Funcionarios
A bastado que un personaje
dela talla intelectual del mi-
nistro de Fomento del go-
biernito de Espafia haya di-
cho que hay que congelar el
sueldo de los funcionarios para que las hor-
das mediéticas se hayan puesto a babear al
unisono diciendo si, sf. Un gobiernito que ha
endeudado a la nacién para los préximos
cincuenta afios en cotas inimaginables, que
despilfarra literalmente lo que puede ylo
que no, que esta sefialado como intitil y ma-
nirroto en todos los organismos internacio-
nales de la cosa econémica, que ha puestoa
Espafia ante la increible posibilidad de ser
expulsada de la zona euro, viene ahora y
nos daleccionesde austeridada costa delos.
funcionarios, El sefior Blanco que acaudilla
la cruzada para colocar a la compajiera Pa-
Jin como senadora del Reino y meterle tres
millones de pelas mensuales en la cuenta
corriente ha sido el encargado de poner a
os funcionarios a los pies de los caballos.
Resulta que en la década prodigiosa del pe-
lotazo, cuando casi todo el mundo se lo lle-
vaba calentito a casa, cuando un encofrador
ganaba tres mil euros mensuales, cuando
Prometo mas articulos contra
esta ignominia de querer culpar
alos funcionarios de la ruina
en la que nos han metido unos
cuantos inttiles
buscar un albafiil era una heroicidad, cuan-
do el ultimo garrulo del pueblo montaba
una Constructora y se forraba sin cuento,
cuando un muchachito que no sabfa poner
tres ladrillos derechos se paseaba con lano-
viaen un AudiA3, los funcionarios aguanta-
ban y penaban. Nadie se acordaba de ellos.
Eran los perdedores del momento, los que
hacian més ntimeros que un contable por-
que los demds estaban inflacionando el pais
hasta llegar a lo que hemos llegado.
Y ahora resulta que la culpa de este des-
madre la tienen los funcionarios, Los alcal-
des de pueblo cobrando un millén de pelas
mensuales limpias de polvo y paja, no. Los
diputados y senadores a entre uno y dos mi-
Hones mensuales, tampoco. La avaricia
bancaria que presté dinero a quien sabian
que nunca iba a devolverlo, tampoco. La lis-
ta de despropésitos a sefialar es mucho mas
grande que el espacio de este articulo, La
culpa, segtin estos adalides de la desfacha-
tez, es del juez queha estado cinco afios pre-
Parando unas oposiciones monstruosas, del
inspector que se ha dejado la vistayla salud
€n cuatro afios de oposiciones tremendas,
tras cinco aiios de carrera primorosos, del
profesor que ha sorteado interinidades y
oposiciones cada vez mas duras y que por
poco mas de mil euros aguantan a los nifios
ylas nifias de mamé y papé; papds ymamés
alos queno les da la gana de hacerlo que es-
tn obligados: educar a sus hijos. Prometo
més articulos contraesta ignominia de que-
rer culpar alos funcionarios dela ruinaenla
que nos han metido unos cuantos intitiles,
Menuda tropa,