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HACER LA MEMORIA ES REVER EL PASADO PARA CONSTRUIR

EL FUTURO

La narración desde el aula en la construcción de la memoria

INTRODUCCIÓN:

La Doctrina de la Seguridad Nacional fue la que se instaló en


las naciones del Cono Sur en los años 70, con su máximo
exponencial, la dictadura más dura que vivió la República
Argentina y que, correlativamente, tuvo insidiosas acciones
psicológicas.
Según la escuela de Psicología Social fue un trabajo
ideológico, dirigido estratégicamente a “los aspectos
subjetivos en la población, especialmente las capas medias,
para lograr consenso a la instauración de un régimen
autoritario, por esencia, violador de los Derechos Humanos.
(…)El discurso, decían, también es autoritario, muy bien
vestido de seducción, porque propuso a un sujeto que se
siente carenciado, vacío, impotente, excluido y sin proyecto la
identificación con un Poder omnipotente, mesiánico, que no
ofrece dudas ni fisuras. “Traeremos la pacificación,
terminaremos con la corrupción y la violencia”, lo anticipaba
Rafael Videla, en la reunión de Comandantes de los ejércitos
americanos, en Montevideo, 1975. Ese discurso no apela al
protagonismo, sostiene esta escuela, sino a la esperanza
fundada en la delegación y en la dependencia. El Poder se
propone como aquello que tiene en sus manos la restitución
de lo que se vive como perdido.
(…)Para el discurso autoritario, no hay espacio para la
contradicción, lo problemático. El mundo se escinde
dilemáticamente entre los iluminados, portadores de la Verdad
y el Orden, y los réprobos, portadores del caos, que deben ser
extirpados del tejido social.
(…)El discurso del poder no es idéntico en todas las etapas,
como tampoco lo es la escucha del destinatario. Al inicio, en el
período pre-golpista, se dirige a un sujeto angustiado e
insatisfecho, con vivencias de desorganización. Más tarde,
habla a un sujeto aislado, inerme, aterrado, amenazado en su
cuerpo por el exterminio y la desaparición. Su angustia es
ahora de muerte.
(…)El discurso se vuelve psicotizante, pleno de mensajes
contradictorios que tienden a descalificar nuestra percepción
de lo real. El militar del operativo, que penetra en las casas de
noche, secuestrando, que irrumpe en la calle y el trabajo, es el
que nos cuida y protege”. (Ana P de Quiroga. Salud Mental y
Derechos Humanos. Temas de Psicología Social).

Por la Lic. Prof. Lucía Cáceres desde la UnTIC


DESDE IDUKAY:

Los años tristes de nuestra historia, con la desaparición de las


vidas, de las utopías y de los “grandes relatos” nos han
devaluado en nuestra capacidad de ver, sobre todo, un
porvenir diferente y aceptado como mejor y superador. El
analizar, el reconstruir la memoria desde otra manera de
mirar los hechos -para que estos sean alguna vez
acontecimientos-, nos devolverá la confianza hacia todo lo que
se refiere a la acción colectiva y social, pensada ésta como
construcción voluntaria, como tarea deliberativa de todos.
Entonces, las iniciativas y los proyectos serán trabajos para
todos nosotros… y para la humanidad.

PARA EL AULA:
ADAPTACIÓN DEL MATERIAL ENVIADO POR LA DIRECCIÓN NACIONAL DE
GESTIÓN CURRICULAR Y FORMACIÓN DOCENTE DEL MINISTERIO DE
EDUCACIÓN CIENCIA Y TECNOLOGÍA A LAS ESCUELAS PIIES DENTRO DEL
Proyecto “A 30 años del golpe”

Para el Primer Ciclo.

Desde la literatura se puede entender, un tramo de la historia


argentina, cuando el terror, la censura, lo prohibido, el pensar
diferente campeó el alma del ser argentino. Fueron los años
de la dictadura más cruel, a cargo de las fuerzas militares, que
se sucedieron desde l930 en adelante.

CUENTO: CASO GASPAR.


De Elsa Bornemann

“Aburrido de recorrer la ciudad con su valija a cuestas


para vender —por lo menos— doce manteles diarios, harto de
gastar suelas, cansado de usar los pies, Gaspar decidió
caminar sobre las manos. Desde ese momento, todos los
feriados del mes se los pasó encerrado en el altillo de su casa,
practicando posturas frente al espejo. Al principio, le costó
bastante esfuerzo mantenerse en equilibrio con las piernas
para arriba, pero al cabo de reiteradas pruebas en buen
muchacho logró marchar del revés con asombrosa habilidad.

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Una vez conseguido esto, dedicó todo su empeño para
desplazarse sosteniendo la valija con cualquiera de sus pies
descalzos. Pronto pudo hacerlo y su destreza lo alentó.

— ¡Desde hoy, basta de zapatos! ¡Saldré a vender mis


manteles caminando sobre las manos! —exclamó Gaspar una
mañana, mientras desayunaba, Y —dicho y hecho— se dispuso
a iniciar esa jornada de trabajo andando sobre las manos.
Su vecina barría la vereda cuando lo vio salir. Gaspar la saludó
al pasar, quitándose caballerosamente la galera: —Buenos
días, doña Ramona ¿Qué tal los canarios?

Pero como la señora permaneció boquiabierta, el muchacho


volvió a colocarse la galera y dobló la esquina, para no
fatigarse, colgaba un rato de su pie izquierdo y otro del
derecho la valija con los manteles, mientras hacía complicadas
contorsiones a fin de alcanzar los timbres de las casas sin
ponerse de pie.

Lamentablemente, a pesar de su entusiasmo, esa mañana no


vendió ni siquiera un mantel. ¡Ninguna persona confiaba en
ese vendedor domiciliario que se presentaba caminando sobre
las manos!

—Me rechazaban porque soy el primero en atrever a


cambiar la costumbre de marchar sobre las piernas…si
supieran qué distinto se ver el mundo de esta manera, me
imitarían…paciencia…ya impondré la moda de caminar sobre
las manos…—pensó, y se aprestó a cruzar una amplia avenida.

Nunca lo hubiera hecho: Ya era el mediodía…los autos


circulaban casi pegados unos contra otros cientos de personas
transitaban apuradas de aquí para allá.

— ¡Cuidado! ¡Un loco suelto! —gritaron a coro al ver a Gaspar.


El muchacho las escuchó divertido y siguió atravesando la
avenida sobre sus manos, lo más campante.

— ¿Loco yo? Bah, opiniones…

Pero la gente se aglomeró de inmediato a su alrededor y los


vehículos lo aturdieron con sus bocinazos, tratando de
deshacer el atascamiento que había provocado con su singular
manera de caminar. En un instante, tres vigilantes lo
rodearon.

—Está detenido —aseguró uno de ellos, tomándolo de las


rodillas, mientras los otros dos se comunicaban por

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radioteléfono con el departamento central de policía. ¡Pobre
Gaspar! Un camión celular lo condujo a la comisaría más
próxima, y allí fue interrogado por innumerables policías.

— ¿Por qué camina con las manos? Es muy sospechoso


¿Qué oculta en esos guantes? ¡Confiese! ¡Hable!

Ese día, los ladrones de la ciudad asaltaron los bandos con


absoluta tranquilidad: toda la policía estaba ocupadísima con
el “Caso Gaspar—sujeto sospechoso que marcha sobre las
manos”.

A pesar de que no sabía qué hacer para salir de esa difícil


situación, el muchacho mantenía la calma y —
¡sorprendente!— Continuaba haciendo equilibrio sobre sus
manos ante la furiosa mirada de tantos vigilantes. Finalmente
se le ocurrió preguntar:

— ¿Está prohibido caminar sobre las manos?


El jefe de policía tragó saliva y le repitió la preguntó al
comisario número 1, el comisario número 1 se la transmitió al
número 2, el número 2 al número 3, el número 3 al número
4…en un momento, todo el departamento central de policía se
preguntaba: ¿ Está prohibido caminar sobre las manos? Y por
más que buscaron en pilas de libros durante varias horas, esa
prohibición no apareció. No señor. ¡No existía ninguna ley que
prohibiera marchar sobre las manos ni tampoco otra que
obligara a usar exclusivamente los pies!

Así fue como Gaspar recobró la libertad de hacer lo que se


antojara, siempre que no molestara a los demás con su
conducta radiante, volvió a salir a la calle andando sobre las
manos. Y por la calle debe encontrarse en este momento, con
sus guantes, su galera y su valija, ofreciendo manteles a
domicilio… ¡Y caminando sobre las manos!”

— La maestra lee logrando la escucha comprensiva. Hace


interrupciones para resolver problemas de cognición de los
alumnos. Pregunta y repregunta. ¿Qué es un camión
celular? ¡Confiese! Furiosa mirada, y otras que el docente
intuye que no figuran en el vocabulario usual de la clase.
Ayuda o deja que otros aporten.

— Continúa con la lectura del texto.

— Renarrar el cuento entre todos.

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— Preguntas conflictivas que la docente dirige para la
comprensión.

¿Estaba Gaspar haciendo algo fuera de lo común?


Como personas, ¿podemos pensar diferentes? ¿Vestirnos diferentes?
¿Cuál es la base para que con nuestras diferencias no alteremos el orden, las
buenas costumbres, el derechos de los demás? Justificar las respuestas con
ejemplos.
¿Qué nos pasa a nosotros cuando vemos a alguien diferente?
¿Por qué la vecina, los transeúntes, los vigilantes, desconfiaban de Gaspar?
¿Qué derechos se violaron con Gaspar?
¿Creen que una persona puede ir a la cárcel por pensar diferente, por leer algo
diferente, por ser psicólogo, o sociólogo?
Piensen en lo diseñadores de modas, que siempre están creando para que las
vestimentas sean actuales, ¿a ustedes se les prohíbe comprarlas o usarlas?
Piensen en esta frase: “Todo dentro de la ley, fuera de la ley nada”.
Cómo hijo, alumno, vecino: ¿qué tienes para hacer dentro de la ley? y ¿qué no
puedes hacer porque está fuera de la ley?

— Actividad de integración: Construir el sentido del texto


ayudado con las imágenes de las láminas que poseen las
bibliotecas PIIES o con las que encontrarán en este portal y
que pertenecen a ellas.

Por la Lic. Prof. Lucía Cáceres desde la UnTIC


Para el Segundo Ciclo
Por la Lic. Prof. Lucía Cáceres desde la UnTIC
 La actividad para el Primer Ciclo puede ser usada
también para Segundo, ampliándose con las que a
continuación se sugieren.

Extraído del suplemento El Golpe. Diario Página 12. 1996

Para qué el docente dirija la lectura: En la década de los 70 del siglo pasado,
la sociedad argentina, como la internacional, estaba desordenada, con
disturbios y violencia. Las ideas políticas eran dispares. El gobierno que asaltó
el poder en nuestro país, creyó que poner orden a esa situación, era el usar
“una mano dura”. Se instaló una dictadura militar, llamada Proceso de
Reorganización Nacional. El orden que dijeron poner fue el matar a todos lo
que pensaban diferente, los que tenían ideas políticas diferentes. Muchos de
los demás (los que se salvaron) decían: “por algo será”. Cada desaparecido
era un NN; lo llamaron así, porque no era, (para ellos), ni un perseguido, ni
un muerto, sino un desaparecido. “En Argentina no hay campos de
concentración, ni presos políticos, son delincuentes comunes”…”Morirán los
que sean necesarios” decía Videla en un discurso en Uruguay en 1975.
Todas las personas, por equivocadas que estén, tienen el derecho a ser
juzgados por tribunales especiales, con jueces especiales, pero nunca
matados, violados y cercenados en sus ideas y en sus vidas. Todos vivían con
miedo y en constante sospecha. Había aún más: terror. La vida de todos los
argentinos, estaba en peligro. Las libertades se perdieron: de opinar, de
expresarse, de reunirse, de asociarse. La Constitución Argentina sufrió una
bofetada. Los militares golpistas sin embargo pedían el olvido y la inmovilidad,
el congelamiento del movimiento social. ¿Puedes entender esto?
Por la Lic. Prof. Lucía Cáceres desde la UnTIC

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