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Foro Social Mundial de La Migracion Reguillo
Foro Social Mundial de La Migracion Reguillo
11-13 de Septiembre
Rivas, España
Artificios y retóricas
La difícil gestión de la(s) migraciones
Rossana Reguillo 1
reducir la enorme complejidad que representa y por invisibilizar los múltiples rostros que
la caracterizan. Bajo esta perspectiva tres son los grandes temas que hoy comandan la
b) El derecho o más bien la ausencia de este a gozar de los beneficios que otorga
nacional.
1
Profesora-investigadora en Departamento de Estudios Socioculturales. ITESO.
2
Esto plantea que hay tres ejes claves que orientan la percepción de numerosos
esfera pública, ella salta al espacio de las políticas públicas y acelera los
Despejar las incógnitas que supone la aceleración de las migraciones de los sures a
los nortes, no es tarea sencilla, en primer lugar porque pese a los instrumentos de
pueden considerarse como “destinos” semejantes, toda vez que el papel que juegan en
todo esto las configuraciones locales, las memorias, los procesos de instauración de los
sujeto mayor de 25 años que reside en un país de la OCDE y que reside en un país
distinto al que nació, bajo el supuesto de que este criterio permite “depurar las
estadísticas, dado que la decisión de migrar de los menores de edad, está condicionada
por las decisiones de sus padres” 2 . Se trata a todas luces de un criterio puramente
2
Ver Groizard Cardosa, “La emigración hacia los países desarrollados. Nueva evidencia”. Disponible en
http://www.revecap.com/revista/aceptados/groizard.pdf
3
vital, es altísima, de tal suerte que son justamente los más jóvenes los que encaran, sin
la mediación tutelar de los padres –que pueden estar ausentes 3 -, la decisión de migrar.
Este tipo de lógicas y criterios, no hacen otra cosa que vulnerabilizar aún más la
migración juvenil (por no citar aquí, el problema que representa el género), en tanto a la
estos jóvenes experimentan una doble marginación o exclusión: aquella que les es
medios de comunicación.
Sin datos precisos, pero peor aún, sin criterios que permitan atajar el
desconocimiento ante los procesos migratorios juveniles, resulta “natural” que los
jóvenes estén pagando los peores costos tanto en los circuitos migratorios (los
que ha experimentado la sociedad actual y que persiste en suponer que los jóvenes y
las mujeres solo migran como parte de sus unidades familiares. La realidad está lejos
3
“En algunos países una proporción importante de adolescentes urbanos no vive con sus padres, por
ejemplo 30 por ciento de las jóvenes etíopes entre 10 y 14 años.6 En Benín, 14,3 por ciento de una
muestra de niños de hasta 14 años en áreas urbanas vivía sin sus padres, aunque ambos estaban vivos,
frente a un 8,9 por ciento de los niños rurales. Algunos niños viven en las calles”. (UNFPA, 2007), el
subrayado es mío. Sorprende que en un informe de esta envergadura, el grave problema de los niños en
la calle, sea referido a la vaga referencia, “algunos”.
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migraciones, enfatizando el papel central que están jugando tanto los imaginarios como
la gestión política del miedo. Uno de los rostros de la migración que demanda análisis,
4
Por si quedaran dudas de lo que aquí afirmo, a partir de mi propia investigación, cito un párrafo del
Informe “Jóvenes en Movimiento. Estado de la Población Mundial, 2006. Suplemento jóvenes”: “Un
estudio realizado en albergues para migrantes en transito hacia los Estados Unidos, de centroamérica y
México reportó que el 40 por ciento de los recién llegados tenía entre 14 y 17 años. Estudios en la
frontera entre Tailandia, Myanmar y China reportan adolescentes de 13 años cruzando fronteras solos”
UNFPA, 2006.
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“La mancha del plátano”, se le llama en Puerto Rico, haciendo alusión al pasado esclavista en las
plantaciones.
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Por lo menos hasta 1993, en los documentos oficiales que preguntan por la raza, los
dominicanos mulatos o negros, escribían “indio”. La razón de tan extraña práctica radica
en el proceso de blanqueamiento que a partir de 1930, en pleno auge de los
populismos latinoamericanos, emprendió el dictador Leonidas Trujillo y cuyo núcleo
central estaba puesto en la asimilación de lo nacional-dominicano con lo hispano, frente
a la barbarie representada por lo “galo-etiópico” haitiano. La dominicanidad como
continuidad de la hispanidad, debía desmarcarse de la negritud, que se colocó
ideológicamente en la parte haitiana de la isla y encontrar en la raíz indígena su
solución de continuidad para lo nacional. Así, es mejor ser un moreno, lavado, clarito,
mulato, todo con tal de eludir la negritud y siempre en relación a lo blanco-indígena 6 .
Hoy en República Dominicana, “los descendientes de haitianos suelen ser
detenidos por las fuerzas de seguridad por el color de su piel y deportados por error”.
Para los funcionarios del Departamento de Migración, estos “haitianos” son fácilmente
reconocibles. “Tienen -dicen- una piel más áspera y son mucho más negros que
nosotros”.
Postal tres: extraños internos
El 23 de agosto de 2002, María Magdalena debía viajar a Panamá. Con sus papeles en
regla se dirigió a la terminal de Ezeiza, epicentro, un par de años atrás, de uno de los
más intensos movimientos telúricos del nacionalismo argentino: la defensa de
aerolíneas Argentinas frente a Iberia. María Magdalena no anticipó que en pleno siglo
XXI y en medio de una de las más terribles crisis experimentadas en su país, su
identidad iba a enfrentarse a la prueba cultural de la persistencia y continuidad de un
6
Ver Mito y cultura en la era de Trujillo, Andrés L. Mateo (1993).
6
pensamiento racista. María Magdalena, conocida por sus amigos como Pocha fue
detenida por los funcionarios de migración argentinos bajo la sospecha de “pasaporte
falsificado”, ¿los indicios culpabilizadores?: Pocha es negra y una negra, le
argumentaron “no puede ser argentina”. Después de ocho horas de detención, en lo
que se cotejaba el pasaporte y los funcionarios pedían apoyo “incluso de INTERPOL”,
se demostró con suficiente evidencia la “no apocrifidad del documento” y a Pocha le
dijeron “su pasaporte es bueno y perdone usted”.
María Magdalena Lamadrid es la responsable de la organización Africa Vive, en
la que se trabaja a favor de los derechos de los afroargentinos. Descendiente de una
pareja de esclavos que vivió en Argentina desde el Virreinato, comenzó su lucha
cuando en 1996, dos investigadores norteamericanos viajaron a la región para estudiar
a las poblaciones descendientes de africanos. Pocha cuenta que los investigadores
estaban convencidos de que en la Argentina no había negros hasta que la conocieron a
ella 7 .
Estas pequeñas “postales”, no son relatos anecdóticos del racismo o del complejo
profundo: la persistencia incómoda de una matriz histórica que tiene como base la lucha
logrado apropiarse de una pequeña porción del barrio de Sants, pero cuyas vidas
7
“No puede ser argentina y negra”. Clarín, 24/08/02, portada y página 30.
7
entonces, los “latino kings”, esas bandas, clikas, pandillas de jóvenes ecuatorianos que
llamarse como bandas, clikas, colectivos, los Latin Kings, adoptaron la misma
Chicago: nación 8 . Pero lo sorprendente para mí, fue descubrir que en los momentos
latinos”, ellos decidieron armar una alianza con otros pares jóvenes migrantes y a la
vista. El hecho de romper con la etiqueta “pandillas” y optar por una denominación que,
por un lado apela a los códigos de identificación “nacionales” y por el otro, refiere a un
tipo de unidad político cultural de sus integrantes, nos coloca ante la evidencia no sólo
movimiento.
8
Aunque evidentemente el signo político de este guiño lingüístico, adquiere en ambos contextos
connotaciones diferentes. Al interior de las fronteras ecuatorianas opera como desafío a los límites de la
nación; utilizado en España, opera como ámbito y símbolo de identidad.
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joven inmigrante de familia mexicana que jugó sus cartas al traslado hacia Los Ángeles.
resultó una pieza clave para introducirme en esa sociedad compleja, multicultural y al
mismo tiempo racista, del norte californiano. Militante de varios movimientos chicanos y
estancia en Palo Alto (me tocó vivir de cerca el efecto “nacionalista” del post september
eleven), perdí la pista de Alfonso, aunque de vez en vez, algún correo me avisaba de
como el líder e intelectual que estaba llamado a ser. Como activista de “Homies
Unidos”, una agrupación que busca apoyar a los jóvenes mareros centroamericanos en
importancia del tema, un estudio sobre maras, en el que se conjugaban tres aspectos
violencia. Conversamos durante largos ratos y confronté con él, mis principales
supuestos.
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Entiendo por translocalidad la migración que no se basa en el cruce de fronteras, sino en la búsqueda
estratégica para llegar a una ciudad particular, sea esta basada en la geografía nacional o internacional.
Esta distinción, me parece clave en estos momentos. No se trata tanto de migrar a los Estados Unidos,
sino de llegar a Chicago, Red Woods City, Los Angeles u otra ciudad, por razones que intentaré explicar
más adelante.
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implica un cambio que alude no sólo a la movilidad de los actores sociales excluidos
que se asemejan poco al “vagabundo” descrito por Bauman (1999) y mucho menos a la
figura del “turista global” 10 ; se trata de la emergencia, más allá de las cuestiones
identitarias, del “migrante”, que a caballo entre la figura del emigrante y del inmigrante,
construye su proyecto de vida en un nomadismo translocal. En su fase actual, la
novedad que la mara comporta es la de llevar el territorio a cuestas y su capacidad para
establecer vínculos de estabilidad relativa en las localidades dónde se instala. Cabe
preguntarse aquí, para efectos analíticos ¿y tal vez, políticos?, quiénes son los actores
“locales” que acogen al migrante, que ya no huye, como los exiliados de antaño, de un
territorio inseguro, de una utopía quebrantada, sino que se instala en un movimiento
permanente hecho de pactos contingentes y peligros constantes, que apela a la idea de
una estructura imaginada, en el sentido de Anderson, de orden superior, que rodea y
protege al individuo y que toma cuerpo en la acción, violenta y subversiva. El “Jenja” 11
existe en algún lado y su poder desciende, vertical, sobre esos cuerpos ocasionalmente
sedentarios. Ahí están también “las hainas” 12 , cuya presencia guerrera deviene
compañera afectuosa en esa “contingencia estable”. Y ahí, al centro del perpetuo
movimiento, los “homies” (compas, hermanos), camaradas que lo mismo cobran las
deslealtades que cobijan el desarraigo a la intemperie, en San Salvador, en
Tegucigalpa, en Tecún Uman, en Ciudad Hidalgo, en la megalópolis mexicana, en Los
Ángeles, San Francisco, en Reynosa, en Houston: los homies son el barrio, la familia, el
grupo primigenio y la señal más inteligible de lealtad y pertenencia. Migrantes
translocales, la mara no es circunscribible a ningún territorio, porque de tiempo antiguo,
fueron desechados y es ese desarraigo su principal fortaleza.
10
Bauman elabora una doble tipología para referirse al desplazamiento contemporáneo, la figura del
vagabundo que transita sin acomodarse y el turista que siempre tiene la posibilidad de retorno. A su
impecable análisis y desde la situación de los países periféricos habría que añadir una tercera y una
cuarta figuras: la del nómada translocal que, sin acomodarse, retorna constantemente y la del desplazado
que no tiene la opción de acomodarse dadas las condiciones de expulsión continua que padece y que
tampoco puede aspirar a un retorno.
11
Jefe máximo de la mara, por arriba de los jefes estatales y locales.
12
Las mujeres de la mara
11
La búsqueda y la disputa
En el verano del 93, la revista Foreign Affairs publicaba un artículo que desató
una intensa polémica. El texto en cuestión The clash of civilizations, del profesor de
Harvard, Samuel P. Huntington, se convertiría tres años más tarde en un libro
igualmente polémico: El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial.
A contravía de la atmósfera epocal en la que se celebraba el advenimiento de la
cultura universal que traía aparejada la globalización, la tesis central de Huntington
vaticinaba la agudización de los conflictos centrados en factores de tipo cultural en vez
de los factores económicos.
Inscrito en la línea de las profecías contemporáneas inaugurada por Francis
Fukuyama (El fin de la historia), el libro del profesor de Harvard, sufrió rápidamente el
destino que suelen enfrentar los libros con tesis de alto impacto: todos los citan pero
muy pocos los leen. Así el choque de civilizaciones se convirtió en una especie de
estribillo o cita fácil para aludir principalmente al enfrentamiento entre Occidente y
Oriente. Pero al igual que pasó con el libro de Fukuyama y la saga de los innumerables
fines de algo que desató, los planteamientos más preocupantes del Profesor Huntington
fueron invisibilizados por las retóricas más efectistas que encontraban en la expresión
choque de civilizaciones, los ecos anticipados de los tambores de guerra.
Se debatió poco 13 el concepto de civilización manejado por Huntington y mucho
menos, los cortes o límites construidos por el autor para organizar su mapa de
civilizaciones.
Pero más allá de discutir las falacias o los grados de verosimilitud en los
planteamientos de este autor 14 , lo que aquí llamaré efecto Huntington y las fuentes de
prestigio que logro identificar en su enunciación, permiten acercarse a un núcleo de
problematizaciones en torno a cierto discurso anglosajón.
13
El sociólogo Fernando Mires, con la agudeza y densidad que lo caracteriza, formula en unos cuantos
párrafos una crítica sólida (y demoledora) a la noción de cultura manejada por Huntington y su errónea
visión en torno a la pretendida homogeneidad cultural de Occidente. Disponible en
http://www.nuevasoc.org.ve/upload/anexos/foro_450.pdf
14
Que ahora la emprende contra los latinos y especialmente contra los mexicanos avecindados en los
Estados Unidos, en su nueva profecía, en la que trata de esclarecer el pasado, propone que las fuentes
nutricias de la identidad estadounidense provienen de los primeros colonos, su terapia es un canto
celebratorio a la explosión de brotes patrioteros post september eleven, como la proliferación de la
bandera como símbolo inequívoco del regreso de la Patria. Ver S. Huntington (2004)
16
15
Ampliamente estudiado por la crítica Nelly Richard. Ver por ejemplo Saberes académicos y reflexión
crítica en América Latina, mediación (2002).
16
He venido utilizando esta formulación (espacio público expandido) para aludir a la esfera globalizada
del espacio público, que coloca a escala planetaria un conjunto de representaciones nodales
orientadoras. Ver Reguillo (2002).
17
Para entender estos mecanismos, me parece fundamental establecer la diferencia política entre tema y
agenda. Todas las agendas se sustentan en temas, pero no todos los temas logran transformarse en
agendas.
17
18
El subrayado es mío.
19
Al Doctor Huntington le parece suficiente evidencia de este “rezago” el hecho de que en 1998, “José
reemplazó a Michael como nombre más popular entre los niños recién nacidos tanto de California como
de Texas” (ibid, p. 296). Por ello, un nombre alternativo para este apartado es la importancia de llamarse
Samuel.
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Ya en la década de los noventa se levantó un muro metálico en la frontera San Diego-Tijuana,
construido con los desperdicios de las pistas de aterrizaje utilizadas en la Guerra del Golfo.
19
Pero más allá del mismo muro y de lo que este representa, los discursos sobre la
seguridad fronteriza han exacerbado los ánimos de “los vigilantes” que solapados por
estas retóricas de la amenaza y la invasión, han avanzado en agresividad. Tal es el
caso de los “Minute man”, caza-inmigrantes civiles que fuertemente armados patrullan
la frontera, especialmente en Arizona. Además de la patrulla fronteriza y un medio
ambiente sumamente hostil, los migrantes mexicanos y centroamericanos, deben
enfrentar ahora a estos radicalizados vigilantes.
Para dar una idea, muestro aquí los “simpáticos” logotipos de estas milicias, lidereadas
por Jim Gilchrist.
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Con una audiencia superior a los 14 millones de receptores
22
Una versión sintética de la emisión de este programa, está disponible en
http://www.minutemanproject.com/default.asp?contentID=99
21
23
Associated Press, ver http://informativotx.com/blog/2006/05/
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comunidades, tanto en los nortes, como en los sures. Ahí se juega de fondo el destino
emergente de identificaciones políticas que en mayor o menor desventaja deberán
configurar un espacio distinto para el reconocimiento, la inclusión.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
BOLTANSKI, Luc y Eve CHIAPELLO 2002 El nuevo espíritu del capitalismo (Madrid:
Akal).
CALDEIRA, Teresa ()