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Muchas veces oímos que un niño fue diagnosticado como “TGD”, “Autista” o
como poseyendo ciertas características que lo ubican dentro de los “Trastornos
del Espectro Autista”. Sin embargo, tantas siglas y nombres, lejos de aclarar el
panorama, en ocasiones parecen complicarlo, ya que los padres de los niños
con dicha afectación, a menudo se muestran confundidos acerca del significado
del diagnóstico.
El presente texto intenta realizar una aproximación inicial a la cuestión,
definiendo conceptos básicos.
Para comenzar vamos a definir qué significan las siglas “TGD”. Aquellas
designan a los “Trastorno Generalizado del Desarrollo”, y dicha
nomenclatura parte del Manual de los Trastornos Mentales, que en general
suele aparecer en los textos con las siglas DSM-IV (siglas en inglés). En este
manual, el DSM-IV, se definen todos los trastornos mentales, tanto de niños
como de adultos, y es utilizado con la finalidad de que todos los profesionales
de la salud mental puedan hablar un idioma en común cuando se refieren a los
pacientes, sin ambigüedades o malos entendidos.
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Entonces, los TGD van a ser un grupo de cuadros que si bien tienen
algunas diferencias entre ellos, tienen la particularidad de compartir ciertas
características en común, que son las siguientes:
1) Dificultades en la Interacción social: tales como escasas miradas a
los ojos de otras personas, poca y limitada expresión facial, posturas
corporales y gestos extraños, no desarrollo de vínculos de amistad con
niños de la misma edad, poca espontaneidad para compartir diversiones,
intereses, y escasos acercamientos a otras personas (para mostrar o
señalar objetos de interés).
2) Dificultades en la comunicación y el lenguaje: entre las que se
encuentran ausencia total de habla o un habla reducida, poca iniciativa
para iniciar y mantener conversaciones con otros, usos extraños del
lenguaje (como repetir exactamente lo que acaba de escuchar y/o lo que
escuchó en otro momento, decir palabras y frases que no se relacionan
con la situación actual, entre otros), dificultades en comprender lo que
otros le dicen (sobre todo cuando las frases son muy largas o cuando
tienen un significado ambiguo, como en el caso de los chistes,
metáforas, dobles sentidos, ironía, sarcasmo, etc.).
3) Conductas, intereses y actividades extraños y repetitivos: tales
como fijarse a características del ambiente y exigir que no existan
cambios en el mismo, realización de movimientos en forma repetida
(balanceos, girar sobre sí mismos, agitar sus manos, entre otros),
adherencia inflexible a objetos o partes de aquellos, juegos limitados
(hacer girar las ruedas de un auto en vez de hacerlo rodar, repetir una y
otra vez la misma secuencia de pasos con los mismos elementos sin
permitir cambios en esa rutina, acumular juguetes, preferencia por el
juego solitario, etc.).
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debe ser realizado por un profesional capacitado especialmente en la
temática.
La diferencia entre los cuadros que conforman los TGD van a ser, en
ocasiones, la edad de inicio de las dificultades, entre otros. Sin embargo, a
los fines que nos ocupan, no son tan importantes las discrepancias entre los
mismos, sino sus características en común.
Ahora bien, antes de terminar con este punto quisiera hacer una
aclaración acerca de un cuadro particular de TGD, que es el TGD no
especificado.
El TGD no especificado, se define como un cuadro que designa a
individuos que presentan alteraciones en habilidades sociales, y
comunicativas, así como un repertorio limitado de intereses, pero que no
pueden encuadrarse dentro de los otros trastornos porque aparecen más
tarde de la edad establecida como criterio o con una presentación atípica o
incompleta de los síntomas. Algunos profesionales llaman a los niños que
presentan TGD no especificado, niños con “autismo atípico”. Aunque, en
general se recomienda no usar este diagnóstico pues sólo sirve para
confundir tanto a especialistas como a los padres de los niños. Por lo tanto,
si bien éste cuadro sería una categoría en la que se engloban casos atípicos,
en general se suele ver una sobreutilización de éste término, el cual
provoca muchas dudas e incertidumbre.
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Entonces, como podemos ver, los TGD incluyen diversos cuadros, entre
los que se encuentra el Autismo. Pero todavía queda pendiente aclarar el
término tan frecuentemente utilizado, que es el de “Trastornos del
Espectro Autista” (TEA).
Los TEA serían una categoría teórica, propuesta por algunos autores,
que incluye en su interior a los TGD, pero además incluye a todos aquellos
niños que posean alteraciones en las áreas antes explicitadas para los TGD,
debido a causas tales como retrasos de origen metabólico o genético,
epilepsias de la primera infancia, discapacidad sensorial, entre otros.
Entonces los TEA, se refieren a todos los cuadros que presenten
alteraciones en interacción social, comunicación y conducta, actividades e
intereses, incluyendo a individuos a los que no se les daría el diagnóstico de
TGD, pero que igualmente presentan alteraciones en las tres áreas
explicitadas (Ver gráfico 2).
Entonces, para finalizar diremos que los TEA incluyen a los TGD, y los TGD
incluyen el Autismo, el Trastorno Desintegrativo, el Síndrome de Asperger,
el Síndrome de Rett y el TGD no especificado.