MAÍZ

HACE MUCHOS, MUCHOS AÑOS QUE EN LOS CERROS DE LA PUNA LOS KOLLAS VIVÍAN FELICES. NO
TENÍAN ENEMIGOS PORQUE ERAN UN PUEBLO PACÍFICO, TANTO, QUE LOS GUERREROS, HACÍA
YA MUCHAS GENERACIONES, SE DEDICABAN A LA AGRICULTURA Y AL PASTOREO.

CIERTA VEZ, EL CACIQUE HUANCA PREPARABA LA BODA DE CHICHA, SU HERMOSA HIJA, HEREDERA
DEL TRONO DEL TAWANTINSUYO, CON UN JOVEN PRÍNCIPE DE CAJAMARCA. LA FELICIDAD ERA MUCHA
PERO DURÓ POCO.

LLEGÓ UNA SEQUÍA QUE MATÓ PLANTAS Y ANIMALES. LOS KOLLAS COMENZARON A MORIR DE
HAMBRE. MAÍZ, EL NOVIO DE CHICHA, PROMETIÓ QUE NO SE CASARÍA HASTA SINO
CUANDO ENCONTRARA UNA SOLUCIÓN Y PARTIÓ AL DESIERTO EN BUSCA DE AGUA. HUANCA ESTABA
MUY PREOCUPADO PORQUE SABÍA QUE EL DESIERTO ERA PELIGROSO Y HOSTIL; ADEMÁS ERA MUY
DIFÍCIL CONSEGUIR AGUA. MAÍZ DESAPARECIÓ Y NO VOLVIÓ A SABERSE DE ÉL.

CUMPLIDOS TRES MESES DE SU AUSENCIA, LA PRINCESA CHICHA SE PREPARÓ PARA SALIR EN BUSCA
DE SU PROMETIDO. JUNTÓ A ALGUNOS GUERREROS Y PARTIÓ CON ELLOS DURANTE UN AMANECER SIN
LUNA.

AL ENTERARSE DE ELLO, HUANCA LLAMÓ A SUS GUERREROS Y FUE TRAS ELLA. AL ATARDECER EL
CACIQUE REGRESÓ Y CONTÓ A TODOS LO QUE HABÍA VISTO EN EL CAMINO. EN EL CAMINO HACIA
HUARI, A DOS LEGUAS DEL CERRO DE LAS ALPACAS, HACIA LA DERECHA, DONDE SE ABRE UN
ABISMO, HABÍA ENCONTRADO UNA UNA PLANTA DECONOCIDA QUE TENÍA COMOSA RARA, LA CORONA
DE CHICHA Y EL BRAZALETE DE MAÍZ. HUANCA MOSTRÓ A LOS ALDEANOS LA NUEVA PLANTA Y
MANDÓ QUE SE PLANTARA EN EL CENTRO DEL PATIO DE SU CASA.

USHPA, LA CURANDERA Y SACERDOTIZA, CONTÓ AL CACIQUE EL SUEÑO QUE HABÍA TENIDO LA NOCHE
ANTERIOR. HABÍA VISTO A MAÍZ MUERTO Y A CHICHA ABRAZANDO EL CADÁVER DE SU AMADO.
ENTONCES LLEGARON DOS DE LOS GUERREROS QUE HABÍAN ACOMPAÑADO A LA PRINCESA. EL MÁS
JOVEN CONTÓ QUE DESCENDIERON AL PRECIPICIO EN BUSCA DEL CUERPO DE MAÍZ PERO NO LO
ENCONTRARON Y TAMPOCO ENCONTRARON A LA PRINCESA CUANDO SUBIERON. LOS GUERRERO,
TEMEROSOS, COMENZARON A ARROJARSE AL PROFUNDO ABISMO, PERO LOS OTROS DOS,
DECIDIERON REGRESAR PARA AVISAR AL CACIQUE TODO DE LO QUE HABÍA SUCEDIDO.

EL CACIQUE, PERPLEJO POR LOS RELATOS OÍDOS, FUE AL PATIO DE SU CASA Y VIO QUE LA PLANTA
HABÍA FLORECIDO.

PASÓ EL TIEMPO PERO NO LA SEQUÍA, SIN EMBARGO MAÍZ, COMO LLAMARON A LA PLANTA, SIGUIÓ
FLORECIENDO Y DANDO UN DELICIOSO FRUTO QUE CALMÓ EL HAMBRE DE LOS KOLLAS.