De nuevo leemos noticias sobre escolares intoxicados, en
historias escritas como para que se eche culpa a las autoridades educativas de tales sucesos, mientras, éstas se defienden con respuestas que insinúan la actuación de manos criminales o la ocurrencia de sabotaje político.
Ambas actitudes son irresponsables. El periodista porque
sus relatos carecen de la debida objetividad y no dan respuesta a las clásicas preguntas aprendidas durante su formación, de qué, quién, dónde, cómo, cuándo, por qué, y al no hacerlo deja demasiadas interrogantes en su auditorio al que, obviamente, manipula con su falta de información.
Las autoridades sanitarias también son irresponsables
porque conocen bien la aplicación de la metodología científica tanto en la investigación epidemiológica como en la forense, que apropiadamente usada entrega, entre otras respuestas, dónde se produjo la intoxicación, cuál o cuáles sustancias la produjeron, cómo, dónde y cuándo se produce la mezcla de esas sustancias los alimentos, y muchos otros et cétera, incluyendo el fundamental por qué.
No quisiera pensar que el Ministerio de Salud Pública no
cuenta con expertos epidemiólogos ni expertos forenses, mucho menos que, de tenerlos, se les haya echado a un lado para entregar la responsabilidad investigatoria a personas con otras competencias contratadas por agencias externas para la satisfacción de requisitos financieros de préstamos bancarios, quienes podrían ser tentados a darle largas al asunto para justificar una considerable estadía para sostenidos y grandes honorarios.
No son tantos los casos ni tantos los escolares afectados
como para tener cifras epidemiológicas significativas, pero cualesquiera que sean los índices de incidencia, se trata de la ocurrencia de hechos que las autoridades tienen la obligación de investigar y resolver, ya que en tales eventos se ha vulnerado la salud o la vida de infantes dominicanos.
Se podría comprender que el señor Ministro de Educación,
si apenas tuviese una semana como incumbente, se mostrare confuso sobre este tema. Pero después de años de ejercicio sus palabras no solo carecen de sentido sino también dejan de lado una explicación sobre la asistencia que debió pedir a Salud Pública y a la Policía Nacional, e informar sobre los resultados de éstas, sin alimentar la falacia de que el problema es de Educación cuando sabe que es problema de Salud Pública.
Parece que la intoxicación de escolares es evento
recurrente. Los periodistas podrían aprovechar tal característica para escribir, como sus preclaros profesores, un cuestionario contingente para entrevistar al Ministro de Educación y conseguir el verdadero estatus del asunto, sin olvidar que es problema de salud.
Al Ministro le sugiero buscar la asistencia de las otras
instituciones estatales que tienen que ver con el problema, principalmente Salud Pública y la Policía Nacional.