Cuando miro a las estrellas, encuentro preguntas, encuentro respuestas.
¿Qué o quién no habrá allá, en el más allá, que pueda decirnos? ¿Quién pueda revelarnos este secreto?
El hombre camina y el planeta se mueve dentro de este universo el cual a la vez se haya dentro de un universo mayor y con seguridad no somos los únicos, pues no estamos solos. ¡Qué tonta vanidad del pasado pensar que somos el centro de la vida! Quizás somos tan solo los más pequeños, los más inhóspitos, los menos agradecidos. Nuestro planeta debería ser un santuario y no como es, un valle de lágrimas, quizás alguna vez cuando recordemos quien realmente somos cada uno, cuando permitamos que la realidad advenga a nosotros nos valoremos, y así nos comprendamos más a nosotros mismos.
Allí en las estrellas hay muchos mundos por descubrir, pero todo comienza por descubrir al verdadero ser que hay en cada uno y en nuestra forma de ver nuestra propia realidad.