You are on page 1of 156

EXPERIENCIAS DE ECONOM¸A SOCIAL

Y SOLIDARIA EN ARGENTINA Y BRASIL


Deux Marzi, María Victoria
Experiencias de economía social y solidaria en Argentina y Brasil : trabajos gana-
dores del primer concurso Ricess para investigadores jóvenes / María Victoria
Deux Marzi ; Ignacio García ; Atine Mendoça Dos Santos - 1a ed. - Buenos Aires :
Elaleph.com, 2006.
156 p. ; 21x15 cm.

ISBN 987-1070-40-3

1. Economía Social. I. García, Ignacio II. Mendoça Dos Santos, Atine III. Título
CDD 334

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares


del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total
o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la
fotocopia y el tratamiento informático.

© 2006, María Victoria Deux Marzi


© 2006, Ignacio García
© 2006, Aline Mendoça Dos Santos
© 2006, Omar Silveira Junior
© 2006, Igor Simoni Homem de Carvalho
© 2006, elaleph.com

contacto@elaleph.com
http://www.elaleph.com

Primera edición

ISBN-10: 987-1070-40-3
ISBN-13: 978-987-1070-40-4
Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en el mes de diciembre de 2006 en


Docuprint S.A., Rivadavia 701,
Buenos Aires, Argentina.
MAR¸A VICTORIA DEUX MARZI
IGNACIO GARC¸A
ALINE MENDOÇA DOS SANTOS
OMAR SILVEIRA JUNIOR
IGOR SIMONI HOMEM DE CARVALHO

EXPERIENCIAS DE ECONOM¸A SOCIAL


Y SOLIDARIA EN ARGENTINA Y BRASIL

Trabajos ganadores del Primer Concurso RILESS


para investigadores jóvenes

elaleph.com
ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE
GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
RILESS - RED DE INVESTIGADORES LATINOAMERICANOS EN
ECONOM¸A SOCIAL Y SOLIDARIA - WWW.RILESS.ORG

Quiénes somos

RILESS es un proyecto conjunto de la Maestría en Economía Social


(Instituto del Conurbano - Universidad Nacional de General Sarmiento,
de Argentina), del Grupo de Investigación sobre Economía Solidaria
(Cátedra UNESCO / UNISINOS, Río Grande do Sul, Brasil), de El Co-
legio Mexiquense, y de FLACSO-Ecuador. Asimismo, con este proyecto
colabora URBARED (ICO-UNGS / IISUNAM-México).
Tiene un Comité de Organización coordinado por José Luis Coraggio
(UNGS-Argentina) y conformado además por Luiz Inacio Germany
Gaiger (UNISINOS-Brasil), Alfonso Iracheta (Colegio Mexiquense),
Hugo Jácome (FLACSO-Ecuador) y Jean-Louis Laville (EMES-Europa). El
comité de consulta está conformado por Aníbal Quijano (Perú), Luis
Razeto (Chile) y Paul Singer (Brasil). Los responsables del sitio web son
Gonzalo Vázquez (administrador) y Carolina Barnes (asistente) (UNGS-
Argentina).

Objetivos de la RILESS

Esta red se propone contribuir a dar fundamento científico y sóli-


das bases empíricas tanto al pensamiento estratégico como a las accio-
nes referidas al desarrollo de formas de economía alternativa que vie-
nen emergiendo durante la última década y media en América Latina.
Su objetivo es desarrollar una red de investigadores latinoamericanos
que trabaje dentro de un marco plural, contribuyendo a la elaboración
de proyectos, intercambios y diversas formas de cooperación científica,

7
8

facilitando y promoviendo trabajos multidisciplinarios, con el fin de


fortalecer las iniciativas colectivas por otra economía, otra sociedad y
otra política en América Latina. Una red que se vincule con pensamien-
to propio a las redes equivalentes en Europa u otros continentes, arti-
culándose –desde su especificidad como red de investigación– con los
estados y con los actores colectivos y redes que impulsan en Latinoa-
mérica esas formas desde la sociedad.

Algunos objetivos específicos del sitio www.riless.org

* Ser instrumental para la constitución inicial y posterior consolida-


ción de la Red de Investigadores, ampliando su alcance mediante el uso
de los recursos de encuentro y diálogo virtual.

* Incentivar y facilitar el intercambio y la cooperación en el estudio


riguroso y la sistematización de las experiencias de economía social y
solidaria que se vienen registrando en América Latina y en otros conti-
nentes.

* Contribuir al desarrollo y discusión de marcos conceptuales, me-


todologías e indicadores que permitan registros comparables y evaluar
las nuevas formas y su eficacia y eficiencia socioeconómica, así como
dar mayor fundamento a la formación en todos los niveles.

* Contribuir a identificar cuestiones problemáticas de interés co-


mún que no están siendo investigadas sistemáticamente, construyendo
una agenda con prioridades, elaborando proyectos compartidos, au-
nando y generando recursos para su realización y difusión.

* Poner los conocimientos e informaciones en condiciones de ser


utilizables por las organizaciones sociales y gubernamentales promoto-
ras, los formadores y los actores directos de estas formas alternativas.

* Establecer espacios de debate, encuentro e intercambio interno y


con otras redes equivalentes así como las redes de acción social loca-
les, nacionales e internacionales.

Cómo participar en la RILESS

Hay dos formas de participar de esta Red: como usuario o como


investigador-miembro.
9

Usuario: Tiene acceso a todo el contenido del sitio web de la red, a


las publicaciones disponibles en el sitio, realiza consultas con la adminis-
tración de la red y recibe el boletín en su casilla de correo electrónico.
El único requisito es i8nscribirse, lo que se puede realizar desde la
página Boletín.

Investigador-miembro: Es aquel que posee experiencia –individualmente


o como parte de equipos institucionalizados– en la realización de traba-
jos de investigación científica, teórica y/o empírica, sobre diversos as-
pectos vinculados a la economía social y solidaria en América Latina.
Esto incluye expresamente a tesistas de posgrado que inician su carrera
de investigación en esta temática. Se espera de los que ingresen como
investigadores-miembros que participen activamente inscribiéndose en
algunos de los debates, contribuyendo a la construcción colectiva de
conceptos, al análisis de experiencias y de procesos de formación,
aportando recursos a las diversas secciones del sitio.

Concurso „Casos demostrativos de las posibilidades de desarrollo de


una economía solidaria en América Latina‰

En julio de 2005 la RILESS convocó a la presentación de trabajos


sobre el tema: „Casos demostrativos de las posibilidades de desarrollo
de una economía solidaria en América Latina‰. La elección de la temáti-
ca se fundamenta en que se reconoce el carácter incipiente de las nue-
vas propuestas de economía alternativa, así como de los procesos de
conformación de sujetos sociales capaces de impulsar la constitución de
un sistema orgánico de economía alternativa capaz de reorientar al
resto de la economía. Una debilidad en estos procesos es el insuficiente
conocimiento sobre las innumerables iniciativas que se están desarro-
llando en América Latina. Esto reclama una sistematización y difusión
basada en la elaboración rigurosa y crítica de casos.
Los trabajos presentados debieron cumplir con los siguientes re-
quisitos:

De Contenido:
- Estar referidos a procesos con al menos 5 años de haberse confi-
gurado como formas alternativas de resolución de las necesidades or-
ganizando recursos de manera solidaria, comunitaria, mediante merca-
dos regulados socialmente, etc.
10

- Tener una escala y un ámbito (local, regional o interregional) sig-


nificativos en términos de población involucrada.
- Mostrar un grado significativo de organicidad (vinculación a través
de los intercambios sistemáticos y la cooperación, formas de regulación
consciente) así como de complejidad (dimensiones estrictamente eco-
nómica, política, social, cultural; participación de actores diversos: co-
munidades, gobiernos, ONGs, movimientos sociales, etc.)
- Encarnar valores propios de la economía social y solidaria
- Registrar el proceso previo de gestación así como la evolución y
manejo de los conflictos propios de estos procesos.
- Registrar el potencial así como las dificultades que enfrentan para
sostenerse, desarrollarse, difundir sus criterios y generar otras organi-
zaciones solidarias.
- El caso elegido debe ser relevante para la propuesta de que otra
economía es posible y efectiva para encarar la exclusión masiva y la
polarización y fragmentación social.8

Formales:
- Debe ser un estudio lógica y empíricamente riguroso, bien sus-
tentado en fuentes testimoniales o documentales y con un marco con-
ceptual claro y consistente.
- Debe ser inédito y actualizado, aunque puede estar basado en es-
tudios previos de quien lo presenta.
- Se valorará especialmente los trabajos de investigadores nóveles y
los enfoques transdisciplinarios.

El Jurado del Concurso se constituyó de la siguiente manera:


- Luiz Inacio Germany Gaiger, Universidad de UNISINOS, miembro
del Comité Coordinador de la RILESS;
- José Luis Coraggio, Universidad de General Sarmiento, miembro
del Comité Coordinador de la RILESS
- Marília Veríssimo Veronese, Programa de Pósgrado en Ciências
Sociales Aplicadas de UNISINOS.
- María Adela Plasencia, ˘rea de Economía Social, Universidad de
Luján.
11

Según el dictamen del jurado resultaron ganadores del Concurso


los siguientes trabajos:

* „Horizontalidad, Autonomía, Democracia Directa y Lucha. Los cuatro


principios básicos de la acción colectiva en el Movimiento de Trabaja-
dores Desocupados de San Francisco Solano.‰
Autor: IGNACIO GARCIA (Argentina)

* „Uma análise do empreendimento frutasã (Carolina-MA, Brasil) à luz


da economia solidária.‰
Autores: IGOR SIMONI HOMEN DE CARVALHO y OMAR
SILVEIRA JUNIOR (Brasil)

El mismo Jurado en su dictamen recomendó también la publicación


de los siguientes trabajos:

„Las empresas recuperadas del Gran Rosario. Nuevas modalidades de


producción, gestión y distribución.‰
Autora: MAR¸A VICTORIA DEUX MARZI (Argentina)

„UNIVENS – Nove anos de história concretizando uma outra economia.‰


Autora: ALINE MENDONÇA DOS SANTOS (Brasil)

En este libro se publican los trabajos seleccionados, incluyendo una


presentación de los mismos por parte de Luiz Inacio Gaiger, integrante
del Comité de Organización de la RILESS y del Jurado del Concurso.
APRESENTAÇ‹O DOS TRABALHOS PREMIADOS

Luiz Inácio Germany Gaiger


Junho de 2006

Nas últimas duas décadas, observa-se em diferentes países a


disseminação gradativa de iniciativas populares voltadas à organização e
defesa de interesses a nível local e, particularmente, voltadas à criação
de alternativas econômicas fundadas na cooperação produtiva, na
autogestão e na participação. Ao lado de formas degradadas de
subsistência que hoje se generalizam, expandindo o setor informal, nas
experiências de economia social e solidária encontram guarida os
segmentos sociais marginalizados pelos sistemas convencionais de
geração e distribuição de recursos, vinculados ao mercado capitalista e
ao Estado.
Até meados dos anos 90, com exceção daquelas organizações já
empenhadas na sua promoção, essas iniciativas despertaram pouca
atenção dos segmentos intelectuais, políticos e acadêmicos. Em parte,
devido ao seu caráter por vezes circunstancial e efêmero, que além de
dificultar o seu registro e acompanhamento, diminuia suas chances de
convergirem para um movimento comum. Em parte, em razão de sua
presença polimorfa no tecido social, aparentemente alheia aos grandes
embates travados no campo popular e, por isso, de menor expressão
política na ótica de interpretação antes vigente.
Essa realidade passou por claras e importantes mudanças nos
últimos anos, em primeiro lugar devido ao indiscutível crescimento da
economia social e solidária, mas também devido à evolução dos primas
de análise e à reconfiguração da agenda política. Ao longo de sucessivas
coalizões de governo e de diferentes programas de reforma econômica,
implantados em razão do seu pretendido impacto social, as sociedades

13
14

latino-americanas seguiram demonstrando uma enorme força de


resistência a mudanças em seu padrão de desenvolvimento, marcado
pela pobreza e pela dualização social. Medidas efetivas para romper a
lógica reiterativa das desigualdades implicam adotar outro ponto de
vista e outro ponto de partida, radicalmente distintos, primordialmente
aquele de acionar o protagonismo dos pobres, como requisito para que
políticas econômicas e sociais em seu favor sejam eficazes. De um lado,
para que sejam sujeitos econômicos, capazes de reter para si a riqueza
que produzem e de incrementá-la, a partir dos seus ativos materiais,
intelectuais e relacionais e da sua capacidade de trabalho. De outro, para
que esse empreendedorismo reverta igualmente em capital social e em
recursos de poder, necessários à defesa de seus interesses, contrários a
quem interessa preservar sua posição através da perpetuação das
desigualdades.
As experiências de economia solidária sinalizam traços desse
protagonismo: de um lado, ao adotarem o princípio de fortalecer a
capacidade de ação dos empobrecidos, em linha de ruptura com a
lógica dominante de produção de bens e com a divisão entre produção
e apropriação dos frutos do trabalho; de outro lado, ao não
reprisarem, em seu âmbito interno e no seu perímetro social, condutas
alimentadoras da dualização social. A economia solidária instituiria uma
racionalidade sócio-produtiva orientada em princípios igualitaristas,
quanto à repartição da riqueza material, do poder e dos bens culturais.
Assim, as atenções se têm voltado progressivamente para a
economia social e solidária, no sentido de observar seus desdobramentos,
identificar suas potencialidades e encontrar caminhos de superação dos
obstáculos a seu crescimento e consolidação. Hoje, o tema desperta
crescente interesse, observável na diversidade de estudos, de
encontros acadêmicos ou de agentes mediadores, de processos de
avaliação, de demandas crescentes de assessoria e da realização de
debates sobre as políticas públicas voltadas a esse campo de iniciativas.
O êxito evidenciado em diversas experiências, a par da crescente
relevância do tema no cenário atual, vem alimentando um conjunto de
teses, em síntese afirmando que as práticas solidárias cumprem um
papel fundamental na formação de indivíduos e grupos com capacidade
de ação social, além de, segundo as circunstâncias, lograrem consolidar-
se e alcançar níveis de acumulação que os habilitam a um processo de
crescimento sustentável, seguindo princípios distintos, de uma outra
economia.
Ao assumir uma racionalidade própria, a economia social e solidária
conciliaria a cooperação no trabalho, a democracia na gestão e a
15

eficiência econômica, qualificando-se como alternativa de trabalho e


renda, com apreciáveis efeitos multiplicadores de vínculos. Isso
permitiria e explicaria, como já sinaliza a presença pública da economia
social e solidária, que as iniciativas populares, embora reativas em suas
origens, evoluam para uma ação propositiva, com reflexos concretos
no campo das políticas e nos embates quanto aos rumos da sociedade.
Tais iniciativas constituiriam uma ação de fronteira, geradora de
embriões de novas formas de produção e estimuladora de alternativas
de vida econômica e social.
Essas novas respostas e possibilidades são igualmente objeto de
estudo em países ao centro do sistema-mundo capitalista, nos quais se
manifestam os efeitos da revolução tecnológica e da crise do Estado de
Bem-Estar Social. Ao Norte, é notório o florescimento de um campo
multiforme de iniciativas, que assinalaria a ressurgência de uma
economia social, com traços de continuidade e de ruptura com a
tradição mutualista e cooperativista do século XIX. Na esteira da crise
do modo de regulação fordista e de superveniência de problemas e
impasses de natureza social, ambiental e étnica, a economia social e
solidária aparece como uma alternativa diante da flagrante impotência do
poder público e do setor privado capitalista. Dotada de uma ressonância
política positiva, ela implicaria algo novo em relação à inexorabilidade
do mercado e à insensibilidade da ação estatal. Favorecendo-a, há uma
renovação dos movimentos sociais, a valorização de empresas de
cunho social e ético e a multiplicação de associações humanitárias,
ecológicas e culturais.
A questão de fundo, central na maior parte dos estudos e pesquisas,
diz respeito aos espaços e chances reais, na realidade contemporânea,
para o desenvolvimento de formas de produção não-capitalistas, capazes
de sobreviverem e provocarem mudanças significativas no sistema social.
Pensar e lutar por alternativas econômicas e sociais é particularmente
urgente, tanto pelo grau de aceitação da inevitabilidade do capitalismo
como opção única, quanto pelo descrédito irreversível da alternativa
sistêmica, oferecida nos séc. XIX e XX pelas economias socialistas
centralizadas. No horizonte que se descortina, porém, não se
apresentam teorias e modelos portadores de uma nova totalidade, em
ruptura plena com as determinações atuais, mas se visualiza a
possibilidade de formas de existência individual e coletiva que escapem ao
sistema social capitalista e com ele se defrontem. Da viabilidade e da
força emancipatória desses experimentos, poderão decorrer cenários de
futuras viradas históricas.
16

Diante da reestruturação global da economia e de seus efeitos


dramáticos para amplas camadas de trabalhadores, os empreendimentos
solidários ganham em valor. Pesquisas que favoreçam um balanço
objetivo desse novo segmento são indispensáveis, em particular num
período histórico em que se reconfiguram os atores e as condições de
ação política e no qual aqueles setores efetivamente comprometidos
com mudanças necessitam avaliar seus modelos programáticos e seus
instrumentos de transformação social, para a qual sempre esperaram
contar, precisamente, com o potencial reunido pelo conjunto dos
trabalhadores, vale dizer, com a força histórica da solidariedade.
Posto nesses termos, o problema tem conduzido a reflexão
principalmente em dois sentidos, ao menos. De um lado, à análise dos
caminhos por que avança a economia e o sistema político mundial,
segundo os cânones da globalização e do neoliberalismo. No campo
propriamente da economia solidária, esse trabalho de teorização geral
tem levado a formulações quanto à radicalidade por ela representada e
à sua defesa, como expressão revigorada das utopias políticas do
movimento socialista. De outro lado, sucedem-se estudos empíricos,
objetivando captar as condições de emergência e de evolução dos
empreendimentos e demais organizações da economia solidária, em
especial no sentido de discernir os fatores em que se define a sua
viabilidade. Tais estudos, sobre realidades concretas e amadurecidas
por anos de experiência, são indispensáveis para que se ultrapasse a
discussão hipotética sobre o potencial desse novo campo de práticas e
se argumente a partir da sua efetividade.
Com seus eventos, publicações e meios de divulgação, a RILESS
tem buscado favorecer a produção, a sistematização e a circulação de
idéias entre investigadores e ativistas da economia social e solidária. No
plano conceitual, por meio da formulação e do debate em torno das
categorias apropriadas à compreensão e análise desse campo de
práticas, do que são exemplos a seção Conceitos, no sítio da RILESS e
a publicação, em português, espanhol e francês, do compêndio A outra
economia. No plano da compreensão teórica das diversas dimensões e
manifestações da economia social e solidária, com a ampla difusão de
autores e estudos, em que se destacam os colóquios internacionais
Trabalho e Sociedade Solidária, realizados na Universidade do Vale o
Rio dos Sinos (2003 e 2005) e a coleção Lecturas sobre Economía
Social, Editorial Altamira, auspiciada pela Maestría en Economía Social
da Universidad Nacional de General Sarmiento.
O Concurso de Estudos sobre Experiências de Economía Social e
Solidária tem o objetivo de incentivar a tomada em consideração e a

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
17

análise das práticas atuais dos empreendimentos solidários, pelas razões


já evocadas quanto à necessidade de verificar o efeito demonstrativo
dessas experiências e assim dar sustentação às formulações teóricas e à
conceptualização. Ao mesmo tempo, a RILESS tenciona estimular os
jovens pesquisadores dedicados a esse campo, em vista da necessária
renovação da intelectualidade acadêmica e do reforço dos seus
compromissos com o porvenir de nossas sociedades.
Ao tomar contato com os trabalhos premiados, o leitor concluirá
que estudos qualitativos são valiosos para o exame de situações
particulares, reveladoras de traços singulares dessas experiências e,
além disso, indicativas de suas vias de desenvolvimento e de seus
efeitos multiplicadores. Cada trabalho, a seu modo, introduz questões
pertinentes ao seu objeto, vindo então a sublinhar elementos
estruturantes dessas formas de organização. Serve de exemplo a
íntima relação que mantêm com as características sócio-ambientais, as
possibilidades produtivas e a cultura das populações em causa, como se
verifica no caso do empreendimento Frutasã. O enraizamento na
experiência comunitária e nas lutas sociais, bem como a necessidade de
preservar ou reconstruir os laços de confiança, base da coesão e de
atitudes altruístas, no caso da Univens e do Movimento de Trabalhadores
Desocupados de Francisco Solano aparecem como elementos vitais
para a resolução dos dilemas da cooperação e o desenvolvimento de
uma nova cultura do trabalho. A configuração de uma nova ética
econômica emerge igualmente das considerações sobre as Empresas
Recuperadas da Grande Rosário, como parte da experiência que, ao
valorizar o sujeito trabalhador, a partir do reconhecimento das suas
capacidades laborais, intelectuais e relacionais, introduz princípios
igualitaristas e preferências pelas soluções coletivas.
Um aspecto comum aos trabalhos reside no destaque conferido
aos fatores de ordem extra-econômica, relacionados a aspectos
propriamente sociais ou à cultura e aos valores. Assim, a separação entre a
esfera econômica (dita autosuficiente e auto-explicável pela lógica da
utilidade) e as demais esferas da sociedade fica descaracterizada como
princípio geral da vida coletiva, para ser apenas uma de suas possibilidades,
o que implica um reposicionamento de nossa matriz explicativa e
nossos instrumentos analíticos. Esse fato, ao lado de outras virtudes
dos trabalhos premiados, alarga nossas possibilidades de compreensão
do agir humano, no sentido de avaliar adequadamente as práticas
solidárias do presente e de vislumbrar, para o futuro, alguns dos
requerimentos das configurações da vida social de natureza pós-
capitalista.
18

Estudar de forma fundamentada e sistematizada tais experiências


impede que a economia social e solidária converta-se em uma ideologia
mistificadora, de oferecimento de alternativas inaplicáveis. Promovê-la
sem dúvida representa um passo concreto, indispensável para dar
credibilidade e gerar intensa adesão social aos propósitos de uma nova
arquitetura social. Contudo, pouco ou nada será insistentemente
reivindicado no plano dos grandes atores, das políticas e dos arranjos
institucionais responsáveis pelo desenvolvimento regional, nacional e
mundial, que não esteja realisticamente experimentado e incorporado
no plano micro, nas práticas de trabalho, de produção econômica e de
participação cidadã.
LA ACCIŁN COLECTIVA EN EL MOVIMIENTO DE TRABAJADORES
DESOCUPADOS DE SAN FRANCISCO SOLANO.

Ignacio García1

A mis padres, Alberto y Susana.

Resumen

En el presente trabajo abordaré un caso de estudio emblemático


en el contexto de los denominados „nuevos movimientos sociales‰,
surgidos durante el más álgido período de exclusión masiva de la déca-
da de los noventa en la Argentina. Es en este contexto que el MTD
Solano se desarrolló como una alternativa de acción colectiva a partir de
la puesta en juego de valores diferenciadores tales como la horizontali-
dad, la autonomía, la democracia directa y la lucha. Su evolución, en un
medio urbano caracterizado por un gran dinamismo social y complejidad
de análisis, a sido abordado mediante un marco teórico-metodológico
integrador, el cual incluye líneas de investigación en torno de la acción
colectiva. Este enfoque me ha resultado de suma utilidad para la com-
prensión de algunos de los principales obstáculos con los que se ha
enfrentado el MTD Solano en pos del desarrollo y difusión de sus prin-
cipios organizativos, pudiendo ser extensivos a acciones colectivas
semejantes

Es a partir de este primer análisis del caso, que me dispongo a interve-


nir activamente en lo que podría definirse como investigación-acción, des-

1 Licenciado y Profesor en Antropología. Universidad de Buenos Aires. e-mail:


nachologia@yahoo.com.ar

19
20

arrollando, conjuntamente con los integrantes del movimiento, un proyec-


to piloto basado en el otorgamiento de microcréditos, por medio del
cual se pretende incentivar algunos aspectos esenciales de la acción
colectivas, los cuales se vieron debilitados en los últimos años.
Cabe aclarar que, a fines de disponer de una versión impresa, el
trabajo que figura a continuación constituye una síntesis de la que resul-
tara ganadora del concurso.2

Palabras claves: Acción Colectiva, Movimientos Sociales, Gobierno


Comunitario, Teoría de Juegos.

Parte I
Los Nuevos Movimientos Sociales en la Argentina de los noventa

Surgimiento de los „Movimientos Piqueteros‰.

1. Contexto socio-económico en el cual se sitúan los nuevos movi-


mientos sociales en la Argentina.

Hacia la segunda mitad de la década del noventa surge un fenóme-


no novedoso en la historia Argentina. El de los denominados „Movi-
mientos Piqueteros". A partir de aquí, las grandes movilizaciones ya no
serán protagonizadas por trabajadores en búsqueda de mejoras labora-
les, sino mayoritariamente por desocupados, sector social que comen-
zará a incrementarse sustancialmente durante este período, el cual
coincide con la reelección en la presidencia del Dr. Carlos Menem.
Esto no significa que antes de 1995 no existieran experiencias de
manifestación semejantes, sino que antes de esta fecha los desocupados
realizaban acciones colectivas organizándose precariamente y sin em-
banderarse detrás de ningún emblema, principio o líder en particular.
En otros términos, podría decirse que hasta ese momento se trataba de
personas desempleadas realizando acciones colectivas con el fin de

2 La versión completa del presente trabajo (cuyo título es: „Horizontalidad,


Autonomía, Democracia directa y Lucha. Los cuatro principios básicos de la
acción colectiva en el Movimiento de trabajadores Desocupados de San Francisco
Solano‰) se encuentra disponible en la página web de la RILESS (www.riless.org).
También puede ser solicitada por medio del contacto del autor.
21

conseguir recursos para subsistir, pero sin un proyecto de acción co-


lectiva complejamente organizado. Recién para la segunda mitad de la
década del noventa comienzan a surgir acciones colectivas más comple-
jas y mejor organizadas, con proyectos tendientes a lograr cierto nivel
de autonomía respecto del Estado, el Mercado y sus cada vez más acu-
ciantes deficiencias. Así comienza la denominada „Historia Piquetera‰.

2. La estrategia del „Piquete‰.

La Real Academia Española define la palabra „piquete‰ como:

„Un grupo de personas que se juntan para impedir el acceso a una fábrica
u otro lugar de trabajo con el fin de protestar, impidiendo de esa manera la
continuidad de la producción.‰

Es así que renovadas formas de esta antigua estrategia de lucha so-


cial, se convertirá en la marca registrada para los movimientos en ges-
tación. La mayoría de las veces el piquete tendrá la forma de cortes de
rutas y puentes, el cercamiento de edificios públicos y empresas priva-
das, y las marchas de columnas de manifestantes, afectando las principa-
les arterias de comunicación local y nacional, perjudicando el flujo de
mercancías y personas y manifestándose visiblemente ante los ojos de
la ciudadanía. Se realizarán, en su mayor parte, con la finalidad expresa
de generar la presión necesaria para forzar al estado y al mercado a
transferir bienes y servicios hacia las comunidades barriales que organi-
zan la acción colectiva. En otras oportunidades estas acciones tendrán
como principal finalidad el apoyo solidario –y la consecuente presión
ante el Estado– a movimientos semejantes, o a individuos que estuvie-
ran padeciendo persecuciones o situaciones semejantes a las suyas.
Pero en todos los casos el piquete ha sido una clara manifestación de
poder a partir de la ocupación, tanto del espacio público como del
privado.
Más allá de los niveles de visibilidad social que han tenido estos fe-
nómenos en las distintas regiones del país, los medios de comunicación
se han encargado de generalizar a la diversidad de movimientos de
desocupados bajo un solo rótulo: el de Movimientos Piqueteros. Esta
caracterización se acentuó con la llegada de los piquetes a la Capital
Federal, fenómeno que en un comienzo gozó de cierto apoyo por parte
de la clase media, la cual encontraba en ellos la manifestación natural
del estado de descontento social generalizado. Sin embargo, a medida
que se volvía un fenómeno reiterado, afectando la vida cotidiana de la
ciudad, se produjo un desgaste natural e irreversible del piquete, al
22

mismo tiempo que se eclipsaban las particularidades de construcción de


cada movimiento bajo un solo rótulo y máscara mediática.

3. Efectos sobre el territorio.

En términos generales podríamos decir que durante la década del


90´ la Argentina estuvo gobernada por un estado deficiente en la cus-
todia del bien colectivo de la ciudadanía, dejando en manos de un mer-
cado, cada vez más omnipotente y egoísta, la suerte de todo un país. Es
así que durante el primer gobierno menemista la transferencia de los
principales activos del estado a manos privadas se efectuó de manera
abrupta, sin establecer una estructura de control estatal sobre el crecien-
te sector privado del mercado neoliberal. Esto sentó las bases para que
en la segunda mitad de la década se desencadenara una crisis generalizada
de enorme envergadura, la cual afectó las esferas económicas e ideacio-
nales de la sociedad Argentina.
Al acrecentarse el sector privado, el neoliberalismo menemista
fragmentó y redujo aquellos espacios que tenían un fuerte sentido de
pertenencia colectiva y capital social. Esto produjo, por un lado, la difu-
sión de los valores egoístas que, con especial ahínco, este modelo de
gobierno transmitía permanentemente a una sociedad confundida por la
aparente paridad cambiaria y sus nuevos hábitos de consumo.
Las consecuencias de la fragmentación social se podían ver claramente
en aquellos territorios donde se articulan las relaciones sociales, y donde,
en términos foucaultianos, se operativiza la capilaridad del poder esta-
tal: el barrio. Sobre todo aquellos barrios que habían sido industriales,
convertidos ahora en zonas excluidas del nuevo modelo económico
neoliberal. Esta nueva territorialidad alude a distintas formas de domi-
nación y subordinación, y a las peores versiones de la presencia estatal:
la represión, el clientelismo y el patronazgo. Si bien esta nueva territo-
rialidad remite al poder, también lo hace a las variadas formas de resis-
tencia material y simbólica y a las modalidades de reconstrucción del
tejido social, confirmando a la ciudad como territorio abierto a las
disputas.
Fueron estas manifestaciones de la presencia estatal las que irrum-
pieron en los territorios desbastados, para generar una estructura de
dominación fuertemente basada en la manipulación de los subsidios
asistenciales. Y en esta experiencia, fue la provincia de Buenos Aires la
que, bajo el dominio del Partido Justicialista liderado por Eduardo
Duhalde, desplegó una de las redes clientelares mas ambiciosas a los
efectos de aislar, cooptar, controlar y perpetuar a la masa creciente de
23

desocupados. Queda claro entonces, que la ejecución masiva de un plan


asistencial a nivel nacional tuvo, una ves mas, la finalidad de afianzar la
pobreza subsumiéndola en una estructura de desfragmentación social
óptimas a los fines del control político. En este escenario territorial,
será el puntero político la figura central que ejerza el poder ÂcapilarÊ de
la dominación barrial.
Sin embargo, como mencioné anteriormente, este sistema de do-
minación territorial, no impedirá que en algunos contextos se vayan
conformando comunidades barriales distintas al asistencialismo de este
tipo. En este sentido Artemio Lopez menciona que:

„La desarticulación de la estructura productiva y el marcado deterioro y


estrechamiento del mercado de trabajo nacional acontecido durante la década
de los años noventa, contribuyeron grandemente para desplazar al lugar de
trabajo –el taller, la fábrica– y asignar al barrio una centralidad creciente en la
organización y promoción de las demandas comunitarias⁄.‰. (López, Artemio:
„la representación privilegiada del municipio‰, en Revista Demos, abril de 2003,
año 1, número 1, p. 8.)

Es en el barrio, entonces, donde se identifican las disputas sobre las


relaciones sociales ha entablar entre los distintos actores. Esta disputa
puede expresarse en el enfrentamiento entre las normas de compor-
tamiento espontáneamente sumergidas en el mundo de la precariedad y
el desarraigo y las normas producidas por el Estado. Ahora bien, este
comportamiento puede remitir tanto a la violencia horizontal como a
las estrategias de subsistencia que favorecen la solidaridad y la organi-
zación popular. Es en esta última esfera donde, en determinados terri-
torios, se comenzó a gestar la necesidad de generar estrategias de
subsistencia en donde el barrio pasó a tomar nuevamente un lugar
central. El surgimiento de nuevas experiencias organizativas refleja –en
términos de los teóricos de los juegos Bowles y Gintis–, distintas for-
mas de gobiernos comunitarios (Bowles y Gintis 1999), concepto deri-
vado del de capital social, el cual hace referencia a las normas informa-
les necesarias para llevar a delante una acción colectiva, (Putnam 1993).
Para que esto ocurriera tuvieron que darse ciertas características in-
herentes a las comunidades intencionales, donde el accionar desestruc-
turador del estado –principalmente mediante el asistencialismo políti-
co– no logró controlar del todo tales iniciativas.
24

4. Un poco de historia

A mediados de la década de los 80´ el territorio correspondiente al


barrio San Martín del partido de San Francisco Solano, ubicado en el
sur del conurbano bonaerense, fue epicentro de la toma de tierras por
parte de personas sin vivienda. Estas acciones colectivas fueron coordi-
nadas a partir de la constitución de Comunidades Eclesiales de Base
(CEB), las cuales constituían la expresión práctica de la corriente cristiana
conocida como Teología de la Liberación, caracterizada por la vida co-
munitaria y la práctica de valores cristianos mas cercanos a las problemá-
ticas de los más pobres. Estas experiencias fueron respaldadas, en su
momento, por la diócesis de Quilmes encabezada por el obispo Jorge
Novak, conocido en aquel entonces como el obispo rojo. Justamente
será el mismo Novak quien, tiempo después, se opondrá fuertemente a
las actividades del incipiente MTD Solano.
Considero que estas experiencias previas sentaron las bases para el
posterior surgimiento del MTD Solano, ya que este pasado no tan leja-
no permitió la constitución de una memoria de lucha colectiva en la
zona, y, sobre todo, el fortaleciendo de los lazos de confianza con el
trabajo eclesiástico de algunos curas tercermundistas, lo cual permitió
formar una idea de la parroquia como lugar de reunión colectiva y
compromiso con el barrio. Esto se volvió más latente aún, durante la
segunda mitad de la década del noventa, caracterizada por el manejo
pueril que los partidos políticos tradicionales realizaban en la zona –el
Partido Justicialista y varios partidos de izquierda–. De esta manera, la
iglesia siempre ocupó un lugar importante en el barrio.
Es precisamente en la Parroquia Nuestra Señora de las Lágrimas, del
barrio San Martín, donde se realiza la primera asamblea del movimiento
en ciernes, surgida a partir de la iniciativa del cura a cargo de la parro-
quia, junto con un grupo de catequistas y vecinos del barrio, cuyo móvil
principal era el de buscar soluciones concretas a la falta de recursos y
vivienda producto de la desocupación, que en ese momento afectaba al
50% de la población adulta.
La necesidad de trabajo y la falta de respuesta por parte del go-
bierno hicieron que un grupo de personas se organizara para llevar a
cabo, en forma conjunta, el pedido de planes asistenciales y bolsas de
alimentos directamente al estado, desafiando los canales asistenciales
tradicionales de la zona (Caritas y el Partido Justicialista).
Es así que el domingo 8 de agosto de 1997 cerca de 20 personas,
prácticamente sin antecedentes de militancia política, realizaron la pri-
mera asamblea en el patio anexo a la capilla. El joven sacerdote Alberto
25

Spagnolo, recién llegado a la zona, poseía en aquel momento gran sensibi-


lidad social, muy cercana –formativamente incluso– a la corriente de la
teología de la liberación que por aquel entonces ya no tenía el apoyo ni la
difusión del obispado de Quilmes. Fue él quien desde el púlpito y el tra-
bajo cotidiano comenzó a transmitir la necesidad de organizarse con el
fin de conseguir recursos del estado sin caer en el asistencialismo clien-
telar. Su discurso enérgico, directo y pragmático prendió rápidamente
en varios vecinos de la zona. Muchos de los mas antiguos referentes del
movimiento comienzan a acercarse en estos primero tiempos.
El método particular del cura no consistía en dar directivas sino en
buscar el consenso y la toma de decisiones colectiva mediante la participa-
ción asamblearia. Su accionar llegó incluso a comprometer el espacio
sagrado de la parroquia para cedérselo a la gente que participaba en las
asambleas y no tenía techo donde dormir. Si bien el comportamiento
del cura fue transformándose –sobre todo en los últimos dos años– él
es, sin duda alguna, una figura central en la historia de este movimiento.
De esta manera, hasta aquí vemos tres elementos importantes en
la constitución del MTD Solano. El primero de ellos es la imperante
desocupación que afectaba a la zona; el segundo corresponde a las
experiencias de toma de tierras a partir de las cuales se creó un vínculo
de confianza persistente en torno a la parroquia del barrio. Esta base de
confianza posibilitó que se canalizara la búsqueda de soluciones sin caer
en las garras desarticuladotas del partidismo tradicional omnipresente
en el conurbano bonaerense. El tercer elemento –ligado a este último–
fue el de contar con un sacerdote carismático, cuya metodología parti-
cipativa basada en la horizontalidad posibilitaron que los demás elemen-
tos fueran aprovechados.
Fue el 8 de agosto del mismo año cuando se realizó la primera asam-
blea. Era domingo de misa, y luego de haber decidido conjuntamente
tratar de arrebatarle recursos al estado sin pasar por los punteros del
Partido Justicialista ni al asistencialismo católico, consensuaron llevar a
cabo una acción conjunta marchando hacia el municipio de Alte. Brown,
acción que resultó en su primera conquista constituida por una veinte-
na de planes asistenciales. Lejos de conformarse con su primera acción
directa, dos meses mas tarde realizarán su primer corte de ruta por
promesas incumplidas.
La respuesta del gobierno provincial, del aquel entonces goberna-
dor Eduardo Duhalde, fue la de presionar sobre el obispado para tras-
ladar al cura revoltoso y, de esta manera, desarticular a los desocupa-
dos organizados en torno a la parroquia. Sin embargo, la presión
desencadenó la toma de la parroquia por parte de los desocupados. El
26

mensaje del obispado era claro: el cura tenía que volver a enmarcarse
dentro de los preceptos de la diócesis, abandonando el activismo en los
barrios. Las consecuencias inmediatas eran que las familias sin techo
que en aquel momento vivían en la parroquia debían abandonarla de
inmediato y los desocupados organizados en el movimiento debían
desarticularse. En ese difícil momento Spagnolo decidió que solo reco-
nocería la decisión de la asamblea del movimiento, la cual decidió que
Spagnolo continuara siendo su ÂcuraÊ, así como también miembro pleno
del movimiento; y que el movimiento continuara funcionando allí,
haciendo mención a la frase „la iglesia es el pueblo‰.
Tres años después, la toma finalizó con el desalojo violento por parte
de la gendarmería nacional y la cesantía de Spagnolo como párroco. Sin
embargo, el tiempo transcurrido había cimentado ya los lazos de solidari-
dad, cohesión y altruismo de los integrantes del incipiente movimiento,
los cuales pasaron a acampar en la plaza lindera a la parroquia por otros
tres meses.
Casi inmediatamente, comienzan a acercarse otros barrios del par-
tido de Solano, llegando a ser seis los barrios que conformarían el mo-
vimiento.3 Dos años más tarde surgirán otros MTDs en partidos como
Lanús, Florencio Varela y Alte. Brown, a partir de la difusión de los
principios organizativos del movimiento, así como en su momento el
MTD Solano había copiado experiencias de organización en otros luga-
res del país y de Latinoamérica.
Podríamos decir que aquí comienza a gestarse la historia del MTD
Solano como comunidad intencional.

Parte II
Algunos conceptos para el estudio de la acción colectiva

1. Aspectos generales de la cooperación.

Defino Cooperación como: „una acción colectiva cuyo objetivo es


el beneficio mutuo de los participantes de la misma‰ (Clements and
Stephens 1995; Dugatkin 1997).4

3 Hasta fines del 2005, los barrios que integran el MTDS son: San Martín, Sarita,
Iapi, Monteverde, Santa Rosa y Berazategui.
4 Esta amplia definición no supone necesariamente altruismo, ya sea en alusión
al altruismo simple o al altruismo recíproco.

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
27

En determinadas situaciones los individuos logran mejores resultados


al coordinar y compartir sus acciones que al realizarlas individualmente.
Esto se conoce con el nombre de Acción Colectiva, definida como
„Una reunión de acción intencional orientada hacia fines comunes por
miembros de un grupo determinado de personas, es lo que se conoce
como acción colectiva‰. (Bowles 2001: 32)
De esta manera, el beneficio grupal, obtenido a partir de las coope-
raciones individuales, resulta mayor que el costo incurrido por cada
individuo participante en la actividad grupal. Este comportamiento, en
pos del beneficio del grupo y a un costo personal del que lo realiza, es
lo que se conoce como Altruismo Cooperativo.
Sin embargo, un individuo obtendría un mejor resultado si no incu-
rriese en el costo personal de cooperar con el grupo, beneficiándose, de
esta manera, del esfuerzo cooperativo de los demás individuos. Esta
posibilidad constituye el problema fundamental del problema de la
cooperación, ya que de seguirse esta lógica guiada por el auto-interés y
la maximización personal de los beneficios, la cooperación sucumbiría
siempre y no sería posible sostenerla. Este tipo de comportamiento es
denominado genéricamente con el nombre de Freerider –literalmente
„el que viaja gratis‰, y hace referencia a aquel individuo que tomando
los beneficios derivados de los contratos sociales deja que otros pa-
guen los costos. Mas adelante veremos como este comportamiento
afecta gravemente al MTD Solano.

2. Definiendo Comunidad.

Siendo la comunidad la unidad de análisis del presente trabajo, con-


sidero necesario definir apropiadamente este concepto.
Comenzaré incorporando tres atributos generales de toda comu-
nidad. De esta manera, en una comunidad encontramos que:

1. El conjunto de personas que la componen poseen ideas, valores


y creencias comunes que los identifican y diferencian como grupo.
2. Las interacciones sociales entre sus miembros son directas, mul-
ti-facéticas, y frecuentes.
3. Los miembros de la comunidad mantienen relaciones de reci-
procidad.

Dentro de esta definición general, considero un tipo más específico


de comunidad, aquella donde el problema del bien común hace que el
freerider encuentre las mejores condiciones para su emergencia y desa-
28

rrollo, resultando en fuerte prejuicio para la misma. Nos referimos a las


denominadas comunidades intencionales, definida por Trivers como:

„⁄ aquellas explícitamente construidas sobre arreglos cooperativos, don-


de el libre acceso a bienes y servicios no les es negado –en principio– a aque-
llos que no pagan el costo para obtenerlos‰ (Trivers. 1972.)

La existencia de un bien común o público, cuyo acceso no le es ne-


gado –en principio– a ningún miembro, es lo que convierte a este tipo de
comunidades en particularmente vulnerables al comportamiento del
freerider.

De esta manera, M. Tylor (1987) menciona que:

1. Se encuentran localizadas en sociedades con estado, pero inter-


namente constituidas como cuasi-anárquicas; tomando decisiones co-
lectivas sin la intervención del estado.
2. Algunas de ellas muestran distintos niveles de autosuficiencia
económica.
3. Constituyen una manera de vivir alternativa a la de la sociedad
mayor que las engloba.
4. Posen bajos niveles de división política del trabajo.

3. Bienes Privados/Bienes Públicos

En la literatura económica se suele diferenciar dos tipos de bienes:


los bienes privados y los bienes comunes o públicos (Olson, 1965). En
las comunidades intencionales, para que la cooperación sea posible es
necesaria la existencia de un bien común. La caracterización ideal de un
Bien Privado es la de ser divisible y excluyente para su consumo. Por el
contrario, un Bien Común ideal se caracteriza por ser indivisible y no-
excluyente para su consumo. La problemática de la acción colectiva
gira, entonces, en torno a este último tipo de bien.

4. El Tamaño del Grupo.

El tamaño del grupo constituye un componente crucial en el análisis


de la acción colectiva. Son varios los autores que relacionan directamente
su aumento con el aumento del egoísmo y el subsiguiente deterioro de
la cooperación.
29

En un estudio clásico sobre la acción colectiva M. Olson (La lógica de


la acción colectiva, 1980) centra su análisis en el incremento del tamaño
del grupo y sus desastrosas consecuencias para la acción colectiva.
Concibiendo a los individuos como agentes racionales, Olson con-
cluye que cuanto mas grande es el grupo –en términos de cantidad de
integrantes– menos probable es la contribución al bien común que lo
constituye. Esto es debido a que:

1. Cuanto más grande es el grupo, mas pequeño es el beneficio ne-


to para cada individuo proveniente del bien común.
2. Cuanto mas grande es el grupo, menor es la posibilidad de que
sea privilegiado o intermedio.
3. Cuanto mas grande es el grupo, mayores serán los costos de or-
ganización para proveer al bien común (incluyendo los costos de co-
municación y compartir entre los miembros del grupo y quizás los
costos de crear y mantener una organización formal).

Este razonamiento constituye una de las premisas sobre la cual se


cimienta la justificación del Estado por parte de la teoría liberal, ya que
el estado sería el único capaz de mantener la provisión de los bienes
públicos por parte de individuos caracterizados por tomar decisiones
racionales –y por lo tanto egoístas– en la vida cotidiana; esto se lograría
mediante la modificación de la estructura de incentivos, de manera tal
que se desaliente el comportamiento de los potenciales free-riders. La
forma principal que el estado tiene de alterar la estructura de incentivos
es mediante la penalización de comportamientos que van en contra de la
provisión del bien común. En términos de Weber, es el Estado quien
tiene el „monopolio de la fuerza‰, necesaria para mantener el orden
social y hacer cumplir los contratos cooperativos entre los ciudadanos.
Ante este problema, Olson esgrime una solución conocida como la
Teoría del Sub-producto (1980). En ella afirma que los bienes privados
constituyen los incentivos selectivos que harían posible el funcionamiento
de la cooperación en grandes grupos conformados por individuos ra-
cionales. Esto significa que para que el individuo racional contribuya al
bien común no bastará con la limitación en el número de integrantes
del grupo sin que será necesario, además, un incentivo material privado.
Sin embargo, a mi entender el análisis de Olson presenta una ca-
rencia fundamental, y es que su modelo resulta ser totalmente estático, y
por lo tanto poco representativo de las interacciones sociales. E así que
la variable temporal no juega ningún rol en su modelo, ya que aborda las
supuestas preferencias de los individuos a partir de una única elección
30

sobre cuanto contribuir al bien común5. La inclusión de la variable tem-


poral es crucial para el análisis de los procesos donde estrategias co-
operativas entran en juego –por ejemplo en el caso del altruismo recí-
proco, donde la promesa de beneficios futuros que superen los costos
inmediatos de la cooperación implican una posibilidad cierta para la
cooperación. Sin embargo, la elaboración de un modelo dinámico, y por
lo tanto más cercano a las interacciones reales, suele implicar grados de
complejidad de difícil manejo, pues efectivamente las preferencias socia-
les pueden cambiar a través del tiempo.
Por otra parte, los neo-evolucionistas Boyd y Richerson (1989)
evidencian a través de sus modelizaciones computacionales y sus infe-
rencias teoréticas que la amenaza del free-rider, aún en presencia de
fuertes incentivos privados, se volverá cada ves mayor hasta debilitar
totalmente al grupo, pues el individuo guiado por la lógica de la decisión
racional siempre optará por no-cooperar.
Esto se solucionaría, en parte, manteniendo el tamaño del grupo en
un número bajo. Sin embargo, Boyd y Richerson mencionan que aún
bajo condiciones de comunidad reducida, los contratos tácitos entre
los miembros seguirán siendo precarios en ausencia de dos elementos
fundamentales para mantener la cooperación como una estrategia esta-
ble a través del tiempo. Estos son: (1) los mecanismos de transmisión
cultural –capaces de internalizar los valores y normas pro-sociales–, y
(2) los mecanismos de penalización –capaces de eliminar aquellos que
violan tales normas.

5. Transmisión cultural de rasgos pro-sociales.

La transmisión cultural constituye el vehículo mediante el cual se


difunden y seleccionan los valores, normas, preferencias e ideas entre
los individuos. En este campo de estudio, la corriente que a mi enten-
der a desarrollado los modelos formales más sofisticados es la corrien-
te neo-evolutiva dentro de la antropología conocida como Teoría de
Herencia Dual (Cavalli-Sforza y Feldman 1981; Durham 1992; Boyd y
Richarson 1985; Sperber 1996). Sin embargo, estos recientes desarro-
llos nunca se han aplicado a casos tan complejos y dinámicos como el
que intento abordar, constituyendo un desafío de adaptación.

5 Esto se conoce en Teoría de Juegos como „one shoot games‰ (juegos no


iterados).
31

5.1. Mecanismos de transmisión cultural


Los mecanismos de transmisión cultural son procesadores cognitivos
de información que posibilitan a los humanos adquirir información –o
inferirla– de otros individuos, ya sea por observación, imitación o inter-
acción. Algunos investigadores piensan estos mecanismos como meca-
nismos mentales construidos mediante selección natural para la bús-
queda, selección, y adquisición de información provenientes de la los
distintos comportamientos disponibles en el mundo social. De esta
manera, las capacidades de transmisión cultural permiten a los indivi-
duos disminuir los costos de búsqueda, experimentación y procesa-
miento de información, obteniendo beneficios de la experiencia acumu-
lada en la mente de los demás individuos (Henrich, Boyd, McCabe
1999). Existen distintos modelos para categorizar los mecanismos de
Transmisión Cultural. A modo de introducción he tomado los tres
principales mencionados por Cavalli-Sforza (1981), considerando sus
aspectos más generales:

1. Transmisión Vertical: Los padres transmiten sus rasgos culturales


a sus hijos. Este mecanismo es uno de los más importantes para los
primeros años de vida de los seres humanos y constituyen rasgos que,
en muchos casos, estructuran y determinan las internalizaciones futu-
ras. Este mecanismo puede desarrollar preferencias por los comporta-
mientos que impliquen cooperación.
2. Transmisión Horizontal o Sesgada: Las personas observan las
consecuencias del comportamiento de sus pares dentro del grupo,
adoptando aquellos que consideren como más beneficiosos. Dado que la
cooperación implica un costo personal para el individuo que la lleva a cabo,
los individuos que eventualmente sean cooperadores probablemente
opten más adelante por cesar su costoso comportamiento y copiar el
comportamiento del no-cooperador. Este mecanismo, guiado por el
auto-interés, actúa en detrimento de la cooperación, disminuyendo la
frecuencia de cooperadores en el grupo.
3. Transmisión Oblicua: A través de instituciones de socializa-
ción –como escuelas, uniones vecinales, movimientos sociales, etc.–,
los individuos pueden verse inducidos a adoptar normas altruistas aún a
costo personal, lo cual promovería los comportamientos cooperativos
en el grupo.

Existe un cuarto mecanismo, considerado como uno de los más


importantes a la hora de explicar la evolución de la cooperación huma-
32

na. Es el denominado „Transmisión conformista‰, desarrollado por


Boyd y Richarson (1986) a partir de la Teoría de la Herencia Dual:

4. Transmisión conformista: en ella los individuos copian preferen-


cialmente los comportamientos más comunes en una determinada
población. Bajo este mecanismo, los individuos utilizan la frecuencia de
un comportamiento como medición indirecta de la calidad de tal com-
portamiento. Este tipo de transmisión cultural –dentro del cual se en-
cuentran otras más específicos tales como la transmisión sesgada por el
rol, o la transmisión por sesgada por la frecuencia– constituye un im-
portante mecanismo en la promoción del comportamiento cooperati-
vo, ya que permite generar y mantener homogeneidad hacia dentro del
grupo, diferenciándose a su vez de otros grupos.

6. Mecanismos de penalización:

Para los modelos basados en la Teoría de Herencia Dual, junto con


la internalización de valores y normas pro-sociales, son los mecanismos
de penalización –también denominados reciprocidad moralista– los que
hacen posible sostener la cooperación humana frente al problema del
bien común, ya que al penalizar a los individuos que violan las normas
se contribuye a incrementar la frecuencia de comportamientos altruis-
tas dentro el grupo.
El comportamiento penalizador, como toda contribución al bien
colectivo implica un costo personal para el que lo lleva a cabo pero un
beneficio para el grupo como un todo. De aquí surge el denominado
Problema del Segundo Orden (Trivers 1986). 1978), el cual se pregunta
sobre quién asumirá el costo de penalizar al freerider, ya que el compor-
tamiento mas beneficioso para el individuo es el de esperar que otros
asuma el costo de penalizar. El problema puede encontrar un principio
de solución si se opta por penalizar también a aquellos que no penalizan
a los freeriders. Sin embargo, en una acción colectiva compuesta por
individuos racionales, esto llevaría a un problema del tercer orden,
cuarto, y así sucesivamente, no alcanzando una solución definitiva al
problema.

7. Cooperación con Manipulación.

La solución más conocida al problema del segundo orden se basa en


la centralización –ya sea en un solo individuo, o en un grupo de ellos– de
la función penalizadora, obteniendo un beneficio extra por asumir tales
33

costos. Esto llevaría a entablar un contrato social del tipo Hobbsiano, el


cual es conocido en la literatura sobre ecología del comportamiento
como Manipulación (Alden-Smith 2000). La solución planteada por la
manipulación trasciende el problema del segundo orden y se generaliza
a la centralización en la toma de decisiones del grupo, generando una
organización estructurada verticalmente. En términos antropológicos
este ha sido el camino transitado por la evolución de la cooperación
humana, desde las primitivas comunidades cazadoras-recolectoras hasta
la constitución de Estados con instituciones especializadas en la regula-
ción y penalización de las normas sociales.

8. Capital Social y Gobierno Comunitario

El concepto de Capital Social refiere fundamentalmente a un ingre-


diente esencial en la cooperación: la confianza. Entendida aquí como la
predisposición a vivir mediante las normas de una determinada comuni-
dad y a penalizar a aquellos que no lo hacen, este tipo de comporta-
miento es reconocido como ingrediente esencial de los buenos gobier-
nos por pensadores clásicos que van desde Aristóteles hasta Edmund
Burke. Sin embargo, desde finales del siglo XVIII, teóricos políticos y
filósofos constitucionales han tomado la figura del Homo económicus
como él punto de partida de la vida social, colocando el acento en la
esencia egoísta del ser humano, materializada en los mercados competi-
tivos, los derechos de propiedad bien definidos, y los estados eficientes
y bien intencionados.
El termino comunidad pone en claro que comprender la confianza,
la cooperación, la generosidad y otros comportamientos enfatizados en
la literatura sobre el capital social requiere el estudio de la estructura
de las interacciones sociales, además de subrayar el hecho de que los
individuos pueden exhibir diferentes niveles y tipos de capital social
dependiendo de las interacciones sociales en las cuales se encuentren.
Los gobiernos comunitarios tienen la ventaja de que sus elementos
constitutivos –las comunidades– tienen la capacidad de resolver pro-
blemas que de otra manera aparecen como clásicas fallas de los merca-
dos y los estados. Esto es debido a que los miembros de una comunidad
–pero no los „outsiders‰– tienen información crucial sobre los compor-
tamientos de otros miembros, sus capacidades, y necesidades. De esta
manera, los miembros utilizan esa información para sostener normas
pro-sociales. Este tipo de información Âdesde dentroÊ es más frecuente-
mente utilizada de maneras multilaterales que de maneras centralizadas,
promoviendo la horizontalidad organizativa y la participación colectiva.
34

Es importante mencionar que las motivaciones individuales que so-


portan el monitoreo mutuo, el riesgo compartido, y otros aspectos
centrales del gobierno comunitario no son capturadas por las preferen-
cias auto-interesadas del homo económicus, o por el altruismo incondi-
cional hacia los miembros de la comunidad. Es por ello que es preciso
un abordaje más profundo y completo de estos comportamientos.
Por último, lejos de representar los resabios de la era premoderna,
las interacciones locales a pequeña escala que caracterizan a las comu-
nidades parecen incrementarse en número e importancia a mediada
que los problemas económicos que tengan que resolver los gobiernos
comunitarios se vuelvan más importantes.
En síntesis, son estos elementos, propios de los gobiernos comunita-
rios, los que veremos reflejados en el caso de estudio a abordar breve-
mente en el siguiente capítulo.

La acción colectiva en el MTD Solano.

1. Estructura organizacional del movimiento

El MTD Solano ha intentado construir una estructura de organiza-


ción dinámica basada en los principios de horizontalidad y democracia
directa. Es por ello que ha desarrollado distintas áreas y talleres organi-
zados a partir de tales premisas. Si bien estos tuvieron diferentes desti-
nos, se organizaron de la siguiente manera. En cada uno de ellos se
realizan reuniones con pequeños grupos de integrantes que pueden ir
rotando en sus tareas. Por cuestiones de operatividad, dentro de cada
área y taller se designa a un delegado responsable de transmitir las
decisiones del grupo a una asamblea donde concurren los demás dele-
gados de grupos de la misma área o taller, pero de otros barrios.
Por otro lado, existe una asamblea general semanal abierta a todos
los integrantes del movimiento. En ella se discuten todos los problemas
referentes al movimiento, y se toman decisiones por consenso para
todo el movimiento.
Finalmente, los plenarios son largas jornadas de trabajo donde se
ponen al día todas las cuestiones inherentes al movimiento, llevándose
a cabo distintas actividades que suelen durar todo el día, e incluso va-
rios días. Estas últimas se encuentran abiertas a otras organizaciones y
público en general.
35

A continuación enumero las distintas áreas y talleres que tuvo has-


ta el 2003 el movimiento6:

˘reas del movimiento:

• Economía: se encarga de los temas relacionados con


• Seguridad: se encarga de la seguridad durante las acciones de lucha7
• Administración: se encarga de la gestión de los planes asistenciales
• Salud: se encarga de la recepción y distribución de medicamentos
• Mercadería: se encarga de la recepción y distribución de alimentos
• Prensa: se encarga de las relaciones públicas y la comunicación del
movimiento

Los talleres del movimiento:

• Capacitación8 • Vitreaux y artesanías en hierro


• Panadería • Huerta
• Comedor • Cría de conejos
• Cuero • Cría de chanchos
• Ropa • Ponedora de gallinas
• Medicamentos • Costura y productos de lana e hilo
• Murga • Adornos y centros de mesa

2. El MTD Solano como comunidad intencional

Desde el comienzo, el MTD Solano surge intencionalmente como


un grupo, en su mayoría constituido por mujeres desocupadas (más del
90%), que deciden cooperar con el objetivo común de solucionar nece-
sidades insatisfechas tales como alimentos y vivienda.
Las interacciones sociales entre los integrantes del grupo se torna-
rán cada vez más frecuentes, directas y multifacéticas a medida que se
vayan desarrollando acciones colectivas concretas. En un principio
serán las asambleas de los domingos, luego las cada vez más numerosas
reuniones durante la semana. Estos momentos colectivos donde se
plantean los problemas comunes y se deciden las estrategias para solu-

6Algunas de estas áreas y talleres solo existen en unos pocos barrios.


7Esta área dejó de funcionar al abandonar la estrategia de los piquetes.
8 Este taller se disolvió en el 2003 por considerar que no era la mejor manera
de transmitir los „principios‰ del movimiento, pasando a acentuar la práctica
cotidiana en los denominados „talleres productivos‰.
36

cionarlos constituyen el espacio y el tiempo en el cual se complejizan


las interacciones y se establecen los valores y las normas que guiarán su
accionar. Es aquí donde ya estamos en presencia de un tipo más especí-
fico de comunidad: la comunidad intencional.

3. Bienes públicos y bienes privados en el MTD Solano.

Veamos cuales son los principales bienes públicos y los bienes pri-
vados que se generan a partir del MTD Solano.
Dentro de los principales bienes privados conseguidos a partir de la
acción colectiva encontramos:

• Los Planes Asistenciales9 constituyen un bien privado ideal, ya que


son divisibles y excluyentes. Divisibles porque son individuales
($150 por persona), y excluyentes porque un plan solo puede te-
ner uno y solo un beneficiario. El plan asistencial es, sin dudas, el
más importante para la subsistencia de los integrantes del grupo y
la principal causa de incorporación al movimiento.
• Las Mercaderías: Son un bien común imperfecto, ya que son divisi-
bles pero no-excluyentes. Esto es debido a que todo aquel que
pertenezca al movimiento tiene derecho a recibir sus productos,
enviados mensualmente por el gobierno acorde a la cantidad de in-
tegrantes que tenga el movimiento (contabilizada a partir de los
planes asistenciales que se les atribuyen).
• El Comedor: es un taller que brinda un servicio fundamental en la
alimentación de los integrantes del movimiento. Para acceder a sus
servicios –los cuales cuentan con una ración diaria que generalmente
es suficiente como para cubrir las dos comidas principales de una
familia tipo– se les solicita un aporte que varía según los barrios y
según los menús que incluyen, por lo tanto, el comedor constituye
un bien privado perfecto –al igual que los planes asistenciales– ya
que es divisible y excluyente.

Por otro lado, los principales bienes públicos que constituyen el


movimiento y que le dan vida a la acción colectiva son:

• La comunidad del MTD Solano es el bien público ideal por exce-


lencia. Lo constituyen los diversos espacios del movimiento: los ta-
lleres productivos, las áreas de trabajo, las asambleas, las marchas,

9 PEC, PEL, Jefe y Jefa de Hogar.

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
37

los cortes de ruta, los espacios tomados y los espacios cedidos,


tanto físicos como simbólicos. Todos ellos constituyen, en princi-
pio, un bien común indivisible y no-excluyente para sus integran-
tes. Muchos de estos espacios generan bienes y servicios que se
destinan a las necesidades más urgentes de los integrantes del mo-
vimiento. Un ejemplo de esto es el área de administración en la
cual se llevan a cabo las tareas de intermediación con el estado
necesarias para que los integrantes del movimiento cobren en
tiempo y forma los planes asistenciales.10
• El fondo común generado a partir del aporte solidario constituye
un importante bien público para el movimiento, ya que representa
el principal influjo monetario para financiar las distintas áreas y ta-
lleres del movimiento. A cada plan conquistado le corresponde un
solo beneficiario, el cual retira mensualmente la suma de $150. De
este bien privado –perfectamente divisible y excluyente– el inte-
grante puede optar por aportar la suma de $10 para ser depositada
en un fondo común. La suma de aportes individuales que constituye
el fondo común es el principal bien público monetario que tiene el
movimiento para sustentarse. El hecho que sea optativo –ellos lo
llaman solidario– implica que aquel que no incurra en este costo
personal igualmente podrá beneficiarse del bien común que es el
movimiento.
• Finalmente el piquete puede entenderse como otro caso de bien
común, ya que la toma de un espacio público, como es una ruta,
debe estar necesariamente acompañada de su defensa común. Si
bien hasta el 2003 –año en que decidieron no realizar más cortes y
piquetes– existía un grupo especial –el área de seguridad– encarga-
do específicamente de la seguridad en el piquete, –la defensa del corte
recaía sobre todo el grupo y no solo sobre esta área.

10 Los planes asistenciales fueron creados con fines clientelares, por lo que no
pueden administrarse de manera individual, estando obligados a pertenecer al
Partido Justicialista o, en este caso, al MTD Solano.
38

Principales problemas y obstáculos en la evolución del MTD Solano.

1. El problema del bien común en el MTD Solano.

Siendo el MTD Solano una comunidad donde el libre acceso a de-


terminados bienes no les es negado a aquellos que no asumen un costo
por ello, constituye una tentación para que se manifieste la figura del
freerider, entendido no como un individuo sino como un comporta-
miento manifestado por un individuo, tendiente a maximizar los benefi-
cios personales sin incurrir en los costos de contribuir al bien común,
dejando que los demás se encarguen de hacerlo.
Este tipo de comportamiento se manifiesta aquí de muy diversas
maneras. Una de las más recurrentes y difundidas refiere a la inequidad
en el esfuerzo de trabajo. Con respecto a este comportamiento, M.
Tylor nos dice:

„En todas las comunidades intencionales un problema central es la inequidad


en el esfuerzo de trabajo. Se espera de cada miembro adulto de una comunidad
que ponga una cierto número de horas de trabajo, o que contribuya con todo el
trabajo que pueda; pero desde que la ganancia individual no depende de la canti-
dad o calidad del trabajo, esta constituye una tentación para ser un freerider
sobre los esfuerzos de los otros – encontrando excusas para no trabajar algunos
días, poniendo poco esfuerzo en el trabajo y contribuyendo con el mínimo acep-
table.‰ (M. Taylor. Community, Anarchy and Liberty 1982:123.)

En cuanto el MTD Solano comenzó a desarrollarse fue inminente la


necesidad de generar una serie de normas básicas comunes a todos sus
integrantes con el fin de regular la equidad en el esfuerzo de trabajo
dentro de la organización. De esta manera se dio origen a lo que ellos
denominan Criterios del movimiento.
Si bien suelen darse, según los barrios, pequeñas variantes o nor-
mas ad-hoc, los tres criterios fundamentales son:

• Trabajar, como mínimo, 4 horas por día en algún taller o área del
movimiento.
• Participar en las asambleas del movimiento. Esto incluye las asam-
bleas específicas al taller o área de trabajo en el que participa, y las
asambleas generales del barrio.
• Participar en las movilizaciones del movimiento. Esto incluye fun-
damentalmente a los cortes de ruta y las marchas.
39

La violación de estas normas actúa en fuerte perjuicio del bien común


del movimiento. La inequidad en el esfuerzo de trabajo representa una de
las evidencias mas claras de una débil internalización de los valores
diferenciadores del MTD Solano. Es por ello que los nuevos integrantes
que se incorporan al movimiento suelen evidenciar una mayor propen-
sión a no cumplir con las normas mencionadas.
Otro comportamiento característico del freerider es el del individuo
que opta por no realizar el aporte solidario, que luego pasará a consti-
tuir un fondo común monetario. Ya que no existe norma explícita que
regule este aporte, el freerider optará siempre por no contribuir al
fondo común, beneficiándose de los aportes que realizan los demás
integrantes solidarios. Este aporte, pese a no ser obligatorio, es vital
para la subsistencia del movimiento.
Otro caso típico de freerider –el cual suele manifestarse en tiem-
pos de elecciones partidarias– es el del integrante que es cooptado por
un puntero político que disputa recursos y territorios al movimiento.
Una vez cooptado, este freerider suele tomar algunas de las siguientes
decisiones:

• Se va del movimiento conservando el plan asistencial: esto es posi-


ble ya que el MTD Solano considera que cada integrante se ha ga-
nado su plan a través de la lucha y, por lo tanto, el movimiento no
tiene derecho a quitárselo una ves que decida no pertenecer más
al movimiento. Sin embrago, ese bien privado no-excluyente e in-
divisible afecta al movimiento en varios sentidos. (1) por la ausen-
cia de un aporte solidario del fondo común; (2) por la disminución
de la partida mensual de mercadería enviada por el gobierno a par-
tir de la cantidad de integrantes del movimiento; (3) por el poten-
cial riesgo que implica una estrategia egoísta que puede ser copia-
da por el resto de los integrantes.
• Permanece en el movimiento, y comienza a cooptar, desde dentro,
nuevos integrantes; o toma decisiones que perjudican deliberada-
mente al movimiento.

Si bien son los individuos que ingresaron recientemente los que


suelen aceptar este tipo de tratos, se pude observar como la estrategia
de cooptación por parte de los punteros enfocó sus recursos en los
integrantes del movimiento que más tiempo llevaban y que mayor esta-
tus tenían entre sus pares. Esta estrategia dio buenos resultados, ya que
al cooptar a este tipo de integrantes se perjudicaba mucho más la es-
tructura del movimiento que cooptando a integrantes nuevos.
40

Estos comportamientos han debilitado profundamente al MTD So-


lano en sus primeros años, al punto de denominar a ciertas etapas de su
historia reciente como verdaderas „épocas de crisis‰. Es por ello que,
como hemos vistos en el capítulo anterior, para que la cooperación se
mantenga estable a través del tiempo es necesaria la aplicación de me-
canismos de penalización.

2. Mecanismos de penalización en el MTD Solano.

2.1 La penalización Asamblearia


Cómo hemos visto en el punto seis de la parte II, junto con la in-
ternalización de valores y normas pro-sociales, son los mecanismos de
penalización elementos esenciales para mantener la cooperación.
Sin embargo, el MTD Solano ha subsistido al debilitamiento progre-
sivo que genera el problema del bien común durante sus ocho años de
vida como grupo, aparentemente sin recurrir a mecanismos de penali-
zación efectivos como la expulsión del freerider del grupo. Esto consti-
tuye un problema importante con respecto a la aplicación de los meca-
nismos penalizadores, ya que aún existiendo normas explícitas –como
en el caso del criterio que regula la inequidad en el esfuerzo de traba-
jo– pareciera no concretarse en muchos casos el castigo concreto a los
freeriders.
Veamos ahora un ejemplo de como funcionaría este tipo de mecanis-
mo de penalización, el cual denominaremos penalización asamblearia.
En el MTD Solano no existe una institución específica –como lo es
la Institución Judicial y las Fuerzas Armadas en el Estado– que controle
y penalice los comportamientos egoístas, por lo que el monitoreo de lo
comportamientos es mutuo, lo cual constituye una de las principales
características del gobierno comunitario vistas en el capitulo II.
Si un individuo viola reiteradamente los criterios del movimiento se
llevará el caso a la asamblea general del barrio al que pertenece. En la
asamblea se planteará el problema, y se le dará lugar al inculpado para
que pueda defenderse de las acusaciones. Luego se discutirá el problema
entre los miembros de la asamblea en presencia del inculpado, y final-
mente esta decidirá –generalmente de manera consensuada– que medi-
da tomar al respecto.
Ahora bien, en los casos concretos en los que pude realizar un se-
guimiento apropiado, y en los pocos relatos que manifestaron los suje-
tos, la asamblea suele tomar decisiones que pueden ser vistas como per-
misivas y benevolentes. Es así que muchos de los entrevistados –sobre
todo los referentes– interpretan las violaciones a las normas como
41

producto del poco compromiso de los individuos, aludiendo a los valo-


res dominantes del sistema capitalista la responsabilidad de sus com-
portamientos egoístas. Es interesante mencionar que no he encontrado
ningún caso donde se haya expulsado al freerider del grupo.
Sin embargo, recientemente (desde enero del 2005) la asamblea del
barrio Monteverde ha decidido por consenso efectuar una penalización
concreta ante la violación reiterada de la norma que establece las cua-
tro horas de trabajo diario. La penalización establecida implica que no
se le entregue la bolsa de mercadería quincenal a la persona que supere
tres faltas al taller o área de trabajo sin justificación11. Desde que se
implementó este nuevo intento de penalización efectiva, se han produ-
cido 3 casos de free-rider, ante los cuales la asamblea resolvió no apli-
car la penalización, aduciendo que „por esta vez‰ se lo iba a dejar pasar.
Nuevamente la historia se repite, y hacer cumplir las normas mediante
penalizaciones efectivas parece encontrarse con serias dificultades que
habrá que seguir analizando. Una de estas dificultades parece referir al
denominado problema del segundo orden.

2.2. Mecanismos de penalización cotidianos: Ostracismo y disminu-


ción del estatus dentro del grupo.
A diferencia de las deficientes penalizaciones observadas en las
asambleas, –las cuales no suelen superar las recriminaciones mutuas y
los apercibimientos– las penalizaciones llevadas a cabo en los ámbitos
de interacción cotidiana –por ej. en los talleres o áreas de trabajo–
implican la progresiva disminución del estatus, al punto de confinar al
free-rider al ostracismo dentro del grupo de trabajo.
En las interacciones cotidianas, dentro de las distintas áreas y talle-
res de trabajo, los comportamientos egoístas del freerider sufren efi-
cientes penalizaciones –en comparación con las asamblearias– que
afectan el estatus de la persona pudiendo desencadenar distintos gra-
dos de ostracismo. Este tipo de penalización suele llevar a que al poco
tiempo la persona pida ante la asamblea el cambio de taller o área de
trabajo, o incluso pedir un cambio de barrio. Finalmente, este tipo de
proceso concluye en la auto-exclusión de este individuo del movimien-
to sin necesidad de que exista una decisión consensuada por parte de la
asamblea. Sin embargo este mecanismo de penalización, que podríamos
denominar „cotidiana‰, no es eficiente en cuanto al tiempo que tarda en
que el propio individuo se autoexcluya, lo cual implica mayor cantidad de

11 Cabe aclarar que esta decisión excluía a los integrantes más ancianos o en-
fermos, y que, de todas maneras, no pudo sostenerse en el tiempo.
42

daño producido al bien colectivo. Sobre todo teniendo en cuenta el caso


de aquellos free-riders cuyo objetivo es debilitar al movimiento desde
adentro. Estos casos de „infiltrados‰ dentro del movimiento no son poco
comunes en época de coyuntura electoral o represiva por parte del
gobierno de turno.

3. Problema del tamaño del grupo en el MTD Solano.

Uno de los problemas más serios con los que se enfrenta la coope-
ración es el del incremento en el tamaño del grupo, lo cual suele des-
encadenar el surgimiento o agravamiento del problema de la acción
colectiva. De esta manera, a continuación analizaré la variación en el
número de los integrantes en el MTD Solano y su correlación con los
niveles de cohesión internos.

3.1. Inmigración: El piquete y el ingreso masivo de nuevos integrantes


Dentro del movimiento, el plan asistencial se consigue, principalmen-
te, mediante la metodología del piquete. En este sentido, El MTD Sola-
no ha sido uno de los primeros movimientos en el conurbano bonae-
rense en adoptar la estrategia del corte de ruta de las experiencias de
Cutral Có y General Moscóni. También ha sido el más prolífero en este
tipo de acciones, llegando a conformar acciones colectivas conjuntas
con movimientos afines –generalmente otros MTD Solano– con el fin
de conseguir mayor poder de presión.
A modo de ejemplo, cabe mencionar que su primer piquete fue
realizado en 1997, fecha en la que cortaron Camino General Belgrano y
12 de Octubre en la localidad de Quilmes, levantando el corte luego de
obtener un saldo positivo de 120 planes asistenciales y 150 bolsones
con alimentos. El resultado positivo de esta jornada –en cuanto a re-
cursos y a configuración identitaria– produjo una rápida difusión del
éxito obtenido, generando casi de manera inmediata nuevas incorpora-
ciones al movimiento.
Si bien no hay registros claros sobre la evolución en el número de in-
tegrantes a lo largo de los ocho años que lleva el movimiento, podríamos
decir que mientras duraron las estrategias de cortes y movilizaciones
masivas, el MTD Solano tuvo un incremento sostenido en su número
de integrantes, con fluctuaciones cíclicas en los períodos de elecciones
provinciales y nacionales. En sus comienzos, las primeras reuniones
congregaban a una veintena de individuos, pero a medida que se reali-
zaban los cortes de ruta con saldos exitosos, el tamaño fue incremen-
tándose hasta llegar a los 2000 integrantes en el año 2000. Actualmente
43

–cuatro años después de abandonar la estrategia del piquete como


obtención de recursos– los barrios que componen el movimiento no
superan los 300 integrantes, manteniéndose la mayoría de mujeres, y
acrecentándose la cantidad de integrantes cuyas edades superan los 45
años de edad.
Las acciones exitosas tenían como respuesta inmediata el acerca-
miento de los vecinos, quienes principalmente veían en el MTD Solano
una estrategia de obtención de recursos rápida y alternativa a los cana-
les tradicionales. Esto produjo la incorporación masiva de desocupados
de la zona, creándose áreas y talleres por zonas barriales. Entre estas
nuevas incorporaciones deben mencionarse a los conjugues y parientes
de los integrantes fundadores (en su mayoría mujeres).
Ahora bien, el principal problema que surgió con el aumento en el
tamaño del grupo fue el incremento en la frecuencia de los freeriders.
A mayor ingreso de nuevos integrantes, mayor cantidad de freeriders y,
por lo tanto, mayores problemas sobre el bien común.
El proceso de transmisión cultural oblicua, por parte de los integrantes
que ya habían internalizado los valores y normas del movimiento (que
muchos de ellos habían ayudado en conformar), hacia los nuevos inte-
grantes se volvió cada ves mas difícil de llevar a cabo, ya que las inter-
acciones cotidianas se hicieron menos frecuentes, generándose mayor
cantidad de subgrupos y recurriendo a la figura del delegado revocable.
El monitoreo mutuo si hizo cada vez mas laxo, debido a que al ser
muchos el recuerdo de las interacciones pasadas se volvió un proceso
mas complicado. Esto hizo que las normas se cumplieran cada vez me-
nos, mientras que las asambleas barriales y los plenarios se transforma-
ron en una enorme masa de gente en donde los principios de la demo-
cracia directa y de la horizontalidad se tornaron cada vez menos
operativos para la toma de decisión. Ya que el monitoreo mutuo y la
transmisión oblicua de valores se volvieron poco funcionales, la contri-
bución al bien común se vio en desequilibrio con respecto a la cantidad
de contribuyentes. En este sentido los últimos cortes de ruta realizados
a mediados del 2002 fueron sucesivos fracasos, en parte por la falta de
convocatoria, violándose uno de los criterios del movimiento (la parti-
cipación en las acciones de lucha). Paradójicamente, cuanto más eran,
menos participaban.
Por otro lado, la transmisión cultural horizontal pudo haberse
puesto en práctica al motivar a las personas a incorporarse al movi-
miento ya que, como mencionamos mas arriba, la estrategia del piquete
resultó ser positiva en la obtención de recursos, incorporándose nue-
vos integrantes. Esto afectó negativamente a la cooperación, ya que al
44

aumentar la frecuencia de freeriders y al disminuir el monitoreo mutuo


y los mecanismos de penalización, los individuos se vieron tentados a
copiar aquellos comportamientos que redituaban mayores ganancias
personales a costa del bien común, y sin recibir penalización efectiva. De
esta manera aumentó aún mas la frecuencia interna de los freeriders.
Otro mecanismo de transmisión que afectó la cooperación fue la
transmisión cultural conformista en la cual los individuos copian los
rasgos culturales más comunes en el grupo. En este caso muchos de los
integrantes pasaron de adoptar los rasgos pro-sociales –antes mayori-
tarios– a adoptar los comportamientos egoístas que se encontraban
ahora en mayor frecuencia.
Si lo pensamos en términos de flujos migratorios, el ingreso de
nuevos integrantes, deseosos de obtener un plan trabajar, implicó el
ingreso de sujetos con comportamientos claramente auto-interesados
en extraer el máximo beneficio en la menor cantidad de tiempo, perju-
dicando de diversas maneras al grupo como un todo. De esta manera,
las prácticas que intentaban llevar a cabo los integrantes mas compro-
metidos comenzaron a chocar con los comportamientos motivados por
el auto-interés y la costumbre.
Todo ello produjo una menor cohesión interna que debilitó la iden-
tidad del movimiento, generando rupturas con algunos barrios. Uno de
estos barrios fue el de La Zarita, el cual tenía la mayor cantidad de
integrantes (alrededor de 750) hacia fines del 2003, cuando decidieron
separarse del MTD Solano y formar su propio MTD. Al poco tiempo
de la separación ya se habían generado comportamientos y valores
totalmente diferenciados del MTD Solano. Actualmente este grupo
desapareció como tal siendo finalmente cooptados por organizaciones
barriales que responden al partido justicialista.
Por otro lado, El MTD Solano sufre crónicos flujos de emigración
especialmente durante períodos de elecciones nacionales y provinciales.
Es sabido del minucioso trabajo de infiltración y debilitamiento que
punteros políticos realizan en este tipo de movimientos, sobre todo en
períodos de coyuntura electoral. Estos punteros del partido justicialista
incentivan la cooptación de integrantes al ofrecerles bienes privados de
todo tipo en mayor cantidad que los conseguidos en el grupo. No son
extraños aquellos casos mencionados como „punteros de izquierda‰,
caracterizados por un accionar ÂintestinoÊ, en el cual buscan infiltrarse
en el grupo y desde ahí producir quiebres que debiliten los valores
diferenciadores del grupo12 y permitan la absorción por parte del grupo

12 Por Ej. la horizontalidad y una fuerte crítica por parte de los „referentes‰
hacia los partidos tradicionales de izquierda.
45

al que representan. Por último, hay evidencias de que individuos prove-


nientes de la policía federal realizan tareas más silenciosas de recaudación
de información tratando de pasar desapercibidos en el grupo.

4. El MTD Solano en la actualidad

A principios del 2003, la asamblea del MTD Solano resolvió abando-


nar el piquete y la marcha como estrategia de lucha, considerando que la
misma se encontraba muy desgastada ante la opinión pública, y asu-
miendo que el hecho de no conquistar más planes asistenciales por
medio de la „lucha en las calles‰ iba a producir un freno al ingreso ma-
sivo de nuevos integrantes, reduciendo los problemas vinculados con el
aumento del grupo. Efectivamente, no solo el MTD Solano detuvo su
incremento, sino a partir de aquí redujo cada vez más sus integrantes.
El nuevo enfoque estaría puesto de ahora en más en los talleres
productivos, los cuales les permitiría lograr la tan deseada autonomía
económica posibilitándoles prescindir de los planes asistenciales.
Otros de los cambios hacia fines del 2003 fue la decisión de separar-
se de la Coordinadora Anival Verón, aduciendo que las prácticas existen-
tes entre estos movimientos no eran más horizontales y democráticas.
De esta manera no solo el MTD Solano fue aislándose respecto de
otros movimientos sino que este fenómeno también se produjo hacia
dentro del movimiento. De esta manera, los elementos de comunión
han ido decreciendo, sobre todo, a partir del abandono de las acciones
de lucha como los cortes de ruta y las marchas, momentos donde la
cohesión interna cobraba un factor vital para la subsistencia (muchas
veces física) del grupo ante las amenazas externas siempre inminente. El
hecho de no realizar más cortes fue positivo en ciertos aspectos –como
la disminución del número de integrantes y la concentración en los talle-
res productivos– pero negativos en cuanto a la disminución en la cohe-
sión interna del grupo. La ausencia de estos espacios implicó que en los
últimos dos años los grupos barriales que componen el movimiento se
fueran aislando cada vez más, diferenciándose progresivamente en ciertos
rasgos culturales y de composición demográficos, con lo cual la compe-
tencia de recursos –provenientes del bien común del movimiento– ha
comenzado a manifestarse en las asambleas y plenarios generales13.
Este proceso de diferenciación interna y de falta de transparencia
en algunos manejos de recursos por parte de los referentes de algunos
barrios ha producido una creciente desconfianza entre estos. Ya que la

13 Estos espacios de encuentro general también han ido decreciendo en los


últimos años, siendo actualmente muy esporádica tal ocasión.
46

confianza es el elemento fundamental en todo tipo de acciones colectivas,


se torna evidente el replanteo de los pasos a seguir para reconstituir el
tejido dañando, y volver a generar propuestas superadoras. Sin embargo,
no hay indicios de que esto pueda suceder en los próximos tiempos.14
Sin embargo, y pese a la situación de crisis interna por la cual está
pasando el movimiento, considero valiosa la experiencia única que este
movimiento aporta en cuanto a sus problemáticas –muchas de ellas co-
munes a todas las acciones colectivas innovadoras– y posibles soluciones.
A continuación desarrollaré la última parte de esta versión reduci-
da del trabajo15, en las cual enfoco el análisis a partir de un sub-grupo
específico del movimiento –el barrio Monteverde–, ya que considero
que ese grupo constituye una comunidad que puede afectar positiva-
mente al resto del movimiento a partir de sus iniciativas y progresos.

Parte III
Experimentación en Teoría de Juegos

1. Aspectos generales de la Teoría de Juegos.

Se denomina Teoría de juegos a un lenguaje matemático que des-


cribe estrategias de interacción y sus posibles resultados. La teoría de
juegos ha demostrado ser valiosa en un amplio rango de las ciencias
sociales, de dos maneras principales: 1) Posibilitando la taxonomía de
situaciones que describan fenómenos caracterizados como dilemas
sociales en torno a la cooperación; y 2) Realizando predicciones preci-
sas sobre como los jugadores auto-interesados (egoístas) podrían jugar
(Camerer y Fehr 2001).
La Teoría de Juegos está basada en la Teoría de la Decisión Racio-
nal. Decir que un individuo es racional, en este contexto, es decir que
su comportamiento tenderá a la maximización de sus propios beneficios.
Por lo tanto el individuo racional es egoísta, ya que siempre escogerá del
conjunto de estrategias posibles aquellas que resulten en la más alta utili-
dad para su persona. Sin embargo, la presente investigación intenta
sumar nuevas evidencias, a las aportadas en la última década, sobre

14 Dicha suposición se sustenta en sucesos posteriores a la publicación de este


trabajo.
15 En la versión competa, la última parte está constituida por el diseño y aplica-
ción de un proyecto piloto de microfinanzas, llevado a cabo con los integrantes
de la comunidad de Monteverde.

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
47

fuertes desviaciones respecto de la teoría de la decisión racional. Lo


cual le brinda a esta herramienta una nueva perspectiva de implementa-
ción en la economía social.
Por último diremos que la teoría de juegos posee dos características
que le otorgan a sus aplicaciones un profundo carácter científico: 1) la
replicación de los experimentos, y 2) la comparación de sus resultados
con otras experiencias semejantes. Esto es posible gracias al interés en
desarrollar una metodología básica compartida que posibilite un canal
de diálogo común entre diversas líneas de investigación, e incluso para-
digmas científicos.

2. Un modelo clásico: el Dilema del Prisionero.

De todos los modelos existentes en teoría de juegos, es segura-


mente el Dilema del Prisionero el que mejor representa situaciones
referidas a las situaciones dilemáticas relativas a la cooperación. En este
juego –inspirado en la situación dilemática de dos prisioneros acusados
de un mismo crimen– los jugadores deben optar entre cooperar y no
cooperar (defectuar), estableciéndose una estructura de pagos como la
siguiente:

Jugador 2

Cooperar Defectuar
Jugador 1 Cooperar X, X Z, Y
Defectuar Y, X W, W

La convención indica que las filas de la matriz son elegidas por el


jugador 1, mientras que las columnas corresponden al jugador 2 (Taylor
16
1897:14). De esta manera las interacciones posibles son: Y>X>W>Z.

3. Teoría de Juegos experimental.

Introducción
Una vez planteado el modelo general del Dilema del Prisionero consi-
dero necesaria la aplicación empírica de modelos derivados con los sujetos
reales que integran el movimiento, a partir de la cual poder realizar un
muestreo que nos proporcione datos empíricos –complementarios y

16 Consultar la versión completa para una mejor comprensión de las implican-


cias teóricas del modelo del Dilema del Prisionero.
48

comparables con los obtenidos a partir de la observación etnográfica–


de las principales estrategias de comportamiento del grupo en estudio.
La experimentación con sujetos reales se encuentra sustentada por
la hipótesis de que la perfomance en los juegos puede depender de las
conexiones cognitivas que realicen los participantes entre los juegos y
las instituciones o prácticas existentes en la comunidad a la que forman
parte (Pilltla y Chen 1999).
En este sentido, si bien el Dilema del Prisionero constituye un mo-
delo básico útil para la identificación general del problema, resulta limi-
tado a la hora de intentar aplicarlo a condiciones de experimentación
con individuos reales, y al momento de buscar identificar variables más
específicas tales como mecanismos de penalización, preferencias, y
valores sociales que estarían guiando el comportamiento. Es por ello
que se han desarrollado una serie de modelos –derivados de este juego
ÂmadreÊ– los cuales han sido diseñados con el objetivo de medir varia-
bles específicas del comportamiento humano. De esta manera podre-
mos extraer de las experimentaciones datos cuanti-cualitativos que nos
permitan interpretar mejor la acción colectiva en comunidades inten-
cionales.
A continuación veremos dos juegos que nos servirán para obtener
información adicional sobre el comportamiento de los integrantes del
movimiento.

4. Los juegos

4.1. Juego del Bien Común


El Juego del Bien Común („Public Goods Game‰) posee una estruc-
tura semejante a la del Dilema del Prisionero, pudiéndoselo considerar
como una versión iterada del mismo.

4.1.2. Descripción
El Juego del Bien Común se juega en grupos de n cantidad de indi-
viduos (generalmente 4 o 5). Cada uno de ellos recibe una suma de
dinero y. Cada jugador puede contribuir una suma de entre 0 e y pesos
a un fondo o proyecto común. Por cada peso que es contribuido al
fondo común cada integrante del grupo (incluyendo aquellos que con-
tribuyeron 0 pesos) recibirá la cantidad de pesos m<1. Donde m mide
la ganancia marginal privada de una contribución al fondo común. El
parámetro m también hace referencia a la condición mn>1. Siendo el
producto mn el beneficio total marginal de todo el grupo. Por cada peso
49

que un individuo se queda para sí, ese individuo recibe exactamente 1


peso. El resultado total « de un individuo que contribuye g pesos está
dado por = y – g + mG donde G es la suma de las contribuciones de
todos los n individuos del grupo (Camerer y Fehr 2001).
De esta manera, un grupo de individuos auto-interesados ganaría y
pesos en este juego, debido a que G = 0. Pero desde que el total de
estas ganancias para el grupo mn es mayor que 1, el grupo como un
todo se beneficia de las contribuciones. Es así que si todos los miem-
bros del grupo contribuyen todo su dinero y, entonces G = ny lo cual
significa que cada sujeto ganará mny mas que y (lo cual es mejor, dado
que mn es mayor que 1). Por lo tanto, contribuyendo todo al fondo
común hace que todos los individuos lo hagan mejor que si no contri-
buyeran. Sin embargo –y aquí está la paradoja– un individuo solo ganará
más si no contribuye.

4.1.3. Predicción.
La predicción racional para este juego es la de contribuir 0 pesos al
fondo común, esperando que el resto de los jugadores contribuya.

4.1.4. Medición propuesta e interpretación analítica.


Esta derivación del Dilema del Prisionero es el modelo que mejor
representa las situaciones donde se dan problemas de la acción colecti-
va como el que intentamos describir. Midiendo las preferencias hacia la
contribución de un bien común conformado entre n cantidad de indivi-
duos, lo cual se aproxima aún mas a las interacciones donde un grupo
debe interactuar en torno a un bien común, pudiendo contribuir o no
con dicho bien (el cual será identificado en términos generales como
fondo común). Si bien esta versión del juego no permite la penalización
directa, esta puede presentarse en la forma de penalizaciones generali-
zadas hacia todos los jugadores del grupo (tanto los freeriders como
los otros), ya que en el caso de que un jugador desee penalizar a otro/s
por jugar de manera no-equitativa o injusta, podría hacerlo solo me-
diante la no contribución, lo cual perjudica a todo el grupo aún a costo
personal. Este tipo de preferencias pueden interpretarse a partir de un
detenido análisis en el desarrollo del juego, acompañado de entrevistas
y observación de campo.

4.2. Juego del ultimátum.


4.2.1 Descripción.
50

Un jugador, denominado „el que propone‰ o simplemente „A‰, re-


cibe una suma S de dinero. El tendrá la posibilidad de proponerle a otro
jugador, denominado „el que responde‰ o jugador „B‰, una porción de
x del total S. Ahora bien, el que responde puede aceptar el ofrecimien-
to o rechazarlo. Si acepta, él recibe x y el que propone recibe S – x. Si
lo rechaza, ninguno de los dos recibe nada.

4.2.2 Predicción.
La predicción para este juego indica que los jugadores „B‰ auto-
interesados aceptarán cualquier ofrecimiento positivo (>0), mientras
que los jugadores 1 harán el mínimo ofrecimiento positivo.

4.2.3 Medición propuesta e interpretación analítica.


El Juego del Ultimátum mide principalmente la reciprocidad negati-
va por parte del jugador „B‰. Ya que al rechazar los ofrecimientos con-
siderados injustos se estaría efectuando una penalización aún sacrifican-
do su propia ganancia (lo cual viola la predicción para este juego).
Cuando el comportamiento del jugador „B‰ se da en la aceptación
de ofertas mínimas, esto puede ser usualmente interpretado como
medición de cuanta predisposición tienen los individuos para penalizar
los comportamientos injustos de otros individuos, aún ante un costo
personal. Esto se denomina penalización directa. Las entrevistas post-
juegos y el enfoque el seguimiento de los participantes pueden ayudar a
terminar cuando un resultado particular del Juego del Ultimátum está
midiendo penalización directa. Cuando el rango de las ofertas acepta-
bles se presenta de otras maneras, tales como un rango de aceptación
entre el 30% y el 50%, la comprensión de los dos puntos de medición
dependerá de las investigaciones posteriores al juego y del conocimien-
to etnográfico del trabajo de campo.

Capítulo II
Experimentación en el MTD Solano.

1. Experimentación en el MTD Solano

La experimentación se llevó a cabo a partir de un minucioso proto-


colo adaptado del utilizado en una reciente experiencia trans-cultural e
interdiciplinaria compilada en la obra In Serach of Homo Economius:
Behavioral Experiments in 15 Small-Scale Societies (Hernrich, J, Boyd,
51

R, Bowles, S, Camerer, C, Fehr, E, Gintis, H, McElreath, R. 2001.). Por


razones de espacio no incluiré el mismo, limitándome a mencionar los
principales resultados.
Los juegos fueron llevados a cabo con dos de los sub-grupos del
MTD Solano que mayores indicios de cooperación presentaban en el
trabajo de campo previo a la experimentación. La intención de llevar a
cabo los juegos precisamente con los grupos más cooperativos, fue la de
comparar y complementar resultados provenientes de distintas metodo-
logías, poniendo a prueba distintas hipótesis sobre el comportamiento y
las preferencias sociales de las personas.
A continuación sintetizo los datos generales de los participantes de
los juegos.

Barrio Montever- Barrio Roca Negra


de
NÀ de individuos 10 16
Masculinos 1 12
Femeninos 9 4
Edad promedio 46.2 (19-64) 37 (20-64)
Ingreso familiar promedio $350 (150-550) $150 (150-350)
Instrucción máxima alcanzada Primario completo Primario completo
promedio
Tiempo promedio en el mo- 3 años 3.40 años
vimiento
NÀ promedio de talleres en 2.23 3
los que participa
Tiempo promedio de horas de 5:30 horas 6:12 horas
participación en los talleres
52

2. Resultados generales

2.1. Juego del Ultimátum


En la figura 1. se encuentran sintetizadas los resultados promedio de
las dos muestras tomadas en el MTD S. En él figuran los 14 individuos
que jugaron el rol „A‰ (denominado „el que ofrece‰), ofreciendo sumas
entre 0$ y 10$ a los jugadores „B‰ (los que reciben‰).

Figura 1
Ofrecimientos promedio de los jugadores A para las
muestras correspondientes al MTD Solano

12
Ofrecimiento en $

10
8
6
4
2
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14
Nº de jugadores A

Nótese que el promedio general de fue de 5.5$ sobre un total de


10$, lo cual implica ofrecimientos muy altos. Mientras que la mayoría
ofreció una suma modal de 5$ (mostrando ofrecimientos estrictamente
equitativos), hubo un 19% de ofrecimientos por encima de la mitad,
evidenciando ofrecimientos hiper-justos. En este sentido las respuestas
comunes a estos comportamientos fueron del tipo: „solo acepto lo que
es justo ni más ni menos.‰En lo que respecta al comportamiento pro-
medio de los jugadores „B‰ –„los que reciben‰– se observó una ten-
dencia a aceptar ampliamente ofrecimientos potenciales mayores que 3
–sobre un total de 10–, aceptándose todos los ofrecimientos iguales a 5
(la mitad de S), lo cual demuestra preferencias de equidad estricta.
53

Figura 2
Aceptaciones y rechazos promedio de los jugadores B para las
muestras correspondientes al MTD Solano.

8
Nº de aceptaciones

6
y rechazos

Aceptaciones
4
Rechazos
2

Ofrecim einto en $ (de 0 a 10)

2.2. Juego del Bien Común


En la figura 3. muestra el promedio sintético de los ofrecimientos
hechos por los 26 jugadores repartidos en 4 grupos (dos por cada
barrio).

Figura 3
Promedio de ofrecimeinto general para las ocho rondas para cada
grupo
Promedio de
ofrecimeinto

100

50

0
G1 G2 G3 G4
Grupos

Ahora veamos los datos extraídos de cada grupo desagregado.


54

2.2.1 Monteverde
Grupo 1
En la figura 4 se encuentran representadas las contribuciones pro-
medio del grupo 1 para cada ronda del juego. Siendo el promedio total
de contribuciones del 67.25% de S, valor que se desvía fuertemente de
las predicciones para este juego.

Figura 4
G r u p o 1 . P r o m e d io p o r r o n d a
Contribución en

80
60
Pts.

40
20
0
0 2 4 6 8 10
Ronda

En síntesis, podemos ver un promedio de contribuciones altas por


parte del grupo 1, existiendo una tendencia hacia el sostenimiento de
una estrategia poco variable en la mayoría de los jugadores, justificada
en las respuestas dadas en cada ronda.

„Soy testaruda. Estamos en el mismo proyecto y en la misma situación‰.


„contribuyo todo porque tiramos todos para el mismo lado‰.

Grupo 2
En la figura 5 se encuentran representadas las contribuciones pro-
medio del grupo 2 para cada ronda del juego. El promedio total de
contribuciones fue de 69.75% de S, valor que se desvía fuertemente de
las predicciones para este juego.
55

Figura 5
Grupo 2. Promedio de c ontribuc iones por ronda

100
Contribución

80
60
40
20
0
1 2 3 4 5 6 7 8
J ugadores

„Es como en el MTD, algunos se esfuerzan mas y otros menos‰.

2.2.2. Roca Negra


Grupo 3
En la figura 6 se encuentran representadas las contribuciones pro-
medio del grupo 1 para cada ronda del juego. Siendo el promedio total
de contribuciones del 85.10% de S, este es el grupo que mas se desvió
respecto de las predicciones para este juego, y por lo tanto el mas
cooperativo; Además resultó ser el que tuvo mayor homogeneidad
interna, careciendo de fluctuaciones significativas e identificando un
claro punto de equilibrio planteado por cuatro de los cinco jugadores,
quienes contribuyeron el 100% de S en las ocho rondas mientras que el
quinto presento una pequeña fluctuación del 10% en las primeras tres
rondas, para luego pasar a un punto de contribución constante del 30%
de S.
56

Figura 6
M u e s t ra 3 -G ru p o 1 . C o n t rib u c ió n e s p ro m e d io p a ra e l J u e g o d e l
B ie n C o m ú n

100
Contribuciones

80

60

40

20
0 2 4 6 8 10
Nº de Rondas

Grupo 4
El grupo 2 presentó un promedio de contribuciones del 83.5% de
S, con una homogeneidad interna cercana a la del grupo 1, aunque con
mayor fluctuación. Ambos grupos de la muestra 3 contienen los niveles
mas altos de cooperación y los niveles mas bajos de fluctuación interna.

Figura 7
Muestra 3-Grupo2. Contribuciones promedio para el Juego del
Bien Común

100
80
Contribución

60
40
20
0
0 2 4 6 8 10
Nº de Ronda

3. Comparación de las muestras para el Juego del Bien Común.

Con el fin de extraer datos comparativos se ha aplicado una batería


estadística a los datos obtenidos. De este ejercicio se obtuvieron las
siguientes conclusiones:

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
57

Al aplicar métodos de regresión a las muestras y a los grupos hacia


el interior de las muestras se observó que a diferencia de los prome-
dios entre jugadores, los promedios entre los grupos fueron cercanos
unos de otros. Tanto el test de Anova como el test de Mann Withney
realizado sobre las medianas de los conjuntos señala que no hay dife-
rencias importantes entre los grupos a un nivel de significación del 0.05,
lo cual sugiere que si bien hay heterogeneidad interna en el comporta-
miento de los individuos, estos contribuyeron en promedio sumas
similares. En este sentido la figura 8 nos muestra la media concentrada
de todos los grupos juntos para cada ronda, observándose una tendencia
general hacia el aumento de las contribuciones medias a través de las
rondas. Nótese también la disminución abruta de contribuciones medias
hacia la quinta ronda, lo cual podría interpretarse como una reacción
penalizadota por parte de los cooperadores hacia los freeriders.
En síntesis estos datos estarían indicando, por un lado un compor-
tamiento variable dentro de cada grupo que compone el movimiento,
pero por el otro, un comportamiento general cercano entre los gru-
pos, caracterizado por altos niveles de contribución al bien común.

Figura 8
Contribución media sintética de los cuatro grupos.
M ea n s o f C 3
4 5 0,0 0

4 0 0,0 0
C3

3 5 0,0 0

3 0 0,0 0

2 5 0,0 0
1 2 3 4 5 6 7 8
C 2

Por último, mediante el Método de Ward podemos apreciar como


las distancias euclideanas conforman dos claros agrupamientos a partir
de la mínima varianza observada entre los datos obtenidos en las itera-
ciones para cada grupo. De esta manera, se observa una agrupación,
por similitud, entre el grupo 1 y 2, y el grupo 3 y 4. Nótese también
que los niveles de similitud –apreciados a partir de la longitud de las
líneas– son mayores para los grupos 3 y 4 con respecto a los grupos 1
y 2, datos confirmados por un gráfico de tipo Box Plot –no incluido por
razones de espacio–. Estas similitudes reflejan los orígenes comunes de
58

los pares de grupos hacia las muestras que les corresponden, siendo los
grupos 1 y 2 los provenientes del barrio Monteverde, y los grupos 3 y 4
los de Roca Negra.

Figura 9
Método de Ward de las muestras 2 y 3
G1

G2

G3

G4
0
SIMILITUD ENTRE GRUPOS

-100

-200

1 2 3 4 5

4. Síntesis general de los resultados obtenidos en la experimentación

4.1. Desviación del modelo del auto-interés


Los resultados del Juego del Ultimátum y el Juego del Bien Común
realizados en el MTD Solano se han desviado fuertemente de las pre-
dicciones del modelo canónico del auto-interés.
59

Con respecto al Juego del Ultimátum, siendo la predicción para es-


te juego la de realizar ofrecimientos mayores que cero, y la de aceptar
cualquier ofrecimiento positivo mayor a cero, vemos que en Solano los
jugadores han ofrecido en promedio el 51% de S, presentándose un solo
ofrecimiento por debajo del 50% de S (30%). Sin embargo los jugadores
„B‰ han rechazado solo el 0.06% de los ofrecimientos potenciales. Esto
se debió a la existencia de dos comportamientos opuestos (en cuanto a
aceptaciones o rechazos) en los cuales subyacían preferencias semejan-
tes: el altruismo y la equidad radical. De esta manera, para el primer
caso vemos un 58% de los ofrecimientos totales, entre los cuales se
encuentran los jugadores que aceptaron todos los ofrecimientos po-
tenciales de S, como los que aceptaron todos los ofrecimientos menos
el 0% de S. Para el segundo caso se dieron un 25% de casos donde
jugadores que rechazaban todos los ofrecimientos menos la estricta
mitad de S.
Esto demostró, por un lado las marcadas preferencias altruistas por
parte de un importante porcentaje de jugadores, y por otro lado la
presencia de una porción significativa de jugadores con preferencias penali-
zadoras hacia ofrecimientos que estuvieran por debajo y por encima de la
estricta mitad de S, evidenciando preferencias por la equidad.
Con respecto al Juego del Bien Común, cuando m<1, la predicción
para individuos auto-interesados es de cero contribuciones. En los expe-
rimentos en el MTD Solano, sin embargo, los sujetos contribuyeron el
100% de las veces. Si consideramos solo la primera ronda del juego (con
el fin de poder compararlos con las experiencias no-iteradas) veremos
que el MTD Solano tuvo un promedio de contribución general del 73%
de S, y una moda de contribución del 100%. Estos resultados son inclu-
so muy altos si se los compara con los provenientes de juegos del bien
común no iterados con estudiantes universitarios, donde el promedio
se encuentra entre el 40 y el 60%, y donde la distribución modal es
típicamente vimodal con una proporción de sujetos contribuyendo
todo o nada.
Si tomamos los datos de todas las iteraciones vemos que el pro-
medio de las contribuciones al cabo de las ocho rondas sube al 76.5%
(3.3% + que si tomáramos la primer iteración), mientras que la moda
de contribuciones sigue manteniéndose en 100% de S. Si lo compara-
mos con los resultados de Andreoni (1998) sobre los patrones dinámi-
cos en la distribución de las contribuciones para estudiantes –donde los
sujetos inicialmente contribuyen tanto como lo hacen en la versión no
iterada del juego, pero las contribuciones declinan substancialmente a
través del tiempo– veremos que para las muestras de Solano, esta di-
60

námica no se cumple, ya que lejos de decaer con el tiempo, las contri-


buciones tienden a aumentar, u oscilar, pero nunca termina por debajo
de los valores de las rondas iniciales. Esto se debería principalmente
una gran cantidad de jugadores que actuaron de manera inalterable
como altruistas puros (40%) y casi puros, pudiendo haber generando
situaciones de transmisión hacia sus compañeros en las rondas finales.
Esta desviación, no solo de los modelos canónicos de racionalidad,
sino también de las dinámicas observadas por Andreoni con muestras
de estudiantes, pueden ser explicadas a partir de las analogías cognitivas
entre los juegos y las instituciones o prácticas existentes en el grupo.
Tales conexiones estarían reflejando, a su vez, valores y preferencias
sociales internalizadas dentro del grupo.

4.2. Contextualización del juego y analogías cognitivas


Al igual que Pilltla y Chen (1999), pienso que es posible que los
participantes de las experiencias lleven a cabo conexiones cognitivas
entre los juegos y las instituciones o prácticas existentes en el grupo al
que pertenecen. Así como entre los Orma (una de las sociedades etno-
gráficas donde fueron llevados estos juegos) los jugadores tienden a re-
conocer el Juego del Bien Común con una forma institucional de
desarrollo comunal conocido como „harambee‰, existen indicios para
pensar que los jugadores de las muestras correspondientes a Monteverde
y Roca Negra han establecido analogías entre el Juego del Bien Común
y practicas cooperativas, principalmente con aquellas relacionadas a los
talleres donde realizan sus actividades cotidianas. Esta sería una de las
razones que explicarían porqué las muestras correspondientes a Solano
han respondido, en promedio, de maneras altruistas.
Los métodos utilizados para medir estas conexiones se centró en
dos puntos principales: (1À) El trabajo de campo, a través de un análisis
minucioso de las prácticas cooperativas y las relaciones cotidianas de
los sujetos; y (2À) mediante la conducción de dos consignas realizadas
una vez terminadas las experiencias. Estas consignas formaban parte de
las preguntas post-juego definidas para los protocolos trans-culturales:
(a) Póngale un nombre al juego, y (b) Relaciónelo con una situación de
la vida real. A estas dos preguntas le he sumado una tercera, la cual
considero interesante para el caso del Juego del Bien Común: (c) œQué
le parece que podría simbolizar la urna?
Las respuestas dadas por los sujetos han sugerido analogías con si-
tuaciones de solidaridad y ayuda mutua, presentándose, incluso, situa-
ciones de analogías con discusiones asamblearias acerca del reparto de
los bienes del movimiento. De la misma manera, los nombres que sue-
61

len surgir para este juego hacen referencia a las asambleas, al reparto
igualitario, y a los fondos comunes que se construyen cotidianamente
para satisfacer sus distintas necesidades.
Pero es el Juego del Bien Común el que concentra las analogías di-
rectas con respecto a las prácticas cooperativas presentes en el MTD
Solano. Analogías del juego con el taller de trabajo o incluso con el
propio movimiento serían claros indicios de los aspectos de su vida
cotidiana puestos en juego en este modelo.
Puedo decir, entonces, que las analogías recurrentes con las distintas
áreas y talleres del movimiento estarían indicando la importancia de las
instituciones cooperativas en los desempeños de estos juegos. Recor-
dando que las prácticas cooperativas económicas son vitales para el
funcionamiento del movimiento, sobre todo en los últimos dos años a
partir del cual el MTD Solano ha dejado el camino de los cortes de ruta
para buscar sus objetivos en el desarrollo de talleres productivos que
les permiten alcanzar autonomía de los planes asistenciales.
Sin embargo no puedo dejar de mencionar que estos resultados al-
tamente satisfactorios no deben ser generalizados a los grupos restan-
tes del movimiento, ya que he realizado los juegos en lugares donde la
actividad económica comunitaria se encuentra especialmente incentiva-
da, pudiendo encontrar otros sectores del movimiento donde la ausen-
cia de estas prácticas se vea reflejada en los resultados de los juegos.

Parte IV
Implementación de proyecto piloto de Microfinanzas
en el barrio Monteverde

1. Definición

Una primer definición de microcréditos incluiría el otorgamiento


de pequeños prestamos a grupos de excluidos del mercado financiero.
Estos grupos de excluidos sociales –como lo son los desocupados–
no tienen acceso al crédito, ya que según el paradigma neoliberal presentan
las siguientes características que los categorizar como „no confiables‰:

1. No pueden ofrecer garantías aceptables.


2. Presentan un alto riesgo crediticio.
62

3. El monto de los créditos requeridos es demasiado pequeño para


una institución que apunte a ser rentable.

Sin embargo, para Rahman (2000) el crecimiento del sistema de mi-


crocréditos han demostrado no solo que los pobres no poseen un alto
riesgo crediticio, sino que, además, están dotados de un gran potencial
de ahorro. En otros términos, prestar a los mas pobres está asociado a
mayores costos operativos, pero no necesariamente a un menor nivel
de repago, al menos cuando se apunta a microempresarios con un alto
espíritu emprendedor.
El desarrollo de las microfinanzas en general y los microcréditos en
particular genera hoy grandes expectativas y discusiones en torno a su
alcance, escala y generación de valores dentro de la economía social. A
mi entender, considero que las microfinanzas constituyen una intere-
sante herramienta capaz de incentivar el desarrollo en comunidades
intencionales que tratan de generar una economía alternativa a partir
de valores diferenciadores de los dominantes en la sociedad capitalista.
A tales efectos, desde diciembre del 2004 –luego de haber realizado
investigación en la zona por dos años– decidí emprender un proyecto
piloto de otorgamiento de pequeños préstamos a talleres productivos,
con tasas mínimas, y con la sola garantía de la confianza mutua.
A diferencia de los modelos actuales en microfinanzas donde los
préstamos son individuales17, considero crucial el otorgamiento de
créditos a individuos agrupados bajo valores y normas comunes, con el
fin de desarrollar una actividad productiva conjunta, encontrando en
ella los elementos constitutivos de las acciones colectivas vistas a lo
largo del presente trabajo.
En síntesis, dado que uno de los principales problemas con los que
se enfrenta el MTD Solano es el de su pobre o nulo acceso al crédito,
es que considero interesente incorporar esta herramienta como un
medio alternativo de financiación con fines de desarrollo comunitario.

17 Un porcentaje cada ves mayor de los microcréditos se los denomina „grupa-


les‰. En ellos es necesario constituir un grupo de asociados para acceder a
créditos „individuales‰, conformando la denominada „garantía grupal o solida-
ria‰, en la cual los integrantes del grupo se comprometen a responder ante los
posibles morosos entre sus compañeros de crédito. A mi entender, este tipo
de crédito „grupal‰ no constituye elementos verdaderamente comunitarios.
63

2. Objetivos del proyecto

Los objetivos en los cuales se basa esta experiencia piloto son los
siguientes:

1. Facilitar pequeñas inyecciones de capital para promover el desa-


rrollo de talleres productivos noveles o ya existentes en el movimiento,
bajo pautas de producción acorde a los valores propuestos por el mismo.
2. Contribuir a la internalización de los valores pro-sociales de
equidad, honestidad, solidaridad y confianza a través de la experiencia
de los microcréditos.

El alcance en esta primer etapa del proyecto se limita a la demostra-


ción de la factibilidad del uso de la herramienta para el caso de estudio.
En lo que respecta a la escala del proyecto, esta se enfocará en un
pequeño grupo de personas. Esta pequeña escala inicial tiene como
objetivo el hecho de asegurar un desarrollo óptimo en el proceso de
los proyectos financiados, con el fin de que estos puedan luego ser
tomados, como una experiencia exitosa a imitar, por parte del resto
del movimiento.
En este sentido, la elección del primer grupo se basó en la informa-
ción obtenida, tanto en el trabajo de campo como en los ejercicios de
experimentación. De este modo decidí trabajar con un grupo de diez
personas (9 mujeres y un varón) del barrio de Monteverde.
Cuatro fueron los factores que determinaron cual sería el grupo de
trabajo con el cual desarrollar un primer proyecto piloto con grandes
posibilidades de éxito y posterior difusión: (1À) el vínculo de „confian-
za‰ y afecto entre el grupo de Monteverde y mi persona; (2À) los índi-
ces de preferencias altamente cooperativos y equitativos obtenidos en
la experimentación en teoría de juegos; (3À) la grata sorpresa de que
este mismo grupo llevó a cabo un microemprendimiento –basado en la
compra-venta de artículos para la dama– a partir de las ganancias indi-
viduales obtenidas en los juegos desarrollados una semana atrás. Esto
último reforzaría la validez de los datos obtenidos en los juegos, evi-
denciando, además, la capacidad emprendedora de los participantes;
(4À) la costumbre –privativa solo de este barrio– en llevar una contabi-
lidad exhaustiva acerca de todas sus actividades económicas; y por
último (5À) la existencia –interrumpida desde hace 6 años– de un tipo
particular de acción colectiva ad-hoc conocida como Asociación de
Crédito Rotativo –mencionada en términos emic como „Los Círculos
de Monteverde‰.
64

Este tipo de asociaciones posee una abundante bibliografía antropo-


lógica –(Blasom (1952), Geertz (1962), Arder (1964), y Firth, Yamey
1964)–, ya que se encuentra ampliamente distribuida entre distintas
sociedades a lo largo del mundo (1993:153).
La mecánica de estas verdaderas „acciones colectivas‰ se basa en
que un determinado número de personas realiza contribuciones fijas de
dinero a intervalos regulares. En cada intervalo o ronda el dinero de
todos los participantes se constituye en un fondo común, el cual es
entregado por turnos a cada uno de los individuos que constituyen el
grupo. Una vez completado el ciclo completo de contribuciones –cuyo
número de rondas debe ser igual al número de integrantes–, cada
miembro del grupo terminará pagando una suma de dinero exactamen-
te igual a la que recibió en una de los rondas del ciclo. La funcionalidad
económica de este procedimiento se basa en la capacidad de concen-
trar sumas de dinero que, de otra manera, un individuo solo no podría
generar. Esto resulta especialmente valioso en grupos donde la ausencia
de instituciones bancarias o la incapacidad de acceder a ellas impiden el
acceso a créditos de capital. 18
Lo valioso de las Asociaciones de Crédito Rotativo como expe-
riencia previa a la implementación de microfinanzas es que involucran
cuatro ingredientes importantes de lo que Fiske (1991) denominó mo-
delo de Equality Matching. Estos son: (1) sistema de turnos, (2) distri-
bución equitativa, (3) contribuciones iguales, (4) reciprocidad balancea-
da, (5) y compensación niveladora.

3. Montos y tasas de los créditos

Con respecto a los montos y tasas de interés, se implementó el


modelo piramidal de la tasa de interés decreciente y el monto de crédi-
to creciente, con el fin de generar una metodología de incentivos. La
tasa de interés se calculó en base a los gastos operativos mínimos para
realizar la experiencia, tales como el gasto de traslado en autobús una
vez por semana necesarios para seguir el caso y cobrar las cuotas. Esto
resultó en tasas de interés sumamente bajas, alejadas de las ofrecidas
por aquellas microfinancieras que, en busca de sustentabilidad, elevan
sus tasas llegando, generalmente, a superar ampliamente la de los pro-
pios bancos.

18 Muchas son las variantes que se derivan de este tipo de asociación rotativa
básica.
65

4. Destino y resultados preliminares de los microcréditos

El destino dado a los microcréditos otorgados hasta el momento se


ha orientado al sector de producción de alimentos, mayoritariamente
compuestos por productos de panadería. Estos han sido puestos a la
venta en mercados locales dentro del parido de Quilmes, generando
ventas que fueron aumentando exponencialmente ha medida que se
reinvertida parte de lo ganado en la compra de insumos y elementos de
cocina. El éxito de este microemprendimeinto colectivo ha logrado
afianzar los lazos cooperativos de confianza y solidaridad en el grupo,
generando una sensación de revitalización generalizada dentro de él, e
incentivando la difusión de sus experiencias a otros grupos barriales
pertenecientes al movimiento.
A continuación se sintetizan los principales datos de los microcré-
ditos otorgados.19

Microcréditos otorgados al barrio Monteverde

Cuotas x
NÀ Monto %TA Propósito
mes
1 $400 12 3 Panadería
2 $400 8 3 Refacción transporte
3 $500 6 3 Panadería
4 $300 4 2 Horno chileno (x2)

Conclusiones

El surgimiento de nuevos movimientos sociales como respuesta


comunitaria ante la exclusión masiva llevada a cabo por las políticas
neoliberales de la década de los 90 en la Argentina, despertó gran inte-
rés por parte de las ciencias sociales en general, y de la economía social
en particular. Uno de estas primeras manifestaciones fue la del MTD
Solano, la cual plantea un proyecto alternativo de gobierno comunitario
a partir de los principios organizativos de la horizontalidad, democracia
directa, autonomía y lucha. A la luz de esta acción colectiva emblemáti-
ca, muchas otras han surgido (adoptando genéricamente las siglas de
MTD) tomando de ellos varios de sus criterios y métodos de lucha. Sin

19 Una mayor información sobre el destino de los microcréditos podrá consul-


tarse en la versión completa del trabajo.
66

embargo, el MTD Solano, lejos de constituirse como un movimiento


modelo e ideal, ha transitado una evolución particular, con grandes
obstáculos internos conocidos en la literatura económica como pro-
blemas del bien común o problemas de la acción colectiva, los cuales
afectan la internalización y transmisión de los principios por ellos pro-
mulgados.
Pese a estos problemas, el MTD Solano –y muy especialmente un
sub-grupo barrial denominado Monteverde– sigue constituyendo hoy
día una alternativa válida de desarrollo comunitario. En este sentido,
considero que la participación activa del investigador a través de
herramientas tales como la introducción de microfinanzas en el seno de
los talleres productivos llevados a cabo en el movimiento constituye un
elemento más para contribuir al desarrollo de otra economía posible.20

Bibliografía citada

• Bekerman M. 2004. Micro Créditos. Una Estrategia contra la Ex-


clusión. Grupo Norma Editorial. Buenos Aires.
• Bowles S. y Gintis H. 2003. Prosocial Emotions.
• Bowles, S. y Gintis, H. 1998. Structured Population and the Evolu-
tion of Pro-Social Norms. Artículo publicado en la Evolution and
Human Behavior 19: 3-25.
• Bowles, S. y Gintis, H. 2001. œHa Pasado de Moda la Igualdad? El
Homo Reciprocans y el futuro de las políticas igualitarias. En Ra-
zones para el Socialismo. Gargarella, Roberto y Ovejero, Félix
(comps.). Editorial Paidos, Madrid.
• Boyd, R. & Richerson, P. 1985. Culture and the Evolutionary Pro-
cess. University of Chicago Press, Chicago.
• Boyd, R. y Richerson, P. 1982. Cultural Transmission and the evo-
lution of cooperative behavior. Human Ecology. 10, 325-351.
• Boyd, R. y Richerson, P. 1990. Group selection among alternative
evolutionary stable strategies. J. Theoretical Biology. 145, 331-342.
• Boyd, R. y Richerson, P. 1992. Punishment allows the evolution of
cooperation (or anything else) in sizable groups. Ethol. Sociobiolo-
gy. 13, 171-195.

20 La experiencia revitalizante de la microfinanzas en el barrio de Monteverde,


ha incentivado a sus integrantes ha que se constituyan bajo la figura legal de
Cooperativa de Trabajo „La Transparencia‰ desde diciembre del 2005. Mi
investigación resiente apunta hacia esta poderosa herramienta propia del coo-
perativismo, y su integración en un modelo de desarrollo comunitario.

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
67

• Camerer, C. & Fehr, E. 2001. Measuring social norms and prefe-


rences using experimental games: A guide for social scientist. Pu-
blicación para la edición electrónica de la Mc Arthur Foundation.
• Ferrara, F. 2003. Más Allá del Corte de Rutas. La Rosa Blindad
Editores. Buenos Aires.
• Fiske, A. 1991. Structures of Social Life. The Four Elementary
Forms of Human Relations. The Free Press, New York.
• García, I. 2005. Comunidad y Cooperación. Un enfoque evolutivo
de la acción colectiva. Tesis de licenciatura en Ciencias Antropoló-
gicas de la Universidad de Buenos Aires. Publicación en prensa.
• Geertz, C. 1987. la Interpretación de las Culturas. Gedisa, México.
• Gintis, H. 2000. Game Theory Evolving. Princeton University Pre-
ss, Princeton.
• Gonzales Bombal, I. 2003. Nuevos Movimientos Sociales y ONGs
en la Argentina de la Crisis. Editorial Cedes. Buenos Aires.
• Hardin, G. 1968. The Tragedy of the Commons.
• Hardin, R. 1982. Collective Action. Johns Hopkins University Pre-
ss, Baltimore
• Hernrich, J, Boyd, R, Bowles, S, Camerer, C, Fehr, E, Gintis, H,
McElreath, R. 2001. In Serach of Homo Economius: Behavioral Ex-
periments in 15 Small-Scale Societies. Publicación para la edición
electrónica del Santa Fe Institute.
• Mazzeo, M. 2004. Piqueteros. Notas para una Tipología. Manuel
Suárez-editor, Buenos Aires.
• MTD Solano y Colectivo Situaciones. 2002. La Hipótesis 891. Más
Allá de los Piquetes. Ediciones de Mano en Mano. Buenos Aires.
• Olson, M. 1965. The Logic of Collective Action: Public Goods &
the Theory of Groups. Harvard University Press, Cambride.
• Pacheco, M. 2004. Del Piquete al Movimiento. Cuadernos de la
FISYP, Buenos Aires.
• Putnam, 1993. Making democracy Work: Civic Traditions in Mo-
dern Italy. Princeton University Press. NY.
• Schneider Mansilla, I. 2003. Piqueteros: Una Mirada Histórica. As-
tralib Cooperadora Editora, Argentina.
• Taylor, M. 1982. Community, Anarchy and Liberty. Cambridge
University Press, Cambridge.
• Taylor, M. 1987. The Posibility of Cooperation.Cambridge Univer-
sity Press, Cambridge.
• Trivers, L. 1971. The Evolution of Reciprocal Altruism. Quarterly
Review of Biology.
68

• Watkins, W. 1980. Principios del cooperativismo. Alianza Coope-


rativa Internacional. Bogotá.
• Yunus M. 2000. Hacia un Mundo sin Pobreza. Editorial Andrés
Bello. Santiago de Chile.
UMA AN˘LISE DO EMPREENDIMENTO FRUTAS‹ (CAROLINA-MA,
BRASIL) ¤ LUZ DA ECONOMIA SOLID˘RIA

Igor S. H. de Carvalho21

Omar Silveira Junior22

Resumo

A fábrica de polpas de frutas FrutaSã começou a funcionar em


1994, no contexto do Projeto Frutos do Cerrado, objetivando a
implementação de uma alternativa de geração de renda aliada à
conservação do Cerrado da região das Terras Indígenas dos Povos
Timbira. A empresa tem como proprietárias a Associação Wyty-Catë das
Comunidades Timbira do Maranhão e Tocantins, única beneficiária dos
lucros gerados, e a organização não governamental Centro de Trabalho
Indigenista – CTI, fiel depositária frente às instituições externas. Neste
artigo, defendemos que o empreendimento se distingue da economia
capitalista, e, portanto, se aproxima do conceito da Economia Solidária,
por uma série de motivos: seus lucros se destinam a dar suporte às
ações e objetivos sociais da Associação Vyty Catë; a FrutaSã estabelece
uma cooperação entre indígenas e seus vizinhos não-índios, gerando
renda para as comunidades locais; também conserva e recupera a

21 Biólogo, Pesquisador Associado ao ISPN-Instituto Sociedade, População e


Natureza, e Mestrando no Centro de Desenvolvimento Sustentável, Universidade
de Brasilia. e-mail: igorshc@yahoo.com
22 Economista, Gerente Administrativo Financeiro do CTI. Centro de Trabalho
Indigenista. e-mail: omar.silveira@trabalhoindigenista.org.br

69
70

vegetação nativa da região. São levantadas algumas questões que podem


subsidiar discussões mais aprofundadas sobre empreendimentos
solidários e socioambientais, como a adequação dos processos decisórios
operacionais à realidade do mercado, os conflitos socioculturais
decorrentes da interação de indígenas com pequenos agricultores e a
necessidade de subsídios (investimentos a fundo perdido) para viabilizar
este tipo de empreendimento.

Palavras-chave: Extrativismo, Cerrado, Timbira, Economia Solidária.

Introdução

O Cerrado cobre cerca de 22% do território brasileiro, possui


imensa riqueza biológica, uma grande variedade de ambientes e grande
capacidade de absorção de carbono. Abriga também nascentes e
corpos de água que alimentam grandes bacias dos principais rios
brasileiros e sul-americanos, além do imenso Aquífero Guarani (MMA,
2004; Novaes, 2000). O Cerrado é considerado um hotspot pela ONG
Conservation International, ou seja, um dos biomas mais ricos e
ameaçados do planeta (Mittermeier et al., 2004).
Nas últimas décadas, o Cerrado tem sofrido intensa degradação,
devido principalmente à expansão agropecuária, com extensas pastagens e
grandes monoculturas (principalmente soja e eucalipto), e ao
desmatamento para a produção de carvão (MMA, 2004). O modelo
agrícola predominante, oriundo da chamada „Revolução Verde‰,
demanda insumos químicos, variedades de alto rendimento e
mecanização do trabalho, gerando conseqüências como a erosão e
poluição dos solos e das águas, redução da biodiversidade e redução
dos postos de trabalho no campo (Alho e Martins, 1995; Duarte, 2002;
WRI, 1992).
Vivem no Cerrado inúmeras populações que sobrevivem de seus
recursos naturais, especialmente da biodiversidade. Incluem-se aí povos
indígenas, comunidades quilombolas e outras populações tradicionais que
fazem parte do patrimônio histórico e cultural brasileiro. Essas
comunidades aproveitam os recursos do bioma geralmente de forma
racional e equilibrada, sem prejudicar significativamente os ecossistemas, e
detêm um amplo conhecimento tradicional da biodiversidade (MMA,
2004). Além disso, contribuem para a manutenção da sócio-biodiversidade
brasileira e dos conhecimentos relacionados (Sawyer, 2002).
71

O extrativismo representa uma atividade de grande importância


para as populações que habitam os ecossistemas tropicais, gerando
ocupação e renda, e tem grande valor para a economia rural de países
em desenvolvimento, particularmente para os pobres e as mulheres
(Arnold, 1994), e um enorme potencial econômico ainda mal
aproveitado. Dentre os produtos aproveitáveis estão uma grande
variedade de frutas, castanhas, sementes oleaginosas, resinas, gomas,
plantas medicinais etc. (Peters, 1996). Sabe-se ainda que diversas
populações humanas, que historicamente habitam ou habitaram ricos
ecossistemas, mantiveram-nos bem conservados, aproveitando seus
recursos e até incrementando sua biodiversidade (Diegues e Arruda,
2001). Incluem-se aí os indígenas e populações tradicionais.
A área contínua do sistema dos Cerrado e chapadões do Brasil
central apresenta uma população indígena de aproximadamente 45 mil
habitantes, distribuída principalmente nos estados do Maranhão,
Tocantins, Goiás e Mato Grosso do Sul. No sul do Maranhão e norte
do Tocantins, as áreas indígenas dos povos Timbira - Krahô, Apinajé,
Krikati, Gavião-Pykobjê, Canela-Rankokramekra e Canela-Apaniekra –
se encontram na rota dos grandes projetos desenvolvimentistas
financiados com pesados incentivos dos governos estadual e federal,
onde se destaca a expansão da fronteira ligada ao agronegócio da soja e
a infra-estrutura a ela relacionada.
Desde 1993, se encontram em andamento na região projetos que
resultaram na criação da FrutaSã, uma unidade de beneficiamento de
polpas de frutas (muitas delas nativas do Cerrado), que tem como
proprietárias a organização não-governamental Centro de Trabalho
Indigenista – CTI e a Associação Wyty-Catë dos Povos Timbira do
Maranhão e Tocantins. A fábrica surgiu como uma alternativa de uso
dos produtos da flora do Cerrado, e seus lucros são revertidos para a
Associação Wyty-Catë financiar seus projetos, especialmente para
preservar e valorizar a cultura das comunidades Timbira.
A FrutaSã se localiza em Carolina, Maranhão, e, além da produção e
comercialização de polpas a partir da coleta dos frutos, suas atividades
estimulam também a recuperação e conservação do Cerrado, por meio
do extrativismo sustentável e incentivo ao adensamento de áreas
produtivas. Estimula também a geração de renda para comunidades
não-indígenas da região, que fornecem a maior parte da matéria-prima
da fábrica, encontrando, desta forma, melhores condições de
sobrevivência na região. O projeto representa uma alternativa viável
frente ao modelo de desenvolvimento predatório verificado na região
(Siqueira, 2000).
72

A economia solidária pode ser pensada como a antítese do


capitalismo (Singer 2005), e caracteriza-se pela valorização dos laços
sociais e adoção de formas comunitárias de propriedade, onde as
dimensões econômica, social e política são essencialmente articuladas
(Lechat, 2002). Segundo Gaiger (1996a), os empreendimentos solidários
que parecem mais promissores como alternativa viável para a economia
popular reúnem características do espírito empresarial moderno e
princípios do solidarismo e da cooperação econômica apoiados na
vivência comunitária. Para termos uma sociedade mais justa e sem
tantas desigualdades e exclusão social entre seus pares, é preciso que a
competição dê lugar à solidariedade. O conceito de Economia Solidária
tem como princípios básicos a propriedade coletiva ou associada do
capital e o direito à liberdade individual (Singer, 2002).
Sob a ótica da economia solidária, buscamos neste artigo analisar o
empreendimento FrutaSã, demonstrando sua grande contribuição para
uma economia que busca ser distinta da capitalista, na qual os valores
da cooperação, da valorização das culturas locais e do meio ambiente
sobressaem como principais norteadores da atividade produtiva e
comercial.

Contextualização

O Cerrado

O Cerrado é a savana mais biodiversa de todo o planeta, sendo


considerado um hotspot, ou seja, um dos biomas mais ricos e
ameaçados do mundo (Mittermeier et al., 2004). Possui uma enorme
variedade de espécies de plantas, animais e outros seres vivos, além de
um grande número de diferentes populações humanas.
Rotulado de „celeiro‰ do mundo, extensas áreas do Cerrado são
altamente favoráveis à agropecuária do modelo „Revolução Verde‰, que
faz uso intensivo de tecnologias de mecanização, irrigação e insumos
químicos, com monocultivos em larga escala. Hoje, grande parte do
bioma já é ocupada pela pecuária em pastos cultivados e pelas lavouras
anuais, das quais se destaca a soja. Com os intensos subsídios para os
agricultores empresariais, nas últimas décadas, somado às precárias
condições de vida dos pequenos agricultores que tradicionalmente
habitavam suas terras, houve na região do bioma um processo intenso
de êxodo rural e concentração fundiária (WWF, 2000).
Apesar da já mencionada riqueza do Cerrado, o modelo agrícola
nele instalado ainda encontra forte repercussão nos governos e órgãos
73

de pesquisa (Pires e Scardua, 1998). A sociedade e o governo


brasileiros não têm reconhecido e aproveitado as vantagens de sua
megabiodiversidade, e ainda persiste a percepção do meio ambiente
como restrição ao desenvolvimento (Sawyer, 2002). Faz-se necessário,
portanto, o questionamento deste modelo (Novaes, 2000). Somente a
opção do „não-uso‰ (por meio de criação de unidades de conservação
de uso indireto) não bastará à conservação da biodiversidade (Sachs,
2002), muito menos à resolução dos problemas sociais.
Centenas de milhares de quilômetros quadrados do Cerrado são
ocupados por populações tradicionais. Valorizar o modo de vida destas
populações é um meio de se promover a conservação em larga escala
no Brasil, dado que as atividades que desenvolvem são pouco
impactantes, e, ainda assim, algumas áreas próximas às ocupadas
permanecem intactas, não-ocupadas (Sawyer, 2002). Assim, o problema
que surge é como promover o desenvolvimento regional, sem que este
seja causador de desigualdades sociais e ao mesmo tempo consiga
propor uma alternativa às ações predatórias ao meio ambiente, e, além
disso, utilize os recursos ambientais oferecidos pelo bioma como forma
de geração de renda para a população que habita a região.
Em diagnóstico realizado pelo CTI em 2003, observou-se que a
situação econômica dos pequenos produtores do meio rural é bastante
semelhante no norte do Tocantins e sul do Maranhão, constatando as
enormes dificuldades de obtenção de renda e as precárias condições de
vida e de acesso a serviços básicos, como saúde, educação e
transporte. Apesar de o Cerrado apresentar inúmeras espécies
potencialmente comercializáveis – como, por exemplo, bacuri (Platonia
insignis), bacaba (Oenocarpus bacaba), buriti (Mauritia flexuosa), cajá
(Spondias lutea), murici (Birsonimia crassiflora) e araçá (Psidium araca)
– a população utiliza pouco estes recursos para obtenção de renda,
devido à falta de informação e incentivo político.

Os povos Timbira

Estima-se que, no Brasil, a população indígena total seja de 370 mil


pessoas, pertencentes a mais de 200 povos (Ricardo, 2000). Os Timbira
são povos de uma subdivisão do tronco lingüístico Jê e, desde meados
do século XVIII e início do século XIX, foram atingidos por frentes
pastoris de caráter expansionista patrocinada por empreendedores
particulares (Azanha, 1984).
Atualmente, os Timbira habitam os Cerrados do Maranhão e do
Tocantins, e formam um conjunto de sete povos indígenas: Krahô, Apinajé,
74

Gavião-Pykobjê, Krikati, Canela-Apaniekra, Canela-Ramkokramekra e


Gavião-ParaKateyê (somente este localizado no Pará). Esse conjunto de
povos compartilha um fundo cultural comum, a Forma Timbira, com
ritos, mitos, língua e cosmologia aproximados, apesar de que cada um
desses grupos tende a se afirmar de maneira autônoma perante esse
fundo cultural comum (Azanha, 1984). Além disso, os Timbira mantêm
forte relação de „dependência‰ (uso e proteção) com o meio ambiente
local, ocupam cinco Terras Indígenas (TIs), que totalizam quase cerca
de 700 mil hectares de Cerrado (CTI, 2004), e compõem uma
população de aproximadamente 6500 pessoas (Ricardo, 2000).
A demarcação destas áreas resultou de um processo de luta de 20
anos, que envolveu o CTI e as lideranças indígenas. Algumas destas áreas,
como a dos Krikati, chegou a ser invadida e explorada por posseiros,
quando estavam em processo de demarcação, porém as demais estão
íntegras do ponto de vista das suas condições ambientais, dispondo de
uma razoável oferta de produtos extrativistas comercialmente viáveis
(CTI, 2004).
O Centro de Trabalho Indigenista é uma organização não-
governamental sem fins lucrativos, fundada em 1979 por antropólogos
e indigenistas que já trabalhavam com algumas comunidades indígenas
no Brasil. O CTI visa contribuir para que as comunidades com as quais
trabalha assumam o controle efetivo de seus territórios, através da
proteção e garantia de seus direitos constitucionais e da proposição de
projetos que os possibilitem atingir o maior grau possível de auto-
suficiência econômica e política, respeitando-se os parâmetros
socioculturais das próprias comunidades indígenas (Ladeira, 2004). O
CTI é um exemplo de ONG que assume a responsabilidade de apoiar
tecnicamente ações comunitárias, potencializando a organização das
comunidades, formulando projetos e captando recursos para
implementá-los. Também estabelece o elo das comunidades com o poder
público e demais atores da sociedade (Nogueira, 2005).
O CTI tem investido seriamente na autonomização dos grupos
indígenas (Nogueira, 2005), tendo auxiliado na fundação da primeira
associação dos povos Timbira, em 1982, que recebeu o nome de
Mãkraré. Em 1996, foi fundada a Associação Wyty-Catë das
Comunidades Timbira do Maranhão e Tocantins, congregando 18
aldeias de 6 povos Timbira diferentes. Após a criação da Wyty-Catë,
várias outras associações foram criadas, geralmente representando uma
aldeia cada (CTI, 2004).
75

Análise da FrutaSã sob a ótica da Economia Solidária

A Economia Solidária

O conceito de Economia Solidária surge em um contexto onde o


modo capitalista de produção e repartição de bens predomina,
preconizando a competição como mecanismo de „justiça‰ no âmbito
do mercado, onde sempre „vencerበo „melhor‰, ou seja, aquele que
oferecer os „melhores‰ produtos e serviços pelo „menor‰ preço. Este
modelo, entretanto, sofre de profundas contradições, e tem gerado
uma verdadeira polarização entre „ganhadores‰ e „perdedores‰ deste
sistema, produzindo sociedades cada vez mais desiguais (Singer, 2002).
Nesse sentido, para que tivéssemos uma sociedade mais justa e
sem tantas desigualdades entre seus pares, seria preciso que a
competição desse lugar à solidariedade. Isso significa que os
participantes da atividade econômica deveriam cooperar em vez de
competir entre si. Neste modelo econômico diferenciado, os princípios
básicos são a propriedade coletiva ou associada do capital e o direito à
liberdade individual (Singer, 2002).
De acordo com Gaiger (2004a), as propriedades de um
empreendimento solidário giram em torno de oito princípios:
autogestão, democracia, participação, igualitarismo, cooperação, auto-
sustentação, desenvolvimento humano e responsabilidade social. Para
ele, a busca por alternativas coletivas de sobrevivência é uma
característica comum a estes empreendimentos (Gaiger, 2003). No
entanto, a economia se expressa em uma grande diversidade de
caminhos, no que se refere à tradição associativa, à forma de luta, à
disponibilidade de recursos, à força política e a outros fatores ligados
ao contexto específico (Gaiger, 2004b).
Para Noëlle Lechat (2002), as características comuns aos
empreendimentos solidários são: a participação coletiva no trabalho e nas
decisões de gestão, a posse coletiva dos bens e a repartição das sobras
entre os trabalhadores, com eventual constituição de um fundo solidário
para a criação de novos empreendimentos. Mas, como diz a própria
autora, as experiências concretas são extremamente heterogêneas.

Histórico da FrutaSã

Em meados de 1991, o CTI e as lideranças dos Timbira iniciavam


discussões em torno das condições de sua sobrevivência na região, em
face dos crescentes desmatamentos e da falência do regime de
76

assistência e apoio patrocinado pela FUNAI. Com a constatação de que


apenas 15% dos solos das Terras Indígenas locais se prestam à
agricultura, e de que era necessário cobrir os custos de bens e serviços
antes custeados a fundo perdido pela FUNAI, buscavam-se alternativas
de geração de renda que levassem em conta as práticas não destrutivas,
autônomas e auto-sustentáveis dos Timbira.
O CTI e a Associação Wyty-Catë apresentaram então, em 1993, à
Comunidade Européia, o Projeto Frutos do Cerrado, com o objetivo de
promover o desenvolvimento regional sem que este seja causador de
desigualdades sociais e de degradação ambiental, através do extrativismo,
processamento e comercialização de frutas nativas. Desta forma, segundo
Nogueira (2005), haveria a perspectiva de conservar o Cerrado da região
e aliviar a pressão no entorno das Terras Indígenas. Foi desenvolvido
então um estudo de viabilidade econômica e, em 1994, foi instalada, em
Carolina-MA, o equipamento para o processamento das frutas, com
capacidade para produzir 30 kg/hora de polpa congelada. Estava dado o
pontapé inicial para uma atividade econômica solidária em seu bojo. Este
empreendimento objetivava dar suporte às ações e objetivos sociais da
Wyty-Catë, no seu fortalecimento organizativo, na disseminação das
práticas de manejo sustentável do cerrado e na valorização cultural de
suas comunidades associadas (CTI, 2004).
As práticas extrativistas e de manejo, o plantio de culturas
permanentes, a diversificação da oferta de frutas e o adensamento nas
áreas produtivas são atividades fundamentais do projeto. Vale destacar
ainda a importância cultural e política da coleta, que funciona como um
instrumento de uso, monitoramento e vigilância da Terra Indígena,
conservando-se matérias-primas utilizadas nos artesanatos (cultura
material), na alimentação e nos rituais (CTI, 2004).
Em 1997, o CTI e a Wyty-Catë estabeleceram uma parceria com
organizações de trabalhadores rurais da região assessoradas pelo
CENTRU – Centro de Educação e Cultura do Trabalhador Rural, com
o objetivo de desenvolver um projeto político e econômico para os
povos indígenas e pequenos agricultores da região, contemplando
também o aumento de escala no fornecimento de frutas para a fábrica da
FrutaSã. Com o apoio do PD/A – Projetos Demonstrativos Tipo A,
financiado pelo PPG7 (Programa Piloto para Proteção das Florestas
Tropicais do Brasil), foi montada então a Rede Frutos do Cerrado – RFC,
cuja proposta se aproximava muito do que Gaiger (2004a) preconiza para
um empreendimento solidário: participação, cooperação, auto-
sustentação e responsabilidade social.

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
77

A administração da RFC era feita por um Conselho Diretor, no


qual tinham assento as diversas organizações envolvidas, incluindo as
associações indígenas, cujas vagas eram ocupadas por membros mais
jovens, que tinham melhor domínio da língua portuguesa e de
conhecimentos administrativos. As decisões do Conselho, no entanto,
não encontravam efetividade e nem suficiente respaldo nas aldeias,
onde os mais velhos e os caciques controlam a organização social e
política. Isso evidenciou diferenças entre pequenos produtores e
indígenas, no que concerne à cultura, aos ritmos de trabalho, aos
valores e habilidades, gerando inclusive disputas por recursos do
projeto.
Devido principalmente a estas dificuldades em lidar com as
diferenças socioculturais, a Coordenação da RFC optou então pela
separação administrativa dos setores dos pequenos produtores e dos
indígenas, resultando em dois núcleos, o primeiro representado pela
CCAMA – Central das Cooperativas Agroextrativistas do Maranhão, e
o outro pela FrutaSã, cuja fábrica passou a ser de propriedade da Vyty-
Catë e do CTI. Contudo, a unidade política da RFC foi mantida, dado o
objetivo comum das organizações envolvidas: manter o Cerrado da
região „em pé‰.
No decorrer de dez anos de execução do projeto, além dos
recursos da União Européia e do PD/A, outros apoios foram sendo
obtidos: do PPP – Programa de Pequenos Projetos (ISPN/GEF/PNUD);
do FUNBIO – Fundo Brasileiro para a Biodiversidade; da Fundação
DOEN, da Holanda; e do DED – Serviço Alemão de Cooperação
Técnica e Social, que, além de financiamentos, enviou um cooperante
da área de fruticultura para assistência técnica. Quase todos estes
financiamentos se deram a fundo perdido.
Gaiger (1996b) traz a questão da substituição de financiamentos a
fundo perdido pela obrigatoriedade de devolução, parcial ou total, da
importância concedida, como forma de estimular os grupos a buscarem
sua auto-suficiência. No caso da FrutaSã, a empresa vem buscando sua
autonomia, porém os financiamentos a fundo perdido ainda são
necessários. Seu plano de negócios prevê que a fábrica atinja a
sustentabilidade até 2008 (CTI, 2004). Mesmo assim, parcerias entre o
terceiro setor e o setor público são cada vez mais freqüentes (Lechat,
2002), o que indica a prudência de não descartar este tipo de
financiamento tão cedo.
A necessidade de recursos a fundo perdido pode ser diminuída a
um nível baixo, mas dificilmente poderá ser completamente extinta em
um curto prazo. Defendemos aqui, portanto, que a lucratividade
78

esperada de um empreendimento como a FrutaSã não deve ser a


mesma a ser esperada de um empreendimento privado, pois deve-se
levar em conta os benefícios sociais e ambientais que consistem no
principal „retorno‰ dos investimentos. Para se atingir a viabilidade do
empreendimento no longo prazo, deve-se aumentar a eficiência das
atividades, através de aumento de escala, manejo e diversificação, por
um lado, e por outro melhorar a capacidade de acesso ao suporte
governamental, como crédito subsidiado e tecnologias (Sawyer, 2004).
Outra característica da FrutaSã diretamente relacionada à necessidade
de recursos doados e à geração de benefícios socioambientais é o alto
custo da logística da produção. A necessidade de buscar frutos em
áreas longínquas, dispersas e de difícil acesso torna os gastos em
transporte muito elevados, já que seus fornecedores não possuem
condições de levar a matéria-prima à fábrica. As perdas na matéria-
prima, que é altamente perecível, também são muito altas. Além disso,
os custos com apoio técnico para as diversas atividades decorrentes de
um empreendimento como este, bem como aqueles relacionados aos
padrões de qualidade e segurança (higiene, conservação, apresentação
do produto, licenças e registros normativos), não podem ser arcados
pelas comunidades beneficiadas, e nem são oferecidos de maneira
adequada e satisfatória pelo setor público (Sawyer 2004).
A FrutaSã ao gerar renda para pequenos produtores e comunidades
indígenas, propicia uma „economia‰ de recursos por parte do Estado, já
que os recursos antes repassados para essas comunidades através de
projetos assistencialistas, poderão ser „utilizados‰ em outras áreas
necessárias para a diminuição das desigualdades sociais. Nesse sentido
entendemos que o empreendimento também é solidário.
Estas questões trazem lições que remetem à maioria de projetos
produtivos comunitários e de economia solidária, que buscam a
geração de benefícios sociais e ambientais prioritariamente aos lucros
auferidos pelo empreendimento.

O funcionamento da FrutaSã

Os sócios da FrutaSã Indústria, Comércio e Exportação ltda. são a


Associação Wyty-Catë, única beneficiária pelos lucros gerados para uso
em suas ações sociais, e o CTI, como fiel depositário frente às
instituições externas. Desde a sua criação, a FrutaSã foi administrada de
forma coletiva pelo CTI e pela Wyty-Catë, sem ter um profissional
qualificado para esta atividade, o que prejudicava o bom desempenho
do empreendimento. Não havia uma clara definição de funções e
79

respectivas responsabilidades, já que alguns colaboradores eram


voluntários e outros profissionais vinculados a outros projetos. Com a
chegada do cooperante do DED, em 2000, iniciou–se a reestruturação
da fábrica, que desencadeou uma série de mudanças e decisões com a
finalidade de profissionalizar a sua gerência e administração. As
decisões sobre a FrutaSã continuaram a ser tomadas de forma coletiva,
com participação efetiva da Wyty-Catë, porém, passou a ter um
desempenho mais eficiente no que diz respeito à inserção dos produtos
no mercado, gestão dos recursos, formação de parcerias etc.
A FrutaSã tem um modelo de organograma e de gestão que preserva
as particularidades das comunidades indígenas. Na Assembléia da Wyty-
Catë, que se reúne anualmente, são eleitos dois representantes indígenas
que fazem parte do Conselho de Administração. Nestas assembléias
estão presentes os caciques das aldeias e suas principais lideranças,
como conselheiros (senhores mais velhos que tem grande importância
nas sociedades Timbira), professores e as mulheres, que exercem um
papel fundamental na coleta de frutas e organização da produção nas
aldeias. Abaixo do Conselho de Administração, existe uma equipe de
gestão profissional de funcionários contratados. Esta equipe, bem como
a prestação de contas e todas as decisões sobre o planejamento da
FrutaSã, são monitoradas pelo Conselho e pelas Assembléias do CTI e
da Wyty-Catë.
Para Singer (2003), um empreendimento solidário se caracteriza
pela prática da autogestão, compreendida como a mais completa
igualdade de direitos entre todos os membros da organização, no que
se refere à propriedade do capital e ao poder de decisão. Neste
sentido, se aplicarmos esta conceito à FrutaSã, verificamos que seus
funcionários não tem participação nos lucros nem nas decisões da
empresa. Entendemos, porém, que a empresa não deixa de ser solidária
por isso.
As polpas de fruta congeladas são vendidas para a merenda escolar
em escolas da prefeitura, em pequenas lanchonetes e bares da região
de Carolina e até em uma grande rede de supermercados do
Maranhão. A tabela 1 mostra a evolução da produção e faturamento
desde 1998 até julho de 2005.

Ano 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004


Produção (kg) 5.043 13.224 16.837 20.810 49.996 65.383 75.079
Faturamento (R$) 12.981 43.322 51.714 59.590 141.797 217.002 296.237
Tabela 1: Evolução da produção e faturamento da FrutaSã. Fonte: FrutaSã
80

Os fornecedores das matéria-prima da FrutaSã são pequenos


produtores rurais principalmente do município de Carolina, micro-
fornecedores da área urbana e periferia da cidade e as aldeias
associadas à Wyty-Catë. Estes fornecedores obtém as frutas de suas
pequenas propriedades e de áreas de uso comum, e, para tanto, o
investimento que fazem é muito baixo, resumindo-se ao tempo e aos
deslocamentos necessários, diferentemente dos cultivos, que exigem
mais mão-de-obra e muitas vezes compra de sementes e insumos. O
pagamento pela entrega dos frutos é feito à vista, e o incremento no
orçamento familiar destes produtores é significativo. A tabela 2 mostra
a evolução da renda gerada na venda de frutas pelos indígenas e
pequenos agroextrativistas de 1998 a 2004. Nela, vemos que a
quantidade de matéria-prima utilizada para a produção de polpa de
fruta, que corresponde à renda total gerada para os pequenos
produtores e índios, saltou de R$ 10.612,00 em 1998 para R$
146.378,64 em 2004.

Ano 1998 1999 2000 2002 2003 2004


Renda gerada (R$) 10.612 15.751 31.554 86.647 109.618 146.378
Tabela 2. Renda total obtida por indígenas e pequenos agroextrativistas
de 1998 a 2004. Fonte: FrutaSã

Assim, entendemos que, além dos conceitos dos autores em


Economia Solidária, devemos ampliar esta análise quando tratamos da
missão a qual se propõe a FrutaSã. O empreendimento é solidário na
distribuição dos lucros, que são revertidos para uma Associação
Indígena que congrega 16 aldeias, composta por aproximadamente
1.100 indígenas. O poder decisório sobre o empreendimento que tem
a Wyty-Catë contempla seu sistema político tradicional. Além disso, a
maior parte da matéria-prima que chega à fábrica vem de pequenos
produtores do entorno das Terras Indígenas, organizados principalmente
na AAPPC – Associação Agroextrativista dos Pequenos Produtores de
Carolina (Nogueira, 2005), o que caracteriza a cooperação entre
indígenas e não-indígenas da região. O Projeto Frutos do Cerrado vem
estimulando a organização associativista e cooperativista de grupos que
trabalham com o aproveitamento de frutas (CTI, 2004). Estimulando os
extrativistas ao uso sustentável dos recursos naturais da região, a
FrutaSã está propiciando a geração de renda para a população local e a
conservação do Cerrado, e nesse sentido também é solidária.
Em 2004, a FrutaSã foi agraciada com o Prêmio Chico Mendes
(Ministério do Meio Ambiente) como „Negócios Sustentáveis do Ano‰,
sendo que no ano anterior a Wyty-Catë ganhou como „Associação do
81

Ano‰. Em agosto deste ano de 2005, a FrutaSã ganhou a certificação de


tecnologia social pela Fundação Banco do Brasil, UNESCO e Petrobrás.
Estes prêmios são o reconhecimento da importância do projeto, como
promovedor de uma atividade econômica, política, social, cultural e
ambiental diferenciada, na qual a cooperação entre os diferentes povos,
e entre estes e a natureza, leva à melhoria da qualidade de vida e do
meio ambiente de todos.

Conclusão

A FrutaSã é um empreendimento que se distingue da lógica


capitalista, contribuindo significativamente para uma economia solidária
e geradora de benefícios sociais e ambientais. A empresa compra frutos
do Cerrado de pequenos agricultores extrativistas e de indígenas da
região de Carolina-MA, possibilitando a estas populações uma atividade
econômica de baixo investimento, que gera renda imediata e promove
a conservação da biodiversidade local.
Os lucros da FrutaSã são revertidos para as ações sociais da
Associação Wyty-Catë das Comunidades Timbira do Maranhão e
Tocantins, fornecendo, a estes povos indígenas, um meio de valorizar
seus ritos, festas e costumes, preservando sua cultura. A aproximação
destes povos com as populações não-indígenas da região, no âmbito do
projeto no qual a FrutaSã é a atividade motor, fortalece os valores da
cooperação e aponta para um projeto político consistente para a
região, no qual as populações historicamente excluídas assumem o
protagonismo.
Outra questão que analisamos versa sobre os financiamentos a
fundo perdido para projetos que geram benefícios socioambientais ou
que se enquadrem nos preceitos da Economia Solidária. Concluímos,
com as lições da FrutaSã, que estes financiamentos são necessários,
especialmente nos momentos iniciais, e podem ser diminuídos a um
nível baixo à medida que o empreendimento atinja seu ponto de
equilíbrio, mas dificilmente poderão ser completamente extintos. Não
se deve esperar, deste tipo de empreendimento, a mesma lucratividade
esperada de um empreendimento privado, uma vez que sua concepção
traz, como objetivo, a geração de benefícios sociais, culturais e
ambientais, e não a mera geração de lucro. Cobrir os altos custos
referentes à geração destes benefícios deve ser encarado como um
investimento de toda a sociedade, para o bem-estar dela própria. A
FrutaSã confirma ainda a importância e o grande potencial do
extrativismo e do uso sustentável da biodiversidade, para a melhoria de
82

vida das populações que habitam o Cerrado e para a conservação do


bioma.
A Economia Solidária nos mostra que, de fato, outra forma de
economia é possível. Os valores da cooperação, do respeito às culturas
e ao meio ambiente podem ser norteadores de atividades produtivas e
comerciais, trazendo benefícios amplos para toda a sociedade. Os
exemplos de empreendimentos solidários bem-sucedidos, no entanto,
ainda são poucos, especialmente se considerarmos a região na qual se
insere a FrutaSã. Esta, portanto, vem trazer lições importantes para
esta „outra‰ economia, e também para a formulação de conceitos que
embasem a luta pela Economia Solidária.

Referências bibliográficas

• ALHO, C.J.R. e MARTINS, E.S.(eds.). 1995. De grão em grão, o


Cerrado perde espaço - impactos do processo de ocupação. Brasí-
lia, Fundo Mundial para a Natureza (WWF).
• ARNOLD, J.E.M. 1994. Nonfarm employment in small-scale forest-
based enterprises: policy and environmental issues. In: The Envi-
ronmental and Natural Resources Policy and Training Project –
EPAT, n°11. EUA, Universidade de Wisconsin-Madison.
• AZANHA, G. 1984. A forma Timbira: estrutura e resistência. São
Paulo, SP. Dissertação de mestrado. Universidade de São Paulo –
USP.
• CTI – Centro de Trabalho Indigenista. 2004. Apoio para aumentar
o volume da produção e beneficiamento de frutas da FrutaSã.
Anexo 4 – Plano de negócio. Programa de Pequenos Projetos –
PPP (GEF/PNUD/ISPN).
• DIEGUES, A.C. e ARRUDA, R.S.V. (Orgs). 2001. Saberes tradicio-
nais e biodiversidade no Brasil. Brasilia, Ministerio do Meio Am-
biente, 176p.
• DUARTE, L.M.G. 2002. Desenvolvimento Sustentável: Um olhar
sobre os Cerrados Brasileiros. In: DUARTE, L.M.G. e
THEODORO, S.H. (orgs.). Dilemas do cerrado: entre o ecologi-
camente (in)correto e o socialmente (in)justo. Brasília, Garamond.
• GAIGER, L.I. 1996a. Apresentação In: GAIGER, L.I. (org). Formas de
combate e de resistência à pobreza. São Leopoldo, Ed. UNISINOS.
• GAIGER, L.I. 1996b. Empreendimentos solidários: uma alternativa
para a economia popular? In: GAIGER, L.I. (org). Formas de com-
bate e de resistência à pobreza. São Leopoldo, Ed. UNISINOS.
83

• GAIGER, L.I. 2003. Empreendimentos econômicos solidários In:


CATTANI, A.D. (org). A Outra Economia. Porto Alegre, Veraz
Editores.
• GAIGER, L.I. 2004a. Apresentação In: GAIGER, L.I. (org). Sentidos
e Experiências da Economia Solidária no Brasil. Porto Alegre, Edi-
tora da UFRGS.
• GAIGER, L.I. 2004b. As emancipações no presente e no futuro In:
GAIGER, L.I. (org). Sentidos e Experiências da Economia Solidária
no Brasil. Porto Alegre, Editora da UFRGS.
• LADEIRA, M. e MATTA, P. 2004. Terras Guarani no litoral: as
matas que foram reveladas aos nossos antigos avós. São Paulo, CTI
– Centro de Trabalho Indigenista.
• LECHAT, N.M.P. 2002. Economia social, economia solidária, ter-
ceiro setor: do que se trata? Revista Civitas. Organizações e Mo-
vimentos sociais. Porto Alegre, Editora PUCRS, 2(1):123-140.
• MITTERMEIER, R.A. et al. 2004. Hotspots revisited. Cidade do
México, CEMEX.
• MMA. 2004. Programa Nacional de Conservação e Uso Sustentá-
vel do Bioma Cerrado. Brasília, Ministério do Meio Ambien-
te/Secretaria de Biodiversidade e Florestas-Núcleo dos Biomas
Cerrado e Pantanal.
• NOGUEIRA, M.C.R. 2005. Quando o pequeno é grande: uma aná-
lise de projetos comunitários no Cerrado. São Paulo, Annablu-
me. 172p.
• NOVAES, W.; RIBAS, o. e NOVAES, P.C. (Coords.). 2000. Agenda
21 Brasileira: Bases para discussão. Brasília, Ministério do Meio
Ambiente/Programa das Nações Unidas para o Desenvolvimento.
• PETERS, C.M. 1996. The ecology and management of non-timber
forest resources. World Bank technical paper, n°322, 157p. Was-
hington, DC, EUA.
• RICARDO, C.A.2000. Povos Indígenas no Brasil 1996/2000. Brasí-
lia, Instituto Socioambiental, 830p.
• SACHS, I. 2002. Caminhos para o desenvolvimento sustentável.
Rio de Janeiro, Garamond.
• SAWYER, D. 2002. Ação em meio ambiente no Brasil: estado atual
e perspectivas futuras. Brasília, Instituto Sociedade, População e
Natureza (ISPN).
• SAWYER, D. 2004. Economic feasibility and security of Cerrado
fruit production. Brasília, Instituto Sociedade, População e Nature-
za (ISPN).
84

• SAWYER, D.; SCARDUA, F.P. e PINHEIRO, L. 1999. Extrativismo


vegetal no Cerrado: análise de dados de produção, 1980-1993.
Brasília, Instituto Sociedade, População e Natureza (ISPN).
• SILVEIRA JUNIOR, O. 2004. Uma proposta de desenvolvimento
regional sustentável: um estudo de caso da empresa Fruta Sã. Bra-
sília, DF. Monografia apresentada ao Curso de Ciências Econômi-
cas -Centro Universitário de Brasília - UNICEUB.
• SINGER, P. 2002. Introdução à Economia Solidária. São Paulo,
Fundação Perseu Abramo.
• SINGER, P. 2003. Economia solidária In: CATTANI, A.D. (org). A
Outra Economia. Porto Alegre, Veraz Editores.
• SINGER, P. 2005. A economia solidária como ato pedagógico In
KRUPPA, S.M.P. (org). Economia Solidária e educação de Jovens e
Adultos. Brasília, INEP.
• SIQUEIRA JR., J.G. 2000. A organização Timbira e a Rede Frutos
do Cerrado In RICARDO, C.A. (Ed.). 2000. Povos Indígenas no
Brasil, 1996-2000. São Paulo, Instituto Socioambiental.
• WRI. 1992. A Estratégia Global da Biodiversidade: diretrizes de ação
para estudar, salvar e usar de maneira sustentável e justa a riqueza
biológica da Terra. Washington, World Resources Institute.
• BUSCHBACHER, R. 2000. (Coord.) Expansão Agrícola e Perda da
Biodiversidade no Cerrado: origens históricas e o papel do co-
mércio internacional. Brasília, WWF Brasil. 104p.
LAS EMPRESAS RECUPERADAS DEL GRAN ROSARIO, NUEVAS
MODALIDADES DE PRODUCCIŁN, GESTIŁN Y DISTRIBUCIŁN.

María Victoria Deux Marzi23

Introducción

Luego de sucesivas reformas estructurales iniciadas con el Gobier-


no Militar de 1976 y acentuadas a partir de la implementación del Ré-
gimen de Convertibilidad, la sociedad argentina asiste a procesos de
desindustrialización y destrucción masiva de fuentes de trabajo.
El modelo aperturista instaurado a partir del golpe militar de 1976
generó cambios drásticos en las condiciones económicas que hasta ese
momento habían alentado el desarrollo. La industria nacional fue des-
plazada por la liberalización de los mercados y la apertura económica,
ambas postuladas como condiciones necesarias para el crecimiento. En
cuanto a la inversión externa, la alta disponibilidad de capital financiero
internacional facilitó un creciente predominio de la especulación finan-
ciera, la cual brindaba mayores e inmediatos beneficios en comparación
con la inversión productiva. La política económica promovió un proce-
so de desindustrialización en la mayoría de las ramas productivas des-
arrolladas hasta ese entonces, que tuvo graves consecuencias sobre el
empleo, los salarios y la calidad de vida de amplias capas de la pobla-
ción, creando núcleos de pobreza en centros industriales como el Gran
Rosario, Gran Córdoba y el conurbano bonaerense.

23 Licenciada en economía (Universidad Nacional de Rosario, Argentina), Maes-


tranda en economía social (Universidad Nacional de General Sarmiento, Argen-
tina). e-mail: vickydeux@hotmail.com

85
86

Asimismo, el denominado disciplinamiento social fue aplicado a to-


da la sociedad pero con un significado específico en lo que se refiere a
la clase trabajadora: mediante la regulación jurídica de sus capacidades y
actividades y a través de una reforma económica que suprimía las condi-
ciones funcionales que alentaban su desarrollo, se persiguió el debilita-
miento de las organizaciones corporativas y políticas representativas de
esta clase.
A partir de la década del ochenta y principalmente en los años no-
venta se generalizaron programas de flexibilización bajo el impulso de la
doctrina neoliberal, en un marco en le que el creciente desempleo pare-
cía no dejar otras alternativas. Según entienden Argumedo y Quintar
(2002), „las políticas de ajuste que acompañaron la restauración de los
gobiernos constitucionales impusieron un dilema cada vez más crítico a
los partidos: cómo mantener el consenso político mayoritario de una
sociedad que, al mismo tiempo, se sentía crecientemente hostigada por
estrategias económicas que deterioraban cada vez más sus condiciones
de vida‰.
Con el objetivo de desarrollar la máxima capacidad de adaptación
de la empresa y la economía, la flexibilización requirió la introducción
del mercado en relaciones hasta ese momento no mercantiles. Si bien
es cierto que la búsqueda de la flexibilidad significa ni más ni menos que la
restauración de mercados competitivos, en países como Argentina ello
tuvo un significado particularmente prejudicial para los trabajadores: la
variación de los precios y las cantidades de acuerdo al estado de la oferta
y la demanda implicaron la sensibilidad de los salarios frente a la coyuntu-
ra, la variación de la duración del trabajo y la implementación de ciertas
„ventajas‰ para contratar o despedir trabajadores en función de los mo-
vimientos de la actividad.
El ajuste de los precios y de las cantidades significaría más bien una
modalidad entre otras de flexibilidad, cuya eficacia parece aún discuti-
ble. En muchos países, luego de estas políticas de ajuste, se observaron
períodos de crecimiento económico significativo en relación a las ten-
dencias de años anteriores, pero contrariamente a lo esperado, el em-
pleo no siguió tales tendencias.
De acuerdo a la información brindada por la Encuesta Permanente
de Hogares (EPH _ INDEC), en el año 1993 el 9.9% de la población
económicamente activa (PEA) argentina se encontraba desocupada
mientras que una década después esta relación alcanzaba el 15.4%. Al
igual que la actividad industrial, la tasa de desocupación llegó a un nivel
crítico en el año 2002 superando el 20% (según la medición de la EPH
en Mayo de 2002 la tasa de desempleo fue de 21.5%). A su vez, el sub-

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
87

empleo aumentó 10 puntos porcentuales en el período comprendido


entre 1993 y 2003.
En cuanto a la región analizada, hacia 1981 el Gran Rosario sólo
contaba con el 4% de su PEA desocupada y el 6% subocupada; sin em-
bargo, ya a principios de 1989 el desempleo se aproximaba al 15% y
continuó en crecimiento hasta 2001, año en el que alcanza su mayor
pico: 22.8%. En Marzo de 2005 el Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos informó que el 14,4% de la PEA del Gran Rosario está desocu-
pada y el 9,2 % subocupada. El 45.9 % de los asalariados trabajan „en
negro‰, el 36,5 % de su población se encuentra por debajo de la línea
de pobreza y el 14,2 % de la de indigencia24. En el mes de Enero de
2002 se registró la mayor tasa de destrucción bruta de puestos de
trabajo, 2.9%25, mientras que la creación de puestos de trabajo26 ape-
nas lograba el 0.6% del total de ocupados del mes anterior. Posterior-
mente estos indicadores evolucionaron favorablemente aunque aún la
tasa de destrucción de puestos de trabajo continua siendo superior a la
de creación y el nivel de desocupación se ubica por encima de la media
nacional (12,1%).
Estas cifras solo pueden dar cuenta de una parte, siempre limitada,
de la crítica situación en la que muchos argentinos recibieron el nuevo
milenio. Se trata de una crisis global, no ya de un sistema o modelo (de
acumulación) que estaría funcionando mal sino de la contracara del
funcionamiento correcto de un nuevo modelo social de acumulación, el
cual incluye por definición la informalidad laboral, el desempleo, el
subempleo, la desprotección laboral y la pobreza. (GRASSI, E.;
HINTZE, S.; NEUFELD, M. ET ALL., 1994).
La actividad económica, sin embargo, sigue sustentándose en el
trabajo como fuerza creadora de riqueza. Frente al destierro del em-
pleo asalariado, formal y de tiempo completo como elemento estructu-
rante de la sociedad, los argentinos han desarrollado su iniciativa y
creatividad para autoconvocarse, reactivar y organizar autónomamente
sus capacidades de trabajo. Se trata de hallar alternativas al modelo de
producción y distribución capaces de generar nuevas formas de trabajo
y de satisfacer necesidades legítimas que el mercado actual no conside-

24http://www.rosario-12.com.ar/2005/03/12/tnotatapa.htm
25 Relación porcentual entre la cantidad de bajas registradas durante el mes y la
cantidad de ocupados a fin del mes anterior. Fuente: Encuesta de Indicadores
Laborales, Ministerio de Trabajo, Empleo y seguridad Social.
26 Relación porcentual entre la cantidad de altas registradas durante el mes y la
cantidad de ocupados a fin del mes anterior. Fuente: Encuesta de Indicadores
Laborales, Ministerio de Trabajo, Empleo y seguridad Social.
88

ra atendibles. Ejemplos de estas búsquedas son las numerosas expe-


riencias autogestionarias como clubes del trueque, huertas familiares,
microemprendimientos productivos y comerciales en general.
Las empresas recuperadas surgen como parte de este subsistema
económico-social desde mediados de la década del noventa aunque su
mayor gravitación se registra a partir de la crisis de fines de siglo. El
término empresas recuperadas se refiere a aquellas empresas/fábricas en
crisis o en procesos falenciales, en las que sus trabajadores se proponen
continuar con la actividad productiva, a los fines de proteger los medios
de producción y mantener la fuente de trabajo. La continuación de la
producción se plantea bajo una nueva modalidad, siendo los trabajadores
quienes toman un rol activo en la gestión de la empresa. Se trata de or-
ganizaciones económicas autónomas y autogestionarias, sustentadas en la
participación democrática en la gestión, la propiedad y los beneficios.
En Argentina, hay actualmente entre 150 y 170 empresas recupera-
das por sus trabajadores localizadas en diferentes puntos del país. Asi-
mismo, estas experiencias autogestionarias tienen su correlato en otros
países de Latinoamérica. En Brasil surgió en el año 1994 la Asociación
Nacional de Trabajadores en Empresas Autogestionarias (ANTEAG)
con el objetivo de coordinar los emprendimientos de trabajadores de
más de 300 empresas autogestionarias. Con menor impulso se regis-
tran desarrollos similares en Uruguay, Paraguay y Chile. También exis-
ten experiencias exitosas en diversos países del resto del mundo, sien-
do las más conocidas las de España e Italia.
En la ciudad de Rosario y zonas de influencia se conocen en la ac-
tualidad once experiencias de recuperación de empresas, ocho de las
cuales se encuentran produciendo o prontas a reiniciar la producción.
Sus trabajadores han recuperado más de 200 puestos de trabajo y reva-
lorizado saberes específicos como el de los torneros o maestros crista-
leros. Se trata de verdaderas alternativas productivas que hoy en día
enfrentan con su práctica la destrucción masiva de fuentes de trabajo y
la fragmentación social.

El propósito de este estudio es analizar la participación en la eco-


nomía local de las experiencias antes presentadas, sus fortalezas y debi-
lidades. Para ello se considerará no sólo la capacidad de generar nuevos
puestos de trabajo e ingresos sino también las posibilidades ciertas o
potenciales de articular su actividad con otros emprendimientos de la
economía social, conformando redes asociativas con un alto valor so-
cial, a través de encadenamientos productivos, compras colectivas,
transferencia de conocimientos, etc. También se estudiarán los diferen-
89

tes procesos recorridos por tales experiencias identificando aquellos


aspectos comunes que contribuyen en la configuración de esta nueva
ética económica.

Herramientas metodológicas

El abordaje metodológico contempla lineamientos vinculados con


las experiencias de investigación-acción. Las ideas expresadas en este
trabajo surgen a partir de dos tipos de estudios referidos a los proce-
sos de recuperación de empresas: uno de ellos tuvo como objetivo
registrar la evolución del conjunto de empresas recuperadas del país,
universo de carácter complejo y en constante redefinición; otro cen-
trado en los procesos recorridos por las experiencias del Gran Rosario
seleccionadas para este trabajo.
Para el primero se utilizaron entrevistas a informantes calificados
(representantes del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas,
miembros de Organismos Oficiales, equipos de asistencia técnica, etc.) y
encuestas a miembros de empresas recuperadas enmarcadas en el pro-
yecto ENCUESTA A EMPRENDIMIENTOS SOCIOECONŁMICOS,
VULNERABILIDAD Y SOSTENIBILIDAD del Instituto del Conurbano,
Universidad de General Sarmiento. Además se construyeron bases de
datos a partir de estudios realizados previamente por quien escribe
este trabajo y por instituciones relacionadas con el tema. Entre ellas
destacamos la Oficina de Trabajo Autogestionado del Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, la organización „lava-
ca.org‰ y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos
Aires.
Las dos primeras publicaron informes referidos al conjunto de em-
presas recuperadas del país. En la guía del Programa Trabajo Autoges-
tionado (2005) se presentan 87 casos, en su mayoría en actividad, y se
señalan las características de los procesos productivos y sus perspecti-
vas. El libro Sin Patrón (LAVACA, 2004) ofrece un listado de 161 esta-
blecimientos, detallando rama de actividad, localización, cantidad de
puestos recuperados y una breve historia de cada proceso de recupe-
ración. Los estudios de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universi-
dad de Buenos Aires (SEUBE, 2005) si bien enumeran el conjunto de
experiencias de su conocimiento, centran el análisis en una muestra de
72 empresas, mayoritariamente de la provincia de Buenos Aires. Estas
tres publicaciones permitieron la conformación de una base de datos
de 198 casos cuyas características principales se comentarán en el apar-
tado siguiente.
90

En segundo lugar, se analizaron cuatro experiencias del Gran Rosa-


rio: Cooperativa de trabajo Mil Hojas Ltda., Cooperativa de Trabajo
Herramientas Unión Ltda., Cooperativa de trabajo Ruedas Rosario
Ltda., Cooperativa de Trabajo Fader Ltda., con énfasis en los siguientes
núcleos problemáticos:

Organización y desarrollo del proceso de producción


Evolución de la gestión y administración
Reacción y respuesta ante las diferentes situaciones de contexto
Mecanismos de participación
Vinculación con otros emprendimientos de la economía social

Si bien este segundo estudio se apoyó en entrevistas semi-


estructuradas, surgió principalmente a partir de experiencias de trabajo
que desde principios de 2005 desarrollamos junto a los trabajadores de
algunas empresas recuperadas de la región.

Empresas recuperadas en Argentina

Más de 10.000 trabajadores argentinos se propusieron autogestionar


su propia fuerza de trabajo, ante el cierre o la quiebra –muchas veces
derivada en vaciamiento– de la empresa o fábrica en la que se encon-
traban trabajando. Desde mediados de la década pasada, este proceso
se ha expandido por todo el país principalmente en localidades indus-
triales como el conurbano bonaerense, Gran Córdoba, Mendoza y
Gran Rosario.
De un total de 166 empresas recuperadas en Argentina27, el 69%
están radicadas en la provincia de Buenos Aires, se trata de 114 empre-
sas de las cueles 21 son de Capital Federal. Con una concentración
mucho menor las siguen las provincias de Santa Fe, en la que se locali-
zan 15 empresas (9%), Córdoba y Chaco, 6 empresas (3.6 %), 4 en
Mendoza y Corrientes (2.4 %), 3 en La Pampa, Entre Ríos y Neuquén, 2

27 Estos datos surgen de estudios realizados por un equipo de trabajo de la


ciudad de Rosario, del cual participa quien escribe este ensayo. A la fecha se
registran 166 empresas recuperadas que reiniciaron su producción o se en-
cuentran prontas a hacerlo, las cuales emplean a 8.220 trabajadores. 19 empre-
sas más iniciaron el proceso de lucha, pero a la fecha no se conoce la situación
en la que se encuentran. En 13 casos las expectativas de recuperación se per-
dieron por la gran cantidad de trabas burocráticas, legales y económicas que se
les presentaron.
91

en Río Negro y San Juan y finalmente, en Chubut, Jujuy, La Rioja y Tie-


rra del Fuego hay sólo una empresa en cada una.
Estas experiencias se desarrollan principalmente en los rubros ali-
menticio; siderúrgico y metalúrgico; vidrio; electrodomésticos; cuero;
lavado de lanas; madera; pintura; autopartes, motores eléctricos; cos-
méticos y papel; transporte y construcción; imprenta, gráfica; confec-
ción y textil.
Existen ciertos rasgos comunes en las empresas originarias que
luego derivaron en recuperadas. Según informa el Segundo Relevamien-
to del Programa Facultad Abierta (SEUBE, 2005), a partir de una mues-
tra de 72 empresas recuperadas; en la mayoría de los casos se trata de
pequeñas y medias empresas constituidas con anterioridad a la recon-
versión productiva de la década del setenta. En todas ellas fue muy
significativa la reducción de puestos de trabajo registrada durante el
período de decadencia de la actividad de la empresa. Cada una empleó
en promedio 180 trabajadores en momentos de mayor expansión, cifra
que se redujo a los 41 trabajadores en promedio por establecimiento
cuando el conflicto comenzaba a desencadenarse. En la actualidad, el
promedio de trabajadores por empresa recuperada apenas supera los 35.
Las causas que dieron origen a estas experiencias deben buscarse en
una serie de factores vinculados con el contexto económico, político y
social en el que las recuperaciones tienen lugar, las características del
grupo de trabajadores, las posibilidades de continuar con la actividad en
forma autogestionaria, entre otros. En primer lugar, el temor a pasar a
formar parte del inmenso grupo de desocupados, es uno de los princi-
pales motivos que lleva a los trabajadores de una empresa en quiebra a
buscar nuevas formas de autoempleo. El camino hacia la recuperación
de la empresa no es una alternativa individual sino que requiere la par-
ticipación y consenso del grupo de trabajadores. La identificación del
objetivo de cada individuo con el del conjunto de compañeros es un
requisito indispensable al momento de iniciar la lucha. En este sentido,
la recuperación de la fuente de trabajo e ingresos es el móvil que cohe-
siona al grupo en los comienzos de la recuperación.
A su vez es importante destacar las características de los activos o
factores productivos involucrados. Tanto los activos físicos como las
maquinarias y herramientas de trabajo, los activos humanos como las
habilidades, destrezas y conocimientos de los trabajadores y otros
activos de carácter intangible como puede ser la rutina productiva
poseen un mayor valor si se emplean conjuntamente. Es decir, su valor
de mercado es posiblemente mucho menor al que poseen en la empre-
sa en recuperación. Esto se debe a que se trata de activos altamente
92

específicos de la actividad en la cual se desempeñaron históricamente.


Esta característica es un fuerte incentivo a la continuidad de la actividad
productiva en manos de los trabajadores puesto que solo de esta forma
se podría aprovechar en su totalidad las cuasi-rentas que dichos activos
generan28.
Si bien existen en la actualidad varias experiencias de expropiación
de inmuebles y maquinarias por parte del Estado para ceder su uso a los
trabajadores que proponen continuar ellos mismos con la producción,
son pocos los casos favorecidos por este tipo de disposiciones. Hasta el
momento siguen siendo mayoría las empresas que no han conseguido
expropiación y éstas, salvo las trece de Capital Federal, son tempora-
rias. Las expropiaciones se dieron con exclusividad en la Ciudad y Pro-
vincia de Buenos Aires hasta Agosto de 2004, fecha en la que la Legisla-
tura de la provincia de Santa Fe aprobó el proyecto de ley por el cual
se declaraba de utilidad pública y sujeta a expropiación para el uso
temporal al edificio del ex supermercado Tigre de la ciudad de Rosario.
Este antecedente santafesino, si bien tuvo gran significancia para los
trabajadores de las diferentes empresas recuperadas, no logró cambios
importantes en la situación del conjunto de experiencias de la provin-
cia. En muchos casos los activos de las empresas en recuperación ya
habían sido ofertados en remate público y otros aún se encuentran a la
espera de decisiones políticas y resoluciones judiciales que habiliten la
sanción de leyes de expropiación.
La conformación de una cooperativa de trabajo es una de las pri-
meras acciones iniciadas por los trabajadores en vista de continuar con
la actividad productiva de la empresa, tal como lo propone la última
reforma de la Ley de Concursos y Quiebras29. En suma, el artículo 190
de esta reforma posibilita la continuidad de la explotación de la activi-
dad productiva de una empresa fallida, a partir de la conformación de
una cooperativa de trabajo integrada al menos por las dos terceras
partes de los trabajadores.
Si bien esta normativa plantea la posibilidad de que los trabajadores
continúen con la producción, deja muchos interrogantes sobre esta
alternativa. No explicita cómo los bienes de la empresa fallida podrían
pasar a los trabajadores de la cooperativa y qué ocurre en ese caso con

28 Véase, Deux Marzi, María Victoria, Escobedo, Martín (2005): „Autogestión


obrera, historia y presente‰. UNR Editora. Rosario.
29 En el año 2002 entró en vigencia la ley 25.589 por la cual se incorporan
trascendentes modificaciones a las leyes 24.522 y 25.563. La intencionalidad de
esta reforma es dar una oportunidad a la empresa en quiebra para poder conti-
nuar su actividad, persiguiendo principalmente preservar la fuente de trabajo.
93

el resto de los acreedores. La falta de previsión de la ley hace que los


trabajadores estén en las mismas condiciones que cualquier tercero a la
hora de ofrecerse la venta, el alquiler o cualquier otro contrato traslativo
de le empresa en marcha. Según señala Lorente30, mientras que el artícu-
lo 190 insta a los trabajadores a organizarse como cooperativa para con-
tinuar la explotación de la empresa en quiebra, el artículo 199 pone „una
espada de Damocles‰ sobre ellos, „la cooperativa de trabajo debe re-
sultar si o si la adquiriente de la empresa fallida pues de lo contrario su
esfuerzo será en vano, ya que la adquiriente obtendrá la empresa libre
de vínculos laborales, si así lo prefiere; sólo si la cooperativa de trabajo
resulta ser la beneficiaria tendrán la tranquilidad de que mantendrán la
fuente de trabajo‰31.
En países como Brasil, Perú e Italia, existe un sistema de adjudicación
de los activos y pasivos de la empresa cesante a los trabajadores que
conforman la cooperativa de trabajo. En la mayoría de las empresas re-
cuperadas argentinas que actualmente están produciendo, por el contra-
rio, fueron los propios trabajadores quienes debieron idear propuestas
legales, económicas y financieras que posibiliten la adquisición en rema-
te público de los activos de la empresa fallida o el canje por sus crédi-
tos laborales. Sin duda, la ausencia de legislaciones adecuadas sumada a
la parcialidad de jueces y síndicos en los procesos de quiebra, dificultan
el surgimiento y sostenibilidad de estos proyectos autogestionarios.

Empresas Recuperadas en el Gran Rosario

La ciudad de Rosario y su entorno metropolitano constituyen un


aglomerado urbano compuesto por una ciudad central y un conjunto de
pequeñas localidades con una población aproximada de 1.100.000 habi-
tantes. Su ubicación estratégica contribuyó durante la fase de sustitución
de importaciones, a que se convirtiera en uno de los principales centros
industriales del país. Actualmente su producción representa el 5% del
producto interno bruto argentino, genera el 53 % del empleo de la pro-
vincia y reúne el 42% de los establecimientos industriales santafecinos.
En la región existen 3.670 plantas y talleres industriales, que dan
empleo a 63.000 personas aproximadamente y generan 1.000 millones
de dólares de valor agregado. La principal industria es la alimenticia, que
representa el 21% de la actividad industrial. Le siguen en orden de im-

30Lorente, Javier A. La continuación de la explotación de la empresa fallida por


una cooperativa de trabajadores: las tres trampas ocultas para la operatividad
del art. 190, Ley de Concursos y Quiebras.
31 Lorente, Javier. Op. Cit.
94

portancia la industria metalmecánica (18%) y la de maquinaria y equipos


(10%). Este rubro industrial tiene una larga tradición en la ciudad y fue
particularmente importante entre 1950 y 197032.
La desindustrialización y la concentración económica registrada en
Argentina a partir del golpe militar de 1976 afectó significativamente a
los grandes aglomerados urbanos, entre ellos el Gran Rosario. Mientras
que tres décadas atrás la industria era una de las principales ramas de
actividad en la generación de empleo en la provincia de Santa Fe, hoy
ocupan un lugar preponderante los servicios sociales y el comercio, con
un 30.8% de la población ocupada en el primero y un 23.8% en el se-
gundo. Sólo el 15.3% de la población ocupada se desempeña en la in-
dustria. Al mismo tiempo, las pequeñas y medianas empresas, que em-
pleaban gran parte de la población rosarina, fueron las principales
perjudicadas por el modelo, nutriendo un incremento sostenido en la
desocupación.
Según da cuenta el diario La Capital del 19 de marzo de 2005, el
14.4% de la población económicamente activa de la región está desocu-
pada, 10.4 % más que en 1981. Si se agrupan los desempleados y quie-
nes no cumplen una jornada laboral completa, son 126 mil las personas
que viven en la ciudad y su zona de influencia, que tienen problemas de
empleo. A ello debe sumarse los trabajadores desempleados que deja-
ron de buscar trabajo activamente por el "factor desaliento" y pasaron
a formar parte de la población inactiva. A su vez, distintas serían las
cifras si se computara como desempleado a los beneficiarios del plan
Jefas y Jefes de Hogar Desocupados. De acuerdo a esa lógica, a nivel
nacional el INDEC estimó que la desocupación treparía del 12,1 al
16,2%, un 4,1% más, que aunque no debe trasladarse automáticamente
a Rosario, sirve como referencia.
La desocupación se combina con el deterioro de las condiciones de
trabajo derivado de las leyes de flexibilización: en 1974 cerca del 90%
de los trabajadores argentinos tenían una cobertura cuasi plena (estabi-
lidad, indemnizaciones por despido, seguridad social, aguinaldo, vaca-
ciones, salario familiar, subsidios por accidentes, entre otros) mientras
en la actualidad no más del 25% conserva esos beneficios. Si bien no se
cuenta con datos precisos para el aglomerado urbano analizado, no hay
motivos que lleven a suponer valores y tendencias diferentes. A ello se
añade la población afectada por la informalidad que en el Gran Rosario
supera el 45% de los trabajadores33.

32 Secretaría de Industria, Comercio y de la Pequeña y Mediana Empresa, go-


bierno de la provincia de Santa Fe.
33 La Capital. Rosario, 19 de marzo de 2005
95

En este escenario once empresas recuperadas de la región enfren-


tan la destrucción masiva de puestos de trabajo recomponiendo lazos
de solidaridad, jerarquizando la cooperación en el trabajo y el pensa-
miento colectivo. Si bien su escala aún no resulta lo suficientemente
significativa como para marcar una tendencia en las estadísticas locales,
sus características y valores configuran junto a otros actores sociales
nuevas formas de organización y participación democrática que respon-
den a las aspiraciones populares y plantean una integración regional
solidaria.
Estas experiencias son: Cooperativa Mil Hojas; Herramientas
Unión; Nubacoop; La Toma (Ex-Supermercado Tigre); Ruedas Rosario,
Fader; carrocerías DIC; Vitrofin; Cooperativa Resurgir (Pastas Merlat);
La Helvética y Cooptravi. La mayoría forma parte del Movimiento Na-
cional de Empresas Recuperadas, exceptuando los casos de La Toma y
la carrocería DIC que no integran ningún movimiento.

Cantidad de
Empresa Actividad Localidad
trabajadores
Coop. de trabajo Mil Fábrica de pastas 29 Rosario
Hojas Ltda.
Coop de trabajo Fábrica de pastas 12 Rosario
Resurgir Ltda.
Cooperativa de Fábrica de copas y artícu- 65 Cañada de Gómez
trabajo Vitrofín Ltda. los de cristal
Cooperativa La Actualmente no están 60 Cañada de Gómez
Helvética Ltda. produciendo. Con ante-
rioridad se dedicaban a la
fabricación de acoplados
para camiones
Cooptravi, coopera- Si bien no están produ- 115 San Lorenzo
tiva de trabajo Ltda. ciendo, tiene proyectos
de continuar con la
actividad que realizaba la
empresa anterior: faena
de pollos
96

Cantidad de
Empresa Actividad Localidad
trabajadores
Coop. de trabajo Fabricación de cuchillas 12 Rosario
Herramientas industriales
Unión.
Cooperativa de Bar y comedor al paso 15 Rosario
trabajo Nubacoop de la Terminal de Łmni-
Ltda. bus de Rosario.
Coop. de trabajo Metalmecánica 12 Rosario
Ruedas Rosario
Ltda.
Coop. de trabajo Metalmecánica 10 Rosario
Fader Ltda.
La Toma, Coopera- Supermercado, Centro 35 Rosario
tiva Trabajadores en Cultural y comedor
Lucha. estudiantil y popular.
Cooperativa de Carrocería 25 Rosario
Trabajo Dic Ltda.

Antecedentes y recuperación

A continuación se desarrollará brevemente la historia de cuatro


empresas recuperadas de la ciudad de Rosario seleccionadas para este
estudio.
Cooperativa de trabajo Herramientas Unión: A principios de 2000
los trabajadores de Lentini SA fueron notificados del cierre de la fábrica
que hacía mas de cincuenta años se dedicaba a la fabricación de cuchillas
industriales. Según los trabajadores entrevistados, la recesión económica
de fines de los noventa y la entrada masiva de importaciones redujeron
significativamente la demanda de los productos fabricados por Lentini. A
ello se sumó la falta de innovaciones tecnológicas y un mal gerenciamien-
to, dejando como saldo la quiebra de la empresa y quince trabajadores
desocupados. Para saldar las deudas laborales por indemnizaciones y
salarios, los trabajadores recibieron las maquinarias y equipos con los que
trabajaban.
En busca de una alternativa productiva que les permita reemplear
su fuerza de trabajo y las maquinarias obtenidas, consultaron a la Di-
rección de Cooperativas de la Municipalidad de Rosario quienes les
aconsejaron conformar una cooperativa de trabajo. En agosto de 2000
se fundó la cooperativa Herramientas Unión Ltda. Los trabajadores
ayudados por un subsidio retornable de la misma municipalidad alquila-
ron un nuevo galpón al que trasladaron las maquinarias y donde en esta
fecha iniciaron la producción.

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
97

Actualmente se dedican a la producción de fresas, creadores, bro-


chas, cuchillas industriales y matricería. La cooperativa está integrada
por ocho socios quienes enseñan el oficio a cuatro pasantes; uno de
ellos ya está siendo incorporado a la cooperativa mientras que los res-
tantes tendrán la posibilidad de hacerlo el próximo año cuando egresen
de la escuela técnica a la que asisten.

Cooperativa de trabajo Mil Hojas: La cooperativa de trabajo Mil


Hojas fue constituida en diciembre de 2000 como una medida defensiva
de los trabajadores ante las irregularidades ocurridas en la empresa Mil
Hojas SRL. En junio de 2001 se declaró la quiebra de la SRL y un mes
después el juez desapoderó a los antiguos dueños. Al consultar a los
trabajadores sobre los motivos que llevaron al cierre de la fábrica de
pastas, ellos consideran que existieron dos causas fundamentales. En
primer lugar, la empresa era cautiva de las abusivas políticas implementa-
das por las grandes cadenas de supermercados que en más de una
oportunidad afectaban la estabilidad de la producción. La quiebra de
supermercados históricos de la ciudad derivó en deudas incobrables y
en una gran reducción en las zonas de distribución. En segundo lugar, el
manejo ineficiente de los recursos y los abultados retiros de los socios
anteriores, señalaban, según los trabajadores entrevistados, que la pre-
servación de la empresa como generadora de empleo no era la prioridad.
A partir de allí la empresa estuvo a cargo de sus trabajadores
quienes asumieron la responsabilidad de continuar con la producción,
saldar las deudas de la empresa anterior y abonar un alquiler de quie-
bra, a cambio de la conservación del inmueble por casi dos años. Luego
de este período quedó claro que los trabajadores de Mil Hojas podían
mantener los puestos de trabajo, asegurar el pago a sus deudores y
reactivar no sólo la producción de la empresa sino también la de mu-
chos trabajadores relacionados con la misma. En junio de 2003 el in-
mueble se llevó a remate y los trabajadores pudieron adquirirlo con
fondos propios. Actualmente la cooperativa incorporó a las líneas de
productos que fabricaban anteriormente –pastas frescas y discos de
empanadas y tartas– la comercialización de pastas pasteurizadas, pan-
queques, prepizas. También crearon una nueva marca, Don Sixto, con
la que ofrecen algunos de sus productos a un menor precio.

Cooperativa de Trabajo Ruedas Rosario: Es complejo el recorrido


por el que los trabajadores de la Cooperativa Ruedas Rosario Ltda.
transitaron durante siete años de promesas y desengaños. A fines de la
década del noventa los dueños de Ruedas Cimetal SACIM solicitaron la
98

quiebra de su propia empresa, pedido que la jueza actuante rechazó


por considerar que la firma se encontraba en condiciones de continuar
en funcionamiento. Para ello se ordenó una intervención que luego de
dos años logró sanear la contabilidad pero inexplicablemente la empre-
sa volvió a manos de los dueños originales. Los excesivos gastos y el
manejo ineficiente de la firma hicieron que en junio de 2001 se decreta-
ra la quiebra de Cimetal, para lo cual se nombró un síndico que luego
de un año demostró no poder revertir la abusiva situación.
En noviembre de 2002 doce trabajadores decidieron constituirse
en cooperativa para defender sus puestos de trabajo y detener el va-
ciamiento que se estaba llevando a cabo. Asimismo solicitaron al juzga-
do un plazo de 90 días para desarrollar un proyecto de trabajo viable
en conjunto con la Universidad Católica de Rosario y la Facultad de
Ciencias Exactas e Ingeniería de la UNR, para actuar con posterioridad
como oferentes en la quiebra de la empresa; pedido que fue rechazado
por ese juzgado.
Luego de dos años y medio de lucha y habiéndose rematado el in-
mueble y las maquinarias de la empresa fallida, los trabajadores perdie-
ron toda esperanza de continuar ellos mismos con la producción y
decidieron unirse con otra cooperativa para emprender juntos un nue-
vo proyecto productivo que les permitiera recuperar la dignidad e
identidad como trabajadores.
Actualmente seis miembros de la Cooperativa Ruedas Rosario y
seis de la Cooperativa Fader, están abocados a la instalación del Centro
de Mecanizado Rosario, emprendimiento planeado para la mecanización
de piezas de terceros para autopartes y maquinarias agrícolas. También
forma parte de este proyecto la Cooperativa Herramientas Unión que
en una etapa posterior y luego de la incorporación de nuevas maquina-
rias, fabricará junto a las dos cooperativas antes nombradas repuestos
para autopartes y piñones y coronas de diferenciales para camiones,
pick ups y tractores.

Cooperativa de trabajo Fader: Fader Tool Research fue la empresa


más importante del país en la producción de bochas de frío para hela-
deras, freezers y equipos de aire acondicionado. Llegó a tener 2.000
operarios y a exportar sus productos a toda Latinoamérica y países asiá-
ticos. Sin embargo con la apertura económica, la entrada masiva de pro-
ductos importados obligó a Fader a reducir su producción y a declarar-
se, años más tarde en convocatoria. En 1998 la empresa despidió a 300
operarios de la planta de Rosario y 90 de sus instalaciones en Santo
99

Tomé. Sólo se pagó un 9% de las indemnizaciones quedando una deuda


con los empleados de aproximadamente cinco millones de pesos.
Amparados en el artículo 190 de la ley de Concursos y Quiebras nÀ
25.589 los trabajadores se constituyeron en cooperativa de trabajo y
solicitaron a la jueza de la 5ta. Nominación de la provincia de Santa Fe
el alquiler o compra de la fábrica, pedido que fue rechazado por la
letrada. El diario La Capita de la ciudad de Rosario publicó el día 16 de
Mayo de 2003 un edicto judicial por el que se disponía la venta del
inmueble de la calle Ovidio Lagos 4650. La venta se realizó unos días
después a un empresario textil por un valor muy inferior a lo tasado,
acción que llevó a los trabajadores a iniciar juicio político a la jueza por
ésta y otras decisiones claramente en perjuicio de los derechos de los
trabajadores. Ya con pocas fuerzas, los ex empleados de Fader decidie-
ron continuar con la lucha solicitando la compra de las maquinarias y
planimetrías a cambio de las acreencias laborales. „A los nuevos dueños
no les sirve y a nosotros sí⁄ Reiniciar la producción de compresores
para heladeras y aire acondicionado sigue siendo el plan sustentable que
los ex operarios nos proponemos implementar‰34. Nuevamente la
propuesta de los trabajadores fue rechaza.
Actualmente, seis miembros de la Cooperativa Fader Ltda. están
trabajando junto a la cooperativa Ruedas Rosario en la instalación y
puesta en marcha del Centro de Mecanizado Rosario.
En los apartados siguientes se tomarán estos cuatro casos como
punto de partida para las reflexiones y conclusiones allí arribadas. Sin
embargo, no es posible acotar el estudio a estas experiencias sino que
es preciso considerar el resto de las empresas recuperadas de la región
y del país con las que ellas se relacionan. Es por esto que en repetidas
oportunidades se hará referencia a otras empresas recuperadas que no
fueron presentadas en esta sección.

Redes de cooperación y asociatividad en las empresas recuperadas

Uno de los denominadores comunes en las empresas recuperadas


antes presentadas es su participación en el Movimiento Nacional de
Empresas Recuperadas (MNER, en adelante). Este movimiento surge en
abril del 2000, cuando un grupo de veinte empresas decide asociarse para
resolver aspectos institucionales comunes a todas y a sus trabajadores
autogestionarios. Desde esta nueva organización se plantean diferentes
formas de articulación con asociaciones de la sociedad civil, Universidades y

34 La Capital. Rosario, 1 de junio de 2003. pag. 14.


100

el Estado, a fin de generar respuestas colectivas a las diferentes demandas


planteadas por los emprendimientos. Originariamente el MNER conta-
ba con un cuerpo directivo conformado por un presidente y un vice-
presidente pero esta forma de organización se abandonó a mediados de
2005 cuando los trabajadores reunidos en asamblea nacional decidieron
crear una Mesa de Coordinación Nacional. El primer encuentro del
cual surge esta mesa y las distintas secretarías, se realizó el 29 de mayo
de 2005 en Las Varillas, provincia de Córdoba. Los anfitriones fueron
los trabajadores de la Cooperativa de Trabajo Metalúrgica Las Varillas
Ltda., que sostienen la producción de Pauny, ex Zanello. Allí se elaboró
un documento titulado MNER se organiza desde abajo, se formó la
Mesa Nacional y se acordó un nuevo encuentro a realizarse en Rosario.
El 25 de junio, los representantes de las distintas cooperativas se
reunieron en la sede de la Cooperativa de Trabajo Herramientas Unión
y acordaron la formación de seis secretarías: Relaciones Institucionales
e Internacionales, Asuntos Jurídicos, Secretaría de Prensa, Estudios y
Formación, Secretaría del Interior y Secretaría de Finanzas.
En los dos encuentros, los trabajadores definieron los principales
elementos que condicionan el desarrollo de las empresas integrantes
del Movimiento: ausencia de una ley de expropiación nacional y definiti-
va, falta de líneas de crédito e insuficiencia de políticas estatales para el
sector. También se ratificaron los principios presentes en las empresas
recuperadas que el MNER representa, sea cual sea la forma jurídica que
ellas adopten:

• Asociación abierta y voluntaria


• Control democrático de los trabajadores
• Participación en los beneficios.
• Autonomía e independencia
• Educación, capacitación e información
• Cooperación, integración y solidaridad entre empresas
• Interacción con la comunidad

En las cuatro empresas presentadas en este trabajo el MNER tuvo


un rol importante durante el desarrollo del conflicto y la posterior
conformación de las cooperativas de trabajo. Actualmente, si bien todas
ellas se encuentran en una instancia posterior a la lucha por la recupe-
ración, siguen sosteniendo reuniones periódicas con uno de los repre-
sentantes del MNER, José Abelli para definir proyectos y resolver pro-
blemas y demandas comunes. Un grupo de profesionales de la ciudad
está trabajando junto a ellos con el objetivo de acompañar y fortalecer
101

tales experiencias desde un marco interdisciplinario y de participación


colectiva35.
Simultáneamente, las experiencias aquí analizadas están generando
y construyendo un significativo entramado de redes sociales, no sólo
entre las mismas cooperativas sino también en relación con la sociedad
y el Estado.
Las tres cooperativas metalmecánicas contaron con el apoyo de pro-
fesionales de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de
la UNR para la definición de proyectos productivos que actualmente
están llevando a cabo. La cooperativa de trabajo Mil Hojas recibió asis-
tencia técnica de médicos del proyecto Trabajo y Salud de la Facultad
de Medicina de la UNR, junto a los cuales redefinieron normas de segu-
ridad e higiene. Este proyecto sigue aún en marcha y tiene como objeti-
vo atender y mejorar la salud de los trabajadores a partir de modifica-
ciones en las condiciones de trabajo.
Además los miembros de las empresas recuperadas entrevistadas
tienen sus propios proyectos de capacitación y formación, que planean
concretar, entre otras cosas, a partir de la asignación de fondos del
Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Se trata de la conforma-
ción de un Centro de Estudios y Formación que hace ya varios meses
se está definiendo en las reuniones de la mesa provincial del MNER.
Actualmente están trabajando en conjunto con dos economistas, un
comunicador social y un periodista en la identificación de áreas y temas
prioritarios para los futuros talleres de capacitación y asistencia técnica.
Desde el Estado son varias las instancias gubernamentales, en sus
distintos niveles nacional, provincial y municipal, que se encuentran
involucradas brindando apoyo a las empresas recuperadas mediante la
regularización de su situación legal, acordando ayuda económica, asis-
tencia técnica, entre otros aspectos.
El Ministerio de Trabajo de la Nación creó la Oficina de trabajo
Autogestionado con el fin de contribuir por medio de subsidios a em-
prendimientos gestionados por sus trabajadores, a la puesta en marcha
del proceso productivo, acondicionamiento de instalaciones y maquina-
rias, desarrollo de planes de negocios, etc.
Los trabajadores miembros del Centro de Mecanizado Rosario,
que en esta primer instancia incluye a las cooperativas Ruedas Rosario

35 Este equipo, de cual formo parte, ya ha iniciado talleres de formación y


capacitación vinculados con algunas de las demandas formuladas por los traba-
jadores y a la vez está definiendo junto a ellos un plan de trabajo global destina-
do a la conformación de un Centro de Estudios y Formación. Ambos aspectos
serán comentados con posterioridad.
102

y Fader, están gestionando en este ministerio una ayuda económica


individual que contribuya a mejorar su situación mientras ponen en
marcha las sucesivas etapas del proyecto. Algunos trabajadores de
Herramientas Unión también fueron beneficiados por este subsidio en
los comienzos de la producción. Asimismo, muchas empresas recupe-
radas de la ciudad participaron de un encuentro organizado por la Ofi-
cina de Trabajo Autogestionado a fines de abril del corriente año en el
que establecieron contactos importantes con otras empresas recupe-
radas del país. De allí surgieron vínculos comerciales que las cooperati-
vas Vitrofín de Cañada de Gómez y Herramientas Unión entre otras,
aún sostienen.
El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación hace más de un año
tomó contacto con las diferentes experiencias de recuperación de
empresas. En la ciudad de Rosario, este organismo contribuyó con la
conformación del Centro Mecanizado Rosario a través de un subsidio
destinado a la compra de maquinarias e insumos. La cooperativa de
trabajo Herramientas Unión se vincula a este ministerio desde el año
2004, fecha en la que obtuvieron un subsidio para la compra de dos
máquinas fresadoras y una afiladora. Recientemente se decidió un nue-
vo subsidio para esta cooperativa con el cual se comprarán un pantó-
grafo y materiales especiales a los que los trabajadores no podrían
acceder por la baja escala en su producción.
Asimismo, estas tres cooperativas dedicadas al rubro metalmecánica
contaron con la ayuda del Estado municipal para costear el alquiler de los
talleres en los que hoy están trabajando. Reiniciar la producción y acon-
dicionar instalaciones y equipos es una tarea muy costosa que los traba-
jadores de las empresas recuperadas deben afrontar sin percibir ingre-
sos y en muchos casos con salarios e indemnizaciones adeudadas. Por
este motivo los trabajadores de Herramientas Unión y del actual Cen-
tro Mecanizado Rosario, solicitaron el apoyo de la Municipalidad de
Rosario, a fines de 2000 la primera y a mediados de 2005 en el segundo
caso, para formalizar contratos de alquiler y costear los primeros me-
ses hasta que pudieran reiniciar su producción.
A través de diferentes secretarías de dicha municipalidad las em-
presas recuperadas se contactan con microemprendimientos producti-
vos de la región. Los trabajadores de la cooperativa Ruedas Rosario
asistieron técnicamente a un microemprendimiento dedicado a la fabri-
cación de piñones y coronas para bicicletas. Se trata de un grupo de
desocupados con poca experiencia en este tipo de actividad que con la
colaboración de miembros de esta cooperativa pudieron iniciar la pro-
ducción. Otra de las propuestas que se plantean para el próximo año
103

las empresas del rubro alimenticio (cooperativa de trabajo Mil Hojas y


cooperativa de trabajo Resurgir) es la compra colectiva de insumos
junto a otros emprendimientos dedicados a actividades similares. Algu-
nos de los proveedores serían las huertas familiares de la ciudad y el
supermercado La Toma, también empresa recuperada. Esta no es una
práctica nueva para los trabajadores de Mil Hojas quienes recuerdan
haber realizado durante el período de lucha y recuperación compras
colectivas de alimentos para hacer frente a la falta de ingresos.
Es importante señalar que muchas de estas experiencias contaron
también con el apoyo de la comunidad en diferentes oportunidades. Los
trabajadores de las cooperativas Mil Hojas, Rudas Rosario, Supermercado
La Toma y la cristalería Vitrofín, entre otras, tuvieron que tomar el
inmueble en el que trabajaban para impedir su vaciamiento. En todos
estos casos los vecinos de las actuales cooperativas acompañaron estas
luchas solidarizándose con los trabajadores que llevaban a cabo tal
medida de fuerza. El remate de los activos fallidos, los sucesivos pedi-
dos por leyes de expropiación fueron otras circunstancias en las que las
empresas recuperadas contaron con el apoyo de medios de comunica-
ción y la comunidad en general.
Estas son algunas de las instancias en las que las experiencias aquí
presentadas plantean la construcción de redes de asociación junto a
diferentes actores sociales, el Estado y la Universidad. La apuesta por
una nueva economía y nuevas formas de articulación y cooperación
está presente no sólo dentro de cada una de las empresas analizadas
sino también en su relación con el entorno y la comunidad de la que
forman parte.

Producción y empleo

En los talleres de la Cooperativa Herramientas Unión trabajan ac-


tualmente doce personas que se dedican a la fabricación de cuchillas
industriales, fresas, creadores y herramientas de corte en general. Su
producción alcanza las diez toneladas anuales, cifra que supera amplia-
mente la registrada durante su primer año de funcionamiento. Según el
presidente de esta cooperativa, el nivel de producción aumentó un 80%
desde 2001. Sin embargo, existen varios inconvenientes para alcanzar los
valores registrados durante la producción de Lentini SA. En primer
lugar, esta firma atendía otro tipo de demanda que permitía la produc-
ción en serie. Actualmente las piezas elaboradas por Herramientas
Unión son más artesanales y por lo tanto requieren un mayor tiempo
de producción. Esto se debe también a la antigüedad de las maquinarias
104

que actualmente emplean. Se trata de un conjunto de activos muy de-


preciados a los que en muchas oportunidades los mismos trabajadores
deben realizar ajustes y reparaciones. En tercer lugar, a diferencia de lo
que ocurría en Lentini SA en la empresa autogestionaria hay un solo
turno de trabajo. Según el entrevistado, si el próximo año comenzaran
a trabajar también a la tarde, podrían duplicar la producción y generar
ocho puestos de trabajo.
Además de sus doce trabajadores, la reactivación de la cooperativa
Herramientas Unión, significó la recuperación de un ingreso digno para
ocho familias más. Se trata de revendedores particulares que distribuyen
la producción en diferentes zonas del país y no forman parte de la co-
operativa. Esto significa que en el transcurso de los primeros tres años
se recuperaron veinte puestos de trabajo, generando ingresos aproxi-
mados de $16.000 mensuales.
Los trabajadores contaron con la ayuda del Estado Municipal y Na-
cional. Por medio de subsidios, la Municipalidad de Rosario y el Ministe-
rio de Desarrollo Social de la Nación contribuyeron con el traslado y
adquisición de maquinarias y la compra de una importante cantidad de
materiales que por su cuenta los trabajadores no hubieran podido cos-
tear. Sin embargo, la ayuda total apenas alcanza $40.000, es decir, poco
más de $3.300 por trabajador en un período de tres años. Los trabaja-
dores de la cooperativa Herramientas Unión, no sólo demostraron que
ellos pueden continuar con la producción y la gestión de la empresa
sino que con sólo $3.300 por trabajador, generaron veinte puestos de
trabajo (directos e indirectos) y distribuyen mensualmente $16.000.
Además los cooperativistas están inscriptos en el monotributo social lo
que les permite contar con los beneficios de una obra social y aportar a
una caja de jubilaciones.

La fábrica de pastas Mil Hojas SRL llegó a emplear 52 trabajadores


y a fabricar 80.000 tapas de tarta y empanada y 20.000 kgr de pastas
mensuales. A mediados de 2001 solo sostenían un mínimo de produc-
ción con diez trabajadores a los cuales se les debía varios meses de
salarios. Actualmente la empresa autogestionada produce 120.000 dis-
cos mensuales, cifra que supera ampliamente la que se registraba a
principios de 2002 en los comienzos de la cooperativa. En tres años la
elaboración de discos se duplicó y la de pastas se cuadriplicó, superan-
do incluso niveles record de la SRL.
La recuperación de Mil Hojas posibilitó sostener la fuente de traba-
jo para 29 personas, quienes a entender de uno de los entrevistados,
actualmente reciben ingresos con un poder adquisitivo superior al que
105

percibían en la antigua firma. A ello se suman los beneficios de contar


con obra social prepaga, aportes jubilatorios y seguros por riesgo en el
trabajo. A estos 29 trabajadores se suman 40 familias beneficiadas indi-
rectamente por la reactivación de la fábrica. Se trata de distribuidores
particulares que no pertenecen a la cooperativa pero cuyos ingresos
dependen directamente de ella.
Actualmente esta empresa recuperada está trabajando al máximo
de su capacidad instalada y planean la incorporación de nueva tecnolo-
gía que les permita trasladar su frontera de producción. Este tipo de
innovaciones no son nuevas para la cooperativa; ya ha avanzado en la
automatización de ciertos pasajes de la producción, como son el em-
bolsado de los productos o de diferentes cortes de la masa para la
realización de discos y tapas. Para 2006 proyectan la adquisición por
medio de un leasing de un tren de laminación que reduciría los tiempos
de producción en un 30%. Si bien aún no pueden precisar si esta inno-
vación requerirá el empleo de nuevos trabajadores, sí afirman que se
precisarán al menos 6 distribuidores más.

El Centro Mecanizado Rosario inició recientemente su actividad con


la mecanización de piezas de terceros para autopartes y repuestos de
maquinarias agrícolas. Durante los cuatro primeros meses se requerirá el
trabajo de doce especialistas en tornos a control numérico, capacitación
que algunos miembros de las cooperativas Ruedas Rosario y Fader per-
feccionaron en cursos dictados por la municipalidad de Rosario. Al
mismo tiempo, estos trabajadores están realizando sus propios talleres
de capacitación en los que transmiten aquella experiencia al resto de
sus compañeros.
En una etapa posterior, el emprendimiento se ampliará con la fabri-
cación de repuestos para dos proveedores de autopartes de Capital
Federal. En esta instancia se emplearán diez trabajadores más y se pre-
vé, de acuerdo a estudios realizados por un ingeniero que asesora al
proyecto, un incremento en la facturación del 70%.
A mediados de 2006 estará comenzando la tercera etapa en la que
junto a trabajadores de la Cooperativa Herramientas Unión, los inte-
grantes de Ruedas Rosario y Fader fabricarán coronas y piñones de
diferenciales para pick ups y tractores. Esta nueva actividad se prevé
que genere ingresos para otras seis familias. Hacia fines de 2006 el
Centro de Mecanizado contará con una producción de un valor men-
sual estimado en $300.000, y se constituirá en una fuente de empleo
genuino para 28 familias de la ciudad de Rosario.
106

El proyecto que dio origen al Centro de Mecanizado, al igual que


muchos otros proyectos que las empresas recuperadas están llevando a
cabo en la actualidad, fue ideado con el propósito de contribuir a dos
procesos de fundamental importancia: el desarrollo local o regional y la
conformación de encadenamientos productivos.
En Argentina, el 75% de las partes que componen los vehículos fa-
bricados en el país son de origen extranjero. Es por esto que los actua-
les miembros del Centro de Mecanizado Rosario se propusieron in-
crementar la oferta de autopartes nacionales, contribuyendo al
desarrollo de una economía regional altamente limitada por la depen-
dencia respecto de las grandes firmas trasnacionales. Simultáneamente
se establecieron acuerdos con la fábrica de tractores y maquinarias
agrícolas Pauny (ex Zanello) para la provisión de piezas mecanizadas
por este centro. La fábrica recuperada de Las Varillas, acordó hace
apenas cuatro meses la venta de 500 unidades anuales a Venezuela, lo
que se traducirá en un aumento en la demanda de partes y piezas, 10
veces superior a la actual. El Centro de Mecanizado Rosario se sumará
a este proyecto a partir de 2006 a través de la provisión de parte de los
insumos requeridos por Pauny.

En conjunto las Cooperativas Herramientas Unión, Mil Hojas, Ruedas


Rosario y Fader distribuyen mensualmente entre sus trabajadores más de
50.000 pesos y recuperaron en los últimos cinco años 53 puestos de
trabajo. Además, las cooperativas Ruedas Rosario y Fader se proponen
para agosto de 2006 generar empleo para otras 16 familias más. A estas
cifras debe sumarse el impacto indirecto de estos emprendimientos en
la economía local. Aproximadamente serían 70 los puestos de trabajo
indirectamente generados, contabilizando solamente repartidores y
revendedores.
Estas cinco cooperativas son parte del subsector de empresas re-
cuperadas del Gran Rosario que día a día marcan un nuevo camino
frente a la desocupación, precarización e informalidad. Según informes
de Marzo de 2005 del INDEC, en Argentina sólo el 25% de los trabaja-
dores cuenta con una cobertura laboral completa y el 45% de los traba-
jadores rosarinos se desempeñan en un marco informal. En oposición a
estas tendencias, los trabajadores de estas empresas recuperadas cuen-
tan con los beneficios de la seguridad social a través de los aportes que
realizan a obras sociales prepagas, inscripciones en monotributo, apor-
tes jubilatorios y seguridad por riesgos en el trabajo, entre otros.

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
107

Nuevas forma de propiedad, œnuevos valores en la organización?

La propiedad colectiva de los medios de producción es un aspecto


central en las empresas recuperadas. La participación en la propiedad
de las maquinarias, inmuebles y/o instalaciones define nuevos criterios
de organización y de ella se derivan otras dos formas de participación:
en los beneficios o resultado económico y en las decisiones.
La participación en los beneficios se refuerza en los casos analiza-
dos, con la conformación de cooperativas de trabajo, en las que sus
miembros no reciben salarios sino que realizan retiros y los resultados
de cada ejercicio pueden distribuirse entre todos los trabajadores y/o
reservarse para futuras inversiones. Sin embargo, no son las reglamen-
taciones vigentes en la Ley de Cooperativas las que determinan y orga-
nizan el funcionamiento de estas experiencias. La elección de esta for-
ma legal surge principalmente a partir de la última reforma de la Ley de
Concursos y Quiebras que, como se comentó con anterioridad, permi-
te a los trabajadores continuar con la actividad productiva de una em-
presa fallida.
Esta nueva forma de distribuir la riqueza generada por el grupo de
trabajadores, emerge del carácter autogestionario en el que se organi-
zan y desarrollan las experiencias de recuperación. Autogestión implica
la determinación autónoma por parte de los trabajadores sobre los
modos de funcionamiento de la fábrica. Tal proceso no se desenvuelve
en forma lineal sino más bien se compone de marchas y contramarchas,
generando grandes controversias y reflexiones. Si todos participan en
forma igualitaria de los beneficios de la cooperativa, los salarios dejan
de existir como expresión del valor de mercado de la fuerza de trabajo
y como generador de incentivos dentro de cada organización. Enton-
ces: œCuáles serían los estímulos para desempeñarse conforme a lo que
la empresa espera de cada trabajador? œQuién y cómo se sanciona al
que no cumple? œCómo se premia la antigüedad, la experiencia y la
eficiencia? Éstos son algunos de los interrogantes presentes en las em-
presas recuperadas de Rosario que dan cuenta del carácter ambivalente
de la autogestión.
Su ambivalencia radica en que puede implicar tanto la creación de
nuevos valores y prácticas alternativas a las implementadas durante el
régimen privado, como también la creación (o recreación) de un orden
rígido que reproduzca, incluso con mayor disciplina y dureza, las formas
más negativas de la organización capitalista. Al formularse tales pregun-
tas, los trabajadores de las empresas recuperadas no van en busca de
respuestas mágicas sino más bien de configuraciones de una nueva ética
108

económica que potencie el surgimiento y consolidación de este tipo de


experiencias colectivas autónomas.
La propiedad colectiva de los medios de producción conduce a la vez
a una nueva organización en los procesos de toma de decisiones. La
participación en la gestión se sostiene principalmente de situaciones
asamblearias. Las asambleas constituyen el órgano de decisión de máxima
autoridad, en el que participan no sólo los miembros del Consejo de
Administración sino también la totalidad de los trabajadores. En estos
espacios cada trabajador tiene un voto independientemente de su anti-
güedad en la cooperativa y su función dentro de ella.
Aquí también es preciso realizar una distinción entre lo establecido
por la Ley de Cooperativas y las prácticas llevadas a cabo por los trabaja-
dores de las empresas recuperadas. Mientras que en dicha legislación las
asambleas se proponen como un espacio de comunicación y votación de
decisiones, para éstos el concepto de asamblea excede tales instancias
para conformarse a la vez en un lugar de pensamiento y construcción
colectiva. La asamblea cumple una función de vital importancia en la
autorregulación y búsqueda de identidad, dado que es allí donde surgen
y se resuelven los conflictos internos. Asimismo, el Consejo de Admi-
nistración, instancia de dirección en el Estatuto de Cooperativas, tiene,
en algunas oportunidades, un carácter meramente formal. En la práctica
se desconocen algunas de sus funciones como la de despedir, expulsar
y sancionar socios o incorporar nuevos, decisiones que en las empresa
contempladas en este trabajo, son tomadas en asambleas.
Los trabajadores entrevistados coinciden en que en los comienzos
de las respectivas cooperativas, estas reuniones se realizaban semanal o
quincenalmente, mientras que en la actualidad, las asambleas se convo-
can en función de las circunstancias y necesidades de la organización,
convirtiéndose en formas de participación más espontáneas y funciona-
les a la dinámica de cada fábrica. No obstante, para que estas instancias
decisorias funcionen correctamente, la circulación y democratización
de la información se convierte en un requisito fundamental. Uno de los
entrevistados plantea la necesidad de „aprender a participar‰, para que
las decisiones y asambleas sean verdaderamente democráticas. Informa-
ción para todos y transmisión de saberes son dos aspectos centrales
para este trabajador.

La participación en la propiedad, las decisiones y los beneficios de


la empresa requiere a la vez poner en funcionamiento una serie de
recursos que potencien no sólo la capacidad de trabajo sino también
que permitan la sostenibilidad de estas organizaciones en el tiempo. Se
109

trata de ampliar el espectro de activos involucrados así como el alcance


y significado de la propiedad colectiva de los medios de producción. A
continuación se enunciarán algunos recursos claves identificados por
trabajadores de las empresas recuperadas contempladas en este trabajo.

Conocimiento y formación: Uno de los principales inconvenientes a


los que se enfrentan los trabajadores de las empresas recuperadas es la
falta de experiencia en la gestión y administración. El viraje de la política
económica hacia una propuesta de crecimiento económico basada en el
fortalecimiento del mercado interno, ha permitido que muchas empre-
sas de nuestro país encontraran nuevas demandas en el mercado local,
resultando un contexto económico favorable para reiniciar la produc-
ción y comercializar nuevamente productos que en la década de los
noventa habían dejado de producirse. No obstante, la necesidad de
capacitarse en la administración y organización de la empresa es una de
las prioridades para los trabajadores de las empresas recuperadas anali-
zadas. Ser trabajadores autogestionarios implica aportar su fuerza de
trabajo y al mismo tiempo desarrollar su capacidad empresarial. Es por
ello que en la mesa provincial del MNER se ha conformado la Secretaría
de Capacitación a cargo de uno de los miembros de la Cooperativa
Ruedas Rosario. Ésta tiene como objetivo la identificación de necesida-
des de capacitación y formación y la búsqueda de cursos y talleres ade-
cuados a estos emprendimientos. Actualmente dos integrantes del
equipo de profesionales que acompañan éstas experiencias desarrollan
en tres cooperativas, Mil Hojas, Resurgir y Herramientas Unión talleres
de computación y administración acordes a las demandas y necesidades
de cada una de las organizaciones. En ellos los trabajadores asistentes
se proponen crear un sistema de información que permita responder a
otras de las necesidades planteadas por el conjunto de las empresas:
generación, circulación y democratización de la información.

Información: como se dijo en párrafos anteriores, la participación


en las decisiones requiere la generación, circulación y democratización
de la información relativa a la organización y su entorno. En las empre-
sas aquí presentadas existe una importante deficiencia en sus sistemas
informativos, producto de la falta de capacitación, tiempo y recursos.
Esto lleva a que muchas decisiones se tomen intuitivamente o queden a
cargo de unas pocas personas, generalmente de quienes se desempeñan
en funciones administrativas. Sin embargo, al preguntar a los trabajado-
res su opinión sobre la información, la participación y la toma de deci-
siones, todos coinciden en que sería fundamental contar con datos
110

reales y actuales sobre producción, costos, niveles de precios, etc. En


repuesta a esta necesidad, ocho trabajadores de tres cooperativas están
tomando cursos de capacitación que les permitirán ampliar sus cono-
cimientos en esta área y desarrollar ellos mismos su propio sistema de
información.
Simultáneamente, la posibilidad de rotar funciones y tareas permite
(y a la vez obliga) a los trabajadores a conocer qué actividades realizan
sus compañeros y de qué forma se llevan a cabo. Esto otorga mayor
flexibilidad a la organización pudiendo superar cambios y reorganizacio-
nes rápidamente.
En Julio de 2005 la cooperativa Resurgir debió designar nuevos in-
tegrantes del Consejo de Administración por problemas personales de
quien era hasta ese momento su presidente, que le impedían continuar
activamente en la gestión. Luego de charlas y asambleas los trabajadores
decidieron trasladar en sentido ascendente los cargos establecidos, pa-
sando el secretario a encabezar el Consejo. Estas modificaciones no
alteraron el funcionamiento de la cooperativa pero plantearon la nece-
sidad de fortalecer los procesos de generación y circulación de la in-
formación.
Una experiencia similar se registró en la cooperativa Mil Hojas, a
partir de la cual se decidió comenzar con los talleres de capacitación
con el doble objetivo de generar más y mejor información referida a la
producción y preparase para desarrollar tareas administrativas en caso
de que fuera necesario.

Apropiación y participación: La propiedad colectiva de los medios


de producción no sólo debe plasmarse en títulos de propiedad, también
requiere un verdadero sentido de la participación y apropiación tanto
de esos activos físicos como del proyecto conjunto que los emplea.
Como se dijo anteriormente, no se trata de cambios instantáneos sino
más bien de largos procesos de construcción colectiva en la que cada
trabajador redefine su lugar en la organización en función de las nuevas
características que ella asume. Todos los entrevistados coinciden en
que existen diferentes formas o grados de compromiso con el trabajo y
el emprendimiento. Sin embargo ninguno deja de confiar en que estas
discrepancias puedan transformarse con el tiempo, dando lugar a un
fuerte sentido de pertenencia por parte de cada uno de los miembros
del proyecto.

Estos nuevos activos, aún en desarrollo, suelen confrontar con an-


tiguos métodos de organización, vigentes en los momentos en los que
111

trabajaban „bajo patrón‰. La generación de innovaciones en la produc-


ción y el trabajo plantea la necesidad de enfrentar estas contradicciones
desde una propuesta colectiva autónoma. Hoy en día las empresas
recuperadas del Gran Rosario se proponen construir sus propios mo-
delos de producción y gestión a partir de la resignificación de ciertos
valores y principios en sus prácticas cotidianas. Para ello, como se des-
cribió en apartados anteriores, apoyan su labor en la articulación con
profesionales especializados, el Estado, otras organizaciones con expe-
riencias similares, entre otros. La construcción de redes y vínculos
asociativos es fundamental para que la propuesta de una nueva econo-
mía pueda seguir presente en las empresas recuperadas. No se trata de
desplazar el eje desde la producción y la rentabilidad económica a un
conjunto de valores éticos que guíen el comportamiento de estas orga-
nizaciones. La reactivación de la producción empresarial para el merca-
do interno o la exportación es fundamental, pero es preciso a la vez
incluir nuevas estructuras de producción con otras relaciones sociales
orientadas por la reproducción ampliada de la vida (Coraggio, José Luis,
en DANANI, 2003).

Hacia la construcción de una nueva economía

En este último apartado se pretende esbozar la contribución de las


empresas recuperadas en la definición de una nueva racionalidad eco-
nómica. No se pretende generalizar sobre las formas de organización
decididas por los trabajadores ya que se trata de decisiones que se van
produciendo al calor mismo del desarrollo de las experiencias. Por el
contrario, el objetivo es identificar aquellas características de las em-
presas analizadas que posibilitarían, junto a otras propuestas autoges-
tionarias, la conformación de un nuevo sector económico: la economía
social. Para ello se retomarán algunos aspectos planeados en apartados
anteriores en función de su contribución a tres ejes centrales:

• Recuperación de habilidades y capacidades productivas


• Desarrollo de la creatividad y autonomía en el trabajo
• Reproducción ampliada de la vida como objetivo fundamental.

La recuperación de la empresa significó en los cuatro casos analiza-


dos, la revalorización de saberes y conocimientos específicos de cada
proceso productivo. Al igual que ciertos activos tangibles como las
maquinarias y herramientas de trabajo, las habilidades y capacidades de
los trabajadores tiene un alto valor para las nuevas organizaciones au-
112

togestionarias. Dichos activos, que podríamos denominar intangibles,


posiblemente serían subvalorados por el mercado al momento de ofre-
cerse como fuerza de trabajo. El desempleo y las mayores y cambiantes
exigencias en calificación y experiencia laboral se transforman en barre-
ras casi insoslayables para quienes emprenden la búsqueda de un traba-
jo digno.
La continuidad de la actividad productiva de las anteriores empre-
sas fallidas fue posible puesto que son los trabajadores quienes poseen
el conocimiento necesario para llevar a cabo el proceso productivo
pero además porque estos sujetos se han mantenido unidos recupe-
rando también de esta forma la relación entre sus memorias individua-
les. Se trata entonces de un doble proceso de recuperación que involucra
no sólo la actividad productiva de la empresa anterior sino también aque-
llos activos asociados a las habilidades y conocimientos de los trabajado-
res, tales como el oficio de los torneros o maestros cristaleros.
Al mismo tiempo, con el desarrollo y crecimiento de estas expe-
riencias se activan una serie de dispositivos que posibilitan la transmi-
sión de tales conocimientos. La incorporación de nuevos trabajadores
implica en la mayoría de los casos la formación y capacitación de estos
nuevos miembros en un oficio o actividad. Nos referimos nuevamente a
la experiencia de la Cooperativa Herramientas Unión que hace varios
meses está formando a cuatro estudiantes de una escuela técnica, quie-
nes participan de los procesos productivos y podrán incorporarse a la
cooperativa una vez hayan finalizado sus estudios formales. La cristale-
ría Vitrofín, de Cañada de Gomez ha conformado una escuela de oficio
en la que uno de los miembros de la empresa originaria, actualmente
jubilado, transmite sus conocimientos como maestro cristalero a un
grupo de jóvenes recientemente incorporados a la cooperativa.
En cuanto al segundo eje señalado, la organización y participación
democrática favorecen el desarrollo de la creatividad en el trabajo,
aspecto que refuerza los procesos de revalorización y transmisión de
los conocimientos y habilidades. Como se comentó oportunamente, la
construcción de instancias de pensamiento y construcción colectiva
posibilita el desarrollo de trabajadores autónomos que a través de su
creatividad van configurando nuevas formas de producción, administra-
ción y organización. En este sentido, las asambleas tienen un rol funda-
mental pero no es solo allí donde se expresan tales propuestas. En
algunos casos, como señala un integrante de la cooperativa Herramien-
tas Unión, algunas de las modificaciones o ajustes a los procesos pro-
ductivos son evaluados e implementados casi espontáneamente por los
trabajadores involucrados durante los mismos procesos.
113

Al mismo tiempo estos dispositivos de creación y recreación de


habilidades y conocimientos, trascienden el ámbito de la empresa indivi-
dual para plantearse como un objetivo común al conjunto de experien-
cias que conforman la Mesa Provincial de Empresas Recuperadas. El
proyecto de conformación de un Centro de Estudios y Formación
comentado anteriormente y las reuniones que periódicamente sostie-
nen los trabajadores de nueve empresas recuperadas de la ciudad son
espacios que potencian la autonomía y la creatividad de estos actores
en la búsqueda de soluciones a las diferentes problemáticas comunes.
Finalmente, otro aspecto central en la configuración de una nueva
racionalidad económica reside en la definición de metas y objetivos.
Originariamente la recuperación de los puestos de trabajo constituye el
fin que moviliza y reúne al grupo de trabajadores. Una vez alcanzado
este objetivo surgen nuevas redefiniciones que permitirían a estas ex-
periencias transitar desde una etapa defensiva hacia la formulación de
una propuesta inclusiva de generación de empleo y reproducción am-
pliada de la vida. Si bien esta segunda instancia es incipiente en las expe-
riencias aquí contempladas, existen dos aspectos centrales que condu-
cen dichas redefiniciones.
En primer lugar, no se trata de procesos de búsqueda de una ma-
yor acumulación de capital porque no es a partir de la posesión de
capital que los trabajadores obtienen sus ingresos sino más bien por la
utilización de este factor de la producción en los procesos productivos
que los trabajadores llevan a cabo. En segundo lugar, los emprendimien-
tos que han logrado incrementar sus ingresos a lo largo del tiempo
(como es el caso de Cooperativa Mil Hojas Ltda. y Cooperativa
Herramientas Unión, Ltda., entre otros), lo han hecho con el propósito
de ampliar las necesidades que pueden satisfacerse a partir del trabajo
en la fábrica. En otras palabras, se trata de procesos de redefinición y
expansión del espectro de necesidades consideradas fundamentales
para el desarrollo pleno de las capacidades de los trabajadores, que a
medida que la actividad y los ingresos de la cooperativa lo permitían se
fueron incorporando en el monto de los retiros. En este sentido, el
desarrollo y crecimiento de varias empresas recuperadas de a ciudad
está acompañado por la necesidad de establecer nuevos objetivos y
metas comunes al grupo de trabajadores, que antes que orientarse a la
maximización de los beneficios individuales buscan la satisfacción de sus
necesidades, la posibilidad de generar nuevos puestos de trabajo y la
consolidación de la organización a través de la articulación con otros
actores sociales.
114

Conclusión

La recuperación de empresas se presenta como un avance hacia la


defensa y recuperación de la identidad de los trabajadores posibilitando a
la vez las condiciones materiales de su reproducción. Estas experiencias
no transitan caminos únicos ni prefijados. La puesta en marcha de fábri-
cas cerradas o abandonas por sus dueños puede implicar la implemen-
tación de nuevas prácticas y valores que den nacimiento a un proyecto
alternativo. Pero también puede conducir a la repetición de modos de
funcionamiento ya conocidos por los trabajadores a lo largo de su tra-
yectoria dentro de la fábrica: flexibilización laboral, explotación a com-
pañeros, rigidez disciplinaria.
Este trabajo se propuso a partir de la convicción de que la máxima
potencia de las ocupaciones de fábrica se produce ante la creación y
desarrollo de nuevos valores de sociabilidad y prácticas alternativas a
las dominantes. No es posible contemplar la totalidad de situaciones
que conducen a la conformación de dichos valores y prácticas. Es por
ello que a los fines de este estudio se ha tomado algunos ejes centrales
para referirnos a experiencias concretas y puntuales.
Algunos de ellos son la relación con el Estado y con otras empresas
recuperadas y emprendimientos de la economía social y la conforma-
ción de redes de articulación de actividades institucionales, comerciales,
productivas entre otras. La modificación de principios estructurantes
de la conducta de los trabajadores en el interior de cada organización
ha conducido en repetidas oportunidades a la resignificación de valores
y principios asociados con la solidaridad, la cooperación y la participa-
ción democrática. Ejemplo de estas redefiniciones son las numerosas
instancias de decisión y construcción colectiva, los incentivos al desa-
rrollo de la creatividad y la determinación de los retiros de los socios
de las cooperativas. Al mismo tiempo, la identificación de activos claves
para el desarrollo de estas experiencias es un paso fundamental en la
definición de estrategias de pensamiento colectivo. En este sentido, los
trabajadores de las empresas entrevistadas acuerdan en la necesidad de
contribuir a procesos de formación y capacitación, generación de in-
formación y apropiación y participación en las fábricas.
Estos valores y prácticas que implican nuevas formas de sociabilidad
se desarrollan en constante tensión con antiguos métodos de produc-
ción, distribución y participación. El conflicto está presente en todas las
empresas analizadas y da cuenta de la lucha entre lo viejo que no acaba
de desaparecer y lo nuevo que no termina de nacer.
115

Bibliografía

• Argumedo, Alcira, Quintar, Aída (2000): „Argentina, os dilemas da


democracia restringida‰ en Lua Nova. Revista de Cultura e Políti-
ca. NÀ 49. CEDEC. San Pablo.
• Basualdo, Eduardo (1992): „Formación de capital y distribución del
ingreso durante la desindustrialización‰. Idep/Ate. Buenos Aires.
• Danani, Claudia (2003): „Política social y Economía social. Debates
fundamentales. Colección Lecturas sobre Economía Social, UNGS
– Altamira– Fundación OSDE. Buenos Aires.
• Deux Marzi, María Victoria, Escobedo, Martín (2005): Autogestión
obrera, historia y presente. UNR Editora. Rosario.
• El derecho, tomo 205: „Continuación de la explotación de la falli-
da: cooperativas de trabajadores; posibilidades de compra directa‰,
art. 192 de la LCQ, operatividad.
• Forrester, Viviane (1997): „El horror económico‰. Editorial: fondo
de Cultura Económica. Buenos Aires.
• GRASSI, E.; HINTZE, S.; NEUFELD, M. ET ALII (1994): Políticas
Sociales, crisis y ajuste estructural. Espacio Editorial. Bs As.
• Hirschman, Albert: „Against parsimony: three easy ways of com-
plicating some categories of economic discourse‰. The American
Economic Review. Mayo 1984. Volumen 74 N° 2.
• INDEC (2004): Censo Económico. Primer trimestre 2005. Institu-
to Nacional de estadísticas y Censos. Buenos Aires.
• INDEC (2004): Encuesta Permanente de Hogares. Instituto Nacio-
nal de estadísticas y Censos. Buenos Aires.
• Iturraspe, Francisco (1986): „Participación, cogestión y autogestión
en América Latina/1‰. Editorial Nueva Sociendad. Caracas, San José.
• Lavaca (2004): „Sin Patrón. Fábricas y empresas recuperadas por
sus trabajadores. Una historia, una guía‰. Lavaca Editora, Buenos
Aires.
• Ministerio de Desarrollo Social (2005): „Foro Federal de Investiga-
dores y Docentes, la Universidad y la Economía Social en el Desa-
rrollo Local. Buenos Aires.
• Novaes, Henrique; de Assis, Ulisses, Dagnino, Renato : „Mapeando
mudanças em empresas recuperadas sob a óptica do Conceito de
Adecuaçao Sócio-Técnica‰. Trabajo presentado en el segundo En-
cuentro Internacional de Economía solidara. Sao Paulo; Usp del 14
al 16 de junio de 2004
116

• Programa Trabajo Autogestionado. Ministerio de Trabajo, Empleo


y Seguridad Social (2004): Informe de avance – abril/noviembre de
2004
• Programa Trabajo Autogestionado. Ministerio de Trabajo, Empleo
y Seguridad Social (2005): Guía 2005 de empresas y fábricas recu-
peradas. Autogestionadas por sus trabajadores. Abril de 2005.
• SEUBE- Facultad de Filosofía y Letras- UBA (2005): „Las empresas
recuperadas en la Argentina‰. Buenos Aires.

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
UNIVENS – NOVE ANOS DE HISTŁRIA CONCRETIZANDO UMA
OUTRA ECONOMIA

Aline Mendonça dos Santos36

Resumo

O objetivo deste texto é examinar um caso demonstrativo da


economia solidária, vivenciado por trabalhadoras de um empreendimento
econômico solidário, localizado na cidade de Porto Alegre, Estado do
Rio Grande do Sul, Brasil. Trata-se da Cooperativa de Costureira
Unidas Venceremos (UNIVENS) que, através de sua experiência, vem
apresentando significativa visibilidade social. O trabalho tenciona trazer
elementos acerca da dinâmica adotada pelas trabalhadoras da
UNIVENS, que lhe confere importância política, social e econômica e
causa um impacto apreciável na sociedade em que se insere.

Palavras-chaves: Economia solidária, Empreendimento Econômico


Solidário, Representações Sociais.

36Doutoranda em Serviço Social – ˘rea de concentração „Política Social e


Trabalho‰ da Universidade do Estado do Rio de Janeiro (Rio de Janeiro/ RJ/
BR); Mestre em Ciências Sociais Aplicadas titulada pela Universidade do Vale
do Rio dos Sinos (São Leopoldo/ RS/ BR); Assistente Social graduada pela Uni-
versidade Católica de Pelotas (Pelotas/ RS/ BR).

117
118

Introdução

O Rio Grande do Sul foi um dos primeiros estados brasileiros a ser


cenário de experiências de economia solidária. Foi e é um importante
espaço de interação entre diferentes agências e programas de fomento
a economia solidária, bem como de empreendimentos motivados a se
consolidarem enquanto experiência de economia solidária. Nesse
sentido, o movimento de organização da economia solidária se expande
no Estado, aglutinando diversos agentes envolvidos com o tema. A
partir desse processo, visualiza-se uma série de iniciativas que se
destacam pela dinâmica de trabalho diferenciada que adotam na
perspectiva de consolidar a economia solidária.
A UNIVENS – Cooperativa de Costureira Unidas Venceremos, um
dos precursores dessa história no Rio Grande do Sul, sem dúvida é um dos
empreendimentos que exibe maior destaque, tornando-se uma referência
significativa para a economia solidária no Estado e, conseqüentemente, no
Brasil e no mundo. Ao longo dos nove anos de existência da UNIVENS,
são muitos os convites que as trabalhadoras do empreendimento
recebem na perspectiva de socializarem suas práticas. É por essa
relevância política, social e econômica que elegi a UNIVENS como
empreendimento37 a ser discutido neste trabalho. Eu tive a oportunidade
de estudá-lo na ocasião em que estava no mestrado, quando investiguei
as representações sociais dos trabalhadores nos EES da região
metropolitana de Porto Alegre.. Dos EES pesquisados, a UNIVENS é o
que mais vem se destacando, não somente por sua organização coletiva
interna, mas por sua inserção em espaços políticos da sociedade. Nesse
sentido, entendi ser conveniente aprofundar meu estudo sobre esse
empreendimento e divulgá-lo através do concurso da RILESS.
Assim, esse estudo caracteriza-se como um recorte de uma
pesquisa mais ampla, que resultou na minha dissertação de mestrado.
Para realizar tal estudo, optei por uma pesquisa qualitativa, de estudo
de caso.
A coleta dos dados na pesquisa não foi um processo cumulativo e
linear. Os dados foram colhidos, interativamente, num processo de idas
e voltas, nas diversas etapas da pesquisa e no intercâmbio com os
sujeitos. Nessa pesquisa, os dados não ficaram isolados, apenas

37Entendido como um exemplo de Empreendimento Econômico Solidário


(EES): organizações coletivas de geração de trabalho e renda, regidas por prin-
cípios de autogestão, democracia, participação, igualitarismo, cooperação no
trabalho, auto-sustentação, desenvolvimento humano e responsabilidade social
(Gaiger, 1999).
119

captados em instantes de observação. Eles se deram em um contexto


fluente de relações, como fenômenos que não se restringem às
percepções sensíveis e aparentes.
Assim sendo, o empreendimento apresenta uma situação inusitada,
própria, que foi explorada durante o ano de 2003 através de visitas ao
empreendimento, diálogos formais e informais, e acompanhando o EES
em suas inserções econômicas, sociais e políticas. Levando-se em
consideração esses processos e suas respectivas características, atendi,
em parte, o estudo da experiência da UNIVENS, mas ainda foi necessário
estudar os acordos e normas estabelecidos pelos trabalhadores no
empreendimento para consolidar a organização coletiva. Para isso,
procedi ainda a uma análise de documentos.
Com esse ponto de partida, procurei sistematizar este trabalho em
três partes. Num primeiro momento faço uma breve discussão sobre o
desenvolvimento da economia solidária no Brasil, bem como no Estado
do Rio Grande do Sul. Logo, traço um perfil da UNIVENS pautando a
forma como o empreendimento vem se consolidando no decorrer da
história; por fim, realizo uma longa reflexão sobre a forma como os
trabalhadores produzem suas representações a partir da prática de
trabalho solidário na UNIVENS.

1. Uma breve discussão sobre Economia Solidária no Brasil

1.1 Contexto excludente

Nas duas últimas décadas, houve uma adesão da sociedade a teorias


neoliberais, permitindo ao sistema capitalista a expansão da globalização e
a intensificação do processo de abertura da economia aos mercados
internacionais. Privatizaram-se atividades sociais e econômicas,
incrementou-se aceleradamente a reestruturação produtiva, o que
trouxe uma maior concentração do poder econômico.
A indústria brasileira sofre uma perda de mercado e várias
empresas fecham suas portas e reduzem o número de empregos. Com
isso, milhões de trabalhadores estão sendo excluídos e ficam à margem
do mercado de trabalho. A atual conjuntura se configura num campo
de competitividade onde tudo é disputa: as empresas disputam o
mercado, e em conseqüência disso, disputam a redução de custos de
produção; por outro lado, as pessoas disputam espaços no mundo do
trabalho, uma vez que as empresas, buscando reduzir custos e ampliar
lucros, investem em tecnologia, e promovem a produção com menos
pessoas trabalhando. Ocorre uma reestruturação nos meios de
120

produção, menos trabalhadores são requeridos para produzir bens de


consumo final. Com isso, temos um quadro de exclusão e desemprego
que afeta todas as camadas da sociedade, principalmente, a mais
empobrecida, a menos qualificada.
Antunes (1995), ao refletir sobre esta temática, apresenta-nos as
dificuldades de enfrentamento, os questionamentos da classe trabalhadora
que visam a superar o desemprego estrutural:

Como é possível resistir a uma onda tão intensa? Como é possível


elaborar um programa econômico alternativo que incorpore os milhões de
trabalhadores que não participam do mercado e que vivem da miséria e da
economia informal? Como é possível resgatar um novo modelo econômico que
elimine definitivamente a superexploração do trabalho, que particulariza o
capitalismo industrial brasileiro, cujo salário mínimo é degradante? Quais são os
contornos básicos desse modelo econômico alternativo cuja lógica deverá
iniciar a desmontagem do padrão de acumulação capitalista vigente no país?
Como é possível pensar numa ação que não impeça o avanço tecnológico, mas
faça em bases reais, com ciência e tecnologia de ponta desenvolvida em nosso
país? Como é possível um caminho alternativo que recupere valores socialistas
originais, verdadeiramente emancipadores? Que não aceite a globalização e uma
integração imposta pela lógica do capital, integradora para fora e desintegradora
para dentro? Como é possível hoje articular valores inspirados num projeto
que olha para uma sociedade para além do capital, mas que tem que dar
respostas imediatas para a barbárie que assola o cotidiano do ser que vive do
trabalho? (...) Estes são, como se pode perceber, desafios enormes.
(ANTUNES, 1995, p. 01)

Frente ao exposto, tem-se que a sociedade capitalista engendra


uma dinâmica de transformações sociais as quais incidem diretamente
no cotidiano dos trabalhadores. O desemprego estrutural surge como
uma das principais expressões da questão social e, portanto, um grande
desafio para os trabalhadores.
Dessa forma, tem-se que a falta de emprego é a causa mais
evidente do desajuste social. As transformações representam uma
minimização do emprego, sobretudo se elas se somarem, como afirma
Guimarães:

Na década de 90, a globalização da economia e a reestruturação produtiva,


somadas à privatização das empresas públicas, representaram para os
trabalhadores brasileiros, principalmente aqueles inseridos no mercado formal,
uma dramática ruptura, responsável por um quadro de desemprego com
índices jamais vistos em nossa história.
Trabalhadores antes incluídos nos mercados formais vieram somar-se aos
já historicamente excluídos, pertencentes ao mercado informal. A partir do
121

momento que a referência social do trabalhador está atrelada à sua inserção na


economia, a perda do trabalho formal significa muito mais que a perda
financeira (GUIMAR‹ES, 1999, p.05).

Nesse contexto de mudança, visualiza-se um movimento de novas


formas de organização do trabalho e da produção, bem como importantes
formas de trabalho coletivo, pois esta situação está levando vários grupos
de trabalhadores a se unirem para assumir o controle da organização do
seu trabalho e de processos produtivos. Os trabalhadores se envolvem
com a economia solidária motivados por aportes externos, entidades que
acreditam na economia solidária como uma possível alternativa ao
desemprego, que convidam os trabalhadores a participar de cursos,
reuniões, feiras sensibilizando-os a se organizarem e aderirem ao
processo.
É expressivo o número de experiências coletivas de trabalho e de
produção que se configuram em todo o país. Os trabalhadores,
impulsionados pela falta de alternativas e por suas convicções políticas,
organizaram-se nas mais diversas formas, como cooperativas de
produção, de consumo, de crédito e de serviços, associações, empresas
de autogestão, bancos comunitários e várias organizações populares.

1.2 A economia solidária no Brasil e no Estado do Rio Grande do Sul (RS)

Paul Singer, estudioso que tem se dedicado ao tema no Brasil, em


alguns pronunciamentos costuma dizer que a economia solidária está
ressurgindo: não se trata de uma simples herança do cooperativismo,
mas uma revivência das lutas históricas dos trabalhadores. Trata-se de
um movimento dos trabalhadores colocado em pauta perante a crise
social do país, condicionado pela crise do capitalismo que abre espaço
para novas formas de economia.
A economia solidária teve importante contribuição de alguns
pensadores socialistas utópicos do século XVIII, entre eles Owen,
Proudhon e Fourier. Eles imaginaram a constituição de organizações
coletivas que não tivessem apenas um dono, mas vários deles.
Acreditavam na possibilidade de uma estrutura diferente de gestão e
produção que estabelecesse uma nova relação da comunidade com a
economia (ANTEAG, 2000).
Essas novas formas de gestão sempre surgiram na tentativa de
superar a questão social da época. Independentes do momento
histórico em que são abordados, os empreendimentos solidários
surgem sob o impulso de uma dinâmica socioeconômica condicionada
por uma grande crise econômica.
122

No Brasil, as cooperativas despontam durante o período após a


Segunda Guerra Mundial. Com a informatização, oriunda do que a
história chama de Terceira Revolução Industrial, de 1980 até os dias de
hoje, o mundo vive uma outra grande crise e os trabalhadores
começam a apresentar estratégias de sobrevivência. Foi então que
floresceu a economia solidária.
A economia solidária no Brasil passou a ter visibilidade com o
processo de fechamento das fábricas, quando os trabalhadores reagiram
assumindo a massas falidas e modificando as relações de trabalho a partir
de uma prática coletiva, autogestionária e solidária. Foram situações
deste caráter que deram início á ANTEAG38, que surge na perspectiva
de afirmar o movimento como resposta dos trabalhadores e consolidar
o processo como alternativa ao sistema vigente.
Embora a economia solidária tenha despertado a atenção dos
diferentes segmentos da sociedade só nos anos 90, ela já vem se
destacando há mais tempo nas relações de produção de pequeno
porte, organizadas por núcleos familiares e pela comunidade, não
apresentando um caráter de geração de emprego e renda, mas de
subsistência, embora muitas destas experiências transcendam o
patamar da subsistência, atingindo níveis de acumulação e crescimento
(GAIGER, 1999).
Souza (SINGER & SOUZA, 2000) diz que os empreendimentos
comunitários, também identificados como empreendimentos populares
(TIRIBA, 2001), têm iniciativa de seus membros e de algum agente
externo (igreja, associação de moradores, ONG) e seus trabalhadores
não têm qualificação profissional, têm baixa escolaridade e, em geral,
são mulheres e jovens, (antes exerciam funções de donas de casa e
estudantes) e ainda, que tais empreendimentos localizam-se na periferia
das cidades.
Por muito tempo, as diferentes formas de economia solidária
(autogestão, associações, etc.) permaneceram ocultas e, às vezes, ainda o
são. No princípio, esses empreendimentos não apresentavam grande
importância, depois foram despertando maior atenção. Assim argumenta
Gaiger:

Nos anos de 1980, essas iniciativas tinham pequena visibilidade. (...)


Naquela época, eram, muito mais, obra de entidades assistências ou
filantrópicas.

38 Associação Nacional dos Trabalhadores em Empresas de Autogestão e


Participação Acionária.
123

Aos poucos, esse campo vai ganhando visibilidade social e, agora, se pode
falar também em visibilidade política. É quando vai surgir o conceito de
Economia Solidária, junto com outros conceitos que procuram dar conta dessa
realidade. (...) Nos anos de 1980, não se falava em economia solidária, mas em
projetos comunitários; não se falava nem em experiência de geração de renda.
Esse é um termo dos anos de 1990. (GAIGER, 2000, p. 168-169)

Portanto, no Brasil, primeiro observou-se o crescimento de


cooperativas agropecuárias que visavam reforçar a classe dos produtores
rurais. Logo as empresas de autogestão e as experiências populares
roubaram a cena, provocando o interesse de aportes externos que se
constituíram na perspectiva de apoiar os empreendimentos coletivos e
consolidar uma outra relação de trabalho na sociedade contemporânea.
Frente à conjuntura desfavorável propiciada pela dinâmica da
sociedade, é visível que a economia solidária tenha aparecido com
maior incidência nos anos 90, como reação ao processo de fechamento
dos postos de trabalho, à exclusão social, tornando-se um foco
crescente de interesses e atenções, como alternativa e tentativa de
inserções no mundo do trabalho. As pessoas têm mais espaços no
mundo do trabalho se estiverem coletivamente organizadas do que
isoladas (SINGER, 2000).
No Rio Grande do Sul a economia solidária ganha um destaque
considerável quando um conjunto de experiências surgidas nos meios
populares urbanos e rurais a partir dos anos 80, promovidas por
organizações que buscavam opções de geração de renda, começaram a
causar certo impacto no Estado. Experiências cooperativas não são um
fenômeno novo no Estado, mas raramente as iniciativas de economia
solidária se inserem nos mesmos espaços institucionais do cooperativismo
tradicional. Algumas cooperativas formaram-se a partir de benefícios
constitucionais e se burocratizaram. Existem cooperativas de comercialização
cujos sócios são capitalistas (isto ocorreu muito na década de 80 com
as cooperativas agropecuárias) e estas cooperativas pouco têm em
comum com as iniciativas que compõem a economia solidária e que são
formadas por trabalhadores que procuram criar para si e para a
sociedade alternativas democráticas ao sistema. Assim afirma ICAZA,
(2004:17).

No Rio Grande do Sul, há uma importante tradição cooperativa e


associativa que se desenvolveu desde inícios do século XX e teve um
crescimento significativo nos anos 60 e 70. Porém o campo de experiências de
geração de renda dentro de uma perspectiva solidária tem apresentado uma
renovação e revitalização significativa, ampliando-se sistematicamente nas
últimas duas décadas. Pode-se afirmar que o movimento da economia solidária
124

tem processos, dinâmicas e espaços de atuação próprios, os quais se


diferenciam das práticas cooperativas institucionalizadas até os anos 70.

Os governos da frente popular do Rio Grande do Sul foram


pioneiros na implantação de políticas públicas para Economia Solidária,
isso acarretou uma forte motivação, por parte do poder público, na
constituição de EES. Nesse sentido, importantes perspectivas políticas e
institucionais abriram-se para o Estado e para as organizações da
economia solidária.
A gestão do PT (Partido dos Trabalhadores) no governo do Estado
(1999-2002) fez um forte investimento na implantação da política de
economia solidária, tendo que primeiramente suspender políticas
implementadas nos governos anteriores, como a acolhida de empresas
multinacionais por meio de incentivos fiscais e a privatização de órgãos
públicos. Num segundo momento, o governo implantou o „Programa
de Economia Popular e Solidária‰ alocado à principal Secretaria de Estado
relacionada ao desenvolvimento econômico. Dessa forma, o programa
estava orientado a realizar políticas emancipatórias alicerçadas em cinco
frentes de sustentação dos empreendimentos: educação para a autogestão,
capacitação do processo produtivo, financiamento, comercialização e
apoio à formação de novos empreendimentos.
Mas antes mesmo do PT promover esta política a nível estadual e
nacional39, já a realizava em esferas municipais. Destaca-se aqui o caso
de Porto Alegre que teve forte influência na história da UNIVENS.
Gaiger (2003:10) faz a seguinte observação a respeito do processo na
capital gaúcha:

O Poder Público em Porto Alegre concentrou sua ação no fomento a


grupos de baixa renda, visando à sua organização econômica associativa. As
políticas do município direcionaram-se principalmente ao setor informal,
compreendendo associações de reciclagem do lixo urbano e a grupos de
produção nos ramos de artesanato, confecções e prestação de serviços40. Além

39 Durante a gestão do PT no Estado do RS foi motivado um GT Nacional de


economia solidária que provocou Plenárias Nacionais de economia solidária. A
partir dessas plenárias, configurou-se uma comissão responsável em negociar
junto ao Governo Lula, a inserção de políticas públicas para a economia solidá-
ria na plataforma de governo e foi resultado desse diálogo que foi formada a
Secretaria Nacional de Economia Solidária (SENAES) dirigida pelo professor
Paul Singer.
40 Programas semelhantes foram implantados em outros municípios, perfazen-
do meia centena de empreendimentos e havendo, ademais, subsidiado uma das
linhas de trabalho do atual governo do Estado.
125

da formação gerencial e da intermediação de recursos, a prefeitura de Porto


Alegre oferece a determinados grupos um período de incubação, onde
instalações adequadas servem ao funcionamento e à consolidação de novos
empreendimentos. Essa segunda linha de trabalho, todavia, ficou restrita a poucos
empreendimentos e não logrou exercer um efeito demonstrativo convincente. A
lentidão burocrática do aparelho estatal, somada à descontinuidade das políticas
implementadas e, principalmente, ao modo diferenciado de concebê-las, pelas
sucessivas administrações, resultou em um baixo impacto sobre a economia
popular do município, sem produzir a necessária dinamização sistêmica entre
os diversos agentes produtivos, nem gerar estruturas de escala, propícias ao
seu efetivo desenvolvimento41.

A UNIVENS foi um dos empreendimentos privilegiados pela


estrutura condicionada pela prefeitura de Porto Alegre (POA). Durante
sete anos o empreendimento teve como sede a Incubadora de
Economia Popular da Prefeitura de POA, utilizando a estrutura física e
alguns outros recursos disponibilizados pela mesma. Nos próximos
itens discorreremos sobre esta situação do EES.

2. Caracterização do empreendimento

2.1 Procedimento metodológico

Para obter um perfil do empreendimento realizei um procedimento


que identifico como a primeira etapa da pesquisa de campo: um
cadastro do perfil dos trabalhadores do EES. Para isso, utilizei um
formulário simples42. A intenção prévia era aplicar esse instrumento
com todos os trabalhadores, mas isso não foi possível, pois alguns dos
trabalhadores estavam de férias, outros de licença e outros ainda
trabalhavam fora do espaço coletivo da cooperativa. Na UNIVENS,
algumas cooperadas trabalham com costura em suas próprias casas.
O fato de não realizar o trabalho com todos os cooperados não
prejudicou a pesquisa, pois se fez o cadastro da maioria dos trabalhadores,

41 Projetos de estímulo à qualificação e à comercialização dos produtos solidá-


rios, ou possuem um efeito momentâneo e economicamente restrito, como as
Feiras de Economia Solidária, ou estão por evidenciar sua viabilidade, como a
Etiqueta Popular e a Central de Comercialização, ou representam espaços de
discussão entre os agentes, indispensáveis mas sem garantia de resultados
concretos, como o Fórum Metropolitano de Apoio à Economia Solidária.
42 O questionário é composto de questões fechadas e duas questões abertas
que foram codificadas e tabuladas.
126

o que permitiu uma amostra adequada do perfil apresentado pelo


empreendimento. Com os dados dessa primeira etapa da pesquisa
somados aos dados fornecidos pelo grupo de pesquisa ECOSOL43 e
aos materiais fornecidos pela UNIVENS (estatutos, regimentos, fotos,
recortes de jornais), foi possível uma melhor compreensão desse
empreendimento e, unindo a observação e a interação, também foi
possível entender sua dinâmica.

2.2 Apresentação da UNIVENS

UNIVENS – Cooperativa de Costureiras Unidas Venceremos


O empreendimento iniciou em 1996, a partir de um projeto que
tinha por objetivo oferecer uma atividade econômica para mulheres
sem oportunidade de trabalho. Com essa perspectiva as mulheres
procuraram o Hospital Conceição oferecendo trabalho de confecção.
Devido à necessidade de entrar em licitação para fornecer tal produto
ao hospital decidiram legalizar a cooperativa. Além dessa tentativa,
tiveram outras iniciativas, como a produção de multimistura, para
fornecimento ao hospital, e a confecção de camisetas e uniformes para
empresas. Infelizmente a idéia inicial, de fornecer produtos de
confecção para o hospital, nunca se concretizou, mas as outras frentes
deram resultado. Acabaram ganhando todas as licitações do hospital
para a venda de multimistura. A confecção e a serigrafia de roupas
também foram consolidadas em outros espaços, mas não no hospital. A
Cooperativa é registrada e legalizada desde junho de 1996.
As trabalhadoras da UNIVENS são vizinhas, há tempos interagem
juntas em lutas e movimentos comunitários. No período inicial, o
trabalho realizado com a alimentação tinha um objetivo social. Com o
tempo, isso foi mudando. As trabalhadoras foram especializando-se e o
trabalho com a alimentação foi crescendo. Hoje existe uma procura
grande desse serviço e essa atividade não é mais principalmente social e
sim, econômica.
Este grupo é formado predominantemente por mulheres,
moradoras da Vila Nossa Senhora Aparecida, no bairro Sarandi, de
Porto Alegre, que apresenta uma forte tradição comunitária. A vila
onde se situa a cooperativa, na zona norte de Porto Alegre, é uma área
ocupada em 1979, que após uma longa luta por parte dos moradores
foi desapropriada e regularizada pelo poder público municipal. A boa

43 Grupo de pesquisa da Universidade o Vale do Rio dos Sinos (RS), vinculado


ao CNPq e coordenado pelo prof. Dr. Luiz Inácio Gaiger.

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
127

infra-estrutura do bairro deve-se à grande participação da população no


Orçamento Participativo do município.
No início da atividade, as trabalhadoras não tinham espaço para
consolidar a cooperativa, reuniam-se na capela da comunidade e a maior
parte do trabalho era realizado na casa das associadas, pois não havia
espaço suficiente para a produção coletiva. Através de mobilização
muito conquistaram, como um espaço via prefeitura conseguido através
do Orçamento Participativo. Para ocupar tal espaço o grupo passou a
participar do Projeto Ações Coletivas da Prefeitura Municipal, através
da Secretaria Municipal de Indústria e Comércio (SMIC), que promoveu
cursos profissionais (costura e serigrafia). Em 1998, foi inaugurada a
primeira Incubadora de Economia Popular de Porto Alegre, onde o
grupo dispôs de espaço físico e infra-estrutura (telefone, fax, secretaria
etc). Trata-se de um espaço dotado de instalações e área física
adequadas, além de ser próximo ao local de moradia das integrantes.
Esse ambiente permitiu melhor organização do trabalho (máquinas
colocadas num único local, horário coletivos, maior agilidade entre as
etapas de fabricação etc), organização do estoque, relacionamento mais
profissional com os clientes – que passam a ter condições de ver o
produto – e significativa economia de custos. No inicio do ano de 2005,
as cooperadas, realizaram um antigo sonho: inauguraram a sede própria
que continua localizada próximo ao local de moradia das integrantes.
Fruto da mobilização das cooperadas, a UNIVENS ainda contou
com o apoio de técnicos do Hospital Conceição, na produção da
multimistura; da IOCHPE44 que doou o maquinário; do CAMP45, que
viabilizou a compra de parte dos equipamentos com um recurso a
fundo perdido; da Cáritas Regional, para a compra de equipamentos e
capital de giro; e ainda da Fundação Luterana.
A UNIVENS está organizada em três grupos de trabalho diferentes: a
costura, a cozinha e a serigrafia. Os próprios trabalhadores escolheram
em qual grupo de trabalho ficar, de acordo com suas especificações
profissionais e neles se especializaram. Assim, não ocorrem trocas de
setores e, no interior de cada um, é facultado, porém raro, que alguém
mude de função. Caso isso ocorra, geralmente, é de comum acordo.
Por falta de espaço e por conveniências familiares, algumas
cooperadas trabalhavam em casa (com a construção da nova sede esta
realidade mudou), com máquinas que podem ser suas ou da cooperativa.
A confecção das camisetas (principal produção da cooperativa hoje) é
dividida igualmente entre as costureiras. As demais peças são

44 Antiga empresa Massey-Ferguson.


45 Centro de educação popular.
128

distribuídas observando o interesse das trabalhadoras e as condições de


produção. Quem trabalha nesse setor recebe pela produção, segundo o
valor agregado ao produto, variável com o modelo da confecção. Na
cozinha e na serigrafia, as sobras são divididas de forma igual para todos.
Não há comissão pelo exercício de cargo administrativo.
Quando alguém vai ingressar na cooperativa faz um período de
experiência e, se aprovado, passa a ser membro da cooperativa
formalmente. Não há empregados, salvo para atender picos elevados de
demanda.
A demanda da UNIVENS ocorre por encomendas e contratos
periódicos, não dispondo de vendedores ou intermediários. Havendo
uma determinada encomenda, o grupo não se nega a dar conta. Na
dúvida sobre as possibilidades de atender ao pedido, decidem em
reunião, aceitando, às vezes, alongar a jornada semanal de trabalho. Os
sócios porventura ausentes na discussão acatam a decisão da maioria.
São realizadas reuniões, válidas como assembléias ordinárias,
quinzenais, com todo o grupo, em que se prestam contas das
atividades, se apresentam os resultados e se faz o planejamento para os
próximos dias. O grupo mantém uma forte militância na zona norte da
cidade de Porto Alegre, com ativa atuação no Orçamento Participativo,
discussão de projetos de geração de renda, articulação com o
movimento sindical e atuação no fórum municipal, metropolitano,
estadual e brasileiro de economia solidária.
O mercado da UNIVENS está concentrado nas organizações
sindicais, movimentos populares e entidades de natureza socio-política,
dirigindo-se a eventos, como o FSM46, campanhas sindicais e eleitorais
etc. Desta forma, está situado no próprio contexto dos movimentos e
de suas articulações, onde a Cooperativa utiliza suas estratégias de
marketing e vendas. Outra boa parte da produção é destinada à
demanda de empresas na confecção de uniformes de trabalho.
O grupo sempre buscou a estratégia de participar de tudo o que
está sendo realizado na cidade (eventos, seminários, feiras, fóruns). Isso
levou a uma divulgação do trabalho e ampliou o conhecimento do tipo
de produção que a cooperativa tem. Acreditam que essa foi uma das
melhores estratégias usadas.
Como já foi dito, trata-se de um empreendimento constituído
predominantemente de mulheres. Apenas 11,8% dos trabalhadores são
homens e esses trabalham especificamente na serigrafia, segmento que
foi incorporado depois no EES. A maioria das trabalhadoras executa

46 Fórum Social Mundial.


129

suas atividades na costura, sendo esse o segmento mais promissor da


cooperativa nos dias de hoje.
A idade dos trabalhadores é bastante variável, com idades que vão
dos 20 aos 60 anos, existindo uma predominância maior de
trabalhadores que tem idades de 36 a 52 anos e possuem uma
escolaridade que varia entre básica e fundamental. A maior parte das
trabalhadoras da UNIVENS é casada, atingindo um percentual de 64,7%,
tendo ainda 17,6% na condição de separada, 5,9% de viúvas e 11,8%
solteiras. Dessa forma, é possível averiguar que as trabalhadoras
possuem responsabilidades familiares e constituem famílias com uma
média de 4 pessoas.
A experiência de trabalho na cooperativa é praticamente a primeira
experiência fora de casa de muitas das cooperadas pois, ou eram „donas
de casa‰, ou trabalhavam como costureiras autônomas, atendendo
pedidos em suas próprias residências. No relato das trabalhadoras,
percebe-se que a inserção das mesmas no EES é resultado de diversas
circunstâncias, mas o fato de que precisavam trabalhar para contribuir
para a renda familiar, por força da atual conjuntura social, foi a situação
apresentada por mais da metade das entrevistadas.
Nem todas as trabalhadoras são sócias fundadoras do EES: existe
um percentual de 35,3% das cooperadas que estão no EES desde sua
constituição, outra parcela significativa do grupo participa da UNIVENS
há pelo menos 3 anos e uma minoria está no grupo há menos de 2
anos. Isso significa que as trabalhadoras encontram-se em diferentes
estágios de vivência da prática coletiva dos EES e isso contribui para
entendimentos diferentes a respeito do mesmo. Trata-se de um
empreendimento parcialmente heterogêneo, pois as trabalhadoras não
possuem uma dinâmica parelha de envolvimento com o empreendimento,
ou seja, elas vêm de experiências de trabalho diferentes e vivenciaram
momentos históricos do empreendimento que são distintos.
Para concluir, todos os associados vivem do trabalho da
cooperativa, consideram positivamente o retorno financeiro e apreciam
a vida comunitária experimentada dentro e fora do EES.

3. As representações sociais na experiência de Economia Solidária

3.1 Vivência de solidarismo e representações

Com uma visão mais elaborada da realidade do empreendimento,


passei para a segunda etapa da pesquisa de campo: uma entrevista
orientada por roteiro, estruturada com base nos temas-indicadores:
130

solidariedade, participação, poder e confiança. Nessa etapa, busquei


entrevistar quatro trabalhadores do empreendimento. A primeira fase
da pesquisa permitiu conhecer os trabalhadores e amadurecer a
escolha dos entrevistados. Os critérios de seleção dos mesmos
corresponderam a: trabalhadores envolvidos com os empreendimentos do
meio do período de constituição do EES ao início do mesmo; trabalhadores
que estivessem em diferentes setores dentro do EES; trabalhadores de
ambos os sexos; tanto trabalhadores oficialmente envolvidos com a
administração do empreendimento, quanto trabalhadores que não
assumem um posicionamento formal nos conselhos.
A seguir, é possível conferir com mais detalhes algumas características
específicas dos trabalhadores47. O quadro abaixo traça o perfil dos
trabalhadores selecionados para esse fim. Para melhor visualização do
cruzamento, é necessário acompanhar as legendas:

IDADE FUNÇ‹O NO EES TEMPO NO EES ATIVIDADE MOTIVAÇ‹O


ANTERIOR
ADM. FISC. CH‹O FUND. MEIO NOVO MESMO DIF CASA ACRED ALT REM

UNIVENS
CL˘UDIA 40 X X X X X X
LUíSA 42 X X X X
ANA 60 X X X X X
LUCAS 45 X X X X X

Legenda – características

ADM Conselho administrativo


FISC Conselho fiscal
CH‹O Trabalho com a produção
FUND Sócio fundador
MEIO Sócio que está no EES no meio do período de constituição do mesmo
NOVO Sócio que recentemente entrou no EES
MESMO Faz parte do segmento predominante entre os trabalhadores
DIF Faz parte de um segmento diferente da maioria dos trabalhadores do
EES
CASA Trabalhava em casa antes da inserção no EES
ACRED Acreditou no projeto
ALT Ðnica alternativa (desempregado)
REM Melhor remuneração

47Ao aludir os entrevistados empreguei nomes fictícios, a fim de resguardar o


anonimato dos trabalhadores.
131

Ao observar a tabela, percebe-se que os perfis dos entrevistados


seguem situações predominantes do empreendimento, mas também
contemplam situações minoritárias, por exemplo: o caso de Luísa, que é
considerada uma trabalhadora nova (com menos tempo de inserção no
empreendimento que os demais trabalhadores), num empreendimento
considerado antigo (com 7 anos ou mais de constituição).
O quadro apresenta o perfil dos entrevistados de modo um tanto
superficial e faz-se necessário apresentar um pouco mais das trajetórias
profissionais dos mesmos. Trajetórias essas que estão à base das
representações sociais48 que os mesmo possuem e externalizam.
Cláudia começou a trabalhar com 15 anos de idade e já percorreu
vários setores, pois já trabalhou em hotel, escola, posto de saúde e
fábricas de produção. Segundo ela, o trabalho nas fábricas de produção
teve um marco muito significativo na sua vida, uma vez que foi onde
percebeu as grandes contradições da sociedade e sentiu a necessidade
de se engajar na luta contra as desigualdades. Com essa concepção,
Cláudia integrou um movimento nacional de jovens trabalhadores da
pastoral operária, numa época em que as lutas sindicais estavam em
evidência (houve greve geral no Brasil). Cláudia sente-se privilegiada
por ter adquirido e vivenciado novos valores a partir desse movimento,
num momento histórico tão importante do país.
Cláudia logo tornou-se uma liderança do movimento e foi liberada
para militar durante três anos, período em que percorreu o Brasil para
fortalecer a luta dos trabalhadores. Com esse mesmo intuito, morou
em Fortaleza, onde trabalhou numa fábrica de confecção, mesmo sem
experiência no ramo, pois na avaliação do grupo era importante que
Cláudia se inserisse naquele meio, a fim de fortalecer o setor. Um ano
depois, Cláudia retornou à Porto Alegre, onde continuou sua luta por
algum tempo, participou de oposições sindicais, foi perseguida pelos
patrões e, após perder a eleição sindical, foi demitida. Nesse meio
tempo, Cláudia casou com um outro líder do movimento que hoje está
à frente do sindicato dos metalúrgicos de Porto Alegre.
Com a demissão, Cláudia resolveu trabalhar em casa como
costureira, a fim de se realizar profissionalmente e ficar mais perto dos

48 Representação Social é uma forma de conhecimento socialmente elaborada e


compartilhada, que tem objetivo prático e contribui para a construção de uma
realidade comum a um conjunto social. Também designada Âsaber de senso
comumÊ ou Âsaber ingênuoÊ, ÂnaturalÊ, distingue-se do conhecimento científico.
Mas é tida como objeto de estudo igualmente legítimo, devido a sua importân-
cia na vida social e à elucidação que possibilita dos processos cognitivos e das
interações sociais (JODELET, 2001, s.p.).
132

filhos. Trabalhando em casa, acabou envolvendo-se com o movimento


popular da região e, conseqüentemente, com o orçamento participativo
municipal, que trouxe vários benefícios para a vila e, portanto, maior
interação à comunidade, cuja organização deu origem à cooperativa
UNIVENS.
Cláudia é uma das principais lideranças da cooperativa e sabe da
sua importância para a mesma, pois a experiência adquirida durante a
trajetória profissional resultou em valores importantes para o grupo.
Também reconhece que, infelizmente, seus colegas não tiveram
oportunidades semelhantes as dela.
Participar da cooperativa é algo fundamental para Cláudia. Em seu
relato, diz não trocar esse trabalho por nenhum outro. Além de sentir
prazer no trabalho e de estar ajudando a consolidar uma alternativa
concreta de trabalho, Cláudia acredita no projeto em que está inserida
e diz que a economia solidária tem que dar um salto qualitativo e
significar alguma coisa no desenvolvimento do país.
Luísa começou a trabalhar com 15 anos. Logo casou, teve filhos e
por esse motivo ficou muito tempo sem trabalhar fora de casa, até
surgir um trabalho em uma facção, onde trabalhou durante 8 anos e
onde aprendeu a costurar. A facção fechou e Luísa ficou desempregada.
Sua irmã trabalhava na cooperativa e a indicou como sócia. Foi aceita.
Na cooperativa, Luísa está trabalhando há 2 anos e há 1 ano está
trabalhando no espaço de produção coletiva da cooperativa, pois no
primeiro ano trabalhou em casa. Apesar do pouco tempo de trabalho
na cooperativa, Luísa percebe diferenças na dinâmica do trabalho e
acredita que as coisas são melhores assim.
Ana trabalhou até os 27 anos na lavoura, quando mudou-se para
Porto Alegre, onde trabalhou como empregada doméstica em algumas
residências. Numa delas aprendeu a costurar, pois sua patroa era
proprietária de uma malharia. Logo, Ana foi trabalhar na malharia – 1À
emprego com carteira assinada – mas não demorou muito e a pequena
empresa fechou. Ana foi trabalhar em outras casas, até ser empregada
numa grande malharia, onde trabalhou durante 11 anos. Quando saiu
dessa fábrica, Ana trabalhou em lancherias, na própria vila onde
morava, e quando iniciaram as discussões sobre a cooperativa, Ana
acreditou no projeto e optou em se dedicar a ele.
Ana, assim como Cláudia, participa do Orçamento Participativo. Ela
acredita que a participação é a responsável pelo bom andamento de
seus projetos e atribui seu desenvolvimento pessoal a essas reuniões de
que participa, na comunidade e na cooperativa.
133

Lucas, como suas colegas, começou a trabalhar muito cedo – com 14


anos. Primeiro trabalhou em oficina mecânica e depois se profissionalizou
em chapeação e pintura. Além das oficinas, trabalhou durante 15 anos
na empresa Santa Rosa e depois como autônomo. Sua inserção na
cooperativa aconteceu por acaso foi convidado para trabalhar na
cooperativa – na serigrafia – durante um período em que a mesma
estava com muito serviço. A principio, se tratava de uma atividade
temporária, mas Lucas foi ficando e lá está há 4 anos.
Para concluir este item, é importante ressaltar que a pesquisa
contemplou trabalhadores que vivenciam experiências diferentes frente
ao EES. Tendo trabalhadores que já possuíam um perfil de liderança
antes da constituição do empreendimento, trabalhadores que
desenvolveram o processo de liderança durante a experiência de
economia solidária e trabalhadores que, por algum motivo, não se
caracterizam como lideranças.

3.3.1 Ponderações sobre os caminhos utilizados


As entrevistas com esses trabalhadores foram muito dinâmicas.
Embora havendo roteiro previamente elaborado, os trabalhadores
ficaram bem à vontade para falarem. Tratou-se de uma conversa onde
os entrevistados falaram a respeito de suas vidas profissionais e da
implicância que essas relações de trabalho trouxeram para suas
vivências cotidianas.
Foram entrevistas realizadas com muita acuidade, o que possibilitou
uma comodidade por parte dos entrevistados, que expuseram suas
histórias pessoais de trabalho, suas relações com o empreendimento,
suas motivações e aspirações. Para tanto provocou-se o diálogo em
momentos distintos e relacionados:

• Apurar elementos da vivência de cada um dos trabalhadores, rela-


cionando-os com suas trajetórias profissionais;
• Confrontar os elementos da vivência passada com a vivência coti-
diana, verificando a compreensão dos trabalhadores sobre as mu-
danças ocorridas nesse período;
• Identificar os fatores ligados ao cotidiano dos trabalhadores que os
aproximem dos temas-indicadores: solidariedade, participação,
poder e confiança;
• Captar os sentimentos dos trabalhadores a respeito dos respecti-
vos projetos. Quais as aspirações futuras?
134

A fim de vencer esses objetivos, as entrevistas com os trabalhadores


foram diálogos provocativos, ou seja, iniciava pedindo que o trabalhador
falasse de sua trajetória profissional até chegar ao EES. A partir desse
relato, interrompia, vez ou outra, estimulando-o a falar de circunstâncias
e experiências nas quais fosse possível identificar mudanças importantes
em suas práticas e em suas representações.
Por mais que eu pedisse para que falassem de sua relação com o
empreendimento, não necessariamente do EES em si, eles se referiram
na maior parte do tempo à constituição e ao desenvolvimento da
cooperativa. Falavam de si, mas volta e meia mencionavam a cooperativa.
Refletido sobre esse fato, percebi que aquela era uma reação normal;
primeiro, porque todos eles sabem que o motivo de tantos
pesquisadores os procurarem é o diferencial que o EES propõe frente
aos outros empreendimentos; segundo, porque nem mesmo eles têm
claras as suas condições em relação ao empreendimento. A fala de
Luísa reflete bem essa afirmação:

„Houve uma mudança, mas explicar como foi essa mudança eu não sei. Eu
sei que eu me sinto melhor, me sinto mais dada com as pessoas, como chegar
nelas, até mesmo com as próprias colegas e dizer como tem que ser. Até
mesmo agora, falando contigo, primeiro eu fiquei quieta e não sabia o que dizer
pra ti e agora a gente começa a conversar e eu consigo me soltar um pouco
mais...‰.

Embora suas falas tenham se voltado mais para o empreendimento


do que para suas relações com o mesmo, atenderam as metas da
pesquisa. De toda forma, os trabalhadores se referem a uma
experiência que eles estão vivenciando e, como diz Jodelet, a forma
como as pessoas vêem o mundo é uma forma de se representarem
nele, portanto, a maneira com que os trabalhadores enxergam o
processo que estão vivenciando é uma maneira de se representarem.
Os aspectos de tempo, história da UNIVENS e a própria história
dos trabalhadores contribuem para depoimentos muito diferentes,
afinal, por mais que existam trajetórias muito semelhantes, são
experiências diferentes. Experiências repletas de idéias e valores,
assumidos por indivíduos que configuram uma realidade complexa, que
nos dá elementos diversos para a compreensão da mesma. Por esses
motivos, tal realidade jamais é apreendida na sua totalidade, mas pode-
se fazer uma aproximação que permita uma análise coerente e legítima.
É importante dizer que, apesar do diálogo estabelecido durante as
entrevistas, houve temas-indicadores que não renderam materiais
suficientes para realizar uma análise. Em contrapartida, o diálogo abriu
135

espaço para outras questões, que se manifestaram tão importantes


quanto àquelas estabelecidas previamente.
A segunda etapa da pesquisa permitiu explorar os valores,
princípios e percepções dos trabalhadores. Os principais materiais
utilizados para organizar a análise que segue foram as transcrições das
entrevistas, a observação e as anotações no diário de campo.
A proposta de organização do trabalho coletivo, chamado
economia solidária, tende a promover mudanças na forma como os
trabalhadores se relacionam com o empreendimento, provocando uma
mudança nos comportamentos dos mesmos, que passariam a ser mais
participativos e solidários. Esse fato é manifestado pelos próprios
trabalhadores, ao reconhecerem que, antes da sua inserção no EES, tais
comportamentos não existiam.

„A mudança sempre tem, eu trabalhava em firma, aqui já é um outro


processo de trabalho‰ (Lucas).
„Sim, a gente percebe uma mudança porque quando eu trabalhava de
empregada eu levantava às 6 horas da manhã, pegava o ônibus e ia pro meu
serviço. Eu não conhecia o lugar onde eu morava, porque tu sai de manhã, volta
de noite e chega final de semana tu fica dentro de casa. Então tu não tem um
conhecimento da zona que tu mora, tu não a conhece como um todo. No
momento que eu comecei a trabalhar na cooperativa, eu comecei a conhecer o
local onde eu morava e as pessoas que me rodeavam, que eram amigas e eu
conhecia, mas a gente não tinha nem um contato, então pÊra mim (...). No meu
comportamento houve mudança, porque tu tem que agarrar e aprender a
conviver com outras pessoas no dia-a-dia, porque tu não és mandada, então
quando tu trabalha dentro de uma empresa tudo que acontece o patrão ou o
gerente vai resolver e quando a gente vai trabalhar aqui, num grupo, tu tem que
ter uma outra postura, tu tem que conhecer as pessoas e saber dizer as coisas
nas horas certas, porque às vezes tu tens que agarrar ouvir e ficar quieta, pÊra
depois, no outro dia, tu agarrar, refletir aquilo que foi dito e passar adiante se
for necessário. Então, a gente tem que ter um comportamento, uma mudança
muito grande dentro da gente mesmo. Se a gente não tiver uma união, o grupo
não consegue agarrar...‰ (Ana).

Os trabalhadores reconhecem uma mudança na prática, no


comportamento, mas não necessariamente nas suas maneiras de
pensar, ou seja, nas suas representações sociais. Na UNIVENS há uma
prática comprometida com o discurso.
O conflito dos novos valores com os valores anteriores foi se
desconstituindo no decorrer da história do empreendimento. A
UNIVENS vive esse conflito com menos intensidade do que os
empreendimentos oriundos de massa falida (onde o impacto da relação
136

capital versus trabalho é muito mais presente). Isso porque os


trabalhadores vêm de segmentos distintos, organizaram-se a partir do
movimento comunitário – deste modo, já viviam uma relação de
participação e democracia – o tempo de organização (nove anos)
contribui para o alívio desse conflito.
Enfim, mesmo assim, os trabalhadores ainda estão marcados por
uma cultura dominante, padronizada, em que muitas vezes, predomina a
divisão do trabalho, a divisão entre patrão e empregado. Nesse sentido,
os trabalhadores ainda carregam um sentimento de subordinação visível
e seus comportamentos oscilam entre o novo e o velho, sendo que o
novo ainda é algo que nem todos os trabalhadores assimilaram. O
discurso do cooperativismo e da organização coletiva, grande parte dos
trabalhadores tem, mesmo não tendo incorporado os valores e
princípios de forma intensa. A disparidade está nos diferentes
momentos históricos que os trabalhadores estão vivendo. Na
UNIVENS, os trabalhadores falam de suas práticas com mais emoção,
as falas a seguir refletem isso:

„Tem uma caminhada com muito conflito ainda. Essa compreensão de


empregados, de cumprir uma tarefa, de chegar ao final do mês e dizer: acabou,
agora é uma coisa que é nossa, é um empreendimento coletivo, que amanhã
depende da gente, que se ele for melhor vai ser bom pra todo mundo. Isso a
gente bate muito, a gente discute muito. Quem já tem essa compreensão sou
eu (...). Tem uma caminhada de mudança, mas muito pra se fazer e acho que a
gente vai fazer isso a vida inteira. Para mim, isso da cooperativa tem uma marca
muito grande, eu não trocaria a cooperativa hoje por nada, por nenhum cargo
de confiança, por nenhum emprego, por nada. Não me prende nada a questão
do valor financeiro daqui, eu gosto de levantar de manhã cedo e pensar que eu
vou vir pra cá...‰ (Cláudia).

Percebe-se que existe uma mudança de comportamento nas


relações de trabalho, mas nem sempre essa mudança vem acompanhada
de novas representações.

A relação com o novo empreendimento


Todos os quatro trabalhadores entrevistados apresentam, em
maior ou menor grau, uma proximidade e credibilidade com o
empreendimento. A diferença está na cumplicidade, no envolvimento
que os trabalhadores têm com o mesmo.
O crescente envolvimento dos trabalhadores com os EES ocorre
por motivos diferentes, mas todos baseados no retorno e no benefício
que a prática da economia solidária lhes garante. Esse retorno se

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
137

manifesta de várias formas, seja no aspecto financeiro, seja por uma


situação de autonomia ou de solidariedade.
O compromisso com a produção é o mais evidente, pois esse
compromisso os trabalhadores trazem consigo das práticas de trabalho
anteriores que mobilizam a relação de trabalho em torno da produção.
É com essa compreensão que os trabalhadores organizam o trabalho
no EES e afirmam a importância da união no sentido de que o produto
final é resultado de esforços individuais. No EES, o envolvimento com a
produção é maior que em práticas anteriores, pois o aumento da
produção significa manter seus postos de emprego e conquistar
melhorias para o empreendimento - que é de todos. Nesse sentido, a
união em torno da produção existe em função do interesse individual
dos trabalhadores.
Já o compromisso com a administração do negócio reflete-se na
participação efetiva dos trabalhadores com os processos de decisão,
fiscalização, ética etc. Os trabalhadores se referem aos mecanismos de
participação formal (assembléias, conselhos) como espaços fundamentais
para o bom andamento do empreendimento. Os trabalhadores da
UNIVENS apresentam certa satisfação ao descrever como, aos poucos,
foram se apropriando desses espaços, já que, no início tinham receio e,
quase sempre, apenas uma pessoa falava. No momento atual, essa
situação mudou e as pessoas, deliberadamente, opinam e manifestam
interesse nas decisões do empreendimento. Percebe-se também um
envolvimento informal dos trabalhadores, estão normalmente atentos
e, no decorrer do trabalho, comentam situações que podem ser
abordadas na próxima assembléia.
Enfim, o compromisso com o EES existe, embora seja falho em
algumas circunstâncias, mesmo porque nem todos os trabalhadores
têm a mesma concepção em relação ao empreendimento. De uma
maneira geral, percebe-se que a relação dos cooperados com o EES vai
estreitando-se aos poucos, em decorrência de um processo que une
vivência e reflexão sobre a nova prática.
Sem dúvida, o compromisso do trabalhador em relação ao EES é
proporcionado por uma dinâmica de colaboração que se configurou
desde o início. Ao constituírem o empreendimento, os trabalhadores
passaram por inúmeras dificuldades que não seriam enfrentadas e
superadas se não houvesse um sentimento de colaboração. De certa
forma, houve uma doação por parte dos trabalhadores que se
envolveram, a fim de consolidar o empreendimento. A fase inicial exigiu
muito dos trabalhadores e tiveram que começar a fazer mais do que
sabiam fazer, ou seja, se esforçaram a fim de colaborar. Isso permitiu
138

uma ampliação dos conhecimentos dos trabalhadores que passaram a


se envolver com todas as instâncias do EES. O sentimento de
colaboração não cessou com o tempo. Os trabalhadores perceberam
que essa dinâmica e constante busca está ligada ao crescimento do
empreendimento, implicando diretamente no desenvolvimento de cada
um. O compromisso com o EES é maior ou menor, na medida em que
o trabalhador associa o seu futuro com o bom desenvolvimento do
empreendimento.

A relação entre os trabalhadores


„Liberdade no trabalho‰ é uma expressão unânime na fala dos
entrevistados, ao se referirem ao trabalho na cooperativa. Os
trabalhadores sabem suas obrigações para com a produção e o fato de
terem uma relação de trabalho mais livre, brincam uns com os outros,
conversam, enfim, uma relação que os deixa mais à vontade para
trabalhar, não significa prejuízo para o processo produtivo, ao contrário.
Diante deste ambiente de trabalho, mais livre, os trabalhadores
desenvolvem melhores relações uns com os outros. Isso se evidencia
no cotidiano, nas relações de poder, de solidariedade e de confiança.
Existe a clareza que no EES há uma maior circularidade das funções e
dos saberes mas, ao mesmo tempo, percebe-se que há certo
afastamento dos mesmos em relação aos cargos de gestão.
Na UNIVENS, a relação de poder é mais horizontal, mas mesmo
assim existe certa centralização do poder. Isso é reconhecido pelos
trabalhadores e a priori não os incomoda, pois não interfere na boa
relação que os trabalhadores mantêm entre si. Nesse empreendimento,
existe claramente uma liderança que se destaca, que durante os anos
de EES vem assumindo o papel de presidente. Quando conversamos
com os trabalhadores sobre essa situação, disseram que não entendiam
que tal pessoa fosse mais que eles, que se ela assumiu tal cargo era
porque assim elas queriam e alegaram que a colega sabe conduzir o
processo de forma democrática e participativa. Na fala das cooperadas:

„(...) ela nunca faz nada por conta dela. Se tiver que resolver alguma coisa
ela faz uma reunião e vê quem está de acordo e quem não está de acordo. Não
faz nada por conta dela, ela sempre bota a par, prÊá gente saber o que tá
acontecendo na cooperativa. Nada é assim: fizeram e eu não fiquei sabendo.
Nada disso. ¤s vezes, é a gente que não presta atenção. Nada fica sem ninguém
saber. A gente resolve na reunião e ela põe tudo em prática. Ela sempre quer
que a gente esteja mais junta ainda‰ (Luísa).
„PrÊá mim, não existe relação de poder, existe relação de responsabilidade.
Ela é nossa presidenta, ela é a pessoa que lidera o grupo por que ela tem o
139

conhecimento maior, mas não quer dizer, que por isso ela se acha como
poderosa. Não. Ela até gostaria que tivessem outras que dividissem aquela
responsabilidade que ela tem...‰ (Ana).

Portanto, percebe-se que a questão do poder ainda apresenta


lacunas do ponto de vista teórico, mas parece que os trabalhadores
têm essa questão bem resolvida. A figura do presidente, ou de qualquer
outro membro do conselho administrativo, não é soberana como
costumava ser nas experiências de trabalho que tiveram anteriormente.
Para eles, soberano é o coletivo. O conselho administrativo, na posição
de delegado, conduz o EES da forma como o grupo resolve. O fato da
mesma pessoa estar com a responsabilidade administrativa há muito
tempo não implica o princípio de igualdade defendido pelo grupo.
Diante dessa mesma situação, percebe-se que o que move essa
relação dos trabalhadores na UNIVENS é a confiança que os
trabalhadores desenvolveram uns nos outros. Nem todas as iniciativas
de economia solidária possuem a confiança que esse grupo possui, isso
faz muita diferença. Trata-se de uma confiança construída ao longo do
tempo, que criou raízes mesmo antes dos trabalhadores constituírem
os respectivos empreendimentos.
A UNIVENS tem sua história ligada a uma comunidade, unida para
melhorar as condições de habitação das pessoas que residiam naquele
espaço. Quando resolveram montar a cooperativa, as pessoas já tinham
uma história em comum, uma história de luta. Outro fator que
contribui para a relação de confiança entre as trabalhadoras da
UNIVENS é que, além de colegas de trabalho, são todas vizinhas. Elas
convivem dentro do espaço de trabalho e fora dele também.
Enfim, de certa forma, a confiança é assegurada pelos trabalhadores
e é essa relação que mantém a harmonia que existe no ambiente de
trabalho.
Outro indicador fundamental é a solidariedade. No cotidiano dos
EES a solidariedade se manifesta por atitudes como cuidado, amparo,
socorro. Existe uma preocupação, um zelo entre os trabalhadores que
os diferencia de uma empresa capitalista. São várias as situações
abordadas nas entrevistas que dimensionam essa questão como um
importante pilar na sustentação da boa relação entre os trabalhadores.
Existe uma compreensão em relação aos problemas pessoais dos
trabalhadores, hoje eles olham para isso com atenção, prontos para
escutar e apoiar no que for preciso. Percebe-se aqui uma relação de
reciprocidade: „eu faço por ti porque amanhã pode ser eu que esteja
no teu lugar". Eis o relato de Cláudia:
140

„Nós temos um fator que você não vai encontrar em outras cooperativas.
Não posso dizer que no final ele é mais positivo ou negativo, eu até acho que
ele é mais positivo, mas, assim, é difícil de acontecer em outra. Todo mundo
mora aqui, todas nós somos vizinhas, temos uma relação com marido, com
filhos, com pai e tal. Isso provoca esse zelo maior do que se fosse uma outra
cooperativa. A cooperativa em si eu acho que já tem um zelo maior, acima de
qualquer coisa, existe atenção. A gente se preocupa se uma pessoa chegou
triste, se ela foi embora cedo. A gente se preocupa, quer saber – o que será
que está acontecendo? Se estiver com algum problema, a gente vai atrás, ou
então se ela liga, diz que não está bem, a gente liga depois para saber o que é
que aconteceu, pergunta se ela melhorou. Aqui, a gente acaba tendo mais ainda
porque tem essa relação próxima. Mesmo em questão de trabalho. Nós
tivemos problemas internos de produção por causa de um sócio – se fosse
numa empresa normal o que ela faria? Mandaria ele embora – aqui não, a gente
chamou, conversou, veio prÊá assembléia, a gente discutiu três vezes. Bom,
segundo o estatuto ele estaria fora, mesmo assim foi dada uma nova chance e
ainda bem que isso acabou se desenvolvendo e a própria pessoa acabou caindo
fora por conta. Ninguém tinha coragem de dizer assim: puxa não tem mais
condições. Então, às vezes, isso é ruim porque a gente vai deixando de tratar
como um empreendimento econômico. Acaba prejudicando o funcionamento
da cooperativa por preservar esse zelo que se tem. Mas se faz todo o possível
e acaba também se deixando de dizer algumas coisas. Por quê? Porque é uma
cooperativa e porque tem esse outro aspecto da nossa relação‰.

Situações como essa acontece, colocando os trabalhadores frente a


frente com problemas que em outro momento eram ignorados. Com o
decorrer do processo, eles foram descobrindo que os problemas
pessoais interferem no trabalho e na produção e o melhor a fazer é
auxiliar as pessoas a resolver as dificuldades, assim o retorno para o
empreendimento certamente vai ser melhor.

A relação com o movimento da economia solidária


Dentre tantas situações, percebeu-se que o compromisso não se
configura apenas na produção ou administração do negócio, mas
também na consolidação da nova proposta: economia solidária. As
maneiras como os trabalhadores me receberam, nas vezes em que fui
ao empreendimento, exemplifica parte dessa situação. Para eles,
colaborar com a pesquisa significa projetar o empreendimento para
outras instâncias da sociedade e promover mudanças no que for
conveniente ao EES. Isso ficou claro nas conversas que tivemos e
explícito no primeiro contato, quando apresentei a proposta e, da
maneira deles, disseram que não queriam ser só objetos de pesquisa,
mas se apropriarem dos resultados da mesma. Outro fato, que serve
141

como exemplo desse compromisso, é a participação em atividades que


buscam promover o movimento da economia solidária como fóruns
municipais, regionais, estaduais e nacionais; reuniões e seminários
promovidos pelas entidades de apoio; participação em espaços de
comercialização; troca de experiências de acordo com os respectivos
segmentos, etc.
Nesse mesmo sentido, os trabalhadores foram promovendo uma
relação de partilha, cuidado, troca e ajuda com outros grupos. Essa
solidariedade manifestou-se em algumas falas:

„Eu sempre me pergunto o que é empreendimento solidário, eu não sei o


que é. A gente é solidária uns com os outros: agarrar e ajudar. Por exemplo,
agora a gente tá partilhando com 10 famílias com o projeto da fome, estamos
ensinando a fazer crochê, se tiver alguém que quiser aprender a costurar, a gente
também vai ser disponível, a gente é solidário com outros grupos...‰ (Ana).

Assim, os trabalhadores se surpreendem com a nova dinâmica de


trabalho, de como a nova prática promove melhores relações entre
eles e com o que está fora do EES, de como a vivência no grupo os
tornou pessoas melhores, capazes de conduzir um empreendimento
com responsabilidade e compromisso com o que os cerca. A
valorização da „ajuda mútua‰ corresponde a uma perspectiva de que
com união, somando forças, ajudando a solucionar problemas há de se
alcançar resultados melhores no desenvolvimento do EES. No início, os
objetivos individuais e coletivos se associaram de forma mecânica mas,
com o tempo, passaram a associar-se de forma articulada, estratégica,
apresentando-se mutuamente implicados. Dessa forma, vivenciar e
descobrir a experiência da economia solidária é fundamental para o
processo de economia solidária.
A UNIVENS tem uma significativa inserção nos espaços fora do EES.
Como já abordado, a UNIVENS já começou inserida no movimento
comunitário. Atualmente, além de lugar cativo no Orçamento
Participativo do município de Porto Alegre, a UNIVENS ocupa espaços
significativos, na maioria de lideranças, em diversas manifestações de
consolidação da Economia Solidária como: Fóruns Metropolitano,
Estadual e Brasileiro de Economia Solidária (a UNIVENS é um dos EES
que fazem parte da delegação do Rio Grande do Sul no Fórum Brasileiro
de Economia Solidária); UNISOL Brasil (órgão representativo das
cooperativas); Fórum Social Mundial, etc. O envolvimento com esse
último provocou uma forte relevância para a cooperativa que participa
do FSM desde o início, através de oficinas e da comercialização de seus
produtos. No FSM 2005 a UNIVENS teve uma inserção bem mais
142

relevante, uma vez que foi responsabilizada junto a mais cooperativas da


área têxtil a confeccionar as sacolas do evento. Essa rede de produção
solidária resultou na realização de uma atividade que debateu a
construção da cadeia do algodão orgânico da economia solidária. O
encontro discutiu todos os estágios de produção, desde o fornecimento
de algodão orgânico por agricultores assentados até o aproveitamento
de pigmentos naturais utilizados por indígenas do Mato Grosso do Sul
garantido assim renda aos produtores e aumentando a oferta de um
produto ainda escasso no mercado brasileiro.
Fato é que os contatos realizados nesses espaços coletivos de
consolidação do movimento da economia solidária resultaram na
formação de uma cadeia produtiva para romper com a necessidade de
obter matéria prima na indústria da economia formal.
Em outubro de 2005, a Comunidade do Cantagalo – Rio de Janeiro –
foi o cenário do lançamento da JUSTA TRAMA. Trata-se da marca oriunda
do processo de construção desta cadeia de solidariedade e agroecologia.
Estão envolvidos no projeto: agricultores familiares da associação ADEC -
CE, coletores de sementes da cooperativa AÇA¸ – RO, fiadores da
cooperativa CONES – SP, tecedores da TEXTILCOOPER – SP, e
costureiras da cooperativa UNIVENS – RS e da empresa autogestionária
FIO NOBRE - SC. Estes empreendimentos, todos da economia solidária,
são os donos da marca JUSTA TRAMA.
A Justa Trama representa uma importante contribuição para a
construção de um novo modelo de economia, embasado em valores da
autogestão, da solidariedade e da inclusão. O produto derivado desta
cadeia é produzido de forma coletiva, agroecológica – feita com o
emprego de técnicas de conservação do solo e da água e de controle
de pragas com produtos naturais inofensivos aos trabalhadores – é
isento de qualquer produto químico sintético, radicalmente diferente
da produção convencional.
Nesse sentido, os trabalhadores da UNIVENS estão engajados não
só num projeto econômico, mas num projeto de sociedade diferente
dos padrões convencionais. Conforme explicita a fala a seguir:

„A Cooperativa para muitas deu um novo sentido para a vida. Despertou


para a participação na comunidade, no Orçamento Participativo e em diversos
fóruns. Crescemos na troca de idéias e sobre tudo no verdadeiro sentido da
solidariedade, que deve ser um sentimento básico para construir uma
sociedade diferente da que existe‰. (Cláudia)
143

O papel decisivo da participação


Na concepção dos trabalhadores, o empenho que cada um tem
com o seu trabalho é o que vai promover o empreendimento. No que
diz respeito à produção, os trabalhadores consideram-se igualmente
capazes e desempenham suas atividades com empenho, diferentemente
do espaço de gestão, em que muitos ainda não sentem possuir aptidão
necessária para administrar. Embora esse seja um obstáculo a ser
superado, no que dizem respeito às suas funções, os trabalhadores
apresentam maior responsabilidade e uma dedicação voluntária em
relação ao trabalho. Isso resulta de um somatório entre o empenho e a
liberdade no trabalho, promovendo sua satisfação e a dos demais.
No que diz respeito à gestão, também existe uma responsabilidade do
cooperado, mesmo que não esteja diretamente envolvido com a
administração, Trata-se de uma responsabilidade implicada na participação
sobre as decisões e, a partir daí, o trabalhador experimenta uma
realização advinda do fato de estar definindo os rumos de seu trabalho
que, somada à realização na produção, promove uma satisfação para
com o trabalho.
A participação é um dos fatores decisórios no processo de
consolidação do EES. Os outros temas-indicadores visados nas
entrevistas tais como: liberdade, compromisso, confiança e outros,
adquirem um outro significado a partir da participação, internalizando-a
como parte indissociável da nova relação de trabalho.
O ato de participar do desenvolvimento do EES permite que o
trabalhador se aproxime do sentido integral do próprio trabalho, até
então estranho a ele. Isso, em função de que a participação inibe a
contradição que existe entre gestão do processo de trabalho e
realização da mesma. Nesse sentido, há uma assimilação efetiva do
trabalhador em relação ao seu próprio trabalho.
O diálogo é um destaque nas intervenções dos trabalhadores. A
partir do diálogo eles identificam diferenças, erros etc. Trata-se de uma
mútua exposição das angústias, dúvidas, percepções, preferências etc.
No EES as divergências são bem vindas, é claro para os trabalhadores
que elas são necessárias para a reflexão do grupo. Entendem que é
saudável as pessoas admitirem posições diferentes, afinal as pessoas são
diferentes.
A existência de conflitos no interior do EES é responsável pelo
aumento da participação. A valorização da diferença faz os trabalhadores
reverem seus posicionamentos, implicando uma mudança em suas
144

próprias percepções. Assim, conduzem suas representações sociais: a


partir de uma interação com o outro.
Um outro elemento, que contribui pra o estreitamento da relação
entre o trabalhador e o trabalho, é a apropriação do produto. Na
UNIVENS, a relação com o produto é mais estreita:

„(...) bom, eu quero fazer alguma coisa também que me dê prazer porque,
até então, o trabalho sempre foi algo que eu fiz por uma necessidade de
sobrevivência, mas não como opção. (...) eu acho que é o que todos os
trabalhadores fazem: trabalham para sobreviver, pelo salário. Mas não porque é
alguma coisa que se realize como pessoa (...). Comecei a me sentir muito feliz e
muito realizada, por saber fazer um produto como um todo, que era algo que
eu não sabia fazer. Eu andava pela rua e via as pessoas com uma roupa que eu
tinha feito, então primeiro eu acho que eu me reencontrei como pessoa ao ver
que eu podia fazer uma coisa por inteiro...‰ (Cláudia).

Os trabalhadores têm presente a necessidade de agregar esforços


para a constituição de um produto de qualidade. Disso depende o
futuro do EES e, conseqüentemente, seus próprios futuros.
Enfim, é claro que a prática da economia solidária possibilita um
envolvimento maior dos trabalhadores com o processo de trabalho e
isso estimula um trabalhador sujeito, ativo e cidadão. Vivenciar a nova
relação de trabalho e consolidar uma outra cultura induz a um sujeito
disposto a construir uma outra sociedade, pois o indivíduo leva
consigo, para fora do EES, princípios de igualdade e participação.
Dessa forma, pode-se dizer que a mudança de comportamento dos
trabalhadores no EES contribui para o desenvolvimento de outras
representações sociais, que se estendem para além do universo da
cooperativa. Essa questão remete às elaborações teóricas da economia
solidária, que afirmam que os valores vividos dentro dos EES tendem a
transbordar para outros espaços, favorecendo uma sociedade democrática,
justa e solidária (SINGER, 2000).
Por fim, a interação com o outro, somada à responsabilidade com
o trabalho, parece construir a nova relação dos trabalhadores, seja com
o EES, seja com os demais trabalhadores, ou consigo mesmos.
Concluindo esta etapa de análise, vejamos algumas das aspirações
que os trabalhadores exprimem sobre a economia solidária:

„Eu acho que a economia solidária tem vários olhares. Eu acho que hoje
em dia se mistura muito essa coisa da economia solidária com o projeto de
exclusão social. Mas a economia, a trabalhada em empreendimentos de forma
solidária, eu acredito que essa é a grande alternativa. Eu aposto nisso como
uma grande alternativa, mas ela tem que vir acompanhada de mais ousadia (...)
145

eu acho que está na hora de nós dar um grande salto, de interferir na


economia. Nós precisamos significar alguma coisa no PIB brasileiro, de poder
dizer: olha é possível tocar uma empresa, onde não tem patrão, mas que vários
trabalhadores se juntaram e decidiram essa forma coletiva de trabalhar. Uma
economia que faz um bom produto, que tem mercado nacional, internacional,
que conseguem dividir e ter uma condição boa de vida. Eu acho que ainda tem
muito amadorismo e muito romantismo. Eu acho que a economia solidária tem
que dar esse passo a mais, porque daí ela viabiliza também os que estão
começando (...). Ou se acredita ou não se acredita. (...) Tem que acreditar
nisso, porque é bom. A gente trabalhar junto. A gente muda a vida da gente, a
gente constrói novas relações, é tu andar pra frente e ver que não é mais
possível tu viver num mundo tão individualista‰ (Cláudia).

Diante dessa fala é possível dizer que, para os trabalhadores, a


economia solidária é uma alternativa viável ao processo de exclusão
social da sociedade contemporânea. São muitas as dificuldades para
consolidar tal alternativa, mas pelo que vimos, se as pessoas acreditarem
e persistirem, podem construir uma relação de trabalho diferenciada,
capaz de promover práticas participativas e democráticas.

Considerações finais

Embora não se trate de dar um caráter conclusivo às questões aqui


abordadas, algumas observações derivadas deste processo de pesquisa
merecem ser enunciadas.
É certo que existe uma debilidade nos EES, no que diz respeito a
capital financeiro e condições técnicas. Isso não é característico só da
UNIVENS, mas da maioria das iniciativas de economia solidária do Brasil.
A economia solidária ainda não conquistou um apreço significativo da
sociedade e de organizações de crédito, mas o pouco apoio que existe
tem sido suficiente para garantir avanços.
Mesmo com dificuldades, a UNIVENS sobrevive há nove anos. As
fragilidades técnicas e financeiras não obscurecem o elemento político e
solidário do empreendimento. O elemento político e a constituição de
um ambiente participativo e democrático são fatores decisivos para que
a economia solidária seja sustentada e configurada como alternativa de
geração de trabalho e renda e alternativa para o trabalhador viver outra
relação de trabalho, que impede a acumulação de capital e promove
outras representações sociais.
No EES, o trabalho alcança a centralidade, na medida em que os
trabalhadores tornam-se o centro do contexto de gestão e de produção
dos EES. A participação, responsável pelo envolvimento do trabalhador
com esse processo é também responsável por um desenvolvimento
146

pessoal dos trabalhadores que se permitem conceber novas


representações, por isso, é possível dizer que os benefícios oriundos do
trabalho coletivo e cooperativo extrapolam o material e o econômico.
O atual estágio da economia solidária no Brasil ainda é incipiente,
porém a experiência da UNIVENS nos permite visualizar avanços
significativos que causam impactos no modo de produção capitalista
possibilitando sonharmos com uma sociedade mais justa e solidária.
Pode-se dizer que as práticas de economia solidária atuam sobre a
subjetividade dos trabalhadores, alterando suas representações sociais.
Não é possível afirmar que todas as representações se manifestam em
benefício das novas práticas e relações de trabalho. Mas é bem verdade
que os entrevistados apresentam traços de mudanças, mesmo aqueles
mais resistentes reconhecem o fato de que existe uma diferença no
atual contexto e que, bem ou mal, eles também modificam, construindo
outras percepções do espaço de trabalho, e fora dele também.
As novas representações sociais dão sentido à constituição de um
sujeito coletivo que se assume numa realidade social plural, onde
valores são internalizados a partir da vivência em grupo. As atitudes se
manifestam em prol do coletivo de trabalho, que passa ter uma grande
importância nas vidas dos trabalhadores, conseqüentemente da sociedade.
Na consolidação de tal processo, vislumbra-se a formação de
sujeitos, vivenciando a nova prática, estabelecendo uma relação consigo
mesmo, fazendo uma reconstrução identitária que provoca mudanças
em suas atitudes, comportamentos e, conseqüentemente, em suas
práticas. Os trabalhadores, sujeitos do processo histórico, respeitam o
diferente, são questionadores, simpatizantes da mudança, e assimilam
novas representações sociais. Trata-se de um sujeito que, de alguma
forma, percebe a transformação que ocorre com ele diante de uma
interação social diferente.
Nesse sentido, é possível manter viva a utopia de uma nova cultura
de trabalho a partir de práticas associativas e participativas. Trata-se de
uns dos grandes desafios da economia solidária, que deverá continuar a
ser perseguido por todos aqueles que acreditam na possibilidade de
uma outra economia e, conseqüentemente, numa outra sociedade.

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPH.COM PARA EL USO EXCLUSIVO DE


GONZALO MAIRA (GMAIRA@GMAIL.COM)
147

Referências

• ANTEAG. Autogestão – construindo uma nova cultura nas relaç-


ões de trabalho. São Paulo: Anteag, 2000.
• ANTUNES, Ricardo. Adeus ao trabalho. São Paulo: Cortez, 1995.
_____________. As dimensões da crise no mundo do trabalho.
http:// www.ufba.br Acesso em: out. de 2000.
• ARRUDA, Marcos. Globalização e sociedade civil: repensando o
cooperativismo no contexto da cidadania ativa. Conferência sobre
Globalização e Cidadania, organizado pelo Instituto de pesquisa da
ONU para o desenvolvimento social. Rio de Janeiro, 1996.
• CATTANI, Antonio David (org.). A outra economia: os conceitos
essenciais. In: A outra economia. Porto Alegre: Veraz, 2003.
___________ (org). Trabalho Tecnologia Dicionário Crítico. Pe-
trópolis: Vozes, 1997.
• CUT – Central Ðnica dos Trabalhadores. Sindicalismo e economia
solidária. Reflexões sobre o projeto da CUT. São Paulo, dezem-
bro, 1999.
• DEMO, Pedro. Participação é conquista. São Paulo: Cortez, 1999.
• GAIGER, Luiz Inácio. A solidariedade como alternativa econômica
para os pobres. Revista Contexto e Educação, Ijuí, v. 13, n. 50, p.
47-71, abr. /jun. 1998.
_______________. Sobrevivência e utopia. Os projetos alternati-
vos comunitários no RS. Cadernos do CEDOPE, Série Movimen-
tos Sociais e Cultura, São Leopoldo; Unisinos, 1994.
__________. A economia solidária no RS: viabilidades e perspecti-
vas. Cadernos CEDOPE: movimentos sociais e cultura, São Leo-
poldo, ano 10, n. 15, 1999.
__________. Significados e tendências da economia solidária. Sin-
dicalismo e economia solidária: reflexões sobre o projeto da CUT,
São Paulo: CUT, 2000.
__________. In KRAYCHETE, Francisco (org.). Economia dos se-
tores populares: entre a realidade e a utopia. Rio de Janeiro: Vo-
zes, 2000.
__________. A economia solidária diante do modo de produção
capitalista. http:// www.ecosol.org.br Acesso em: maio de 2002.
__________. A economia solidária frente a novos horizontes.
http:// www.ecosol.org.br Acesso em: julho de 2003
• GUARESCHI, Pedrinho; JOVCHELOVITCH, Sandra. (orgs.). Tex-
tos em representações sociais. Petrópolis: Vozes, 2000.
148

• GUIMAR‹ES, Gonçalo (org.). Uma cidade para todos. In: Integrar


cooperativas. Rio de Janeiro: Unitrabalho - CUT, 1999.
• GIL, Antonio Carlos. Métodos e técnicas de pesquisa social. São
Paulo: Atlas, 1994.
• IBASE & ANTEAG. Iniciativas autogestionária no Rio Grande do
Sul. Relatório de pesquisa, 2001.
• ICAZA, Ana Mercedes S. Solidariedade, autogestão e cidadania:
mapeando a economia solidária no Rio Grande do Sul. In:
GAIGER, Luiz Inácio (org.). Sentidos e experiências da economia
solidária no Brasil. Porto Alegre: UFRGS, 2004.
• JODELET, Denise. Representações sociais: um domínio em ex-
pansão. In: JODELET, Denise (org.). As representações sociais. Rio
de Janeiro: UERJ, 2001.
• LECHAT, Noëlle. As raízes históricas da economia solidária e seu
aparecimento no Brasil. Palestra proferida no II Seminário de Incu-
badoras tecnológicas de Cooperativas Populares, UNICAMP,
2002.
• LISBOA, Armando. Desafios da economia popular solidária. http://
www.ufsc.com.br Acesso em: dezembro de 2000
___________. Solidariedade. In CATTANI, Antonio David (org.).
A outra economia. Porto Alegre: Veraz, 2003.
• MANCE, Euclides André. A revolução das redes: a colaboração
solidária como uma alternativa pós-capitalista à globalização atual.
Petrópolis: Vozes, 1999.
• RAZETO, Luis. Los caminos de la economía de solidaridad. Bue-
nos Aires: Editorial Lumen-Hvmanitas, 1997.
• ROESE, Mauro. A metodologia do estudo de caso. Cadernos de
sociologia, Porto Alegre, v. 9, p. 189-200, 1998.
• SANTOS, Boaventura de Souza. Produzir para viver: os caminhos
da produção não capitalista. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira,
2002.
• SELLTIZ, C.; JAHODA, M.; DEUTSCH, M.; COOK, S. M. Métodos
de pesquisa das relações sociais. São Paulo: Herder, 1965.
• SINGER, Paul. Globalização e desemprego: diagnósticos e alterna-
tivas. São Paulo: Contexto, 2000.
_____________. Economia Solidária. In CATTANI, Antonio David
(org.). A outra economia. Porto Alegre: Veraz, 2003.
___________. Economia Solidária: possibilidades e desafios. Pro-
posta, 88/89. Março/Agosto de 2001.
149

• SINGER, Paul; SOUZA, André (orgs.). A economia solidária no


Brasil: a autogestão como resposta ao desemprego. São Paulo:
Contexto, 2000.
• TIRIBA, Lia. Economia popular e cultura do trabalho: pedagogia (s)
da produção associada. Ijuí: Unijuí, 2001.Rio de Janeiro: Fundação
Getúlio Vargas, 2001.
• TIRIBA, Lia; JESUS, Paulo de. Cooperação. In: CATTANI, Antonio
David (org.). A outra economia. Porto Alegre: Veraz, 2003.
• TRAJANO, Ana Rita.& CARVALHO, Ricardo Augusto. Identidade
e trabalho autogestionário. In CATTANI, Antonio David (org.). A
outra economia. Porto Alegre: Veraz, 2003.
• V¸CTORIA, Ceres G.; KNAUTH, Daniela R.; HASSEN, Maria de
Nazareth A. Pesquisa qualitativa em saúde: Uma introdução ao
tema. Porto Alegre: Tomo editorial, 2000.
• WAUTIEZ, Françoise. & SOARES, Cláudia Lúcia. & LISBOA, Ar-
mando. Indicadores da economia solidária. In CATTANI, Antonio
David (org.). A outra economia. Porto Alegre: Veraz, 2003.
¸NDICE

RILESS - Red de Investigadores Latinoamericanos en Economía Social


y Solidaria - www.riless.org
Quiénes somos 7
Objetivos de la RILESS 7
Algunos objetivos específicos del sitio www.riless.org 8
Cómo participar en la RILESS 8
Concurso „Casos demostrativos de las posibilidades de desarrollo
de una economía solidaria en América Latina‰ 9

Apresentação dos trabalhos premiados 13

La Acción Colectiva en el Movimiento de Trabajadores Desocupados


de San Francisco Solano / Ignacio García

Resumen 19
Parte I
Los Nuevos Movimientos Sociales en la Argentina de los noventa 20
Surgimiento de los „Movimientos Piqueteros‰. 20
Parte II
Algunos conceptos para el estudio de la acción colectiva 26
La acción colectiva en el MTD Solano. 34
Principales problemas y obstáculos en la evolución del MTD Solano. 38
Parte III
Experimentación en Teoría de Juegos 46
151
152

Experimentación en el MTD Solano. 50


Parte IV
Implementación de proyecto piloto de Microfinanzas en el barrio
Monteverde 61
Conclusiones 65
Bibliografía citada 66

Uma análise do empreendimento FrutaSã (Carolina-MA, Brasil) à luz da


Economia Solidária /Igor S. H. de Carvalho y Omar Silveira Junior

Resumo 69
Introdução 70
Contextualização 72
O Cerrado 72
Os povos Timbira 73
Análise da FrutaSã sob a ótica da Economia Solidária 75
A Economia Solidária 75
Histórico da FrutaSã 75
O funcionamento da FrutaSã 78
Conclusão 81
Referências bibliográficas 82

Las empresas recuperadas del Gran Rosario, Nuevas modalidades de


producción, gestión y distribución /María Victoria Deux Marzi

Introducción 85
Herramientas metodológicas 89
Empresas recuperadas en Argentina 90
Empresas Recuperadas en el Gran Rosario 93
Antecedentes y recuperación 96
Redes de cooperación y asociatividad en las empresas recuperadas 99
Producción y empleo 103
Nuevas forma de propiedad, œnuevos valores en la organización? 107
Hacia la construcción de una nueva economía 111
Conclusión 114
Bibliografía 115
153

UNIVENS – Nove anos de história concretizando uma outra economia


/ Aline Mendonça dos Santos

Resumo 117
Introdução 118
1. Uma breve discussão sobre Economia Solidária no Brasil 119
1.1 Contexto excludente 119
1.2 A economia solidária no Brasil e no Estado do Rio Grande do
Sul (RS) 121
2. Caracterização do empreendimento 125
2.1 Procedimento metodológico 125
2.2 Apresentação da UNIVENS 126
3. As representações sociais na experiência de Economia Solidária 129
3.1 Vivência de solidarismo e representações 129
3.3.1 Ponderações sobre os caminhos utilizados 133
Considerações finais 145
Referências 147

You might also like