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Categoría: Literatura clá sica

La literatura clásica fue uno de los periodos en los cuales el hombre como tema central
escribía sobre el politeísmo (poli varios dioses) esta literatura es la más antigua ya que
aparece 200 a.c. o mucho más atrás. Y esta se destaco por sus poemas líricos

La Literatura griega es aquella que fue escrita por autores autóctonos de Grecia y las áreas
geográficas de influencia griega. Estas obras están frecuentemente compuestas en alguno
de los dialectos griegos, pero no necesariamente. Se extiende a lo largo de todos los
periodos históricos en los que han existido escritores griegos.

Literatura griega antigua (anterior al 300 a. C.)


Griego Clásico

La literatura griega clásica comprende aquella literatura escrita en griego


antiguo desde los más antiguos vestigios escritos en idioma griego hasta el
siglo IV y el auge del Imperio bizantino.

Comienzos de la literatura griega

 Homero, autor de la Ilíada y la Odisea. Se le han atribuido además una


serie de Himnos, la Batracomiomaquia y El Margites.
 Hesíodo ( Hacia la segunda mitad del siglo VIII a. C.): Trabajos y días,
poema didáctico; Teogonía, exposición de la genealogía de los dioses
griegos, El escudo de Heracles.

Poesía lírica

Nace entre los siglos VII y VIII a. C. Los eruditos alejandrinos hablan del
canon de los Nueve poetas líricos como de algo ya establecido: Alcmán de
Esparta, Safo, Alceo de Mitilene, Anacreonte, Estesícoro, Íbico, Simónides de
Ceos, Píndaro y Baquílides. Pero la nómina es mucho más amplia.

Literatura romana
El latín es la lengua más conocida entre las "lenguas muertas" y debe el
nombre a la antigua comarca del Lacio y fue adoptada posteriormente por los
fundadores de Roma con aproximaciones de otros idiomas como el griego, el
umbrío, el osco y el etrusco y con aportaciones de algunos dialectos que han
concurrido a la formación de la lengua latina como el pelasgo o el céltico;
hay que lamentar la pérdida del libro de los Orígenes de Roma, de Catón,
que hubiera ayudado a esclarecer sobre la cuestión de la primitiva
composición del latín. El monumento más antiguo que se conserva del latín es
un canto o himno que los hermanos arvales, colegio de sacerdotes romanos,
recitaban en su fiesta anual y que fue descubierto en el año 1777, grabado en
una piedra, acompañada de los estatutos del colegio.

El latín se usó en el Imperio romano y, tras la partición del mismo, en el


Imperio romano de Occidente, hasta su disolución.

Una vez definidos como conceptos la lengua latina y el Imperio romano hay
que decir que la literatura romana es fundamentalmente literatura latina,
aunque también incluye algunos autores romanos que escribieron en griego. [1]
Sin embargo, hay mucha literatura latina escrita después del final del imperio
romano en occidente que ya no es literatura romana, evidentemente.

La literatura romana en latín abraza dos partes muy marcadas que son la
literatura indígena y la imitada.

 La literatura romana indígena ha dejado muy pocos vestigios y sólo nos


ofrece fragmentos, que proceden del origen de Roma y ensayos de
arcaísmos que proceden fundamentalmente de tiempos de la República,
de los emperadores y principalmente de los Antoninos.

 La literatura romana imitada ha producido composiciones en que la


inspiración individual se junta a la imitación más feliz, obras numerosas
y elegidas que nos han llegado enteras. A veces se ha solido confundir
las obras de origen italiano, producciones más toscas del genio agrícola
o religioso de los primitivos romanos (que ofrecen un carácter más
original), con las copias latinas de las obras maestras de Grecia, que
ofrecen un encanto, una elegancia y una suavidad correspondientes a
una civilización culta y refinada.

Se divide comúnmente la literatura romana en cinco épocas principales que


son los siguientes.

Desde el origen de Roma hasta Livio Andrónico


(339 años ant. de J.C., 514 de R.)
Este primer periodo no ofrece más que obras incompletas. En su origen este
pueblo agricultor y jurista, religioso y práctico, no tiene nada del instinto
poético de las poblaciones nacientes, su jactancia resplandece en canciones y
farsas desordenadas; además en se caracteriza en lo siguiente:

 Su religión muestra ceremonias supersticiosas.


 Su afición hacia la agricultura se complace en los preceptos, en áridas
prescripciones en que las pretensiones del interés personal hacen las
veces de poesía.
 Su genio jurista da el ser a leyes sabias y a célebres jurisconsultos.

Desde Livio Andrónico hasta la muerte de Sila (239-78. -675 de Roma)

El arte griego apareció en Roma haciendo casi desparecer bajo adornos nuevos
las obras de inspiración local.

No había en Roma un espíritu literario cuando cayó Tarento en manos de los


romanos y con los despojos de esta ciudad entró en Roma un prisionero
llamado Andrónico que correspondió al cónsul Livio Salinator y se principió la
gloriosa serie de esclavos eruditos que pagaron por los dones de su espíritu el
rescate de su libertad, oponiendo a la nobleza de la sangre y de la fuerza a
aquella otra nobleza del talento y gusto intelectual.

Desde la muerte de Sila hasta la de Augusto (756 de Roma, 44 años después


de J.C.)

Las costumbres romanas llegaron a un extremo exagerado de influencia griega


por lo siguiente:

 El ascendiente de los estudios griegos había prevalecido en tales


términos que los jóvenes romanos tuvieron por hábito dirigirse a las
ciudades griegas de Rhodas, de Atenas, de Apolinia, de Mitilene para
completar sus estudios.
 La peregrinación de ciudadanos romanos a Grecia se había hecho para
los romanos una parte indispensable para completar sus educación.
 La filosofía griega favorecida por Lúculo, abriendo una biblioteca
compuesta de obras las más curiosas y raras, y Sila, encaminando a
Roma las obras de Aristóteles que se convirtieron más que en una moda
en un estudio serio.

Desde la muerte de Augusto hasta el reinado de Adriano (44-117 años después


de J.C.)

En esta etapa todo cambia por lo siguiente:


 El temor de la muerte
 La necesidad y gusto de la servidumbre
 La rivalidad o despotismo de los emperadores pervienten las condiciones
de la literatura.

Desde Adriano hasta Rómulo Augustulo (117-476 después de J.C.)

Antes del reinado de Marco Aurelio la literatura latina ya era cosmopolita; no


sólo se cultivaba en Roma sino en ciudades como Bizancio, Alejandría, Milán
y en las primeras ciudades de la Galia.

Después de Marco Aurelio la literatura decae y ya no poseerá su antiguo


esplendor:

 La transición del paganismo expirante a la organización del Cristianismo


más dominante cada vez.
 La mezcla invasora de las poblaciones bárbaras conocidos con el
nombre de bárbaros o extranjeras.
 El gusto de la gramática sustituido al sentimiento más elevado de las
bellezas literarias.

Literatura medieval
Se denomina literatura medieval a todos aquellos trabajos escritos
principalmente en Europa durante la Edad Media, es decir, durante los
aproximadamente mil años transcurridos desde la caída del Imperio Romano
de Occidente hasta los inicios del Renacimiento a finales del siglo XV. La
literatura de este tiempo estaba compuesta básicamente de escritos religiosos
amplio y complejo, que abarca desde los escritos más sagrados, hasta los más
profanos. A causa de la gran amplitud espacial y temporal de este período se
hace difícil hablar de la literatura medieval en términos generales sin caer en
simplificaciones. Por ello, es más adecuado caracterizar las obras literarias por
su lugar de origen, su lenguaje o su género.

Literatura del Renacimiento.


Las relaciones políticas, guerreras, religiosas y literarias entre Italia y España
desde la mitad del siglo XV, hicieron que existiera un amplio intercambio
cultural entre estos dos países. El papado de dos ilustres valencianos, Calixto
III y Alejandro VI, sirvió para estrechar las relaciones culturales entre Castilla,
el Reino de Aragón, Cataluña y Roma. En Italia se editaban o traducían las
obras literarias españolas de mayor relieve, como el Amadís de Gaula, La
Celestina, Cárcel de Amor o las composiciones poéticas de Jorge Manrique e
Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, así como las compilaciones
de producciones populares como los villancicos y los romances. Otro tanto
sucedía en España con obras italianas, como la Jerusalén liberada, de
Torcuato Tasso.

Estas relaciones hispano-italianas fueron muy importantes, ya que trajeron a la


Península las inquietudes y gustos que propiciaron el Renacimiento español.

La mentalidad renacentista responde a la doctrina del humanismo, que se


caracteriza por:

1. La valoración del mundo grecolatino, en el que se busca una nueva


escala de valores basada en el individuo.
2. El antropocentrismo; el hombre es el centro del universo, capaz de
dominar el mundo y crear su propio destino.
3. Se antepone la razón al sentimiento y prevalece el equilibrio, la mesura
y la armonía (Aurea mediocritas).
4. El nuevo ideal del hombre es el de El cortesano de Castiglione, el
perfecto caballero hábil como poeta y guerrero.
5. Un nuevo ideal de belleza; la naturaleza, la mujer, el amor se presentan
idealizadas. Se describe el mundo no como es, sino como debería ser.

Literatura prehispá nica mexicana.


Al llegar los españoles a América, las dos culturas precolombinas que
sobresalen por su riqueza en costumbres, su organización y sus testimonios
literarios: la literatura náhuatl perteneciente a los pueblos del Valle del
Anáhuac y la maya perteneciente a los de la Península de Yucatán y
Guatemala.

La literatura, náhuatl abarcaba todos los aspectos de la vida, pues tenía como
fin retener de memoria todo el saber acumulado por las generaciones
anteriores, tanto ideas religiosas, mitos, rituales, adivinaciones, como
cuestiones de medicina, historia y derecho; además comprendía una gran parte
de oratoria, de poesía épica y lírica. La prosa era utilizada para la elaboración
de discursos didácticos, narraciones míticas y relatos históricos; y el verso,
para los poemas religiosos o profanos.
Esta literatura también distinguía cierto número de géneros. En primer
término, el teocuicatl, canto divino o himno, su estilo está sobrecargado de
alusiones esotéricas y metáforas; trataban temas religiosos y no sólo debían ser
cantados sino también representados. Otros himnos más simples se reducían a
repetir fórmulas mágicas o conjuros. Los demás poemas eran clasificados de
acuerdo a su tema y a su origen. Así se tenían cantos guerreros, cantos
floridos y maliciosos, poemas de primavera, etcétera. Algunos de estos eran
verdaderas leyendas como el canto de Quetzalcóatl.

Finalmente se encuentran también elementos de un arte dramático en las


piezas en las que hay al mismo tiempo recitaciones, cantos, danzas y música
donde actores disfrazados personificaban a los héroes históricos o míticos y
entablaban diálogos.

Literatura del Barroco


El barroco es un movimiento artístico y cultural dominante en el siglo XVII
caracterizado por una evolución de las ideas y los aspectos temáticos y
formales del Renacimiento. La visión neoplatónica e idealista del mundo
renacentista entra en crisis, se hace compleja, conflictiva y contradictoria. Los
recursos formales se intensifican en la búsqueda de nuevos caminos para la
expresión artística.

Al principio el término barroco no se utilizó más que para las artes plásticas,
es en los años 1920 cuando se empieza a hablar de barroco literario, aunque
su período de influencia se ubica entre los siglos XVI y XVII dando la idea de
que el movimiento afectó no sólo a la forma y a la plástica, sino también a
las formas literarias. Aún más importante, asumir la existencia de un barroco
literario supone asumir el barroco como un movimiento de tipo ideológico, no
sólo formal y ver su profunda relación con la Contrarreforma. Sin embargo,
esto llevó a algunos mucho más allá, negando su relación con el Renacimiento
y presentándolo como un movimiento enfrentado, lo que tampoco es cierto.

El barroco trae consigo una renovación de técnicas y de estilos. En Europa, y


sobre todo en España la Contrarreforma influye en gran medida sobre este
movimiento; las expresiones italianas que llegaban desde el Renacimiento se
asimilan pero al mismo tiempo se españolizan y las técnicas y estilos se
adaptan aún más a la tradición española.

Los poetas barrocos del siglo XVII, siguieron mezclando estrofas tradicionales
con las nuevas, así cultivaron el terceto, el cuarteto, el soneto y la redondilla.
Se sirvieron de copiosas figuras retóricas de todo tipo, buscando una
disposición formal recargada. No supone una ruptura con el clasicismo
renacentista, sino que se intensifican los recursos estilísticos del arte
renacentista, en busca de una complicación ornamental, en busca de la
exageración de los recursos dirigidos a los sentidos, hasta llegar a un
enquistamiento de lo formal.

En este siglo XVII en que aparece el movimiento barroco se intensifican los


tópicos que ya venían dándose en el Renacimiento, pero en especial los más
negativos: fugacidad de la vida, rapidez con que el tiempo huye, desaparición
de los goces, complejidad del mundo que rodea al hombre, etc.

Neoclasicismo
El momento de esplendor de la tendencia clasicista se remonta a finales del
siglo XVII, pero sus influencias llegarán a la literatura ilustrada. Su estética se
encuentra sintetizada en La poética de Boileau, publicada en 1674, y se basa
en un sentimiento filtrado por el intelecto y en una referencia a "los antiguos"
como clásicos dignos de imitación. Se niegan también los excesos del barroco
y del rococó. En el teatro domina la regla aristotélica de las tres unidades:
espacio, tiempo y acción, que limita cada espacio de acción a un sólo lugar y
a un sólo día, mientras que en la poesía se impone el verso alejandrino de
catorce sílabas, y formas clásicas como la fábula, la elegía y la égloga. Mas es
precisamente en el siglo XVIII cuando las reglas clásicas son discutidas,
coincidiendo el triunfo del neoclasicismo en las artes plásticas con su
decadencia en la literatura.

Romanticismo.
El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania
y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria
contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad
a los sentimientos. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición
clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica
es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es
incuestionable. Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y
concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo es que se presenta de
manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro
de una misma nación se desarrollan distintas tendencias proyectándose
también en todas las artes.

Se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde


Inglaterra a Alemania hasta llegar a países como Francia, Italia, Argentina,
España, México, etc. Su vertiente literaria se fragmentaría posteriormente en
diversas corrientes, como el Parnasianismo, el Simbolismo, el Decadentismo o
el Prerrafaelismo, reunidas en la denominación general de Posromanticismo,
una derivación del cual fue el llamado Modernismo hispanoamericano. Tuvo
fundamentales aportes en los campos de la literatura, la pintura y la música.
Posteriormente, una de las corrientes vanguardistas del siglo XX, el
Surrealismo, llevó al extremo los postulados románticos de la exaltación del
yo.

Realismo literario.
El Realismo literario es una corriente inventada por el escritor y contertulio
francés Jules Champfleury (1821-1889), quien por primera vez definió su arte
como realista. El realismo literario se halla inscrito de un movimiento más
amplio que afecta también a las artes plásticas, al cine (Neorrealismo), a la
fotografía (que surge con el siglo XIX), y a la filosofía de la ciencia (Karl
Popper y Mario Bunge). Las obras realistas pretenden testimoniar
documentalmente la sociedad de la época y los ambientes más cercanos al
escritor, en oposición a la estética del Romanticismo, que se complacía en
ambientaciones exóticas y personajes poco corrientes y extravagantes. La
estética del Realismo, fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer de
la literatura un documento que nos pueda servir de testimonio sobre la
sociedad de su época, a la manera de la recién nacida fotografía. Por ello
describe todo lo cotidiano y típico y prefiere los personajes vulgares y
corrientes, de los que toma buena nota a través de cuadernos de observación,
a los personajes extravagantes o insólitos típicos del anterior Romanticismo.
Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la
moderación y síntesis de cualquier contradicción, la objetividad y el
materialismo.

Naturalismo.
El naturalismo es un estilo artístico, sobre todo literario, basado en reproducir
la realidad con una objetividad documental en todos sus aspectos, tanto en los
más sublimes como los más vulgares. Su máximo representante, teorizador e
impulsor fue el escritor Émile Zola que expuso esta teoría en el prólogo a su
novela Thérèse Raquin y sobre todo en Le roman expérimental (1880). Desde
Francia, el Naturalismo se extendió a toda Europa en el curso de los veinte
años siguientes adaptándose a las distintas literaturas nacionales. El
naturalismo presenta al ser humano sin albedrío, determinado por la herencia
genética y el medio en que vive. En él influyen el Positivismo de Auguste
Comte, que no valora que no puede ser objeto de experiencia, el Utilitarismo
de Bentham y Stuart Mill, que juzga todo en función de su utilidad, y el
Evolucionismo físico de Darwin y social de Herbert Spencer, que niega la
espiritualidad del hombre al negar la intervención divina, y el materialismo
histórico de Marx y Engels. En la mayoría de los escritos lo que se intenta es
reflejar que la condición humana está mediatizada por tres factores: la
herencia genética, las taras sociales (alcoholismo, prostitución, pobreza,
violencia) y el entorno social y material en que se desarrolla e inserta el
individuo. Esto es, lo que se conoce en filosofía como Determinismo. De aquí
deriva otra importante característica del Naturalismo, una crítica (implícita, ya
que el valor documental y científico que se pretende dar a la literatura de
este tipo impide aportar opiniones propias) a la forma como está constituida
la sociedad, a las ideologías y a las injusticias económicas, en que se hallan
las raíces de las tragedias humanas.

Modernismo (literatura en españ ol).


En la literatura en lengua española, el término modernismo denomina a un
movimiento literario que se desarrolló entre los años 1880-1910,
fundamentalmente en el ámbito de la poesía, que se caracterizó por una
ambigua rebeldía creativa, un refinamiento narcisista y aristocrático, el
culturalismo cosmopolita y una profunda renovación estética del lenguaje y la
métrica.

Se conoce por modernismo a la forma hispánica de la crisis universal de las


letras y del espíritu y que se manifiesta en el arte, la ciencia, la religión y la
política. En ciertos aspectos su eco se percibe en movimientos y en corrientes
posteriores. En las raíces del Modernismo hay un profundo desacuerdo con la
civilización burguesa.

Tradicionalmente se ha asociado su comienzo a la publicación, en 1888, de Azul..., de


Rubén Darío, a causa de la innegable repercusión del libro en la literatura de
Hispanoamérica.

El término modernismo designaba cierta corriente heterodoxa de renovación religiosa, y se


aplicó en el campo de las artes a tendencias surgidas en los últimos veinte años del siglo
XIX. Sus rasgos más comunes eran un marcado anticonformismo y un esfuerzo de
renovación. En su origen el apodo de ``modernistas`` era utilizado con un matiz despectivo.
Hacia 1890, Rubén Darío y otros asumen tal designación con insolente orgullo; a partir de
entonces el término modernismo fue perdiendo valor peyorativo.

En ciertos aspectos su eco se percibe en movimientos y en corrientes posteriores.

Vanguardismo
El término vanguardismo procede de la palabra francesa avant-garde, un término del
léxico militar que designa a la parte más adelantada del ejército, la que confrontaría la
«primera línea» de avanzada en exploración y combate. En el terreno artístico, se ha
llamado vanguardias históricas a una serie de movimientos artísticos de principios del
siglo XX. Estos movimientos buscaban innovación en la producción artística; se destacaban
por la renovación radical en la forma y el contenido; exploraban la relación entre arte y
vida; y buscaban reinventar el arte confrontando movimientos artísticos anteriores

Expresionismo

El expresionismo fue un movimiento cultural surgido en Alemania a principios del siglo


XX, que tuvo plasmación en un gran número de campos: artes plásticas, literatura, música,
cine, teatro, danza, fotografía, etc. Su primera manifestación fue en el terreno de la pintura,
coincidiendo en el tiempo con la aparición del fovismo francés, hecho que convirtió a
ambos movimientos artísticos en los primeros exponentes de las llamadas “vanguardias
históricas”. Más que un estilo con características propias comunes fue un movimiento
heterogéneo, una actitud y una forma de entender el arte que aglutinó a diversos artistas de
tendencias muy diversas y diferente formación y nivel intelectual. Surgido como reacción
al impresionismo, frente al naturalismo y el carácter positivista de este movimiento de
finales del siglo XIX los expresionistas defendían un arte más personal e intuitivo, donde
predominase la visión interior del artista –la “expresión”– frente a la plasmación de la
realidad –la “impresión”–.

Cubismo

Cubismo tuvo como centro neurálgico la Ciudad de París, y como Jefes y maestros del
movimiento figuraban los españoles Pablo Picasso y Juan Gris y los Franceses Georges
Braque y Fernand Léger. El movimiento efectivamente se inicia con el cuadro "Las
Señoritas de Avignon" (Demoiselles D'Avignon) .- Como elementos precursores del
cubismo debemos destacar la influencia de las esculturas africanas y las exposiciones
retrospectivas de Georges Seurat (1905) y de Paul Cézanne (1907). Es una tendencia
esencial pues da pie al resto de las vanguardias europeas del siglo XX. No se trata de un
ismo más, sino de la ruptura definitiva con la pintura tradicional.

El término cubismo fue acuñado por el crítico francés Louis Vauxcelles, el mismo que
había bautizado a los fauvistas motejándolos de fauves (fieras); en el caso de Braque y sus
pinturas de L'Estaque, Vauxcelles dijo, despreciativamente, que era una pintura compuesta
por «pequeños cubos». Se originó así el concepto de «cubismo».
Futurismo: el frenesí de la vida moderna

Movimiento literario y artístico surgido en Italia en el primer decenio del siglo


XX. Nació con un manifiesto, y varió y fijó sus propios enunciados en una
serie de manifiestos. El 20 de febrero de 1909 F.T. Marinetti publicó en  «Le
Figaro» de París un primer Manifiesto en el que proclamó como formas de
expresión del futurismo la agresividad, la temeridad, el salto mortal, la
bofetada, el puñetazo.

En 1912, el mismo Marinetti, con el Manifiesto técnico de la literatura


futurista, apuntó como medio específico de expresión literaria las «palabras en
libertad», que eran capaces de traducir, por analogía y sugestión, los
mecanismos psíquicos y el frenesí de la vida moderna. Esto comportaba la
abolición de la sintaxis, de la puntuación, de las partes calificativas del
discurso (adjetivos, adverbios). Las nuevas teorías se aplicaron también a la
pintura (1910: Primer y segundo manifiesto de la pintura futurista, firmados
por Balla, Boccioni, Carrá y Russolo), a la música (1910: Manifiesto de los
músicos futuristas, firmado por Pratella), a la escultura (1912: Manifiesto de
Boccioni, en el que se afirma que la escultura debe convertir el infinito
plástico aparente y el infinito plástico interior), al teatro (1915: Manifiesto del
teatro futurista sintético, firmado por Marinetti y Settimelli, y Manifiesto de la
escenografía futurista, firmado por Prampolini; el primero recomendaba 2
sorprender al público con cualquier medio, p. ej. con la 1 concisión,
reduciendo las escenas al tiempo fulminante ( de pocos segundos) e incluso a
otras formas artísticas todavía por nacer, pero destinadas a nacer en el futuro.

Surrealismo

El Surrealismo (en francés: surréalisme; sur [sobre, por encima] más réalisme [realismo])
o superrealismo es un movimiento artístico y literario surgido en Francia a partir del
dadaísmo, en la década de los años 1920, en torno a la personalidad del poeta André
Breton. Buscaba descubrir una verdad, con escrituras automáticas, sin correcciones
racionales, utilizando imágenes para expresar sus emociones, pero que nunca seguían un
razonamiento lógico.

Literatura del Impresionismo


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Movimiento literario nacido en Francia en la segunda mitad del siglo XIX. Corresponde al
impresionismo pictórico inaugurado por Manet en 1863. El impresionismo surgió como
una reacción contra el realismo y se propuso en el terreno literario, lo mismo que en la
pintura, registrar primariamente las sensaciones, restaurando al mismo tiempo una nueva
era imaginativa. Trataba de suprimir el elemento intelectualista y reflexivo en literatura,
haciendo que el escritor se identificara con las cualidades del objeto observado. Una novela
impresionista presenta a sus personajes en una serie de detalles, palabras, reacciones, gustos
y preferencias que terminan por caracterizarlos para el lector.

El impresionismo literario fue iniciado en Francia por los hermanos Goncourt, quienes
publicaron numerosas novelas de este tipo, y fundaron su famosa Revista en 1856. Octave
Mirbeau es el mejor ejemplo de la novela impresionista del fin de siglo. La obra de Marcel
Proust, por su constante tendencia a la evocación y la captación del mundo de los sentidos
puede considerarse dentro de esta tendencia. Igualmente el teatro de Chejov, en el que la
historia y las motivaciones de los personajes se van revelando fragmentariamente y la trama
se divide en varias subtramas, ha sido considerado por algunos críticos dentro de este estilo.

Neorromanticismo (literatura)
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El Neorromanticismo fue una corriente literaria que se dio en España durante la


Restauración, durante los decenios finales del siglo XIX.

Destacó especialmente en el teatro, con la figura sobresaliente de José Echegaray (1832-


1916) y una pléyade de autores secundarios como Leopoldo Cano (1844-1934), Eugenio
Sellés (1844-1926) y Joaquín Dicenta Benedicto (1862-1917). Cultivaban esencialmente el
melodrama; un melodrama de costumbres contemporáneas con ilustres antecedentes en
otras épocas pero ahora con el rasgo específico de poseer un fin ejemplarizante a través de
una exposición de lo negativo, tal y como defenderá Eugenio Sellés en el prólogo a la
segunda versión de una sus obras clave: Las vengadoras, de 1891.

El Neorromanticismo trató de actualizar los postulados románticos adaptándolos a la


sociedad burguesa y combinando dos elementos incompatibles: el Romanticismo exagerado
y el Positivismo y Realismo latentes en su tiempo, con lo que dio a luz un teatro de
costumbres contemporáneas moralizante que usaba procedimientos románticos y abusaba
de las situaciones trágicas y patéticas; cada una de las obras plantea un caso de conciencia,
un problema ideológico o un conflicto entre deberes.

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