno y abstinencia, miércoles y viernes, el
Miércoles de Ceniza íbamos a misa, todo el mundo
salía de la iglesia con el tiznón en la frente donde
entonces ponía el cura la ceniza, porque ahora la
ponen en el pelo y ya no se nota.
La gente pudiente sacaba la Bula que era un
documento que vendía la iglesia y permitía comer
carne en tiempo de abstinencia y no ayunar, sólo
tenían que hacerlo el Miércoles de Ceniza y el
Viernes Santo.
También venían misioneros que predicaban tardes y
noches unos sermones interminables y apocalípticos de
los cuales salíamos contritos y horrorizados.
El Miércoles Santo había confesión general y el
Jueves todo el mundo comulgaba y por la tarde al
Sermón de las siete palabras que casi siempre lo decía

- 125 -
el orador más destacado, incluso se contrataba al mejor
que hubiese en aquellos momentos a nivel regional.
También había el lavatorio de pies y después de los
Oficios, la visita a los Monumentos que iban los
matrimonios con sus hijos, o los amigos en grupo, en
cada uno de ellos, que estaban en las diferentes iglesias,
se rezaban cinco padrenuestros, cinco avemarías y
glorias y una oración que decía:
Arca cerrada divino secreto, ¿dónde está mi Dios?.
En el Monumento, con llaves echadas, lo mismo que
preso Decidme Señor ¿qué viene a ser esto?. La
muerte y pasión, sin merecimiento.

El viernes Santo, había Vía Crucis y por las


noches procesiones. El jueves se preparaba la comida
para el resto de la semana, ésta consistía en potaje de
garbanzos con bacalao, tortilla de bacalao, y
ensaladilla de bacalao, de postre arroz con leche.

- 126 -
Se hacían los rosquetes de Semana Santa, los
hornazos que consistían en unas figuritas de pan con
huevo incorporado, que gustaba mucho a los chiquillos.
También era típico de Semana Santa el escabeche
de boquerones y naranjas.

Antiguamente había procesiones a lo Vivo donde se


representaba los pasos más importantes de las
Sagradas Escrituras, desde el Sacrificio de
Abrahán hasta la Resurrección de Cristo.

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Feria de Agosto antes de la Guerra
Guerra

Yo era muy pequeño pero de algunas cosas me


acuerdo muy bien.
Las casetas y los carricoches estaban en el parque
donde todavía no existían el obelisco ni las glorietas,
sólo los árboles de las pelotitas, donde disfrutábamos los
niños pisándolas y sintiendo el crujido de las mismas
bajo nuestros pies. Recuerdo una atracción que había
donde hoy está la cirila en cuya entrada había unos
cerditos que formaban una banda de música y hasta
recuerdo el estribillo de una de las canciones, que decía
así:
Y la lavaban
y la peinaban
le echaban esencias
y polvos de arroz

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Eran figuras autómatas que se movían por un
mecanismo y al son de la música de un disco de
aquellos primitivos. Los cerditos estaban en el exterior
y a la vista de todo el mundo para atraer al personal.
Luego pagando la entrada se pasaba al interior de la
caseta donde se podía admirar todo un pueblo en
miniatura con sus distintos moradores, ejerciendo cada
uno su oficio o su trabajo, en el pueblo o en el campo,
todo automatizado, el zapatero, el herrero el
carpintero, el hortelano, los molinos, el río corriendo
la vaca paciendo en el campo, las mujeres lavando,
algo digno de ver y más en aquellos tiempos que
todavía no estábamos acostumbrados a la
automatización.
Recuerdo también la noria en el rincón junto al
segundo árbol, donde me subieron mis padres y
tardaba mucho en andar y entonces me bajé.
En otras casetas exhibían retratos de criminales y
monstruos de la naturaleza.

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De gran diversión para los niños eran los mixtos
cachondos, que al rascarlos contra el suelo
chisporroteaban como una pequeña traca, los sabrosos
pirulines y arropías que vendían los puestos.
La arropía, eran caramelo hecho de arrope o miel de
higo, se vendía por la calle. Recuerdo un vendedor
que cantaba por las calles:

Lo llevo de menta y limón


tan bonito de to los colores
anda Dolores
anda muchacha, llorad con ganas
que el de los caramelos
se va mañana.

¡ De limón y menta, a gorda,


los de moda !
¡Hay barquillos de anís!
¡Arropías, tu tía ...!

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¡El gallito americano, a gorda!
¡Y a gorda el kikirikí!
¡Andad muchachas, tiradse al suelo
que vuestras madres
os den dinero
y si no os lo da
se lo quitáis
y aquí está el tío
y se lo entregáis!

¡Los Miguelitos!
¡Ay que bonitos!
a perra gorda
o por tres suelas de goma
se cambia, se vende,...

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La Feria de Ganado

La feria de animales, estaba donde hoy se encuentra


la Plaza de la Villa, delante del Mercado de
Mayoristas y también por las calles donde se
improvisaban chiringuitos con toldos o cañizos para
mitigar el sol de mediodía.
En la alameda había música y el día catorce, la
Procesión de la Virgen de la Fuensanta y después
a comer dulces an cá Barranco, familias enteras
comiendo dulces, bandejas y bandejas regados con una
botellita de anís.
Y el helado de avellana en el Sindicato, durante
toda la feria por la noche, en familia, en el patio del
Sindicato mayormente, que tenía una entrada por la
Plazuela Escamilla.
Aunque había quien lo encargaba para tomarlo en
casa. Y se veían a los camareros, con las típicas
bandejas cargadas de vasos de helados, transitar por

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las calles para servir a sus clientes. Y la traca final
también por San Agustín.
A mi el ruido de los cohetes nunca me han gustado y
procuraba estar lejos cuando los iban a echar.
El día quince de agosto fiesta de Ntra. Señora de
la Fuensanta, Coín estaba desierto y despoblado, no
se veía a nadie por las calles, salvo los feriantes que
estaban desmontando sus cacharros, la gente del campo
se había marchado al campo de madrugada y los que
vivían en el pueblo estaban durmiendo la resaca.

Cuando los mozos iban a la mili.

La noche antes de partir para la mili, se reunían la


familia y los amigos en casa de los padres y la gente
acudía a despedirlo, la familia ofrecía vino dulce y
altramuces y los más allegados acompañaban a los
padres hasta la madrugada que partía en el tren para
Málaga. El quinto salía a despedirse de la novia y

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su familia y luego echaba unas copas con sus amigos, al
final regresaba a casa medio borracho, se despedía de
sus padres y recogía su maleta de madera y partía
hacia la estación acompañado de otros reclutas y de sus
amigos más íntimos. Los padres y hermanos
quedaban compungidos y la madre en particular
hecha un mar de llanto.

Juan el de Bernabé, contaba que sirvió al Rey en


Cuba durante cuatro años, allí, conoció a una criolla
muy guapa con la cual tuvo cuatro hijos, él decía que
la amaba pero no tanto como para renunciar a su
patria, cuando lo licenciaron, su suegro le ofrecía
tierras y cuanto quisiera para que se casara con la hija
y se quedara en Cuba, pero el regresó y se casó en
Coín, tuvo tres hijos más con la coineña, cuando eran
mayores, dos de ellos murieron de enfermedad, le
quedó uno, que murió en la guerra de África. El
decía !Dios mio, me has castigado, nunca debí dejar a

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mi mujer y mis hijos abandonados, sólo por ser criolla
y no estar casados legalmente. Esto es un relato
verídico, contado por él mismo a mis tíos que eran sus
amigos.
Hay que tener en cuenta la mentalidad de aquellos
tiempos, en el que se infravaloraba a la mujer y más
todavía a los mestizos obtenidos de matrimonio ilegal.

Fiestas de San José


Caracolada

Se acostumbraba salir al campo en grupo, a recoger


caracoles, varios días antes, por los sendajos y bajo las
piedras, donde abundaban más que ahora porque no
existían los pesticidas y llovía más a menudo. Cuando
se tenía bastante cantidad como para todo el grupo, se
ponían en una orza con yerbas, si faltaban muchos
días para San José y si estaba próximo se dejaban
tres días en ayuno. Los jóvenes se iban a una huerta,

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donde la familia los guisaban y formaban una fiesta
que duraba todo el día, donde se jugaba al salga usted,
a la rueda, se contaban chistes y se comían también
altramuces y vino dulce que llevaban los muchachos,
que alegraban la fiesta y también le hacían perder la
cabeza a algunos, al final con las bromas los más
atrevidos se llenaban las manos con aceite y tizne de la
olla y corrían detrás de los demás para tiznarle las
caras, algunos se disgustaban, alguna lloraba y la
mayoría reía y disfrutaba, el regreso a casa todos
sucios y cansados de jugar, se notaba que regresaban
del campo y la caracolada. Otros se iban al río para
hacer una paella y pescar, mayormente se pescaba
poco porque en nuestro pueblo se sabe poco de pesca y lo
que se pescaba mayormente era un buen resfriado.

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Juegos de los niños y niñasç
niñasç

Los varones normalmente jugaban a las bolas. Se


pintaba en el suelo un triángulo equilátero, más o
menos bien, al que llamábamos “escribe”. En cada
pico se ponía una bola. Se trazaba una raya a dos
metros y medio aproximadamente del triángulo, y
desde allí, por turnos se lanzaba la bola impulsada
con el dedo gordo y puño cerrado, o con el índice según
estilos. El que acertaba a darle a alguna de las bolas
del “escribe”, se apropiaba de la misma y tenía
derecho a volver a tirar. Ganaba el que más bolas
conseguía.
Había otras formas de jugar, haciendo un hoyito en
el suelo dónde tenían que meter la bola, ganaba quien
acertaba.
Algunos chicos adquirían mucha habilidad en este
juego, haciéndose con un gran número de bolas.
Abundaban los tramposos, metepatas y fulleros que

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siempre andaban de peleas y otros con mal perder que
lloraban su derrota.
Se distinguían tres categorías de bolas o canicas, las
normales que eran de barro cocido, “la crista”, que era
de cristal y se conseguía del tapón de las botellas de
gaseosa y de acero que se conseguían de los cojinetes de
las ruedas, eran las más apreciadas por lo difíciles de
conseguir, el que las tenía presumía de ello.
Las niñas jugaban a la casita, con pedazos de loza o
platos viejos, que les servía de vajilla. Las muñecas
eran de trapo o de cartón. Las de trapo las hacían las
abuelas o madres, los pelos eran de lana negra o
pintados, la ropita de recortes de telas de los vestidos
que hacían las madres. Las de cartón eran más
apreciadas, las echaban por reyes, tenían el pelo y
ropa pintados.
Era frecuente que las niñas al jugar lavaran la
muñeca, que al tocar el agua se deshacía con el
consiguiente disgusto de la criatura. No era raro que

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más de una niña, al poco tiempo de jugar con la
muñeca, le desapareciera. Los Reyes Magos al
año siguiente, tenían el detalle de traerle otra
sospechosamente parecida, bien para ella o para la
hermana más pequeña.

Los niños también jugaban con caballitos de cartón,


aros de hierro que rodaban por las calles empujados
por una horquilla también de hierro que se llamaba
fleje.

Otros juegos eran el diábolo, el escondite, la rueda y el


“salga usted”, la potra y el salto de la muerte.
El salto de la muerte consistía en saltar uno sobre otro
que hacía de caballo o potro. El que saltaba más largo
era el ganador.

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También se jugaba al piso, éste consistía en hacer en el
suelo una figura como la que dibujamos a continuación:

Piso
imbo cacchimbo
anso descanso
piri gloria
maruchi estrella
Se tiraba una loseta y se llevaba con el pie, a la pata
coja, empezando por imbo hasta salir por estrella sin
pisar la raya, la que pisaba la raya perdía.
El juego de los trapitos consistía en hacer vestidos a las
muñecas con recortes de tela.

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“Los chulos” eran figuras que venían en las cajas de
cerillas, se coleccionaban, se canjeaban si se tenían
repetidas y se jugaban con ellas poniéndolas en el suelo
del revés y dándole una palmada con la mano en
hueco, si se ponía la figura al derecho se ganaba.
También estaban los cromos que venían con el
chocolate y que eran figuras de artistas o de futbolistas
que también se coleccionaban.

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Colofón

Esta segunda edición corregida y


ampliada, se terminó de imprimir
en mayo del 2005, coincidiendo con
el 400 aniversario de la primera
publicación de El Ingenioso
Hidalgo Don Quijote de la
Mancha; habiéndola editado el
Excmo. Ayuntamiento de Coín.

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Fotografías de los autores
María Enríquez Carabantes, nacida en la calle
Albaicín, número veintiséis, de la Ciudad de Coín,
el día catorce de Agosto del año de mil novecientos
treinta y dos, en plena feria y víspera del día de la
Virgen de la Fuensanta, patrona de Coín.

Sebastián Gámez Santos, nacido en la calle


Malara, número veintiocho, de la Ciudad de Coín,
el día veintinueve de septiembre de mil novecientos
veintinueve, festividad de San Miguel Arcángel.

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