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Arquitectura gótica

Catedral de Nuestra Señora de París. Muestra las características de la arquitectura gótica


que nace en la región de Ile de France a finales del siglo XII: el uso del arco ojival y las
elevadas bóvedas de crucería que desplazan su peso mediante los arbotantes (bien
visibles en la imagen), el predominio de los vanos sobre los muros, que permiten los
grandes rosetones, la altura de la aguja central y la posición central del trasepto.

La arquitectura gótica es la forma artística sobre la que se formó la definición del arte
gótico, el estilo artístico, comprendido entre el románico y el renacimiento, que se
desarrolló en Europa Occidental la —cristiandad latina— en la Baja Edad Media, desde
finales del siglo XII hasta el siglo XV, aunque más allá de Italia las pervivencias góticas
continuaron hasta los comienzos del siglo XVI.

El vocablo «gótico» es el adjetivo correspondiente a godo y fue utilizado en este


contexto por primera vez por el tratadista florentino Giorgio Vasari (1511–1574), quien
en su famosa obra de biografías de pintores toscanos, incluye varios capítulos sobre el
arte en la Edad Media. En sentido peyorativo usó este término para denominar la
arquitectura anterior al Renacimiento, propia de los bárbaros o godos, cuyos
componentes le parecían confusos, desordenados y poco dignos, por contraste a la
perfección y racionalidad del arte clásico. En su propia época, se solía denominar como
opus francigenum (estilo francés), por referencia al origen de la innovación.
Paradójicamente, en la España del siglo XVI se calificaba al gótico final (isabelino o
plateresco) como la forma de construir a lo moderno, mientras que la arquitectura
clasicista que introducía el renacimiento italiano era vista como una forma de construir
a la antigua o a lo romano.[1]

La arquitectura gótica puso especial énfasis en la ligereza estructural y la iluminación de


las naves del interior de los edificios. Surgió del románico pero acabó oponiéndose a la
masividad y la escasa iluminación interior de sus iglesias. Se desarrolló
fundamentalmente en la arquitectura religiosa (monasterios e iglesias), teniendo su
cumbre en la construcción de grandes catedrales, secular tarea en que competían las
ciudades rivales; aunque también tuvieron importancia la arquitectura civil (palacios,
lonjas comerciales, ayuntamientos, universidades, hospitales y viviendas particulares de
la nueva burguesía urbana) y arquitectura militar (castillos y murallas urbanas).

Los dos elementos estructurales básicos de la arquitectura gótica son el arco apuntado u
ojival y la bóveda de crucería, cuyos empujes, más verticales que el arco de medio
punto, permiten una mejor distribución de las cargas y una altura muy superior.
Además, la parte principal de estas son transmitidas desde las cubiertas directamente a
contrafuertes exteriores al cuerpo central del edificio mediante arbotantes. El resultado
deja a la mayor parte de los muros sin función sustentante (confiada a esbeltos pilares y
baquetones), quedando la mayor parte de aquéllos libres para acoger una extraordinaria
superficie de vanos ocupados por amplias vidrieras y rosetones que dejan paso a la luz.

La arquitectura gótica tuvo su origen en las regiones de Normandía e Isla de Francia,


desde donde se difundió primero a todo el reino de Francia y posteriormente (ya a
mediados del siglo XIII), sobre todo por la extensión del arte cisterciense y las rutas
jacobeas, por el Sacro Imperio Romano Germánico y los reinos cristianos del norte de
España (que durante ese periodo de la Reconquista se estaban imponiendo a los
musulmanes del sur). En Inglaterra penetró pronto el estilo francés, aunque adquirió un
fuerte carácter nacional. A Italia llegó tarde, no tuvo mucha aceptación, y su impacto
fue muy desigual en las distintas regiones, y muy pronto fue sustituido por el
Renacimiento.

El medievalismo suscitado por el romanticismo y el nacionalismo del siglo XIX hizo


reelaborar como arquitectura historicista un neogótico que reproducía el lenguaje
arquitectónico propio del estilo con formas más o menos genuinas, destacando la labor
restauradora y reconstructora del francés Eugène Viollet-le-Duc.

Contenido
• 1 Cronología de la arquitectura gótica
o 1.1 Antecedentes
o 1.2 Nacimiento
o 1.3 Desarrollo
o 1.4 Interpretaciones sobre los orígenes y esencia del gótico
 1.4.1 Interpretación de la escuela alemana
 1.4.2 Interpretación de la escuela francesa
 1.4.3 Interpretación de Panofsky
• 2 Entorno económico y social del gótico
• 3 Edificios góticos
o 3.1 Arquitectura religiosa
o 3.2 Arquitectura civil
• 4 Elementos de la arquitectura gótica
o 4.1 Planta
o 4.2 Arco ojival
o 4.3 Bóveda de crucería
o 4.4 Contrafuertes y arbotantes
o 4.5 Columnas
o 4.6 Capiteles
o 4.7 Cúpulas
o 4.8 Ventanas y vidrieras
o 4.9 Puertas
o 4.10 Estructura general
o 4.11 Elementos secundarios
o 4.12 Ornamentación
• 5 Subestilos de la arquitectura gótica
• 6 La arquitectura gótica en Europa
o 6.1 Gótico francés
o 6.2 Gótico inglés
o 6.3 España y Portugal
o 6.4 Italia
o 6.5 Alemania
o 6.6 Bélgica y Holanda
o 6.7 Gótico báltico
• 7 Véase también
• 8 Referencias
• 9 Bibliografía

• 10 Enlaces externos

Cronología de la arquitectura gótica


Antecedentes

Los elementos esenciales que caracterizan el estilo gótico ya existían con anterioridad al
nacimiento de este estilo arquitectónico, toda vez que se hallan dispersos en edificios de
edades anteriores. El arco apuntado fue conocido por los egipcios, asirios, indios y
persas de la dinastía sasánida, aunque su uso no era muy corriente. La arquitectura
islámica también lo conoció e hizo un uso amplio de él, su ejemplo conocido más
antiguo se encuentra en la Cúpula de la Roca, en Jerusalén, construido entre los años
687 y 691, otros ejemplos de gran calidad y belleza de su uso son las mezquitas de
Samarra en Irak y la mezquita de Amr en Egipto, cuyas construcciones se realizaron a
mediados del siglo IX.

La bóveda de crucería, fue empleada en construcciones árabes de Córdoba del siglo IX


y en algunas mozárabes del siglo X y aún virtualmente en las bóvedas romanas desde el
primer siglo del Imperio cuando entraban en ellas arcos diagonales embebidos en las
mismas. Los arbotantes se encuentran originariamente y de forma rudimentaria en las
bóvedas de cuarto de cañón cuando sirven de contrarresto. El principio y distinción de
elementos activos y pasivos que caracteriza la arquitectura ojival se extendió y aplicó
por los antiguos asirios.

Parece claro que pudo existir una transmisión de estos elementos a través de las visitas
realizadas por los cruzados a Jerusalén y a través del norte de África para llegar a
España y de ahí al resto de Europa. Fue sin embargo la nueva relación entre todos estos
elementos la que dio como resultado un nuevo tipo de edificio con unas proporciones
diferentes, mucho más esbelto que los edificios románicos y con mayor luminosidad, en
el que los muros pueden casi llegar a desaparecer.[2]

La catedral de Durham que presenta, en su nave principal, bóvedas de crucería,


constituye un precedente del gótico, estas bóveda nervadas siguieron un proceso de
desarrollo técnico en la formación del gótico, parece que fueron descubiertas de manera
simutánea en distintos puntos de Europa, poco después del año 1100, como el norte de
Italia, Espira en el valle del Rin y Durham. en Inglaterra, desde donde pasó a
Normandía[3]

Nacimiento

Un error mantenido hasta muy avanzado el siglo XIX, fue suponer que la arquitectura
gótica había nacido en Alemania y era peculiar del genio germánico. Los alemanes,
fundándose principalmente en los textos renacentistas, abogaban por qué el estilo
gótico, de las grandes catedrales, se había originado a las orillas del río Rin.

El estilo gótico nació como tal, en el norte de Francia, a mediados del siglo XII, se da la
fecha del 14 de julio de 1140, en que se inició la obra del coro de la Basílica de Saint-
Denis, como la fecha de nacimiento de este estilo, sin embargo debe hablarse de su
nacimiento como una evolución técnica de las formas de las escuelas románicas
regionales, y así ya a finales del siglo XI se había comenzado a construir en Inglaterra la
catedral de Durham, con bóveda de crucería y estructura gótica. En los primeros
momentos, durante el denominado estilo de transición, que se alargó hasta finales del
siglo XII, se siguió manteniendo cierta forma o fisonomía románica. Por ejemplo, en el
primer gótico se mantuvo una estructura de proporcionalidad clásica en las fachadas,
propia del románico, que se puede observar en la catedral de Notre Dame de París, que
más adelante se perdió en beneficio de efectos mucho más verticales. De forma
esquemática se dice que la arquitectura de este periodo fue una arquitectura románica
con bóvedas y arcos apuntados. [3]

Desarrollo

Al comenzar el siglo XIII el estilo gótico, denominado en este periodo, gótico clásico,
llega a su perfección en las regiones de Normandía y la isla de Francia, territorio de
dominio real de los alrededores de París. Desde allí se extendió a todo el resto de
Francia. Se difundió durante el siglo XIII al Sacro Imperio Germánico, Inglaterra,
reinos hispánicos y principados itálicos, llevado sobre todo por los monjes del Císter y
llegó a alcanzar las islas de Rodas y Chipre y Siria transmitidos por las Cruzadas.
En los inicios del siglo XIV la arquitectura aumenta su esbeltez, tiende a la estilización,
iniciándose la independización de la pintura y escultura. A partir de la mitad del siglo
XV, comienza el denominado gótico tardío, su fase más barroca con una creciente
riqueza decorativa. La vigencia de la arquitectura gótica es variable dependiendo de las
zonas, mientras que en Italia, durante el siglo XV el gótico es desplazado de forma
temprana por la arquitectura renacentista, en otras zonas, el estilo propio de gótico
perduró hasta bien entrado el siglo XVI, y en Inglaterra, en concreto, perduró una
tradición gótica hasta su renovación a través del neogótico, durante el siglo XIX.

Interpretaciones sobre los orígenes y esencia del gótico

La interpretación del arte gótico ha sido causa de enfrentamientos doctrinales a lo largo


de los siglos XIX y XX, además de ser expuesta a grandes transformaciones pasando
por una gran variedad de modificación en su estructura.

Interpretación de la escuela alemana

Tiene como cabeza a Wilhelm Worringer. Se trata de una interpretación espiritualista,


para la que el gótico es la expresión del alma nórdica, en oposición al alma mediterránea
o clásica. Entre los antecesores de esta línea se encuentran autores del siglo XVIII que
se oponen a la predominancia del gusto francés. Es significativo, en este contexto, el
encuentro entre Johann Gottfried Herder y Johann Wolfgang von Goethe ante la
Catedral de Estrasburgo en 1770, en que Herder le hará ver a Goethe la sublimidad de
ese arte alemán.

Esta línea de interpretación ha sido seguida por algunos historiadores del siglo XX,
como Max Dvořák, Wilhelm Pinder y, Hans Seldmayr. La concepción germánica del
arte gótico presta atención a las ideas y no tanto a los medios técnicos para su
realización. Las formas solo interesan en relación con su significación mental.

Interpretación de la escuela francesa

Tiene como cabeza a Viollet-le-Duc. Esta línea ha sido seguida por relevantes
historiadores de la Escuela de Archiveros de París, Quicherat, Félix de Verneiuil y
después Lasteyrie y Enlart, que defienden la teoría funcional. Se ha caracterizado por
poner el acento en la técnica, en los procesos de construcción y sus condicionamientos
formales. Han determinado el origen territorial y técnico del estilo.

Interpretación de Panofsky

Erwin Panofsky en su obra Arquitectura gótica y pensamiento escolástico establece una


analogía entre la arquitectura gótica y el sistema de pensamiento escolástico. Según
Panofsky, la catedral gótica se trata de una summa de saberes, que constituye un
conjunto inteligible, que participa de una estructura mental común. Se basa en la idea de
totalidad.
Miniatura la Construcción del Templo de Jerusalén, del pintor Jean Fouquet, pintada
hacia 1470 y que describe el proceso de la construcción de una catedral gótica
Biblioteca Nacional de París

Entorno económico y social del gótico


La arquitectura gótica nació, durante la Baja Edad Media, en un momento de cambios
económicos, sociales y políticos que supusieron el incremento del crecimiento
económico y de la producción agrícola, esto conllevó un auge del comercio y del poder
urbano, mientras que en lo político se fortaleció la autoridad de las monarquías frente a
la nobleza. Todas estas circunstancias supusieron la renovación de la estructura socio-
económica que potenció una nueva concepción de Dios y del hombre. En el entorno
urbano destacaron dos nuevos grupos que florecieron gracias al rápido desarrollo de las
ciudades, los artesanos y mercaderes, organizados en torno a los gremios y las logias.
En el ámbito cultural, el protagonismo se desplazó desde los monasterios hacia las
escuelas catedralicias y urbanas. De estas circunstancias surgieron nuevas formas
constructivas, por un lado, la catedral gótica, que representaba la expresión del esfuerzo
común ciudadano. La iniciativa de las catedrales solía corresponder a las autoridades
políticas, religiosas o municipales. Para su construcción se requerían amplios recursos,
para algunas obras se obtenía el patrocinio real, que agilizaban la construcción, merced
a los recursos de los monarcas. La financiación no solía quedar asegurada por la fortuna
particular de los obispos y canónigos, que cedían una parte de sus ingresos, sino que
había que recurrir a otras vías como colectas, aportaciones gremiales, reliquias,
impuestos sobre ferias y mercados etc. La disponibilidad de recursos marcaba el ritmo
de las obras, y se encuentran pocos ejemplos de grandes templos que fueron levantados
de una sola vez. Durante el siglo XIV, las obras se detuvieron casi totalmente por la
grave depresión económica que se atravesó.

Por otra lado el renacer urbano supuso también la aparición de nuevos tipos de edificios
no religiosos, comunitarios como los almacenes gremiales, tiendas y lonjas; públicos
como los ayuntamientos, hospitales, las nacientes universidades y puentes, y otros de
carácter privado como casas señoriales y palacios, que dejaron de ser monopolio de la
nobleza.[4]
Edificios góticos
Arquitectura religiosa

El edificio donde el gótico alcanza su expresión más plena es la catedral, en la que se


refleja el esfuerzo y la aportación de toda una ciudad. A su construcción suelen
colaborar las cofradías y gremios que tienen su manifestación en las capillas laterales.

También destaca la arquitectura monasterial, entre la que se distingue:

• la arquitectura cisterciense, con monasterios situados en el campo,


desconectados de la vida civil, que desarrollan un estilo protogótico y que
servirá para la propagación del estilo gótico por toda Europa. Aunque tampoco
todos los componentes de esta arquitectura servirán de fundamento para el
gótico.
• la orden cartuja
• dominicos y franciscanos.

Arquitectura civil

La arquitectura civil muestra la pujanza económica en la Baja Edad Media, el auge de


las actividades comerciales y artesanales, la apertura de nuevas rutas comerciales y el
próximo descubrimiento de América. En la arquitectura militar se desarrolla y
perfecciona la construcción de castillos y murallas; los puentes se fortifican con puertas
a los extremos y en medio. La arquitectura civil muestra la consolidación de formas
municipales frente al poder señorial o eclesiástico con la construcción de grandes
edificios destinados a servir de sede de sus instituciones y gobiernos municipales, entre
los que destacan los de las ciudades italianas de Florencia y Siena y también los de la
región de Flandes. En Cataluña sobresalen la Casa de Ciudad y el Palacio de la
Generalidad en Barcelona. También se desarrollo la construcción de lonjas comerciales,
palacios urbanos, universidades, hospitales y viviendas particulares para la nueva
burguesía urbana que desplazaba a la nobleza, destacó durante el siglo XV, en el último
periodo del gótico toda la arquitectura civil en Flandes.

Elementos de la arquitectura gótica


Planta original de Notre-Dame de París.

La arquitectura gótica presenta innovaciones técnicas y constructivas notables, que


permitieron levantar estructuras esbeltas y ligeras con medios y materiales sencillos.
Las principales aportaciones constructivas, al igual que en el románico, se centran en las
cubiertas.

Planta

La planta de las grandes iglesias góticas responde a dos tipos principales:

• de tradición románica. En él se observan casi las mismas formas que en el estilo


románico y más comúnmente la de cruz latina, con girola o sin ella pero con los
brazos poco salientes y con los ábsides o capillas absidiales frecuentemente
poligonales. Las iglesias abaciales, sobre todo, cistercienses, siguen este tipo con
brazos muy salientes como en la época románica. Y en las iglesias menores o
populares se adopta como planta más común la de cruz latina o la rectangular y
con un solo ábside poligonal en la cabecera;
• de salón. La planta carece de crucero de brazos salientes (aunque no deja de
ostentarse más o menos la simbólica cruz de enmedio), el templo de salón
presenta una disposición basilical y posee, como mínimo, tres naves de igual
altura y, por consiguiente, un sistema de iluminación lateral. Los espacios
interiores son amplios y desahogados, abarcables con una sola mirada y
tremendamente unitarios, de ahí que parezcan o tengan el aspecto de un gran
salón.

En todo caso, la planta se divide en tramos rectangulares o cuadrados determinados por


las columnas y arcos transversales y sobre éstos, cargan las bóvedas de crucería. Desde
mediados del siglo XIII se hace común el abrir capillas en los lados de las iglesias, entre
los contrafuertes, para satisfacer la devoción de los gremios o cofradías y del pueblo en
general, ya que antes de esta época era raro admitirlas fuera de los ábsides.

Arco apuntado.

Arco ojival

El arco ojival es uno de los elementos técnicos más característicos de la arquitectura


gótica, y vino a suceder al arco de medio punto, propio del estilo románico. El arco
ojival, a diferencia del arco de medio punto, es más esbelto y ligero por transmitir
menores tensiones laterales, permitiendo adoptar formas más flexibles, resulta más
eficaz, pues gracias a su verticalidad las presiones laterales son menores que en el arco
de medio punto, permitiendo salvar mayores espacios. Durante el gótico el arco
apuntado mostró variantes como el arco conopial durante el denominado gótico
flamígero o el arco Tudor, durante el denominado gótico perpendicular inglés.

Bóveda de crucería

Bóveda de crucería.

La bóveda de crucería, conformada por arcos apuntados, a modo de esqueleto, es más


ligera que cualquier otro tipo de bóveda construida hasta la fecha. La utilización de este
tipo de arco formando un esqueleto tridimensional unitario refleja el alto conocimiento
técnico que alcanzaron los constructores de catedrales.

El periodo primero se distingue por la sencillez de los arcos cruceros o diagonales que
son simples y llevan pocas molduras. En el segundo, se aumenta la crucería con arcos o
nervios secundarios y los llamados terceletes para sostener los témpanos de plementría
ya que las bóvedas se hacen más amplias. A la vez, se molduran todos los arcos,
mayormente los diagonales y éstos y demás nervios reciben más perfiles y se ligan con
nervios transversales. En el tercer periodo se añaden nuevos terceletes y nervios
secundarios con sus ligaduras aun sin necesidad alguna y se generaliza la bóveda
llamada estrellada (por la figura del conjunto) y los nervios y arcos se perfilan con más
delicadeza. En el primer periodo se usó con alguna frecuencia la bóveda sexpartida
(dividida en seis témpanos) para los tramos de bóveda de la nave central cuando ésos se
hacían cuadrados y correspondían cada uno de ellos con dos de las naves laterales.

Florón policromado en la Catedral de Canterbury.

Desde finales del siglo XV, se adornaban las claves de las crucerías en muchos edificios
con florones de madera o de metal, dorados o policromados conocidos con el nombre de
arandelas. Pero ya desde los principios del estilo se decoran dichas claves con variados
relieves.

Los ábsides góticos se cubren también con diferentes bóvedas de crucería pero de tal
suerte que los arcos o nervios concurren todos a una clave central formando crucería
radiada y muy a menudo se da al cascarón una forma gallonada o dividida en
compartimentos de boveditas parciales más o menos salientes o profundas. Esta
disposición, al paso que refuerza y embellece el ábside, contribuye mucho a la
sonoridad de la iglesia sobre todo, para los cantos desde el presbiterio.

Contrafuertes y arbotantes

Estructura de soporte por arbotantes.

Para soportar el empuje del peso de las bóvedas, en vez de construir gruesos muros
como se realizaba en el románico, en el que los contrafuertes adoptaban la forma de
pilares adosados exteriormente al muro, con un ancho creciente en su base; los
arquitectos góticos idearon un sistema más eficiente: los contrafuertes con arbotantes.
Los contrafuertes se separan de la pared, recayendo el empuje sobre ellos por medio de
un arco de transmisión denominado arco arbotante. Todavía se puede alcanzar una
mayor resistencia colocando a continuación un segundo contrafuerte. Los arbotantes
también cumplen la misión de albergar los canales por donde descienden las aguas de
los tejados y evitar así que resbalen por las fachadas.
Por un lado, la disposición de estos machones transversales permitía hacer fachadas no
portantes, esbeltas, con enormes huecos. Por otra parte, al conectar los contrafuertes por
medio de arcos arbotantes a la estructura principal se ganaba brazo de palanca y se
liberaba espacio para situar naves laterales, paralelas a la nave principal.

Los botareles y demás contrafuertes se decoran, montando pináculos sobre ellos para
que tengan más peso y resistencia, logrando así con estos remates el doble fin
constructivo y estético.

El sistema de arbotantes y contrafuertes de las iglesias góticas constituye un elemento


característico que embellecen el exterior de los edificios, pero a la vez, ponen de
manifiesto la propia fragilidad estructural, ya que sujetan el edificio a modo de
apuntalamiento externo.

Columnas

Columna con nervios de la Colegiata de Medina del Campo.

Los soportes o columnas del arte gótico consisten en el pilar compuesto el cual, durante
el periodo de transición, es el mismo soporte románico aunque dispuesto para el enjarje
de arcos cruceros. Pero en el estilo gótico perfecto se presenta cilíndrico el núcleo del
pilar, rodeado de semicolumnillas (pilastras) y apoyado sobre un zócalo poligonal o
sobre un basamento moldurado, a diferencia del estilo románico en que tal zócalo era
uniforme y cilíndrico.

Estos basamentos se hallan más divididos y moldurados conforme avanza más la época
del estilo, distinguiéndose especialmente los de periodo flamígero por destacarse de
ellos pequeñas basas parciales de diferentes alturas correspondiendo éstas a las
columnillas que rodean el núcleo del pilar. Pero en el siglo XVI se vuelve con
frecuencia al uso del zócalo primitivo prismático o cilíndrico sin divisiones. Las
columnillas adosadas alrededor del núcleo se corresponden con los arcos y nervios de
las bóvedas, cada una con el suyo, según el principio seguido en el estilo románico de
que debe corresponder a cada pieza sostenida su propio sostén o soporte.
Columnas cilíndricas en Notre-Dame de París.

Estas columnillas van aumentando en número a medida que progresa el estilo. Al


principio, suelen ser cuatro o seis en los pilares aislados, de suerte que la sección
transversal u horizontal de éstos forme en la mayoría de los casos una especie de cruz de
núcleo prismático. Pero luego se van multiplicando de tal manera en las nuevas
construcciones, desde mediados del siglo XIII, apenas queda visible el núcleo central
(que en adelante suele ser redondo). Aparece ahora todo el soporte como un haz de
cilindros, los cuales en el siglo XV se reducen a simples junquillos o baquetones por
haber aumentado su número y no tener ya cabida si no es con esta forma; pues no solo
se adjudica una columnilla para cada arco y nervio de la bóveda sino que hasta las
molduras principales de éstos tienen su columnilla correspondiente en el soporte.

Capiteles

Capitel gótico en el Palacio Ducal de Venecia.

El capitel gótico va perdiendo su importancia según adelanta la época del estilo.


Después del periodo de transición en el que se sigue el capitel románico se presenta
como un tambor algo cónico abrazado con follaje cuyos motivos se toman de la flora
del país (aunque, a veces, sobre todo durante el siglo XIV admite figurillas e historias
entre el follaje siempre con más pulcritud que en el estilo románico) y se corona por un
ábaco circular o poligonal de varias molduras.

Posteriormente, el capitel se va haciendo más pequeño y delicado y por fin, llega hasta
suprimirse cuando en el siglo XV el haz de junquillos se ramifica directamente en los
nervios de la bóveda sin que medie solución de continuidad en muchos casos o se queda
en forma de simple anillo.

Cúpulas
Cimborrio de la catedral de Burgos.

Las cúpulas se forman de témpanos sostenidos por nervios radiantes que arrancando del
octógono formado por los arcos torales y por una especie de trompas muy artísticas
situadas en los ángulos determinados por ellos, se unen concurriendo a una clave
superior y céntrica.

El cimborrio se manifiesta al exterior en forma de prisma octógono o hexágono


coronado por una pirámide con más atrevimiento y elegancia que en el arte románico.
Muchas veces, en lugar de cúpula se alza una simple linterna prismática a modo de torre
sobre el crucero.

Ventanas y vidrieras

La reducción de la estructura sustentante al mínimo imprescindible permitió abrir


grandes huecos en los muros de las fachadas. Los artistas de la época pudieron dar
rienda suelta a su imaginación creando un arte desconocido hasta la fecha.

Las ventanas del periodo de transición suelen ser como las románicas de arco apuntado.
Pero luego se ostenta el verdadero ventanal gótico amplio y decorado en su parte
superior con hermosos calados de piedra, los cuales se forman de rosetoncillos
combinados, siempre sostenidos por columnillas o parteluces. En el siglo XIV se
complica la tracería multiplicándose los rosetoncitos y adelantando ya el XV se
combinan las líneas formando curvas serpenteantes constituyendo el calado flamígero.

Una cosa parecida se observa en los grandes rosetones que se colocan en lo alto de las
fachadas: al principio, toman la forma radiante y sencilla aunque en iglesias suntuosas
es algo más complicada. Se multiplican los adornos de la rosa en el siglo XIV y en el
XV llega a ser la tracería un verdadero laberinto de curvas enlazadas. No faltan en todas
las épocas sin embargo ventanas menores de traza más sencilla y pequeños aljimeces.
Ventanas y rosetones suelen cerrarse con magníficas vidrieras polícromas e historiadas
donde a su modo se ejercita el arte pictórico monumental ya que apenas le dejan espacio
para su desarrollo los escasos lienzos de pared que median entre los referidos vanos en
las iglesias suntuosas. Pero en las más humildes se sustituyen las vidrieras por láminas
de piedra translúcida y aun tal vez por encerados.
Rosetón en la basílica
Vidrieras Ventana del Monasterio Rosetón de la catedral
de St. Denis
góticas de Bebenhausen de Meaux

Puertas

Portada de la Catedral de León.

En las puertas y la fachada despliega el arte gótico toda su magnificencia y su


concepción teológica. La portada gótica admite la misma composición fundamental de
forma abocinada, que la románica pero se multiplican las arquivoltas y se añade una
mayor elevación de líneas con más riqueza y finura escultórica guardando siempre en
arcos y adornos la forma propia del nuevo estilo. Encima de la puerta suele colocarse un
elevado gablete.
Portada de la iglesia del monasterio cisterciense de Veruela.

Las portadas más suntuosas llevan imágenes de apóstoles y de otros santos bajo
doseletes entre las columnillas (y a menudo, también otras menores entre las
arquivoltas) flanqueando el ingreso el cual está dividido por un parteluz que sirve de
apoyo a una estatua de la Virgen María o del titular de la iglesia.

Las iglesias del Cister y otras menores que se modela a imitación suya carecen de
imaginería en la portada, la cual se compone del grande arco abocinado y decorado con
simples baquetones y alguna ornamentación vegetal o geométrica. La finura en la
ejecución de la obra escultórica y la multiplicación progresiva de las columnillas y
molduras con el adelgazamiento de ellas, denuncian mejor que otras las señales de la
época de la construcción de las portadas. Pero las del último periodo desde mediados
del siglo XV se reconocen sobre todo por la multitud y pequeñez de los detalles por la
arquivolta conopial, cargada de frondas retorcidas y por otros ornamentos de la época.

Estructura general
Estilización de las formas en la catedral de Laon.

El nuevo sistema constructivo, eficiente y ligero en su conjunto, permitió elevar los


edificios hasta alturas inimaginables, colmando una de las aspiraciones históricas tanto
de la arquitectura como de la religión.

La estructura general interior de una iglesia gótica se infiere de todo lo dicho sobre la
planta, bóvedas y pilares, siendo de notar que el paramento lateral en las grandes
iglesias se halla dividido en siete zonas:

• la inferior consta de la arcada que separa las naves laterales o las capillas
• la media, formada por el triforio que en el estilo gótico es mucho más estrecho
que en el románico
• la superior que contiene los grandes ventanales, el claristorio
• la media superior
• la media inferior
• la intermedia
• la continental.

Unas iglesias alzan todas sus bóvedas a igual altura (o al menos la nave central y
laterales inmediatas) y otras (lo más común) presentan mucho más bajas las naves
laterales lanzándose por encima de éstas los arbotantes. El exterior del edificio suele
acusar la estructura interna de modo que la fachada viene a ser como una sección
transversal de las naves. El imafronte se constituye por las tres hermosas portadas
correspondientes a las tres naves y entre ellas, los contrafuertes que resisten el empuje
de las arcadas. Encima de las puertas corre una galería que responde a los triforios
interiores. Se abre más arriba un rosetón calado y remata el frontispicio en gablete o en
ático de hermosa crestería. Las empinadas torres, con sus atrevidas flechas que terminan
y guardan los costados de la fachada; los pináculos y doseletes que animan el
contrafuerte; las estatuas y relieves que pueblan las entradas y los tímpanos. Todo, en
fin, contribuye a causar la impresión de una religiosidad sublime.

[editar] Elementos secundarios

Entre los miembros secundarios de un edificios gótico son notables por lo característico
de su forma:

Ménsula con ángel músico, claustro de la iglesia de Santa María la Real, Sasamón,
provincia de Burgos, España.
• apoyos, a modo de repisa, ya sola ya con una media columna encima de ella,
adosados a cierta altura de los muros, sostienen los arcos y los nervios que
parten como arrancando del muro, según se observa sobre todo en la arquitectura
cisterciense
• repisas y doseletes para estatuas que en los siglos XII y XIII suelen llevar
figuras de castillitos, en el siglo XIV semejan boveditas de crucería con
pequeños gabletes y en el XV se adornan con calados flamígeros y arquitos
conopiales o se terminan por una elevada torrecilla y altos gabletes
• antepechos para triforios y galerías que al principio constan de arcaditas ojivales
y después tienen la forma de pretil con calados propios de la época
• pináculos, agujas, gárgolas, caireles, crestería, etc. cuya traza de estilo gótico
es inconfundible con la de otros.

[editar] Ornamentación

Detalles de la Catedral de Notre-Dame.

La ornamentación gótica se funda en la construcción y sirve para acentuar más los


elementos de ésta. Los motivos más comunes y propios, en el terreno escultórico, son en
los comienzos del estilo gótico, sobre todo, en el periodo de transición los adornos
geométricos heredados del estilo románico, molduras y calados geométricos que nacen
del propio arco. La utilización del arco conopial en el siglo XV permite una amplia
utilización de la curva y contracurva en la ornamentación.

La parte más novedosa en cuanto a la decoración viene de la flora y fauna local que se
interpreta en forma estilizada durante los siglos XII y primera mitad del XIII. La
naturaleza se interpreta con bastante realismo y en este último siglo se propende a las
formas retorcidas. El trébol, la hiedra retorcida, los brotes de vid, las hojas de roble o de
encina se encaraman por los arcos y las agujas de los edificios góticos, asociándose al
nuevo estilo. Posteriormente se abandonan para dar lugar a las frondas, cardinas (hojas
de cardo), grumos, trifolios, cuadrifolios, etc. En el arte clásico, solo dos o tres plantas,
el acanto, la hiedra y el laurel, habían tenido aceptación en el repertorio decorativo, pero
el gótico se vale de todas las especies del reino vegetal y reproduce también pájaros y
hasta seres fantásticos, monstruos que una veces están derechos como guardianes en los
alto de balaustradas y otras agazapados condenados a servir de gárgolas para arrojar el
agua de las lluvias recogidas en los tejados.

Decoración con azulejos en La Seo de Zaragoza.

Las molduras góticas se distinguen de las grecorromanas en que no ofrecen corte o


sección circular como éstas sino semielíptica, piriforme, cordiforme, etc. todo para que
a la vista aparezcan muy tenues y casi aéreos los arcos y demás miembros que se
molduran.

La decoración pictórica de varios de los mencionados elementos debió ser en su tiempo


común pero ha llegado escasa a nuestros días. Con frecuencia se pintaban las esculturas
de las portadas, sepulcros, capiteles, claves de bóvedas, nervios de éstas y más la
techumbre si se hacía de madera. Y aunque fueron poco abundantes los cuadros de
figuras en los muros, se suplieron en gran parte por las vidrieras policromadas. En
muchos edificios de España, participando más o menos en la arquitectura mudéjar se
usó la decoración de azulejos en frisos y zócalos.

[editar] Subestilos de la arquitectura gótica


• Gótico tardío

Gótico tardío
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Se denomina gótico tardío a un periodo en el que la arquitectura pierde su papel básico


de aglutinador de las artes y pasa a ser menos protagonista. Desde el Siglo XIII las
experiencias arquitectónicas sólo se destinan al campo de la decoración. Por eso este
período se conoce como período "flamboyante", flamígero, aludiendo a la forma de la
llama (término acuñado por el historiador francés Arcisse de Caumont).

También se aplica el término de gótico florido o gótico flamígero (flamboyant),


aludiendo al exceso decorativo, y a la complicada red de elementos vegetales que
cubrían los edificios de esta época. Otros autores aplican la teoría de la evolución de los
estilos de Vasari al gótico como cuerpo unitario, hablando de un "gótico arcaico', un
"gótico clásico", un "gótico manierista" y un "gótico barroco", que se correspondería
con este período del Siglo XV, pero esta denominación no se suele utilizar, ya que la
evolución del gótico no siguió una misma pauta en todos los países europeos, pudiendo
hablar de variaciones regionales muy distintas.

• En Inglaterra Thomas Rickman acuña en 1817 el término del 'gótico


perpendicular' para aplicárselo a las creaciones arquitectónicas producidas en
Inglaterra entre 1350 y 1500, caracterizadas por la bóveda de abanico y su
marcada linealidad, frente al sentido de altura que tiene el gótico centroeuropeo.
Se trataría de la creación más típica inglesa, y se ha llegado a hablar de un
verdadero 'opus anglicanum', opuesto radicalmente al 'opus francigenum'.

• En España se habla del 'gótico isabelino', término acuñado por Émil Bertaux en
1911, destacando la influencia como mecenas de las artes de Isabel I de Castilla,
aunque fue atacado por los teóricos, que hablaron también de un 'gótico
fernandino', en relación con Fernando el Católico, que dio lugar al término
común llamado 'estilo reyes católicos'. José María de Azcarate propuso el
término de 'estilo hispano-flamenco', aludiendo al factor decorativo morisco y a
la influencia de los arquitectos de Flandes que vinieron a España durante esa
época, aunque este término no tuvo buena aceptación.

• En Portugal esta época coincide con el reinado de Manuel I (1490-1520), que


será el gran impulsor de la economía portuguesa, que se convierte en una
potencia naval. Se cita entonces el 'estilo manuelino' para denominar las
creaciones del gótico portugués, un estilo mucho más recargado que el reyes
católicos, y con decoraciones con motivos vegetales y maríticos.

Como se puede apreciar, todos los términos hacen referencia a la decoración como
elemento diferenciador de los estilos.

Contenido
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• 1 Elementos formales
o 1.1 Bóveda
 1.1.1 La bóveda de abanico
o 1.2 Pilar
o 1.3 Arco
o 1.4 Planta
o 1.5 Torres, chapiteles y agujas
• 2 Finalización de proyectos

• 3 Véase también

[editar] Elementos formales


La decoración se centra ahora en las tracerías, que decoran los muros con redes
vegetales. Las ventanas se cierran con tracerías cada vez más complicadas, como
auténticos tapices, dando el aspecto de una obra de orfebrería. Se usan muchos más
materiales que sólo la piedra, materiales que fingen ser otros, como yesos, maderas,
estucos, etc., que son más baratos y más ligeros, a la hora de ser colocados, por ejemplo,
como remates en las claves de las bóvedas.

[editar] Bóveda

Bóvedas de abanico en la abadía de Bath restauradas).

Las bóvedas resultan ser los únicos elementos que muestran carácter novedoso, aunque
éstas novedades resultan ser más decorativas que realmente estructurales. Las bóvedas
de los primero tiempos del gótico fueron sexpartitas, a las que siguieron las
cuatripartias. Desde mediados del Siglo XIV los arquitectos experimentaron nuevas
soluciones, aumentando el número de nervios secundarios, dando lugar a bóvedas
mucho más decorativas, como las de tercelete, las de nervios combados, etc., pero
siendo todas variaciones de la bóveda de crucería, de formas estrelladas.

[editar] La bóveda de abanico

Mientras en el resto de Europa se experimenta con la bóveda de forma estrellada, antes


mencionada, en Inglaterra aparece ahora la bóveda de abanico, propia del Siglo XV
inglés. Siguen las mismas pautas estructurales de las bóvedas europeas, pero son mucho
más decorativas. Se componen de un taco de carga, que actúa como capitel, un conoide,
que es el que distribuye las cargas, y un plafón, por donde los nervios proliferan,
creando redes decorativas. En la existencia de las bóvedas de abanico se distinguen tres
fases:

• La primera, se da desde finales del siglo XIV hasta 1420, y se limita a espacios
pequeños. Surgen en el condado de Gloucester, en el claustro de su catedral.
• El segundo período iría de 1420 a 1475, un período de crisis económica en
Inglaterra, en el que las bóvedas se extienden, pero sin evolucionar.
• El último periodo, de 1475 a 1540, que será su período de esplendor. Son
promovidas por los mecenas de la época, para las grandes arquitecturas que se
construyen en el momento, como un elemento de lujo decorativo, y que está
ligado a los lugares más dignos, más santos, especialmente a las capillas
funerarias. El mayor ejemplo de bóveda de abanico será la bóveda del King's
College de Cambridge, con 12 metros de luz. Las bóvedas de abanico se sitúan
dentro de ese concepto del estilo perpendicular, que propone una decoración en
forma de malla, de paneles que recubren todo el interior del edificio.

Las primeras experiencias se hicieron totalmente en piedra, pero el resultado era muy
pesado, y muchas de esas primeras bóvedas se cayeron, por lo que las posteriores se
hacían a base de paneles de madera y yeso, mucho más ligeros, e incluso se colocaban
elementos de quita y pon, como remates decorativos en las claves, o elementos que
colgaban.

[editar] Pilar

El pilar también será un elemento que evolucione durante este período, hacia unas
formas más verticales, como un auténtico haz de columnas, con pilastras adosadas
convertidas en baquetones, muy adelgazados y estilizados, que harán del pilar
fasciculado, el resultante, el más usado durante el siglo XV. El pilar helicoidal también
se usará en las salas capitulares de monasterios, y en habitaciones de planta
centralizada. El pilar pierde el capitel con formas arcaicas, y se convierte en una línea
de imposta de presencia testimonial.

[editar] Arco

Los arcos también evolucionan, siempre de manera decorativa. Se abandona casi en su


totalidad el uso de los arcos de medio punto, y se potencian los usos de los arcos más
decorativos, el conopial, el ojival, el polilobulado, el carpanel, etc.. Como elementos
decorativos surgen los pináculos, que se colocan casi en cualquier lugar, y, si son más
grandes, pasan a ser tabernáculos. Las frondas, redes decorativas de elementos vegetales
son también otro elemento muy típico del siglo XV, junto con los gabletes, un elemento
decorativo para ensalzar el arco.

[editar] Planta

En cuanto a las plantas, no aparecen nuevas tipologías, sólo se potencian tipologías


existentes, como la hallenkirche (planta de salón), planta que será muy útil, ya que deja
espacio entre los contrafuertes para las capillas funerarias, y será muy usada en las
plantas monacales, porque da cabida a más fieles. La cabecera se convierte en la zona
más importante del templo, en esta época se tiran muchas cabeceras anteriores y se
reconstruyen, quedando como resultado iglesias macrocéfalas. En iglesias con recursos
más limitados se hacen cabeceras a base de formas poligonales, polilobuladas, pero de
manera mucho más sencilla, sin girola.

Nace también ahora una nueva organización del espacio interior. El gótico moderno se
había caracterizado por las teorías de la mística de la luz, que pierden su influencia
radicalmente en este período. Se empiezan a hacer cabeceras más oscuras, se cubren las
ventanas, todo por el nacimiento de los retablos, al principio de forma tímida, pero poco
a poco irán convirtiéndose en el lugar para el adoctrinamiento de los fieles, llegando a
tener formas monumentales e imbricarse con la arquitectura, creando híbridos entre
arquitectura y escultura. Son el lugar para la colocación de la iconografía, cuando antes
se limitaba a los grupos escultóricos en las fachadas. La luz pasa a un segundo plano, y
aparecerán espacios delante de los retablos para poder ser contemplados, así como crece
la importancia de ver al sacerdote gesticular mientras se dirige a los fieles, por lo que el
altar y los púlpitos se elevan sobre la nave, todo por influencia de las herejías religiosas
que tanto furor causaron en esa época. De esta forma, se podía controlar mejor a los
fieles.

[editar] Torres, chapiteles y agujas

Las agujas y las torres se popularizan durante este período, y muchos edificios ya
terminados añaden éstos elementos, para ensalzar y dar empaque, para 'vestir a la moda'
el templo. Los cuadernos de dibujos fueron los que difundieron estas ideas; sobre
fachadas de origen francés se añaden pináculos y agujas, propios de la arquitectura
nórdica. (Aparición del Libro de los pináculos) Hay distintos tipos, que se construyen
sobre base octogonal o cuadrada; poseen ventanas muy caladas, para dar iluminación, y
rematan con formas vegetales. Ejemplos en las catedrales de Friburgo y Estrasburgo con
remates calados, con tracerías.

Imagen de la Catedral de Burgos.

En España éstas formas se introducen primero en los remates de la Catedral de Burgos.


El obispo de Burgos, Alonso de Cartagena había viajado por el norte de Europa y había
visto las torres caladas en las iglesias y catedrales del Norte, por lo que llamará a Juan
de Colonia en 1442 para rematar las torres, con un elemento que se superpone a la obra
anterior, y que será imitado posteriormente en las catedrales de León, Oviedo, Toledo,
etc. e influirá en las que se construyen en esa época, como la de Astorga. Son torres de
base octogonal, y de 30 metros de altura, estuvieron rematadas por esculturas de San
Pedro y San Pablo, que fueron retiradas en el siglo XVIII.

[editar] Finalización de proyectos


En este período se finalizan muchos de los proyectos que se habían dejado inconclusos,
aunque el leit motiv serán las capillas funerarias. De todas formas, también ser harán
proyectos nuevos, muy vanguardistas, como las catedrales de Milán o Toledo, que serán
una síntesis de todas las ideas del período.

El siglo XIV había sido un siglo de crisis, pero el siglo XV tanto la economía como la
demografía volvieron a crecer, volviendo los pueblos a tener dinero para terminar las
obras artísticas que habían dejado inconclusas. Se terminarán en esta época fachadas de
los pies, fachadas del crucero, etc., usando los elementos decorativos antes
mencionados.

Francia va a perder durante este período el papel preponderante, en favor de España y


los Países Bajos. Se termina la fachada de la Catedral de Saint-Gathien de Tours, que
había sido iniciada en el siglo XIII. No es ninguna innovación, será un fachada de tres
calles con dos torres, una idea que ya provenía del westwerk carolingio. La decoración
se vuelve casi una labor de orfebre. Importancia de los gabletes, elemento triangular que
se superpone al arco, enmarcándolo; el uso de tabernáculos y pináculos. El espacio
dedicado anteriormente al programa iconográfico desaparece casi, dedicándose a las
arquivoltas. En los tímpanos aparecen motivos vegetales y tracerías, ya no hay un grupo
escultórico. En el cuerpo central, un gran rosetón de tracería, que se oculta en parte por
los pináculos y los gabletes.

Otra fachada que se remata ahora es la fachada de la Catedral de Saint-Etienne de


Toul, siguiendo un esquema parecido al de Tours, en tres calles, y con muchos
elementos flamígeros decorativos.

En torno a París surge en sl siglo XV la saga de los hermanos Chambiges, una familia
de arquitectos que trabajará en la zona de la Ille-de-France, y participaron en la
construcción de numerosas fachadas de catedrales de la zona. Un ejemplo es la fachada
del transepto de la Catedral de Saint-Étienne de Sens, terminada en el siglo XV,
aunque empezada en el XIII. El muro se perfora casi totalmente con un gran rosetón de
tracerías, del gótico radiante, Se disponen contrafuertes prismáticos. La facha de la
Iglesia de Saint-Maclou de Ruán por su parte, se escapa al planteamiento de fachada
armónica de tres calles y dos torres, y se sitúa más cercana al concepto del 'gótico
barroco' del que ya hemos hablado. Tiene cinco vanos, y pilares adelantados, formando
un pórtico semicircular. Todo es decoración, a base de gabletes y pináculos.

Las formas del gótico flamígero se introducen en España empezando por el Reino de
Aragón, posteriormente pasando a Castilla, con Burgos como el primer ejemplo. El
estilo se introduce por los nuevos arquitectos que son traídos desde Europa por los
obispos y reyes. Hay dos generaciones, la de los arquitectos foráneos que llegan a la
península ibérica, con formación francesa, como Guillen Sagrera, Jusquin de Utrecht o
Hannequin de Bruselas. La segunda generación serán los hijos de estos arquitectos, ya
nacidos en tierras hispanas, pero de formación europea, por ejemplo Juan Guas o los
hermanos Egas.

[editar] La arquitectura gótica en Europa


La difusión de la arquitectura gótica fue muy amplia desde su nacimiento en Francia
alcanzó plenamente a Inglaterra, España, Italia y Alemania y con ella todo el Sacro
Imperio Germánico, uno de los grandes elementos que contribuyó a su difusión fue la
expansión de la orden de Cluny. Alcanzó puntos tan lejanos como los países nórdico
europeos y lugares del oriente mediterráneo como Rodas, Chipre y Siria donde arribaría
de la mano de los cruzados. Al comenzar el siglo XIII el estilo gótico, denominado en
este periodo, gótico clásico, llega a su perfección en las regiones de Normandía y la isla
de Francia, territorio de dominio real de los alrededores de París. Desde allí se extendió
a todo el resto de Francia. Se difundió durante el siglo XIII al Sacro Imperio
Germánico, Inglaterra, España e Italia, llevado sobre todo por los monjes del Císter y
llegó a alcanzar las islas de Rodas y Chipre y Siria transmitidos por las Cruzadas.

• Para un listado de los principales edificios góticos en Europa, véase


Anexo:Arquitectura gótica

[editar] Gótico francés

Francia supone el punto de origen del estilo gótico y el lugar desde donde se fue
creando esta arquitectura para difundirse por toda Europa.

• Gótico preclásico, gótico inicial, gótico primitivo o primer gótico; los primeros
templos construidos son la abadía de Saint Denis en 1144 y la catedral de Sens
en 1140. Destaca la Catedral de Nuestra Señora de París.
• Gótico clásico, también denominado alto gótico (1190–1240), en este periodo
desaparecen los últimos vestigios del estilo románico, los templos presentan tres
pisos, arcadas, triforio y claristorio. Buen ejemplo de este periodo es la catedral
de Chartres, que sirvió de modelo para otras grandes catedrales de la época
como la Catedral de Soissons y la de Reims.
• Gótico radiante (rayonnant) (1240–1350), llamado así por el diseño de grandes
rosetones, que constituyen una de sus principales características. Estas ventanas
forman parte de la evolución del tamaño de los vanos en general, su tracería y el
papel que tuvieron en la articulación de los edificios. La tracería cobra una
creciente importancia y pone de manifiesto un cambio de puntos de interés.
Puede destacarse dentro de la evolución de este estilo la Sainte Chapelle, en
París, considerada como una de las joyas del arte gótico
• Gótico flamígero (flamboyant) (desde 1350).

Notre Dame de ParísSaint Chapelle de ParísCatedral de ChartresCatedral de Amiens

[editar] Gótico inglés

La arquitectura gótica inglesa sigue una evolución independiente del resto del
continente. A finales del siglo XII comienza a sustituir al estilo normando reinante
(denominación que recibe en este país el estilo románico) y se prolongará hasta más de
un siglo después de que en Florencia se introdujera el estilo renacentista a principios del
siglo XVI. Los historiadores del arte han dividido tradicionalmente el gótico inglés en
tres periodos:

• Primer gótico inglés o gótico primitivo (Early English) constituye la primera


fase, que se inicia con el coro de la catedral de Canterbury, construida conforme
al modelo francés. En 1192 se empieza a construir la catedral de Lincoln, los
trabajos se prolongarán durante todo el siglo XIII. El más puro gótico inglés de
esta época lo representa la catedral de Salisbury que es ejecutada de un tirón. El
estilo es más horizontal que en Francia y se desarrolla un tipo de fachada,
denominada de pantalla, la fachada surge como una pantalla con una reducida
puerta de acceso y numerosas arquerías ornamentadas con estatuas, que cubren
toda la superficie, incluidas las torres, las naves se alargan. La abadía de
Westminster, comenzada en 1245 es influenciada por el estilo francés.
• Gótico curvilíneo o decorado (Decorated Style), abarca el periodo comprendido
entre finales del siglo XIII y la mitad del siglo XIV. Característico de este
periodo son las ventanas con tracería y también se construyen salas capitulares
de forma poligonal.
• Gótico perpendicular (Perpendicular Style): se desarrolla a partir de la mitad del
siglo XIV y corresponde a la fase del gótico más tardío que se va a caracterizar
por las bóvedas de abanico, el uso de moldura verticales en los muros y tracerías
y la generaliza del arco llamado Tudor. Las obras más representativas se
encuentran en las universidades de Oxford y Cambridge, destacan el King's
College, Cambridge, que se comenzó a construir en 1443, la iglesia de San Jorge
en Windsor y la de Enrique VII, en la abadía de Westminster. Existe también un
gran desarrollo de la arquitectura civil.

Catedral de Capilla de San Jorge del


Catedral de Entrada norte de la Castillo de Windsor
Canterbury Salisbury Abadía de
Westminster

[editar] España y Portugal

Artículo principal: Arquitectura gótica en España

La arquitectura gótica se introdujo en España a través de los monasterios de la Orden


del Císter y alcanzó una amplia difusión en todo el país. El estilo de transición desde el
románico se plasma en las catedrales de Tarragona, Lérida y Ávila. En el siglo XIII, de
máximo apogeo del gótico, se construyen las manifestaciones más puras de este estilo
como son las catedrales de Burgos, León y Toledo.En la Meseta están presentes dos
influencias, la borgoñona, en el Reino de León, debido al origen de la dinastía leonesa;
y la inglesa, en el Reino de Castilla, llegada a través de la alianza matrimonial de los
reyes castellanos con la Casa de Lancaster. El siglo XIV supone el esplendor del gótico
en la zona de Cataluña, Valencia y Mallorca, son construcciones de exteriores sobrios y
macizos, las iglesias presentan la denominada planta de salón, con naves laterales de la
misma altura que la central, y ausencia de contrafuertes, con escasa decoración
escultórica, caracterizado por la influencia de las iglesias del sur de Francia y la casi
nula aportación del arte mudejar. A este estilo se le llama Gótico Catalán y se le suele
diferenciar del resto por sus grandes diferencias. Sus mejores ejemplos son las
catedrales de Barcelona, comenzada a construir en 1298, la Gerona comenzada a
construir en 1317, y la Palma de Mallorca que dispone de tres naves sin girola y fue
consagrada en 1346, y también numerosas construcciones civiles.

Durante los siglos XV y XVI, mientras en Italia crecía con fuerza el Renacimiento, la
actividad constructiva del gótico es abrumadora en España, surgen numerosos edificios
de grandes proporciones, caracterizados por la sencillez de la construcción y la
complicación ornamental. Se erigen las grandes catedrales de Sevilla, Segovia y
Salamanca.

• Véanse también: Gótico manuelino, Gótico isabelino y Gótico Catalán

Manuelino
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El estilo manuelino, es un estilo arquitectónico portugués que se desarrolló en el


reinado de Manuel I de Portugal (1495-1521) y prosiguió después de su muerte, aunque
ya existiera desde el reinado de Juan II. Es una variación portuguesa del estilo gótico
final, así como del arte luso-morisco o mudéjar, marcado por una sistematización de
motivos iconográficos propios, de gran porte, simbolizando el poder regio. Incorporó,
más tarde, ornamentaciones del Renacimiento italiano. El término "Manuelino" fue
creado por Francisco Adolfo Varnhagen en su Notícia Histórica e Descriptiva do
Mosteiro de Belém de 1842.

El Estilo se desarrolló en una época propicia de la economía portuguesa y dejó marcas


en todo el territorio nacional.

El Monasterio de los Torre de Belém en


Jerónimos, en Lisboa, es Iglesia Matriz de la Lisboa.
La ventana del
uno de los legados más Golegã, cuyo portal Capítulo del
exuberantes de este estilo. es uno de los más Convento de Cristo,
característicos del en Tomar es una de
manuelino. las más referidas
obras en este estilo.
Contenido
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• 1 Características principales
• 2 Motivos ornamentales
• 3 El Rey
• 4 Principales autores
• 5 Obras principales
• 6 Véase también

• 7 Enlaces externos

[editar] Características principales


Esta tendencia artística era conocida, en la época, como la variante portuguesa de la
arquitectura ad modum Yspaniae (al modo hispánico) que, por su parte, estaba incluida
en la corriente arquitectónica "al moderno" - expresión utilizada para el Gótico tardío
donde también había la variante, por ejemplo, del modo tudesco o alemán en la
entonces nueva arquitectura nórdica. Esta corriente se oponía a la arquitectura al modo
antiguo o al romano.

El estilo manuelino alcanza su fase de mayor madurez a partir de la segunda década de


reinado de D. Manuel. Los escultores y arquitectos de Portugal definieron, en este
contexto, un estilo de una originalidad vigorosa que aún hoy destaca de entre todo el
patrimonio artístico portugués.

Bóveda dos nós, en la Catedral de Viseu, de João de Castilho.

Los motivos ornamentales que caracterizan este estilo son de una riqueza impresionante
y, al contrario de lo que se suele decir, no es caracterizada sólo por los motivos
marítimos, inspirados en la Era de los Descubrimientos, sino también por un conjunto
de símbolos de orden diversa donde, eventualmente, se encuentran elementos de tipo
marinero. La idea de que los motivos ornamentales se conectaban al mar se debe a
Edgar Quinet, en 1857, y se hizo un lugar común.

En lo que concierne a la arquitectura propiamente dicha, el estilo Manuelino no


enmascara la estructura de los edificios al mantenerlos libres de ornamentación
innecesaria: las paredes exteriores e interiores son generalmente desnudas,
concentrándose la decoración en determinados elementos estructurales, como ventanas,
portadas, arcos de triunfo, techos, bóvedas, pilares y columnas, arcos, nervaduras, rizos,
cornisas, óculos y contrafuertes, además de túmulos, fuentes, crucero, etc. A pesar de
ser esencialmente ornamental, el Manuelino se caracteriza también por la aplicación de
determinadas fórmulas técnicas en alturas, como las bóvedas polinervadas a partir de
ménsulas.

[editar] Motivos ornamentales


La característica dominante del Manuelino es la exuberância de formas y una fuerte
interpretación naturalista-simbólica de temas originales, eruditos o tradicionales. El
conjunto decorativo de un elemento escultórico manuelino se presenta casi siempre
como un discurso de piedra, donde diversos elementos y referencias se cruzan
(pansemiosis - o "todos los significados"), como el cabalismo cristiano, la alquimia, la
tradición popular, etc. El contexto puede ser tanto moralizante, como alegórico, jocoso
(cuando se apunta el dedo a los defectos humanos o la pormenores obscenos, como en
la referencia al sexo oral, en una gárgola exterior a la "Torre de la Colegiata de la
Oliveira" (Olivo), en Guimarães), esotérico o simplemente, propagandístico en relación
al poder imperial de D. Manuel I. Nótese que esta simbología está también muy
conectada a la heráldica.

Dragón devorando la
Granadas, símbolo de Caracol esculpido en el
Esfera armilar como propia cola, en una
fertilidad, en la puerta lateral portal de las Capelas
elemento ornamental, referencia a la desmesura,
de la Iglesia Matriz de la Imperfeitas, en el
en el Claustro de Juan I, al salvajismo, a la
Golegã Monasterio de la Batalha
en el Monasterio de la autodestrucción...
Batalla

Capitel, en el claustro
de Juan I, en el Detalle de la torre de la
Monasterio de la Colegiata de la Oliveira
Batalha, donde es (Olivo), en Guimarães, Ventana en Tomar con
visible uno de los dos donde a las cuerdas motivos de cuerdas y
motivos emblemáticos esculpidas se asocia una nudos
del estilo manuelino, la gárgola representando el
Cruz de la Orden de acto del sexo oral
Cristo.
Los motivos más importantes de la arquitectura manuelina son:

• Símbolos nacionales:
o La esfera armilar ("la esfera de los matemáticos" conferida como divisa
por Juan II de Portugal a su yerno, Manuel I de Portugal, que, habiendo
escrito en el meridiano "Spera Mundi" - Esfera del Mundo - fue, más
tarde, interpretada como señal de un designio divino para el reinado de
D. Manuel que se presenta en los motivos artísticos del estilo como
"Esperanza del Mundo", como también podría ser interpretada la
expresión ahí inscrita)
o La Cruz de la Orden de Cristo;
o Escudo nacional;
• Elementos naturalistas:
o Corales;
o Algas;
o Árboles secos. Aparecen también en el gótico final de Europa Central,
usándose el término "astwerk" para describir su utilización - son, por lo
tanto, un elemento característico del tardo-gótico y remiten para la
estética franciscana, de cariz marcadamente naturalista y austera. Por
otro lado, es un elemento que fue utilizado por los detractores del gótico
que consideraban el estilo bárbaro y primitivo - estéril como un árbol
seco. Sus raíces y troncos nudosos tienen presencia notable en el
Monasterio de Alcobaça, en la ventana del Capítulo de Tomar, sobre el
busto del fundador; en Vilar de Frades o en el Pazo de Sintra.
o Alcachofas (símbolo de la regeneración y de la resurrección - siendo por
eso quemada en la fiesta de San Juan, esperando que vuelva la
reverdecer);
o Hojas de laurel, como en el Claustro de Juan I, en el Monasterio de la
Batalla;
o Granadas (como en las puertas laterales de la Iglesia Matriz de Golegã -
símbolo de fertilidad, por la cantidad extraordinaria de semillas que
contienen)
o Hojas de hiedra;
o Piñas (fertilidad y/o inmortalidad - a veces interpretadas como espigas de
mijo o mazorcas) - son visibles, por ejemplo, sobre el portal de la Matriz
de la Golegã;
o Caracoles o conchas de nautilus (como en la Iglesia de la Vestiaria, en
Alcobaza; o en la entrada de las Capelas Imperfeitas, en el Monasterio de
la Batalla, simbolizando, tal vez, la lentitud de los trabajos);
o Animales varios
o Putti (niños)
• Elementos fantásticos:
o Ouroboros (la serpiente que muerde su propia cola: símbolo del
Universo: la unión del principio y del fin)
o Sirenas (motivo del arte profano, tal vez fueran una referencia a varias
palabras semejantes -en portugués sereia- y al simbolismo asociado:
serão, o la hora a que se realizaba el ciclo productivo del cardado de la
lana ; serenata, ritual de cortejo conectado al pecado de la carne, tal
como en serrallo, etc);
o Monstruos (principalmente las gárgolas, pero también otros, como
dragones y animales de boca abierta, devorando su propio cuerpo)
o Orejudos (cabezas con orejas descomunalmente grandes, como en el
sillón de Santa Cruz de Coimbra);
o Animales realizando acciones humanas, en una perspectiva carnavalesca,
como tocar instrumentos musicales.
• Simbolismo cristiano:
o Ramos de uvas y sarmientos (relacionado con la "Viña del Señor" y con
a Eucaristía), como en Luz de Tavira;
o Agnus Dei
o Querubines
• Otros motivos:
o Las cuerdas y cabos entrelazados, haciendo muchas veces nudos, como
en la Catedral de Viseu, en la Torre de Belém o en la Casa de los
Alpoins, en Coímbra.
o Redes;
o Cinturones con grandes hebillas, como en el Coro del Convento de
Cristo, en Tomar;
o Medias esferas, como en la Iglesia de la Concepción, en Beja;
o Pináculos cónicos con capullos de formas diversas;
o Columnas salomónicas (como en el portal de la Iglesia Matriz de la
Golegã o en la Sé de la Guardia)
o Corrientes, como en la arquivolta del portal principal de la Casa de Sub-
Ripas, en Coimbra;
o Bustos de personajes históricos;
o Cabezas de infantes (niños)
o Filigranas, semejantes a los de las platas españolas, sus contemporáneas
(ver Plateresco).
o Referencias a la cestería;

Nótese que estos mismos motivos aparecen también en otras construcciones, como
picotas, túmulos o incluso en otras piezas artísticas, como la joyería.

[editar] El Rey
Interior de la Iglesia de los Jerónimos.

El "discurso" artístico presente en el estilo manuelino, aunque su origen sea anterior al


reinado de D. Manuel, tuvo una influencia considerable de la propia personalidad del
monarca, de sus aspiraciones en el contexto mundial y en especial el proyecto de una
cruzada que unificaría el mundo cristiano de Occidente con el mítico reino Cristiano
oriental del Preste Juan, haciéndolo el "Rey de los Mares" (y fue, de hecho, así
designado por diversos autores extranjeros).

El estilo manuelino transmite en gran medida estas aspiraciones mesiánicas de un rey


cuyo ascenso al poder fue, como mínimo, insólita, tras la muerte de varios otros
herederos directos al trono (como el príncipe D. Afonso y su hermano, D. Diego,
asesinado). Varias fueron las "señales" que indicaban que este rey fuera el "Escogido"
por Dios para grandes hechos: desde la interpretación dada a la expresión "Spera
Mundi", en la esfera armilar, hasta la interpretación de su propio nombre, Emanuel
("Dios con nosotros", en hebreo), nombre que le puso su madre al nacer, después de un
parto difícil, largo y doloroso que sólo terminó cuando la procesión del Corpus Cristi
pasaba por la calle.

La propia concepción política de este rey, influenciada por su perceptor Diogo Rebelo y
por el joaquinismo lo haría creer que estaba destinado a fundar el Quinto Imperio de la
Profecía de Daniel. Estas referencias mesiánicas y apocalípticas están también presentes
en la pintura (como en los frescos de las "Casas Pintadas", en Évora y en la "Aparición
de Cristo a la Virgen" de Jorge Afonso). Un ejemplo claro aparece también en la
representación del rey y de la reina D. Maria, en primer plano, en el cuadro "Fons
Vitae", perteneciente a la Misericórdia de Oporto, de Colijn de Coter, en una escena de
la crucifixión donde la sangre de Cristo fluye dentro de un gigantesco Grial.

[editar] Principales autores

Detalle del portal de las Capelas Imperfeitas, de Mateus Fernandes.

En el norte de Portugal, los principales autores de este estilo, provenientes de Galicia o


de Vizcaya, fueron Tomé de Tolosa, Francisco Fial y Pero Gallego, que participaron en
la creación de la Iglesia Matriz de Camina, así como João de Vargas y João de
Parmenes, que trabajaron conjuntamente con el portugués João Lopes en la Catedral de
Lamego. El cántabro João de Castilho, responsable del nártex y del ábside la Catedral
de Braga, también dejó su marca en el Monasterio de los Jerónimos. En los Jerónimos
destaca la figura de Diogo Boitaca, creador del monasterio de Jesús de Setúbal. Además
de Boitaca, el centro de Portugal cuenta también con la obra notable de Mateus
Fernandes, bien representada en el portal de las Capelas Imperfeitas, en el Monasterio
de la Batalla.

Se habla aún de un "Manuelino de segunda generación", después del empeoramiento


económico en Portugal, a consecuencia de los Descubrimientos. Castilho, Boitaca y los
hermanos Francisco y Diogo de Arruda, que diseñaron la Torre de Belém, son sus
principales representantes. También hay que nombrar a Manuel Pires, João Favacho,
Pêro y Filipe Rodrigues, Álvaro Rodrigues, André Pires, João Días, Diogo Pires, el
Moço, entre otros.

[editar] Obras principales

Columnas entrelazadas, típicas del Manuelino, en la Catedral de Guarda.

Entre las obras más notables del manuelino, hay que señalar:

• En el norte de Portugal, donde está presente desde el inicio del siglo XVI y
donde son características dominantes la decoración al estilo del gótico flamígero
y las iglesias divididas en tres naves. Los autores eran, generalmente, de origen
español (gallegos, cántabros y vizcaínos):
o La iglesia matriz de Vila do Conde;
o Crucero de Cartaxo;
o La iglesia matriz de Caminha;
o La iglesia matriz de Freixo de Espada en Cinta;
o El Monasterio de Leça do Balio (pila bautismal);
o Pelourinho (picota) de Arcos de Valdevez;
• En el centro de Portugal:
o El Convento de Cristo, donde sobresale la magnífica ventana del
Capítulo;
o El Monasterio de los Jerónimos de Belém;
o Determinadas partes del Monasterio de Santa Maria de la Victória (o
Monasterio de Batalha);
o La iglesia matriz de Golegã;
o La iglesia del Monasterio de la Santa Cruz de Coímbra; (túmulos, iglesia,
claustro);
o El Convento de Jesús en Setúbal;
o La Sala de los Escudos en el Palacio Real de Sintra;
o La Torre de Belém;
o El arco triunfal de la Iglesia de Nuestra Señora del Pueblo en Caldas da
Rainha;
o La Catedral Nueva de Coímbra, (pila bautismal);
• En el sur:
o La iglesia matriz de Monchique, una de las más características de la
variante local del estilo
o La iglesia matriz de Odiáxere, característica del llamado Manuelino de
Lagos.
o La Igreja de la Misericórdia de Loulé;
• El estilo también está presente fuera de Portugal continental:
o En las regiones autónomas:
 Catedral de Funchal
 La iglesia matriz de Ponta Delgada
o En Marruecos:
 Safim
 Mazagán (El Jadida)
o India:
 Iglesia del Priorato de Rosário
 Iglesia de San Francisco
o En México:
 Iglesia de la Concepción de Texcoco.
o En Rusia
 Palacio de Morozov.
o En España el arte manuelino influenció sobre todo a las poblaciones
fronterizas como Almonaster la Real y naturalmente las iglesias de
Olivenza, que en esa época estaba en manos de Portugal.

Gótico isabelino
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Iglesia de Santa María (Aranda de Duero).


Iglesia del Convento de San Pablo. Valladolid, España.

Gótico isabelino, también llamado estilo Reyes Católicos y gótico hispano-flamenco,


es un estilo gótico en transición al renacimiento que se desarrolla especialmente en la
Corona de Castilla durante el reinado de los Reyes Católicos, con características propias
y originales en momentos que todavía aparece el gótico tardío.

Véase también: Plateresco

El estilo isabelino introduce varios elementos decorativos más que estructurales, de la


tradición castellana y algunos ornamentos de influencia islámica y otros procedentes de
Flandes, típicamente las formas flamígeras. Muchos de los edificios que se construyeron
en este estilo fueron encargos de los Reyes Católicos o bien estuvieron de algún modo
patrocinados por ellos. Paralelamente se desarrolla en Portugal un arte muy similar
denominado manuelino. Como característica más evidente está el predominio de los
motivos heráldicos y epigráficos y sobre todo los símbolos del yugo y las flechas y la
granada, que hacen referencia a los monarcas. También es característico de este periodo
la ornamentación con bolas de muchos de los edificios.

Cuando llega el clasicismo, en España apenas queda una herencia de edificios de la


antigüedad clásica, de modo que los españoles no abrazan entusiastas el nuevo estilo,
considerado como puro Renacimiento por los italianos, que por otro lado edificaron
muy pocos ejemplos del estilo gótico.

Independientemente de las características ambientales de los interiores, el gótico


proporciona unos sistemas estructurales de probada eficacia. Y precisamente el estilo
gótico había sufrido en la Península una serie de modificaciones debidas a la tradición
local: ventanas mucho más pequeñas de las que permite el sistema constructivo y
pendientes de cubierta mucho menos pronunciadas, y también cubiertas planas, lo que
hizo un estilo realmente original, pero que aprovechaba eficientemente el sistema
constructivo gótico. Por otro lado, muy probablemente los arquitectos españoles
habituados al gótico, considerasen con cierto desprecio los tirantes metálicos vistos que
los arquitectos italianos se veían obligados a poner en los arcos para resistir los empujes
horizontales, cuando en el sistema constructivo "gótico" había métodos que evitaban la
"trampa".

A partir de la herencia gótica se empieza a gestar un estilo propio en el que se incluyen


elementos más modernos. Quizá el ejemplo más representativo de este estilo sea el
Monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo, en que la idea gótica está más en el
sistema constructivo que en la concepción del espacio interior, que poca relación tiene
con el gótico original francés.

Por ello en la Península, cuya tradición de arquitectura clásica está temporalmente muy
alejada, (tras los siglos de dominación musulmana) prefiere, por tradición propia, por
racionalidad constructiva, el sistema gótico, que en el tiempo va evolucionando en la
decoración de los edificios, correspondiendo con la riqueza general del país en el
momento, hacia un recargamiento, lo que se ha dado en llamar plateresco, mientras se
mantienen íntactos varios elementos del gótico, especialmente el modo de llevar las
cargas de las bóvedas a los pilares (no a los muros, como en el románico),
apuntalándolos con los arbotantes, con sus chapiteles y, muchas veces, los arcos
apuntados.

Desde un punto de vista conceptual, no se debe definir un estilo por su sistema


constructivo, sino por su concepción del espacio arquitectónico y éste, en la península,
fue un estilo original y propio. Por todo ello este estilo debería llamarse plateresco más
que un gótico tardío o isabelino.

Gótico catalán
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El Gótico Catalán es un estilo artístico, con características propias especialmente en el


ámbito de la arquitectura, que se dio en la Corona de Aragón entre los siglos XIII y XV;
es decir, al final de la Europa gótica, de la que obtiene su nombre, y al principio de la
renacentista. El nombre "Gótico Catalán" queda acotado especialmente a Barcelona y su
área de influencia (antigua Comarca de Barcelona), con lo que acoge características
propias.

A pesar de su nombre, el Gótico Catalán difiere de los Góticos de otras partes de


Europa. En arquitectura, por ejemplo, no busca la altura desmesurada, no destaca en sus
arbotantes y sí por su gran sobriedad decorativa.

Contenido
[ocultar]

• 1 Contexto histórico
• 2 Contexto artístico
• 3 Características arquitectónicas
• 4 Tipologías
o 4.1 Iglesia
o 4.2 Palacio
• 5 Ejemplos

• 6 Enlaces externos

[editar] Contexto histórico

Fachada lateral de la iglesia del monasterio de Pedralbes.

El estilo comienza a causa de la riqueza que genera la expansión de la Corona de


Aragón, primero al Languedoc y después a través del Mediterráneo hasta Sicilia, el
Reino de Nápoles y el Ducado de Atenas. La sociedad de la época demanda una
renovación de los viejos edificios románicos, así como nuevos edificios públicos para
nuevas instituciones y servicios. Su culmen llega en el siglo XV, a pesar de que los
Reyes Católicos ya ha unido las coronas de Castilla y Aragón en detrimento de la
segunda, a la que se privó inicialmente de comerciar con América si no era a través del
puerto de Sevilla.

[editar] Contexto artístico


Se habla de "estilo gótico" y "ciudad gótica" en relación al período temporal. Sin
embargo no debe confundirse este estilo con el Gótico francés, español, alemán u otro,
pues aunque presenta rasgos similares en cuanto a que en su momento fueron las
últimas tecnologías disponibles (arco apuntado, rosetón, arbotantes), son muchas las
diferencias.

Así, el Gótico Catalán no busca una altura inmensa, sino que tiende a igualar las
dimensiones del ancho y el alto, utiliza cubiertas casi planas frente a las inclinadas
altísimas tan características del centro y norte de Europa; así mismo no cuenta con
grandes huecos porque la luz mediterránea es mucho más potente que la del resto de
Europa, ni con arbotantes inmensos, pues sus naves son casi iguales en altura; no decora
sus pilares con motivos figurativos ni destaca por lo complicado de sus bóvedas.

[editar] Características arquitectónicas


• Tendencia a la isotropía dimensional, tanto en la relación ancho-alto como entre
el ancho entre naves de un mismo espacio.
• Huecos pequeños y altos para regular la luz intensa del litoral mediterráneo.
• Volúmenes a base de prismas puros y lisos.
• Ausencia de la decoración, excepto para remarcar los principales elementos
constructivas, tales como arcos y claves de bóvedas.
• Tendencia a la horizontalidad de las cubiertas, construidas a veces a la catalana,
que no sobresalían de las líneas de cornisa y eran transitables.
• Contrafuertes potentes, que en las iglesias solían dividir en planta las diferentes
capillas.
• Arbotantes pequeños, ya que la diferencia entre naves era mucho menor que en
otros Góticos, permitiendo que éstos apenas se destacasen.
• Pilares esbeltos y geométricamente puros, sin figuraciones de columnillas o de
otro tipo.
• Uso de arcos diafragmáticos, que permitían estructuras en pantalla con cubiertas
de madera, sin necesidad de construir bóvedas.
• Aparición de "falsos" transeptos o inexistencia de éstos en las iglesias.

[editar] Tipologías
[editar] Iglesia

Los templos tienden a la unificación espacial, lo que se consigue mediante dos métodos:
o bien con pilares esbeltos y finos lo bastante separados como para no interrumpir la
visión de cualquiera de las naves, cuando éstas sean tres, o construyéndolos con una
sola nave de mucha luz. Las torres, normalmente una o dos, destacan por ser prismas
lisos de sección poligonal (6 lados, 8 lados), y no existen los transeptos como tales; cosa
diferente son las iglesias de base templaria, que utilizan plantas en cruz griega.

Los contrafuertes crean dos efectos, además de su función de arriostrar los muros. En
planta distinguen las capillas, de manera que los alzados del edificio son continuos y
visualmente lisos por fuera, a la altura de una persona; además, cuando aparecen en la
fachada principal, crean un rectángulo que enmarca la portada y a veces, un rosetón.

[editar] Palacio
Vista de un patio con escalera típico, en el palacio Requesens de Barcelona.

El palacio, de mayor superficie en fachada que otras viviendas, es característico de


espacios burgueses del siglo XV como la calle Montcada en Barcelona. Se caracteriza
por contener un patio al que se accede a través de una portalada, que es centro de la
vivienda y contiene la escalera principal, a cielo abierto o semicerrada.

En planta baja se encuentran las dependencias propias al negocio de los dueños, con el
despacho en semiplanta, si lo hubiera. La planta primera o noble se reserva a la
vivienda, cuyo salón principal, ricamente decorado, se adosa a la fachada, a veces
ocupándola enteramente. Los siguientes pisos contienen los cuartos del servicio y
dependencias secundarias. Algunos palacios poseen pequeñas torres desde las que
observaban por encima de los tejados de la ciudad.

[editar] Ejemplos
• Santa María del Mar, en Barcelona.
• Catedral de Gerona, en Gerona.
• Palacio Real Mayor de Barcelona, en Barcelona.
• Monasterio de Pedralbes, en Barcelona.

Iglesia del castillo de


Fachada de la Calatrava la Nueva.
catedral de Cuenca.
Fachada de la catedral Fachada de la
de Burgos. catedral de León.

Bóveda de la capilla
Interior de la Interior de la
Salón Columnario de mayor de la catedral de catedral de Gerona.
catedral de Tuy. la lonja de la Seda Sevilla.
(Valencia).

[editar] Italia

El gótico llegó a Italia de forma tardía y arraigó poco, fueron los cistercienses los
introductores de la arquitectura gótica en Italia, monjes venidos de Francia fundaron en
la región del Lazio la abadía de Fosanova, primer monumento gótico italiano. En el
siglo XIII las órdenes mendicantes de dominicos y franciscanos se adhieren al estilo
cisterciense. El mejor edificio gótico italiano de este siglo es la Catedral de Siena,
maravilla del mármol. A finales del siglo XIII hay una gran actividad gótica en Italia y
se inician la construcción de los palacios comunales de Siena y el Palazzo Vecchio de
Florencia, caracterizados por la construcción de elevadas torres.

Durante el siglo XIV, la arquitectura gótica italiana sigue manteniendo unas


peculariedades propias, destaca la catedral de Orvieto, muy relacionada con la de Siena.
En Florencia destaca la iglesia de la Santa Cruz, levantada por la orden franciscana, y el
interior de la Iglesia de Santa María Novella. También en esta ciudad comienza a
construirse la catedral de Santa María del Fiore, que se finalizaría ya en el nuevo estilo
renacentista.

En el siglo XV, los finales del gótico empiezan a confundirse con los inicios del
Renacimiento. En Venecia siguen construyéndose numerosos palacios, y en este siglo se
termina el Palacio Ducal, destacando también el palacio Contarini y Cà d'Oro. La obra
magna del gótico italiano es la catedral de Milán, que destaca por el recargamiento de su
decoración y cuya construcción se prolongó hasta el siglo XIX.

Catedral de Milán Palacio ducal de


Palazzo Vecchio en Venecia Fachada de la catedral de
Florencia Siena

[editar] Alemania
Alemania recibe el gótico a través de la orden cisterciense, con retraso. El estilo que
llega desde Francia está ya bastante formado y convivirá durante algún tiempo con las
formas románicas alemanas, que resisten al nuevo estilo, así los primeros arcos de ojiva
no se construyen hasta los primeros años del siglo XIII. La influencia francesa va a ser
muy importante y los arquitectos franceses del siglo XIII viajaron por toda Europa
central, extendiendo también sus técnicas. La obra más perfecta de la arquitectura gótica
alemana, la Catedral de Colonia, se comienza a construir en 1248, siendo proyectada
probablemente por un arquitecto de Francia que había tomado parte en la construcción
de la catedral de Amiens.

Durante el siglo XIV, las columnas se hacen extraordinariamente delgadas, los nervios
adquieren perfiles muy cortantes, las bóvedas se aplanan y se cubren con combinaciones
de nervios en forma de red. En el siglo XV, Alemania, al igual que sucede con Bélgica
y Holanda es un país próspero que produce una arquitectura rica, de gran interés. En el
centro de Europa, el edificio principal es la catedral de San Esteban, en Viena,
terminada durante el siglo XV.

Catedral de San Esteban


Catedral de Catedral de Puerta fortificada de la
de Viena
Estrasburgo Colonia ciudad de Lübeck

[editar] Bélgica y Holanda

Por su situación geográfica estos países reciben de forma temprana y directa el arte
gótico francés. Su gran prosperidad durante el siglo XV, explica la suntuosidad de su
arquitectura gótica flamígera. Predomina la arquitectura civil, en la que una burguesía
acomodada, agrupada en gremios de artes y oficios, levantan casas corporativas y en las
plazas de las ciudades se edifican soberbios ayuntamientos como los de Lovaina, Brujas
o Bruselas, lonjas de contratación, entre las que destaca el reconstruido tras la primera
guerra mundial Halle des Drapiers de Ypres. También abundan viviendas particulares,
que se caracterizan por el remate denominado de piñón, de forma escalonada y
triangular de gran altura, los tejados suelen ser altos y de gran pendiente. En la
actualidad se pueden encontrar algunas calles aún como en la Edad Media, como por
ejemplo el Grasslei o muelle de la hierba de Gante, la plaza central de Delft o la Grand
´Place de Bruselas.

Ayuntamiento de Grasslei o muelle de la


Brujas hierba de Gante
Ayuntamiento de Ayuntamiento de
Lovaina Bruselas

[editar] Gótico báltico

El gótico báltico, a veces llamado gótico de ladrillos (en alemán: Backsteingotik) es un


estilo simplificado de arquitectura gótica y neogótica prevaleciente en Europa
septentrional, especialmente el norte de Alemania y las zonas aledañas al Mar Báltico, o
sea, regiones que no poseen recursos naturales para hacer edificios de piedra.

Gótico báltico
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El Castillo de la Orden Teutónica de Malbork es el castillo en estilo gótico báltico más


grande del mundo.

El gótico báltico, a veces llamado gótico de ladrillos (en alemán: Backsteingotik) es un


estilo simplificado de arquitectura gótica y neogótica prevaleciente en Europa
septentrional, especialmente el norte de Alemania y las zonas aledañas al Mar Báltico, o
sea, regiones que no poseen recursos naturales para hacer edificios de piedra. La falta de
esta materia prima, abundante en otras partes de Europa, explica porqué los
constructores recurrieron al uso del ladrillo.

El uso del ladrillo en la arquitectura de Europa Septentrional comenzó en el Siglo XII,


durante la época de arquitectura románica, y se extendió más allá del periodo gótico,
cuando en el Siglo XVI la zona septentrional de Europa adoptó el ladrillo para construir
edificios en estilo renacentista.

En el siglo XIX, durante el auge neogótico, se volvió en el norte de Europa al gótico de


ladrillos. Edificios decimonónicos en este estilo se hallan en el norte de Alemania,
Escandinavia, Polonia, y otros países europeos.

Contenido
[ocultar]
• 1 Listado de edificios de estilo gótico báltico
o 1.1 Bielorrusia
o 1.2 Dinamarca
o 1.3 Alemania

• 2 Véase también

[editar] Listado de edificios de estilo gótico báltico


[editar] Bielorrusia

• Castillo de Mir

[editar] Dinamarca

• Catedral de San Clemente de Aarhus


• Catedral de San Canuto de Odense
• Catedral de Roskilde

[editar] Alemania

• Iglesia de Santa María (Stralsund)


• Iglesia de Santa María (Lübeck)
• Puerta de Holsten en Lübeck
• Ayuntamiento de Bremen
• Ayuntamiento antiguo de Hanóver

Artículo principal: Gótico báltico

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