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LA GOTA
La enfermedad que conocemos como "gota" no es sino una acumulación de ácido úrico en las partes blandas de las articulaciones óseas,
algo que se produce por la alteración del metabolismo de unas sustancias llamadas purinas.
La enfermedad, en su fase aguda, se caracteriza por ataques muy dolorosos que, por lo general, están precedidos de malestar, cansancio,
trastornos digestivos, cefalea y palpitaciones nocturnas. Suele aparecer durante la noche con un dolor violento en las articulaciones del
primer dedo del pie que a veces viene acompañado de fiebre. Es más, en la región afectada suele observarse enrojecimiento y tumefacción
seguida por una leve descamación acompañada de prurito. Algunas veces el ataque es menos violento y se manifiesta con un dolor sordo y
en varias articulaciones (manos, tobillos, vértebras, hombro). Durante el día, sin embargo, los síntomas se atenúan.
Cuando la gota se hace crónica se observa una tumefacción permanente y una motilidad reducida -más o menos acentuada- de las
articulaciones afectadas, especialmente en los dedos que pueden llegar a sufrir malformaciones.
Esta fase se caracteriza por la aparición en el espesor de los tejidos articulares, en los músculos y en los tendones de tumefacciones
producidas por acúmulos de sales de ácido úrico unidos a otras sustancias.
OTRAS CONSIDERACIONES:
-Procure tener el peso adecuado.
-Controle los factores desencadenantes mencionados.
-Beba abundante agua no clorada y de baja mineralización.
-Evite la ingesta continuada de "comida rápida", precocinada, enlatada, etc.
-Haga algo de ejercicio.
-Evite el agotamiento físico y psíquico.
-Vigile el tránsito intestinal. Como apoyo al tratamiento se puede utilizar fitoterapia con acción antiinflamatoria y analgésica.
SUPLEMENTOS NUTRICIONALES
Mientras la tasa de ácido úrico no haya sido normalizada será necesario evitar los suplementos de vitaminas del complejo B (en especial la
niacina o B-3) y la vitamina A porque en este caso pueden provocar o acelerar los ataques de gota.
-Vitamina C (en su forma más alcalina, es decir , en forma de ascorbato cálcico). Se utiliza junto al ácido fólico iniciando el tratamiento
con dosis muy bajas para ir aumentando progresivamente hasta alcanzar la dosis óptima que según el caso requiera.
-Ácido fólico. Inhibe la enzima responsable de la producción de ácido úrico.
-Vitamina E y selenio. Se utilizan de manera conjunta porque inhiben la producción de leucotrienos (agentes inflamatorios).
-Ácido Eicosapentaenoico (EPA). Se trata de una sustancia que limita la producción de leucotrienos proinflamatorios.
-Quercitina. Este bioflavonoide es un potente antiinflamatorio e inhibe la fabricación y liberación de sustancias perjudiciales en el ácido
úrico.
-Bromelaina. Enzima procedente de la piña es un agente antiinflamatorio que se ha mostrado eficaz en estos casos.