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* CARLOS FUENTES simple mecénica del desarrollo econémico, sino como una compleja ur- imbre del desarrollo vital; no como una consagracién inmévil de ca tegorfas abstractas, sino como una contradiccién en movimiento de posi bilidades concretas; no como un transitorio optimismo dogmético, sino una confrontacién dialéctica permanente, a través de la palabra, J cambio y la estructura, entre la renovacidn y la tradicién, entre xto y el discurso, entre la vision de la justicia y Ia visién de fa tra- entre lo vivide y Io real. ve novela hispanoemericana, Joaquin Mortis, México, 1969, pp. 9-35. a Apéndice: muerte y resurreccién de la novela (1969) Durante los sesentas, los novelistas y sus lectores descubrieron que la novela es, ante todo, una estructura verbal. Nada més y nada menos. ‘Aun la novela Iatinoamericana més popular de todos 1s tiempos, Cien ‘ais de soledad de Gabriel Garcia Marquez, s6lo hace uso, abundante ¢ irénico, de las tretas tradicionales de la novela para resolverlas en una escritura que es, simultancamente, previa y posterior a la narracién. Como el Cide Hamete Benengeli de Cervantes, el Melquiades de Garcia Marquez, verdadero autor de la novela dentro de la novela, nos niega Jas comodidades de pensar que la narracién es un ente auténomo o que la ficcién refleja la realidad inmediata. Tanto Cervantes como Garcia Mér- quez proponen otro problema; sus libros no han de ser creides, sino Teidos; su realidad cs la lectura; pero s6lo gracias a Ia Jectura el saber cconoce, pone en duda y traspasa las fronteras de lo que pasa por la “rea~ Jidad” a fin de ingresar al infinito de lo real: Gregorio Samsa jamés 116 en Ia realidad; sin embargo, Gregorio Samsa es uno de los cimientos de lo real. Cuando Don Quijote descubre su propia biografia en una imprenta de Barcelona, cuando Raphael de Valentin adquiere su propio destino en una tienda de antigiiedades, cuando el idiota Benjy recuerda todo lo que va a suceder, cuando Samsa se desdobla en su realidad fisica de insecto y su realidad moral de hombre, la novela vence la ilusién del lector que quisiera estar leyendo, bien una obra con autonomfa formal, bien una obra con contenido dependiente. Lo cierto es que una narracién siempre esti previamente escrita (0 inscrita) en el lenguaje, como el des- tino de Valentin en la piel de zapa: y el lenguaje es, por definicién, creacién colectiva. Pero la cristalizacién sincrénica requiere, para no pe- trificarse en la estructura, la constante renovacién del habla, el discurso, el proceso y el ev de Faulkner, léfico que se p mente, ha side El escritor € ‘sume instantar renovandola, « importante de aprehender un enonajes, qu cede y a la for forma del leng lengui Ha sido la « durante Ia alt profetizar, ase instancias verb discontinuas— cidad o sister Jacién de las La tarea prin mente el ince: Sarduy al zel en discurso, La nueva ¢ rias de una ¢ poema y el n tremo del rie también es ex de una clase Una doble y funciones t de Ia liquida desplazado, p: degradada ‘de contradijeron. visiones se en que desembo: 6 CARLOS FUENTES sociedad”; “Lo verdadero es el yo”. Sartre fracas6 en su intento de con- Giliar estos opuestos (“Lo verdadero, en todo caso, es el clamor angustia~ Go de mi ego inmerso en la sociedad”); y, al expresarse en pureza, Ja novela social (el etero trifngulo entre dos stajanovistas y un tractor) J la novela psicoldgica (mi dolor es el dolor del mundo) desembocaron én zonas aledafias a la historieta rosa. Eran obras cerradas; cerradas, ante todo, al fenémeno verbal en su instancia imaginativa. La apertura al lenguaje (tan delirante: Burroughs; tan poematica: Roche; tan trigica: Beckett; tan precisa: Le Clézio; tan mitica: Garcia Marquez tan desamparada; Cortézar) es el signo de Ja nueva novela de los sesentas. Es su riesgo: abandona las comodidades de una previa justificacién —eficacia social, reflejo-de Ia realidad aparen- te, sollozantes derechos de Ta angustia privada— y se abre a la aventura de mantener, renovar, transformar las palabras de los hombres. Al hacer- Jo, multiplica sus auténticas funciones sociales y, también, su real funcién Jcolégiea, que son las de dar vida, mediante la construccién y la comu- Ficacign verbs ale diverse niveles de lo real. ‘De esta manera, lejos de agonizar balaccada por la inmediatez. visual de las fictivas pistolas de “Bonanza” o de las mity reales que mataron @ Jos Kennedy, lejos de haber sido desplazada por cl melodrama piblico de las telenovelas 0 por el privado de los confesionarios horizontales, 1a novela, en Ta “Pra de McLuhan”, ha recobrado, post-mortem, la salud: ha descubierto que hay cosas que sélo pueden decirse con Ta. palabra. Lee ejemplos mis obvios de la insustituibilidad del libro, es cierto, son novelas-reportaje: A sangre fria de Capote y Los ejércitos de la noche de Mailer. Pero son libros, y ninguna pelicula, ningiin programa de tele- visidn, ninguna ficha clinica podrfan sustituir-la versién verbal, Podrian darse versiones visuales o interpretaciones- psicosociales; pero serfan, en el acto mismo, otra cosa, Las malas novelas de Jos sesentas son Jas que, sin problema alguno, son ya otra.cosa y_ no literatura: psicologfa, sociologia, Eine, television, comics. Apertura ¢ insustituibilidad: Naked lunch, Ra- juela, Cosmicomiche, Don Julién, Le Déluge, Cosmos, Utage No Ato, novelas novela, que constituyen un sistema de referencias sin clausura posible, porque su materia misma es el hecho verbal sensible, actual, reno- Vable, ¥ porque su visiGn, finalmente, es la de Ia tragedia (ya no la del Grama o el-melodrama): el hombre, como sus palabras, <3 el veh{culo de una esperanza que, a sabiendas de su inevitable fracaso, se’ mantiene cn el acto de manifestarse. ‘La novela de los sesentas, al definirse como forma verbal abierta ¢ inasi- milable a los “mass media”, inmediatamente adquiere un rango revolu- ionario: Ia literatura en general, novela de Sontag o Calvino, poema de Paz o Char, emsayo de Chomsky o Jouffroy (o, para ser més cicrtos 0 generales: las artes, Cuevas o Rauschenberg, Nono o Xenakis, Bufivel © Godard, Grotowsky o Strehler, los Rolling Stones o Crosby, Stills & ‘CARLOS FUENTES, ” Nash) revelan en el orden de Ia imaginacién verbal, pléstica, visual. o 30- nora, no s6lo lo que no podria decirse de otra manera sino, precisamente, Ip que el orden de Ia opresién-supresién social y politica no quiere que se.vea, se diga o sc oiga. “Lo verdadero ¢s.el Todo”: tal es el orden de o-real que, al imaginar, construir o revelar, los artistas de Jos sesentas inmediatamente oponen al-orden de “la realidad” mutilada, consagrada y aprovechada por las instituciones petrificadas del neocapitalismo occi- Jental, de la burocracia oriental y de las expresiones 0. prolongaciones jmperialistas de ambos. *Gazipo de Gustavo Sainz es una negacién’de la “realidad” “revolucio- aria € institucional” de México, como Why are we in Vietnam? de Norman Mailer lo es del “sueiio americano” de Nixon, la Legion Ameri- cana y el gobemador Wallace, como La brema de Kundera oes de [a perversign del socialismo checo por la dictadura de Novotny, como la obra de Solyenitzin lo es de la’ cliqueaterrada que desde el Kremlin quiere detener las impetuosas transformaciones iniciadas por Ja Revolu- Unde Octubre, como Capriccio Haliano de Sanguinetti, dios de perro de Grass 0 Compact de Roche lo son del lenguaje:mismo sobre el que ddescansa la sociedad de consumo europea y°sus'paralelos. desperdicios politicos. Y esti muy bien que sea asf; pero’es asf porque esos novelistas fo han: dado gato por liebre, no se han-evadido de su compromiso real ton la imaginacién y la palabra: porque, en suma, han escrito novelas Jal hacerlo han debido crear un lenguaje-que, por nutrirse del Todo, Zorrve y subvierte los lenguajes de la Nada sobre los que se yergue “él poder politico en nuestros dfas ‘Sucedi6. que: fallecié una gran novelistica, Ia inglesa, por apegarse servilmente a la realidad inmediata, por limitarse’ a comentar —no im porta si “decerite” 0 “airadamente”-—las costumbies insulares, por’ Feac- Gionar con sagrado horror y abundante ‘sentido comin” ante todo intento de experimentacién verbal. zDénde estés; Emily Bronté? (zO sera que la literatura inglesa.s6lo la pueden crear 16s escritores inlarideses?) Sucedié que: conotié gloria y-@risis Ia nueva novela francesa. Sus es critores. construyeron una sutil y opaca'maquinaria técnica con el pro- pésito declarado de aprehender -ciertos extremos: el: mundo objetal dé Robbe-Grillet (“la realidad humana sélo\ puede expresarse en’ un uni ‘verso auténomo de objetos ...”)- y-el mundo de tropismos de Nathalie Sarraute (“las exteriorizaciones son inauténticas y la, realidad esencial sélo se encuentra ena etapa de los sentimientos anterior a.toda expré! Sién ..."). A partir del objetivismo yl subjetivismo extremos, el nowveait Toman pretendié dar la mas fiel imagen de Ta. sociedad deshumanizada del neocapitalismo. Estos propésitos cientificos y:progresstas sufrieron in serio revés durante las jornadas revolucionarias de mayo: los hijos de la sociedad de consumo negaron el determinismo reflejado por el nouveau roman, rescataron de una manera deslumbrante los valores del roman-

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