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Un mapa fácil de seguir

Más que en cualquier momento de la historia, la humanidad se halla en una


encrucijada. Uno de los caminos conduce a la desesperanza y el desaliento. El
otro, a la aniquilación total. Roguemos que tengamos la sabiduría para escoger
correctamente.

- Woody Allen

Cuando dijeron “Canadá”, pensé que era algún lugar que quedaba en la cima de
las montañas.
- Marilyn Monroe

¿ Que en dónde estoy? En una cabina telefónica, en la esquina entre pare y siga.
- Anónimo

Mi hermano escribe editoriales para un importante diario. Yo escribo anuncios


para una gran agencia publicitaria. Ninguno entiende por qué el otro hace lo que
hace.
“¿Cómo puedes escribir editoriales sobre veinte diferentes temas de interés para
tus lectores? – le pregunto -. ¿Cómo se te ocurren las ideas?”
“¿Cómo puedes escribir veinte diferentes comerciales sobre la naranja Sunkist? –
me pregunta a su vez -. ¿Cómo se te ocurren las ideas?”
Seguramente los dos empleamos las mismas técnicas sin saberlo. Al fin y al cabo,
todas las personas que conozco dedicadas a analizar ideas concuerdan con los
procedimientos que se deben seguir para generarlas.

En A Technique for Producing Ideas [Una técnica para producir ideas], James
Webb Young describe un método de cinco pasos para producir ideas.
Primero, la mente debe “recolectar la materia prima”. En publicidad, esta materia
incluye el “conocimiento específico sobre productos y personas, y conocimientos
generales sobre la vida y sus hechos”.
Segundo, la mente debe “digerir esos materiales”.
Tercero, “uno tiene que olvidarse del tema por completo”.
Cuarto, “la idea llegará como por encanto”.
Quinto, “uno lleva su idea recién nacida al mundo real” a ver cómo le va.

El filósofo alemán Helmholtz decía que seguía tres pasos para tener ideas. El
primero, la “preparación”, era el tiempo durante el cual estudiaba el problema
“en todos sus aspectos” (el segundo paso de Young).
En el segundo, la “incubación”, no pensaba conscientemente en el problema (el
tercer paso de Young)
El tercero, la “iluminación”, era cuando “las buenas ideas le llegaban
inesperadamente, sin esfuerzo, como por inspiración” (el cuarto paso de Young).
Moshe F. Rubinstein, especialista en solucionar problemas científicamente, de la
Universidad de California, dice que hay cuatro etapas distintas para solucionar
problemas.
Primera etapa: preparación. Se estudian los elementos del problema y sus
relaciones (pasos uno y dos de Young).
Segunda etapa: incubación. A menos que se haya podido solucionar el problema
rápidamente, se consulta con la almohada. Uno se puede frustrar en esta etapa
por no haber podido encontrar la respuesta y no ver cómo hacerlo (tercer paso de
Young).
Tercera etapa: inspiración. Se siente una chispa de emoción cuando una solución,
o un camino hacia ella, aparece repentinamente (cuarto paso de Young).
Cuarta etapa: verificación. Se comprueba la solución para asegurarse de que
funciona (quinto paso de Young).

En Predator of the Universe: The Human Mind [La depredadora del universo: la
mente humana], Charles S. Wakefield dice que hay “una serie de [cinco] etapas
mentales que definen el acto creativo”.
Primera, la de “conocimiento del problema”.
Segunda, la de “definición del problema”.
Tercera, la de “inmersión en el problema y en los datos concretos que lo
acompañan” (pasos primero y segundo de Young).
Cuarta, la de “incubación y aparente calma” (tercer paso de Young).
Quinta, la de “la explosión: la visión mental, el salto repentino que trasciende a la
lógica, mas allá de los pasos que se dan para soluciones normales” (cuarto paso
de Young).

Pero aún cuando todos generalmente concuerdan sobre los pasos que se deben
dar para generar una idea, ninguno se refiere al estado que debemos tener para
darlos; y si no estamos en condiciones de darlos, da igual que no conocerlos. De
ese modo nunca tendremos las ideas que somos capaces de producir, porque
decir a la mayoría de las personas cómo generar una idea es como pedirle a un
niño de primer grado que resuelva x cuando x + 1 = 2x + 4; o como enseñarle
salto alto a una persona de piernas débiles. Tal como se debe saber álgebra antes
de solucionar una ecuación o tener piernas fuertes antes de intentar el salto alto,
así mismo hay que acondicionar la mente antes de producir ideas.

El primer capítulo de este libro busca definir qué es una idea. Los ocho capítulos
siguientes se refieren a cómo acondicionar la mente. Usted puede leerlos en
cualquier orden.

2. Diviértase.
3. Cultive la inclinación a las ideas.
4. Propóngase metas.
5. Piense como un niño.
6. Obtenga más datos.
7. Ármese de valor.
8. Piense en cómo piensa.
9. Aprenda a combinar.
Por razones prácticas, enumero estas cosas en orden sucesivo, pero todas
deberían ocurrir en la vida al mismo tiempo, porque acondicionar la mente a las
ideas no es algo que se pueda parar una vez iniciado. Es una actividad de toda la
vida; una labor que nunca termina; un objetivo que nunca se alcanza.

Los capítulos 10 a 14 se refieren al procedimiento para generar ideas y deben


considerarse secuencialmente.
Aún cuando uso palabras diferentes, generalmente concuerdo con Young (con dos
excepciones: yo agrego un paso: la necesidad de definir el problema, y combino
sus pasos tres y cuatro, porque me parece que son uno solo en lugar de dos).

Para algunas personas, mi último paso (también de Young) no parecería parte del
proceso para producir ideas, pero sí lo es. Una idea no es una idea hasta que algo
ocurra con ella.

10. Defina el problema.


11. Reúna información.
12. Busque la idea.
13. Olvide el asunto.
14. Ponga la idea en acción.

Ahora bien, antes de empezar debemos formular una pregunta y obtener una
respuesta.

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