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Crónicas Búlgaras

Geraldina González de la Vega

Aachen, 2009.

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Bulgaria in a nutshell

Por Geraldina González de la Vega.*

Para Juan.

Por azares de la vida y del amor Bulgaria se colocó en mi mapa cardiaco hace apenas
unos años. Este verano será mi primera visita a este enigmático país en el Mar Negro
que desde su oficial existencia en 681 no ha dejado de luchar por formarse y
conformar su identidad. Habitadas aquellas tierras por los tracios y después por los
griegos, Bulgaria traza su identidad desde el año 3500 a.C. En aquélla época griega,
se fundan las ciudades costeras, entre ellas Mesembria, hoy Nessebar. Después, en
359 los macedonios hacen suyas tierras entre el Danubio y las montañas Rodópe,
fundado Filipópolis, hoy Plovdiv. En el siglo I se incorporan al Imperio Romano y se
dividen las tierras de lo que hoy conocemos como Bulgaria, entre Tracia y Moesia y se
funda la capital Serdica, hoy Sofia. Al morir Teodosio, se divide finalmente el vasto
Imperio Romano, y Moesia y Tracia pasan a formar parte del Imperio Romano de
Oriente. Otro azar de la vida es que viva yo hoy en la capital del Imperio Carolingio,
ciudad que vió a 32 empreadores coronarse: Aquisgrán.

El primer imperio búlgaro se forma en el siglo VII, después de que sus tierras se
vieran azotadas por invasiones bárbaras de todos los lugares de Europa. Los eslavos y
los búlgaros se establecen y fundan bajo el rey Asparuh un imperio que fué
reconocido por Bizancio en 681. El emperador Justiniano II otorgó el título de Chan
al segundo emperador Tarvel, palabra equivalente a César. Bajo el reinado de Jan
Kubrat, Bulgaria adquiere un poderío sin igual, llega a dominar gran parte del
territorio entre el Mar Negro y el Adriático, desde los Cárpatos hasta el Egeo.
Bizancio intentó invadir Bulgaria en 811, solamente para regalarle a Krum la cabeza
de su emperador Nikóforo. Boris I se convierte al cristianismo y establece el eslavo
como la lengua de liturgia, gracias a ello, se hace fácil la expansión del imperio hacia
Rumania, Serbia y Macedonia. Más tarde, el emperador Simeón I quizo unificar los
imperios búlgaro y bizantino. Evidentemente estos sueños de grandeza fueron
rápidamente aplastados por Basilio II, que hace lo contrario, conquista Bulgaria y la
incorpora a Bizancio. Entre 1018 y 1185 Bulgaria pertenece al Imperio Bizantino.

El segundo imperio búlgaro se funda en 1185 y durará hasta 1396. Una rebelión
organizada por unos hermanos con ímpetus nacionalistas logró extender el territorio
hasta el Danubio, el mar Negro y la región montañosa de Stara Planina. Bajo el reino

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de Iván Asen II el imperio proliferó y se rompió con la Iglesia en Roma, creándose el
patriarcado ortodoxo. En 1396 Bulgaria fué invadida por los turcos otomanos y cayó
en sus manos. Entre los siglos XIV y XVIII Bulgaria estaría dominada por el imperio
otomano y la obligaría a convertise al Islam. Era llamada el beyerlik de Rumili. Hasta
que en 1768 los rusos invaden el imperio y los griegos, hacen lo mismo, despertando
con ello el espíritu nacionalista de los búlgaros, aunado a las corrientes occidentales
del liberalismo. Gracias a ello se animan los búlgaros a luchar contra los otomanos en
1821, sin éxito.

El sentimiento nacionalista estaba instalado, y desde las ciudades que integran hoy la
provincia de Plovdiv se fué perpetrando la rebelión, en abril de 1876 se levantaron en
las ciudadanes de Batak, Perushtitsa y Bratsigovo, siendo cruelmente aplastados
nuevamente por los turcos. Después vendrían la rebelión de Bosnia en 1875, que fué
aplastada por los otomanos. Los rusos y algunos europeos condenaron la barbarie
turca, que sirvió como pretexto para la Guerra Ruso-Turca de 1877-78 y que culminó
en la derrota de los otomanos. El Tratado de San Stefano de 1878 creó el principado
autónomo de Bulgaria, mismo que se dió una bien moderna Constitución en 1879.
Posteriormente, la Conferencia de Berlín entre las potencias de esa guerra limitó el
territorio búlgaro por temor a la efervescencia en los Balcanes, lo que provoca la
inestabilidad y la inconformidad del pueblo búlgaro. Sigue una historia de tronos y
abdicaciones que se ve interrumpida por la Guerra de los Balcanes en 1912. Bulgaria
lucha contra los otomanos junto con Serbia y Grecia, logran rescatar territorios, entre
ellos, Adrianópolis, hoy Edirne en Turquía. Pero a la hora del reparto, no logran
ponerse de acuerdo los tres aliados, y se hacen la guerra entre ellos. El Tratado de
Londres, el de Bucarest y el de Constantinopla los tres de 1913, fijan los límites de
Bulgaria, obligándola a ceder territorio.

En 1914 el homicidio del Archiduque Fernando José en Sarajevo dispararía de nuevo


la inestabilidad en la región, obligando a Bulgaria a tomar partido. Se aliaría con
Austria-Hungría y declararía la guerra a Serbia, su vecina. Bulgaria formaría parte del
Frente de Oriente, con lo que después se benefició y recuperó territorio perdido en
1913. Con el armisticio de 1918 su rey Fernando II se ve obligado a abdicar a favor de
Boris III, su hijo. El Tratado de Neuilly de 1919 obliga, nuevamente a Bulgaria a
devolver territorios a Rumania y Serbia (Macedonia) y a Grecia. Durante el
nacimiento del comunismo, Bulgaria sufre la breve dictadura campesina de
Stamboliski, quien es asesinado. En 1934 el Rey Alejandro I de Yugoslavia es muerto,
lo que provoca en Bulgaria un Golpe de Estado y el establecimiento de una dictadura
personalista en 1935 en manos del rey Boris III, lo cual ganó las simpatías nazis.

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En la Segunda Guerra Mundial, Bulgaria obtiene de nuevo el territorio de Dobrudja.
Se alía con Alemania y obtiene Macedonia, territorios serbios y Tracia. Boris III se
resistió a hacer la guerra contra la U.R.S.S. y a entregar a los búlgaros judíos, como
era el deseo alemán. Boris III muere en circunstancias sospechosas, quedando su hijo
menor en el trono, Simeón II de apenas 6 años. De ésta circunstancia se
aprovecharían los alemanes. En 1944 la U.R.S.S. declara la guerra a Bulgaria y ésta
sufre una gran derrota, en 1947 es ocupada por las fuerzas soviéticas quienes instalan
un gobierno comunista. El Partido Comunista de Bulgaria se hace del gobierno y
funda una República Popular. El Tratado de Paris que pone fin a la guerra en 1947
obliga a Bulgaria a devolver los territorios obtenidos. El primer gobierno comunista
cae en manos de Chervenkov, quien será seguido por Zhivkov. Años de oscura
“dictadura del proletariado” cancelaron sueños y libertades de los búlgaros.

Gracias a la modernización soviética con la Perestroika, en noviembre de 1989 el


dictador Jikov fué cesado y sustituído por Petar Mladenov quien reforma el Partido
Comunista Búlgaro y lo convierte en el Partido Socialista, que junto con otros
partidos reforma las instituciones.

Bulgaria camina hacia la democracia, finalmente. En 1990 se celebran las primeras


elecciones libres, en 1991 se promulga la Constitución, bajo la cual se eligió en 1992 a
Jeliou Gelev como Presidente por la Unión de Fuerzas Democráticas. Debido al
desmantelamiento del régimen comunista y la privatización de tierras y empresas,
Bulgaria sufrió de enormes índices de desempleo y falta de competitividad. Había un
gran descontento. La democracia cayó pesada, vino un periodo de inestabilidad
política en donde los gobernantes caían por incapaces o por corruptos. En 2001
Simeón II, aquel pequeñito de 6 años que obtuvo el trono durante la Segunda Guerra
Mundial, regresó a Bulgaria y formó el partido Movimiento Nacional Simeón II,
quien ahora lleva un apellido simpático: Sakskoburggotski (que en realidad es la casa
a la que pertenece Sachsen-Coburg-Gotha). Simeón II ganó las elecciones y se
convirtió en Primer Ministro. En 2002 fué electo presidente Georgi Parvanov, quien
fué reelecto en 2006 por cinco años más. Simeón II fué sustituído por medio de las
elecciones de 2005, que dieron el triunfo al partido socialista de Sergej Stanisev.

El mismo fin de semana que hubo elecciones en México, los búlgaros también
salieron a las urnas. Después de escándalos de corrupción y la retirada del fondo de
ayuda europeo por ello, el 5 de julio pasado, los ciudadanos decidieron optar por
cambiar de gobierno. Stanisev obtuvo apenas 7% de los votos. El Partido Ciudadanos
para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB en búlgaro) obtuvo la mayoría en la
Asamblea, 115 escaños de 240. Boiko Borisov será el próximo Primer Ministro.

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Bulgaria es una república parlamentaria, cuenta con un Jefe de Estado o Presidente
electo de forma directa cada cinco años con posibilidad de reelegirse una vez y con
funciones acotadas. Un Primer Ministro electo vía Parlamento y que es el jefe de
Gobierno y de gabinete. Bulgaria es un estado central dividido en 28 provincias. Su
Poder Legislativo se representa en una Asamblea Nacional o Narodno Sabranie, con
240 escaños con diputados electos por 4 años. Su Poder Judicial está representado en
cortes locales, regionales y una Suprema de casación y una Corte Constitucional.

A mi regreso, les narraré que ví y que sentí. Por lo pronto, imagínenme ahora en ese
misterioso territorio, bañado por el Danubio y el Marica, que mira hacia Oriente
desde las costas del Mar Negro, arrugada por los balcanes, que sostiene sus tierras
con la columna de Stara Planina y los Rodópe, que bajan en las planicies Tracias,
encarpetadas de girasoles o derramadas en valles de rosas. Estoy ahora viendo –ya no
imaginando como cuando escribo esto - esa tierra fundada por los descendientes de
Atila y de Jan Krum, cuya sangre corre por las venas de mi pequeño Juan.

Dovizdane! Hasta la Vista!

Bulgaria en la Unión Europea

Por Geraldina González de la Vega

A partir de 1989 la Comunidad Europea puso en marcha un programa de ayuda


financiera destinado a facilitar la transición económica y política de Polonia y
Hungría, por sus siglas en inglés, el programa recibió el nombre de PHARE (Poland
and Hungary: Assistance for Restructuring their Economies), mismo que después se
amplió a otros Países de Europa del Este y Central (PECOs). La estrategia PHARE
tiene como objetivo apoyar a los PECOs en su adaptación al sistema occidental,
específicamente al de la Comunidad Económica Europea, para ello cuenta con el
Programa Regional de Aseguramiento de la Calidad (en francés PRAQ) que inició en
1993 y que tiene como finalidad ayudar a los PECOs a implementar el nuevo
acercamiento en su economía. En 1991 se firmaron los primeros acuerdos europeos
entre la Comunidad Europea y los PECOs. En 1993, sobre la base de los acuerdos
europeos, la Comisión propuso organizar un diálogo estructurado. En 1994 el Consejo
Europeo de Essen adoptó una estrategia de preadhesión. A partir del Consejo
Europeo de Madrid, en 1995, se comenzaron a plantear las perspectivas de la Unión
Europea. La Agenda 2000 (de 1997) propone reformas para el futuro de la Unión
Europea. En 1998 se crean nuevos instrumentos de adhesión, las asociaciones para la
adhesión, que ponen de relieve las prioridades a corto y mediano plazo, los medios de
apoyo, programación y asistencia financiera, así como los criterios para los informes
periódicos de la Comisión.
El proceso para ingresar como miembro de la Unión Europea (UE) es largo y
complicado, la terapia de choque que recibieron todos los PECOs con la caída del
Muro, el desmantelamiento de los gobiernos comunistas y de la economía planificada
trajo consigo un sinnúmero de tareas que sin la ayuda de los países de la Unión
Europea, hubiera sido mucho más complicada.

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Para ingresar a la UE los países deben cumplir con los Criterios de Copenhage,
definidos en el Consejo Europeo en esa ciudad en 1993. Éstos requieren una
democracia estable que respete los derechos humanos y el Estado de Derecho; una
economía de mercado funcional capaz de competir dentro de la UE; y la aceptación
de las obligaciones de la membresía, las que incluyen la normativa europea. Para ello
se ha adoptado el término francés acquis communautaire o UE acquis, que se refiere
al cuerpo completo de normas de la UE que se ha acumulado. Durante el quinto
proceso de ampliación de la Unión Europea, que se dividió en dos ingresos: el
primero con 10 nuevos miembros del Este y Centro de Europa en 2004, y el segundo,
con el ingreso de Rumania y Bulgaria en 2007, el acquis se dividió en 31 capítulos con
el propósito de negociar el cumplimiento de cada capítulo entre la UE y el candidato.
La evaluación del cumplimiento de los tres Criterios es responsabilidad del Consejo
Europeo, que es es el principal órgano legislativo y de toma de decisiones en la UE.
Dos de los órganos de la Unión Europea –el Consejo y la Comisión- están facultados
para realizar evaluaciones y reportes sobre el cumplimiento de éstos Criterios por
parte de los países miembros. El marco normativo actual de la UE no establece la
forma en que un país pueda retirar su membresía de la UE (a pesar de que en 1985
Groenlandia, territorio autónomo Danés, se retiró de la Unión), por ello es
importante la ratificación del Tratado de Lisboa, pues allí se establece un
procedimiento de retirada.
La entrada de Bulgaria a la UE significó un avance importante en la democratización
de ese país, su ingreso implicó que Bulgaria cumplía con los Criterios de Copenhage y
que en consecuencia tenía una democracia estable que respeta los derechos humanos
y el Estado de Derecho, que tene una economía de mercado competitiva y que su
sistema jurídico se encuentra enlazado con los demás países de Europa vía el UE
acquis. Sin embargo, la membresía no implica que los Criterios se cumplan solos.
Sostener una democracia constitucional conlleva esfuerzos importantes. La entrada
de Bulgaria a la UE tuvo lugar el 1 de enero de 2007, con las 12 campanadas de media
noche, los búlgaros se convirtieron en ciudadanos europeos. La tan esperada fecha
fué establecida en la Cumbre de Tesalónica en 2003 y confirmada en Bruselas en
2004. En febrero de 2005 la Comisión Europea presentó una opinión favorable sobre
el acceso de Bulgaria y Rumania a la UE. Como resultado, en abril de 2005 el
Parlamento Europeo aprobó la resolución votando a favor de Bulgaria con 522 votos
a favor, 70 en contra y 69 abstenciones. En abril, el Consejo Europeo aceptó las
aplicaciones para la integración de Rumania y Bulgaria. La firma del Tratado de
Acceso se realizó en Luxemburgo en abril de 2005.
En el marco de las reuniones para la integración realizadas entre los estados
miembros de la UE y Bulgaria, se realizó un Comité de Asociación en junio de 2004 y
que emitió un Reporte Regular ese mismo año. En él se confirmó el buen estado del
proceso de preparación para la integración; sin embargo, se subrayó la necesidad de
mayores reformas a las estructuras judiciales de Bulgaria, en particular las fases
procesales, así como la necesidad de realizar mayores esfuerzos para combatir la
corrupción y el crímen organizado, incluyendo la trata de personas. Hubo inclusive
un señalamiento por el limitado proceso de integración de la Comunidad Roma, la
segunda minoría y el tercer grupo étnico más grande en Bulgaria (después de los
búlgaros y de los turcos). En septiembre de 2006, se emitió un Reporte de Monitoreo
de la Comisión Europea en donde se confirmó el progreso, aunque nuevamente
señaló que el avance en las áreas de reforma al sistema judicial, la eliminación de la
corrupción y la lucha contra el crímen organizado serían monitoreadas estrictamente.
La transición democrática en Bulgaria no ha sido fácil, desde 1990 ha tenido un
sistema inestable de partidos dominado por el Partido Socialdemócrata, que es en
realidad el Partido Comunista reformado en 1989, y por el partido personalista

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Movimiento Nacional Simeón II. En las elecciones de 2005, Sergei Stanishev, del
Socialista, obtuvo el 31% de los sufragios, arrebatando el triunfo a su opositor Simeon
Saxcoburggotski, quien se ostentaba como Primer Ministro, electo en 2001. Simeón
obtuvo el 20% de los sufragios, mientras que el Movimiento para derechos y
libertades, obtuvo el 12%. Debido a que Stanishev no obtuvo la mayoría, formó un
gobierno de coalición entre éstas tres fuerzas políticas. El gobierno de Stanishev tuvo
dos momentos estelares: el 1 de enero de 2007, cuando se formalizó el ingreso de
Bulgaria como miembro de pleno derecho en el club de las democracias europeas, y el
1 de julio de 2008, cuando la UE decide congelar cientos de millones de euros de
ayudas a Bulgaria por dudar de su habilidad para hacer uso de los fondos de forma
transparente, lo que evidentemente implicó una retirada de la confianza de las
instituciones europeas a ese país. La vergüenza de que Bulgaria, específicamente
fuera el primer país en sufrir una sanción como ésta, avivó la molestia de los
ciudadanos búlgaros, quienes percibían ya la corrupción de la clase política, no sólo
en el manejo de fondos. Un hecho que tenía a muchos, más que molestos, era la
transmisión por televisión de las sesiones de la Asamblea Nacional, pues más que
fomentar la cultura democrática, la transparencia y el acercamiento a las
instituciones, se mostraba cómo los legisladores faltaban a sus deberes básicos. Las
sesiones estaban vacías, y cuando se llamaba al voto de alguna ley o decreto, los
legisladores equipados con tarjetas electrónicas de varios otros colegas, votaban no
una, sino varias veces, otorgando así “legitimidad y legalidad” a las decisiones que en
realidad tomaban unos cuantos. Mientras tanto, dónde estaban todos los demás
legisladores, es una cuestión desconocida.
El 5 de julio se celebraron elecciones nacionales, la gente salió a las urnas para votar
fuera a Stanishev y a los partidos que formaban la coalición, no sólo por el ridículo
europeo, sino también, porque los legisladores muy previsores, pasaron, antes de
salir, una ley para otorgar amnistía en la persecusión de funcionarios que hubieran
cometido el delito de negligencia previo al 1 de julio de 2008, siempre y cuando éste
tenga como pena máxima 5 años de prisión, de acuerdo con el Código Penal. Muy
conveniente, pues deja fuera a los funcionarios que actuaron negligentemente de las
investigaciones que se realizan sobre el uso de los fondos europeos. El clásico,
“estábamos aprendiendo”. Los resultados del 5 de julio fueron evidentes, la gente
quiere un gobierno serio y responsable que dé a Bulgaria una cara en Europa. El
triunfador fué el Partido Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB
en búlgaro), que entre otras promesas, se pronunció a favor de una reforma profunda
al sistema judicial y prometió acabar con la corrupción y el crímen organizado. El
GERB obtuvo 115 escaños de 240, para lo cual, el nuevo Primer Ministro, Boiko
Borisov, requirió del apoyo de otros partidos. Entre los comicios y la formación del
nuevo gobierno, la Comisión Europea, muy puntual, emitió un nuevo reporte, el 22
de julio. En él establece entre otras cosas, nuevamente, la urgente necesidad de
reformar el sistema judicial, acabar con la corrupción, luchar contra el crímen
organizado y, claro, transparentar y eficientar el uso de los fondos europeos. El
reporte, por supuesto, critíca la Ley de Amnistía, misma que, se especula, será
reformada por la nueva Asamblea.
El reporte establece seis objetivos a cumplir dentro del marco del mecanismo de
Cooperación y Verificación: la adopción de enmiendas constitucionales que remuevan
la ambigüedad sobre la independencia y la rendición de cuentas del sistema judicial;
el aseguramiento de mayor transparencia y eficiencia en el proceso judicial por medio
de la implementación de una nueva ley del sistema judicial y un nuevo código de
procedimientos civiles; dar seguimiento a la reforma del poder judicial para poder
reforzar el profesionalismo, la rendición de cuentas y la eficiencia; conducir y
reportar respecto de investigaciones profesionales, no partidistas, que aleguen

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corrupción en altos niveles, así como reportar sobre inspecciones internas a
instituciones públicas; tomar medidas para prevenir y combatir la corrupción, en
particular en las fronteras y dentro de los gobiernos locales; e, implementar una
estrategia para combatir el crímen organizado, con enfoque en delitos graves, lavado
de dinero, así como en la sistemática confiscación de bienes de los criminales.
Las primeras dos medidas del nuevo gobierno de Borissov, que tomó formalmente el
encargo el pasado 27 de julio, fueron: (i) respecto de las faltas y votaciones en la
Asamblea; solicitó a todos los miembros de su partido la firma de su renuncia por
adelantado, la cual hará válida en caso de que se ausenten más de tres veces sin causa
justificada a una sesión de la Asamblea y se estableció, que al realizar la votación, se
tendría como tiempo máximo 10 segundos para la introducción de la credencial para
votar en la curul, con lo que se evita el “carrusel”. (ii) Respecto de los objetivos
establecidos por la UE, Borissov ha realizado algunos importantes pasos, destaca el
nombramiento de Margarita Popova como Ministra de Justicia, quien fuera antes la
encargada de la Comisión de Investigación de Crímenes contra el Sistema Financiero
de la UE y cuyo trabajo fué reconocido en el Reporte de la Comisión. Popova será la
encargada de presentar en un plazo de seis meses un proyecto de reforma judicial,
incluído un nuevo Código Penal, así como resultados en las investigaciones sobre
delincuencia organizada y corrupción. Popova dió a sus subalternos, 3 meses para
trabajar. Para completar su trabajo, Popova requerirá del apoyo del nuevo Fiscal y del
Consejo de la Judicatura, así como del Ministro del Interior, Tsvetan Tsvetanov mano
derecha de Borissov, quien ya ha anunciado su mano dura en la lucha contra el
crímen. Por lo pronto, el titular de la Agencia Nacional de Seguridad, Petko Sertov, ya
presentó su renuncia. En apenas un par de semanas, los cambios y la voluntad de
limpiar el Gobierno búlgaro se hacen sentir. Permea entre los búlgaros un gran
optimismo, esperemos que Borissov no los defraude.

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Crónicas Búlgaras 1/6

Crónicas Búlgaras
Parte 1/6
Por: Geraldina González de la Vega

„Parecemos húngaros“ dijo una, a lo que la otra contestó “¿Conoces a algún


húngaro?”
Las leyendas, mitos y prejuicios están en todos lados, los repetimos sin pensarlos dos
veces, por eso no me sorprendió escuchar “¿a Bulgaria?” “¿Quién quiere ir a
Bulgaria?” “¿Qué hay en Bulgaria?” “Nadie va a Bulgaria.” Pues no,
desafortunadamente mucha gente no va a Bulgaria porque piensa que no hay nada,
quizá algunos piensan que hay yogurt en grandes cantidades, pero nada más. Y para
su sorpresa, Bulgaria es más que yogurt.
El piloto anunciaba que en unos minutos aterrizaríamos en el aeropuerto
internacional de Sofia (sin acento), me asomé por la ventana y ví cómo la cordillera
de los Balcanes rodeaba la capital búlgara, colocada en un valle. Desde el aire la
ciudad se veía pequeña y no se alcanzaba a apreciar mucho de ella. Ya en el taxi por
un momento me sentí en Río La Piedad saliendo del AICM, el taxi, la manera de
manejar del taxista, el aire, los edificios, las calles, todo era muy similar a la Ciudad
de México, Thomas y yo coincidimos, si no fuera porque no podemos leer ningún
letrero, podrían engañarnos y decirnos que hemos llegado a alguna ciudad mexicana.

Entramos a una avenida que en vez de pavimento, tenía piedras muy suaves, se sentía
y se escuchaba en las llantas, era el Bulevar Car Osvoboditel, avenida principal de
Sofia, por donde corren paralelos los edificios más importantes de la ciudad. De
pronto, apareció frente a nosotros a la derecha, imponente, el edificio de la
Universidad de Sofia, San Clemente de Ohrid, con las esculturas de los hermanos
Evlogi Georgiev y Hristo Georgiev, y en el centro de una plaza, la ecuestre del zar
Alejandro II, que como en Helsinki, es recordado por su apoyo para la independencia
nacional búlgara. Enfrente, la Asamblea Nacional que revela en su pórtico el lema
nacional “la unión hace la fuerza”, claro escrito en cirílico. La tricolor búlgara ondea
junto con la bandera de la Unión Europea. En la esquina, un edificio de color
amarillo, que lleva orgulloso el letrero “Academia Búlgara de las Ciencias”. Bajamos
del taxi, al descender miré hacia atrás: se asomaba entre el edificio de la Academia y
el de la Asamblea, orgullosa, la imponente catedral Aleksandr Nevski, con sus cúpulas
doradas destellando reflejos de ese abrasador sol veraniego. Llegamos a Sofia.

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El calor era terríble, nos acomodamos en el cuarto y decidimos salir en búsqueda de
un restorán. En el hotel nos recomendaron uno que quedaba “cerca”, primero había
que cambiar los euros por leva, la moneda búlgara que equivale a 2 por un euro.
Seguimos caminando por las calles del centro, que de nuevo, de no ser por los letreros
en cirílico, podrían ser Madero o Donceles. Llegamos hasta un parque, y luego hasta
una avenida pequeña por donde corrían los tranvías.

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A lo largo puestos de frutas y verduras y de elotes calientes. Seguimos caminando y

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llegamos por fin al restorán, el Manastirska Magernitsa, en donde fuimos recibidos
con una gran amabilidad. Tanta, que volvimos otro día a cenar. La carta -en inglés-
merecía una lectura cuidadosa, pues los platos eran descritos a detalle “primero
distribuyo las manzanas rostizadas junto con las zetas sobre un molde. Después,
coloco los lomos de venado. Les rocío un poco de cognac y salsa de blueberry y los
dejo reposar toda la noche...” Así sabían, de película. Durante la comida bebimos una
cerveza del local, muy parecida a la Weißen alemana, bastante buena. Al final
pedimos una rakia, aguardiente tradicional búlgaro, muy parecido a la grappa
italiana. Más tarde nos enteramos que la rakia no se toma como digestivo, sino que se
pide antes de la comida, acompañada de una ensalada o de pepinos agrios, o en todo
caso, durante la comida. Bueno, son las ventajas del turista, nos está permitido
romper algunas reglas. En la guía del hotel se advierte que nunca debe tomarse la
rakia como el tequila, sino que debe beberse despacio y saborearse (¡!) “No Muppets
with Rakia”.

La mañana siguiente comenzó con un desayuno


tradicional en una Banicharnitza, o lo que yo traduje como banitzería, es decir, un
local donde venden banitzas. Las banitzas son hojaldras rellenas de huevo y queso
búlgaro: el sirene, que es muy parecido al feta, pero que nunca -pero nunca-, debe ser
comparado frente a un búlgaro. Y es que en realidad no saben igual. En la
“banitzería” tomamos, para acompañar a las banitzas, la bebida de yogurt llamada
airán, que venden en envases tipo yogurt familiar, a los que se les clava un popote y
listo, tienes una bebida muy fresca. El airán es más líquido que un yogurt, casi como
leche, pero tiene un sabor más ácido que ésta. La gente la toma como agua. Existe
otra bebida que me negué a probar por descripciones anteriores, el boza, que parece
un Gerber de carne en botella, no sólo por su color, sino por su consistencia.

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Después de cargar pilas con ese buen
desayuno caminamos a lo largo de la calle 6 de septiembre, hasta la Plaza de la
Asamblea Nacional, y luego por la 15 de noviembre hasta llegar a la catedral
Aleksandr Nevski, la más grande catedral ortodoxa del mundo. El imponente edificio
fué construído entre 1882 y 1924 en memoria de la participación rusa para la
liberación búlgara del Imperio Otomano en 1877/78. Después de visitar su interior,
enorme y oscuro, como todas las iglesias ortodoxas, cuyo iconostasio brillaba con la
luz que entraba desde las ventanas de las cúpulas, seguimos hacia la iglesia de Sveti
Sofia de orígen romano, se trata de la iglesia que dió nombre a la capital búlgara.
Durante el segundo imperio búlgaro (1185-1396) ésta iglesia fué el asiento del
obispado de la ciudad, que en aquélla época se llamaba Serdica (Sredec). Poco a poco
la ciudad fué siendo llamada Sofia, en alusión a su obispado, hasta que oficialmente
éste nombre fué reconocido en 1329. A espaldas de ésta iglesia se encuentra la llama
al soldado desconocido y un enorme león de bronce. El león es el emblema heráldico
de Bulgaria, cuya primera aparición registrada data del siglo XIV.

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Cruzamos por la avenida Oborisce hasta una placita en donde se pone a diario un
mercadillo de pulgas, allí venden desde souvenirs plasticudos, hasta cucharitas de la
abuela y bustos de Adolf Hitler, Stalin y Mao. La cantidad de chucherías que ve uno
allí es impresionante, y de vez en cuando puede uno encontrar cosas bastante buenas
a muy buen precio, sobre todo la joyería de filigrana, que es un arte tradicional
búlgaro y que en otros lugares sale muy cara.

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El calor hace que necesites descanso, así que pasamos a unas mesitas atrás de la plaza
y pedimos unas cervezas, en ésta ocasión tocó la Zagorka, originaria de la ciudad
Stara Zagora, una pils bastante buena. Es tradición búlgara pedir ensaladas al centro
para que todos piquen algo fresco, mientras bebes una cerveza o una rakia. Probamos

la ensalada típica: Shopska Salat.

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En un periodiquito en alemán que regalaban en el
hotel pude leer “después del invento de la rueda y el descubrimiento del fuego, la
shopska salat es el mejor invento del ser humano.” Están en lo cierto. Nada
complicada: pepinos, jitomates, cebollas, sirene, aceite y vinagre, sal y pimienta. A
veces la acompañan con pimientos, con chiles (ajá, chiles tipo jalapeño) o aceitunas.
El secreto está en un condimento que después conseguí en un mercado, y claro, en el
delicioso queso sirene. El resto del viaje, estuve a Shopska diaria. Lo simpático fué
que nos venimos a enterar que no es un plato individual el último día, con razón la
cara de todos los meseros cuando cada quien pedía la suya, confirmaban ¿Then, you
want 3 Shopskas?

Crónicas Búlgaras 2/6

Crónicas Búlgaras
Parte 2/6
Por: Geraldina González de la Vega

Si uno sigue derecho por el Bulevar Car Osvoboditel, pasando la Academia, se


encuentra el Parque Kristal, y casi enfrente, la iglesia rusa, una pequeñita iglesia en
honor a St. Nikolaus el milagroso y en donde se encuentran los restos del arzobispo
Serafin, motivo de peregrinaje de muchos ortodoxos. Siguiendo por el Bulevar se
encuentra el edificio que alberga hoy un museo de historia natural, separado por un
parque, sigue lo que fué el ala oeste del Palacio Real, construído en 1873 para los
regentes turcos y después utilizado para los príncipes búlgaros de la restauración.
Hoy este palacio alberga el museo de arte nacional, en donde se pueden apreciar
pinturas y esculturas de artístas búlgaros entre el siglo XIX y principios del XX, así
como una exposición temporal de arte comunista, encontrada en los sótanos del
edificio del partido, sumamente interesante. El arte búlgaro de ésta época recibe
grande influencia de las corrientes europeas, pero el sentimiento nacionalista y el
renacimiento de la independencia búlgara provoca un movimiento un tanto rebelde.
El arte de principios del siglo XX comienza a reflejar las tendencias socialistas de la
época, retrata al campesino como un santo y a la comunidad como un elemento
indispensable. Los cuadros, son en su mayoría reflejos de tradiciones culturales.

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Frente al Palacio se encuentra el parque de la ciudad (Gradskata Gradina) que
supongo fué el jardín del Palacio. Al fondo se encuentra una hermosa fuente, larga,
que apunta hacia el Teatro Nacional, una construcción que puedo imaginar más en
Austria. Con una fachada neoclásica, soportada por varias columnas, pueden verse
escenas de Apolo y otros dioses, rodeados de caballos. El edificio con dos torres, está
pintado de rosa, y en sus puntas están dos carruajes tirados por leones. Afuera del
teatro, en un poste encontré restos de cera de colores, veladoras, flores secas, cartitas
y fotografías, me acerqué. Se trataba del tributo a Michael Jackson en la ciudad. Al
fondo del parque, al otro lado de la fuente, se podía observar a los viejos sofiotas
jugando ajedrez en unas mesas de piedra construídas a propósito, bajo la sombra de
los árboles.

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Exactamente frente a la fachada del teatro, cruzando el parque a lo largo de su fuente,
se encuentra la calle Saborna que desemboca en la Plaza de la Presidencia.
Allí se encuentran conglomerados el edificio que alberga el museo de antropología y
que antes fuera una mezquita y el Palacio Presidencial, en donde cada hora puede
presenciarse el cambio de guardia a paso de ganso. Se dice que los guardias son
chicos de familias acomodadas que realizan su servicio militar, y efectivamente, al
pasar por la casetita que los lleva a su descanso, la relajación de esos tiesos militares
con trajes de lana es de risa loca. Tras las puertas del Palacio se esconde un tesoro de
Sofia, la antigüa iglesia de Sveti Georg. En el patio central entre el hotel Sheraton y el
Palacio se encuentra ésta rotonda que data del siglo VI y que está flanqueada por
excavaciones de los restos de la antigüa Serdica del siglo II.

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Desde la rotonda puede apreciarse un enorme letrero que aparece entre una
callejuela “Cartier”, y es que entre el Palacio Presidencial y el hotel Sheraton, se
encuentra por un lado, la “zona exclusiva de Sofia” y por otro, el barrio del gobierno.
Si optas por el barrio del Gobierno, entonces hay que salir de nuevo hacia el Bulevar
Car Osvoboditel, y encontrarás de frente, imponentemente blanco el edificio del
partido que fué alguna vez el asiento del comité del Partido Comunista Búlgaro y que
casualmente ardió en llamas cuando el cambio era inminente. La fachada de éste
edificio tiene una columnata neoclásica y una torre con un enorme mástil desde
donde ondea orgullosa la tricolor búlgara. Hoy éste edificio pertenece al Parlamento y
alberga las oficinas de los legisladores. A su lado se encuentran varios edificios
ministeriales y el Tribunal Constitucional. Recto, todavía sobre el Bulevar, se
encuentra la estatua de Sofia (la Santa Sabiduría), que se eleva en un pedestal, en su
brazo izquierdo se posa un búho y en el derecho sostiene unas hojas de mirto. Bajo
ella se encuentran los restos de la iglesia Sveta Petka encontrados gracias a las
excavaciones del metro.

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A esta hora ya el estómago rugia, como los leones búlgaros, así es que buscamos algo
de comer. Como teníamos programada una cena, preferimos comer algo ligero. Para
el calor nada más fresco que una sopa Tarator, hecha con yogurt, pepinos, nuez,
aceite, ajo y eneldo. El eneldo es muy usado en la comida búlgara, casi todos los
platillos lo llevan, y sino, lo usan para decorarlos. La sopa es muy fresca y muy rica,
me gusta mucho más que el gazpacho que siempre me ha parecido que me como una
salsa cruda. Pedimos ademas unas Kebapche que parecen unas salchichas, pero son
en realidad carne molida con forma alargada, muy ricas, acompañadas por papas
fritas y una salsa de tomate llamada Lyutenitsa. Para acompañar nuestro “ligero”
lunch, pedimos unos platos de salami búlgaro y de queso amarillo o kaskaval. Todo
delicioso, el salami es buenísimo, afortunadamente en la aduana no tuve problema
para pasar algunos “ejemplares”. También es usual que antes de servir la comida, se
ponga en el centro pan campesino (Pitka) que se come con un condimento en polvo,
de color rojo y que recuerda a la paprika (Tschubriza). Esta vez nos tocó probar la
cerveza Kamenitsa, de la ciudad de Plovdiv, más amarga que la Zagorka. De postre,
una baklava, que sabe como los dulces árabes, y claro, pues se trata de una hojaldra
rellena con nueces, miel y canela.

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Rellenos de estas delicias regresamos al hotel caminando –dando tumbos- hacia el
Palacio Presidencial y luego por la avenida General Gurko, dedicada al mariscal de
campo Joseph Vladimirovich Gourko, cuyo papel en la guerra Ruso-Turca de 1877/78
que llevó después a la independencia búlgara, fué crucial. Doblando hacia la
Universidad se encuentra del lado derecho la plaza del ejército rojo, donde destaca
una estatua triunfante que se levanta a 34 metros de altura, de un hombre levantando
un rifle rodeado por mujeres y hombres que representan a trabajadores y
campesinos. Más abajo se muestran escenas de la Revolución de Octubre de 1917. Del

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lado izquierdo, se encuentra el mausoleo de Alexander I de Batenberg, primer rey de
la restauración quien tuvo que abdicar a "petición" de los rusos por intentar mediar
entre éstos y los intereses búlgaros. Después de la caminata, volvimos a descansar un
rato al hotel.

Crónicas Búlgaras 3/6

Crónicas Búlgaras
Parte 3/6
Por: Geraldina González de la Vega

Amaneció muy temprano, pero me quedé en la cama una hora más. Habíamos

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comido y caminado tanto el día anterior, que me sentía cansada. Faltaba todavía
mucho por ver.
Tomamos un taxi hasta las afueras de Sofia, donde se podía oler el aroma del bosque
acomodado en las faldas de la Stara Planina, llegamos hasta un edificio imponente
por el escenario y no precisamente por su arquitectura. Cuadrado y soso, su aburrido
gris contrastaba con el verde de las montañas que lo rodean. En un mástil alto
colgaba la bandera búlgara, blanca-verde-roja: el verde significa el campo, el blanco y
el rojo son los colores de la salud, que se representan todas las primaveras en el día
de la Baba Marta (1 de marzo) con los adornos de las Martenisas. Baba significa
abuela y Marta es marzo. En este día la gente se regala martenitsas, adornos hechos
de estambre con los colores rojo y blanco que simbolizan la salud. El blanco es para el
alma y el rojo para la sangre. Las Martenitsas se llevan en la ropa durante todo el mes
de marzo y deben colgarse en los primeros retoños que se vean, así, puedo
imaginarme los árboles y arbustos de abril como arbolitos de navidad, todos
decorados con martenitsas. Los búlgaros adelantan las flores.

El edificio al que llegamos perteneció al partido comunista, allí los dirigentes del
partido búlgaro recibían a sus compinches de otras latitudes, así como seguramente
buscaron con esos salones con vistas hacia la Stara Planina impresionar a otros
personajes. La “sobriedad del proletariado” es verdaderamente alucinante. Afuera del
jardín principal hay un helicóptero de guerra, cuya presencia no entendí. Hoy el
“palacete comunista” alberga el museo de historia nacional, en donde se pueden ver
desde el maravilloso tesoro de oro tracio del siglo IV a.C. hasta la pluma con que se
firmó la entrada de Bulgaria a la Unión Europea en 2005.

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Después de la visita, regresamos a la ciudad y buscamos algo que comer. Faisán,
cordero, venado, verduras y carne asadas. Los vinos búlgaros son excelentes, hay 5
regiones vinicultoras de donde se obtienen excelentes catas de tintos y blancos. Entre

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ellos se distingue la uva Mavrud de la región Tracia. Cuyo nombre procede de la
leyenda de Mavrud, que cuenta: Durante el reinado de Jan Krum se destruyeron
todos los viñedos. Más tarde, escapó un león de su jaula y aterrorizó a la ciudad. Un
valiente jóven, llamado Mavrud, confrontó y domó al león. El rey mandó a llamar a la
madre de Mavrud para conocer la fuente de su coraje y ella contó que su hijo había
salvado secretamente una vid, había hecho vino, y que éste era la fuente de su coraje.
Entonces Krum ordenó que los viñedos fueran replantados. Como Mavrud, bebimos
de esa uva y retomamos coraje, no para luchar contra un león, pero sí para continuar
nuestro paseo por Sofia.

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El Bulevar Vitosha como su nombre lo indica, mira hacia esta imponente montaña de
la cordillera balcánica, en invierno cubierta de nieve decora la ciudad, ahora en
verano se levantaba como una enorme sombra sobre Sofia. Proporción guardada, me

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recordó al Ajusco capitalino. A lo largo del Bulevar Vitosha se encuentran montones
de tiendas y boutiques de marcas conocidas y no tan conocidas. En un extremo,
exactamente donde se encuentra la estatua de Sofia, conecta con el Bulevar Car
Osvoboditel y se convierte en el Bulevar Mariya Luiza, donde se encuentra la
mezquita Banja Basi. Hacia el Vitosha se encuentra la iglesia antigua Sveta Nedelja
(Sto. Domingo) que es hoy una de las más importantes iglesias católicas, pues al ser el
lugar del opispo, adquiere el status de una catedral.

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Si uno camina desde la Sveta Nedelja viendo hacia el Vitosha se topará, después de
unos 20 minutos (tonteando entre aparadores) con el parque y la Plaza Bulgarija en
donde se levanta enorme el Palacio Nacional de Cultura, construído en 1981 a
propósito del aniversario 1300 de Bulgaria, sí ¡mil trescientos años!

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El horroroso edificio octagonal fué diseñado por quien fuera la ministra de cultura
entre 1975 y 1981, Ljudmila Zikov, hija del dictador comunista Todor Zikov. Contrario
a lo que pudiera esperarse, Ljudmila intentó romper las reglas impuestas por el
partido y ampliar los horizontes culturales, Ljudmila murió de un tumor cerebral en
el mismo año en que el edificio vió la luz. El Palacio alberga una sala de conciertos
para 5000 expectadores y otras salas más pequeñas que son utilizadas para ferias y
eventos. En la plaza se encuentra también un monumento “1300 años de Bulgaria” en
donde se encuentran inscritas las palabras del héroe de la independencia Vasil Levski
“Estamos en el tiempo, y el tiempo está en nosotros.”

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(esta fotografía no es la del monumento. Se trata de un medallón con el rostro de
Levski tomada en el Museo de Historia Nacional)

Crónicas Búlgaras 4/6

Crónicas Búlgaras
Parte 4/6
Por: Geraldina González de la Vega

A las 10 de la mañana llegó el conductor de la minivan que nos llevaría hasta el


Monasterio de Rila, después de un café fuerte, nos acomodamos todos en el auto y
dispusimos de nuestro mejor humor para el camino, que nos dijeron sería un poquito
cansado. El Monasterio de Rila está a sólo 120 km de Sofia, pero parte del camino es
curvoso y con una carretera de dos carriles, uno de ida y uno de vuelta. Banitzas y
airan llenaron nuestros espíritus viajeros. Después de una hora y pico de camino
llegamos a un pueblito en las faldas de las montañas Rila, allí pudimos estirar las
piernas y ver de cerca a las cigüeñas que pasan el verano en los techos de las casas de
esa población. Era sorprendente verlas volar, como enormes aviones por encima de
nosotros. Estaban, muchas, acomodadas en sus nidos en tercias. Cuestión que me
pareció extraña, pero pensándolo bien, los seguidos viajes de las cigüeñas a París
seguramente deben de haber influido en su gusto por el ménage à trois.

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Seguimos entre las verdes montañas y los manantiales de Rila unos 40 minutos más,
hasta llegar al convento. De nuevo las comparaciones, pero sirven para darse una
idea, el camino me recordó al del Convento en el Desierto de los Leones. Y seguimos
con los leones...Llegamos al Monasterio. La entrada es sobria, aunque los frescos
pintados en ella y que reflejan santos con muchos colores dan una "probadita" de lo
que adentro te espera. Pasando la puerta occidental (puerta Dupnica) descubres un
bellísimo edificio arcado, con balcones de madera. En medio se encuentra la iglesia
del nacimiento de Jesús, junto la torre Chreljo, todo esto rodeado por el complejo del
monasterio, que fué construído por San Ivan de Rila en el siglo X. San Iván, harto de
las desviaciones morales y de la decadencia de la sociedad de su época (vivió entre
880-946) se exilió como ermitaño en las montañas de Rila. Sus pupilos lo empujaron
a construir un monasterio en donde se encuentran sus restos y que son hoy, motivo
de peregrinaje desde muchas latitudes.

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El monasterio está enclavado en las montañas de Rila, parte de la cordillera al sur de
los balcanes, que conecta con el Rodópo. El escenario es único, las cupulas y los
techos rojos brillan entre lo verde de los árboles de las montañas. Detrás puede verse
la pared de roca de una de ellas. Las estrellas colocadas en cada una de las cupulas de
la iglesia brillan en el cielo. Las paredes de la iglesia, por dentro y por fuera, están
llenas de frescos que representan diversas escenas. Me llamó la atención la constante
presencia de lucifer, sobre todo porque estaba acompañado de mujeres desnudas,
almas perdidas. Me queda claro, pobres monjes. Por dentro, las tres cupulas se

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encargan de dirigir la luz del sol hacia la iconostasis que brilla como estrella en el
centro. La gente religiosamente compra velitas, largas y delgadas y las coloca en unos
candelabros múltiples que ocupan a los presbíteros durante todo el día. A un lado de
la iglesia se encuentra la torre de Chrlejo, que es la construcción más antigüa
conservada del monasterio, pues en el siglo XV fué destruído por la invasión
Otomana.

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La entrada a esta torre cuesta 3 leva, pero nos llamó la atención que el letrero en
inglés decía, “for no bulgarians, entrance costs 3 leva” y abajo un letrero en cirílico,
que nos llevó a pensar que “for bulgarians, entrance is free”. Igual, coopero con gusto
para la conservación de estas maravillas. Las escaleras empinadas de la torre te llevan
a lo alto desde donde se obtiene una vista maravillosa a través de unas pequeñas
ventanas de piedra.

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También puedes entrar a la cocina del monasterio, un frío cuarto de piedra con
paredes negruzcas del hollín, pude imaginarme esos enormes cazos rellenos de algún
potaje de lentejas cocinados por un monje huarachudo. De regreso a la ciudad caímos
todos dormidos, nuestro responsable conductor hizo el viaje tan sencillo que ni
siquiera nos enteramos de que pasó el tiempo. Llegamos a Sofia con un hambre
bárbara.
Hace un par de años habíamos podido provar el Gyuveche, comida que es más típica
para el invierno, pero no podíamos quedarnos con las ganas. Así que buscamos un
restorán que sirviera el platillo en pleno verano. El Gyuveche es un platillo que se
sirve en una cazuela de barro y contiene huevo, queso, salami, cebollas y jitomates y
es puesto en el horno, en este caso, de piedra. Riquísimo, pero efectivamente, pesado
y demasiado caliente para el verano. Después de una rica sobremesa, quedamos listos

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para los Oniros.

Crónicas Búlgaras 5/6

Crónicas Búlgaras
Parte 5/6
Por: Geraldina González de la Vega

Entre Sofia y Stara Zagora existe una autpista bastante buena, a partir de allí el
camino hasta Burgas, en la costa del Mar Negro es una carretera de doble sentido
decorada por viñedos, duraznos y girasoles principalmente. Durante las más de 5
horas de viaje pudimos comprobar cómo ibamos dejando las cordilleras de los
balcanes, y del Ródope, para adentrarnos en la planicie Tracia. En el camino hay
puestos regados que venden melocotones, duraznos, melones y sandías, y todavía
puedes ver algunas familias gitanas desplazándose en carreta tirada por un burro. No
hay Mc Donald´s cada 50kms como aquí en Alemania, pero sí una cadena que se
llama Happy, en donde felizmente comimos una Shopska Salat, pimientos rellenos,
una Tarator --en vaso(?) y una cocacola. Seguimos rumbo a Burgas.

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Llegamos a Burgas y de allí nos desvió la carretera hacia el norte, a lo largo podíamos
ver el mar negro asomándose entre la vegetación, más mediterránea que tropical. Nos
emocionó mucho verlo, ¡la historia que se ha hecho en ese lugar! Entramos a Nesebar
entre casitas descuidadas, montón de restoranes de pescados y carnes, puestitos de
toallas, salvavidas, ballenas de plástico y otras monerías para disfrutar de las olas,
trajes de baño y los típicos collarcitos de caracolitos. Más adelante nos sorprendió un
hotel barco; No, el mar estaba todvía muy lejos, era una construcción de cemento y
varilla con forma de yate, nada más faltaba que en la punta se encontrara una
escultura de Di Caprio y Winslet. Más adelante se encontraba la península donde los
tracios fundaran la antigüa Mesembria. Pasamos 5 noches en ésta ciudad de
pescadores muy querida por turistas alemanes y británicos. Sus playas bellísimas,
limpias y seguras. El mar templado te invitaba al chapuzón, para sorpresa de todos, el
grupo mexicano era el más pálido de la playa. La ciudad antigüa vale la pena por las
tardes cuando el sol ya no quema. Como en toda Europa durante el verano, el sol se
mete muy tarde, entre las 9 y 10 de la noche. Lo que nos regaló unos atardeceres
magníficos durante la hora de la cena en las terrazas con vista al mar y unos cielos
lilas verdaderamente bellos. Las caminatas por la noche entre las ruinas de las
iglesias de Nesebar eran agradables pues ya soplaba el viento desde el mar y
refrescaba mucho, aunque para mi gusto debería reducirse el número de puestitos y
venta de curiosidades. Me llamó la atención la cantidad de gente hablando por
teléfonos públicos, en la era del teléfono celular, es difícil ver esto. Pero me quedó
claro porqué el teléfono público: el primer día quise llamar a mis padres a otro hotel
desde mi habitación, nunca pude marcar, cuando pedí ayuda en la recepción me
vieron con cara de preocupación, "you want to make a local call? here in Nesebar!?"

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Si, quiero llamar a este hotel. Finalmente me comunicaron, pero tuvimos la
sensación, todo el día de que pensaban que queríamos cambiarnos de hotel.
Decidimos mejor quedar en vernos a una hora determinada, pues el mismo problema
tuvieron mis padres en su hotel a la hora de querer hacer llamadas locales, así como a
Sofia.

La entrada de la fortaleza, o lo que llamamos, puerta de tierra, estaba iluminada y


siempre, todo el tiempo, hubo un gaitero tocando música típica de Bulgaria, dándo a
la visita un ambiente sin igual.

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(Puedes ver más fotos de Nesebar en la entrada Territorio Búlgaro, su costa)

La comida de la costa es excelente, probamos una variedad de pescados con nombres


difíciles de recordar, pero deliciosos (confieso haber perdido la notita con los
nombres que me había apuntado). Dos especies pequeñas de muy buen sabor, pero
que no recomiendo a quienes detestan luchar con la comida, llenos de espinas, otros
pescados grandes de carne muy blanca, sabrosísimos. El pulpo a la plancha delicioso,
igual que el tiburón. Probamos también los mejillones al vino blanco, ríquisimos. Los
camarones gigantes de muy buen sabor y la langosta era tan grande que no la
probamos, pues la especie que nos ofrecían pesaba 5 kilos. Nos sucedió algo curioso,
pedimos un plato de camarones, y eran, camaronas llenas de hueva, nunca, ninguno
le había tocado algo así. Asumimos que se trataría de la veda que hay en México, pero
podría tratarse de alguna otra especie de camarón(a). Por supuesto para el calor una
Tarator, ya sea bebida o en sopa (!), cervezas como la Kamenitza o la Zagorka, y otras
como la Shumensko, otro tipo de pils. El vino blanco búlgaro, muy fresco para
acompañar con los pescados. El 53% de las variedades de vinos blancos proviene de la
región del mar negro y encuentras Traminer, Gewürztraminer y Riesling, como en los
valles del Rin y del Mosel en Alemania.

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Ademas de la antigüa Mesembria o Nesebar, pudimos visitar Sozopol, antigüa
Apolonia. Para llegar a Sozopol hay que volver a Burgas y de allí unos 15 o 20 minutos
más hacia el sur. Sozopol es, también, un pueblo pesquero, cuyas callejuelas
empedradas están repletas de casitas de madera, con terrazas frescas adornadas con
higueras y uvas verdes que vuelgan de vigas colocadas entre pared y pared. Sozopol, a
diferencia de Nesebar, tiene un risco, en donde cuelgan terrazas repletas de clientes
que se sientan a tomar la copa y picar quesos y salamis, abajo de las terrazas, rompe
el mar en unas enormes rocas, donde de vez en cuando acuden las enormes gaviotas a
pescar algo, ya sea del mar o de los comensales, distraídos con el atardecer.

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Tanto en Nesebar, como en Sozopol puedes encontrar una zona hotelera bastante
desarrollada con todos los servicios de hoteles de cinco estrellas o de los ahora
recurridos all inclusive, ambas ciudades ofrecen playas cómodas con palapas
(sombrillas más bien dicho) y camastros, y ambas ciudades ofrecen vida nocturna
nada deleznable. El turismo es en su mayoría europeo, por lo que el estilo del servicio
se acomoda a sus gustos, desayunos de buffet incluídos en el costo, pocos servicios de
atención al turista comodino (bar con meseros en las alberca y playas, room service,
bell boys, etc.) sin embargo no descarto que en un futuro no muy lejano llegue la
hotelería estadounidense y española que tiene el numerito muy bien puesto . Eché de
menos un cocktelito en la arena, una piña colada a la orilla de la alberca y un plato de
zanahorias o pepinos frescos para picar, mientras bajo el sol tracio leía mi novela
Apostoloff, de Sibylle Lewitscharoff, la única que encontré sobre Bulgaria y que por
cierto, ni terminé por mala.

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Frente a las costas de la península de Nesebar se
asoman ya grandes edificios de hoteles y departamentos en los dos desarrollos
turísticos más cercanos: Sunny Beach (Slantschew brjag) y St. Vlas, el primero un
“moderno” centro turístico con hotelotes all inclusive como para que no salgas, el
segundo un desarrollo residencial con vista directa a la ciudad antigüa de Nesebar, en
donde había privadas y condominios muy bonitos. Definitivamente, lector, si vas a las
costas de Bulgaria, evita Sunny Beach, pues el encanto está en la historia oculta entre
las ruinas de las antigüas ciudades fundadas siglos antes de Cristo.

Crónicas Búlgaras 6/6

Crónicas Búlgaras
Parte 6/6
Por: Geraldina González de la Vega

Se acabaron las vacaciones. Pasa, es inevitable. Ayer leía un post de un blog que
reclamaba a quienes regresaban de las vacaciones la leyenda “de vuelta a la realidad”,
la chica del arenero dice: “Como si estar de turista en algún paraíso remoto, en

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compañía de seres queridos, ingiriendo alguna bebida exótica no fuera la realidad...
Como si leer libros fantásticos o ver películas clásicas, una tras otra, para después
discutirlas y recrearlas con los mejores amigos interminablemente sin una sola
preocupación no fuera la realidad...” Efectivamente, nada más real que ese despertar
en el cuarto de hotel del último día de vacaciones, preparado para absorver al
máximo y, como dice mi papá, llenarte los ojos de ello. Nos levantamos y entre sorbos
rápidos de café empacamos las últimas cosas, salíamos rumbo a Sofia para dormir
allá la última noche y volar al otro día hacia Düsseldorf, el aeropuerto más cercano a
mi querida aldea Aachen. Porque claro, para unos despistados, parecidos a los que
preguntaron que a qué voy a Bulgaria, Düsseldorf y Aachen son casi granjas vacunas.
Pero esa es otra historia.
Salimos pues con rumbo definido, manejaríamos directo hasta Plovidiv, con las
paradas momentáneas para estirar las piernas y demás necesidades básicas, para
llegar allá a comer y dar una vuelta. Llegamos a perfecta hora a la ciudad, entrando
percibimos todos un olor a diesel terríble, primero pensamos que provenía del escape
del cochecito de enfrente, un Lara viejito, de origen soviético. Pero después nos dimos
cuenta que no era él, era la ciudad en general, claro es que después de la pureza del
aire de mar, no hay nada más terríble que llegar al tráfico de una ciudad, Plovdiv es la
segunda ciudad más grande de Bulgaria. Atinadamente Thomas comentó, bueno, así
huele la Ciudad de México también. Cierto.

Entramos y lo primero que vimos fué el puente que divide a Haemos (la cordillera de
los Balcanes) y Rodópe y que pasa por encima del río Marica (Evro). Seguido
pasamos por un puente, dos veces, la primera no lo distinguimos, pero la segunda sí,
se trataba de algunas columnas de un teatro romano.

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Plovdiv había sido fundada por nada menos que Philipo de Macedonia, el papá de
Alejandro Magno y la llamó Philipópolis. Siglos más tarde Plovdiv fué escenario del
renacimiento búlgaro, por ello parte del atractivo se encuentra en las casas del siglo
XIX que aún se conservan y desde las cuales se planeaba, o soñaba, la liberación de
Bulgaria de manos de los Otomanos. En su mayoría estas casas fueron habitadas por
los burgueses de la Ciudad y recorrer las calles Canko Lavrenov o Saborna dan una
muy buena idea de su belleza. El ayuntamiento de la Ciudad ha tenido que declararlas
patrimonio cultural para protegerlas, pues su mantenimiento es caro y estaban casi
destinadas a la ruina. La avda. Alexander Batenberg (el primer rey de la Bulgaria
liberada) es peatonal y está flanqueada por casas antiguas muy bien conservadas.

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Al final de la Avda. peatonal de Batenberg se conserva otro horroroso monumento a
la "arquitectura" comunista, el Palacio de Correos, alado del cual se encuentra la
oficina de información de la ciudad. Entré y no acababa de disfrutar el aire
acondicionado que allí tenían cuando una chica inmediatamente me abordó, "can I
help you?" y le pregunté, totalmente despistada, dónde había un buzón, pues llevaba
una semana con mis postales de Nesebar en la bolsa sin encontrar uno (otro parecido
entre México y Bulgaria, la imposibilidad de comprar timbres postales y enviar
correo). Ella se rió y me indicó que el enorme edificio ese, era el correo. Para seguir

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disfrutando del aire acondicionado, mientras mi familia afuera se calcinaba, le
pregunté cuál era el camino hacia el teatro romano. Amabilísima y nerviosa me
explicó todo, me regaló un mapa y al final me preguntó de qué país venía "from
México? wow! that´s far far away!". Salí y me encontré que a un lado del edificio
había un poste con letreros sobre direcciones, eran tantas que me acerqué, se trataba
de ciudades y la distancia entre Plovdiv y ellas. No sé cuál fué el criterio para elegir
cada una, asumo que son ciudades hermanas de Plovdiv:

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Después si se sube por Saborna, se llega a la Iglesia de la Santa Virgen y de allí hacia
arriba se pueden ver varias de las casas antigüas, todas de madera, suspendidas con
refuerzos del mismo material, pintadas de colores. Una casa que se nos escondió y
que siento mucho no haber podido ver es la Kujumdzioglu, que me han contado
después, es de las más bellas, por los adornos de su fachada.

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Subiendo por una calle empedrada difícil y empinada se llega al teatro romano,
imponente. Se celebraba un concurso de algo entre varios países de la región,
pudimos distinguir apenas las banderas de Rusia y Georgia, así como de la Unión
Europea y por supuesto, la búlgara. Por ello, suponemos, estaba cerrada la reja de
entrada, pero no impidió que nos asomaramos a disfrutar de esa construcción que
data del siglo II d.C. Tras del escenario se podía apreciar la ciudad de Plovdiv y
detrás, guardianas, las montañas Rodópe, quienes junto con las de Rila y la cordillera
balcánica sostienen la tierra búlgara.

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Bajamos rumbo al auto, en una placita donde se encuentra la Mezquita Dzhumaya, la
más grande y antigüa de Bulgaria. Allí comimos ligero, claro, Shopska salat,
champignones rellenos de sirene, berenjenas fritas con salsa de yogurt y eneldo y un
par de Kyufte, que son como tortitas de carne molida con cebolla. Ya satisfechos y
después de un buen café, emprendimos nuestro rumbo hacia la capital, pues todavía
nos hacía falta comprar algunas piezas de cerámica de barro pintada, muy típica del
país. Se hacen desde pequeñas ollas (donde se cocina el Gyuveche por ejemplo) hasta
platos, tazas, bols, campanitas, etc. En los pasadizos entre la plaza del Palacio
Presidencial y el edificio del Partido se vende todo tipo de souvenirs, los más bellos,
para mi gusto, son la cerámica y los bordados. Los bordados búlgaros son en su forma
y sus diseños verdaderamente muy parecidos a los mexicanos, los trajes típicos son
de lana, y aunque usan falda sobre falda y abrigo sobre abrigo, las figuras que se
bordan son muy parecidas, flores, grecas, aves. Los manteles de bolillo, los deshilados
y otros bordados tanto para manteles y carpetitas, así como para la ropa, llegan a
precios impagables, pero que se ve que tienen un trabajo de días, y que bien lo valen.
Otra pieza artesanal que se consigue en Bulgaria son los íconos, pintados en madera y
algunos con realzado de láminas de metal. Se encuentran de todos los tipos y
calidades. En Nesebar encontramos un negocio-museo donde una mujer exhibía su
trabajo, verdaderamente hermoso, así mismo se encuentran a la venta en las iglesias
y mercadillos. El patrón de Bulgaria es Sveti Georg o San Jorge, (ajá, el mismo San
Jordi de Barcelona o Sankt Georg de Eisenach)

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Es verdaderamente impresionante la
infinidad de maravillas que se encuentran en Bulgaria. La sorpresa que nos llevamos
todos con este viaje, se deja leer en esta crónica, Bulgaria es un país hermoso, con una
gran diversidad de atractivos, hospitalario, con gente buena, ciudades y centros
turísticos a los que nada le falta. Leía antes de mi viaje a Gerald Knaus, un viajero que
escribió una monografía sobre el país en 1997, en su prólogo advertía que Bulgaria
era una tierra aislada, desafortunadamente en 2009, lo sigue siendo. Me alegró leer
en el Sofia Echo, un diario en inglés, que su nuevo primer ministro, Boyko Borisov ha
asumido el cargo con vistas de colocar a Bulgaria en el mapa, limpiándola de la
corrupción y fomentando el turismo.

Por lo pronto, los invito a descubrirla, no se van a arrepentir.

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Territorio búlgaro, su Costa*

El mar Negro tiene una superficie de 436.400 km² y ya les platiqué que Bulgaria
tiene 354 km de Costa en este mar. Los países que bordean el mar Negro son:
Turquía, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Rusia, Georgia. Y las ciudades ribereñas más
importantes son: Estambul, Constanza, Burgas, Varna, Yalta, Odesa, Sebastopol,
Kerch, Novorossiysk, Sochi, Sujumi, Batumi, Trabzon (antes Trebisonda), Samsun y
Zonguldak.

Se imaginan cuánta historia se hizo aquí? Cuándo metí mis piecitos al mar negro,
pensé puf! aquí navegaron tracios, griegos, romanos, hititas, simerios, godos, hunos,
búlgaros, eslavos, también de los cruzados, los tátaros, otomanos y rusos, después
con las locuras recientes, el mar negro ha sido escenario de las batallas navales de las
dos guerras mundiales y estacionamiento de muchas navales occidentales. Quiénes,
qué personajes de la historia habrán mojado aquí sus pies?

El Mar Negro recibe agua salada a través del Bósforo, que inyectan 200 km³ de agua
salada al año. Del río Danubio (junto con otros) recibe más de 320 km³ anuales de
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agua dulce. El Danubio es la frontera con Rumania y la entrada acuática al continente
europeo, gracias a él a sus grandes puertos de Burgas y Varna, Bulgaria, desde la
antigüedad ha sido la puerta a Europa por mar desde oriente. Ello, ha obligado a sus
habitantes a ser, como cualquier puerto, mucho más abiertos. Debido a que el mar
negro es un mar interior tiene mayor predisposición a la contaminación, que todas
nuestras aguas sufren. Por ello, resulta mucho más difícil drenarse y gracias a las
iniciativas de las últimas décadas el mar negro está siendo rescatado. Este mar está
relacionado a través de varios estrechos con el océano Atlántico: vía mar
Mediterráneo y mar Egeo. El estrecho del Bósforo lo conecta al mar de Mármara y el
estrecho de los Dardanelos al mar Egeo (Mediterráneo); además, otro estrecho, el de
Kerch, lo une al mar de Azov.

Guau! Más historia!

Bulgaria tiene a lo largo de su costa un gran número de centros vacacionales, que son
visitados principalmente por turistas alemanes, británicos y escandinavos: Burgas,
Vama, Veche, Rusalka, Balchik, Ahtopol, Albena, Arena del Oro (Golden sands), St.
Konstantin, Kamchia, Kiten, Emona, St Vlas, Costa del Sol (Sunny Beach),
Constantine y Helena, Byala, Nesebar, Pomorie, Chernomorets, Obzor, Lozenetz,
Kamcha, Sozopol, Diuni, Kavarna, Primorsko, Tsarevo, Trinaso.

En el post anterior, expliqué cómo las cordilleras de los balcanes y las montañas del
Ródope descienden hacia el oriente en la planicie Tracia, que pasa por Stara Zagora,
Sliven y Burgas, hasta llegar a la costa.

Burgas es un importante puerto marítimo y es la segunda ciudad en tamaño en la


costa búlgara del Mar Negro (después de Varna). Es también la cuarta en población
en el país, después de Sofia, Plovdiv y Varna. Es la capital de la provincia de Burgas y
un centro turístico e industrial. Durante la era comunista, fué uno de los centros de
descanso de las élites del partido, y hoy todavía puede verse la enorme influencia de
los ¿arquitectos? comunistas. Burgas es la sucesora de la ciudad griega de Pirgos,
fundada por colonos de Apolonia (hoy Sozopol) como un puesto militar y de
observación contra Mesembria (hoy Nesebar), el otro establecimiento importante en
la región. Todavía se pueden ver aquellos multifamiliares, que algún despistado
decidió "decorar" con balcones de metal (oxidados ahora por la humedad). Aquí
algunas fotos que tomé durante nuestro paso en auto, rumbo a Nesebar:

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Después de pasar por Burgas, la carretera nos desvió hacia el norte, siguiendo la línea
costera, para llegar a Nesebar (antigüa Mesembria) fundada primero por los Tracios y
después por los Griegos. Originalmente llamada Menebria por los Tracios, Nesebar
surgió durante el segundo milenio a.C. se convirtió en una colonia griega fundada por
los dorios de Megara, que denominaron Mesembria, y pronto llegó a ser un
importante centro comercial que recibía mercancías de los mares Egeo y
Mediterráneo y que acuñó su propia moneda desde el siglo V a.C., lo que supuso
hacerle competencia a otra ciudad griega en esta parte de la costa del mar Negro: la
colonia jonia Apolonia (actual Sozopol). Primero entramos por una parte que nos
recordó a Caleta en Acapulco, y la parte vieja de ese puerto, pues estaba llena de
hotelitos y casas viejas, puestos de trajes de baño y "flotis" y restoranes descuidados,
después entramos a una parte más moderna, con hoteles grandes y nuevos, y
llegamos a la costa, enfrente se puede ver la península con la ciudad antigüa de
Nesebar. Aparece de frente una rotonda con el escudo de la ciudad, atrás el puente
que nos lleva a ella y que muestra por un lado un muelle pesquero y varias casitas de
madera, en la parte baja de ellas, terracitas con restoranes y en el fondo un enorme
estacionamiento, pues la ciudad amurallada es peatonal; y por el otro, un muelle para
yates y veleros, rodeados de restoranes y puestitos de souvenirs.
La ciudad me recordó bastante lo que he visto en fotos y películas de las ciudades
mediterráneas, nunca he estado en una, pero puedo imaginarme que son bastante
parecidas. Las callejuelas empedradas, casitas de madera, y muchas muchas ruinas
de iglesias y otras construcciones antigüas. Eso sí, las construcciones eran todas de
madera y piedra y no como las griegas. La vegetación en su mayoría compuesta por
higueras y vid que colgaban de las paredes de todas las casas, un clima caliente y

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húmedo (llegamos a los 35 o más!) y un ambiente más latino que eslavo, los búlgaros
de la costa, parecen más griegos.

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La ciudad antigüa de Nesebar se encuentra en una península y en 1983, la Unesco la
incluyó en su lista de ciudades Patrimonio de la Humanidad. La península está unida
al continente por un puente, donde se encuentra situada del lado derecho una
escultura que representa a una mujer (como un hada) y un barco (supongo que será
alguna protectora de los marinos y pescadores), y del lado izquierdo, se ve el molino
antigüo. Caminando desde el continente hacia la península, por el puente, te
encuentras de frente con el muro y la entrada a la fortaleza que muy seguramente
rodeaba a la ciudad. Nesebar es una ciudad de pescadores.

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Este hombre toca la gaita búlgara, instrumento
tradicional, que recuerda un poco a la música escocesa pero con un toque mucho,
pero mucho más latino. Este individuo tocó durante las 5 noches que estuvimos en
Nesebar, no descansaba ni un sólo minuto. Impresionante. Pero gracias a él, la
entrada a la ciudad se convertía en un espectáculo visual y auditivo...

Nesebar constituye una de las ciudades con mayor número de iglesias per cápita del
mundo, que además representan algunos de los mejores ejemplos de arte tanto
búlgaro como bizantino. Aquí algunas de mis fotos:

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En la ciudad antigüa hay algunos hoteles pequeños. Casi todos los hoteles de
Nesebar, los encuentras en la ciudad nueva, osea, en el continente. Nosotros nos
quedamos en un hostalito que se encontraba en la ciudad vieja, el St. Nikola, el cual
recomiendo totalmente, primero por el lugar, único! una vista linda, y situado alado
de las terrazas y a espaldas de la ciudad; y segundo por la atención y el precio.
(www.hotel-st-nikola.com) Los cuartos son bastante amplios y casi todos tienen un
balcón con vista al mar. Lo malo es que no tiene ni alberca ni playa cercana, por lo
que hay que caminar bastante para ir a una. Pero en la ciudad nueva puedes
encontrar hotelazos modernos, con servicios completos, albercas, bares, restoranes.

La playa maravillosa! La renta de palapa y sillas no es muy cara y dura todo el día, eso
sí, hay que ir a las tienditas a comprar tus bebidas, y comida, sólo en los restoranes.
Allí sí extrañé los cocktelitos mexicanos y eso de que te puedan llevar hasta "tu toalla"
una cubita... Otro detallito, los camastros no tienen colchón, por lo que asolearse la
espalda se vuelve una tarea dolorosa, opté por camarena.

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Esa casita de madera, es nuestro hotel,
St. Nikola y la de abajo es la vista desde nuestra terraza...

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Ahora que si prefieres all inclusive y resorts con toboganes y montones de gente,
discos y bares, puedes ir mejor a Sunny Beach (Slantschew brjag) que ahora cumplía
50 años y sinceramente no me gustó, en ese sentido prefiero cualquier playa
mexicana. Dimos un paseo por allí y no ví nada que me llamara la atención, y bueno
sinceramente viajando desde acá o desde México, lo único que no quiero es meterme
a un mega hotel que me ofrece todo. Prefiero salir a caminar y conocer ciudades,
gente y probar comidas nuevas. Conocer la ciudad y no sólo tirarme a nublar mis
sesos.

Si vas, definitivamente tienes que quedarte en Nesebar y no en Sunny Beach o en St.


Vlas.

También está el desarrollo de St. Vlas en donde encuentras principalmente


residencias privadas, privadas y edificios. Se dice que muchísimos británicos vienen a
retirarse ahí, y es que claro, si 1 lev equivale a 3 libras! Hay algunos conjuntos muy
bonitos.

St. Vlas queda exactamente enfrente de la ciudad vieja de Nesebar, al norte.

St. Vlas:

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Vistas de Nesebar desde Sunny Beach:

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Algunas impresiones de Nesebar:

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La otra ciudad costera que pudimos visitar en la costa fué Sozopol (antes Apolonia).
Queda a una hora en coche de Nesebar, hacia el sur, después de muchísimo tráfico
provocado por nosotros, los turistas, logramos salir de Nesebar. La carretera costera
nos regresó a Burgas y de ahí unos minutos más tarde a Sozopol. Pasando Burgas, en
las orillas de la carretera podías ver muchos autos estacionados, sus conductores
estaban entre los carrizos pescando....Pasando unos minutos, y una bajada
encontramos una ciudad pesquera, bellísima:

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Ocupada sucesivamente por bizantinos, búlgaros y otomanos, Sozopol fue destinada a
Bulgaria en el siglo XIX. Sozopol es una de las más antiguas ciudades de la costa
tracia del mar Negro de Bulgaria. El primer asentamiento está datado en la Edad del
Bronce. Las exploraciones submarinas de la región del puerto revelan vestigios de
viviendas, cerámica , huesos y herramientas del I milenio adC. La ciudad, primero
llamada Antheia, fue fundada en Tracia, a orillas del Ponto Euxino, en un islote, por
Anaximandro (nacido en el 610-609 a. C.) , a la cabeza de los colonizadores milesios.
El nombre fue pronto cambiado por Apolonia, a causa de un templo dedicado a Apolo
, que contenía una famosa y colosal estatua del dios de 9 m de alto, realizada por
Calamis, trasladada a Roma por Lúculo y emplazada en el Capitolio. En varias épocas,
Apollonia fue conocida como Apollonia Póntica (Apollonia del mar Negro, el antiguo
Ponto Euxino) y como Apolonia Magna (Gran Apolonia).

Cuando llegamos a Sozopol y estaba nublado, ese día habíamos amanecido con una
tormenta bastante regular, en la madrugada llegué a pensar en esconderme en el
clóset por si aquello se ponía más fuerte, se notó que no somos costeños, pues no era
para tanto. El viento bufaba en mi ventana, y azotó la puerta, eso no me gusta. Fué
bueno que no hiciera mucho calor para así más agusto poder recorrer la ciudad y no
perder un día de sol (que buena falta nos hacía a todos). Comimos primero para
cargar pilas. Pedí unos camarones y me llevé un susto cuando descubrí que, todas las
que estaban en mi plato, eran camaronas y embarazadas! ajá, estaban llenas de hueva

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(no de güeva). Aún así, todo muy rico. Después caminamos hacia el mar, llegamos a
unos arrecifes que Nesebar no tiene. Allí nos sentamos a tomar una cerveza, me sentí
como en alguna película de director italiano, el mar golpeando las rocas abajo de mis
pies, hacia adelante veía yo las playas llenas de gente, hacia atrás el caminito por los
arrecifes, hacia arriba la calle y las casitas colocadas verticalmente:

Después seguimos curioseando entre las callejuelas, encontramos un fuerte y un


museo etnográfico, unas casas de sueño (ah! como me encantaría vivir en esas, con la
vista al mar, el patio de piedras cubierto por una vid y dos higueras, un pocito de agua
en el que se vierte la que cae de algún manantial cercano...puertas de madera, una
mesa para las sobremesas con un mantel de algodón blanco, pan y vino, y la gente
que quiero...en el fondo un jazz)

Aquí otras impresiones:

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La riviera búlgara no le pide nada a nadie.

Ciudades llenas de historia nos ofrecen playas hermosas, con un mar templado,
delicioso para nadar en un día de calor (sin la aburrición del mar del Golfo de México
tan bajito y sin el peligro del mar del pacífico que se vuelve tan profundo cerquita de
la playa) Su oleaje rico, nada que asuste pero tampoco era un plato de sopa. Su color,
verde oscuro en la costa, azul fuerte a lo lejos, parches azules se veían cerca de las
piedras que cercaban el puente y la península. Gaviotas enormes gritaban desde
temprano, mi papá siempre me ha hecho notar que en México las gaviotas son
mudas...

Por las tardes la selección de restaurantes es enorme, desde los informales como el
Dionisio, donde se comen unos pescados frescos; hasta algunos más chic, como el
griego Kumbare donde comimos un delicioso pulpo a la plancha y un pescado
espectacular. Vale la pena quedarse con antojo de postre para después caminar por la
ciudad vieja y comer un delicioso helado (á la italiana), viendo los mil y un puestitos
de souvenirs que hay y quizá, sentándose de nuevo en alguna terraza a tomar una
cerveza bien fría o un airán (sobre la comida postearé después).

Desgraciadamente la ciudad ha permitido que todas, pero todas las casas de la ciudad
antigüa tengan puestitos de t-shirts, souvenirs, ropa, lentes, joyería, cerámica, dulces

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y todo lo que se te pueda ocurrir. Digo desgraciadamente porque para mi gusto son
demasiados y velan la belleza de Nesebar. Además de que aturden los vendedores. Al
final del viaje nuestro chiste era: quieres algo? Te cuesta 10 Leva! Pues para los
turistas, todo, costaba 10 leva...(claro que como todo chiste, esto es una exageración,
conseguí unos collares de caracolitos por 1 lev)

La comida y el servicio de primera, llamativo fué la fama de Hugo Sánchez y de los


Pumas en Nesebar! Además de que se sabía muy bien que los Pumas de la UNAM son
mejores que las Águilas del América, mi mamá, águila de corazón tuvo una discusión,
que acabó con un movimiento de la mano diciendo que las águilas eran bastante
regulares. Bueno, en un restorán el mesero declaró ser fan del Pachuca! Y nosotros
quedamos boquiabiertos. La gente habla poco inglés, pero está siempre dispuesta a
intentar entenderte y darse a entender, siempre con una sonrisa. A la hotelería y
servicios todavía les falta experiencia y concluímos que podríamos mandar a unos
brodis acapulqueños a darles unas clases a los compañeros nesebarinos. Las
semejanzas entre México y Bulgaria son más de las que cualquiera pudiera pensar.
Quién se apunta?

*La Información es de Wikipedia y del libro Bulgarien de Gerald Knaus. Las fotos y
las experiencias, son mías!

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Territorio búlgaro, sus Montañas*

La geografía política de Bulgaria (Área total actual: 110.910 km²) se ha modificado


notablemente desde la restauración del estado en 1878. Rusia presionó para que se
creara una "Gran Bulgaria" que hubiera incluido gran parte de Macedonia. Gracias a
los rusos, los búlgaros lograron expulsar a los turcos de su territorio, quienes
dominaron cerca de 5 siglos su territorio (exacto, como México con España). En 1878
en el Congreso de Berlín, las demás potencias le dieron un territorio mucho más
reducido, dividido hasta 1885 entre los principados de Bulgaria Rumelia Oriental.
Fue reino independiente desde 1908 hasta 1946 y después república. Bulgaria quiso
expandir su territorio durante las guerras balcánicas de 1912-13 y durante las dos
guerras mundiales. La derrota militar la hizo perder territorio en 1913 y 1919, aunque
en 1940 recuperó el sur de Dobruja, lo que fue confirmado en el Tratado de París de
1947.

Hoy Bulgaria tiene frontera con los siguientes países: Grecia 494 km, The República
de Macedonia 148 km, Rumania 608 km, Serbia 318 km, Turquía 240 km.

Su terreno es principalmente montañoso, con tierras bajas al norte y sureste. El


relieve búlgaro es variado. En su pequeño territorio encontramos planicies, tierras
bajas, montañas y cordilleras, muchos valles y cuevas profundas (ahora comprendo el
porqué de la afición a la espeleología de mi cuñada!). El punto más bajo es en el Mar
Negro y el punto más elevado es el Musala con 2.925 m. La carácteristica principal de
la topografía de Bulgaria es la alternancia de bandas de terreno montañoso que se
extienden del este al oeste del país. De norte a sur esas bandas son la Planicie del
Danubio (frontera con Rumania), la cordillera de los balcanes (conocida como Stara
Planina o montaña vieja), la región transicional y el macizo del Rilo-Ródope. Las
secciones más orientales cercanas al Mar Negro son montañosas y gradualmente van
ganando altura al internarse en el continente.

Desde Sofia puede apreciarse el macizo de Vitosha, en cuyas faldas se encuentran


algunos barrios de la ciudad: Simeónovo, Dragalevtsi, Boyana y Knyájevo donde hay
manantial mineral. Vitosha es la montaña más visitada de Bulgaria y junto con otras
de la Stara Planina rodean la capital, sentada en un valle. Ajá, como la Ciudad de
México:

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A nuestro regreso de la playa vimos Sofia, asomándose entre los balcanes, a mi me
recordó algo a la Ciudad de México. A ti?

Estas son vistas aéreas de Sofia (y alrededores), cuando dejábamos la Ciudad:

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Estas son vistas de la Stara Planina y el Vitosha desde la Ciudad:

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Además de su parecido en ubicación (Valle y Vitosha) existe una leyenda que cuenta
cómo se formaron las cordilleras de los Balcanes y los Ródope:

"La columna vertebral de Bulgaria, la cordillera de los Balcanes, era llamada por los
griegos Haemos. Haemos fué un jóven que provocó los celos de Zeus por su amor
hacia la hermosa Ródope. Zeus convirtió a la jóven pareja en piedra y para dividir la
cordillera Haemos y las montañas Rodópe colocó un río, el Marica y una Planicie, la
Tracia." Cualquier parecido con nuestra leyenda del Popo y la Mujer Dormida, es
mera coincidencia.

El río Marica(Maritsa o Evros) que se origina en las montañas de Rila y corre al


sureste entre los amantes, pasando por Plovdiv y Parvomay hasta Edirne en Turquía.
La Planicie Tracia, localizada en el sur de Bulgaria, entre las montañas de Sredna
Gora al norte y al oeste; las montañas del Ródope, Sakar y Strandzha al sur; y al este,
el mar Negro. La Planicie es parte de Tracia del Norte, las ciudades más importantes
de la Planicie son: Plovdiv, Burgas, Stara Zagora, Pazardzhik, Asenovgrad, Haskovo,
Yambol y Sliven.

Estas tres imágenes son de Plovdiv, enmedio el río Marica, a ambos lados en el
puente, Haemos y Ródope:

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Aquí trás los restos de un teatro romano en Plovdiv, vemos al Ródope:

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Pegado al Ródope, está el macizo de Rila, que alberga, entre otras maravillas, al
Monasterio de Rila, camino a este santuario está el paraíso vacacional de las cigüeñas
(ya saben, si quieren escribirles, la dirección es Rila y no París, allá no más recogen a
los chamaquitos):

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Aquí las montañas de Rila:

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La Planicie Tracia en nuestro camino hacia el mar, pasando por Stara Zagora, Sliven y
Burgas:

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Aquí vemos la ciudad de Sliven.

Desafortunadamente no nos tocó ver el famoso valle de las Rosas, pues se encuentra
en el otro camino hacia la costa, el que pasa por la Stara Planina. El valle se encuentra
entre la cordillera de los balcanes y el este de la parte baja de la cadena de Sredna
Gora. Consiste de dos valles al oeste el Stryama y al este el Tundzha. El valle es
famoso por su industria de cultivo de rosas, que tiene siglos. Bulgaria produce cerca
del 85% del aceite de rosa mundial y sus extractos son utilizados para perfumeria en
todas partes del mundo (ajá otra contribución a París!)El centro del aceite de rosas es
la ciudad de Kazanlak. Lo único que pude ver fueron unos rosales sembrados en
Sofia, pero con la rosa tradicional y evidentemente, los anaqueles llenos de productos
hechos con aceite de rosa:

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En todo el recorrido, entre Sofia y la Costa (por el camino bajo, no por la
montaña)vimos campos de Girasoles, lástima que nos tocó la época previa a la
cosecha, pues la gran mayoría estaban mirando hacia el suelo y no, como deben,
hacia el sol. Aún así tuvimos suerte y encontramos algunos. También pudimos ver los
árboles de durazno y melocotón y los viñedos. Bulgaria cuenta con 5 zonas vinícolas
que datan desde la era de los Tracios! La planicie del Danubio (norte); El mar del
Norte(este); el valle de las Rosas (sub-Balcánica); la planicie Tracia (sur) y el valle del
río Struma (suroeste):

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Algunos viñedos que vimos en el
camino hacia la Costa.

En todo el camino encontramos puestos


de unos jugosos duraznos y melocotones. También de Melones y Sandías!

Esta ciudad es Stara Zagora

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Campos de Girasoles en la Planicie
Tracia

Y derrepente,
el Mar:

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Bulgaria tiene 354 km de costa en el Mar Negro.
Sobre esto la próxima vez.

*La Información viene de Wikipedia y del libro Bulgarien de Gerald Knaus. Las
fotografías y experiencias, son mías.

Bulgaria, tierra de leones

Escudo registrado por un viajero árabe, siglo 14

Escudo durante la era comunista

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Escudo Actual de Bulgaria (1991) (tres leones que representan las tres regiones
históricas: Tracia, Moecia y Macedonia -que hoy es autónoma)

Los búlgaros dicen que Bulgaria es un león que vigila oriente...La cola en Vidin, el
hocico en Dobrich, una pata en Varvara, la melena en Ruse.

La Moneda, Lev (singular) Leva plural, significa en búlgaro antigüo León, aquí el
billete de 2 leva tiene también la imagen de un león. (2 leva son 1 euro)

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Vasil Ivanov Kunchev, héroe de la Independencia búlgara, es apodado "Levksi"
(leonino) Por lo que es conocido como Vasil Levski.

Ministerio de Finanzas

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Escudo Búlgaro

Algunas alcantarillas todavía conservan los mosaicos con la forma de un león

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En la Universidad

Frente a la llama al Soldado Desconocido

113
Mapas Bulgaria

Unión Europea en azul

Imperio Romano Oriental y Occidental

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Balcanes

Imperio Bizantino, Reino Búlgaro

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