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LA ARQUITECTURA ORGÁNICA DE FRANK LLOYD WRIGHT

Claudia Bustamante Penilla

“Frank Lloyd Wright es el fundador de la arquitectura moderna tal como la conocemos en


el Oeste […]”1, en palabras de Phillip Johnson, Frank Lloyd Wright puede ser considerado
como uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX, y es que su obra fue
determinante para la manera en que la arquitectura actual se diseña y se organiza.

En las primeras décadas del siglo XX, otros arquitectos norteamericanos se dedicaban a
seguir los estilos Europeos, mientras que Wright creía que el diseño arquitectónico debía
responder a su entorno y a la naturaleza. Su obra arquitectónica abarca diversos géneros
que van desde los edificios para oficinas, edificios públicos, iglesias, museos e inclusive el
diseño urbano; sin embargo, su trabajo dentro del género habitacional se considera el
más destacado ya que logró la más evidente redefinición del espacio habitacional. Sus
“Casas de la Pradera” (Praire Houses) marcaron una influencia definitiva en la forma de
hacer arquitectura habitacional a lo largo de todo Estados Unidos.

El trabajo de Wright, en general, se aboca a la relación entre la naturaleza y la


arquitectura, donde proponía que el “árbol debería ser la inspiración de la arquitectura
norteamericana de la Era de la Máquina”.2 Para él, la arquitectura debía prestar un total
respeto a la naturaleza de manera que ambas se convirtieran en un todo y el ser humano
formara parte integral de este conjunto armonioso. Es por esta razón que Wright, siendo
considerado como uno de los arquitectos modernos más prominentes, criticaba
abiertamente al Estilo Internacional y al Movimiento Moderno, aduciendo que sus edificios
eran completamente inorgánicos y “patronistas” opuestos totalmente a la naturaleza en
general, e inclusive a la naturaleza del hombre.

Así, hablando en específico del espacio habitacional, Wright concibe a la casa como un
todo, donde el edificio en sí mismo, sus accesorios y equipo, así como su emplazamiento y
entorno forman un conjunto bien articulado. “La iluminación, la calefacción y la
ventilación se encuentran incorporadas (o excluidas). Incluso las propias sillas y mesas, los
armarios y aun los instrumentos musicales -donde puedan llevarse a la práctica- forman
parte del edificio en sí, jamás son accesorios metidos simplemente dentro de él […]”.3

Esta búsqueda de una arquitectura orgánica, de una vivienda que se conformara como
un todo en conjunto con la naturaleza llevó a Wright a deshacerse de todas las barreras
que se interponían entre las habitaciones dando lugar a lo que se conoce como “planta
abierta”. También, en esta búsqueda, Wright comenzó a relacionar sus espacios interiores
con el exterior de manera que la casa ya no fuera un elemento compacto impuesto
sobre el terreno, sino que diese la impresión de que se fundía en él.4 Aunque la unidad
principal de la casa seguía siendo la habitación, comenzaron a abrirse los espacios, sobre

1 Phillip Johnson, Phillip Johnson Escritos, Barcelona, GG, 1981, p.194.


2 Citado por Phillip Johnson, Phillip Johnson Escritos, Barcelona, GG, 1981, p.196.
3 Ulrich Conrads, Programas y Manifiestos de la Arquitectura del Siglo XX, Barcelona, Editorial Lumen, 1973, p.35
4 Charles Moore, Gerald Allen y Donlyn Lyndon, La casa: forma y diseño, Barcelona, Editorial Gustavo Gili, S.A.,

2002, p.76.

1
todo los espacios públicos, y las relaciones entre estos espacios empezaron a variar dando
pie a nuevas formas de habitar el espacio doméstico.

Como ya se mencionó anteriormente, las Casas de la Pradera resultaron sumamente


influyentes en la manera de concebir el espacio habitacional; en ellas, Wright retoma
algunos valores de la casa tradicional norteamericana, más no así las formas antiguas.
Estas casas se construyeron entre 1893 y 1910 y se caracterizaban principalmente por
contar con una planta, generalmente, en forma de cruz sin divisiones interiores, al centro
de la cual se encontraba la chimenea; se manejó el uso de la horizontalidad en vanos,
aleros y en el volumen general de la casa, así como de superficies planas, con la idea de
no romper con el entorno; además, utilizó materiales naturales del lugar5, con la misma
idea de lograr una integración con todo el paisaje de una manera armoniosa e inclusive,
artística.

La utilización de materiales naturales fue sumamente importante para Wright, quien creía
que de esta manera no sería necesario añadir al edificio alguna decoración u
ornamentación para realzar su apariencia, además del respeto y la integración al entorno
que tanto buscaba. Sin embargo, aún cuando le otorgaba a sus viviendas un aspecto
más bien rústico debido al uso de estos materiales, Wright no se oponía a los procesos
industrializados; más bien, estaba a favor de ellos y abogaba por lograr la unificación
entre estos y el arte y la arquitectura.

Además de lo anterior, uno de los puntos más importantes a destacar en la


conceptualización que Wright hace sobre el espacio habitacional es la relación que él
establece entre el ser humano y la casa. Él creía que cada vivienda debía responder a las
necesidades de una persona en específico, lo que originaba una infinidad de estilos
como hay personas. Wright siempre buscó el acercamiento con sus clientes con la idea
de lograr un profundo conocimiento de cada uno de ellos; de sus gustos, sus necesidades,
sus ideas e inclusive sus formas de vida, con el fin de crear un espacio que fuera reflejo de
sus personalidades. Aunque las propuestas de Wright eran completamente novedosas, no
buscaba la imposición de la forma sobre un estilo de vida, sino que pretendía lograr la
satisfacción de la vida cotidiana de la gente por medio de un espacio doméstico bien
desarrollado.

5 Sigfried Giedion, Space, Time and Architecture, Cambridge, Yale University Press, 1941, p. 415.

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