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En general, y de acuerdo con los sociólogos y teóricos del Estado, éste ha pasado por distintas fases en su
transformación histórica:
1. El Estado religioso y militarista; que abarca desde la organización de los tótem hasta las pequeñas y grandes
teocracias y los grandes imperios militaristas y caudillistas del antiguo oriente y la América precolombina.
2. El Estado político que comprende cuatro subtipos históricos: a) El Estado Ciudad como el griego, b) El Estado
Ciudad imperio como el romano, c) El Estado feudal medieval y d) El Estado Nacional absolutista de los siglos
XV al XVIII
3. El Estado de Derecho Constitucional moderno de tipo liberal burgués, democrático e individualista del siglo
XIX y primera mitad del siglo XX, en sus tipos Nacionalsocialista, fascista, corporativo y comunista.
4. El Estado de Derecho Constitucional, organizado institucionalmente de manera jurídica y política y de tipo
multifuncional de intereses políticos, económicos y culturales en general de la segunda mitad del siglo XX y
hasta nuestros días, también llamado Estado Contemporáneo en sus cuatro subtipos fundamentales:
a. Estado Democrático Capitalista,
b. Estado Social Demócrata
c. Estado Socialista Totalitario, y
d. Estado Comunista Totalitario
Fueron grandes moralistas que trataron de que renaciera un concepto ético de la vida y la sociedad. No
influyeron en su época, pero si después, al grado de que su doctrina se convirtió en doctrina oficial del Imperio Chino.
ESPARTA:
Representaba una organización política aristocrática y militar. En ésta, el poder lo detentaba la aristocracia
y nobleza. Los aqueos, primitivos pobladores eran de dos clases, los que aceptaron la dominación de los dorios o
espartanos, fueron llamados periecos, y vivían en libertad dedicados a la agricultura y ganadería; y los que no
aceptaron la dominación, fueron llamados ilotas y fueron reducidos a la esclavitud. En su larga historia se recuerda a su
gran legislador LICURGO, que vivió en el siglo XI a. C. quien les dio sabias leyes en virtud de las cuales el poder lo
ejercían dos reyes pero controlados por una Asamblea o Senado, que se llamaba Gerusia y estaba compuesto por 28
miembros, todos mayores de 60 años y que eran la aristocracia gobernante. Las leyes las proponía la Gerusia, y una
asamblea popular denominada Apella, formada sólo por espartanos, era la que aprobaba o no las leyes.
Había también cinco éforos o inspectores, que aplicaban las leyes, decidían la justicia y vigilaban las acciones de los
reyes. Sus leyes son tan antiguas como los códigos de Manú en la India y el de Hammurabi en Babilonia.
Los espartanos tenían una organización militar, y la educación de su juventud tendía a su preparación castrense. A los
niños deformes o enfermos se les sacrificaba, a los fuertes y sanos se les hacía guerrero, y a los más inteligentes se
les preparaba para gobernantes. (Organización que sirvió de modelo a Platón para su célebre Estado utópico de la
Republica). No se permitía la propiedad privada para los gobernantes ni la vida matrimonial para que no se distrajeran
de su función gubernativa.
ATENAS:
En principio, Atenas fue gobernada por un rey a quien llamaban Basileus. Mas tarde fueron dirigidos por un consejo
formado por los jefes de las familias notables, los eupátridas o bien nacidos, quienes constituían una aristocracia
oligárquica. Posteriormente los reyes fueron sustituidos por magistrados llamados Arcontes, quienes administraban
la justicia, la religión, dirigían la guerra y ordenaban la administración pública.
Esta organización se amplió con las leyes de Dracón, en el siglo VII; Solón en el siglo VI, Pisístrato en esa misma
centuria, y Pericles y Clístenes en los siglos V y IV a. C. que fueron los grandes gobernantes y legisladores de Atenas.
La institución más importante de Atenas fue la Asamblea popular que se reunía en el Ágora o plaza pública y en ella
todos los ciudadanos discutían los proyectos de leyes que enviaba el senado compuesto por los 500 miembros del
Consejo o Jefes de los “demos” o grupos de familias agrupados en clanes. El Areópago o tribunal de justicia, lo
formaban los ex – Arcontes, y, además de resolver las cuestiones de justicia intervenían en la religión y en las
costumbres determinando las controversias que en ambos aspectos se planteaban.
PROTÁGORAS.- Este filósofo fue individualista y escéptico y afirmó que el hombre solo puede conocer lo que percibe
por los sentidos. Pensaba “que el hombre es la medida de todas las cosas y por este individualismo relativista, negaba la
posibilidad de que se pudieran formular verdades absolutas y principios de validez general en metafísica y moral. Para
Protágoras, “ser feliz es gobernarse a si mismo y a los demás y gobernarse a si mismo es virtuoso”. El mérito mayor de
este filósofo radica en que junto con Sócrates inició la etapa de la crítica de la filosofía.
LOS SOFISTAS.
Estos eran un grupo numeroso de profundos y brillantes filósofos que practicaron la enseñanza de la filosofía,
mediante una retribución económica. Además de Protágoras que fue su iniciador y uno de sus más ilustres
representantes, encontramos a: Georgias de Leontino, Hippias, Pródico, Glacon, Trasímaco, Calicles, entre otros.
Sus principales pensamientos políticos eran:
1. Rechazaban la idea de una verdad universal y los principios abstractos de la
Justicia.
2. Que cada individuo puede establecer en la medida de sus deseos lo que es justo
y recto, bueno y malo y en consecuencia el derecho.
3. Eran individualistas, escépticos y relativistas en filosofía moral y política. Al
negar la existencia de normas fijas naturales o jurídicas que rigieran la
conducta humana atacaban los principios racionales de la naturaleza que
constituían la base de la moral y la filosofía y política griegas.
Basaban la autoridad política en la fuerza porque sostenían el carácter egoísta de los hombres y la
desigualdad de sus facultades y creían que el gobierno era una consecuencia del compromiso de los poderosos para
explotar a los débiles y el convenio de éstos para defenderse de aquéllos.
No creían en la naturaleza social del hombre y pensaban que el Estado descansaba sobre bases individualistas y
artificiales y que la autoridad política era egoísta por naturaleza. Sostuvieron que el Estado se forma por un pacto
social. Separaron el Derecho y la Moral, sosteniendo que la ley, en cuanto deriva de la autoridad política coacciona y
obliga a los hombres, en muchos casos, a que estos actúen contra la razón, la moral y la naturaleza.
SÓCRATES nació en Atenas en el año de 469 y murió en el 399 a. C. fue un gran moralista y educador. Crea el método
de la Mayeutica (arte de partear las ideas) ello le permitía que sus discípulos descubrieran a través del razonamiento
lógico los grandes principios de la Ley Natural.
Creía que los principios fundamentales de justicia y derecho, podían descubrirse por un adecuado examen de la propia
conciencia critica, a la que llamaba el demonio (daimon) o genio personal.
Pensaba que el hombre es un ser social por naturaleza y que por ende el Estado es una entidad necesaria, que
depende de las aspiraciones de los individuos asociados y que las leyes, en cuanto expresión de la sabiduría, se
corresponden con la razón general.
PLATÓN, cuyo verdadero nombre era Aristocles, fue él más grande filosofo griego junto con su discípulo Aristóteles,
nace el 7 de abril de 427 y murió en el año de 347 (80 años). Sus amigos generosos le donaron los terrenos junto a los
jardines de Academo, en donde fundó su celebre Academia, llamada así por aquellos jardines y que fue la primera gran
universidad de la historia. El pensamiento político de este filósofo, se encuentra en sus obras: “De la Republica o de
la Justicia”; “El político o de la realeza” y “Las leyes o de la Legislación”. En la Republica trata de establecer una
concepción filosófica de la justicia y para ello plantea la organización de un Estado ideal en el cual prevalezca la
justicia apoyándose en argumentos morales e idealistas. Estudia la naturaleza del Estado al que considera como una
individualidad orgánica suprema, un super organismo, es por ello que su teoría es la primera versión de las tesis
organicistas para explicar el origen de la sociedad y del Estado.
En cuanto a las formas de gobierno Platón sostiene que éstas van pasando de las formas buenas o puras a las
decadentes e impuras de tipo político. Para él la mejor forma de gobierno es la aristocracia, pero no fincada en la
nobleza de sangre o linaje, sino en la aristocracia del intelecto, de la inteligencia de la cultura y la civilización superior.
Decía que la Aristocracia degenera, al anquilosarse en Timocracia o gobierno de clase, animada más por un
sentimiento de honor y de vanagloria que de justicia. A esta le seguía la oligarquía que se da cuando el talento es
sustituido por la riqueza material en los gobernantes y su forma de gobierno provoca la rebelión de las masas que
conduce a la democracia en la cual se presenta un abuso de la libertad que degenera en libertinaje y anarquía, cuya
consecuencia es la tiranía, la peor forma de gobierno y la más alejada de la justicia.
En su libro El Político o El Hombre de Estado afirma que cuando el gobierno se sujeta a la ley (estado de derecho) la
mejor forma política de gobierno es la monarquía y la peor es la democracia, siendo la aristocracia una forma media en
este sentido.
ARISTÓTELES. Discípulo de Platón, funda, lo que se considera la segunda Universidad del mundo, el Liceo, pues
estaba en los jardines aledaños al templo de Apolo Liceo en Atenas. De todas sus obras, son cinco las que contienen su
pensamiento político: La Política; Las Constituciones y LA Constitución de Atenas, La Ética nicomaquea, La ética
Eudemiana y La gran Ética. Por sus estudios, se le considera el iniciador del Derecho Comparado. Por su idea de que
la perfección y plenitud de la moralidad, del bien, se encuentran en la comunidad política, afirma que el hombre logra su
perfección en la sociedad y en la comunidad política y que ello es la base de la existencia de la realidad política que une
a los hombres en una comunidad natural; así para Aristóteles, la sociedad tiene un origen natural, ya que el hombre
según él, es un “ser sociable por naturaleza”, un zoon politicón animal político. Aristóteles sostenía que la mejor forma
de gobierno es aquella en la que todos los individuos actúan en la vida política participando en ella, aun cuando creía
también que el gobierno debía ser representado por los más capaces mentalmente. Estima que los principios
fundamentales del derecho y la justicia están implícitos en la naturaleza del hombre, quien los descubre con la ayuda
de la razón, iniciando así la doctrina del derecho natural, realista y racional; por ello considera que la función
primordial del Estado es la de acomodar aquellos principios a la realidad de las necesidades particulares de los
ciudadanos y aplicar las reglas generales de conducta a los supuestos particulares para que no se produzcan injusticias.
Para Aristóteles los orígenes de la sociedad son naturales por la tendencia gregaria del hombre, en tanto que
encuentra los orígenes del Estado en esa misma tendencia natural pero a la vez en la voluntad cultural humana.
Establece así que la sociedad del hombre y la mujer, dan origen a la familia para la perpetuación de la especie; y la
asociación del amo y el esclavo originan la producción económica de alimentos y demás satisfactores completando la
organización doméstica y económica; luego, al hacerse más complejas las relaciones e interrelaciones del hombre, surge
la necesidad de una asociación política y de la Ciudad-Estado. Por ello es que piensa que la justificación del Estado en
su existencia es que constituye la única forma posible de que el hombre pueda satisfacer sus necesidades superiores,
políticas, morales e intelectuales, pues las afectivas y económicas las resuelve con la familia y la asociación amo-
esclavo.
La estratificación social en gobernados y gobernantes la encuentra en el hecho de que unos hombres son más
talentosos que otros y otros más fuertes físicamente, por ello los fuertes tienen que obedecer ordenes.
Clasifica las formas de gobierno en puras e impuras, dependiendo de si se busca el bienestar colectivo o el particular;
Entre las puras encontramos: la monarquía, la aristocracia y la democracia. Las impuras serian la tiranía, que es la
degeneración de la monarquía; la oligarquía que es la degeneración de la aristocracia; y la demagogia, que es la
degeneración de la democracia.
Piensa que las mejores formas de gobierno son las mixtas, siendo la mejor aquella que se corresponde con la
naturaleza, el carácter y las necesidades de cada pueblo.
Rómulo inició la historia de Roma con su fundación y la época de la Monarquía en el año 754 a. C. gobierna con sabiduría
y prudencia y creó el senado. A este le sucedieron Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Tarquino el Antiguo,
Servio Tulio y el último rey fue Tarquino el Soberbio. Fueron 244 años de monarquía; y fue en el año de 510 cuando el
pueblo se rebeló y derrocan a Tarquino el Soberbio. La rebelión fue encabezada por Colatino y Janio Bruto; quienes en
ese mismo año fundan la Republica, se divide la sociedad en cuatro clases, los patricios y los plebeyos que eran los
romanos, más los clientes que eran los extranjeros, vinculados a los patricios que los protegían a cambio de sus
servicios en la guerra o en la paz y los esclavos que eran reclutados entre las poblaciones vencidas por los romanos.
La organización política del Estado romano durante la Republica era la siguiente:
El poder se encomendó a los Cónsules que sustituyeron a los reyes. Duraban en su cargo un año y su autoridad era tan
grande como la de los reyes. Eran electos por el senado que estaba formado por una asamblea legislativa integrada por
330 patricios, estos eran el poder supremo de Roma y se les consideraba padres de la patria. La estructura política de
tipo aristocrático descansaba en una economía fundada en la explotación de los esclavos, en los grandes latifundios y
en la desigualdad social. Los plebeyos se rebelaron varias veces contra ello, pero fue hasta el 493 a. C. cuando pudieron
tener representación en el gobierno naciendo así la figura de “tribuno de la plebe” así inicia la desaparición de clases
que termina prácticamente en el 367 a. C. cuando se permite a los plebeyos ser cónsules.
De las guerras de expansión de la republica, las más sonadas son las guerras llamadas púnicas, una contra Cartago, otra
contra Grecia, una más contra los Macedonios y finalmente la que conquistó las Galias. Del 516 y hasta antes del 78 a.
C. vivió el esplendor la Republica, pero en ese año, muere Sila que había logrado que el Senado lo nombrara Dictador
Absoluto y Roma se hunde en una anarquía total; surgen los triunviros siendo el primero el formado por Julio César,
Aristócrata, gran soldado y partidario de la plebe; Craso, hombre rico y buen soldado y Pompeyo, destacado militar.
César aprovecha la muerte de Craso en batalla y disputa a Pompeyo todo el poder, al obtenerlo, obliga al Senado a
nombrarlo Dictador y gobierna unificando a los partidos en Roma hasta el año 44 a. C. en que es asesinado por su
protegido Bruto; resulta electo otro triunvirato formado por Octavio, Marco Antonio y Lépido, estos se pelean y
después de que entre Octavio y Marco Antonio eliminaron a Lépido, lucharon entre si venciendo Octavio al amante de
la Reina Cleopatra, de tal manera que Marco Antonio se suicida después de perder y Octavio se proclama emperador de
Roma con el nombre de Augusto con lo que inició la época imperial de Roma, pocos años antes de la Era Cristiana. Así
pues, Octavio inicia el Imperio asumiendo todos los cargos; gobernó con habilidad y sentido “municipalista” y gran
conocimiento administrativo. Lo más importante de su Imperio es el nacimiento de Jesucristo en Belén, Nazarth,
Galilea. A la muerte de Augusto, y habiendo logrado que el senado le permitiera nombrar sucesor, nombra a su yerno e
hijastro Tiberio, quien gobernó mal y bajo un régimen de terror. Durante su gobierno fue la crucifixión y muerte de
Jesucristo, el año 33 de nuestra era.
CIVIS ROMANA. Una característica importante de la comunidad política es que era al mismo tiempo una comunidad
de ciudadanos; esto es, política y religiosa a la vez, pues la Civitas es comunidad de ciudadanos y de pueblo; res-
publicae, Republica, y en ella el jus-sacrorum es parte del jus-publicum y los ciudadanos podían participar en la vida
política de la Civitas, porque tenían en Jus Honorum y Jus Sufragi. Por ello la Civitas fue siempre, tanto en la
Monarquía, como en la República y aun en el Imperio, una unidad interior y general. El poder político, sin embargo, sólo
se ejercía por el senado en la época de la República y por el emperador en esa época, pues las demás asambleas e
instituciones sólo lo tenían derivado.
La Civitas romana presenta muchas similitudes pero también muchas diferencias con la Polis griega. Una de
estas diferencias fundamentales fue la autoridad del Pater Familias en Roma, que fue la más alta y durable y se
prolongaba por toda la vida de los hijos. En la comunidad familiar griega la autoridad del padre terminaba cuando los
hijos cumplían la mayor edad. La familia romana formaba un grupo sólido, con personalidad propia frente al Estado y
esta misma, la Civitas o comunidad política se consideraba formada por la asociación de familias.
Las instituciones políticas romanas y su sistema legal ejercieron una influencia decisiva en el mundo
posterior, a pesar de que la literatura política romana es bastante escasa y prácticamente limitada a Polibio, Ciceron y
algunos otros de los filósofos estoicos. Durante las épocas de la Edad Media y los primeros siglos de la Edad Moderna –
siglos XV, XVI y XVII- perduró como concepción fundamental del Estado, la que había desarrollado ese gran pueblo.
Las instituciones político-jurídicas, la Comitia Curiata y Asamblea de Electores de la Monarquía, compuestas
por los Pater Familias, de 10 gens y posteriormente la Comitia Centuriata que ya no era solamente aristócrata como la
primera sino que ya tenía la participación conjunta de Patricios y Plebeyos, hicieron que el gobierno en la época de la
República fuera mixto, monárquico en el rey o en los Cónsules, aristocrático en las Asambleas y en el Senado y
democrático por medio de los Tribunos de la Plebe.
El pensamiento político en Roma.
El pensamiento político de los romanos procede directamente de los griegos, en especial de las ideas de los estoicos,
de los epicúreos y de Platón y Aristóteles. Políticamente los romanos seguían el principio de divide et impera (divide y
manda), aunque sus conquistas y aparato imperial no tenían soporte en ideas políticas, pues sus pensadores políticos
Polibio y Cicerón, corresponden a los siglos II y I a. C., la etapa final de la república.
Para el pensamiento político de los romanos, la idea del Estado no absorbe al individuo como en Platón y
Aristóteles, pero tampoco y mucho menos, es una asociación superficial. Los romanos distinguen bien al Estado de los
individuos, en la convicción de que uno y otros tienen derechos y obligaciones reciprocas. Para ellos el Estado (civis)
constituye un organismo necesario en la vida social, pero el individuo, como anterior al Estado, representa el motivo de
la ordenación legal ya que la existencia del Estado se funda en la protección y defensa del individuo. Así, para los
romanos el Estado es una persona jurídica que ejerce su autoridad y derechos dentro de unos límites jurídicos y
físicos, en tanto que el ciudadano es también una persona jurídica con derechos y prerrogativas, obligaciones y
deberes frente a los otros individuos y frente al Estado y su gobierno. Todo el derecho privado y público de los
romanos se funda en estas concepciones.
Pero ellos consideraban que aunque el Estado es la fuente de todos los derechos, la autoridad política
procede en última instancia del pueblo. Para ellos los reyes, los cónsules y después los emperadores tenían su poder
derivado del pueblo que les delegaba su autoridad política en sus personas.
Polibio y sus teorías políticas.
Nace y muere en Grecia, en donde fue miembro de la Liga Aquea que luchó contra la dominación macedónica y
posteriormente romana. Su obra principal fue Historia de Roma, obra monumental de 40 tomos de los cuales sólo
cinco se conocen. Y, es en el tomo IV en el que expone su teoría política.
La idea de Polibio en su obra fue explicar la grandeza de Roma y sus instituciones republicanas. Al realizar
esta tarea Polibio, presenta una tesis sobre el origen del Estado, describe los diversos tipos de gobierno y estudia el
ciclo natural de las transformaciones políticas y de los cambios de unas formas a otras del gobierno.
Sostiene que Roma había progresado y se había salvado de las crisis políticas a las que conducen,
inevitablemente, las formas simples de gobierno, por ello elogia las formas mixtas. Sigue en cuanto a las formas de
gobierno las teorías de los griegos y especialmente las de Aristóteles y no es original, piensa que existen formas puras
de gobierno y que son por el número de personas – una, pocas o todas- Monarquía, Aristocracia y Democracia,
respectivamente; y formas impuras, que se imponen cuando el gobierno del tipo que sea coloca por encima del interés y
felicidad de los pueblos, anteponiendo sus intereses particulares, el placer y la corrupción que cada forma de gobierno
lleva en su seno al degenerar los gérmenes de la destrucción. Así, afirma, el ciclo se inicia cuando los hombres sienten
la necesidad del orden y del gobierno y surge el mando de una sola persona, un caudillo militar o personaje carismático
y dominador que es el monarca; este cuando no gobierna en beneficio del pueblo se convierte en déspota y tirano y es
arrojado del poder por el grupo de mejores ciudadanos que forman el gobierno de la Aristocracia; pero la Aristocracia
degenera en Oligarquía al corromperse y anquilosarse y es derrocada por el pueblo que constituye el gobierno
Democrático. El pueblo también se corrompe y con este gobierno se llega a la anarquía y al libertinaje; la democracia se
convierte en demagogia y para restablecer el orden y la paz se apodera del gobierno nuevamente un caudillo militar
vigoroso, que instituye de nueva cuenta la monarquía comenzando el ciclo político gubernamental.
Cicerón y sus teorías políticas.
En el siglo I a. C., etapa final de la república y comienzo del imperio, el pensamiento político de Roma está
representado por Marco Tulio Cicerón; en su obra se aprecia el esfuerzo de este pensador para que los romanos
regresaran a las formas mixtas de gobierno y a las moderadas y prudentes instituciones republicanas. Entre sus obras
destacan sus Diálogos De la República, De las Leyes y De los oficios; destaca en filosofía con Dialogo Hortensio y
en política y oratoria con las famosas Catilinarias.
Para Cicerón el Estado es la consecuencia de las tendencias naturales sociales del hombre, siguiendo con esto
a Platón y Aristóteles; y en cuanto a las formas de gobierno sigue las ideas de Polibio y de Aristóteles, es decir, para
Cicerón las formas de gobierno son puras e impuras y las degeneraciones de las primeras hacia las segundas; reconoce
también, como Polibio el ciclo político en que va pasando el Estado. Así, también se declara partidario de las formas
mixtas de gobierno. Como filosofo estoico, piensa que el Estado es una asociación provechosa y natural benéfica para
los humanos y está en contra de los epicúreos de que el Estado es producto del egoísmo humano. No acepta la
confusión del Estado con la sociedad, porque ve en el Estado una asociación política y voluntaria derivada de un acuerdo
entre los asociados, lo que no existe, para él, en la sociedad, que es natural. Distingue también con claridad, al Estado
del gobierno, considerando al Estado como un todo social y al gobierno como representante político de la voluntad
popular.
EL IMPERIO DE ALEJANDRO
Alejandro nació en 356 a. C. y fue educado por Aristóteles. Al morir Filipo contaba con 20 años de edad y
entonces ocupa el trono de del Imperio Macedónico.
Los griegos y los atenienses declaran la inexistencia de la Liga de Corinto y se rebelan contra el imperio, pero
Alejandro los somete y planea la conquista de Asia, hecho que acontece cuando el tenía 22 años de edad.
Darío III, rey persa, trató de detenerlo, pero el ejercito greco-macedónico venció a los persas. En Gordión
Alejandro cortó el “nudo gordiano” con su espada, del cual una vieja leyenda refería que quien lo desatara sería el
dueño de Asia.
Alejandro conquisto Siria, Asia Menor y Egipto, en donde fue declarado “hijo de Amón”. Ahí fundó la ciudad
de Alejandría, en la desembocadura del Nilo, la que llegaría a ser, de siglo I al V d.C., la sede de la cultura y civilización
helenística, mezcla de la griega y la oriental.
El año 331 a.C., Alejandro marchó a la conquista de la Mesopotamia y en las llanuras de Arbella se enfrentó al
ejercito persa de Darío al que derrotó, ocupando los griegos y macedonios Babilonia, Nínive, Susa, Persépolis,
Pasagarda y Ecbatana, así como todas las costas de Asia y África hasta el Mediterráneo, el Imperio de Alejandro
dominaba todo el mundo antiguo.
Alejandro siguió una política benévola con los pueblos conquistados y a cambio de reconocer su dominio les
fijó tributos y les permitió tener sus religiones, costumbres y formas culturales entre vencedores y vencidos. Del año
330 al 327 a.C., Alejandro dominó Asia Central y de este último año al 324 a.C. intentó conquistar la India, pero su
ejercito ya no quiso seguirlo y emprendió el retorno a Grecia.
En menos de 10 años Alejandro el Grande había conquistado Asia y llevado a ella la cultura griega, pero se
ensoberbeció con sus triunfos y adoptando las costumbres orientales se hizo adorar como dios, soñando con ampliar
sus conquistas y crear un imperio mundial por muchos siglos. Murió el año 323 antes de los 40 años víctima de una
fiebre microbiana.
A su muerte y como la había anticipado a sus generales al decirles “mis funerales serán sangrientos”, su
imperio se dividió después de muchos años de pugnas, disputas y guerras, quedando constituidos tres imperios: el reino
de Egipto, gobernado por los Lágidas, descendientes de Ptolomeo Lagos, uno de sus generales; el reino de Siria,
gobernado por los descendientes de Selenao, otro de sus capitanes y los seleneidas; y el reino de Macedonia,
gobernado por su capitán Antígono y sus descendientes los antigónidas hasta la constitución del Imperio Romano y su
hegemonía mundial.
PRINCIPALES HECHOS POLÍTICOS Y SOCIOCULTURALES DURANTE LA EDAD MEDIA
Es la Edad Media, el periodo que va del 476, fecha en que termina el Imperio Romano de Occidente y hasta el siglo XV,
en que termina el Imperio Romano de Oriente con la caída de Constantinopla en manos de los Otomanos o turcos, y se
inicia el Renacimiento.
En este periodo los principales hechos histórico-políticos y socioculturales fueron el predominio temporal de la Iglesia
católica romana, y su ascendiente político sobre reyes, monarcas y señores feudales de esa época.
LA FILOSOFÍA PATRÍSTICA
Durante la etapa de la filosofía patristica, los grandes teólogos y filósofos se dividen en Padres de Oriente y Padres
de Occidente. Los más destacados de entre los Padres de Oriente, fueron: San Clemente de Alejandría, Orígenes, San
Gregorio Nacianceno, San Basilio y San Gregorio de Nisa. Y, entre la filosofía patristica de occidente, los más
destacados fueron: San Ambrosio, San Jerónimo, San Hilario, San León Magno y sobre todo San Agustín. Estos
teólogos y filósofos enlazaron la antigua filosofía griega con la cristiana y muchos de ellos siguieron en algunas ideas a
Platón, en tanto en tanto que en la filosofía escolástica la influencia de Aristóteles es más notable.
SAN AGUSTÍN
Este teólogo y filosofo, fue influenciado notablemente por Platón de quien cristianiza sus ideas y de Cicerón, con quien
se identifica en casi toda su doctrina. No propuso un sistema filosófico político jerarquizado; y sus ideas políticas
están mezcladas y confundidas con sus teorías teológicas y religiosas.
En su principal obra, “La Ciudad de Dios”, San Agustín, expone sus tesis sobre el Estado, la comunidad humana, la
comunidad divina, el poder soberano y el derecho natural.
Para defender al cristianismo y a su iglesia, escribió el libro citado, en el cual afirma que el cristianismo es la salvación
del Estado romano si los pueblos y gobiernos se someten a sus creencias. En la segunda parte de este libro, compara el
estado humano y la comunidad y sociedad divina, que debe tener en la tierra su réplica en la sociedad y el Estado
cristianos, y llega a la conclusión de que es la iglesia la Ciudad de Dios.
Justifica la esclavitud como resultante del pecado original del hombre y como un castigo divino, afirmando que las
instituciones sociales son una consecuencia de esto.
En tal caso, afirma que la justicia no es una creación de la ley humana y del poder civil, sino resultado de la potestad
eclesiástica, que es una autoridad con independencia del Estado. Para él el Estado constituye, por un lado una
asociación reparadora y ejemplar, y por el otro una institución creativa. Afirma, como Aristóteles que los hombres por
su naturaleza entablen sus relaciones sociales. San Agustín consideraba inferior al Estado temporal, político, terrenal,
frente al Estado eterno del espíritu y del futuro, el Estado divino en suma. Para éste, la división del Estado se
encuentra en la separación de las dos sociedades humanas, la de los cristianos y las de los impíos y paganos y como en
la realidad social esos dos sectores están mezclados separa la Iglesia como la Ciudad de Dios de la Ciudad humana y su
organización política y concibe a la primera como una Iglesia Estado cristianizada, con exclusión de los paganos y
poniendo el poder supremo en manos de las autoridades eclesiásticas.
EL IMPERIO DE CARLOMAGNO
Como consecuencia de la destrucción del imperio romano, los bárbaros se establecieron en los territorios antes
mencionados y el reino que más pronto o rápido se estableció fue el de los francos quienes ocuparon todo el territorio
de lo que hoy es Francia, parte occidental de lo que hoy es Alemania y la parte norte de Italia, Suiza y los Países Bajos.
La tribu gobernada por el caudillo y rey Clodoveo, logró dominar a las demás tribus francas y unirlas en un solo imperio
en la época en que los emperadores del imperio Romano de Oriente hacían esfuerzos por reconquistar sus territorios.
Carlomagno hizo una gran organización administrativa del Imperio al cual dividió en condados que eran territorios
situados dentro del territorio del Imperio, y en ducados y marquesados, situados en las fronteras del Imperio. Al
frente de los primeros había un gobernador denominado conde, que tenía poderes civiles, penales y militares; y en los
segundos el gobernador se denominaba duques o marqueses, además, organizó un gran ejercito y una base fiscal que
fue el cimiento de su gran poderío; le sucedió en el trono su hijo Ludovico Pío quien repartió el imperio entre sus tres
hijos mismos que lucharon entre sí, repartiendo el territorio de la manera siguiente: Carlos el Calvo se quedó con
Francia, Lotario los territorios que van desde Aquisgrán a Italia y Luis el germánico, Alemania o Germania.
EL SISTEMA FEUDAL
Con este nombre se conoce a la organización y sistema económico, político y social que tuvo Europa durante la edad
media. Es un sistema de producción que sustituyó al de la esclavitud en la antigüedad clásica y tuvo como base la
división de la tierra en feudos y el acaparamiento de ella, como medio de producción y dominio económico. Los feudos
eran tierras que se entregaban a un señor para que los administrara en nombre del rey o emperador. Los señores
feudales tenían la tierra y procuraban escapar a la autoridad política del rey o emperador. Los feudos eran
hereditarios.
En el aspecto social, la estratificación de la sociedad feudal se basaba en la desigualdad social ante la ley y el poder
político. Había tres clases sociales muy definidas: la nobleza, el clero y los villanos. La desigualdad entre el hombre y la
mujer era manifiesta. Los villanos eran los habitantes de las villas dedicados a la agricultura eran de dos clases,
siervos y campesinos libres. Los siervos eran prácticamente esclavos con otro nombre (siervos) pues no tenían ningún
derecho y no eran dueños ni de su vida, pagaban por trabajar y eran vendidos con la tierra, se les llamaba siervos de la
gleba. Los campesinos libres podían cambiar de lugar contraer matrimonio, y transmitir sus bienes pero estaban
obligados a cumplir con el servicio militar y a pagar impuestos y tributos al rey y al señor feudal por el uso de la tierra.
Desde el punto de vista político, el sistema feudal pulverizó el poder político convirtiéndose es un conflicto de poderes
políticos entre el emperador y los reyes, entre éstos y los señores feudales, entre todos ellos y la Iglesia Católica.
LA POLIARQUÍA MEDIEVAL
En la Edad Media el poder político de la organización estatal, confrontó una permanente lucha con los señores feudales
y con los reyes y municipios citadinos independientes y sobre todo con la Iglesia, antes de poder llegar a una unidad
política hasta el nacimiento, a fines del siglo XV, de los verdaderos Estados Nacionales de la época moderna y
contemporánea. Esta situación de pulverización política fue abordada por el emperador Carlomagno, quien trató de
imponer sus decisiones a la multiplicidad de comunidades políticas que surgieron con el desmoronamiento del Imperio
romano, poco fue lo que pudo hacer, pues ya existía un dualismo político que se acentúa en la época feudal porque al
lado del poder del soberano existía la justicia popular dividiéndose el poder más y más al consolidarse las posiciones de
los señores feudales dentro de la comunidad política. Este fenómeno de pulverización del poder político en esta época
es conocido con el nombre de poliarquía medieval.
EL PENSAMIENTO POLÍTICO MEDIEVAL
El pensamiento dominante en esta época gira en torno a la cuestión fundamental de determinar qué poder estaba
política y temporalmente por encima del otro: si el de la Iglesia o el del monarca y los reyes de la organización política.
La tendencia general en los siglos IX a XIII fue plantear una teoría sobre la supremacía de la Iglesia y el Papa en el
mundo político. Los principales teóricos de la supremacía de la Iglesia del siglo IX al XIV fueron: Agobardo, Obispo de
Lyón; Hinemaro, Arzobispo de Reims; el Papa Nicolás I; el Papa Gregorio VII; San Bernardo; Juan de Salisbury; el Papa
Inocencio III; Emigdio el Romano y Santo Tomas de Aquino.
En contraparte, los teóricos de la supremacía secular y del monarca fueron los juristas del siglo XI quienes sostenían
que el emperador era el representante de Dios en la tierra, destacan: Irnerio, Arcusio, Baldo, Bartolo y en el siglo XVI
Juan de París, Pedro Dubois, Guillermo de Occam, Marsilio de Padua y Dante Alighieri.
EL RENACIMIENTO
El proceso cultural del florecimiento de las civilizaciones clásicas, especialmente griega y romana se inició en la
segunda mitad del siglo XV en Florencia, Venecia, Pisa, Padua y otras ciudades italianas, abarcando todas las artes, la
filosofía y la ciencia.
Las consecuencias de este movimiento fueron variadas; en el aspecto religioso propició la libertad de creencias. Divulgó
la filosofía griega y rompió el control de la escolástica medieval propiciando la libertad de pensar y el humanismo. En la
literatura, perfeccionó las lenguas nacionales y engrandeció la poesía y los demás géneros literarios. En las Artes
plásticas, revivió los modelos idealistas griegos y romanos, y la arquitectura, escultura y la pintura fueron elevadas a
una máxima categoría; en la ciencia se propició el desarrollo de las matemáticas, la astronomía, la física, la química, la
medicina y el derecho. En la economía propició el desarrollo del comercio marítimo y favoreció los grandes
descubrimientos geográficos y científicos. Todo ello cambió especialmente por las ideas de Maquiavelo, Jean Bodin, de
los Juristas y filósofos españoles del siglo XVI, del holandés Hugo Grocio del italiano Juan Bautista Vico y de los
monarcómacos franceses e ingleses.
Descubrimientos Científicos
Principalmente la pólvora, el papel y la brújula; con el papel se desarrolla la imprenta descubierta en 1440 y cuyo
primer libro impreso fue la Biblia.
Descubrimientos geográficos
A fines del siglo XV los navegantes italianos, españoles, portugueses y vikingos hicieron grandes descubrimientos
geográficos. Estos acrecentaron el mundo conocido con el descubrimiento de tierras firmes e islas de América
Septentrional, Media y Meridional; nuevas tierras en el Oriente Asiático, y circunvalando América y África
descubrieron océanos como el Pacifico y mares en ambos hemisferios.
La Reforma Religiosa
Se conoce como reforma religiosa al movimiento separatista contra la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que
determinó la ruptura de la unidad de la religión cristiana en Europa occidental y central. Este proceso fue encabezado
por el monje alemán Martín Lutero, en la primera mitad del siglo XVI. La reforma religiosa tuvo variadas y profundas
causas políticas, económicas, religiosas, filosóficas y teológicas que se mezclaron y produjeron en Europa múltiples y
sangrientos efectos. Frente a la expansión del protestantismo (resultado de la reforma religiosa), surgió la
Contrarreforma católica que inició San Ignacio de Loyola, antiguo soldado español quien fundó en 1534 la orden
religiosa llamada La Compañía de Jesús, aprobada por el Papa Pablo III en 1540. la acción de los jesuitas es bien
conocida en todo el mundo.
NICOLÁS MAQUIAVELO
Entre sus obras políticas más importantes encontramos los tratados de política titulados “Discursos sobre la primera
época de Tito Livio”, “Las Historias Florentinas”, La vida de Castruccio Castracani” y su tratado “el Príncipe”, sobre el
arte de adquirir y conservar el poder valiéndose de toda clase de medios. A éste le preocupó la independencia de Italia
y la restauración de la prosperidad de sus ciudades, y no prestó atención alguna a las pugnas de la Iglesia con el
Estado, o las del Papa con relación al concilio o la enseñanza de las Sagradas Escrituras, ni a las opiniones de los Santos
Padres, ni a los principios del derecho natural. Para él el único método aceptable en materia política era el histórico, o
sea, la manera de enfocar los problemas del presente, y aun del porvenir, a la luz de los hechos del pasado. A
Maquiavelo le interesaron fundamentalmente las cuestiones y los hechos del presente, de su tiempo. Prácticamente le
atraía más la práctica de la política que las especulaciones filosóficas sociales y políticas.
Le importaba más la maquinaria del Estado y el gobierno y las fuerzas políticas que conformaban su acción, que la
naturaleza esencial del Estado. Por ello no formuló una teoría política ni una teoría del Estado, sino principios de
practica política y tesis sobre acción política y práctica. Por ello se le considera el primer pensador realista en
cuestiones políticas en la época moderna.
Para él el Estado es un fin en si mismo y las acciones para conservarlo están por encima de las acciones privadas de los
individuos. Maquiavelo separó la política de la ética. Durante mucho tiempo la ciencia política fue una consecuencia de
la teología, lo que daba lugar a la confusión de las acciones y tendencias e ideas políticas con las aspiraciones religiosas.
En definitiva, separó una y otra esfera de la cultura humana y estableció la subordinación franca de los principios
éticos al bienestar público y a las necesidades del Estado. Logró distinguir las funciones y fines del Estado, de las de la
Iglesia, ambas asociaciones humanas. Pero la Iglesia, pensaba Maquiavelo, siempre tiene que tomar en cuenta el
aspecto político el hombre de Estado.
Para él, el arte de la política se funda en razones de egoísmo que atestiguan la historia y experiencia de los tiempos.
Partía de su idea de concebir a la naturaleza humana cínica y pesimista y hallaba la explicación de la tendencia a la
independencia en un individualismo materialista y juzgaba que la prosperidad material era el factor más importante y
decisivo de toda acción política. Si bien no aprobó abiertamente el dolo y la traición, si llegó a justificar en la
conservación del poder procedimientos semejantes a los medios y las formas con que se había adquirido. Admiró y
elogió la fuerza y la eficacia como atributos del gobernante y despreció y criticó, por el contrario, a cualquier política
vacilante o escrupulosa.
Declara que la diversidad en las condiciones sociales requiere de una diversidad en las formas de la organización
política. Por ello dice que cuando la igualdad económica prevalece entre los hombres es respetable y beneficiosa la
existencia de una forma democrática de gobierno. Rechaza la aristocracia, en especial si se funda en la propiedad de la
tierra, por estimar ésta como semillero de luchas entre las distintas facciones políticas. Es partidario del gobierno
mixto y declara que la monarquía electiva es buena de acuerdo con las circunstancias de su tiempo.
En EL PRÍNCIPE expone una serie de reglas prácticas para que el gobernante pueda conservar su posición privilegiada
y derrote, aun mediante el engaño, a sus rivales y detenga en todo instante los amagos de la revolución.
Para Maquiavelo sólo hay dos formas de gobierno, o la Republica o la Monarquía y a ellas corresponden dos formas de
Estado similares. El Estado tiene esta disyuntiva: o extender sus dominios o perecer. La fuerza física, la astucia y la
habilidad, especialmente estas últimas, constituyen las bases esenciales para el engrandecimiento político. Decía que el
hombre de Estado debe tener la fuerza del león y la astucia del zorro.
Se opuso a la idea del derecho natural, admitida en su tiempo, y la sustituyó junto con su idea de concebir la ley como
una norma positiva creada por el soberano, por una decisión amparada por la fuerza física, influyendo con esto al
positivismo, como en el caso de León Duguit.
Formuló con claridad la distinción entre moral pública y moral privada, separación que perdura en nuestro tiempo en las
prácticas políticas y en las relaciones internacionales.
JEAN BODIN. La doctrina más importante de este pesador político es la soberanía, a la que definió “como la
facultad de crear y derogar leyes con potestad suprema” para éste la soberanía es un poder de la más alta
jerarquía, puesto que no se encuentra sometido a ninguna otra potestad ni ley positiva, ya que la misma es creada y
derogada por ese poder. Además, cuando el poder soberano crea la ley queda sometido a ella en tanto no la derogue.
Para Bodin, su fuente de inspiración fue la POLÍTICA de Aristóteles, siendo tan metódico como los escolásticos. Para
éste, la justicia y el derecho son postulados esenciales de la ciencia política y admite la existencia de una ley natural
que condiciona todas las relaciones humanas, y de una ley natural que se identifica con las normas éticas.
En cuanto al origen del Estado, lo encuentra en la familia, cree que la formación de los grupos familiares y las
asociaciones económicas encuentran su origen en el impulso social del hombre. El Estado es para él resultante de las
luchas entre estos grupos: así los vencidos se convierten en esclavos mientras los jefes militares se vuelven caudillos y
se erigen en gobernantes. Como la familia es el elemento primario del Estado para él, la comunidad política se forma
con los jefes de familia. A diferencia de los griegos, no admite como condición esencial de la ciudadanía la participación
activa en la vida pública. Piensa que hay distintas clases de ciudadanos, con diversos derechos y privilegios. Sólo,
señala, son iguales en una cosa: en su subordinación común al poder político que rige la vida del Estado por ello define al
ciudadano como “el individuo libre que está sometido a un poder soberano”. Define la soberanía (primero en utilizar el
término) como “un poder supremo que reina sobre súbditos y ciudadanos sin restricciones legales”. Piensa que la
función primordial de la soberanía es la formación de la ley y que como el poder soberano crea el derecho, no puede
estar sometido a él, ni a ningún vínculo legal.
Distingue bien entre la costumbre y la ley y considera el mandato del soberano siempre como ley. Y señala que el
soberano que no obedece la ley de Dios y la Naturaleza se convierte en tirano y el soberano es moral. De este modo
Bodin separa el deber moral de la obligación jurídica.
Se inclina por el absolutismo como la mejor forma de gobierno y tiende a identificar la teoría del poder soberano con
la persona misma del rey, emperador o monarca y afirma que la autoridad de éste procede de Dios y con arreglo a los
libros bíblicos se inculca al pueblo el deber de la obediencia pasiva.
Distingue bien entre el Estado y el gobierno, sosteniendo que la característica del Estado reside en la posesión de la
soberanía, y que la forma de gobierno depende del sistema mediante el cual ejerce sus funciones el soberano. Afirma
que los Estados pueden ser monárquicos, aristocráticos o democráticos, según el poder sea de uno solo, de una minoría
o de la mayoría de los ciudadanos. Rechaza las formas mixtas de gobierno y se opone a las pretensiones de los
parlamentos y asambleas generales de Estados de su tiempo.
Cree que la monarquía hereditaria es la mejor forma de gobierno excluyendo a las mujeres, porque el hecho de que el
monarca en turno sea hombre, evita las pugnas internas y puede hacer frente a la imprevisión de los acontecimientos.
Para éste, la monarquía es más estable políticamente que la democracia, la que predispone a la revolución.
Para Bodin, las causas de las revoluciones tienen su origen en supersticiones astrológicas y actitudes prelogicas (¿?)
Piensa que cada pueblo tiene que adaptar sus instituciones políticas a las características propias de la índole de su vida
y concede entre los factores sociales una verdadera importancia al clima y a los accidentes geográficos, distinguiendo
las costumbres entre los pueblos del norte y los del sur y los de los habitantes de las montañas y costas o valles y
llanuras, adelantándose a Montesquieu en este aspecto. Concedió gran importancia a las cuestiones practicas del
Estado y condenó la esclavitud y la intolerancia religiosa. Distingue bien entre jurisdicción y propiedad y aboga por la
propiedad privada, negando el derecho del gobierno a intervenir en la esfera de la propiedad privada y sostiene el libre
cambio y la libre empresa. Considera indigno que el soberano se enriquezca con las rentas provenientes del tráfico
extranjero o interno. La administración de la justicia debe ser encomendada a magistrados especiales, sabios y
honorables, sostiene.
Señala finalmente, una distinción entre el derecho natural y el jus gentium y dice al respecto que sólo el primero obliga
y restringe al soberano.
LOS MONARCOMACOS.
Como ya vimos, la primera expresión histórica del Estado-Nación es la monarquía absoluta, ello por la necesidad de
contar en cada Nación con una autoridad central, única y fuerte en Europa Occidental a la terminación de la Edad
Media.
Ese poder central fue la solución a los problemas de la poliarquía medieval. Posteriormente y por la dialéctica histórica,
ya no fue el absolutismo solución, sino problema por la dinámica social.
La teoría del derecho Divino de los reyes, se resume en los siguientes postulados:
• La monarquía es de origen divino y como potestad es ordenada por Dios, consecuentemente
• La monarquía es hereditaria se transmite por derecho de sangre y no por convenio ni por voluntad humana.
• Los súbditos deben plena obediencia al monarca y deben cumplirla pasivamente.
• El monarca sólo es responsable de sus actos ante Dios, pero no ante ninguna persona humana ni individual ni
colectiva.
Ante estas teorías, aparece un grupo de pensadores de todos los niveles que se denominaban monarcomacos.
Con este nombre se conoció al conjunto de pensadores que se oponían al Derecho Divino de los Reyes, éstos postulaban
el derecho de los pueblos a la resistencia al monarca cuando su mandato era arbitrario. A este grupo pertenecieron
pensadores protestantes y católicos. Destaca entre los protestantes el libro “VINDICTA CONTRA LOS TIRANOS”
de autor anónimo que resume el pensamiento de casi todos los monarcómacos de la época. Las ideas fundamentales que
destacan son:
1. Los súbditos no están obligados a obedecer los mandatos del príncipe si estos son contra la Ley de Dios. Es
lícita la resistencia al príncipe que manda algo contra la Ley Divina,
2. La resistencia legítima corresponde ejercerla al pueblo, a los magistrados y a los representantes de aquél
3. También es legítima la resistencia al príncipe que destruye al Estado y corresponde al pueblo y a sus
representantes, y
4. Los príncipes vecinos deben auxiliar al pueblo que resiste a un príncipe tirano, que ataca la religión y atenta
contra el Estado.
LOS HECHOS Y LAS IDEAS POLÍTICAS MÁS IMPORTANTES DURANTE EL SIGLO XVII.
+ Para él la Doctrina del Pacto Social y la de la Ley Natural constituyen las bases de su defensa al absolutismo
monárquico. Así, el “Estado es el gran Leviatán, un gigante formado por todos los hombres que encierra la unidad
absoluta y el poder soberano”. Y agrega “los demás grupos humanos y las asociaciones son solo unos gusanos dentro
del Estado”.
+ Tenía una concepción determinista y mecánica de la naturaleza humana y negaba por ello la libertad de opción y no
creía en la caída del hombre desde un primitivo estado de inocente felicidad porque, según él, los hombres son
todos iguales y son por naturaleza egoístas; Ninguno es tan fuerte que no pueda temer a los demás, ni tan débil
que no pueda ser peligroso.
+ Piensa asimismo que para asegurar la protección y el orden social se creó voluntariamente la “sociedad política o
Estado” de manera artificial y contraria a la sociedad humana natural, mediante un contrato o pacto de unión a la
manera de Juan Bautista Vico en su pacto unionis. Y los hombres en una sociedad luego se someten
voluntariamente a una autoridad o gobierno en un pacto sujetionis. Para él, el egoísmo es el motivo determinante
de la autoridad y de la ley y del gobierno que surge por un deseo instintivo humano de conservación social.
+ Cree que es el instinto de conservación el que obliga al hombre a reunirse y someterse a una ley y un orden y a un
mando o gobierno y que ello es voluntario.
+ Hobbes cree que el derecho natural es la libertad que tienen los hombres para hacer cuanto sea necesario para la
conservación de su existencia y que las normas que descubre –limitaciones o prohibiciones- que se oponen a la
conservación del orden social constituyen el contenido de la ley natural.
+ La igualdad de los hombres con respecto a la posesión de los derechos naturales es la causa de que el estado de
naturaleza se convierta en un estado permanente de guerra de todos contra todos y precisamente la creación humana
del Estado y del poder del soberano liberan a los hombres de esas calamidades, así, la voluntad del soberano es la única
fuente de la ley.
+ Afirma que para conseguir vivir en paz los hombres constituyen la sociedad política mediante un pacto, ceden sus
derechos naturales a un poder común al que se someten por miedo. La persona o personas que reciben este poder es o
son soberanos. Según estas ideas, el soberano es un agente con poderes ilimitados y autoridad plena, indiscutible y
absoluta. El soberano puede delegar sus poderes sin perder nunca esas facultades como dato de su personalidad.
+ Rechaza la idea de una monarquía limitada y no piensa que el contrato social represente un suceso en la historia de la
formación del Estado; asimismo rechaza la teoría de los monarcómacos y cree que sólo Dios puede castigar a los
gobernantes injustos y despóticos. Cuando la revolución triunfa sobre el soberano, es que ha fracasado en su misión y
no puede cumplir el compromiso del contrato social.
+ Desaprueba el excesivo intervensionismo gubernamental, el soberano tiene la obligación y el derecho de hacer las
leyes, pero debe permitir después que se haga todo lo que las leyes no prohíben sin oponerse a la paz social. Y señala
que las leyes deben ser pocas en número y sencillas en la expresión. El Estado es un mal necesario que evita la anarquía
y la ley es el mandato formal y expreso del soberano dirigido a todos los súbditos y distinto de la política y la moral.
+ El soberano tiene la facultad de hacer y derogar las leyes y está por encima del mismo derecho. Rechaza la
concepción corriente del derecho natural porque dice que si se admitiera en sus términos tradicionales, cada hombre
podría interpretarlo con arreglo a su voluntad.
+ El soberano para Hobbes tiene un poder supremo tanto en los asuntos del orden espiritual, como en los negocios
temporales aunque aconseja la tolerancia en materia religiosa.
JOHN LOCKE.
Locke es el primer teórico del individualismo liberal y de la democracia burguesa. Esto es, se dice que es el teórico del
Estado individualista y liberal. Este era un ferviente defensor de la libertad individual de los hombres frente a los
monarcas, pero al mismo tiempo era un espíritu elitista a quien no le importaba la plebe sino únicamente los tenedores
de la riqueza.
Entre sus primeras obras se cuenta el “Ensayo concerniente al entendimiento humano” obra filosófica más
importante; en el aspecto político escribió: “Dos tratados sobre el gobierno civil” y una “Epístola sobre la tolerancia
religiosa”.
Fue el primero en plantear el problema de su época y aun vigente en gran parte del mundo occidental al estimar que el
poder político corresponde a los tenedores de la riqueza material, a los dueños de la tierra y a los dueños del capital.
Locke se opone acremente a las teorías de Robert Filmer y sienta las bases individualistas, liberales, democráticas,
representativas y elitistas para que la nobleza, los terratenientes y la burguesía naciente adquieran y ejerzan el poder
político en beneficio de su dominio material y patrimonio económico.
Al estudiar el problema de la esclavitud, declara que “la libertad ante el poder absoluto y arbitrario es tan necesario
para la preservación del hombre, que de ella no podrá separarse. Porque el hombre careciendo de poder sobre su
propia vida no podrá por pacto o propio consentimiento hacerse de nadie esclavo, ni ponerse bajo el poder absoluto y
arbitrario de otro que aún pudiera quitarle la vida a su albedrío”.
De esta idea desprende la realidad de un derecho natural a la libertad que pertenece al hombre como ser anterior a la
formación de la sociedad con cuya doctrina es precursor del pensamiento liberal de los siglos XVIII y XIX. Sin
embargo, no deriva de su idea de libertad su concepto sobre la igualdad de los seres humanos ni siquiera en el aspecto
política, como lo confirma cuando señala “el fin mayor y principal de los hombres que se unen en comunidades
políticas y se ponen bajo el gobierno de ellas es la preservación de su propiedad”. Complementándola con su idea
“la propiedad es el derecho que tiene el hombre sobre su vida, libertad y haciendas”.
Para John Locke, la propiedad es un derecho natural no sólo sobre las cosas, sino sobre sus frutos por el trabajo
humano pues dice que “si bien Dios no hizo a ningún hombre propietario de cosa alguna, si le dio propiedad sobre su
cuerpo, por lo que todas aquellas cosas a las que incorpora su energía de trabajo, siempre que no sean propiedad de
otro, se convierten en su propiedad, ya que si no fuese así, otros hombres se aprovecharían del hacer de su cuerpo”.
Estima al derecho natural como el antecedente del derecho positivo. Cree que los hombres son iguales y poseen las
mismas facultades jurídicas bajo el derecho natural. Entre aquellas facultades y atribuciones se encuentran el
derecho a la vida, la libertad y la propiedad; y considera fundamental el derecho a la propia conservación.
Para Locke, la libertad supone la autonomía de la voluntad frente a todas las normas, excepto los derechos naturales.
La propiedad privada procede del comunismo primitivo, cuando el hombre incorpora su trabajo a un objeto determinado
dándole mayor valor, como puede verse, este concepto influyó en el socialismo moderno.
Cree que la soberanía de la comunidad política o Estado no es absoluta, porque tiene únicamente el ciudadano y la
defensa de la ley natural a la que debe protección. Hay que hacer notar que Locke no utiliza la palabra soberanía, sino
poder. Asimismo, piensa que la condición de miembro y partícipe de la comunidad política se establece mediante el
consentimiento, expreso o tácito, este último se establece por la permanencia en la comunidad o por tener propiedades
en su territorio. Así los efectos del contrato se extienden a los sucesores y descendientes de los fundadores.
Reconoce de manera explícita la distinción entre Estado y gobierno y a veces presenta la idea de un segundo contrato,
mediante el cual se crea el gobierno tras el establecimiento de la sociedad política. A diferencia de los pensadores
monárquicos que fundan la idea de la autoridad en un contrato entre el rey y el pueblo, Hobbes y Locke encuentran la
idea del origen del Estado en un “pacto social concluido y celebrado sólo por el pueblo”
En cuanto a las formas de gobierno, éste continúa con la tradición aristotélica al dividir las formas en monarquías,
aristocracias y democracias atendiendo las bases de la función legislativa.
Para él los poderes Ejecutivo y Judicial dependen estrechamente del que hace la ley. No obstante, Locke no desarrolla
a plenitud una teoría de separación de poderes a la manera de Montesquieu, aun cuando es el antecedente de aquél.
Piensa que la democracia representada por delegados electos por el pueblo es la mejor forma de gobierno. La
monarquía le parece aceptable, siempre que se prive al rey del poder de hacer las leyes y se reconozca la voluntad del
pueblo; esto es que la monarquía sea limitada, constitucional y parlamentaria.
En el problema de las relaciones del Estado y la Iglesia, se muestra partidario de la plena separación de funciones, por
cuanto son distintos los fines de estas asociaciones y rechaza, consecuentemente, el carácter político del gobierno
teocrático. Sostiene que el Estado debe limitar su acción a la conservación del orden social sin inmiscuirse en la
salvación de almas.
Samuel Pufendorff. Constituye el primer representante de las tendencias racionalistas de la filosofía moderna.
Intenta una reconciliación entre la teoría absoluta de la soberanía de Hobbes y la tendencia moderada y ética de la
soberanía de Grocio.
Emplea en su trabajo un método racionalista, evitando las citas clásicas de Grocio y las referencias a las Escrituras de
Hobbes. Se opone a las doctrinas oscuras de los teólogos de su tiempo que sostienen la teoría del derecho divino. Se
funda en el derecho natural racional, sobre el que desarrolla su teoría política, siguiendo a Grocio en la definición de la
ley natural como conjunto de principios racionales sobre lo justo y lo injusto. Se inclina por el utilitarismo de Hobbes,
al hacer del egoísmo el factor esencial de la conducta humana y al examinar las instituciones de acuerdo con sus
resultados en la realidad.
En sus obras “del derecho natural y de gentes” y “el oficio de los hombres y los ciudadanos”, parte del supuesto
del estado de naturaleza y afirma que el instinto social de los hombres los lleva a constituirse en sociedad, estado en
donde reina el derecho natural y falta la autoridad política. En el estado de naturaleza los hombres son
desafortunados, porque impera el egoísmo y viven esclavizados a sus instintos e impulsos sin someterse a la razón. No
acepta, como Hobbes, que el estado de naturaleza sea de una guerra continua. Cree que la sociedad política nace de un
pacto voluntario, como piensa Locke, a quien influyó, y que ello es así para evitar los males que resultan de la
imperfección del hombre. Para él este contrato tiene dos fases: el pacto de unión y el pacto de sujeción, a la manera
de Hobbes y de Vico así como de los primeros teóricos antimonárquicos.
CHRISTIAN THOMASIUS.
En su obra principal “Fundamentos del Derecho Natural y de Gentes” sigue las doctrinas de Pufendorf y
separa la ciencia moral de la Jurídica; distingue asimismo el derecho positivo del derecho natural y de los derechos
innatos o naturales en el hombre –inherentes a su persona y adquiridos- cuya existencia depende de las leyes humanas.
Afirma que la libertad individual y el derecho a la vida son derechos naturales; la propiedad y el ejercicio de la
autoridad, en cambio, son derechos adquiridos o derivados.
CHRISTIAN WOLFF
Su obra política más importante es “De la Política e Instituciones del Derecho Natural y de gentes” y en
ella desarrolla las teorías de Pufendorf y Grocio. Deduce el derecho natural de la naturaleza moral del hombre y los
derechos naturales de los deberes éticos, fundamentales en la vida humana. Piensa que todos los hombres son iguales
porque tienen los mismos derechos y deberes y que no existe, por tanto, hombre alguno que pueda alegar un derecho
sobre otro fundado en la naturaleza. Para éste, el origen del Estado se encuentra en la cesión de ciertos derechos
naturales por parte de los individuos, pues cada uno se desprende de todo cuanto sea necesario para la satisfacción del
bien común. El fin del Estado se encuentra en la defensa y protección de la comunidad y en el fomento del bienestar
individual.
DAVID HUME
Filósofo empirista y criticista más importante de Inglaterra, desde el punto de vista político, sus principales
obras son: “Ensayos de Moral y Política” y “Discursos Políticos”. Su ideología la basa en el rechazo a la concepción
teológica y del pacto social del Estado, para él lo útil y conveniente, también es moral y que la moralidad no puede
separarse del Derecho positivo. Estableciendo similitud con Vico respecto a la influencia de la Historia y la Psicología
en el Estado.
Ataca la doctrina del pacto social desde dos puntos de vista: el histórico y el lógico. Desde el punto de vista histórico,
sostiene que el pacto voluntario es incompatible con la inteligencia del hombre primitivo y no se encuentra ningún
ejemplo histórico de ese contrato; la voluntad de los primeros contratantes no puede haberse heredado por sus
descendientes en muchas partes del mundo.
El origen del Estado se encuentra en la usurpación y la conquista, y la obediencia de los súbditos resulta de la vigencia
de las costumbres y en ocasiones incluso de los simples hábitos, por eso los hombres que nacen en un Estado
nunca se preocupan del origen de éste. Afirma, además, que las revoluciones sociales en su mayoría son
organizadas por unos cuantos. Según él, la autoridad se funda en la Psicología humana. Afirma que la
existencia del Estado se funda en su propia utilidad. Así también, cree que las ideas que se aceptan por la
generalidad son aquellas que conducen al bienestar de los individuos. Concuerda con Hobbes en considerar
que los hombres son egoístas por naturaleza, y en la necesidad de contar con leyes y magistrados que eviten
los abusos e injusticias de los poderosos. Es enemigo del gobierno popular y de los partidos políticos, y
sostiene que la autoridad gubernamental va unida estrechamente al régimen de la propiedad.
EMMANUEL KANT.
De acuerdo con la definición griega de sabiduría, se puede decir que Kant es de los más grandes sabios que han
existido. Nació en Alemania (Könisberg) en 1724 y murió en ese mismo lugar en 1804. Las ideas jurídicas y políticas de
Kant se encuentran fundamentalmente en su “Critica de la razón práctica”, “Metafísica de las costumbres” y en sus
“Tratados para la paz perpetua” y “ “Principios metafísicos de la doctrina del derecho” y son los siguientes:
Kant se refiere al derecho natural y del contrato social como pura idea que expresa el fundamento jurídico del Estado,
como su arquetipo racional y no como un hecho histórico acaecido realmente. Por ello se afirma que con Kant termina la
Escuela del Derecho Natural y comienza la del Derecho Racional. El derecho natural se convierte, en el pensamiento
kantiano, en derecho de la razón.
Piensa que la moral es independiente y superior a la utilidad y niega que la regla suprema de la conducta humana sea la
tendencia a la felicidad, por tratarse de un elemento variable. La moral se distingue radicalmente de la utilidad y el
placer y si se obra por cualquiera de estos fines, la acción y la voluntad racional que la originan pierden su carácter
moral.
Según Kant, el derecho se refiere sólo al aspecto físico o externo de los actos; esto es, debe considerar tan sólo si
una acción se ha cumplido o no, prescindiendo de los motivos que determinan el acto o abstención.
Kant afirma que la exterioridad del derecho, la esencial coercibilidad de las normas jurídicas no existe en relación con
la norma moral “porque sobre las intenciones no se puede ejercer violencia y para ésta, la conciencia es un campo
inaccesible”. Afirma al respecto, que “el pensamiento es libre por naturaleza”; en cambio, agrega, “derecho y
posibilidad de constreñir a una determinada conducta son una sola y misma cosa”. Por ello Kant reduce el derecho a
normas reguladoras de las acciones de los hombres, y para hacer posible su coexistencia lo define así: “el Derecho es
el conjunto de condiciones por las cuales el arbitrio de cada cual puede coexistir con el arbitrio de los demás, según
una ley universal de libertad”.
Kant recibe una gran influencia de Rousseau, de quien acepta la teoría del contrato social, y define al Estado “como una
multitud de hombres que viven según las leyes del Derecho”; pero agrega “esta multitud debe ser concebida como
asociada por virtud de un contrato, por voluntad de todos”.
Kant, en cuanto a las formas de gobierno acepta las ideas y doctrinas de los filósofos constitucionalistas Locke,
Montesquieu y Rousseau sobre la división de poderes. El Poder Legislativo, dice “no debe ser confundido con el
Ejecutivo, pues aquel corresponde al pueblo y ejerce así su soberanía popular; y el Ejecutivo, en cambio, puede ser
delegado en órganos gubernativos”.
En cuanto a los fines del Estado, se reducen únicamente a la tutela del derecho, pues piensa que el Estado debe
asegurar a los ciudadanos el disfrute pleno de sus derechos naturales y racionales. Afirma que el Estado habrá
cumplido su función “cuando haya asegurado la libertad de todos” y en este sentido será un Estado de derecho.
La guerra por la independencia norteamericana fue prolongada con alternativas de victoria y derrotas para ambos
ejércitos, y terminó en 1781 con la capitulación de Yorktown. La paz definitiva fue firmada en el Tratado de Versalles
el 3 de Septiembre de 1783.
Lograda la independencia, en la convención de Filadelfia reunida en 1787 como Congreso Constituyente que
presidió George Washington, se promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos de Norteamérica, quedando así
las 13 colonias formando una Nación-Estado. La forma de Estado adoptada fue la Federación de Estados y el sistema
de gobierno fue el republicano con tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, de tipo presidencialista ya que el
Presidente escogía a sus secretarios como hasta la fecha.
Las consecuencias políticas de la Independencia de Estados Unidos de Norteamérica fueron Mediatas e Inmediatas:
INMEDIATAS:
1. La creación de un nuevo Estado con características novedosas como su forma Federal y tipo de gobierno
presidencialista y democrático
2. la realización política de las ideas de Locke, Montesquieu, Pufendorf y Rousseau
a. Derechos Naturales de libertad, igualdad y propiedad
b. La forma Federal
c. La división de poderes
d. La Constitución escrita
e. La Abolición del Régimen monárquico y
f. La concepción de la soberanía como indivisible, inalienable, imprescriptible y radicando en el pueblo
como una unidad nacional
3. La voluntad general como base de la soberanía política
MEDIATAS:
1. La potencia, como Estado, económica, industrial, técnica militar y política más grande del mundo
contemporáneo y formadora del imperialismo capitalista y democrático más formidable de la historia
contemporánea de la humanidad.
Una de las grandes aportaciones de la Independencia norteamericana a la evolución política mundial fue el surgimiento
del Estado Constitucional en el cual la norma jurídica, además de garantizar política y jurídicamente al Estado se
coloca por encima del poder político, institucionalizando jurídicamente al Estado.
SIEYÈS.
Dentro de sus obras políticas destacan “¿qué es el tercer Estado? Y “Ensayo sobre los privilegios". Aunque era
sacerdote, no formaba parte del clero alto y privilegiado, sino a la burguesía intelectual y por ello ataca duramente los
privilegios de la nobleza y del clero, sosteniendo que el “Tercer Estado” o sea, la burguesía debe poseer una
participación equitativa en el ejercicio del poder político, ya que comprende al sector numéricamente mayor y más útil
a la nación.
Sigue las ideas de Rousseau en su concepción sobre la comunidad y la sociedad políticas, pues afirma que el Estado se
funda en el acuerdo de las voluntades individuales para dar nacimiento a una voluntad general que es la titular única e
indiscutible de la soberanía. Aunque acepta, al contrario que Rousseau, que la voluntad general puede estar
representada en las Asambleas Constituyentes y legislativas por medio de individuos electos legítimamente.
Para él, el procedimiento adecuado para organizar un Estado o Nación es el de la convocatoria a una Convención o
Asamblea Nacional con el fin de formular por la voluntad general del pueblo, legítimamente representado por sus
delegados a la Asamblea, una Constitución Política escrita, misma que ata al gobierno y da al pueblo soberano la
capacidad para cambiarla por otra en una nueva convención.
CONDORCET.
Su pensamiento político queda expuesto en sus obras fundamentales: “Plan de Constitución” y “Esquema de un
proyecto de progreso del espíritu humano”, en estas expone su pensamiento político y la teoría de las Constituciones
Políticas escritas.
Sostiene que la voluntad nacional o general puede expresarse adecuadamente por medio de una Convención
Constitucional, en forma de documento escrito. Afirma que la mejor garantía de la libertad se encuentra en la
aplicación de la filosofía racional a un sistema perfecto de gobierno y que en toda Constitución Política de cualquier
Estado debe existir una declaración de derechos y una cláusula en la que se establezca la posibilidad de su reforma
con la reunión automática de una convención nacional, porque ninguna generación humana puede esclavizar a las
posteriores con sus ideas; cada generación tiene el derecho de determinar por si misma si así lo desea el alcance de
sus instituciones, y en esto sigue a Rousseau y a Sieyès. Esto es la mayor aportación al desarrollo del pensamiento
político y a la Teoría del Estado porque establece la dinámica generacional del cambio jurídico político de la sociedad.
Además, se declara en contra de la teoría de la división de poderes de Montesquieu por entender que se opone a la
expresión libre y directa de la voluntad general.
Los hechos políticos de su época fueron el punto de partida de sus concepciones teóricas. Europa a mediados del siglo
XIX sufría el impacto del liberalismo económico que auspició la Revolución francesa y por la crisis de explotación
obrera que fue su consecuencia y que se agravó en sus proporciones y alcances por la aparición de la era industrial.
Los trabajadores cada vez en mayor número, se encontraron sin protección alguna frente a los empresarios y su fuerza
de trabajo apareció en el mercado, como cualquier otro producto, sujeta a las leyes de la oferta y la demanda con las
lógicas consecuencias de las jornadas agotadoras e ilimitadas, el trabajo igualmente inhumano de mujeres y niños, los
bajos salarios, etc. Este fue el clima propicio para la aparición de movimientos de tipo revolucionario, a favor de la
clase trabajadora, surgieron muchos pensadores y reformistas, Prouhdon, Blanc, Lasalle, entre otros, pero el gran
impulso lo dieron indiscutiblemente Marx y Engels.
Entre las obras principales de Engels se encuentran “La situación de las clases trabajadoras en Inglaterra”, El Origen
de la familia, de la propiedad privada y del Estado” “El Anti-Düring” y otras muchas obras y artículos de revistas.
• EL ESTADO CORPORATIVO
Estado corporativo dictatorial portugués
El Estado portugués, de manera similar al desaparecido Estado fascista, fue un Estado corporativo.
El corporativismo es una doctrina económica relativamente reciente en su aparición como base de la organización
política Sampay, define el Estado corporativo diciendo: “se trata de una forma de Estado democrática, a la que
caracteriza el hecho de que todos o algunos de los órganos de representación del pueblo comparten una representación
profesional”.
Dicha forma de Estado es una nueva formulación histórica de la democracia que difiere de la del Estado liberal, porque
sustituye a los partidos políticos por las corporaciones gremiales.
El liberalismo dejó solo al hombre frente al Estado. El comunismo, el fascismo y el nacionalsocialismo lo aplastaron
totalmente. En cambio, el corporativismo busca crear las asociaciones gremiales o profesionales que agrupen a los
hombres de acuerdo con sus diversas funciones dentro del Estado, para que en esta forma defiendan sus intereses y
participen en la vida de la organización política.
En el Estado corporativo la designación de los gobernantes no se hace apoyándose en el sufragio universal o inorgánico,
sino a través de las corporaciones. Por ello se llama sufragio orgánico y la representación a que da lugar se denomina
funcional.
El Estado orgánico se define como “El régimen de organización social que tiene por base la agrupación de hombres
según la comunidad de sus intereses naturales y de sus funciones sociales, y por coronamiento necesario la
representación pública y distinta de sus diferentes organismos.
El constructor del Estado corporativo portugués fue Oliveira Salazar quien asumió la dirección de su país en 1926. las
ideas de éste, quedaron plasmadas en la Constitución del Estado Portugués, que era definido como “una Republica
unitaria y corporativa, basada en la igualdad de los ciudadanos ante la ley, en el libre acceso de todas las clases a los
beneficios de la cultura intelectual y en la intervención de todos los elementos espirituales de la nación en su vida
administrativa y política. Los derechos individuales estaban plenamente reconocidos y garantizados.
• GUERRA CIVIL ESPAÑOLA DE 1936 A 1939 Y EL ESTADO CORPORATIVO DICTATORIAL ESPAÑOL
El marxismo penetró en España y provocó la lucha de clases con huelgas y desordenes que, según los partidarios de esa
doctrina, prepara el terreno para la dictadura del proletariado. Pero hubo también un sector que creyó que la solución
a la crisis del Estado estaba en otra dirección. Pensó que esa crisis podría solucionarse “buscando los valores patrios
para protegerlos, empezando por la unidad primordial de la patria, que es la persona humana, portadora en sí de valores
eternos”, según palabras de José Antonio Primo Rivera, fundador de la Falange Española.
Los desordenes ocasionados por el marxismo se hicieron tan intensos que provocaron en junio de 1936 una guerra
sangrienta y al triunfo de los revolucionarios éstos implantaron, en 1939, una nueva estructura política que se conoció
como Estado nacional-sindicalista.
Sus postulados fundamentales son los siguientes:
a) “La dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e
intangibles. Es decir, que la persona humana queda reconocida como elemento
primordial del Estado”, –pero sin que esto signifique que el individuo no tenga deberes
en relación con la organización política, pues se añade: “A nadie le será lícito usar su
libertad contra la unión, la fortaleza y libertad de la patria”.
b) “El hombre no es absorbido por el Estado, conserva su esfera individual de libertad
dentro de las taxativas expuestas”. En efecto, otro de los postulados falangista dice:
“El Estado nacional-sindicalista permitirá toda iniciativa privada compatible con el
interés colectivo y aun protegerá y estimulará las beneficiosas”
c) “El Estado, ha de organizarse de acuerdo con el corporativismo. Concebimos a España
en lo económico como un gigantesco sindicato de productores. Organizaremos
corporativamente ala sociedad española mediante un sistema de sindicatos verticales
por ramas de la producción al servicio de la integridad económica nacional”.
Francisco Franco gobernó con estas ideas tiránicamente por más de 30 años en España y a su muerte se reinstauró la
monarquía constitucional y se apreciaron cambios en el autoritarismo del régimen franquista.
CONSECUENCIAS POLÍTICAS:
La primera de estas, fue el nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas, que surgió a propuesta del
Presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt y que inició en San Francisco, California, el 25 de Abril de 1945,
con 50 Estados como signantes de la Carta Tratado. Su objetivo principal fue asegurar la paz para el futuro del mundo.
Otra consecuencia política fue la partición del Estado Alemán en dos, lo que derivaría en la formación de los Estados
de la Republica Federal Alemana, llamada comúnmente Alemania Occidental con capital en la ciudad de Bonn; y la
Republica Popular de Alemania con capital en Berlín y llamada comúnmente Alemania Oriental; la primera como un
Estado democrático y capitalista y la segunda como un Estado socialista y de economía estatificada y sin propiedad
privada, en relación a los bienes de producción.
La división política territorial del mapa europeo sufrió también modificaciones en relación al formulado al término de la
guerra europea de 1914-1918, en los Tratados de Versalles, quedando en los Tratados de Yalta celebrados entre
Roosevelt, Churchill y Stalin en la forma conocida.
Otra consecuencia política fue la división de Europa en dos grandes bloques de países; los que firmaron el Pacto del
Atlántico Norte (OTAN) o democracias capitalistas o socialistas del Occidente y sur europeos y norte escandinavo; y
el bloque de Estados comunistas o socialistas del Oriente europeo y suscriptores del llamado Pacto de Varsovia y que
son los dos bloques políticos que encabezados respectivamente, por Estados Unidos, Inglaterra y Francia el primero y
Rusia el segundo, mantuvieron un precario equilibrio político, económico y armamentista del que dependió la paz
mundial.
Otra consecuencia política derivada de la Guerra Mundial fue la gestación de los movimientos insurgentes
independentistas de las naciones asiáticas, africanas y oceánicas y las últimas americanas que aún eran colonias de
países europeos.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS.
La depresión económica de Europa, especialmente de Alemania e Italia. Para Japón las consecuencias
económicas de la guerra fueron fatales y sólo por el auxilio que le dio Estados Unidos, logró al igual que Alemania y
Rusia recuperarse en un lapso relativamente corto de 20 a 30 años.
Por otro lado y entre los aliados, la situación económica de la posguerra, aun cuando no tan grave, si fue de
crisis económica severa, especialmente para Inglaterra y Rusia.
Estados Unidos de Norteamérica se consolidó como la primera potencia económica, agrícola, industrial,
comercial y financieramente y se convirtió, al igual que en lo político, en la potencia hegemónica imperialista más
formidable de la historia.