5g Domingo
Domingo
Rostro
Público
Kapuscinsky,
el periodista
E
l periodismo y la li-
teratura perdieron
a una de las figuras
más relevantes de los úl-
timos tiempos. Hace tres
años que falleció en Var-
sovia Ryszard Kapuscins-
ky a los 74 años de edad.
El autor polaco ha-
bía obtenido el Premio
Príncipe de Asturias en
el año 2003, en su sec-
ción de Comunicación y
Humanidades, y duran-
te varios años estuvo en
la lista de candidatos al
Nobel de Literatura.
En opinión de los co-
nocedores, Kapuscinsky,
en sus 19 libros publica-
dos, otorgó a la labor
periodística la categoría
de brillante literatura
a través de un lenguaje
poético insuperable.
Este hombre, que
estuvo en calidad de re-
portero en revoluciones,
batallas y enfrentamien-
tos feroces y sangrien-
tos en cumplimiento de
sus labores periodísti-
cas, tuvo su primer par
de zapatos a los 9 años
y el primer libro impor-
tante que estuvo en sus
manos fue cuando cum-
plió 25 años.
En palabras...
El problema relativo
a cuerpos policiales
y funcionarios coop-
tados o atrapados
por las bandas y la
corrupción afecta
a casi uno de cada
cinco ayuntamien-
tos de los 2 mil 439 que hay en
el país. Hay alrededor de 400
municipios que no cuentan con
una Policía, que por alguna u otra
razón se debilitó y que
es necesario reforzar
ese espacio que ha
quedado
Francisco Blake Mora
Secretario de Gobernación
Instantes de la historia
se fue su mano derecha
Néstor Kirchner, ex presidente de Argentina, ha muerto de una forma tan digna, como
apasionada fue su vida. Es una de esas muertes a la que pocos se atreven, esas que
se encuentran de frente, cara a cara. No aquella que atrapa por la espalda cuando se
intenta huir de ella, ni que sorprende a un costado del camino, quebrado y vencido.
Eco del silencio:
La indiferencia
publicitaria del poeta fue
inversamente proporcional
al reconocimiento de su
obra que ha crecido y
se ha ahondado
Armando Oviedo
113@provincia.com.mx
México, DF Hace un par
de años, el Instituto Nacional
de Bellas Artes rendía home-
naje a Alí Chumacero, uno de
nuestros más grandes poetas
que llegaba a los 90 años. En
2006, se conmemoraban los
50 años de la primera edición
de Palabras en reposo.
Lo que en verdad se celebraba
en ambos homenajes era el uni-
verso poético de Alí Chumace-
ro, que comprende, además de
Palabras en reposo (1956, FCE),
Páramo de sueños (1944, FCE)
e Imágenes desterradas (1948,
Stylo); elementos de un mismo
diamante; como dice Marco
Antonio Campos en Examen de
Alí Chumacero:
Se trata de una obra que
podríamos compararla con un
diamante; casi no es posible
quebrarla, y si se hace, parece
quebrarse toda ella. Su avara
obra, reunida en tres peque-
ños libros, es un solo poema, y
da, como pocas obras de nues-
tros poetas, visión de unidad:
imagen de arco iris en un fon-
do de oscuridad.
La trayectoria literaria de
Alí Chumacero (1918-2010) es
más amplia que su obra; pero
estamos, ante todo, frente a un
poeta. A sus 90 años el poeta
de Nayarit era historia litera-
ria viva. Desde la orilla de sus
ojos miró nacer la tempestad de
creación de la literatura mexi-
cana, esa que antecede a la otra
tormenta, la de los versos.
Fundador, con Jorge Gon-
zález Durán, José Luis Mar-
tínez y Leopoldo Zea, de la
revista Tierra Nueva, colabo-
rador de El Hijo Pródigo, fun-
dador del más importante su-
plemento como fue el México
en la Cultura de Fernando Be-
nítez, y ganador de los más im-
portantes premios nacionales
–como el Xavier Villaurrutia,
el Alfonso Reyes y el Nacional
de Literatura—, miembro de
la Academia Mexicana de la
Lengua, el poeta fue siempre
tan modesto e inquieto como
en su juventud. Podríamos
decir que es, junto a Ramón
López Velarde, uno de nues-
tros escasos jóvenes abuelos.
Chumacero es una institu-
ción en las letras mexicanas.
No por su condición de re-
nombrado personaje, que en sí
mismo bastaría, sino por su in-
cansable trabajo, pues lo mis-
mo hizo de corrector editorial
que de asesor educativo.
Su indiferencia publicitaria
fue inversamente proporcional
al reconocimiento de su obra
que, detenida hace 50 años,
ha crecido y se ha ahondado.
Su silencio proverbial inquie-
tó más a sus allegados que a él
mismo. Lo que tenía que decir
estaba dicho y las tesis sobre
este enigma, más que sobre su
obra diamantina, comenzarán
a circular alrededor de su obra
fundamental y concreta.
Palabras en reposo (1956) es
el último libro de poemas que
publicó Alí Chumacero; dejó
de publicar mas no de escri-
domingo 31 de OCTUBRE de 2010
Alí Chumacero
bir. La obra de Chumacero
es constante, sonante y con
un eco que apaga su silencio
editorial. El autor de Páramo
de sueños comenzó muy tem-
prano a ser, como Rulfo, un
clásico vivo; un clásico al que
se le atribuye una obra pos-
tergada y siempre en deuda.
Si se relee la Poesía completa
aparecida en 1980 en la co-
lección Lecturas Mexicanas y
reeditada por el FCE en 2008,
se hará evidente el error de
apreciación en el que caen los
ansiosos. Para trascender, la
obra poética no necesita acu-
mular versos. La poesía es una
cuestión de tiempo.
El papel fundamental de
los tres poemarios de Alí es su
relación con la poesía mexica-
na. Y es que él fue el puente
por el que transitamos de la
orilla llamada Contemporá-
neos a ese terreno más amplio
que ya no es precisamente un
archipiélago de soledades sino
un territorio de compañías,
como lo es la poesía moderna
donde destaca Octavio Paz,
pero sin olvidar a Jaime Sa-
bines, Efraín Huerta, Rubén
Bonifaz Nuño, Rosario Caste-
llanos y Dolores Castro, entre
otras voces de lírica plural.
El tercer libro de Chumacero
es un ejemplo concreto de cómo
aflojar las ataduras y proponer
una estética en que lo clásico se
combina con lo moderno.
Si en sus dos libros ante-
riores se podía ver y escuchar
el tono de José Gorostiza y de
Xavier Villaurrutia, en Pa-
labras en reposo se escucha el
descanso del guerrero, poe-
mas donde la amada es una
tentación constante más allá
de la vida mundana.  ahí lo seguiremos escuchando.
foto: ap
foto: agencia el universal
La losa del
desconocido
Pasa el desconocido. Como viento
de infamia los recuerdos sitian
su ávido esperar la aparición:
relámpago
en la arena al naufragio parecido,
espuma a término llegada
bajo ira, rumor, bostezo, ociosidad.
El libro está formado por
dos apartados, que constitu-
yen la entrada y la salida de
la materia poética: Búsqueda
precaria y Destierro apacible.
Trabajo y destino del poeta
que anuncia su despedida (¿o
su muerte literaria?)
La primera parte busca los
meandros del coloquialismo sin
dejar de ser estricta en su for-
ma, poemas bien medidos que
recurren a las formas clásicas
pero que se arriesgan a nom-
brar el nuevo orbe urbano; el
poeta como el nuevo ciudadano
del mundo que habla de la no-
che y sus excesos. La búsqueda
es por la mujer; el descenso al
infierno es arriesgarse a andar
por una ciudad de espejos; no el
páramo de sueños sino el pálido
clamor de la calle.
En la segunda parte, Des-
tierro apacible, el poeta se re-
signa a vivir monologando en
un rincón de la ciudad de los
escándalos. En esta parte se
construye un monumento al
suicida: como cuerpo en pena,
el amante-poeta, con su vida
encomendada al silencio, se
convirtió en un testigo del nau-
fragio de dos que se quisieron.
Hace medio siglo, Alí Chu-
macero había cumplido con su
tarea y desde entones el silencio
ya escribía su nombre. Desde