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LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS PREESTATALES EN EL MUNDO ANTIGUO Y GRECIA.

En general, y de acuerdo con los sociólogos y teóricos del Estado, éste ha pasado por distintas fases en su
transformación histórica:
1. El Estado religioso y militarista; que abarca desde la organización de los tótem hasta las pequeñas y grandes
teocracias y los grandes imperios militaristas y caudillistas del antiguo oriente y la América precolombina.
2. El Estado político que comprende cuatro subtipos históricos: a) El Estado Ciudad como el griego, b) El Estado
Ciudad imperio como el romano, c) El Estado feudal medieval y d) El Estado Nacional absolutista de los siglos
XV al XVIII
3. El Estado de Derecho Constitucional moderno de tipo liberal burgués, democrático e individualista del siglo
XIX y primera mitad del siglo XX, en sus tipos Nacionalsocialista, fascista, corporativo y comunista.
4. El Estado de Derecho Constitucional, organizado institucionalmente de manera jurídica y política y de tipo
multifuncional de intereses políticos, económicos y culturales en general de la segunda mitad del siglo XX y
hasta nuestros días, también llamado Estado Contemporáneo en sus cuatro subtipos fundamentales:
a. Estado Democrático Capitalista,
b. Estado Social Demócrata
c. Estado Socialista Totalitario, y
d. Estado Comunista Totalitario

HECHOS POLÍTICOS EN ASIA ORIENTAL


En China hubo una época de cultura antigua de la cual se conoce, confusamente, a través de casi
exclusivamente fuentes literarias.
A partir del siglo VIII a de JC empieza una nueva época histórica que se conoce, ya más, por medio de
fuentes históricas. El hecho político más importante de esta época consistió en la existencia de sociedades políticas
gobernadas por un monarca.
La institución de esa monarquía, que se perpetuaba hereditariamente, originó durante varios siglos la
sucesión en la misma de las familias titulares del poder, que se conocen como Dinastías Imperiales; como en la casi
totalidad de las culturas antiguas, a la investidura política del emperador se añadía un marcado carácter religioso.
Se suponía que el emperador era representante del cielo, y por ello, señor absoluto de todos los hombres. Sin
embargo respondía ante el pueblo de la concordancia de sus actos con la Ley de la Naturaleza. De esa concordancia
dependía la felicidad de sus súbditos y de su apartamiento derivaban la desgracia y la miseria.
Nos damos cuenta así, de la presencia en estos hechos políticos de un absolutismo con base democrática por
la clara referencia a la existencia de un orden superior que regula a la comunidad política al cual debe ajustarse la
conducta del titular del poder público.
Posteriormente apareció el feudalismo, dividiéndose el ejercicio del poder en una multitud de señores
feudales, convirtiéndose el emperador en una figura simbólica.

IDEAS POLITICAS EN ASIA ORIENTAL.


Los hechos políticos dieron motivo a reflexiones de pensadores sobre los mismos, tratando de explicarlos y
valorarlos desde un punto de vista ético. Los más grandes pensadores políticos de esa época fueron KUNG-TSÉ
(CONFUCIO) Y su contemporáneo LAO-TSÉ.

Fueron grandes moralistas que trataron de que renaciera un concepto ético de la vida y la sociedad. No
influyeron en su época, pero si después, al grado de que su doctrina se convirtió en doctrina oficial del Imperio Chino.

(2) El Estado-Ciudad Griega (Polis)


Las ciudades griegas fueron en la realidad formas de organización política equivalente al Estado moderno, o
por lo menos estructuras políticas con poder soberano en territorios muy reducidos, con población participativa en la
vida de la comunidad, con un orden jurídico vigente cuyo fin era la prosperidad de la propia ciudad o bien público.
Característicos de esta organización son Esparta y Atenas.

ESPARTA:
Representaba una organización política aristocrática y militar. En ésta, el poder lo detentaba la aristocracia
y nobleza. Los aqueos, primitivos pobladores eran de dos clases, los que aceptaron la dominación de los dorios o
espartanos, fueron llamados periecos, y vivían en libertad dedicados a la agricultura y ganadería; y los que no
aceptaron la dominación, fueron llamados ilotas y fueron reducidos a la esclavitud. En su larga historia se recuerda a su
gran legislador LICURGO, que vivió en el siglo XI a. C. quien les dio sabias leyes en virtud de las cuales el poder lo
ejercían dos reyes pero controlados por una Asamblea o Senado, que se llamaba Gerusia y estaba compuesto por 28
miembros, todos mayores de 60 años y que eran la aristocracia gobernante. Las leyes las proponía la Gerusia, y una
asamblea popular denominada Apella, formada sólo por espartanos, era la que aprobaba o no las leyes.
Había también cinco éforos o inspectores, que aplicaban las leyes, decidían la justicia y vigilaban las acciones de los
reyes. Sus leyes son tan antiguas como los códigos de Manú en la India y el de Hammurabi en Babilonia.

Los espartanos tenían una organización militar, y la educación de su juventud tendía a su preparación castrense. A los
niños deformes o enfermos se les sacrificaba, a los fuertes y sanos se les hacía guerrero, y a los más inteligentes se
les preparaba para gobernantes. (Organización que sirvió de modelo a Platón para su célebre Estado utópico de la
Republica). No se permitía la propiedad privada para los gobernantes ni la vida matrimonial para que no se distrajeran
de su función gubernativa.

ATENAS:
En principio, Atenas fue gobernada por un rey a quien llamaban Basileus. Mas tarde fueron dirigidos por un consejo
formado por los jefes de las familias notables, los eupátridas o bien nacidos, quienes constituían una aristocracia
oligárquica. Posteriormente los reyes fueron sustituidos por magistrados llamados Arcontes, quienes administraban
la justicia, la religión, dirigían la guerra y ordenaban la administración pública.
Esta organización se amplió con las leyes de Dracón, en el siglo VII; Solón en el siglo VI, Pisístrato en esa misma
centuria, y Pericles y Clístenes en los siglos V y IV a. C. que fueron los grandes gobernantes y legisladores de Atenas.
La institución más importante de Atenas fue la Asamblea popular que se reunía en el Ágora o plaza pública y en ella
todos los ciudadanos discutían los proyectos de leyes que enviaba el senado compuesto por los 500 miembros del
Consejo o Jefes de los “demos” o grupos de familias agrupados en clanes. El Areópago o tribunal de justicia, lo
formaban los ex – Arcontes, y, además de resolver las cuestiones de justicia intervenían en la religión y en las
costumbres determinando las controversias que en ambos aspectos se planteaban.

EL PENSAMIENTO POLÍTICO EN GRECIA.


El ideal de los griegos era el que la vida humana fuera en concordancia con las leyes de la naturaleza y los principios de
la razón. Su pensamiento radicaba en que si el hombre estaba dotado de inteligencia, no sólo debía vivir, sino vivir
honestamente porque su vida debía ir pareja a sus ideales elevados.
Creían que para cumplir lo anterior era indispensable la vida social y política porque el hombre era, como dijo
Aristóteles, un animal social, político –zoon politicón- ya que sólo los dioses y las bestias pueden vivir sin sociedad.
Para estos, el Estado es una personalidad moral vital que contiene en su seno a todos los individuos y de aquí que la
organización política represente la forma suprema de vida. Esta concepción como entidad compuesta por todos los
ciudadanos, exigía una participación activa de todos y cada uno en la vida política.
El pensamiento filosófico político de Grecia, data de Homero, quien describe un régimen patriarcal en el cual
los reyes descienden de los dioses, ejercen una autoridad despótica y mantienen a la masa del pueblo en un
sojuzgamiento total.

PROTÁGORAS.- Este filósofo fue individualista y escéptico y afirmó que el hombre solo puede conocer lo que percibe
por los sentidos. Pensaba “que el hombre es la medida de todas las cosas y por este individualismo relativista, negaba la
posibilidad de que se pudieran formular verdades absolutas y principios de validez general en metafísica y moral. Para
Protágoras, “ser feliz es gobernarse a si mismo y a los demás y gobernarse a si mismo es virtuoso”. El mérito mayor de
este filósofo radica en que junto con Sócrates inició la etapa de la crítica de la filosofía.

LOS SOFISTAS.
Estos eran un grupo numeroso de profundos y brillantes filósofos que practicaron la enseñanza de la filosofía,
mediante una retribución económica. Además de Protágoras que fue su iniciador y uno de sus más ilustres
representantes, encontramos a: Georgias de Leontino, Hippias, Pródico, Glacon, Trasímaco, Calicles, entre otros.
Sus principales pensamientos políticos eran:
1. Rechazaban la idea de una verdad universal y los principios abstractos de la
Justicia.
2. Que cada individuo puede establecer en la medida de sus deseos lo que es justo
y recto, bueno y malo y en consecuencia el derecho.
3. Eran individualistas, escépticos y relativistas en filosofía moral y política. Al
negar la existencia de normas fijas naturales o jurídicas que rigieran la
conducta humana atacaban los principios racionales de la naturaleza que
constituían la base de la moral y la filosofía y política griegas.
Basaban la autoridad política en la fuerza porque sostenían el carácter egoísta de los hombres y la
desigualdad de sus facultades y creían que el gobierno era una consecuencia del compromiso de los poderosos para
explotar a los débiles y el convenio de éstos para defenderse de aquéllos.
No creían en la naturaleza social del hombre y pensaban que el Estado descansaba sobre bases individualistas y
artificiales y que la autoridad política era egoísta por naturaleza. Sostuvieron que el Estado se forma por un pacto
social. Separaron el Derecho y la Moral, sosteniendo que la ley, en cuanto deriva de la autoridad política coacciona y
obliga a los hombres, en muchos casos, a que estos actúen contra la razón, la moral y la naturaleza.

SÓCRATES, PLATON Y ARISTÓTELES

SÓCRATES nació en Atenas en el año de 469 y murió en el 399 a. C. fue un gran moralista y educador. Crea el método
de la Mayeutica (arte de partear las ideas) ello le permitía que sus discípulos descubrieran a través del razonamiento
lógico los grandes principios de la Ley Natural.
Creía que los principios fundamentales de justicia y derecho, podían descubrirse por un adecuado examen de la propia
conciencia critica, a la que llamaba el demonio (daimon) o genio personal.
Pensaba que el hombre es un ser social por naturaleza y que por ende el Estado es una entidad necesaria, que
depende de las aspiraciones de los individuos asociados y que las leyes, en cuanto expresión de la sabiduría, se
corresponden con la razón general.

PLATÓN, cuyo verdadero nombre era Aristocles, fue él más grande filosofo griego junto con su discípulo Aristóteles,
nace el 7 de abril de 427 y murió en el año de 347 (80 años). Sus amigos generosos le donaron los terrenos junto a los
jardines de Academo, en donde fundó su celebre Academia, llamada así por aquellos jardines y que fue la primera gran
universidad de la historia. El pensamiento político de este filósofo, se encuentra en sus obras: “De la Republica o de
la Justicia”; “El político o de la realeza” y “Las leyes o de la Legislación”. En la Republica trata de establecer una
concepción filosófica de la justicia y para ello plantea la organización de un Estado ideal en el cual prevalezca la
justicia apoyándose en argumentos morales e idealistas. Estudia la naturaleza del Estado al que considera como una
individualidad orgánica suprema, un super organismo, es por ello que su teoría es la primera versión de las tesis
organicistas para explicar el origen de la sociedad y del Estado.
En cuanto a las formas de gobierno Platón sostiene que éstas van pasando de las formas buenas o puras a las
decadentes e impuras de tipo político. Para él la mejor forma de gobierno es la aristocracia, pero no fincada en la
nobleza de sangre o linaje, sino en la aristocracia del intelecto, de la inteligencia de la cultura y la civilización superior.
Decía que la Aristocracia degenera, al anquilosarse en Timocracia o gobierno de clase, animada más por un
sentimiento de honor y de vanagloria que de justicia. A esta le seguía la oligarquía que se da cuando el talento es
sustituido por la riqueza material en los gobernantes y su forma de gobierno provoca la rebelión de las masas que
conduce a la democracia en la cual se presenta un abuso de la libertad que degenera en libertinaje y anarquía, cuya
consecuencia es la tiranía, la peor forma de gobierno y la más alejada de la justicia.
En su libro El Político o El Hombre de Estado afirma que cuando el gobierno se sujeta a la ley (estado de derecho) la
mejor forma política de gobierno es la monarquía y la peor es la democracia, siendo la aristocracia una forma media en
este sentido.

ARISTÓTELES. Discípulo de Platón, funda, lo que se considera la segunda Universidad del mundo, el Liceo, pues
estaba en los jardines aledaños al templo de Apolo Liceo en Atenas. De todas sus obras, son cinco las que contienen su
pensamiento político: La Política; Las Constituciones y LA Constitución de Atenas, La Ética nicomaquea, La ética
Eudemiana y La gran Ética. Por sus estudios, se le considera el iniciador del Derecho Comparado. Por su idea de que
la perfección y plenitud de la moralidad, del bien, se encuentran en la comunidad política, afirma que el hombre logra su
perfección en la sociedad y en la comunidad política y que ello es la base de la existencia de la realidad política que une
a los hombres en una comunidad natural; así para Aristóteles, la sociedad tiene un origen natural, ya que el hombre
según él, es un “ser sociable por naturaleza”, un zoon politicón animal político. Aristóteles sostenía que la mejor forma
de gobierno es aquella en la que todos los individuos actúan en la vida política participando en ella, aun cuando creía
también que el gobierno debía ser representado por los más capaces mentalmente. Estima que los principios
fundamentales del derecho y la justicia están implícitos en la naturaleza del hombre, quien los descubre con la ayuda
de la razón, iniciando así la doctrina del derecho natural, realista y racional; por ello considera que la función
primordial del Estado es la de acomodar aquellos principios a la realidad de las necesidades particulares de los
ciudadanos y aplicar las reglas generales de conducta a los supuestos particulares para que no se produzcan injusticias.

Para Aristóteles los orígenes de la sociedad son naturales por la tendencia gregaria del hombre, en tanto que
encuentra los orígenes del Estado en esa misma tendencia natural pero a la vez en la voluntad cultural humana.
Establece así que la sociedad del hombre y la mujer, dan origen a la familia para la perpetuación de la especie; y la
asociación del amo y el esclavo originan la producción económica de alimentos y demás satisfactores completando la
organización doméstica y económica; luego, al hacerse más complejas las relaciones e interrelaciones del hombre, surge
la necesidad de una asociación política y de la Ciudad-Estado. Por ello es que piensa que la justificación del Estado en
su existencia es que constituye la única forma posible de que el hombre pueda satisfacer sus necesidades superiores,
políticas, morales e intelectuales, pues las afectivas y económicas las resuelve con la familia y la asociación amo-
esclavo.

La estratificación social en gobernados y gobernantes la encuentra en el hecho de que unos hombres son más
talentosos que otros y otros más fuertes físicamente, por ello los fuertes tienen que obedecer ordenes.
Clasifica las formas de gobierno en puras e impuras, dependiendo de si se busca el bienestar colectivo o el particular;
Entre las puras encontramos: la monarquía, la aristocracia y la democracia. Las impuras serian la tiranía, que es la
degeneración de la monarquía; la oligarquía que es la degeneración de la aristocracia; y la demagogia, que es la
degeneración de la democracia.

Piensa que las mejores formas de gobierno son las mixtas, siendo la mejor aquella que se corresponde con la
naturaleza, el carácter y las necesidades de cada pueblo.

ROMA: LA CIUDAD IMPERIO


• La Monarquía
• La República
• El Imperio

Rómulo inició la historia de Roma con su fundación y la época de la Monarquía en el año 754 a. C. gobierna con sabiduría
y prudencia y creó el senado. A este le sucedieron Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Tarquino el Antiguo,
Servio Tulio y el último rey fue Tarquino el Soberbio. Fueron 244 años de monarquía; y fue en el año de 510 cuando el
pueblo se rebeló y derrocan a Tarquino el Soberbio. La rebelión fue encabezada por Colatino y Janio Bruto; quienes en
ese mismo año fundan la Republica, se divide la sociedad en cuatro clases, los patricios y los plebeyos que eran los
romanos, más los clientes que eran los extranjeros, vinculados a los patricios que los protegían a cambio de sus
servicios en la guerra o en la paz y los esclavos que eran reclutados entre las poblaciones vencidas por los romanos.
La organización política del Estado romano durante la Republica era la siguiente:
El poder se encomendó a los Cónsules que sustituyeron a los reyes. Duraban en su cargo un año y su autoridad era tan
grande como la de los reyes. Eran electos por el senado que estaba formado por una asamblea legislativa integrada por
330 patricios, estos eran el poder supremo de Roma y se les consideraba padres de la patria. La estructura política de
tipo aristocrático descansaba en una economía fundada en la explotación de los esclavos, en los grandes latifundios y
en la desigualdad social. Los plebeyos se rebelaron varias veces contra ello, pero fue hasta el 493 a. C. cuando pudieron
tener representación en el gobierno naciendo así la figura de “tribuno de la plebe” así inicia la desaparición de clases
que termina prácticamente en el 367 a. C. cuando se permite a los plebeyos ser cónsules.
De las guerras de expansión de la republica, las más sonadas son las guerras llamadas púnicas, una contra Cartago, otra
contra Grecia, una más contra los Macedonios y finalmente la que conquistó las Galias. Del 516 y hasta antes del 78 a.
C. vivió el esplendor la Republica, pero en ese año, muere Sila que había logrado que el Senado lo nombrara Dictador
Absoluto y Roma se hunde en una anarquía total; surgen los triunviros siendo el primero el formado por Julio César,
Aristócrata, gran soldado y partidario de la plebe; Craso, hombre rico y buen soldado y Pompeyo, destacado militar.
César aprovecha la muerte de Craso en batalla y disputa a Pompeyo todo el poder, al obtenerlo, obliga al Senado a
nombrarlo Dictador y gobierna unificando a los partidos en Roma hasta el año 44 a. C. en que es asesinado por su
protegido Bruto; resulta electo otro triunvirato formado por Octavio, Marco Antonio y Lépido, estos se pelean y
después de que entre Octavio y Marco Antonio eliminaron a Lépido, lucharon entre si venciendo Octavio al amante de
la Reina Cleopatra, de tal manera que Marco Antonio se suicida después de perder y Octavio se proclama emperador de
Roma con el nombre de Augusto con lo que inició la época imperial de Roma, pocos años antes de la Era Cristiana. Así
pues, Octavio inicia el Imperio asumiendo todos los cargos; gobernó con habilidad y sentido “municipalista” y gran
conocimiento administrativo. Lo más importante de su Imperio es el nacimiento de Jesucristo en Belén, Nazarth,
Galilea. A la muerte de Augusto, y habiendo logrado que el senado le permitiera nombrar sucesor, nombra a su yerno e
hijastro Tiberio, quien gobernó mal y bajo un régimen de terror. Durante su gobierno fue la crucifixión y muerte de
Jesucristo, el año 33 de nuestra era.

CIVIS ROMANA. Una característica importante de la comunidad política es que era al mismo tiempo una comunidad
de ciudadanos; esto es, política y religiosa a la vez, pues la Civitas es comunidad de ciudadanos y de pueblo; res-
publicae, Republica, y en ella el jus-sacrorum es parte del jus-publicum y los ciudadanos podían participar en la vida
política de la Civitas, porque tenían en Jus Honorum y Jus Sufragi. Por ello la Civitas fue siempre, tanto en la
Monarquía, como en la República y aun en el Imperio, una unidad interior y general. El poder político, sin embargo, sólo
se ejercía por el senado en la época de la República y por el emperador en esa época, pues las demás asambleas e
instituciones sólo lo tenían derivado.
La Civitas romana presenta muchas similitudes pero también muchas diferencias con la Polis griega. Una de
estas diferencias fundamentales fue la autoridad del Pater Familias en Roma, que fue la más alta y durable y se
prolongaba por toda la vida de los hijos. En la comunidad familiar griega la autoridad del padre terminaba cuando los
hijos cumplían la mayor edad. La familia romana formaba un grupo sólido, con personalidad propia frente al Estado y
esta misma, la Civitas o comunidad política se consideraba formada por la asociación de familias.
Las instituciones políticas romanas y su sistema legal ejercieron una influencia decisiva en el mundo
posterior, a pesar de que la literatura política romana es bastante escasa y prácticamente limitada a Polibio, Ciceron y
algunos otros de los filósofos estoicos. Durante las épocas de la Edad Media y los primeros siglos de la Edad Moderna –
siglos XV, XVI y XVII- perduró como concepción fundamental del Estado, la que había desarrollado ese gran pueblo.
Las instituciones político-jurídicas, la Comitia Curiata y Asamblea de Electores de la Monarquía, compuestas
por los Pater Familias, de 10 gens y posteriormente la Comitia Centuriata que ya no era solamente aristócrata como la
primera sino que ya tenía la participación conjunta de Patricios y Plebeyos, hicieron que el gobierno en la época de la
República fuera mixto, monárquico en el rey o en los Cónsules, aristocrático en las Asambleas y en el Senado y
democrático por medio de los Tribunos de la Plebe.
El pensamiento político en Roma.
El pensamiento político de los romanos procede directamente de los griegos, en especial de las ideas de los estoicos,
de los epicúreos y de Platón y Aristóteles. Políticamente los romanos seguían el principio de divide et impera (divide y
manda), aunque sus conquistas y aparato imperial no tenían soporte en ideas políticas, pues sus pensadores políticos
Polibio y Cicerón, corresponden a los siglos II y I a. C., la etapa final de la república.
Para el pensamiento político de los romanos, la idea del Estado no absorbe al individuo como en Platón y
Aristóteles, pero tampoco y mucho menos, es una asociación superficial. Los romanos distinguen bien al Estado de los
individuos, en la convicción de que uno y otros tienen derechos y obligaciones reciprocas. Para ellos el Estado (civis)
constituye un organismo necesario en la vida social, pero el individuo, como anterior al Estado, representa el motivo de
la ordenación legal ya que la existencia del Estado se funda en la protección y defensa del individuo. Así, para los
romanos el Estado es una persona jurídica que ejerce su autoridad y derechos dentro de unos límites jurídicos y
físicos, en tanto que el ciudadano es también una persona jurídica con derechos y prerrogativas, obligaciones y
deberes frente a los otros individuos y frente al Estado y su gobierno. Todo el derecho privado y público de los
romanos se funda en estas concepciones.
Pero ellos consideraban que aunque el Estado es la fuente de todos los derechos, la autoridad política
procede en última instancia del pueblo. Para ellos los reyes, los cónsules y después los emperadores tenían su poder
derivado del pueblo que les delegaba su autoridad política en sus personas.
Polibio y sus teorías políticas.
Nace y muere en Grecia, en donde fue miembro de la Liga Aquea que luchó contra la dominación macedónica y
posteriormente romana. Su obra principal fue Historia de Roma, obra monumental de 40 tomos de los cuales sólo
cinco se conocen. Y, es en el tomo IV en el que expone su teoría política.
La idea de Polibio en su obra fue explicar la grandeza de Roma y sus instituciones republicanas. Al realizar
esta tarea Polibio, presenta una tesis sobre el origen del Estado, describe los diversos tipos de gobierno y estudia el
ciclo natural de las transformaciones políticas y de los cambios de unas formas a otras del gobierno.
Sostiene que Roma había progresado y se había salvado de las crisis políticas a las que conducen,
inevitablemente, las formas simples de gobierno, por ello elogia las formas mixtas. Sigue en cuanto a las formas de
gobierno las teorías de los griegos y especialmente las de Aristóteles y no es original, piensa que existen formas puras
de gobierno y que son por el número de personas – una, pocas o todas- Monarquía, Aristocracia y Democracia,
respectivamente; y formas impuras, que se imponen cuando el gobierno del tipo que sea coloca por encima del interés y
felicidad de los pueblos, anteponiendo sus intereses particulares, el placer y la corrupción que cada forma de gobierno
lleva en su seno al degenerar los gérmenes de la destrucción. Así, afirma, el ciclo se inicia cuando los hombres sienten
la necesidad del orden y del gobierno y surge el mando de una sola persona, un caudillo militar o personaje carismático
y dominador que es el monarca; este cuando no gobierna en beneficio del pueblo se convierte en déspota y tirano y es
arrojado del poder por el grupo de mejores ciudadanos que forman el gobierno de la Aristocracia; pero la Aristocracia
degenera en Oligarquía al corromperse y anquilosarse y es derrocada por el pueblo que constituye el gobierno
Democrático. El pueblo también se corrompe y con este gobierno se llega a la anarquía y al libertinaje; la democracia se
convierte en demagogia y para restablecer el orden y la paz se apodera del gobierno nuevamente un caudillo militar
vigoroso, que instituye de nueva cuenta la monarquía comenzando el ciclo político gubernamental.
Cicerón y sus teorías políticas.
En el siglo I a. C., etapa final de la república y comienzo del imperio, el pensamiento político de Roma está
representado por Marco Tulio Cicerón; en su obra se aprecia el esfuerzo de este pensador para que los romanos
regresaran a las formas mixtas de gobierno y a las moderadas y prudentes instituciones republicanas. Entre sus obras
destacan sus Diálogos De la República, De las Leyes y De los oficios; destaca en filosofía con Dialogo Hortensio y
en política y oratoria con las famosas Catilinarias.
Para Cicerón el Estado es la consecuencia de las tendencias naturales sociales del hombre, siguiendo con esto
a Platón y Aristóteles; y en cuanto a las formas de gobierno sigue las ideas de Polibio y de Aristóteles, es decir, para
Cicerón las formas de gobierno son puras e impuras y las degeneraciones de las primeras hacia las segundas; reconoce
también, como Polibio el ciclo político en que va pasando el Estado. Así, también se declara partidario de las formas
mixtas de gobierno. Como filosofo estoico, piensa que el Estado es una asociación provechosa y natural benéfica para
los humanos y está en contra de los epicúreos de que el Estado es producto del egoísmo humano. No acepta la
confusión del Estado con la sociedad, porque ve en el Estado una asociación política y voluntaria derivada de un acuerdo
entre los asociados, lo que no existe, para él, en la sociedad, que es natural. Distingue también con claridad, al Estado
del gobierno, considerando al Estado como un todo social y al gobierno como representante político de la voluntad
popular.

EL IMPERIO MACEDONICO DE FILIPO Y EL IMPERIO DE ALEJANDRO.


Desde el siglo V a. C., Macedonia comenzó a desarrollar un gran poderío militar, en la época del rey Amintias II, padre
de Filipo, pero fue bajo el reinado de este gran emperador cuando comenzó su hegemonía en el mundo griego.
Filipo inició su reinado en el 360 a. C., estaba educado en la escuela griega, tenía gran amistad con varios de
los más ilustres filósofos de aquel lugar, entre ellos Aristóteles. Organizó un gran ejército y con él dominó a toda
Grecia, logró para Macedonia una salida al mar. Esparta, Corinto y Tebas fueron dominadas por Filipo, así como todas
las ciudades griegas, tanto de la península como de las islas del Mar Egeo.
Demóstenes, el gran orador ateniense, ataca a Filipo y sus ideas imperiales, en la famosa serie de discursos
llamados Filípicas y levanta la rebelión de Atenas y demás ciudades griegas. En la batalla de Queronea, los atenienses y
tebanos son vencidos por las huestes de Filipo y se consuma la hegemonía Macedónica.
Filipo formó la Liga de Corinto en el año 337 a. C., con todos los Estados griegos y Macedonia, pretendiendo
lograr una Federación de Estados griegos bajo el dominio de Macedonia. Cuando se disponía a conquistar Asia Menor y
al Imperio Persa, fue asesinado y ocupa el trono su hijo Alejandro, cuya madre era Olimpia, una princesa del Epiro.

EL IMPERIO DE ALEJANDRO
Alejandro nació en 356 a. C. y fue educado por Aristóteles. Al morir Filipo contaba con 20 años de edad y
entonces ocupa el trono de del Imperio Macedónico.

Los griegos y los atenienses declaran la inexistencia de la Liga de Corinto y se rebelan contra el imperio, pero
Alejandro los somete y planea la conquista de Asia, hecho que acontece cuando el tenía 22 años de edad.
Darío III, rey persa, trató de detenerlo, pero el ejercito greco-macedónico venció a los persas. En Gordión
Alejandro cortó el “nudo gordiano” con su espada, del cual una vieja leyenda refería que quien lo desatara sería el
dueño de Asia.
Alejandro conquisto Siria, Asia Menor y Egipto, en donde fue declarado “hijo de Amón”. Ahí fundó la ciudad
de Alejandría, en la desembocadura del Nilo, la que llegaría a ser, de siglo I al V d.C., la sede de la cultura y civilización
helenística, mezcla de la griega y la oriental.
El año 331 a.C., Alejandro marchó a la conquista de la Mesopotamia y en las llanuras de Arbella se enfrentó al
ejercito persa de Darío al que derrotó, ocupando los griegos y macedonios Babilonia, Nínive, Susa, Persépolis,
Pasagarda y Ecbatana, así como todas las costas de Asia y África hasta el Mediterráneo, el Imperio de Alejandro
dominaba todo el mundo antiguo.
Alejandro siguió una política benévola con los pueblos conquistados y a cambio de reconocer su dominio les
fijó tributos y les permitió tener sus religiones, costumbres y formas culturales entre vencedores y vencidos. Del año
330 al 327 a.C., Alejandro dominó Asia Central y de este último año al 324 a.C. intentó conquistar la India, pero su
ejercito ya no quiso seguirlo y emprendió el retorno a Grecia.
En menos de 10 años Alejandro el Grande había conquistado Asia y llevado a ella la cultura griega, pero se
ensoberbeció con sus triunfos y adoptando las costumbres orientales se hizo adorar como dios, soñando con ampliar
sus conquistas y crear un imperio mundial por muchos siglos. Murió el año 323 antes de los 40 años víctima de una
fiebre microbiana.
A su muerte y como la había anticipado a sus generales al decirles “mis funerales serán sangrientos”, su
imperio se dividió después de muchos años de pugnas, disputas y guerras, quedando constituidos tres imperios: el reino
de Egipto, gobernado por los Lágidas, descendientes de Ptolomeo Lagos, uno de sus generales; el reino de Siria,
gobernado por los descendientes de Selenao, otro de sus capitanes y los seleneidas; y el reino de Macedonia,
gobernado por su capitán Antígono y sus descendientes los antigónidas hasta la constitución del Imperio Romano y su
hegemonía mundial.
PRINCIPALES HECHOS POLÍTICOS Y SOCIOCULTURALES DURANTE LA EDAD MEDIA
Es la Edad Media, el periodo que va del 476, fecha en que termina el Imperio Romano de Occidente y hasta el siglo XV,
en que termina el Imperio Romano de Oriente con la caída de Constantinopla en manos de los Otomanos o turcos, y se
inicia el Renacimiento.
En este periodo los principales hechos histórico-políticos y socioculturales fueron el predominio temporal de la Iglesia
católica romana, y su ascendiente político sobre reyes, monarcas y señores feudales de esa época.

LA PRIMITIVA IGLESIA CATOLICA.


Cuando los bárbaros destruyeron el Imperio Romano, la única asociación cultural que quedó funcionando fue la Iglesia
católica, que ya había logrado por la fe de sus componentes superar las brutales persecuciones alas que fueron
sometidos los cristianos en los primeros siglos de nuestra era.
La Iglesia fundada por Cristo y cuyo primer obispo fue San Pedro y su mayor propagandista y difusor Saulo
de Tarzo, pagano converso al cristianismo y conocido como San Pablo, conservó durante la Edad Media la estructura
sólida que tuvo desde su fundación durante los primeros cinco siglos de la era cristiana y últimos del Imperio Romano
de Occidente. El obispo de Roma recibió el nombre de Papa y fue considerado el primero de los obispos o Sumo
Pontífice y representante de Dios en la Tierra y jefe de la iglesia y comunidad religiosa.
Se instituyó a través del Derecho Canónico, de su liturgia y cultos y estableció desde sus primeros tiempos
una doctrina teológica, teofísica, filosófica y moral interpretativa de la doctrina de Cristo, contenida en los Evangelios.
El clero o grupo sacerdotal de la religión cristina se dividió en dos grupos: el clero secular y el clero regular.
Los miembros del primero se mantenían en contacto directo con su feligresía y los miembros del segundo, formaron las
órdenes monásticas y estaban recluidos en conventos y monasterios.

LA FILOSOFÍA PATRÍSTICA
Durante la etapa de la filosofía patristica, los grandes teólogos y filósofos se dividen en Padres de Oriente y Padres
de Occidente. Los más destacados de entre los Padres de Oriente, fueron: San Clemente de Alejandría, Orígenes, San
Gregorio Nacianceno, San Basilio y San Gregorio de Nisa. Y, entre la filosofía patristica de occidente, los más
destacados fueron: San Ambrosio, San Jerónimo, San Hilario, San León Magno y sobre todo San Agustín. Estos
teólogos y filósofos enlazaron la antigua filosofía griega con la cristiana y muchos de ellos siguieron en algunas ideas a
Platón, en tanto en tanto que en la filosofía escolástica la influencia de Aristóteles es más notable.

SAN AGUSTÍN
Este teólogo y filosofo, fue influenciado notablemente por Platón de quien cristianiza sus ideas y de Cicerón, con quien
se identifica en casi toda su doctrina. No propuso un sistema filosófico político jerarquizado; y sus ideas políticas
están mezcladas y confundidas con sus teorías teológicas y religiosas.
En su principal obra, “La Ciudad de Dios”, San Agustín, expone sus tesis sobre el Estado, la comunidad humana, la
comunidad divina, el poder soberano y el derecho natural.
Para defender al cristianismo y a su iglesia, escribió el libro citado, en el cual afirma que el cristianismo es la salvación
del Estado romano si los pueblos y gobiernos se someten a sus creencias. En la segunda parte de este libro, compara el
estado humano y la comunidad y sociedad divina, que debe tener en la tierra su réplica en la sociedad y el Estado
cristianos, y llega a la conclusión de que es la iglesia la Ciudad de Dios.
Justifica la esclavitud como resultante del pecado original del hombre y como un castigo divino, afirmando que las
instituciones sociales son una consecuencia de esto.
En tal caso, afirma que la justicia no es una creación de la ley humana y del poder civil, sino resultado de la potestad
eclesiástica, que es una autoridad con independencia del Estado. Para él el Estado constituye, por un lado una
asociación reparadora y ejemplar, y por el otro una institución creativa. Afirma, como Aristóteles que los hombres por
su naturaleza entablen sus relaciones sociales. San Agustín consideraba inferior al Estado temporal, político, terrenal,
frente al Estado eterno del espíritu y del futuro, el Estado divino en suma. Para éste, la división del Estado se
encuentra en la separación de las dos sociedades humanas, la de los cristianos y las de los impíos y paganos y como en
la realidad social esos dos sectores están mezclados separa la Iglesia como la Ciudad de Dios de la Ciudad humana y su
organización política y concibe a la primera como una Iglesia Estado cristianizada, con exclusión de los paganos y
poniendo el poder supremo en manos de las autoridades eclesiásticas.

EL IMPERIO DE CARLOMAGNO
Como consecuencia de la destrucción del imperio romano, los bárbaros se establecieron en los territorios antes
mencionados y el reino que más pronto o rápido se estableció fue el de los francos quienes ocuparon todo el territorio
de lo que hoy es Francia, parte occidental de lo que hoy es Alemania y la parte norte de Italia, Suiza y los Países Bajos.
La tribu gobernada por el caudillo y rey Clodoveo, logró dominar a las demás tribus francas y unirlas en un solo imperio
en la época en que los emperadores del imperio Romano de Oriente hacían esfuerzos por reconquistar sus territorios.
Carlomagno hizo una gran organización administrativa del Imperio al cual dividió en condados que eran territorios
situados dentro del territorio del Imperio, y en ducados y marquesados, situados en las fronteras del Imperio. Al
frente de los primeros había un gobernador denominado conde, que tenía poderes civiles, penales y militares; y en los
segundos el gobernador se denominaba duques o marqueses, además, organizó un gran ejercito y una base fiscal que
fue el cimiento de su gran poderío; le sucedió en el trono su hijo Ludovico Pío quien repartió el imperio entre sus tres
hijos mismos que lucharon entre sí, repartiendo el territorio de la manera siguiente: Carlos el Calvo se quedó con
Francia, Lotario los territorios que van desde Aquisgrán a Italia y Luis el germánico, Alemania o Germania.

EL SISTEMA FEUDAL

Con este nombre se conoce a la organización y sistema económico, político y social que tuvo Europa durante la edad
media. Es un sistema de producción que sustituyó al de la esclavitud en la antigüedad clásica y tuvo como base la
división de la tierra en feudos y el acaparamiento de ella, como medio de producción y dominio económico. Los feudos
eran tierras que se entregaban a un señor para que los administrara en nombre del rey o emperador. Los señores
feudales tenían la tierra y procuraban escapar a la autoridad política del rey o emperador. Los feudos eran
hereditarios.

En el aspecto social, la estratificación de la sociedad feudal se basaba en la desigualdad social ante la ley y el poder
político. Había tres clases sociales muy definidas: la nobleza, el clero y los villanos. La desigualdad entre el hombre y la
mujer era manifiesta. Los villanos eran los habitantes de las villas dedicados a la agricultura eran de dos clases,
siervos y campesinos libres. Los siervos eran prácticamente esclavos con otro nombre (siervos) pues no tenían ningún
derecho y no eran dueños ni de su vida, pagaban por trabajar y eran vendidos con la tierra, se les llamaba siervos de la
gleba. Los campesinos libres podían cambiar de lugar contraer matrimonio, y transmitir sus bienes pero estaban
obligados a cumplir con el servicio militar y a pagar impuestos y tributos al rey y al señor feudal por el uso de la tierra.
Desde el punto de vista político, el sistema feudal pulverizó el poder político convirtiéndose es un conflicto de poderes
políticos entre el emperador y los reyes, entre éstos y los señores feudales, entre todos ellos y la Iglesia Católica.

LA IGLESIA CATÓLICA MEDIEVAL.


Ésta se empezó a transformar en una organización jerárquica e institucionalizada, gracias a que Constantino se
convirtió al cristianismo. El clero forma su clase social disfrutando de privilegios y derechos, se encontraba a su vez,
dividido en clases sociales según su preeminencia y autoridad. La autoridad suprema eclesiástica de una ciudad es el
obispo y los más importantes dominan a los de menos importancia. Este proceso se completa cuando el Obispo de Roma
establece una monarquía eclesiástica a través del papado.

CONFLICTO ENTRE LA IGLESIA CATÓLICA Y PODERES POLÍTICOS


La gran pugna entre la Iglesia católica representada por el Papado y los monarcas europeos y los señores feudales, se
originó por las siguientes causas:
• Los monarcas y los reyes, quisieron nombrar a las autoridades eclesiásticas en sus territorios y esto generó
el llamado Conflicto de las Investiduras.
• En el siglo IX el Papa Gregorio VII decreta que esta práctica era por demás indebida y generaba corrupción
al vender los reyes los obispados y jerarquías, contra ello el emperador alemán Enrique IV, se opuso al
citado decreto y por ende desconoció al Papa, éste lo excomulgó y le aplicó en su territorio el cierre de
templos y servicios religiosos lo que obligó al monarca a humillarse ante el pontífice. Esta contienda duró
hasta el siglo XIV.

LA POLIARQUÍA MEDIEVAL
En la Edad Media el poder político de la organización estatal, confrontó una permanente lucha con los señores feudales
y con los reyes y municipios citadinos independientes y sobre todo con la Iglesia, antes de poder llegar a una unidad
política hasta el nacimiento, a fines del siglo XV, de los verdaderos Estados Nacionales de la época moderna y
contemporánea. Esta situación de pulverización política fue abordada por el emperador Carlomagno, quien trató de
imponer sus decisiones a la multiplicidad de comunidades políticas que surgieron con el desmoronamiento del Imperio
romano, poco fue lo que pudo hacer, pues ya existía un dualismo político que se acentúa en la época feudal porque al
lado del poder del soberano existía la justicia popular dividiéndose el poder más y más al consolidarse las posiciones de
los señores feudales dentro de la comunidad política. Este fenómeno de pulverización del poder político en esta época
es conocido con el nombre de poliarquía medieval.
EL PENSAMIENTO POLÍTICO MEDIEVAL
El pensamiento dominante en esta época gira en torno a la cuestión fundamental de determinar qué poder estaba
política y temporalmente por encima del otro: si el de la Iglesia o el del monarca y los reyes de la organización política.
La tendencia general en los siglos IX a XIII fue plantear una teoría sobre la supremacía de la Iglesia y el Papa en el
mundo político. Los principales teóricos de la supremacía de la Iglesia del siglo IX al XIV fueron: Agobardo, Obispo de
Lyón; Hinemaro, Arzobispo de Reims; el Papa Nicolás I; el Papa Gregorio VII; San Bernardo; Juan de Salisbury; el Papa
Inocencio III; Emigdio el Romano y Santo Tomas de Aquino.
En contraparte, los teóricos de la supremacía secular y del monarca fueron los juristas del siglo XI quienes sostenían
que el emperador era el representante de Dios en la tierra, destacan: Irnerio, Arcusio, Baldo, Bartolo y en el siglo XVI
Juan de París, Pedro Dubois, Guillermo de Occam, Marsilio de Padua y Dante Alighieri.

LA ESCOLÁSTICA Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE SANTO TOMÁS DE AQUINO


Con el nombre de escolástica se conoce a la filosofía cultivada en los siglos VIII a XV de la era cristiana y a partir de
cuando Carlomagno facultó al Obispo de Fulda par abrir escuelas monacales y episcopales, de ahí su nombre. Se
considera la segunda etapa de la filosofía cristiana y después de la patristica, el esfuerzo mas notable por
sistematizar el pensamiento filosófico cristiano.
Los mas notables filósofos de la escolástica fueron: Juan Escoto Erigena, Guillermo de Campean, Juan de Salibury, San
Bernardo de Fontaines, Hugo de San Víctor, San Buenaventura, San Alberto el Grande y Juan de San Emigdio o el
Romano y el mayor de todos y uno de los grandes genios de la filosofía mundial: Santo Tomas de Aquino. Su
pensamiento político se encuentra fundamentalmente en sus obras “Summa teológica”, Summa contra los gentiles”,
“El gobierno de los Príncipes”, “Sobre el régimen de las Indias”, “Comentarios a la política de Aristóteles” y
“Comentarios a la Ética a Nicomaco”. Sus ideas vuelven a darle a la política plena categoría científica, aunque no
escribió un tratado especifico sobre la política si mencionó en “El gobierno de los Príncipes” los principales tópicos en
relación con los elementos del Estado.
Santo Tomas tuvo una gran influencia del pensamiento político de Aristóteles y Cicerón, a los que modificó por el
sentido bíblico y por las doctrinas de San Agustín. El ideario político de Santo Tomas representa un carácter racional
sistemático y teológico al combinar la tradición teocrática del pensamiento filosófico medieval con las consideraciones
derivadas de la naturaleza de la sociedad política de Aristóteles.
Santo Tomas funda su teoría de la autoridad política, en la concepción aristotélica de la naturaleza social del hombre
en unión de la doctrina sobre el origen divino del Estado conforme a la sentencia de San Pablo de que “no hay potestad
que no venga de Dios”. En contraste con el ideal griego de la comunidad política pequeña, Santo Tomas afirma la
necesidad de que el territorio del Estado sea lo suficientemente grande para poder defenderse mejor de sus enemigos
y establece en lugar de la polis el reino de considerable extensión territorial como el tipo de estado territorialmente
considerado como más útil a la humanidad.
En relación con las formas de gobierno, y siguiendo la tendencia general del pensamiento político del medioevo hacia la
unidad, prefiere la monarquía a la democracia porque decía que ésta era una fuente de disensiones internas y “el
gobierno tiene que concentrarse en una sola persona, como el corazón rige al cuerpo y Dios al universo”
En cuanto a la disputa entre el monarca y la iglesia, Santo Tomas proclama la supremacía de la Iglesia sobre el poder
temporal, sosteniendo que la verdad absoluta se alcanza por medio de la razón pero con el auxilio de la fe; por ello los
gobernantes debían obedecer a los sacerdotes y acatar las prescripciones divinas de la Iglesia.
Por lo que hace a la naturaleza del Estado y de la sociedad, las considera, al igual que Aristóteles, como un hecho
natural y una consecuencia de la voluntad divina. Dice que el hombre es un indigente social y que acatando la voluntad
divina se organiza en la comunidad política.
En cuanto a la justificación del Estado, dice que éste existe por la naturaleza social del hombre y por ordenación
divina, y agrega en cuanto al fin del Estado que éste es y debe ser el bien político común y temporal de los seres
humanos, dando a este fin contenidos formales como la paz y el orden social y contenidos materiales como la
protección y conservación de la población, las comunicaciones, las pesas y medidas, la acuñación de moneda y la
protección a los pobres de acuerdo con las ideas evangélicas.
Pero sin duda alguna, la parte mas importante del pensamiento filosófico-político de Santo Tomas es su concepción de
la Ley, en este caso, parte de la idea de que el universo es una unidad ordenada, sujeta a un principio ordenador que le
impone su creador, Dios. Este principio es la Ley Eterna a la que define así: “Es la razón de la sabiduría Divina, en
cuanto principio directivo de todos los actos y movimientos de los seres”. Agrega que los seres del universo tienen
distintas categorías y los hay racionales e irracionales aunque ambos están sujetos a la ley eterna, pero por su
naturaleza diversa quedan sujetos a la ley de su índole esencial, ley natural que tratándose de seres irracionales es una
ley puramente natural, a la que también quedan sujetos los seres racionales en cuanto seres naturales pero como éstos
tienen razón, y voluntad libres quedan sujetos, como hombres, a la ley ética natural que es la parte de la ley eterna que
sujeta a los humanos como seres racionales. Define la ley natural como “la luz de la razón natural, por medio de la cual
distinguimos lo que es bueno de lo malo y lo justo de lo injusto”. Pero, esta ley natural no es suficiente para ordenar la
conducta humana de manera total. El hombre por tener un fin sobrenatural se encuentra sujeto a la ley divina, y por
vivir en sociedad y agrupado con sus semejantes se encuentra sometido a la ley humana o social.

LOS ARABES Y EL ISLAMISMO


En el siglo VII dC los árabes dominan toda la cuenca del Mediterráneo, Mesopotamia, Persia, Judea y en el siglo VIII,
invaden Europa conquistando la península Ibérica. En el año 571 dC nace Mahoma fundador de la nueva religión árabe,
el islamismo o mahometanismo. Los árabes dominaron primero Arabia, Mesopotamia, Persia, Turquestán, Siria,
Palestina, Líbano y Egipto. Después toda África del Norte y su litoral mediterráneo y de ahí, por el estrecho de
Gibraltar, a España. Los árabes enriquecieron la cultura y las ciencias. Desde el punto de vista político, los árabes
constituyeron una organización política teocrática y caudillista. No aportaron a la evolución histórica política ideas
importantes.

LOS PRINCIPALES HECHOS Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO DURANTE


EL RENACIMIENTO Y LA REFORMA EN LOS SIGLOS XV y XVI

EL RENACIMIENTO
El proceso cultural del florecimiento de las civilizaciones clásicas, especialmente griega y romana se inició en la
segunda mitad del siglo XV en Florencia, Venecia, Pisa, Padua y otras ciudades italianas, abarcando todas las artes, la
filosofía y la ciencia.
Las consecuencias de este movimiento fueron variadas; en el aspecto religioso propició la libertad de creencias. Divulgó
la filosofía griega y rompió el control de la escolástica medieval propiciando la libertad de pensar y el humanismo. En la
literatura, perfeccionó las lenguas nacionales y engrandeció la poesía y los demás géneros literarios. En las Artes
plásticas, revivió los modelos idealistas griegos y romanos, y la arquitectura, escultura y la pintura fueron elevadas a
una máxima categoría; en la ciencia se propició el desarrollo de las matemáticas, la astronomía, la física, la química, la
medicina y el derecho. En la economía propició el desarrollo del comercio marítimo y favoreció los grandes
descubrimientos geográficos y científicos. Todo ello cambió especialmente por las ideas de Maquiavelo, Jean Bodin, de
los Juristas y filósofos españoles del siglo XVI, del holandés Hugo Grocio del italiano Juan Bautista Vico y de los
monarcómacos franceses e ingleses.

Descubrimientos Científicos
Principalmente la pólvora, el papel y la brújula; con el papel se desarrolla la imprenta descubierta en 1440 y cuyo
primer libro impreso fue la Biblia.

Descubrimientos geográficos
A fines del siglo XV los navegantes italianos, españoles, portugueses y vikingos hicieron grandes descubrimientos
geográficos. Estos acrecentaron el mundo conocido con el descubrimiento de tierras firmes e islas de América
Septentrional, Media y Meridional; nuevas tierras en el Oriente Asiático, y circunvalando América y África
descubrieron océanos como el Pacifico y mares en ambos hemisferios.

Conquista de América y formación de los imperios coloniales


La conquista y colonización de América por los españoles, revistió caracteres de epopeya, pues en menos de medio siglo
descubrieron, conquistaron y colonizaron el inmenso territorio que abarcó una parte de América del Norte, el Istmo
centroamericano y la enorme masa continental de América del Sur.
Las conquistas de este vasto territorio, fueron prácticamente colonizaciones, salvo las de México y Perú en las que la
conquista se llevó a cabo por medio de encarnizadas luchas pues ambas tierras eran asiento de culturas neolíticas muy
avanzadas de los imperios teocráticos azteca y quechua, respectivamente. Los procesos de conquista y colonización
dieron origen a grandes mestizajes como el ibero-americano y el anglo-asiático y produjeron procesos de
transculturación muy intensos y largos que acrecentaron enormemente la cultura occidental.
Los efectos políticos, económicos, culturales y sociales de los procesos y acciones de conquista y colonización de las
grandes naciones imperialistas europeas fueron múltiples y se tradujeron en el mercantilismo económico de los siglos
XVI, XVII y XVIII y en el predominio de la burguesía. La etapa del Absolutismo sustentó especialmente el nacimiento
de las grandes potencias europeas durante esos siglos y se formaron los Estados nacionales que originaron después el
Estado de Derecho Moderno a partir del constitucionalismo liberal de fines de los siglos XVIII y XIX.

La Reforma Religiosa
Se conoce como reforma religiosa al movimiento separatista contra la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que
determinó la ruptura de la unidad de la religión cristiana en Europa occidental y central. Este proceso fue encabezado
por el monje alemán Martín Lutero, en la primera mitad del siglo XVI. La reforma religiosa tuvo variadas y profundas
causas políticas, económicas, religiosas, filosóficas y teológicas que se mezclaron y produjeron en Europa múltiples y
sangrientos efectos. Frente a la expansión del protestantismo (resultado de la reforma religiosa), surgió la
Contrarreforma católica que inició San Ignacio de Loyola, antiguo soldado español quien fundó en 1534 la orden
religiosa llamada La Compañía de Jesús, aprobada por el Papa Pablo III en 1540. la acción de los jesuitas es bien
conocida en todo el mundo.

Principales Naciones-Estados Absolutistas en el siglo XVI en Europa


Se conoce como Absolutismo a la época en que los gobiernos de los Estados nacionales europeos fueron detentados por
un monarca que concentraba todo el poder política y lo ejercía de manera absolutista y tiránica. La etapa del
absolutismo comprende los siglos XVI, XVII y XVIII, en que se inicia la decadencia por la Revolución francesa. Este
tuvo sus mejores expresiones en España, Francia e Inglaterra y se gestó en Europa en el siglo XIV en que el poder de
los señores feudales comenzó a declinar y los burgueses, aliados a los reyes, lograron después de continuas guerras
sustraerse al poder de los señores feudales.
La consecuencia directa de esto fue el robustecimiento de la monarquía, que inició su asenso en el siglo XIV, lo
continuó en el siglo XV y llegó a su plenitud en los siglos siguientes.

NICOLÁS MAQUIAVELO
Entre sus obras políticas más importantes encontramos los tratados de política titulados “Discursos sobre la primera
época de Tito Livio”, “Las Historias Florentinas”, La vida de Castruccio Castracani” y su tratado “el Príncipe”, sobre el
arte de adquirir y conservar el poder valiéndose de toda clase de medios. A éste le preocupó la independencia de Italia
y la restauración de la prosperidad de sus ciudades, y no prestó atención alguna a las pugnas de la Iglesia con el
Estado, o las del Papa con relación al concilio o la enseñanza de las Sagradas Escrituras, ni a las opiniones de los Santos
Padres, ni a los principios del derecho natural. Para él el único método aceptable en materia política era el histórico, o
sea, la manera de enfocar los problemas del presente, y aun del porvenir, a la luz de los hechos del pasado. A
Maquiavelo le interesaron fundamentalmente las cuestiones y los hechos del presente, de su tiempo. Prácticamente le
atraía más la práctica de la política que las especulaciones filosóficas sociales y políticas.
Le importaba más la maquinaria del Estado y el gobierno y las fuerzas políticas que conformaban su acción, que la
naturaleza esencial del Estado. Por ello no formuló una teoría política ni una teoría del Estado, sino principios de
practica política y tesis sobre acción política y práctica. Por ello se le considera el primer pensador realista en
cuestiones políticas en la época moderna.
Para él el Estado es un fin en si mismo y las acciones para conservarlo están por encima de las acciones privadas de los
individuos. Maquiavelo separó la política de la ética. Durante mucho tiempo la ciencia política fue una consecuencia de
la teología, lo que daba lugar a la confusión de las acciones y tendencias e ideas políticas con las aspiraciones religiosas.
En definitiva, separó una y otra esfera de la cultura humana y estableció la subordinación franca de los principios
éticos al bienestar público y a las necesidades del Estado. Logró distinguir las funciones y fines del Estado, de las de la
Iglesia, ambas asociaciones humanas. Pero la Iglesia, pensaba Maquiavelo, siempre tiene que tomar en cuenta el
aspecto político el hombre de Estado.
Para él, el arte de la política se funda en razones de egoísmo que atestiguan la historia y experiencia de los tiempos.
Partía de su idea de concebir a la naturaleza humana cínica y pesimista y hallaba la explicación de la tendencia a la
independencia en un individualismo materialista y juzgaba que la prosperidad material era el factor más importante y
decisivo de toda acción política. Si bien no aprobó abiertamente el dolo y la traición, si llegó a justificar en la
conservación del poder procedimientos semejantes a los medios y las formas con que se había adquirido. Admiró y
elogió la fuerza y la eficacia como atributos del gobernante y despreció y criticó, por el contrario, a cualquier política
vacilante o escrupulosa.
Declara que la diversidad en las condiciones sociales requiere de una diversidad en las formas de la organización
política. Por ello dice que cuando la igualdad económica prevalece entre los hombres es respetable y beneficiosa la
existencia de una forma democrática de gobierno. Rechaza la aristocracia, en especial si se funda en la propiedad de la
tierra, por estimar ésta como semillero de luchas entre las distintas facciones políticas. Es partidario del gobierno
mixto y declara que la monarquía electiva es buena de acuerdo con las circunstancias de su tiempo.
En EL PRÍNCIPE expone una serie de reglas prácticas para que el gobernante pueda conservar su posición privilegiada
y derrote, aun mediante el engaño, a sus rivales y detenga en todo instante los amagos de la revolución.
Para Maquiavelo sólo hay dos formas de gobierno, o la Republica o la Monarquía y a ellas corresponden dos formas de
Estado similares. El Estado tiene esta disyuntiva: o extender sus dominios o perecer. La fuerza física, la astucia y la
habilidad, especialmente estas últimas, constituyen las bases esenciales para el engrandecimiento político. Decía que el
hombre de Estado debe tener la fuerza del león y la astucia del zorro.
Se opuso a la idea del derecho natural, admitida en su tiempo, y la sustituyó junto con su idea de concebir la ley como
una norma positiva creada por el soberano, por una decisión amparada por la fuerza física, influyendo con esto al
positivismo, como en el caso de León Duguit.
Formuló con claridad la distinción entre moral pública y moral privada, separación que perdura en nuestro tiempo en las
prácticas políticas y en las relaciones internacionales.

JEAN BODIN. La doctrina más importante de este pesador político es la soberanía, a la que definió “como la
facultad de crear y derogar leyes con potestad suprema” para éste la soberanía es un poder de la más alta
jerarquía, puesto que no se encuentra sometido a ninguna otra potestad ni ley positiva, ya que la misma es creada y
derogada por ese poder. Además, cuando el poder soberano crea la ley queda sometido a ella en tanto no la derogue.
Para Bodin, su fuente de inspiración fue la POLÍTICA de Aristóteles, siendo tan metódico como los escolásticos. Para
éste, la justicia y el derecho son postulados esenciales de la ciencia política y admite la existencia de una ley natural
que condiciona todas las relaciones humanas, y de una ley natural que se identifica con las normas éticas.
En cuanto al origen del Estado, lo encuentra en la familia, cree que la formación de los grupos familiares y las
asociaciones económicas encuentran su origen en el impulso social del hombre. El Estado es para él resultante de las
luchas entre estos grupos: así los vencidos se convierten en esclavos mientras los jefes militares se vuelven caudillos y
se erigen en gobernantes. Como la familia es el elemento primario del Estado para él, la comunidad política se forma
con los jefes de familia. A diferencia de los griegos, no admite como condición esencial de la ciudadanía la participación
activa en la vida pública. Piensa que hay distintas clases de ciudadanos, con diversos derechos y privilegios. Sólo,
señala, son iguales en una cosa: en su subordinación común al poder político que rige la vida del Estado por ello define al
ciudadano como “el individuo libre que está sometido a un poder soberano”. Define la soberanía (primero en utilizar el
término) como “un poder supremo que reina sobre súbditos y ciudadanos sin restricciones legales”. Piensa que la
función primordial de la soberanía es la formación de la ley y que como el poder soberano crea el derecho, no puede
estar sometido a él, ni a ningún vínculo legal.
Distingue bien entre la costumbre y la ley y considera el mandato del soberano siempre como ley. Y señala que el
soberano que no obedece la ley de Dios y la Naturaleza se convierte en tirano y el soberano es moral. De este modo
Bodin separa el deber moral de la obligación jurídica.
Se inclina por el absolutismo como la mejor forma de gobierno y tiende a identificar la teoría del poder soberano con
la persona misma del rey, emperador o monarca y afirma que la autoridad de éste procede de Dios y con arreglo a los
libros bíblicos se inculca al pueblo el deber de la obediencia pasiva.
Distingue bien entre el Estado y el gobierno, sosteniendo que la característica del Estado reside en la posesión de la
soberanía, y que la forma de gobierno depende del sistema mediante el cual ejerce sus funciones el soberano. Afirma
que los Estados pueden ser monárquicos, aristocráticos o democráticos, según el poder sea de uno solo, de una minoría
o de la mayoría de los ciudadanos. Rechaza las formas mixtas de gobierno y se opone a las pretensiones de los
parlamentos y asambleas generales de Estados de su tiempo.
Cree que la monarquía hereditaria es la mejor forma de gobierno excluyendo a las mujeres, porque el hecho de que el
monarca en turno sea hombre, evita las pugnas internas y puede hacer frente a la imprevisión de los acontecimientos.
Para éste, la monarquía es más estable políticamente que la democracia, la que predispone a la revolución.
Para Bodin, las causas de las revoluciones tienen su origen en supersticiones astrológicas y actitudes prelogicas (¿?)
Piensa que cada pueblo tiene que adaptar sus instituciones políticas a las características propias de la índole de su vida
y concede entre los factores sociales una verdadera importancia al clima y a los accidentes geográficos, distinguiendo
las costumbres entre los pueblos del norte y los del sur y los de los habitantes de las montañas y costas o valles y
llanuras, adelantándose a Montesquieu en este aspecto. Concedió gran importancia a las cuestiones practicas del
Estado y condenó la esclavitud y la intolerancia religiosa. Distingue bien entre jurisdicción y propiedad y aboga por la
propiedad privada, negando el derecho del gobierno a intervenir en la esfera de la propiedad privada y sostiene el libre
cambio y la libre empresa. Considera indigno que el soberano se enriquezca con las rentas provenientes del tráfico
extranjero o interno. La administración de la justicia debe ser encomendada a magistrados especiales, sabios y
honorables, sostiene.
Señala finalmente, una distinción entre el derecho natural y el jus gentium y dice al respecto que sólo el primero obliga
y restringe al soberano.

LOS MONARCOMACOS.
Como ya vimos, la primera expresión histórica del Estado-Nación es la monarquía absoluta, ello por la necesidad de
contar en cada Nación con una autoridad central, única y fuerte en Europa Occidental a la terminación de la Edad
Media.
Ese poder central fue la solución a los problemas de la poliarquía medieval. Posteriormente y por la dialéctica histórica,
ya no fue el absolutismo solución, sino problema por la dinámica social.
La teoría del derecho Divino de los reyes, se resume en los siguientes postulados:
• La monarquía es de origen divino y como potestad es ordenada por Dios, consecuentemente
• La monarquía es hereditaria se transmite por derecho de sangre y no por convenio ni por voluntad humana.
• Los súbditos deben plena obediencia al monarca y deben cumplirla pasivamente.
• El monarca sólo es responsable de sus actos ante Dios, pero no ante ninguna persona humana ni individual ni
colectiva.

Ante estas teorías, aparece un grupo de pensadores de todos los niveles que se denominaban monarcomacos.

Con este nombre se conoció al conjunto de pensadores que se oponían al Derecho Divino de los Reyes, éstos postulaban
el derecho de los pueblos a la resistencia al monarca cuando su mandato era arbitrario. A este grupo pertenecieron
pensadores protestantes y católicos. Destaca entre los protestantes el libro “VINDICTA CONTRA LOS TIRANOS”
de autor anónimo que resume el pensamiento de casi todos los monarcómacos de la época. Las ideas fundamentales que
destacan son:

1. Los súbditos no están obligados a obedecer los mandatos del príncipe si estos son contra la Ley de Dios. Es
lícita la resistencia al príncipe que manda algo contra la Ley Divina,
2. La resistencia legítima corresponde ejercerla al pueblo, a los magistrados y a los representantes de aquél
3. También es legítima la resistencia al príncipe que destruye al Estado y corresponde al pueblo y a sus
representantes, y
4. Los príncipes vecinos deben auxiliar al pueblo que resiste a un príncipe tirano, que ataca la religión y atenta
contra el Estado.

LOS HECHOS Y LAS IDEAS POLÍTICAS MÁS IMPORTANTES DURANTE EL SIGLO XVII.

EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE TOMÁS HOBBES. La tendencia de la secularización de la Ciencia política, tiene


como máximo exponente en el siglo XVII al inglés Hobbes, quien aplicó el racionalismo naturalista tanto al Derecho
como a la política y por su metodología y profundidad, se le considera el iniciador de la Teoría Política Moderna. Entre
sus principales obras se encuentran: Elementos Filosóficos del Estado, el Leviatán y sus tratados sobre los cuerpos y
el hombre; Elementos de la Ley Natural y Política y De Cive. Este filosofo amaba el orden social y creía que la teoría
del derecho natural que defendían los antimonárquicos, conducía a la anarquía. Pensaba así por su estrecha vinculación
con los realistas de Inglaterra y por su aversión a las turbulencias y desórdenes de la revolución puritana inglesa.

+ Para él la Doctrina del Pacto Social y la de la Ley Natural constituyen las bases de su defensa al absolutismo
monárquico. Así, el “Estado es el gran Leviatán, un gigante formado por todos los hombres que encierra la unidad
absoluta y el poder soberano”. Y agrega “los demás grupos humanos y las asociaciones son solo unos gusanos dentro
del Estado”.
+ Tenía una concepción determinista y mecánica de la naturaleza humana y negaba por ello la libertad de opción y no
creía en la caída del hombre desde un primitivo estado de inocente felicidad porque, según él, los hombres son
todos iguales y son por naturaleza egoístas; Ninguno es tan fuerte que no pueda temer a los demás, ni tan débil
que no pueda ser peligroso.
+ Piensa asimismo que para asegurar la protección y el orden social se creó voluntariamente la “sociedad política o
Estado” de manera artificial y contraria a la sociedad humana natural, mediante un contrato o pacto de unión a la
manera de Juan Bautista Vico en su pacto unionis. Y los hombres en una sociedad luego se someten
voluntariamente a una autoridad o gobierno en un pacto sujetionis. Para él, el egoísmo es el motivo determinante
de la autoridad y de la ley y del gobierno que surge por un deseo instintivo humano de conservación social.
+ Cree que es el instinto de conservación el que obliga al hombre a reunirse y someterse a una ley y un orden y a un
mando o gobierno y que ello es voluntario.
+ Hobbes cree que el derecho natural es la libertad que tienen los hombres para hacer cuanto sea necesario para la
conservación de su existencia y que las normas que descubre –limitaciones o prohibiciones- que se oponen a la
conservación del orden social constituyen el contenido de la ley natural.
+ La igualdad de los hombres con respecto a la posesión de los derechos naturales es la causa de que el estado de
naturaleza se convierta en un estado permanente de guerra de todos contra todos y precisamente la creación humana
del Estado y del poder del soberano liberan a los hombres de esas calamidades, así, la voluntad del soberano es la única
fuente de la ley.
+ Afirma que para conseguir vivir en paz los hombres constituyen la sociedad política mediante un pacto, ceden sus
derechos naturales a un poder común al que se someten por miedo. La persona o personas que reciben este poder es o
son soberanos. Según estas ideas, el soberano es un agente con poderes ilimitados y autoridad plena, indiscutible y
absoluta. El soberano puede delegar sus poderes sin perder nunca esas facultades como dato de su personalidad.
+ Rechaza la idea de una monarquía limitada y no piensa que el contrato social represente un suceso en la historia de la
formación del Estado; asimismo rechaza la teoría de los monarcómacos y cree que sólo Dios puede castigar a los
gobernantes injustos y despóticos. Cuando la revolución triunfa sobre el soberano, es que ha fracasado en su misión y
no puede cumplir el compromiso del contrato social.
+ Desaprueba el excesivo intervensionismo gubernamental, el soberano tiene la obligación y el derecho de hacer las
leyes, pero debe permitir después que se haga todo lo que las leyes no prohíben sin oponerse a la paz social. Y señala
que las leyes deben ser pocas en número y sencillas en la expresión. El Estado es un mal necesario que evita la anarquía
y la ley es el mandato formal y expreso del soberano dirigido a todos los súbditos y distinto de la política y la moral.
+ El soberano tiene la facultad de hacer y derogar las leyes y está por encima del mismo derecho. Rechaza la
concepción corriente del derecho natural porque dice que si se admitiera en sus términos tradicionales, cada hombre
podría interpretarlo con arreglo a su voluntad.
+ El soberano para Hobbes tiene un poder supremo tanto en los asuntos del orden espiritual, como en los negocios
temporales aunque aconseja la tolerancia en materia religiosa.

El derecho natural racionalista. El individualismo liberal democrático.


El derecho natural racionalista, parte fundamental de la filosofía de la Ilustración, significó como toda esa filosofía el
paso del pensamiento filosófico medieval y del Renacimiento, al pensamiento filosófico de los siglos XVII y XVIII, con
su exaltación de la razón humana como motor de la historia y la dignificación política del hombre, y fue la base
fundamental de la filosofía del liberalismo y de la filosofía política de la democracia como forma de Estado, de
gobierno y de vida. Esta fue la base ideología de tres de los hechos más importantes de la historia moderna de las
sociedades humanas: la guerra de independencia de Estados Unidos de Norteamérica, la revolución burguesa de
Francia y la guerra de Independencia de las Naciones Iberoamericanas.
Los más importantes representantes del jusnaturalismo moderno racionalista fueron los filósofos alemanes SAMUEL
PUFENDORFF, CHRISTIAN THOMASIUS y CHRISTIAN WOLFF. Posteriormente el jusnaturalismo racionalista
fueron el inglés JOHN LOCKE, MANUEL KANT, l suizo JEAN JACQUES ROUSSEAU y los filósofos franceses de la
enciclopedia.
Esta corriente rompe con la tradición aristotélico-tomista y busca encontrar un fundamento nuevo al derecho natural.
Para todos estos pensadores el derecho natural no es una norma emitida por la divinidad, más aún, declaran
expresamente que la idea de que la justicia divina es el arquetipo de la justicia humana, es desconocida por la razón.
Niegan también que exista un a priori ético al que la razón tenga que descubrir, y afirman que es la razón contemplando
la existencia humana y social quien debe descubrir las normas universales para la conducta.

La revolución democrática inglesa de fines del siglo XVII


En Inglaterra no se logra un triunfo completo del absolutismo porque este fue sustituido por la monarquía
parlamentaria a la muerte de Isabel en 1609 en que entró al poder Jacobo I y aun cuando este quiso implementarla no
lo logró por las pugnas religiosas con Carlos I. Pese a que clausuró el parlamento se vio obligado a convocarlo para
vencer la insurrección de los escoceses. Al final, el Parlamento lo condenó, fue muerto por tirano y se proclamó la
República que encabezó Oliverio Cromwell en 1649. Esos sucesivos procesos revolucionarios fueron la lucha del pueblo
inglés en defensa de sus derechos de libertad para poner un límite al poder del monarca y tuvieron su origen, por una
parte, en el individualismo económico de los propietarios de tierra, industriales, artesanos y comerciantes de la
ciudad, y por la otra en el liberalismo democrático que se fundaba en las tradicionales Cartas de Derechos.

JOHN LOCKE.
Locke es el primer teórico del individualismo liberal y de la democracia burguesa. Esto es, se dice que es el teórico del
Estado individualista y liberal. Este era un ferviente defensor de la libertad individual de los hombres frente a los
monarcas, pero al mismo tiempo era un espíritu elitista a quien no le importaba la plebe sino únicamente los tenedores
de la riqueza.
Entre sus primeras obras se cuenta el “Ensayo concerniente al entendimiento humano” obra filosófica más
importante; en el aspecto político escribió: “Dos tratados sobre el gobierno civil” y una “Epístola sobre la tolerancia
religiosa”.
Fue el primero en plantear el problema de su época y aun vigente en gran parte del mundo occidental al estimar que el
poder político corresponde a los tenedores de la riqueza material, a los dueños de la tierra y a los dueños del capital.
Locke se opone acremente a las teorías de Robert Filmer y sienta las bases individualistas, liberales, democráticas,
representativas y elitistas para que la nobleza, los terratenientes y la burguesía naciente adquieran y ejerzan el poder
político en beneficio de su dominio material y patrimonio económico.
Al estudiar el problema de la esclavitud, declara que “la libertad ante el poder absoluto y arbitrario es tan necesario
para la preservación del hombre, que de ella no podrá separarse. Porque el hombre careciendo de poder sobre su
propia vida no podrá por pacto o propio consentimiento hacerse de nadie esclavo, ni ponerse bajo el poder absoluto y
arbitrario de otro que aún pudiera quitarle la vida a su albedrío”.
De esta idea desprende la realidad de un derecho natural a la libertad que pertenece al hombre como ser anterior a la
formación de la sociedad con cuya doctrina es precursor del pensamiento liberal de los siglos XVIII y XIX. Sin
embargo, no deriva de su idea de libertad su concepto sobre la igualdad de los seres humanos ni siquiera en el aspecto
política, como lo confirma cuando señala “el fin mayor y principal de los hombres que se unen en comunidades
políticas y se ponen bajo el gobierno de ellas es la preservación de su propiedad”. Complementándola con su idea
“la propiedad es el derecho que tiene el hombre sobre su vida, libertad y haciendas”.
Para John Locke, la propiedad es un derecho natural no sólo sobre las cosas, sino sobre sus frutos por el trabajo
humano pues dice que “si bien Dios no hizo a ningún hombre propietario de cosa alguna, si le dio propiedad sobre su
cuerpo, por lo que todas aquellas cosas a las que incorpora su energía de trabajo, siempre que no sean propiedad de
otro, se convierten en su propiedad, ya que si no fuese así, otros hombres se aprovecharían del hacer de su cuerpo”.
Estima al derecho natural como el antecedente del derecho positivo. Cree que los hombres son iguales y poseen las
mismas facultades jurídicas bajo el derecho natural. Entre aquellas facultades y atribuciones se encuentran el
derecho a la vida, la libertad y la propiedad; y considera fundamental el derecho a la propia conservación.
Para Locke, la libertad supone la autonomía de la voluntad frente a todas las normas, excepto los derechos naturales.
La propiedad privada procede del comunismo primitivo, cuando el hombre incorpora su trabajo a un objeto determinado
dándole mayor valor, como puede verse, este concepto influyó en el socialismo moderno.
Cree que la soberanía de la comunidad política o Estado no es absoluta, porque tiene únicamente el ciudadano y la
defensa de la ley natural a la que debe protección. Hay que hacer notar que Locke no utiliza la palabra soberanía, sino
poder. Asimismo, piensa que la condición de miembro y partícipe de la comunidad política se establece mediante el
consentimiento, expreso o tácito, este último se establece por la permanencia en la comunidad o por tener propiedades
en su territorio. Así los efectos del contrato se extienden a los sucesores y descendientes de los fundadores.
Reconoce de manera explícita la distinción entre Estado y gobierno y a veces presenta la idea de un segundo contrato,
mediante el cual se crea el gobierno tras el establecimiento de la sociedad política. A diferencia de los pensadores
monárquicos que fundan la idea de la autoridad en un contrato entre el rey y el pueblo, Hobbes y Locke encuentran la
idea del origen del Estado en un “pacto social concluido y celebrado sólo por el pueblo”
En cuanto a las formas de gobierno, éste continúa con la tradición aristotélica al dividir las formas en monarquías,
aristocracias y democracias atendiendo las bases de la función legislativa.
Para él los poderes Ejecutivo y Judicial dependen estrechamente del que hace la ley. No obstante, Locke no desarrolla
a plenitud una teoría de separación de poderes a la manera de Montesquieu, aun cuando es el antecedente de aquél.
Piensa que la democracia representada por delegados electos por el pueblo es la mejor forma de gobierno. La
monarquía le parece aceptable, siempre que se prive al rey del poder de hacer las leyes y se reconozca la voluntad del
pueblo; esto es que la monarquía sea limitada, constitucional y parlamentaria.
En el problema de las relaciones del Estado y la Iglesia, se muestra partidario de la plena separación de funciones, por
cuanto son distintos los fines de estas asociaciones y rechaza, consecuentemente, el carácter político del gobierno
teocrático. Sostiene que el Estado debe limitar su acción a la conservación del orden social sin inmiscuirse en la
salvación de almas.

Samuel Pufendorff. Constituye el primer representante de las tendencias racionalistas de la filosofía moderna.
Intenta una reconciliación entre la teoría absoluta de la soberanía de Hobbes y la tendencia moderada y ética de la
soberanía de Grocio.
Emplea en su trabajo un método racionalista, evitando las citas clásicas de Grocio y las referencias a las Escrituras de
Hobbes. Se opone a las doctrinas oscuras de los teólogos de su tiempo que sostienen la teoría del derecho divino. Se
funda en el derecho natural racional, sobre el que desarrolla su teoría política, siguiendo a Grocio en la definición de la
ley natural como conjunto de principios racionales sobre lo justo y lo injusto. Se inclina por el utilitarismo de Hobbes,
al hacer del egoísmo el factor esencial de la conducta humana y al examinar las instituciones de acuerdo con sus
resultados en la realidad.
En sus obras “del derecho natural y de gentes” y “el oficio de los hombres y los ciudadanos”, parte del supuesto
del estado de naturaleza y afirma que el instinto social de los hombres los lleva a constituirse en sociedad, estado en
donde reina el derecho natural y falta la autoridad política. En el estado de naturaleza los hombres son
desafortunados, porque impera el egoísmo y viven esclavizados a sus instintos e impulsos sin someterse a la razón. No
acepta, como Hobbes, que el estado de naturaleza sea de una guerra continua. Cree que la sociedad política nace de un
pacto voluntario, como piensa Locke, a quien influyó, y que ello es así para evitar los males que resultan de la
imperfección del hombre. Para él este contrato tiene dos fases: el pacto de unión y el pacto de sujeción, a la manera
de Hobbes y de Vico así como de los primeros teóricos antimonárquicos.

El pensamiento político del siglo XVII en Holanda.


Hugo Grocio
Funda sobre las ideas de Francisco de Vitoria y Domingo de Soto el Derecho Internacional, sobre las bases del
Derecho de gentes y como parte del Derecho Natural, estas ideas las plasma en su obra “Del derecho de la Guerra y
de la Paz”
Baruch Spinoza
Este desarrolla las teorías de Hugo Grocio sobre la soberanía, así como las concepciones políticas y morales de
Hobbes. Conocía la intolerancia religiosa por lo cual aboga por la libertad de creencias. Sostiene la teoría del pacto
social como fundamento filosófico de la libertad y de una forma moderada de gobierno democrático.
Es menos materialista que Hobbes y cree en la preeminencia del egoísmo como factor esencial de las acciones humanas.
Su pensamiento es influido por Maquiavelo. Por lo que se refiere al fin del Estado, considera que éste es proteger los
intereses de los individuos; no considera, por otra parte que el Estado sea un mal necesario por el contrario, afirma
que obedece a las necesidades racionales de los hombres. Considera que el origen del Estado es un pacto voluntario
entre los individuos, mediante el cual se fusionan sus voluntades y piensa que los hombres ceden parte de sus derechos
individuales ante los intereses generales, con lo cual se anticipa a Rousseau y Sieyes, siguiendo a Locke.
Para éste, la mejor forma de gobierno es la republica aristocrática sintiendo poca simpatía por la democracia radical y
cree que la monarquía es totalmente insostenible.

HECHOS POLITICOS MÁS IMPORTANTES EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVIII


El periodo que abarca la primera mitad del siglo XVIII se caracteriza en el continente europeo por el arribo y difusión
de las ideas políticas de los filósofos ingleses, principalmente Hobbes, Locke y Hume.
• En este periodo se suscitan en Europa diversas guerras por las ambiciones imperialistas de Luis XIV y de su
sucesor a partir de 1715 y, Francia e Inglaterra se encuentran en constantes conflictos bélicos originados
por su expansión imperial colonialista en Asia, África y América y sus disputas con España por las mismas
razones y por el dominio de los mares.
• Hay un avance importante en el Derecho Internacional a consecuencia de las múltiples guerras entre las
monarquías dinásticas de las Casas de los Borbones, Habsburgo y Hohenzoller.
• En esta época aparecen los regímenes monárquicos llamados del DESPOTISMO ILUSTRADO, con Federico el
Grande en Prusia, a partir de 1740, Catalina la Grande en Rusia, Carlos III en España, María Teresa en
Austria y Luis XV en Francia.

FILOSOFÍA POLÍTICA DE LA ILUSTRACIÓN.


Al siglo XVIII se le conoce como el siglo de las luces por el avance que en los conocimientos humanos tuvo esa época
dentro de la cultura occidental.
Los principales filósofos de la Ilustración fueron Christian Thomasius y Christian Wolff en Alemania. Y luego
la filosofía criticista de Emmanuel Kant. En Italia el pensamiento filosófico de Juan Bautista Vico. En Inglaterra David
Hume, y en Francia Juan D’ Alembert y Dionisio Diderot y el de los filósofos políticos Carlos de Secondat y Francisco
María de Arouet (Voltaire) y del Suizo Juan Jacobo Rousseau.

CHRISTIAN THOMASIUS.
En su obra principal “Fundamentos del Derecho Natural y de Gentes” sigue las doctrinas de Pufendorf y
separa la ciencia moral de la Jurídica; distingue asimismo el derecho positivo del derecho natural y de los derechos
innatos o naturales en el hombre –inherentes a su persona y adquiridos- cuya existencia depende de las leyes humanas.
Afirma que la libertad individual y el derecho a la vida son derechos naturales; la propiedad y el ejercicio de la
autoridad, en cambio, son derechos adquiridos o derivados.
CHRISTIAN WOLFF
Su obra política más importante es “De la Política e Instituciones del Derecho Natural y de gentes” y en
ella desarrolla las teorías de Pufendorf y Grocio. Deduce el derecho natural de la naturaleza moral del hombre y los
derechos naturales de los deberes éticos, fundamentales en la vida humana. Piensa que todos los hombres son iguales
porque tienen los mismos derechos y deberes y que no existe, por tanto, hombre alguno que pueda alegar un derecho
sobre otro fundado en la naturaleza. Para éste, el origen del Estado se encuentra en la cesión de ciertos derechos
naturales por parte de los individuos, pues cada uno se desprende de todo cuanto sea necesario para la satisfacción del
bien común. El fin del Estado se encuentra en la defensa y protección de la comunidad y en el fomento del bienestar
individual.

JUAN BAUTISTA VICO


Su obra es muy distinta al jusnaturalismo predominante y al contractualismo, éste da origen al historicismo
psicológico. Sus obras principales son: “El principio y el fin del derecho”, “La constante Jurisprudencia” “Principios
de una ciencia nueva”, sin duda la más importante de sus obras.
Recibe la influencia de Bacon, por el método científico; de Grocio por la concepción de las relaciones internacionales;
de Maquiavelo por lo que hace a las formas de gobierno y de Bodin por el concepto de soberanía. Piensa que tanto el
derecho como los fenómenos políticos están influidos por el momento histórico, las condiciones físico-geográficas del
lugar y el carácter y las condiciones psicológicas de los grupos humanos.
En cuanto al origen del Estado cree en un doble contrato, primero el pacto de unión y luego el pacto de sujeción. Decía
que las formas de gobierno habían atravesado por tres fases: la teocrática, la monárquica y la democrática y que una
forma sucedía a otra. Afirmaba que en Europa ya se había alcanzado la fase democrática la que imperaba en dos
formas: la republicana en la que el pueblo gobierna directamente, y la monárquica en la que el pueblo delega su poder en
el monarca, se advierte la influencia de Aristóteles, Cicerón, Maquiavelo y Bodin. Su pensamiento, desafortunadamente
sólo prevaleció en Italia (Nápoles).

FRANCISCO MARIA DE AROUET (VOLTAIRE)


Fue el crítico más agudo y mordaz contra las instituciones y estructuras francesas de su época. Sus obras
principales son “Telémaco”, “Discurso sobre la Filosofía”, “Cartas sobre los Ingleses”, “Ideas republicanas”,
“Pensamientos sobre la Administración” y “Tratado sobre la tolerancia”. Ataca la dominación eclesiástica, la
opresión en todas sus formas y lucha por la libertad intelectual, religiosa y política. Aboga por la libertad de prensa, de
elecciones y parlamentos y solicita derechos para la creciente “clase media”. No tenía confianza en la clase baja ni
campesina por su falta de capacidad política. Por ello sostenía que la monarquía ilustrada y tolerante era la mejor
forma de gobierno. Sin embargo, como no se podía tener confianza en la rectitud del gobierno de los reyes, la
Republica era la forma de gobierno más tolerable. Sostiene la igualdad, por derecho natural, de los hombres en cuanto
a libertad, propiedad y protección legal.

DAVID HUME
Filósofo empirista y criticista más importante de Inglaterra, desde el punto de vista político, sus principales
obras son: “Ensayos de Moral y Política” y “Discursos Políticos”. Su ideología la basa en el rechazo a la concepción
teológica y del pacto social del Estado, para él lo útil y conveniente, también es moral y que la moralidad no puede
separarse del Derecho positivo. Estableciendo similitud con Vico respecto a la influencia de la Historia y la Psicología
en el Estado.
Ataca la doctrina del pacto social desde dos puntos de vista: el histórico y el lógico. Desde el punto de vista histórico,
sostiene que el pacto voluntario es incompatible con la inteligencia del hombre primitivo y no se encuentra ningún
ejemplo histórico de ese contrato; la voluntad de los primeros contratantes no puede haberse heredado por sus
descendientes en muchas partes del mundo.
El origen del Estado se encuentra en la usurpación y la conquista, y la obediencia de los súbditos resulta de la vigencia
de las costumbres y en ocasiones incluso de los simples hábitos, por eso los hombres que nacen en un Estado
nunca se preocupan del origen de éste. Afirma, además, que las revoluciones sociales en su mayoría son
organizadas por unos cuantos. Según él, la autoridad se funda en la Psicología humana. Afirma que la
existencia del Estado se funda en su propia utilidad. Así también, cree que las ideas que se aceptan por la
generalidad son aquellas que conducen al bienestar de los individuos. Concuerda con Hobbes en considerar
que los hombres son egoístas por naturaleza, y en la necesidad de contar con leyes y magistrados que eviten
los abusos e injusticias de los poderosos. Es enemigo del gobierno popular y de los partidos políticos, y
sostiene que la autoridad gubernamental va unida estrechamente al régimen de la propiedad.

EMMANUEL KANT.
De acuerdo con la definición griega de sabiduría, se puede decir que Kant es de los más grandes sabios que han
existido. Nació en Alemania (Könisberg) en 1724 y murió en ese mismo lugar en 1804. Las ideas jurídicas y políticas de
Kant se encuentran fundamentalmente en su “Critica de la razón práctica”, “Metafísica de las costumbres” y en sus
“Tratados para la paz perpetua” y “ “Principios metafísicos de la doctrina del derecho” y son los siguientes:
Kant se refiere al derecho natural y del contrato social como pura idea que expresa el fundamento jurídico del Estado,
como su arquetipo racional y no como un hecho histórico acaecido realmente. Por ello se afirma que con Kant termina la
Escuela del Derecho Natural y comienza la del Derecho Racional. El derecho natural se convierte, en el pensamiento
kantiano, en derecho de la razón.
Piensa que la moral es independiente y superior a la utilidad y niega que la regla suprema de la conducta humana sea la
tendencia a la felicidad, por tratarse de un elemento variable. La moral se distingue radicalmente de la utilidad y el
placer y si se obra por cualquiera de estos fines, la acción y la voluntad racional que la originan pierden su carácter
moral.
Según Kant, el derecho se refiere sólo al aspecto físico o externo de los actos; esto es, debe considerar tan sólo si
una acción se ha cumplido o no, prescindiendo de los motivos que determinan el acto o abstención.
Kant afirma que la exterioridad del derecho, la esencial coercibilidad de las normas jurídicas no existe en relación con
la norma moral “porque sobre las intenciones no se puede ejercer violencia y para ésta, la conciencia es un campo
inaccesible”. Afirma al respecto, que “el pensamiento es libre por naturaleza”; en cambio, agrega, “derecho y
posibilidad de constreñir a una determinada conducta son una sola y misma cosa”. Por ello Kant reduce el derecho a
normas reguladoras de las acciones de los hombres, y para hacer posible su coexistencia lo define así: “el Derecho es
el conjunto de condiciones por las cuales el arbitrio de cada cual puede coexistir con el arbitrio de los demás, según
una ley universal de libertad”.
Kant recibe una gran influencia de Rousseau, de quien acepta la teoría del contrato social, y define al Estado “como una
multitud de hombres que viven según las leyes del Derecho”; pero agrega “esta multitud debe ser concebida como
asociada por virtud de un contrato, por voluntad de todos”.
Kant, en cuanto a las formas de gobierno acepta las ideas y doctrinas de los filósofos constitucionalistas Locke,
Montesquieu y Rousseau sobre la división de poderes. El Poder Legislativo, dice “no debe ser confundido con el
Ejecutivo, pues aquel corresponde al pueblo y ejerce así su soberanía popular; y el Ejecutivo, en cambio, puede ser
delegado en órganos gubernativos”.
En cuanto a los fines del Estado, se reducen únicamente a la tutela del derecho, pues piensa que el Estado debe
asegurar a los ciudadanos el disfrute pleno de sus derechos naturales y racionales. Afirma que el Estado habrá
cumplido su función “cuando haya asegurado la libertad de todos” y en este sentido será un Estado de derecho.

TESIS POLÍTICAS DE MONTESQUIEU.


El primer tratado ordenado y sistemático de política que resulta de la inquietud intelectual de la Ilustración
es “El Espíritu de las leyes” de Montesquieu publicado en 1748. en el aspecto histórico destaca la obra “Las
consideraciones sobre la causa y decadencia de los romanos”.
La obra de Montesquieu sigue el método histórico e inductivo de Aristóteles y Maquiavelo y estudia profundamente las
instituciones políticas de Roma. Se le considera precursor de las escuelas científico-filosóficas del historicismo y
geográfica así como de la Sociología.
Las ideas políticas plasmadas en “el Espíritu de las leyes” de Montesquieu, son de importancia capital para la teoría
política, para la propia teoría del estado y para la conformación del Estado Constitucional moderno.
Montesquieu emplea el método empírico más que las ideas abstractas en el estudio de las cuestiones políticas y le
interesan sobremanera las condiciones concretas y actuales. Cree en la existencia de principios fundamentales de
derecho en el seno de la naturaleza, pero piensa que para alcanzar las enseñanzas de ésta no hay que partir de
deducciones basadas en la razón sino en los hechos de la historia y en la observación de las circunstancias de la vida
política.
Por ello no cree en la justicia abstracta ni en el establecimiento de un sistema acabado de leyes. No acepta, en gran
parte de su trabajo, las ideas del derecho natural, ni las tendencias de la Ilustración francesa, prefiere las reformas a
las instituciones políticas de Francia que su crítica y los ataques al régimen de Luis XV. Su ideal era la conservación de
la monarquía y las tradiciones, pero combinándolas con garantías a la libertad a través de la separación plena de las
funciones de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Cree que se necesita un sistema de principios para poder determinar
el carácter de las instituciones y de la legislación. Afirma que de las relaciones entre los Estados nace el Derecho
Internacional; de las relaciones entre gobernantes y súbditos en un Estado nacen las leyes políticas, y de las relaciones
entre particulares nace el Derecho Civil.
Montesquieu trata de los principios en que se fundan las distintas formas de gobierno y hace una clasificación de éstos
en: despóticos cuando gobierna uno solo sin sujeción a la ley; monárquicos cuando gobierna uno solo con sujeción al
derecho y republicanos cuando el pueblo retiene todo el poder político. Este ultimo puede ser democrático o
aristocrático. El despotismo se funda en el miedo; la monarquía en el honor; la aristocracia en la moderación y la
democracia en el patriotismo o virtud política. El valor de las formas de gobierno es relativa, cuando cambia el espíritu
que anima a determinada forma de gobierno sucede necesariamente una revolución. Las democracias declinan cuando no
se practican las virtudes políticas y desaparece el espíritu de igualdad. El fin de las aristocracias se determina por la
ausencia de moderación entre las clases gobernantes. Cuando se debilita el imperativo del honor entre los gobernantes
ha llegado a su fin la monarquía.
Concedió gran importancia a la cuestión de la libertad y en relación con este tema desarrolló sus ideas partiendo de los
postulados de Locke sin tomar en cuenta los derechos naturales ni el individualismo. Distingue entre libertad civil y
política. La libertad política resulta de la relación que se establece entre los hombres y el estado, siendo ésta el
extremo u oposición al despotismo. La libertad civil nace de las relaciones que se establecen entre los hombres; y esta
es lo opuesto a la esclavitud. La mejor garantía de la libertad se encuentra según él en una separación de los poderes
Legislativo, Ejecutivo y Judicial del gobierno de un Estado.
Piensa que el ejercicio del poder por cada órgano del gobierno debe ser independiente de los demás mediante el
establecimiento legal de competencias y la limitación jurídica de unas y otras funciones. Siguiendo las ideas de Bodin,
concede gran importancia a la influencia del medio físico en el desarrollo de las instituciones políticas y sociales y da
especial importancia al clima y a la fertilidad del suelo y a la topografía del territorio, aunque cae en aspectos de
determinismo cuando afirma que los climas fríos propician la libertad política y los calurosos propician el despotismo; la
montaña facilita la libertad y la llanura la tiranía.

JUAN JACOBO ROUSSEAU


Nace en Ginebra, Suiza en 1712 y muere en 1778, en Paris. Los inicios de su vida prácticamente se
caracterizaron por una gran inestabilidad emocional hasta los 16 años en que se va a vivir a la provincia de Chambery,
ahí se dedica a leer y logra una gran cultura. (EJ: Una mente brillante)
En 1761 publica su obra “Carta a D’Alembert” sobre los espectáculos; en 1762 la novela romántica “Una
nueva Eloísa”; en 1764, el “Emilio o Tratado sobre la Educación” en 1768 su obra principal “El Contrato Social”;
antes de estas había ya publicado “El discurso sobre las ciencias y las artes” (1749) y “El discurso sobre el origen
y las causas de la desigualdad entre los hombres” en 1752. “Divagaciones de un paseante solitario” y
“Confesiones”, fueron publicadas después de su muerte.
Sus ideas influyeron definitivamente al pueblo francés de la segunda mitad del siglo XVIII para lanzarlo a la
revolución que derrumbó en Francia y en todo el mundo al absolutismo como un sistema de gobierno. Esta influencia
doctrinaria junto con la tesis de la división de poderes de Montesquieu, fueron el motor fundamental de la
independencia de todas las naciones de América, ya que la idea central del Contrato Social sobre la libertad y la
igualdad de todos los hombres es la columna vertebral de su doctrina sobre la soberanía que radica en el pueblo y en la
nación. Rousseau propone que sean iguales los derechos de las clases medias, las campesinas y las obreras, a las de la
nobleza, los militares y los eclesiásticos. No tiene confianza en una civilización artificial que se funda en los trabajos
del hombre, en las ciencias y en las artes. Sus ideales tienden al logro de la democracia directa y a la igualdad política;
parte del supuesto de un estado de naturaleza anterior a la sociedad, en donde viven los hombres en un plano de
igualdad, contentos, satisfechos y bastándose a si mismos. La piedad, el propio interés y no la razón determinan su
conducta. Los males aparecen con el progreso de la civilización.
La división del trabajo como resultado del desarrollo de las artes y la aparición de la propiedad privada crean
distinciones entre ricos y pobres y rompen la felicidad natural de los hombres, originando el establecimiento de la
sociedad civil. Difiere de sus antecesores: Hobbes, Locke, los filósofos de la ilustración y los jusnaturalistas, por el
desprecio que hace a la razón humana, a la cual considera como producto de la vida artificial del hombre en la sociedad
organizada. El ideal de Rousseau se concentra en el <noble salvaje>. El Estado por ello para él es un mal que se
convierte en necesario cuando nacen las desigualdades entre los hombres. Según Rousseau, cada individuo cede a la
comunidad parte de sus derechos naturales; de esta manera se establece una organización política con voluntad propia
distinta de los miembros que la integran.
Dentro del Estado cada individuo posee una parte igual e inalienable de la soberanía considerada en su
totalidad, y recobra de nuevo bajo la protección del Estado los derechos de que se desprendió primeramente.
El Contrato social para Rousseau, tiene carácter de civil y no de un pacto de gobierno, en todo caso sería el “pacto
unionis” de Vico y no el “sujetionis”. Según la concepción de Rousseau las voluntades individuales de cuantos resumen
sus derechos y poderes en el seno de la comunidad se fusionan después, dando nacimiento a la voluntad general.
Para que exista el pacto social es necesario que el consentimiento del pueblo resulte unánime. Una vez que se forma el
Estado, la voluntad de la mayoría representa a la voluntad general; la minoría sufre una equivocación al apartarse de la
mayoría, y no puede pretender que prevalezca su voto frente al sentir de la voluntad general. La minoría es mas libre
cuando sufre una derrota y se somete a la mayoría, que cuando persiste en su decisión. (Absurdo teórico de
Rousseau). A pesar de esto, creía que dos partidos poderosos eran un peligro para el Estado, y dado que estos son
necesarios, prefería que fueran numerosos.
Para Rousseau, la voluntad general es la única manifestación de la soberanía y esta última es patrimonio de la
comunidad política considerada como una unidad. De esta manera, el concepto de soberanía absoluta que en Bodin y
Hobbes es el apoyo de la monarquía, constituye en Rousseau la esencia de la voluntad de un pueblo.
Las leyes son los actos de la voluntad general; por lo tanto éstas tienen por objeto el interés general y emanan de la
voluntad del pueblo. Los órganos gubernamentales simplemente ponen en práctica las decisiones superiores y generales
del verdadero cuerpo legislativo.
En su doctrina, establece bien la distinción entre el Estado y el gobierno, al afirmar que el Estado se confunde con la
comunidad política y se caracteriza por la voluntad general suprema y soberana, en tanto que el gobierno comprende a
los que elige la comunidad para cumplir dicha voluntad. Para él, el gobierno no arranca del contrato como piensa Locke,
sino de un acto del poder soberano del pueblo, porque el gobierno es un mero agente o instrumento del pueblo y éste
puede cambiarlo cuando lo desee y le parezca oportuno y conveniente.
Como los derechos del pueblo son inquebrantables, a diferencia de Locke y Montesquieu; Rousseau no
encuentra inconveniente en que éste delegue alguno de esos poderes “toda vez que el Ejecutivo es un simple agente
de la voluntad popular”.
En cuanto a las formas de gobierno, las clasifica en monarquías, aristocracias, democracias y formas mixtas y sigue a
Montesquieu en cuanto a la adaptación de las formas de gobierno, a las condiciones sociales y económicas de la
comunidad. Piensa que los aumentos de población son el signo más elocuente de la existencia de un buen gobierno. Se
inclina siempre por la democracia directa y ve en las asambleas representativas una muestra inequívoca de la
decadencia política. Afirma que solo en los Estados pequeños puede conservarse permanentemente la primacía de la
voluntad general y vivirse así la plena democracia.
Para efecto de evitar que en los Estados de gran territorio y población no se ejerza plenamente la democracia,
Rousseau sugiere la conveniencia de que se reúnan periódicamente en asambleas del pueblo soberano, piensa que de al
reunirse la asamblea cesa la jurisdicción gubernamental. La reelección periódica de los funcionarios y la revisión
constitucional, de tiempo en tiempo, son ideas que están anticipadas en el ideario de Rousseau.
La teoría de que cada generación tiene el derecho de examinar nuevamente su constitución fue acogida por Tomás
Jefferson y el principio de la revisión constitucional periódica fue adoptado por varios Estados americanos. Sus ideas
sobre la igualdad humana. La soberanía popular y la necesidad de un retorno a la naturaleza tuvieron gran popularidad,
de aquí que muchas de sus ideas se aplicaran en las acciones políticas de la Revolución francesa y aparecieron
expresados en la Declaración de Derechos Humanos del Hombre de 1789; aunque no fue esta la idea de donde surge la
Declaración de Derechos, sino mas bien de la independencia americana.
Su doctrina de la voluntad general y su formación como resultado de la cesión de derechos naturales de cada individuo
termina en una concepción de soberanía tan absoluta como en el Leviatán de Hobbes, su doctrina sobre los conceptos
de libertad, igualdad y soberanía popular fue responsable, en gran parte, del entusiasmo que despertó en el pueblo
francés la idea norteamericana de una Constitución declaratoria de derechos humanos como orden jurídico básico del
Estado.

INDEPENDENCIA DE ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA Y SUS CONSECUENCIAS POLÍTICAS.


En la sexta y séptima décadas del siglo XVIII se realizó el movimiento independentista de las colonias inglesas de
América del Norte, movimiento que influyó en el pensamiento político de Europa y en la Revolución Francesa. En
América fue movimiento ejemplificador que influyó en la independencia de las naciones dominadas por España y
Portugal.
La causa de fondo de la independencia norteamericana fue la formación de una conciencia colectiva democrática,
igualitaria y libertaria, derivada de la revolución liberal democrática inglesa de 1633 y reafirmada por las ideas del
jusnaturalismo de Montesquieu y Rousseau. Las causas directas fueron los problemas comerciales y de impuestos con la
metrópoli inglesa.
En protesta contra el alza de los impuestos que alegaban no ser válidos por cuanto ellos no estaban representados en el
Parlamento Inglés, se negaron a comprar artículos ingleses y comenzaron a practicar el contrabando a gran escala. La
situación se agravó al ser asaltadas tres naves cargadas de té en Boston por colonos disfrazados de Pieles rojas. El
cargamento fue arrojado al mar por lo que Inglaterra declaró cerrado al comercio el Puerto de Boston.
Al agudizarse la situación, las 13 colonias enviaron a sus representantes a Filadelfia para tratar estos
problemas, donde se constituyó el 5 de Septiembre de 1774 el Primer Congreso el cual resolvió suspender el comercio
con Inglaterra. El conflicto siguió y se transformó en su lucha por la emancipación política de las 13 colonias inglesas.
Se convocó al Segundo Congreso que se reunió también en Filadelfia y el 4 de Julio de 1776 declaró la Independencia
de Estados Unidos de Norteamérica, habiendo redactado el documento el ilustre e insigne jurista Thomas Jefferson,
quien seria el segundo presidente de la esa nación. En dicha acta se reconocían los siguientes principios filosófico-
políticos:
1. LOS HOMBRES SON LIBRES POR DERECHO NATURAL,
2. LOS HOMBRES NACEN Y MUEREN LIBRES
3. LA PROPIEDAD ES DE DERECHO NATURAL Y POR LO TANTO SAGRADA, Y
4. EL PODER RADICA EN EL PUEBLO QUE ES EL SOBERANO COMO NACIÓN, opuesto esto al derecho divino
de los reyes.

La guerra por la independencia norteamericana fue prolongada con alternativas de victoria y derrotas para ambos
ejércitos, y terminó en 1781 con la capitulación de Yorktown. La paz definitiva fue firmada en el Tratado de Versalles
el 3 de Septiembre de 1783.
Lograda la independencia, en la convención de Filadelfia reunida en 1787 como Congreso Constituyente que
presidió George Washington, se promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos de Norteamérica, quedando así
las 13 colonias formando una Nación-Estado. La forma de Estado adoptada fue la Federación de Estados y el sistema
de gobierno fue el republicano con tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, de tipo presidencialista ya que el
Presidente escogía a sus secretarios como hasta la fecha.
Las consecuencias políticas de la Independencia de Estados Unidos de Norteamérica fueron Mediatas e Inmediatas:
INMEDIATAS:
1. La creación de un nuevo Estado con características novedosas como su forma Federal y tipo de gobierno
presidencialista y democrático
2. la realización política de las ideas de Locke, Montesquieu, Pufendorf y Rousseau
a. Derechos Naturales de libertad, igualdad y propiedad
b. La forma Federal
c. La división de poderes
d. La Constitución escrita
e. La Abolición del Régimen monárquico y
f. La concepción de la soberanía como indivisible, inalienable, imprescriptible y radicando en el pueblo
como una unidad nacional
3. La voluntad general como base de la soberanía política

MEDIATAS:
1. La potencia, como Estado, económica, industrial, técnica militar y política más grande del mundo
contemporáneo y formadora del imperialismo capitalista y democrático más formidable de la historia
contemporánea de la humanidad.
Una de las grandes aportaciones de la Independencia norteamericana a la evolución política mundial fue el surgimiento
del Estado Constitucional en el cual la norma jurídica, además de garantizar política y jurídicamente al Estado se
coloca por encima del poder político, institucionalizando jurídicamente al Estado.

LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y SUS CONSECUENCIAS POLÍTICAS.


La revolución francesa de 1789 llamada también gran revolución o revolución burguesa, junto con la revolución
norteamericana inician la época histórica contemporánea ya que derrumbó el absolutismo monárquico no solo en
Francia, sino en la mayoría de los países europeos y estructuró nuevos sistemas políticos y sociales.
La sociedad francesa estaba estratificada conforme a la estructura feudal. Las clases sociales eran el clero, la
nobleza, la milicia y el Estado llano que abarcaba a la burguesía compuesta por comerciantes, burócratas, artesanos,
profesionistas y obreros y en la base social, por los peones del campo. Los nobles eran los propietarios de las tierras
pero no se ocupaban de ellas ya que las habían abandonado para vivir en las cortes, solo se ocupaban de cobrar
arrendamientos y productos.
El clero se componía del alto y del bajo. El alto clero desempeñaba las jerarquías eclesiásticas y administraba las
grandes propiedades de la iglesia estando unidos a la nobleza. El bajo clero estaba formado por hombres de origen
medio o bajo social y económico y sus miembros llevaban una vida de pobreza y privaciones. El Estado “llano” o “Tercer
Estado” estaba cada vez más inconforme con la situación social y política de Francia.

Los antecedentes económicos en Francia eran:


Los impuestos eran numerosos y variaban de una provincia a otra, las llamadas aduanas internas impedían el libre
comercio; esos impuestos no se cobraban ni a los nobles ni al alto clero, sino a los burgueses y campesinos. Los
artesanos y comerciantes no podían trabajar si no estaban afiliados a un gremio o corporación. Esta situación se
agudizó en los últimos años de la tiranía de Luis XIV y durante todo el reinado de Luis XV y de Luis XVI.
El 14 de Julio el pueblo asaltó la prisión de la Bastilla y tras cruenta batalla, la guardia capituló y el pueblo tomó la
prisión que era símbolo de todas las injusticias de la monarquía. El Marqués de La Fayette se puso al frente de la
recién creada guardia nacional y garantizó el orden de la ciudad.
A pesar de la oposición de la realeza, la Asamblea Nacional Constituyente aprobó el 26 de Agosto de 1789 la
declaración de los Derechos del Hombre, en la que se afirmaba que la soberanía residía en el pueblo, el cual elegía
libremente a sus representantes; que los hombres nacen libres y permanecen libres e iguales; que los poderes debe
separarse y no concentrarse en un solo órgano.
La Asamblea Nacional Constituyente aprobó una constitución que fue jurada por el rey y la Asamblea el 14 de
septiembre de 1791, siendo la segunda Constitución política escrita de un Estado, después de la norteamericana, y en
virtud de la cual este país podía ser una monarquía constitucional. Se disolvió la Asamblea Constituyente y comenzó a
funcionar la Asamblea legislativa con nuevos representantes y varios grupos. Como los reyes de Austria y Prusia
apoyaban a los nobles de Francia que emigraban, se inició una guerra declarada por la Asamblea. El duque de Bunswick
(Austriaco) lanzó un manifiesto en el que amenazaba a los franceses si no permitían que los ejércitos austriacos
entraran en Paris. Esto ocasiona la indignación popular y de la Asamblea. El 10 de Agosto estalla en Paris una
insurrección popular en la que los insurrectos crearon una comuna revolucionaria asaltaron el palacio de las Tullerías y
aprehendieron al rey y a su familia. La Asamblea acordó destituir al rey y convocó a una Convención que se instaló el 21
de septiembre de 1791. la Convención proclamó la Republica francesa.
La Revolución fue cruenta. Robespierre encabeza la Asamblea, y actúa en forma por demás sanguinaria atacando a
quienes creía que eran los causantes de la debacle moral en Francia. Se establece un Tribunal Revolucionario que
juzgaba y condenaba sin misericordia, sin escuchar al acusado ni a testigos, surge la llamada época “del gran terror” en
1793; cuando ordenó ejecutar al rey y a su familia y a muchos revolucionarios. El 27 de julio termina la matanza cuando
la Asamblea decretó la prisión y muerte de Robespierre.
La Convención duró actuando un año y medio más y abolió la Constitución de 1793 sustituyéndola por la de 1795 según
la cual el Poder Ejecutivo debía ser ejercido por un Directorio, el cual tuvo que hacer frente a una reacción realista
apoyada por Prusia y Austria. Surge en este tiempo Napoleón Bonaparte, quien en breve se adueñaría del poder ante la
anarquía reinante, aboliría la Republica y se entronizaría Emperador de Francia.

SIEYÈS.
Dentro de sus obras políticas destacan “¿qué es el tercer Estado? Y “Ensayo sobre los privilegios". Aunque era
sacerdote, no formaba parte del clero alto y privilegiado, sino a la burguesía intelectual y por ello ataca duramente los
privilegios de la nobleza y del clero, sosteniendo que el “Tercer Estado” o sea, la burguesía debe poseer una
participación equitativa en el ejercicio del poder político, ya que comprende al sector numéricamente mayor y más útil
a la nación.
Sigue las ideas de Rousseau en su concepción sobre la comunidad y la sociedad políticas, pues afirma que el Estado se
funda en el acuerdo de las voluntades individuales para dar nacimiento a una voluntad general que es la titular única e
indiscutible de la soberanía. Aunque acepta, al contrario que Rousseau, que la voluntad general puede estar
representada en las Asambleas Constituyentes y legislativas por medio de individuos electos legítimamente.
Para él, el procedimiento adecuado para organizar un Estado o Nación es el de la convocatoria a una Convención o
Asamblea Nacional con el fin de formular por la voluntad general del pueblo, legítimamente representado por sus
delegados a la Asamblea, una Constitución Política escrita, misma que ata al gobierno y da al pueblo soberano la
capacidad para cambiarla por otra en una nueva convención.
CONDORCET.
Su pensamiento político queda expuesto en sus obras fundamentales: “Plan de Constitución” y “Esquema de un
proyecto de progreso del espíritu humano”, en estas expone su pensamiento político y la teoría de las Constituciones
Políticas escritas.
Sostiene que la voluntad nacional o general puede expresarse adecuadamente por medio de una Convención
Constitucional, en forma de documento escrito. Afirma que la mejor garantía de la libertad se encuentra en la
aplicación de la filosofía racional a un sistema perfecto de gobierno y que en toda Constitución Política de cualquier
Estado debe existir una declaración de derechos y una cláusula en la que se establezca la posibilidad de su reforma
con la reunión automática de una convención nacional, porque ninguna generación humana puede esclavizar a las
posteriores con sus ideas; cada generación tiene el derecho de determinar por si misma si así lo desea el alcance de
sus instituciones, y en esto sigue a Rousseau y a Sieyès. Esto es la mayor aportación al desarrollo del pensamiento
político y a la Teoría del Estado porque establece la dinámica generacional del cambio jurídico político de la sociedad.
Además, se declara en contra de la teoría de la división de poderes de Montesquieu por entender que se opone a la
expresión libre y directa de la voluntad general.

EL IMPERIO NAPOLEÓNICO Y SUS CONSECUENCIAS EN FRANCIA,


Por el año de 1799, Napoleón Bonaparte se encumbra en la cima del poder político francés, disolviendo por la fuerza de
las armas el Directorio estableciendo en su lugar el consulado constituido por Emmanuel Sieyès, el gran teórico de la
futura dictadura, Roger Diocos y el propio Bonaparte. Sieyès elabora la Constitución en 1800, en la que confía el poder
ejecutivo de la Republica a estos tres cónsules. Aunque en realidad Bonaparte como Primer Cónsul era quien detentaba
el poder. En 1801 logra, mediante un plebiscito ser nombrado cónsul vitalicio
En esta etapa de su vida, realiza para Francia una gran tarea de gobierno al impulsar notablemente la agricultura, la
industria, y el comercio, educación, las ciencias y las artes, y promulga el Código Civil que lleva su nombre y en el cual
se han basado los más grandes juristas de Francia.
Las consecuencias del paso de Napoleón por la historia de Francia y Europa fueron múltiples. Desde el punto de vista
económico, Francia se encumbró y llegó a ser la primera potencia comercial de principios del siglo pasado. La
agricultura, industria y el comercio francés dominaron el mundo. Comercialmente el poderío francés compitió con
Inglaterra y España y de no haber sido por que la marina francesa nunca logró superar a la armada inglesa, el dominio
hubiera sido total en Europa.
En el aspecto político, en Francia el Imperio Napoleónico significó el abandono y olvido de las ideas revolucionarias, en
tanto que los efectos políticos del imperio en el resto de Europa significaron para Napoleón, su Imperio y ejércitos una
permanente y constante amenaza para la paz y el equilibrio político de los Estados, así como la pérdida de la soberanía
de varias naciones.
HEGEL Y SUS IDEAS FILOSÓFICO POLÍTICAS.
Sus obras principales fueron: “Fenomenología del Espíritu”, “Ciencia de la Lógica”, “Enciclopedia de las ciencias
filosóficas” y “Rasgos fundamentales de la filosofía del derecho”. En la base de toda la filosofía hegeliana, se
encuentra la siguiente idea: El objeto de toda la filosofía es el ser real en su totalidad y lo real verdaderamente es
universal y objetivo porque es real únicamente en sus diversas diferencias, es actividad y esta actividad es
pensamiento. Luego el ser real o universal es el pensamiento, por lo que ser y pensar son lo mismo y porque lo universal
como tal está solo en el concepto, sigue que su realidad se da en el concepto como concepto. Por consiguiente, el
concepto lógico es la única realidad, el principio del mundo, la esencia de las cosas, la sustancia universal de todos los
fenómenos, y en consecuencia es también el ser absoluto y divino de donde surge el idealismo absoluto.
Para Hegel el ser absoluto evoluciona permanentemente en forma dialéctica a través de los tres estadios de su
posición; esto es, existe por si, en la tesis; luego en la antítesis existe fuera de si; y por ultimo existe en si, en la
síntesis. Señala luego dos ordenes, el real y el ideal. En el orden real, el concepto por si es Dios y a él corresponde en
el orden ideal el concepto lógico tratado por esta rama de la filosofía: la lógica. El concepto fuera de si es en el orden
real la naturaleza; en el orden ideal, la filosofía de la naturaleza. Por último, el concepto en si en el orden real es el
espíritu y en el orden ideal, la filosofía del espíritu.
Hegel concibe a la sociedad política o al Estado como la suprema forma del espíritu objetivo. Piensa que la síntesis del
derecho y la moralidad es la suprema realización entre ambos; el fin absoluto en si; Dios real presente en la Tierra; la
voluntad misma de Dios. Como fin absoluto el Estado posee el supremo derecho respecto a los súbditos los cuales
deben someterse y sacrificarse a esta suprema autoridad. Por ello afirma que el fin último y la obligación suprema de
cada cual es el ser un buen miembro de la sociedad. Y concluye que la única forma de gobierno que responde a este
concepto del Estado es la monarquía constitucional, que Hegel cree realizada de manera perfectísima en el reino de
Prusia.
La filosofía política de Hegel es la máxima objetivación del Estado, su tranpersonalización última a afirmada en su
célebre frase “el Estado es el paso de Dios sobre la Tierra”, con lo que sentó las bases al Estado totalitario de la
primera mitad del siglo XX.
En la concepción Hegeliana de la filosofía del derecho y de la sociedad, el gran pensador alemán se inclina francamente
por el absolutismo político a la manera de Hobbes y Maquiavelo, y para él todo el orden moral y religioso queda
subordinado al poder político del Estado.

EL SURGIMIENTO DEL ESTADO ITALIANO


Italia, a mediados del siglo XIX no constituía un Estado, pues se encontraba totalmente dividida a raíz de que el
Congreso de Viena la había dividido en 7 Estados. Los próceres de la unificación fueron José Garibaldi y José Mazzini,
fundador de la sociedad “La joven Italia”. La unificación vino a ser obra de la monarquía y sus protagonistas fueron el
rey de Cerdeña Víctor Manuel, su Ministro Cavour y Garibaldi. En 1870 a raíz de la guerra franco-prusiana, Napoleón
retira sus tropas de Roma, situación que aprovecha Víctor Manuel para anexar Roma a Italia dictando una ley de
garantías, reconociendo al Papa como monarca espiritual y declarando inviolable su persona y palacios del Vaticano,
Letrán y la villa de Castelgandolfo.
El Papa Pío IX y sus sucesores se encerraron en el palacio del Vaticano voluntariamente y se declararon prisioneros del
Estado Italiano. Esa situación duró hasta el siglo XX, pues en 1929 se firmaron los tratados de San Juan de Letrán que
pusieron fin al conflicto. Por dichos tratados el Papa fue reconocido como Señor Temporal del Vaticano, con derechos
de Estado independiente y se le indemnizó con 1,700 millones de liras.

EL SURGIMIENTO DEL ESTADO ALEMÁN.


Alemania tampoco estaba unificada en el siglo XIX pues el Congreso de Viena había reconocido 38 Estados de la
Confederación Germánica, todos independientes y regidos por sus propios príncipes. En esta Confederación Alemana,
Austria intervenía directamente conservando su dominación.
Fue Prusia, el Estado alemán más industrializado y militarmente poderoso el que encabezó el proceso de la unidad
alemana invitando a los demás a desaparecer fronteras aduanales y comerciales. El creador de la unidad alemana fue el
rey Guillermo I de Prusia, auxiliado por el estadista y ministro Otto de Bismarck y con el apoyo del ejercito prusiano
organizado por el general Helmut Von Molke. Bismarck inició los preparativos para la guerra con Francia, lo que
permitiría la culminación de la unidad alemana. La guerra se originó al quedar vacante el trono de España. Esta guerra
franco-prusiana, determinó la completa unificación de Alemania y el rey de Prusia tomó el nombre de Emperador,
Káiser. La Constitución de 1871 organizó jurídica y políticamente al Estado alemán, con el cual apareció esa nueva gran
potencia en el panorama político europeo y mundial.

EL ESTADO LIBERAL BURGUÉS.


Es característico del siglo XIX, pero sobre todo de la segunda mitad. Es llamado liberal burgués o victoriano porque su
modelo se inspiró en el de Inglaterra de la época de la reina Victoria y entró en una fuerte crisis hacia la primera
mitad del siglo XX.
Está fundamentado en la idea filosófica de que siendo una creación cultural humana, su fin es al servicio exclusivo del
individuo. Por ello sus leyes descansan en una Constitución escrita en la que, como ley jurídica fundamental, establece
un amplio catalogo de libertades y otros derechos humanos como el derecho a la vida, a la libertad, a la igualdad y a
otros más que el Estado garantiza y que se obliga por el orden jurídico a respetar y reconocer.
Este tipo de Estado ha sido creado para proteger y garantizar las libertades del hombre como individuo, tal y como
fueron establecidas por las concepciones del derecho natural racionalista y del liberalismo filosófico, político y
económico del siglo XVIII, cuyas teorías y procesos revolucionarios fueron su origen manifiesto.
Se define la soberanía como indivisible, inalienable e imprescriptible haciéndola radicar por su origen esencial en el
pueblo o comunidad nacional, y delegándola para su ejercicio como poder público soberano en el gobierno republicano o
monárquico, pero constitucional, cuya representación se legitima por el voto, en la mayoría de los casos por medio del
sufragio universal. Este gobierno normalmente tiene los tres poderes clásicos: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; y
mediante sus procesos electorales se posibilita la participación popular en la toma indirecta de las decisiones políticas
a través de sus representantes en las Asambleas legislativas.
Este Estado propició la más absoluta desigualdad económica entre los pueblos y el desarrollo inmenso de la economía
monopólica y hegemónica capitalista, la concentración brutal de la riqueza en una reducida minoría elitista en cada país
y la pauperización de las clases obrera y campesina desposeídas que declaradas iguales en la norma constitucional eran
esclavizadas, ya no por la ley, sino por la pobreza económica.
El Estado demócrata liberal capitalista dejó abandonados a su suerte a grandes núcleos de población económicamente
desposeídos, lo que originó las grandes revoluciones socialistas del primer cuarto de siglo

CARLOS MARX Y FEDERICO ENGELS


Es particularmente imposible separar a Engels de Marx, toda vez que el segundo, fue maestro del primero y entre
ambos, de alguna manera, contribuyeron a la construcción del materialismo dialéctico, así, ambos coincidieron en ideas
y colaboraron en la elaboración de la trascendental doctrina denominada Marxismo, llamada así con justicia, porque no
obstante las aportaciones de Engels, se advierte al examinar la producción conjunta, corresponde indiscutiblemente a
Marx.

Los hechos políticos de su época fueron el punto de partida de sus concepciones teóricas. Europa a mediados del siglo
XIX sufría el impacto del liberalismo económico que auspició la Revolución francesa y por la crisis de explotación
obrera que fue su consecuencia y que se agravó en sus proporciones y alcances por la aparición de la era industrial.

Los trabajadores cada vez en mayor número, se encontraron sin protección alguna frente a los empresarios y su fuerza
de trabajo apareció en el mercado, como cualquier otro producto, sujeta a las leyes de la oferta y la demanda con las
lógicas consecuencias de las jornadas agotadoras e ilimitadas, el trabajo igualmente inhumano de mujeres y niños, los
bajos salarios, etc. Este fue el clima propicio para la aparición de movimientos de tipo revolucionario, a favor de la
clase trabajadora, surgieron muchos pensadores y reformistas, Prouhdon, Blanc, Lasalle, entre otros, pero el gran
impulso lo dieron indiscutiblemente Marx y Engels.

Entre las obras principales de Engels se encuentran “La situación de las clases trabajadoras en Inglaterra”, El Origen
de la familia, de la propiedad privada y del Estado” “El Anti-Düring” y otras muchas obras y artículos de revistas.

PRINCIPALES HECHOS E IDEAS POLÍTICAS EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX


• Difusión mundial de las ideas marxistas
A partir de la publicación en febrero de 1848 del Manifiesto Comunista de Marx y Engels, (estandarte), las ideas de
los dos fundadores del materialismo dialéctico de la historia se difundieron por toda Europa occidental y central,
aunque las obras de estos dos ideólogos fueron anatematizadas por los gobiernos de aquellos Estados – y en muchas
ocasiones confiscadas y destruidas y confiscadas, bajo acusaciones como las de subvertir el orden público y la paz
social.
Las ideas básicas del marxismo se convirtieron pronto en la bandera del sindicalismo europeo y se paso de las
sociedades secretas comunistas y socialistas y de los clubes de esta índole, a la formación en Europa de organizaciones
partidistas de índole socialista, comunista y anarquista.
Las ideas marxistas dieron la vuelta al mundo y llegaron a todos los países de América, Asia, África y Oceanía. En
mayor o menor grado fueron aceptadas o rechazadas por las grandes masas de población.
Sin embargo no fue, como sostuvieran Marx y Engels, en las sociedades mas industrializadas y de tipo urbano, donde
influyeron mayormente a las masas proletarias, a pesar de que en esas sociedades era mucho mayor la conciencia de
clase entre las masas obreras y medias; sino que fue en las sociedades de menor desarrollo industrial y entre as de
tipo rural en donde los líderes de la gran revolución socialista de la historia lograron imponer sus ideas como sistemas
políticos. El marxismo se propagó en la a sociedad rural de la Rusia Zarista, encabezada por Lenin, Trotsky y Stalin, en
China por Mao Tse-Tung y Chou En-Lai, en Cuba por Fidel Castro Ruz y en las naciones africanas de la segunda mitad
del siglo XX

• Crisis del Estado liberal burgués


La crisis del Estado Liberal Burgués del siglo XIX y las primeras décadas del XX respondió a diversas causas:
1. Pérdida de confianza de las ideas que sostenían las concepciones políticas liberales en que se fundaba.
2. La correlación dialéctica histórica, sociológica y política en el sentido de que cuando cambian las condiciones
sociales, económicas, y culturales reales en que se sustenta una organización política y jurídica social,
cambian también sus formas jurídicas y políticas.
La crisis del Estado decimonónico obedeció básicamente a la pérdida de confianza en la validez de los pensamientos e
ideas políticas que dieron vida a este tipo de Estado; originado en las ideas que promovieron la revolución burguesa de
Francia. Por lo que toca al Estado liberal, éste se prolongó hasta la Segunda Guerra Mundial y originó como otras
tantas respuestas a su decadencia, las formas totalitarias de los Estados transpersonalistas de la primera mitad del
siglo XX: el alemán nazi, el fascista italiano, los corporativistas español y portugués y el totalitarismo ruso y chino.
En efecto, el Estado liberal encausado dentro de sus moldes formales no pudo subsistir porque no protegió y dejó
abandonados a los sectores de la sociedad más débiles económica, política y culturalmente, pero inmensamente
mayoritarios. De este hecho deriva su crisis primero y su derrumbe después, al oponerse las masas explotadas a su
opresión, como sucedió primero en México en 1910 y 1913, luego en Rusia en 1917 y posteriormente en todo el mundo
cuando surgieron las grandes revoluciones de masas de tipos socialista del siglo XX.

• Revoluciones mexicanas de 1910 y 1913


La primera gran revolución socialista del siglo XX fue la mexicana de 1913, llamada Constitucionalista porque desde sus
inicios buscó reivindicar, jurídica y políticamente los derechos de las grandes masas de campesinos y obreros, que
hicieron el movimiento armado contra el espurio gobierno de ipso de Victoriano Huerta, quien había traicionado, con el
golpe de Estado de la Ciudadela en la Ciudad de México, del 12 al 22 de febrero de 1913 al gobierno de Francisco
Indalecio Madero, que llegó a la Presidencia en virtud de la revolución burguesa del 20 de Noviembre de 1910, contra
el dictador y gran estadista Porfirio Díaz.
De esta suerte, el movimiento revolucionario mexicano de 1910 a 1917 tuvo dos fases claramente definidas que fueron
las siguientes: la primera encabezada por Francisco I. Madero contra el gobierno dictatorial de Díaz, fundada en el
Plan de San Luis e iniciada el 20 de noviembre de 1910 en Puebla por Aquiles Serdán y sus hermanos, secundada en el
norte de la Republica por Pascual Orozco, Francisco Villa (Doroteo Arango) y en el Sur por Emiliano Zapata. Culminó
esta fase con los tratados de Ciudad Juárez el 2 de Mayo de 1911. la segunda etapa se inició el 19 de febrero de 1913,
con Venustiano Carranza, Gobernador de Coahuila. Esta revolución llamada Constitucionalista, la inició Carranza con el
Plan de Guadalupe el 27 de Marzo de 1913. Fue una revolución muy prolongada y cruenta, secundada en el norte de
México por los caudillos Francisco Villa, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Benjamín Hill y en el sur por Emiliano
Zapata y otros guerrilleros. El movimiento duró hasta la promulgación de la Constitución Política de 1917, en la Ciudad
de Querétaro y que rige desde esa fecha hasta la época actual a nuestro país.

• La guerra europea de 1914 a 1918 y sus consecuencias políticas, económicas y sociales.


En la primera década del siglo XX se volvió a las nefastas prácticas de las celebraciones de alianzas defensivas y
ofensivas entre Estados en Europa y esto desembocó en la guerra europea de 1914 a 1918 mal llamada “Primera Guerra
Mundial”, pues aunque fue brutalmente cruenta, afortunadamente no afectó a todos los países europeos. España. Y
Portugal, Suiza, Suecia, Noruega y Dinamarca permanecieron neutrales al igual que la mayor parte de los países
americanos, asiáticos y africanos, aun cuando todos ellos se vieron afectados en su situación económica.
Las causas políticas fueron varias, entre ellas destacan las siguientes: Francia ambicionaba recuperar de Alemania las
provincias de Alsacia y Lorena, perdidas en la guerra franco-prusiana de 1870-1871; Servia, protegida por Rusia quería
anexarse las provincias de Bosnia y Herzegovina que pertenecían a Austria; Alemania quería ampliar sus dominios
tanto en Europa como en África, chocando así con Francia e Inglaterra; e Italia aspiraba anexarse Trento y Trieste,
en poder de Austria.
Todo ello, unido a la pugna económica, a la decadencia del Imperio otomano o turco, que despertó la ambición de
Inglaterra y Alemania por el petróleo del Medio Oriente, y a la firma de las dos grandes alianzas de principios de la
segunda década del siglo XX, la Triple Alianza firmada entre Alemania, Austria-Hungría e Italia, a las que se aliaron
después Turquía y Bulgaria y la llamada Triple Entente firmada entre Inglaterra, Francia y Rusia , a las que se alió en
1916 Estados Unidos, precipitó la guerra, iniciada con el asesinato por un grupo de fanáticos servios, del príncipe
Francisco José, heredero del trono de Austria, en Sarajevo, el 29 de Junio de 1914. ello motivó que Austria declarara
la guerra a Servia el 28 de Junio y que a su vez Rusia lo hiciera contra Austria y Alemania contra Rusia y Francia, todo
en unos cuantos meses. Inglaterra declaró la guerra a Alemania y a sus aliados cuando los ejércitos alemanes
invadieron Bélgica para meterse por su territorio a la parte nórdica de Francia. En esos momentos Italia declaró la
guerra a Francia y en 1915 Austria, firma la paz por separado con Francia.

• La revolución soviética de 1917


La guerra europea de 1914 a 1918 fue el detonante que reveló la corrupción del gobierno zarista y que hizo estallar la
gran revolución marxista en Rusia, dirigida por Vladimir Ilich Ulianof, llamado Lenin, León Trotsky, Alejandro
Kerensky, y José Stalin, entre sus principales caudillos.
Esta revolución terminó con la dinastía de los Romanof que duró más de trescientos años en el poder y que fue
sustituida por un gobierno liberal en principio presidido por Alejandro Kerensky. Después de la revolución bolchevique
de octubre de 1917 fue proclamado el Estado de la Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas que derivó en el Estado
totalitario Burocrático Comunista que fue Rusia y la Unión de Republicas Populares y Socialistas.
En 1917, tras su derrota total, Rusia perdió los territorios de Polonia, Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia que
después del Tratado de Versalles quedaron como países libres.
Al advenimiento al poder del zar Alejandro I, en los albores del siglo XX Rusia era todavía un inmenso país de nobles
poseedores, de siervos con sólo un pequeño estrato intermedio de funcionarios, comerciantes y otros grupos urbanos.
A fines del siglo XIX se habían desarrollado en gran escala las industrias textiles, metalúrgicas y mineras y las
enormes distancias que separaban a las diversas regiones habían sido reducidas por una vasta red de líneas
ferroviarias.

• EL ESTADO TOTALITARIO RUSO


Dentro de las doctrinas socialistas, la posición extrema es el comunismo. Su pretendida cristalización positiva más
característica ha sido el Estado soviético, creado por la revolución rusa en el siglo XX. En el aspecto económico se
sustentó en la posesión, por el Estado, de la totalidad de los medios de producción.
Algunos autores señalan que el Estado soviético ha sido “una suprema comunidad de producción a quien mueve la fe en
la omnipotencia de la técnica dirigida conforme a una economía planificada”. El Estado soviético fue reducido en virtud
de la ideología marxista modificada que lo animó en un simple organismo creado para satisfacer las necesidades de la
producción.
Lenin en su libro Estado y Revolución hizo una exposición de las teorías marxistas, con vista a utilizarlas en la
construcción del Estado soviético, precisando el papel que debe desempeñar el mismo desde la destrucción del Estado
capitalista hasta la implantación total del comunismo. Al culminar en esta etapa con la socialización de los medios de
producción y suprimiéndose las clases, el Estado ya no tendrá razón de ser, desaparecerá. Lenin, siguiendo a Engels,
considera que la organización política debe utilizarse como instrumento para destruir la sociedad capitalista y
desaparecer al lograr su objetivo.
Dice Lenin “Así nos encontramos que tan sólo en la sociedad comunista cuando la resistencia de los capitalistas haya
sido rota finalmente, cuando los capitalistas hayan desaparecido, cuando ya no haya clases, es decir, cuando ya no haya
diferencia entre los miembros de la sociedad con respecto a su situación social y a la producción, solo entonces
desaparecerá el Estado y se podrá hablar de libertad.
Considera que al llegar esta etapa en la que el pueblo se encontrará liberado de la explotación capitalista, observará
sin coacción y de manera espontánea “las reglas fundamentales de la vida social”; no existirá más la necesidad del
Estado ni de otro organismo similar que imponga por la fuerza normas de convivencia social.
Pero el periodo de transición entre la etapa capitalista y la etapa comunista, la dictadura del proletariado suprimirá
violentamente la explotación de las mayorías por la minoría.
En el aspecto económico el Estado soviético es un instrumento totalitario, planificador de la actividad económica en
todos sus aspectos. Es igualmente totalitario, en el aspecto político y gubernativo, pues el sistema que sigue es el de
condicionar a los electores a la pertenencia al Partido Comunista y en lo que se refiere a la libertad personal, a los
derechos del hombre, los consagra formalmente de manera teórica en su Constitución; pero automáticamente los
destruye, cuando se exige la pertenencia a un partido en el poder.
En la Ex Unión de Republicas Soviéticas Socialistas existía además un organismo superior al Estado: el Partido
Comunista. La Constitución soviética lo considera como la vanguardia de los trabajadores en sus luchas por la
consolidación y el desenvolvimiento del régimen comunista, y representa el núcleo dirigente de todas las organizaciones
de trabajadores, tanto sociales como del Estado. “No habiendo sino dos clases –dice Stalin- obreros y campesinos, y
ambos con intereses iguales, no debe existir sino un solo partido que represente sus intereses.

• EL ESTADO FASCISTA ITALIANO


El Estado fascista italiano creado por Benito Mussolini, se proclamó sustituto de la caduca organización política liberal.
Señalan los doctrinarios de este Estado que “con el Estado fascista se pone punto final al ciclo de debilitamiento del
estado y se inicia la era del siglo XX, que será la era del fascismo.
El fascismo preconizó la absolutización del Estado. Inspirándose en las ideas políticas de Hegel, Mussolini buscó
colocar al Estado como valor supremo en lo político y en lo moral. Dice Mussolini “Para el fascismo, el Estado es un
absoluto respecto del cual los individuos y los y los grupos son relativos. El Estado fascista, forma más apta y potente
de la personalidad, es fuerza, pero del espíritu, la cual resume toda la forma de la vida moral e intelectual del hombre.
No se puede, por tanto, limitarlo a simple función del orden y tutela como quería el liberalismo. No es un simple
mecanismo que limite la esfera de la presunta libertad individual. Es forma, norma interior y disciplina de toda
personalidad. Penetra la voluntad, como la inteligencia. Su principio, inspiración central de la humana personalidad
viviente en la comunidad civil, surge en lo profundo y se anida en el corazón del hombre de acción como el pensador, el
artista o el científico: alma de alma”.
“Mientras la voluntad de los particulares coincida de esta manera con la del Estado, éstos estarán protegidos; cuando
osen enfrentarse con la libertad del Estado, este los aplastará”. Es el fascista un Estado transpersonalista como lo era
el espartano. Mussolini encuentra inspiración en Maquiavelo para afirmar el carácter autoritario absoluto del Estado, y
afirma que “Mientras los individuos tienden, impulsados por su egoísmo a la atomización social, el Estado representa
una organización y una limitación. El individuo tiende a evadirse continuamente y a desobedecer las leyes, a no pagar los
tributos, a no hacer la guerra. Pocos son aquellos santos, héroes, que sacrifican el propio yo sobre el altar del Estado.
El fascismo niega la existencia de una esfera de derechos individuales que constituya un dique infranqueable para la
actividad del Estado. Esa esfera es simplemente una concesión que el Estado hace en su propio interés. A este
respecto dice Mussolini: “somos los primeros en haber afirmado, en contra del individualismo democrático y liberal, que
el individuo no existe sino en cuanto es parte del Estado y que permanece subordinado a las necesidades del Estado,
pues a medida que la civilización toma formas complejas la libertad del individuo se contrae más y mas”.

• EL NACIONAL SOCIALISMO Y EL ESTADO TOTALITARIO NAZI


La construcción de la política nazi se hizo tomando como base una especial posición filosófica en relación con el mundo
y con los hombres. Los constructores de esa doctrina tomaron el concepto de raza y lo absolutizaron; hicieron de ella
el valor supremo y con esta base construyeron su doctrina.
El dirigente supremo del movimiento nacionalsocialista, Adolfo Hitler, también consideraba la raza como el factor
determinante y así dijo en su libro “Mi Lucha”: “Se puede clasificar a la humanidad en tres especies: los que han creado
la cultura; los que la han conservado y los que la destruyeron. Sólo el Ario se le puede citar como representante de la
primera especie”.
Y agrega: “Todo lo que tenemos como civilización humana, como producto del arte, de la ciencia y de la técnica, es casi
exclusivamente el fruto de la actividad creadora de los arios. De este hecho se puede concluir, no sin razón, que
recíprocamente ellos han sido los únicos fundadores de una humanidad superior y que representan el prototipo que
nosotros comprendemos bajo el nombre de hombre. Si se suprime el ario, una profunda oscuridad descendería sobre la
tierra. En algunos siglos la cultura humana desaparecería y el mundo devendría un desierto”.
En cambio el judío es considerado por Hitler como el destructor de la cultura y abiertamente proclama su posición
imperialista:
“Consecuentemente, el ario tiene netamente trazado el camino que debe seguir: conquista y somete los pueblos
inferiores y regula su actividad práctica bajo su autoridad; le impone su voluntad y les obliga a perseguir sus fines”.
“Al mezclarse con otras razas el ario degenera; pierde sus facultades de creador de la cultura y ese pueblo cae en
desgracia”. Por ello dice que: “el supremo fin de la existencia humana no es la conservación del Estado, sino la
conservación de la raza. Cuando ésta peligra, la cuestión de la legalidad juega un papel secundario. El fin superior del
Estado racista debe ser la vigilancia y conservación de los representantes de la raza primitiva dispensadora de la
cultura, que hace la belleza y el valor moral de una humanidad superior. Contra la concepción central de la concepción
del Bien Común Público Temporal de la población sin importar filiación.
En virtud de esa concepción todas las creaciones de la cultura humana –el Estado, el Derecho, la Ciencia, el Arte y la
Economía- se subordinan a la raza y deben servir para mantener su pureza.
El Estado nacional-socialista transformó en primer término la organización federal alemana en un Estado centralizado,
autoritario y totalitario. La construcción de su estructura fue hecha tomando como base la idea de pueblo, concebida
de acuerdo con su especial ideología racista. El pueblo, para el nacionalsocialismo significaba una noción de carácter
étnico; expresaba la unidad de la raza. Por raza entendía Hitler a los individuos de una misma sangre. Günter decía que
la raza corresponde a los hombres que tienen los mismos rasgos hereditarios, físicos y psíquicos, y los teóricos nazis
concluían que la raza que formaba el pueblo alemán era la aria.

• EL ESTADO CORPORATIVO
Estado corporativo dictatorial portugués
El Estado portugués, de manera similar al desaparecido Estado fascista, fue un Estado corporativo.
El corporativismo es una doctrina económica relativamente reciente en su aparición como base de la organización
política Sampay, define el Estado corporativo diciendo: “se trata de una forma de Estado democrática, a la que
caracteriza el hecho de que todos o algunos de los órganos de representación del pueblo comparten una representación
profesional”.
Dicha forma de Estado es una nueva formulación histórica de la democracia que difiere de la del Estado liberal, porque
sustituye a los partidos políticos por las corporaciones gremiales.
El liberalismo dejó solo al hombre frente al Estado. El comunismo, el fascismo y el nacionalsocialismo lo aplastaron
totalmente. En cambio, el corporativismo busca crear las asociaciones gremiales o profesionales que agrupen a los
hombres de acuerdo con sus diversas funciones dentro del Estado, para que en esta forma defiendan sus intereses y
participen en la vida de la organización política.
En el Estado corporativo la designación de los gobernantes no se hace apoyándose en el sufragio universal o inorgánico,
sino a través de las corporaciones. Por ello se llama sufragio orgánico y la representación a que da lugar se denomina
funcional.
El Estado orgánico se define como “El régimen de organización social que tiene por base la agrupación de hombres
según la comunidad de sus intereses naturales y de sus funciones sociales, y por coronamiento necesario la
representación pública y distinta de sus diferentes organismos.
El constructor del Estado corporativo portugués fue Oliveira Salazar quien asumió la dirección de su país en 1926. las
ideas de éste, quedaron plasmadas en la Constitución del Estado Portugués, que era definido como “una Republica
unitaria y corporativa, basada en la igualdad de los ciudadanos ante la ley, en el libre acceso de todas las clases a los
beneficios de la cultura intelectual y en la intervención de todos los elementos espirituales de la nación en su vida
administrativa y política. Los derechos individuales estaban plenamente reconocidos y garantizados.
• GUERRA CIVIL ESPAÑOLA DE 1936 A 1939 Y EL ESTADO CORPORATIVO DICTATORIAL ESPAÑOL
El marxismo penetró en España y provocó la lucha de clases con huelgas y desordenes que, según los partidarios de esa
doctrina, prepara el terreno para la dictadura del proletariado. Pero hubo también un sector que creyó que la solución
a la crisis del Estado estaba en otra dirección. Pensó que esa crisis podría solucionarse “buscando los valores patrios
para protegerlos, empezando por la unidad primordial de la patria, que es la persona humana, portadora en sí de valores
eternos”, según palabras de José Antonio Primo Rivera, fundador de la Falange Española.
Los desordenes ocasionados por el marxismo se hicieron tan intensos que provocaron en junio de 1936 una guerra
sangrienta y al triunfo de los revolucionarios éstos implantaron, en 1939, una nueva estructura política que se conoció
como Estado nacional-sindicalista.
Sus postulados fundamentales son los siguientes:
a) “La dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e
intangibles. Es decir, que la persona humana queda reconocida como elemento
primordial del Estado”, –pero sin que esto signifique que el individuo no tenga deberes
en relación con la organización política, pues se añade: “A nadie le será lícito usar su
libertad contra la unión, la fortaleza y libertad de la patria”.
b) “El hombre no es absorbido por el Estado, conserva su esfera individual de libertad
dentro de las taxativas expuestas”. En efecto, otro de los postulados falangista dice:
“El Estado nacional-sindicalista permitirá toda iniciativa privada compatible con el
interés colectivo y aun protegerá y estimulará las beneficiosas”
c) “El Estado, ha de organizarse de acuerdo con el corporativismo. Concebimos a España
en lo económico como un gigantesco sindicato de productores. Organizaremos
corporativamente ala sociedad española mediante un sistema de sindicatos verticales
por ramas de la producción al servicio de la integridad económica nacional”.
Francisco Franco gobernó con estas ideas tiránicamente por más de 30 años en España y a su muerte se reinstauró la
monarquía constitucional y se apreciaron cambios en el autoritarismo del régimen franquista.

• LA GUERRA MUNDIAL DE 1939 A 1945. SUS CONSECUENCIAS POLÍTICAS.


El capitulo más largo de la historia de la estupidez humana lo constituyen las guerras. En efecto, las guerras además
del crimen contra el género humano que por si mismas implican son reveladoras de la barbarie y cretinismo de quienes
gobernando a los pueblos, naciones y Estados y debiendo afanarse por lograr su felicidad por ambiciones
inconfesables, por egoísmo y brutalidad, por inmoralidad o estupidez, lanzan a sus pueblos a esos absurdos holocaustos,
cada vez más bárbaros y destructivos.

CONSECUENCIAS POLÍTICAS:
La primera de estas, fue el nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas, que surgió a propuesta del
Presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt y que inició en San Francisco, California, el 25 de Abril de 1945,
con 50 Estados como signantes de la Carta Tratado. Su objetivo principal fue asegurar la paz para el futuro del mundo.
Otra consecuencia política fue la partición del Estado Alemán en dos, lo que derivaría en la formación de los Estados
de la Republica Federal Alemana, llamada comúnmente Alemania Occidental con capital en la ciudad de Bonn; y la
Republica Popular de Alemania con capital en Berlín y llamada comúnmente Alemania Oriental; la primera como un
Estado democrático y capitalista y la segunda como un Estado socialista y de economía estatificada y sin propiedad
privada, en relación a los bienes de producción.
La división política territorial del mapa europeo sufrió también modificaciones en relación al formulado al término de la
guerra europea de 1914-1918, en los Tratados de Versalles, quedando en los Tratados de Yalta celebrados entre
Roosevelt, Churchill y Stalin en la forma conocida.
Otra consecuencia política fue la división de Europa en dos grandes bloques de países; los que firmaron el Pacto del
Atlántico Norte (OTAN) o democracias capitalistas o socialistas del Occidente y sur europeos y norte escandinavo; y
el bloque de Estados comunistas o socialistas del Oriente europeo y suscriptores del llamado Pacto de Varsovia y que
son los dos bloques políticos que encabezados respectivamente, por Estados Unidos, Inglaterra y Francia el primero y
Rusia el segundo, mantuvieron un precario equilibrio político, económico y armamentista del que dependió la paz
mundial.
Otra consecuencia política derivada de la Guerra Mundial fue la gestación de los movimientos insurgentes
independentistas de las naciones asiáticas, africanas y oceánicas y las últimas americanas que aún eran colonias de
países europeos.

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS.
La depresión económica de Europa, especialmente de Alemania e Italia. Para Japón las consecuencias
económicas de la guerra fueron fatales y sólo por el auxilio que le dio Estados Unidos, logró al igual que Alemania y
Rusia recuperarse en un lapso relativamente corto de 20 a 30 años.
Por otro lado y entre los aliados, la situación económica de la posguerra, aun cuando no tan grave, si fue de
crisis económica severa, especialmente para Inglaterra y Rusia.
Estados Unidos de Norteamérica se consolidó como la primera potencia económica, agrícola, industrial,
comercial y financieramente y se convirtió, al igual que en lo político, en la potencia hegemónica imperialista más
formidable de la historia.

CONSECUENCIAS SOCIALES Y CULTURALES.


Fueron graves en toda Europa, África, Asia y Oceanía. Multiplicidad de gente con grandes trastornos físicos
y psicológicos; gran daño en las estructuras sociales, especialmente en las familiares, al desintegrarse la solidaridad
familiar por la pérdida de algunos de sus miembros o la desaparición de otros; la cantidad de niños y jóvenes huérfanos
aumentó considerablemente, así como la cantidad de mujeres y ancianos que quedaron desamparados.
Por otra parte las organizaciones sindicales aumentaron sus membresías y agudizaron, al radicalizarlas, sus
posiciones de lucha de clases, lo que originó movimientos sindicales y patronales vigorosos.
En el aspecto ético, la tabla y jerarquía axiológica del liberalismo sufrió grandes alteraciones,
desarrollándose las posiciones filosóficas escépticas y materialistas e inclusive las nihilistas, que sirvieron de base y
teleología a movimientos juveniles de protesta generacional, política e ideológica.

GEORGE JELLINECK Y SUS TEORÍAS SOBRE EL ESTADO.


Fue el fundador de la ciencia o Teoría del Estado como ciencia autónoma. Su principal obra desde el punto de vista de
nuestra ciencia, es su Teoría general del Estado.
En dicha obra trata exhaustivamente los temas mas importantes de la teoría del Estado, en el panorama general de las
ciencias y sus relaciones con otras disciplinas, especialmente con las ciencias sociales, jurídicas y con la política.
Además trata de la metodología de la teoría del Estado, a su historia y autonomía, al origen del vocablo Estado, a la
naturaleza y origen del mismo y a la desaparición de los Estados.
Para él, el Derecho es uno de los tantos atributos que tiene la sociedad y el cual pone de manifiesto el carácter real de
ésta, así como su valor creador. “Todo individuo está socialmente condicionado, y por estarlo tiene lo social un valor
que es preciso esclarecer. La sociedad, el hecho positivo de la convivencia y la cooperación de los hombres es el centro
de donde irradian la pluralidad de disciplinas que estudian al hombre, no como individuo, sino como sujeto económico,
político, religioso, nacional, etc. Esta sociedad o mejor dicho, sus hombres, han estado dotados siempre de aquellos
impulsos primarios que acompañan de modo indefectible la existencia de todo organismo a saber: el de conservación, y
satisfacción de las necesidades, impulsos a los que se une otro de naturaleza inhibitoria sin el cual no sería posible la
vida común.
Agrega que la sociedad requiere de ambos grupos de impulsos para su existencia, de igual manera que en el mundo de la
materia es indispensable la atracción y repulsión. Piensa que el hombre no puede realizar su fin sin el concurso de los
impulsos contrapuestos citados. La sociedad, considerada como el hogar común de las relaciones humanas, igualmente
los requerirá.
Considera que sobre esas bases se edifica la ética social, cuyo problema consiste en determinar las condiciones para la
existencia y evolución de la colectividad; esto es, para determinar el contenido del deber que ha de ir realizándose por
obra de las acciones humanas.
Y agrega, existen normas para la sociedad como las hay para todo lo orgánico, esto es, leyes. Las leyes morales son una
modalidad de las leyes normativas, hijas de una consideración teleológica y son aquellas normas que derivan de la
formación del ser y de la evolución de la sociedad, y se dirigen a la voluntad humana, para su realización, la ética social
tiene como supuesto la solidaridad de los miembros de la comunidad y esta solidaridad se propone cada vez de manera
más apremiante como fin moral al individuo, quien se propone como fin moral a su vez la comunidad.
Si nos interrogamos por las normas cuyo cumplimiento hace posible la permanencia de determinada situación histórica
de la sociedad, habremos descubierto el Derecho de esa sociedad, pues el Derecho, dice Jellinek, no es sino el
minimum ético que la sociedad precisa en cada momento de su vida, para continuar viviendo. Considerado
objetivamente, el derecho representa las condiciones de conservación de la sociedad, en tanto en estas condiciones
pueden depender de la voluntad humana. Por consiguiente, el minimum de existencia de las normas éticas visto
objetivamente es el minimum de actos morales que la sociedad exige de sus miembros.
Para Jellinek el fin del Estado, la razón de ser de su existencia consiste en que el derecho sea elaborado de un modo
convenientemente sistemático y por una misma voluntad, de suerte que favorezca constantemente los intereses que
está llamado a amparar y auxiliar. Por ello el fin del Estado es favorecer los intereses solidarios, individuales,
nacionales y humanos en la dirección de una evolución progresiva y común.

MAURICIO HARIOU Y SUS TEORÍAS DE LA INSTITUCIÓN.


Uno de los más ilustres jurisconsultos franceses de la segunda mitad del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX.
Nació en Ladiville el 17 de Agosto de 1856 y murió el 12 de Marzo de 1929 en Toulouse.
Sus principales obras son: Notas de Jurisprudencia, (1910), Principios de Derecho Constitucional, (1927), y
desde el punto de vista de la Teoría del Estado, el Derecho y la Sociología, su importantísima obra “Teoría de la
Institución y de la fundación” que se publicó en 1925 y es una exposición sobre los grupos sociales y su fundación, a los
cuales llamó instituciones.
La rama institucional de la escuela filosófica en la Sociología nació en Francia entre 1920 y 1930 su
característica fue el que todos sus miembros fueron pensadores católicos. Todos ellos, con excepción de Mauricio
Hariou, su fundador, intentaron fundar un sistema de sociología sobre las bases de la filosofía tomista.
Hariou estuvo influido en sus ideas por Henri Bergson y el científico Claude Bernard, pero la piedra angular
de su pensamiento socio jurídico fueron unas palabras de San Agustín “un pueblo es una reunión de seres racionales
unidos por un común acuerdo en cuanto al objeto de su amor”.
Su idea parte de la proposición platónica de que “existen ideas objetivas en el vasto mundo que nos rodea”.
Entre esas ideas están las tareas relativas que hay que realizar y estas no pueden “vagar al azar” en una sociedad
amorfa, sino que tienen que ser capturadas y encaminadas en instituciones.
Hariou distingue dos tipos de instituciones, el primero constituido por cosas que corresponden a sistemas de
reglas de conducta, y el segundo formado por personas o grupos sociales. Hariou se interesa ante todo por las
instituciones del segundo tipo. Por ende, sus escritos y teorías sociológicas son principalmente una teoría del grupo
social.
En contra de sus ideas, se pronuncia Talcott Parsons que sigue la doctrina del escocés Robert MacIver, quien
distingue taxativamente entre los grupos sociales concretos a los que llama acertadamente asociaciones y afirma que
son estas a las que la gente pertenece.
En cambio las instituciones, son para él “los procedimientos consagrados y socialmente impuestos que
distinguen la vida de grupo y a los cuales la gente queda sometida como sucede con las costumbres, leyes y demás
normatividades sociales”.
Pero para Mauricio Hariou, se incluyen ambos sentidos en la palabra institución, tanto las normas y
procedimientos válidos para cada grupo como el grupo mismo, aun cuando su concepto del primer tipo, esto es los
sistemas de conducta, corresponda al uso más comúnmente admitido en el lenguaje de la Sociología contemporánea.
Según Hariou, la institución, (o grupo social) comprende tres elementos a saber: la idea organizadora, el gobierno
organizado y la intercomunicación de los individuos en torno de la idea.
La idea organizadora, la idea de la tarea que hay que ejecutar, penetra en la mente de un número
indeterminado de individuos, afirma Hariou, y con estilo platónico agrega que “aunque la idea común recibe formas
diferentes en las mentes individuales, objetivamente sigue siendo la misma”. Por ello afirma “las ideas organizadoras
confieren a las instituciones existencia propia y son significativamente diferentes de las de los individuos constitutivas
del los grupos”.
El segundo elemento institucional es para Hariou la organización, análoga al gobierno en el Estado. El gobierno
“es una manifestación de la voluntad humana”. El ejercicio de la voluntad “es un elemento esencial de la realidad social
de una institución; pero es aportada por los miembros individuales y así no es la voluntad de la institución misma”.
El tercer elemento institucional es la intercomunicación de los individuos. Rechaza todo concepto de
mentalidad colectiva. Su idea de intercomunicación se refiere a que los individuos son afectados de modo análogo por
la propia idea organizadora, a que reconocen espontáneamente la analogía de sus estados mentales y que son inducidos
a la acción común.
Hariou completa este análisis de los elementos interactivos de las instituciones con su teoría de cómo nacen,
viven y mueren éstas últimas. Decía que las instituciones nacen mediante actos de fundación y mueren por disolución.
Sus vidas, según Hariou, consisten, principalmente, en los funcionamientos legales de sus “gobiernos”, en las elecciones
y las deliberaciones del grupo y en la adhesión gradual de nuevos miembros.
Concibe al Estado bajo estas ideas como una de las principales instituciones, aplicando a los diversos
elementos integradores de la asociación estatal en sus concepciones expuestas.

EL POSITIVISMO JURÍDICO POLÍTICO DE LEON DUGUIT


Duguit nació en Libourne el 4 de febrero de 1859 y murió en Burdeos en agosto de 1929. Publicó gran cantidad de
obras jurídicas, entre las principales, las siguientes: Algunas notas sobre la familia primitiva; La separación de poderes
en la Asamblea Nacional; Las funciones del estado moderno; Estudio de sociología jurídica; Las constituciones y las
principales leyes políticas de Francia; Estudios de Derecho Público; El Estado, el Derecho Objetivo y la Ley Positiva, y
Manual de Derecho Constitucional.
En oposición con Jellinek, Duguit señala que el Estado ya no se confunde con ninguno de sus elementos ni
tampoco su suma “pues su esencia es el poder, porque sin éste no hay Estado”.
Duguit, educado y formado en la filosofía positivista, afirma que la ciencia, como conocimiento de la verdad
es una sola. La ciencia positiva significa entonces una ciencia de la realidad y de la vida apartada de la teología, de la
filosofía y de la metafísica. Solamente ella y el método que consiste en la observación de los hechos y fenómenos
reales conduce al conocimiento verdadero. Por consiguiente, dice, la ciencia del estado y la ciencia del derecho tienen
que dirigirse a las realidades sociales, a los hechos y fenómenos sociales que se dan realmente en la vida, a fin de
descubrir las leyes que se desprenden de ellos.
Se subleva contra el tradicionalismo político y jurídico y en su libro El Estado, el Derecho Objetivo y la Ley
Positiva, donde expone ideas que constituyen una critica demoledora de los principios que servían de fundamento a las
ciencias del derecho y del Estado.
Duguit conviene en que no hay una construcción social más bella, jurídica y políticamente hablando que la
imaginada por los teóricos de la gran revolución burguesa de Francia, pero afirma que no hay nada más apartado de la
verdad que “el buen salvaje del estado de naturaleza y los derechos naturales de igualdad y libertad”.
La idea de los derechos naturales de igualdad y de libertad del llamado estado presocial, en que los hombres
vivían aisladamente es, además, una contradicción insalvable porque el hombre aislado no puede tener derechos ya que
éstos presuponen una relación entre seres humanos.
El positivismo de Duguit atacó directamente a la historia del Derecho Divino y Natural y a la concepción
individualista de la filosofía de la Ilustración. Además se enfrentó a las tendencias subjetivas para afirmar que las
normas jurídicas emergen de lo más profundo de las relaciones sociales reales y que “el llamado derecho subjetivo no
es un poder de la voluntad, sino la facultad que otorga el orden jurídico a los hombres para actuar en determinada
dirección o exigir el cumplimiento de una prestación”.
Siguiendo a Aristóteles, afirma que el hombre siempre ha vivido en sociedad, superando con ello el
individualismo; afirma que el hombre es un ser consciente de sus actos. Estos dos elementos “el hombre es un ser
sociable y consciente” le sirven de base cuando afirma que los hombres están y permanecen unidos en sociedades
nacionales porque tienen necesidades comunes y aptitudes diferentes” lo que determina su unión, o como diría Emilio
Durkheim cuya doctrina sociológica acepta, “es la fuente de la solidaridad social”
Afirma que la solidaridad se manifiesta en dos aspectos a los que denomina solidaridad por similitudes u
orgánica, y solidaridad por división del trabajo o mecánica. Luego señala que la solidaridad social es únicamente el
término que permite englobar la suma de los vínculos reales que unen a los hombres; en otras palabras, la solidaridad
social no es una idea ni una invención de un autor sino la expresión de hechos reales.
Aquí encuentra Duguit una relación dialéctica entre la realidad y la normatividad: y afirma “la observación
directa de los hechos nos muestra la existencia de una ley que se impone a los hombres que viven en sociedad” que por
esta circunstancia puede llamarse “ley originaria de la vida social”. Interrogándose sobre la naturaleza de esa ley social
responde “puesto que el hombre es un ser conciente de sus actos obra siempre en vista de un fin”, y concluye “la ley
social sirve para asegurar los fines humanos”.
En su teoría, agrega “el conjunto de normas sociales que forman la ley, salvo sus desviaciones a resultas de un
poder arbitrario, revela la existencia de dos fines fundamentales: el objetivo primero de la ley es obligar a todos los
hombres a obrar, de tal suerte que respeten la autonomía de los otros y la suya propia en tanto son elementos de la
vida social, porque la norma que aplasta la autonomía individual mata la consciencia humana y torna imposible la
persecución de fines conscientes”. Esta primera finalidad conlleva a la segunda: “los hombres deben hacer todo lo
necesario y conveniente para fortalecer la solidaridad y deben abstenerse de todo lo que pueda dañarla”.
A la pregunta fundamental de ¿Qué relación guarda el derecho con el hecho real de la solidaridad social?
Duguit responde que “unas son las normas éticas y otras las económicas” de donde deduce que las “normas jurídicas no
poseen una sustantividad propia, sino que son aquellas normas éticas y económicas que en los distintos momentos
históricos de la vida de un pueblo se consideran indispensables para el mantenimiento de la solidaridad social” y todo
esto es posible “por la acción de dos sentimientos sociales y humanos: uno de sociabilidad y otro de justicia”.
Piensa que son varios los elementos que explican el poder de hecho de los gobernantes, cuya consecuencia inmediata es
que sean ellos quienes impongan su voluntad disfrazada bajo la forma de mandamientos jurídicos: las hazañas y fuerza
del caudillo guerrero, la experiencia y sabiduría de los ancianos, la templanza y prudencia del líder conductor, la
naturaleza sobrenatural de las creencias religiosas, la fuerza económica que proporciona la posesión de la tierra y de
la riqueza y supremacía moral de los mejores hombres son los elementos sobre los que descansa la única justificación
del Estado.
Afirma que el territorio cumple una doble función: es límite de la soberanía de un Estado y de las de los
demás Estados y es una condición para la vida de los Estados de nuestro tiempo.
Duguit no se ocupa de los fines absolutos o relativos del Estado, sino que se contenta con referirse a las
tareas que éste ha cumplido en la historia y las que cumple en el presente, que no son otras que la prestación de los
servicios públicos.

HANS KELSEN Y EL FORMALISMO JURÍDICO POLÍTICO


Nació en Praga el 11 de octubre de 1881. Su obra más importante es Teoría general del Derecho y del Estado. Se le
considera fundador de la Escuela Formalista del Derecho en Viena. Murió en Febrero de 1973 en Berkeley, Ca. Entre
las características esenciales de su doctrina se encuentra la separación radical que hizo entre la ciencia de la
naturaleza y la ciencia de las normas, una consecuencia de la admisión de las dos categorías del entendimiento que
rigen el conocimiento y que son el ser y el deber ser. En seguida, se caracteriza su doctrina por la llamada pureza del
método, lo que significa la aplicación sistemática y estricta en cada una de las dos categorías del conocimiento del
método respectivo, de tal manera que en el estudio de la ciencia de las normas no debe intervenir ningún conocimiento
acerca de la realidad. Además, el pensamiento kelseniano descansa en la convicción de que la ciencia del derecho tiene
que ocuparse exclusivamente del derecho positivo, pues afirma que toda investigación en torno a un derecho natural es
meta jurídica, esto es, está más allá de la ciencia.
Una misma palabra, ley, ha sido utilizada para designar dos conceptos radicalmente distintos; más aun,
contradictorios, el de ley natural y el de norma. El término ley se formó en los estudios políticos de donde pasó al
mundo físico; el príncipe, el gobernador de la comunidad, ofreció al conocimiento antiguo el análogo para el orden de la
naturaleza cuyos elementos se imaginaros subordinados a una voluntad superior.
Piensa que este origen común es la fuente de las confusiones y los errores en la ciencia del derecho y las
demás disciplinas normativas, pues el concepto ley natural se volcó sobre su origen para invadirlo y dominarlo.
La palabra ley se emplea en un sentido esencialmente distinto cuando, colocado en el punto de vista normativo
y ya no en el explicativo, expresa aquellos juicios que prescriben un acaecer; esto es, plantean la exigencia de una
conducta determinada que ordenan un ser o no ser, que imponen un deber ser. Las leyes jurídicas no son explicaciones
de lo que es, no afirman un acaecer real sino que demandan que algo acaezca; no dicen que algo ha acaecido o tiene que
acaecer. Solamente dicen que algo debería acaecer.
Lo dicho indica la oposición entre los reinos del ser y del deber ser y entre la ley natural y la norma, y
presupone la presencia de dos formas o categorías del conocimiento. Kelsen afirma de lo antes dicho: “de una misma
cosa puede decirse que es o debe ser y en cada caso se dice algo esencialmente distinto: ser y deber ser son dos
formas generales del conocimiento, a través de las cuales aprendemos todas las cosas y tanto el ser como el deber ser
son una categoría originaria”.
Concluye: “la oposición de los dos reinos del conocimiento es de carácter lógico formal, por lo que, en la
medida en que el sujeto cognoscente permanezca encerrado en esa dualidad, no habrá puente alguno que conduzca del
uno al otro extremo, lo que quiere decir que entre los dos reinos hay un abismo infranqueable, esto es que un ser
conduce siempre a otro ser y un deber ser a otro deber ser, pero no conduce nunca a un deber ser y a la inversa. Un
deber ser no conduce nunca a un ser pues de que una cosa sea, no importa el número de veces que se repita, no puede
desprenderse nunca que deba ser”.
Establecidos así los dos sistemas de conocimiento, Kelsen afirma que la ciencia del derecho es una disciplina
normativa porque su campo de estudio son las normas, ya que de éstas únicamente obtiene sus conceptos y otras
normas para la conducta de los hombres. Su propósito no es la explicación del acaecer real de los fenómenos, sino
prescribir a los hombres lo que deben hacer.
Kelsen insiste en que una investigación científica no puede tener más objeto que el derecho positivo, ya que el
derecho natural es puramente una fantasía, producto de una concepción religiosa o de una especulación ética.
La tesis de Kelsen de que un ser sólo puede derivar de otro ser y un deber ser de otro deber ser, nos
enfrenta con un principio más de la teoría pura del derecho que lleva por nombre “la razón de validez de las normas”.
Así, de las leyes de la naturaleza decimos que son verdaderas cuando explican un ser desde el ángulo de la causalidad,
en forma tal que la ley que no exprese esa relación estará mal planteada, o lo que es lo mismo, sería falsa.
En cambio, de las normas decimos que son válidas cuando derivan de otra norma, esto es cuando su nacimiento
se ha efectuado de conformidad con otras normas, las cuales a su vez deben poseer el requisito de validez.

HERMANN HELLER Y SUS TEORÍAS SOBRE EL ESTADO.


Nació en Stutgart, Alemania, en 1892 y murió en Madrid, España, en donde se refugió huyendo de la barbarie nazi y de
la persecución política contra él, el 3 de Noviembre de 1933. Heller produjo en su relativamente corta existencia, por
su prematura muerte debido a una enfermedad cardiaca, múltiples ensayos y escritos de los cuales dos son realmente
obras maestras de la teoría política; su Tratado sobre la soberanía y su inconclusa Teoría del Estado. El primero es una
de las mejores obras sobre uno de los temas más importantes de la teoría política, y el segundo ha sido calificado como
la más importante obra sobre el Estado de la primera mitad de esta centuria.
Adopta una posición intermedia científica entre la postura de Kelsen (formalismo positivista- estado es
derecho) y la de Carl Schmitt (decisionismo político-estado es poder político) y con una actitud investigadora
científica radicalmente distinta en la que la cuestión fundamental es la de resolver el para qué del Estado y del
derecho.
El pensamiento fundamental de la sociología política de Heller, revolucionario en su aplicación pero
imprescindible para la comprensión de su teoría, es que no hay una existencia individual aislada separable de la vida
social y esencialmente autónoma frente a ella. Sólo así es posible llagar a admitir que en la constitución de asociaciones
e instituciones sociales intervengan individuos volitivamente indiferentes u opuestos hecho que, como es sabido, ha
dado lugar a las más extrañas implicaciones.
El Estado, dice Heller, sólo puede ser comprendido en su estructura social si se parte del concepto
supraordinario de organización. Distínguese de las demás organizaciones por el hecho de que la ordenación que regula
la cooperación de todos los factores de la organización es en cierto sentido objeto de la organización, lo que viene a
ser tanto condición como efecto; tanto cimiento como techo. Mientras en las demás organizaciones la ordenación es
meramente un medio auxiliar técnico para la unificación y acumulación de las actividades con el objeto de lograr un
determinado fin, el sentido del estado consiste precisamente en la garantía y el perfeccionamiento de su ordenación
jurídica. Esta ordenación jurídica se halla tan estrechamente ligada a los más altos valores morales que, desconociendo
la vinculación dialéctica entre estado y derecho pudo plantearse la cuestión de cuál de los dos elementos en una
valoración social debe estar subordinado al otro. La ordenación, valiosa no sólo por su función técnica, es de este modo
en el Estado el fin de la organización, sin dejar por eso de ser su medio: su realización y garantía son la acción para la
cual se acumulan en el Estado actividades sociales.
La determinación de la función social del Estado como aseguramiento de la convivencia y de la cooperación
entre los hombres, es la clave inmediata para comprender los fenómenos estatales que más problemas plantean, como
la soberanía, la supremacía territorial, el monopolio coactivo del poder, etc.
Para Heller el Estado que es una realidad social, cultural y jurídica está sometido en su poder a principios
jurídicos suprapositivos. Es ciertamente una de las más viejas tesis de la doctrina del poder político. La necesidad de
restaurar la conciencia perdida de la relación dialéctica Estado-Derecho y cimentarla con todos los medios de que
dispone la doctrina moderna, resalta del hecho de que, incluso en los medios socialistas no se conoce “otra
justificación” del Estado que la de la idea nacional, creyéndose que si se desvaloriza este principio se priva al Estado
de su sostén ideal.

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