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LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA: UNA EVALUACION CRITICA MANUEL GARCIA. FERRANDO Dectog Ingeniero_Agrénom: “Master” de" Artes en Socal SUMARIO PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.—LA SOCIOLOGIA RURAL AME- RIGANA/ "CONSIDEHACIONDS 'HISTOICAS: La "inorruconazizacton Dicorouts, RoRAL-Unasn’- Grumvscharr ¥ Grsnuiscnars:~LA SOCIOLOGIA RURAL EN EUROPA! Prosuews crvauts--CONCLUSIONES. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA "A nivel institucional, la Sociologia Rural parece haber alcanzado ‘emla actualidad, tanto ‘académica como profesionalmente, sus cotas mis altas, desde que el profesor Henpenson dictara su primer curso de Sociologia Rural en la Universidad de Chicago, en 1894-95. En el Ambito internacional, los preparativos para la celebracién en Torun, Polonia, el préximo mes de agosto de 1976, del IV Congreso Mundial de Sociologia Rural, y dentro del contexto espafiol, la creacién del cuerpo de socidlogos rurales, adscritos al Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario («BOE», 17 de junio de 1973), bien pueden ser- vir de muestra de la aparente madurez aleanzada y del interés que despiertan los estudios sociolégicos sobre la sociedad rural. Pero al mismo tiempo que se produce esta afirmacisn institucional de la Sociologia Rural, crece el consenso entre un amplio sector de la profesién de que esta disciplina, como rama especial de la Sociologia General, se encuentra en crisis. Desde el que podriamos Hamar punto de vista europeo, la opinién mas extendida es aquella que considera que los conceptos sociolégico bésicos con los que se han venido tratan- do hasta ahora los fenémenos sociales rurales son insuficientes para explicar el cambio social en las sociedades rurales de los paises industriales, por lo que sus utilizadores, esto es los socidlogos rurales, » MANUEL GARCIA FERRANDO se han convertido en prisioneros del uso que se hace de tales concep- tos (Garsanr, 1973: 254). En el contexto académico americano, la crisis no sélo afecta a problemas tedricos o metodoldgicos de la disciplina, sino que, ademés, hhunde sus raices a niveles mas profundos, de indole ética y moral. En efecto, el innegable éxito comercial de la agricultura america- na, la més moderna, mis completa y de mayor impacto mundial, ha venido acompafiado de Ja virtual desaparicién del pequefio agricultor en el campo americano. La innovacién tecnolégica en Ia agricultura, uno de los temas centrales y més queridos de la Sociologia Rural americana (ROGERS, 1960: 396), ha tenido en los pequefios agricul- tores a sus victimas mds inmediatas y visibles, ya que incapaces de adoptar continuamente unas innovaciones tecnolégicas basadas en inputs» ilimitados de capital y sustitueién de mano de obra (Herrenman y Jenkins, 1972: 16), han tenido que emigrar a las grandes ciudades, dejando la agricultura en manos de megaorganiza- ciones verticalmente integradas con le industria, los «agribusiness», controladas por corporaciones gigantes, protegidas por el propio Go- hierno americano (WitkiNson, 1975: 19), ‘Aunque més tarde, Ia ideologia agrarista y paternalista que ha guiado la actividad extensionista ¢ investigadora de los sociélogos rurales americanos (RoweR y Dovcras, 1969; Sarr y Zorr, 1970), se ha visto fuertemente sacudida por la realidad de los hechos que definen la agricultura y la sociedad rural en la década de los afios setenta, Por 50, un joven y brillante sociélogo rural americano raz0- naba recientemente en los siguientes términos: «Si los sociélogos rurales son ahora los agentes no de la Nueva Revolucién Americana, sino de la Gran Cooptacién (*). Si se supone que debemos pacificar a los desidentes y ayudatles a ajustarse, la cuestién fundamental estriba ahora en preguntarse si nosotros, como soeiélogos rurales, estamos preparados para vivir y trabajar con todo esto, Y si no es asf, Zqué podemos hacer?» (Witxinsow, 1975: 20). Estas palabras reflejan. en mi opinidn, la crisis de credibilidad en los presupuestos bisicos con los que ha operado hasta ahora el socié- logo rural acedémicamente establecido, y probablemente son el prelu- dio de cambios fundamentales que se van a operar, o se estin operando ya, en el dominio de la Sociologia Rural. Si coincidimos con 25 rie a er parte de sande con ones de tierrs en Poyan los agribusnees EL autor tal Ins" buroeratndae loo extractras ofganizaclonles de comolan le agrcaltora americana. LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA a Gourpyen en que los cambios basicos que se producen en cualquier ciencia derivan no tanto de la invencién de nuevas téenicas de investi- gacién, sino més bien de las nuevas formas de percepcién de datos ya existentes (1972: 34), lo que estd ocurriendo en el campo de la Socio- ogia Rural se puede entender como una revisin profunda en la com- prensién del cambio social —de lo que significa realmente moderni- zacién y progreso— en la sociedad rural, recharando principios teni- dos por inmutables, y contemplando con mirada més critica los proce- s0s de cambio que después de x Segunda Guerra Mundial han sacudido a la agricultura campesina, wel modo de produccién més viejo y universal conocido en la Historian (Gateski, 1972: 23). Pues de lo que se trata ahora no ¢s tanto de esforzarse por lograr la «paridad» de bienestar econémico entre los sectores rural y urbano meta ésta que, por supuesto, sigue siendo importante para la mayor parte de las regiones del mundo—, sino de preguntarse qué tipo de civilizacién va a ser la resultante de la consumacién de la revolucién rural, esto es, de la desaparicién real del pequeiio agricultor y de la pequeiia comunidad rural (*) (HatPERN, 1973). Los viejos esquemas conceptuales y tedricos, y la serie de creencias subtedrices —cbackground assumptions», en Ia terminologia de Goutpven—, que han aprisionado el desarrollo teérico de la socilo- gia rural académica, le han incapacitado en buena medida para entender los acelerados cambios producidos en las sociedades rurales de los paises industrializados. Nuevos conceptos y nuevas perspectivas son nevesarias para hacer frente a la crisis en que se encuentra sumida Ja sociologia rural; pero para lograr tales metas, para lograr el progreso de la conciencia sociolégica rural, es necesaria la contem- placién critica de la evolucién histérica de la disciplina que nos ccupa, para, de esta manera, y a partir de ella, avanzar en la di cién de la objetivided cientifica, a través de la’ «toma de concienci de la propia dimensién existencial del pensamiento socicldgicon (Giver, 1974: 44). Y este es precisamente el objetivo central del presente trabajo, que aspira a ofrecer una panorimica critica del desarrollo histérico de la sociologia rural-académica, y a sistematizar los esfuerzos més destacados y recientes, dirigidos a actualizar esta subdisciplina, de acuerdo con los iiltimos avances del pensamiento Pare Haurean, Ine transformaciones clendo sctuslmente en les comunidades 1 ales y teenolégicar que. ae estin produ: ies 7 om el trabajo. agricola repeveatan el fambio mis trasendental en las norma sociconémicas dela humanised. desde. el seal, 2 MANUEL GARCIA FERRANDO socielégico. En este intento, nuestro discurso sociolégico trataré de desvelar algunas de las estructuras latentes de Ia sociologia rural predominante en cada época (GineR, 1974: 35:37), esto es las con- cepciones comiinmente aceptadas sobre las que se han construido las plataformas tedricas en las que se ha movido la discusién sociolégica- rural en los Estados Unidos y en Europa. LA SOCIOLOGIA RURAL AMERICANA: CONSIDERACIONES HISTORICAS La Sociologia Rural, como subdisciplina cientifica académica- mente establecida, tiene sus origenes en los Estados Unidos en los comienzos del siglo XX, en unos momentos en que ya se habian esta- Dlecido os cimientos ‘ientificos de Ia sociologia contemporénea (NELSON, 1969). Es la época en que se logra sustituir la nocién de progreso, desligando tal concepto de la ciencia de la sociedad, por la nocién de cambio y modernidad (GieR, 1974: 61 y ss.). Es el mo- mento también en que aparece una tendencia hacia Ia especializacién y_ la investigacién detallada_y empirica en sociologia (GatEsxt, 1972: 1). De toda esta situacién cambiante, unos elementos favorecen més que otros al desarrollo de la nueva subdisciplina de la sociologia rural, y algunos de ellos, como veremos mas adelante, condicionarén ‘su desarrollo ulterior hasta nuestros dias. Pero ya durante las dos iiltimas décadas det siglo XIX, la Univer- sidad de Chicago ofrecia cursos de Sociologia Rural, y la Universidad de Columbia, a través del profesor de Ciencia Politica FRANKIIN H. Gropincs, comenzé a interesar y a preparar a estudiantes gradua- dos en el estudio sociolégico de las comunidades rurales (NELSON, 1969: 5). Tal como sefialan Suirm y z0PF (1970: 9), el desarrollo de la Sociedad Rural, y quizé también el de la Sociologia General, en los Estados Unidos, surgié en buena medida de la filosofia humani- taria que constituia una fuerza poderosa en este pais a finales del siglo XIX. Al acabarse la oferta de tierras desocupadas, al desaparecer la anueva frontera», y, al aparecer, los problemas de una industrializa- cién rapida, se extendié la idea de que no todo iba bien en el pais ys sobre todo, en las zonas rurales. El debilitamiento de las iglesias rura- les y la despoblacién, que comenzé a producirse en las zonas agrarias de los Estados del Nordeste, estimularon un interés humanitario por LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA » In vida rural, Este interés se caracteriz6 por un deseo de mejorar las condiciones de bienestar en el campo, siendo sus portavoces mas des- tacados algunos miembros de diversas iglesias protestantes (DUCAN, 1954; Sairn y Zorr, 1970). Una consecuencia directa de este interés fue el establecimiento de cursos sobre problemas sociales en la Uni- versidad de Chicago, en la Universidad de Michigan, en Michigan State College y en la Universidad de North Dakota. Otro elemento poderoso que estimuld la preocupacién por los estudios sociales de los problemas agrarios fue el peso que el agraris- mo tiene en la ideologia tradicional americana (American Creed). La articulacién que Tuomas JEFFERSON hizo de este credo —la natura. leza basica de la activided agraria, el heneficio social que se deriva de la existencia de agricultores independientes y la moral virtuosa adscrita al trabajo agricola— convirtieron a la agricultura en una actividad destacada (Rowzr y Dovctas, 1969). En consecuencia, todo lo relacionado con un mundo rural en crisis, ten{a que provocar un elevado interés social. La creacién por el presidente THzovore Roosvett de la Comi- sin de la Vida Rural tuyo una decisiva importancia para el desarro- Ho de la Sociologia Rural. El informe que esta Comisién elaboré, y que fue presentado originariamente al Congreso en 1909, aunque su Publicacién definitiva se hiciera més adelante, en 1911, recomendaba tres medidas para lograr una mejora en la vida de los agricultores y de sus familias: 1) realizar un estudio exhaustivo o encuesta de todas las condiciones que afecten a las actividades agrarias y a las personas que vivan en el campo; 2) realizaeién de un trabajo de extensién agraria a escala nacional, y 3) lanzamiento de una campa- fia para el progreso rural (Netsox, 1969: 11-12; Saar y ZoPr, 1970: 10). A tales recomendaciones siguieron las actividades de cientos de grupos y asociaciones, en aspectos puramente empiricos dentro del area de la Sociologia Rural. Son los afios de la encuesta social generalizada. En estas actividades de encuesta tuvieron parte destacada las distintas iglesias que ejercian su misién en las zonas rurales, El sentido pragmético que caracteriza a estas actividades sociolé- gicas y rureles van a sefialar el punto de separacién en las respectivas Tineas de desarrollo que, a partir de entonces, van a seguir la Sociolo- gia Rural, por un lado, y 1a Sociologia Generel, por otro. Recordemos que en Ia Universidad de Chicago, y a principios de la década de los veinte, Rosexr Pank conseguia hacer frente a las demandas societa- » MANUEL GARCIA FERRANDO les de trabajos sociolégicos sobre temas de crecimiento urbano y pobre- za, incorporando a ellos «el sentido fresco y renovador de los temas esenciales de la sociologia analitica alemana» (Smits, 1971: 46), que habia asimilado en Berlin como diseipulo de Smamet. De esta manera, PARK posibilitaba el desarrollo de una sociologia empirica dentro de las corrientes tedricas establecidas por los funda- dores europeos de la sociologia del siglo XIX. Pero esto no ocurrié asi en los dominios de la Sociologia Rural, y ello no precisamente por falta de recursos materiales. En efecto, la preocupacién gubernamental americana por el tema de la pobreza y de las condiciones de vida en el campo, condujo a la realizacién de numerosos estudios empiricos, ampliamente financia- dos, y dirigidos por humani Tico sobre el pensamiento sociolégico europeo. El cardcter provinciano y el aislamiento te6rico de la sociologia rural americana se consolida en estas primeras décadas del siglo XX. La Instivuctonauizacion Deriniriva DE LA Soctotocia Runa Uno de los rasgos caracteristicos de Ia institucionalizacién de una disciplina académica es la aparicidn de libros de texto que se ocupen de ella, y la Sociologia Rural no fue excepcional en esta regla. Ya en 1913 aparece el primer libro de texto de Sociologia Rural (GuteTR), y a él seguiran una serie de libros de texto, mas orientados algunos de ellos a la reforma ideolégica que a la presentacién siste- mitica de conocimientos sociolégicos sobre el medio rural. Esta refor- ma tenia como finelided la modernizacién de la agricultura y el logro del bienestar econémico de las gentes del campo. Asi, la definicién que de la Sociologia Rural ofrece Paut, L. Voor, de la Universidad de Ohio, en su libro de texto refleja este sesgo: «La Sociologia Rural, escribe Vocr, es el estudio de las fuerzas y condiciones de la vida rural como base para una accién constructiva en el desarrollo y man- tenimiento de una civilizacién cientificamente eficiente en el campo» (1917: 15). Durante la década de los afios veinte aparecieron no menos de quince libros de texto. De entre ellos destaca el libro de Sonoxin y ZiwmenMa Principles of Rural-Urban Sociology (1929), al que seguird, pocos afios mds tarde, el enciclopédico Systematic Source Book in Rural Sociology, de SOROKIN, ZIMMERMAN y GALPIN (1930- 1932). La influencia posterior de todos estos libros de texto ha sido LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA 3 escasa y, como ocurre con casi toda la obra de Sonoxin, en la actua- lidad apenas son leidos y, por supuesto, no han sido reeditados, al ‘menos en su lengua original, esto es, en inglés. Como dice agudamente J, F. Mansatt. (1975) (Sonokin), ahora va desapareciendo en el ol- vido erudito. La pobreza tedrica de los libros de texto de Sociologia Rural ha sido destacada por diversos autores. ANDERSON, en el capitulo dedi- cado a la Sociologia Rural dentro del libro colectivo coeditado por Menton Sociology Today (1959), subraya que «pocos libros de texto de sociologia rural... pueden compararse con libros de segunda clase de sociologia general» (pég. 367). Quizd la razén principal de esta pobreza teérica haya que buscarla en el afin exagerado de muchos socidlogos rurales por presentar los contrastes de la sociedad tinica- mente a través de Ia dicotomia rural-urbano, olvidando otros varia bles estructurales 0 locacionales de importancia, De esta manera, los, conceptos rural y urbano adquirieron unas caracteristicas excesiva- ‘mente rigidas, impidiendo de esta manera su critica y posible supera- cin teérica, La rigidez de esta postura teérica se revela con claridad en la siguiente diferenciacién que establece Cant. C. Tavior, uno de los sociélogos rurales més influyentes, entre Sociologia Rural y Sociolo- gia General : «La Sociologia General debe analizar y describir la estructura y funcionamiento de todas las relaciones humanas, mientras que la Sociologia Rural debe especializarse en aquellos grupos humanos que viven a través de ocupaciones directamente ligadas a la agricultura. La Sociologia Rural se ocupa de las relaciones de la poblacién rural con otros sectores de la poblacién nacional y mundial y de los proble- mas sociales que afectan a aquellos que viven y trabejan en el campo y en las comunidades agrarias. Bajo esta amplia clasificacién, toda la sociologia debiera dividirse en Sociologia Rural y Sociologia Ur- bana » (1926: 4. El subrayado es nuestro) *. Esta dicotomia entre sociologia rural y sociologia urbana de ca- récter tan rigido, poco pudo favorecer nuevos desarrollos conceptuales * Hay gue sefalr que cata conceptusizacién tan sigide sigue vigente en deternt- ian a on eal ee yo eco fe en bs ‘vdio de le reegntemente eresda aealted de Soe Pala asignatura con ‘sl complejo tela. de Sociologia Rural Sue aparercan ya en mlgtn otro luger del plan de estulion aslgnturas que traten por separado To rural y lo uibano, comb serfa tconeiable hacer, dade In ac 4 conornietae existetes en la actualided en las teas que abarean ambas tubdic plinan 2 MANUEL GARCIA FERRANDO que hubieran permitido superar el aislamiento teérico en el que se desenvolvié desde sus inicios la sociologia rural americana. Las con- tinuas y generosas ayudas estatales reforzaron este aislamiento, al di- rigir la legislacién y los medios financieros hacia planes de émbito local conducentes a aliviar problemas inmediatos, pero con poca 0 ninguna consideracién del cambio social a nivel macrosociolégico. La ley Prunell, aprobada por el Congreso americano en 1925, concedié cantidades importantes de recursos econémicos a las facul- tades agrarias —los Land Grant College— y a las Estaciones Experi- mentales Agrarias, destinados a realizar «investigaciones econémicas y sociolégicas dirigidas a desarrollar y mejorar el hogar rural y la vide en el campo» (NELSON, 1969: 86). Con el fin de poder disfru- tar de tales ayudas, las facultades agrarias establecieron proyectos de investigacién sobre temas de sociologia rural, a la vez que se pro- gramaron cursos sobre dichas materias, comenzando de esta ma- nera a concederse diplomas a nivel de Master y Doctorado en Socio- Togia Rural. ‘Asi fue adquiriendo su legitimidad en los medios académicos Ia disciplina de la Sociologia Rural. Suis se muestra claro en lo refe- rente a este aspecto del proceso de institucionalizacién de una espe- lidad académica determinada: «Una disciplina intelectual es dis- ‘iplina académica, escribe Suits, cuando es ensefiada, o sea, discutida ¢ investigada, dentro del marco de instituciones académicas que llevan el nombre de la disciplina u otro similar» (1971: 117). De este modo, y a finales de los afios veinte, la Sociologia Rural habia con- seguido superar todos los requisitos necesarios para su definitiva institucionalizacién en los medios académicos americanos. La apari- cién en 1936 de la revista Rural Sociology, y la fundacién de la Rural Sociological Society, en 1937, encargada esta iltima de velar ppor los intereses profesionales ¢ intelectuales de los cada vez mis numerosos socidlogos rurales, fueron la consecuencia ldgica de este proceso de legitimacién y desarrollo de la Sociologia Rural en los Estados Unidos. Los Temas pe Investicacion Como ya se ha apuntado anteriormente, la preocupacién por los aspectos de «bienestar» de la poblacién rural, estimulé la realizacién de mumerosas encuestas sociales durante los afios veinte y treinta, ique se centraron en las siguientes dreas de investigacién: la iglesia LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA 88 rural, Ia familia y el hogar rural, y los «standars» y niveles de vida en el campo, La culminacién de esta tendencia de realizacién de volu- minosas encuestas pudiera ser la realizada por BRUNER y sus cola- boradores, a mediados de los afios veinte, de un estudio intensivo en 140 comunidades. Ein sucesivas encuestas, todas las comunidades fue- ron vueltas a estudiar en 1930 y 1936. Los resultados obtenidos se copilaron y publicaron en las Hlamadas «village series» (BRUNER, 1927), Aunque el estudio se centraba en la comunidad, el andlisis se ‘ocupaba igualmente de la zona de influencia de la misma. El tema era de gran importancia para una nacién joven como son los Estados Unidos, ya que de esta manera se consiguié delimitar la extensién real de la comunidad, se pudo delimitar su area de influencia y se pudo contar a la gente que la integraba. Aunque este tema no parezca relevante ni interesante en los paises que integran la vieja Europa, ues en ellos los limites de sus comunidades son bien conocidos, puede sin embargo ser del mayor interés para las nuevas naciones que, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, estén afianzando su nacionalismo. La influencia de los estudios de BRUNER se produjo en una doble direceién, De un lado, reforzaron la linea de investigacién iniciada por GaLPIN afios atrds para la determinacién de los limites e influen- cia de la comunidad rural —una perspectiva sociolégica, por otra parte, con fuerte sabor geogréfico (SANDERSON, 1968)—, y por otro lado, sirvieron para conocer nuevos aspectos del cambio social en las comunidades rurales inmersas en una sociedad sometida a un fuerte proceso de industrializacién. Entre otros importantes resultados, estos, estudios demostraron que la especializacién era en buena medida fun- cién del tamafio de la comunidad y del nimero de familias agrarias que residian en su zona de influencia comercial; que a lo largo de un cierto periodo de tiempo el tamafio del drea de influencia crecia al mejorar los medios de transporte; y que las familias agrarias resi- dentes en zonas dispersas, utilizaban diversos centros de aprovisio- namiento en funcién de las nevesidades que trataban de satisfacer (Bruner y Lorce, 1937). Desde entonces, no se han vuelto @ realizar estudios tan amplios sobre el medio rural, aunque la encuesta dirigida a obtener informa- cin sobre aspectos muy concretos de los problemas sociales rurales, continué siendo la actividad bésica de los sociélogos rurales en las, facultades agrarias y en las agencias de extensién. Después de la Segunda Guerra Mundial, a los viejos temas de Py MANUEL GARCIA FERRANDO investigacién tales como delimitacién de comunidades, relaciones hom- bre-tierra, organizacién social, familia e iglesia rural, etc., se suma- ron nuevas Areas de estudio, destacando las investigaciones sobre ser- vicios sanitarios, difusién de innovaciones agrarias, vejez y retiro, suburbanizacién y sociedades rurales extranjeras (St y Zopr, 1970; 19). La victoria aliada facilits el traslado de rales americanos a numerosos paises extranjeros en calidad de ex- pertos agrarios, difundiéndose ampliamente de este modo las téenicas de trabajo empirico de la Sociologia Rural americana (NELSON, 1969; 141), El empirismo de los estudios sociolégico-rurales durante los aiios cincuenta, y el cardcter de su relacién inmediata con problemas préc- ticos, se pone de manifiesto con la enorme aceptacién que tuvieron las publicaciones sobre la investigacién de difusién de innovaciones tec nolégicas en la agricultura, De una de estas publicaciones se llegaron a vender més de 80.000 ejemplares entre 1955 y 1959, convirtiéndose de este modo en una de las publicaciones sociclégicas més amplia- mente difundidas durante esta época* (RocEns, 1960: 399). Aunque durante estos afios se publicaron algunos libros de texto de Sociologia Rural con pretensiones de desarrollo teérico —por ejemplo, el libro de Looms y Beecte (1950) introdujo como central para el estudio de la sociedad rural el concepto de sistema social—, To cierto es que tuvieron escaso éxito en sus intentos. En un estudio realizado por Wi.uiam H. SeweLt (1965) sobre las tendencias de Ia sociologia rural americana, desde 1936 a 1965, y después de leer y clasificar 1.025 articulos aparecidos durante esos afios en la revista Rural Sociology, los distribuyé porcentualmente segiin los principales temas tratados. Los articulos referentes a organizacién social repre- sentaban el 30 por 100 del total, y a continuacién seguian los articulos referentes a bienestar social y psicologia social. Los trabajos sobre poblacién, cambio social y metodologia cierran la lista principal de temas tratados. Por lo que se refiere a los niveles teéricos y meto- dolégicas de estos articulos, la calidad habia mejorado con el trans- ‘curso del tiempo, aunque segin SEWELL, la debilidad de la orienta- cién tedrica de casi todos ellos era notoris. La enorme masa de datos acumulados sobre la sociedad rural ame- sna no ha conducido a ningin tipo de gran disefio teérico. Y ello *La publicacin es In siguiente: North Central Rural Sociology Subcommite for the Stady of Differion, of Ferm Practices, Mow Farm People accept New Idees, Ames, Towa Agr Ext Serv, Sp. Rep. 15, 1955. LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA 45 1 pesar de que la cantidad de investigacién de tipo empirico reali- zada por los sociélogos rurales americanos, es realmente impresio- nante. En la més extensa bibliografia preparada hasta la fecha sobre sociologia rural (BERTRAND, 1972), aparecen més de 6.300 titulos. De ellos, unos 4.500 corresponden a monografias, informes y bole. tines provenientes de las Estaciones de Experimentacién Agraria. Kaveman, al referirse a la recopilacién preparada por BERTRAND, efiala que la necesidad de sintesis es mayor que munca ya que desde Ja obra monumental de SoRoKiN y ZiMMERMAN (1932), el andlisis sociol6gico-rural ha evitado la sintesis y las simples bibliografias ya no bastan (KAUFMAN, 1974), Las esperanzas depositadas en la ace mulacién de datos para el desarrollo de la teoria sociolégica, no s¢ han cumplido hasta el momento. Parece como si los sociélogos rurales no hubieran sido muy afortunados en el desarrollo del elemento «se- rendipity» en sus investigaciones (Mertox, 1970: 113). Merron se ha mostrado muy confiado en el papel que la investigacién social puede jugar en el desarrollo de teorias de alcance intermedio y, sobre todo, en la experiencia del «dato impreciso, anémalo y estratégico» ‘que puede convertirse en ocasién de un nuevo desarrollo tesrico. Pero el énfasis, aqui repetidamente sefialado, que los socidlogos rurales han puesto en el estudio casi exclusivamente de grupos pequefios de comunidades igualmente pequefias —lo que segin SewELL genera cierto provincianismo («parochialism») (1969: 159)—, ha impe- dido por el momento el desarrollo de generalizaciones relevantes para segmentos mas amplios de la sociedad, y ha detenido Ie investigacién tedrica incluso a un nivel «intermedion. Riciwez pe ta Dicotomia Rusat-Unsano, Gemeinscuarr y GE: SELLSCHAFT. Una conceptualizacién tan estrecha de lo rural frente a lo urbano ha sido, de este modo, uno de los factores mas limitativos del des- arrollo tedrico de la Sociologia Rural. Newsy, GaLsarr y Benve- nurmi (1974) han sefialado acertamente que el uso por los socislogos rutales de los conceptos «Gemeinschaft» y «Gesellschaft», de Tox. ‘ies, ha sido altamente cuestionable. La idea de comunidad de Towwres, una de las cinco nociones centrales —cunit ideas»— de la tradieién sociolégica segin Nisnev (1968), ha sido reificada por la sociologia rural académica. En pri- mer lugar, «Gemeinschaft» y «Gesellschaft» dejaron pronto de ser Pa MANUEL GARCIA FERRANDO tratados como conceptos analiticos, para pasar a ser estructuras so- ciales objetivadas que podian ser observadas y cuantificadas. En segundo lugar, ambos conceptos fueron identificados con patrones de asentamiento especificos —concretamente, «Gemeinschaft» se identi- fie6 con la comunidad rural y «Gesellschaft» con la ciudad (Newsy et al., 1974: 2). El esfuerzo realizado por Tatcort Pansons al Aescomponer analiticamente ambos conceptos en sus elementos inte grantes para, a partir de ellos, elaborar una sintesis testica superior plasmada en su obra The Structure of Social Action (Sui.s, 197] 71), no ha tenido hasta ahora eco entre 1a profesién sociolégico-rural, Ja cual, por el contrario, ha perecido encontrarse més a gusto como heredera de la tradicién roméntica agrarista del siglo xtx. Fsta tradi- cin roméntica idealizé la vida rural como un mundo idilico y puro, frente a Ia inseguridad y conflicto de la ciudad y del proceso de in- dustrializaci Lo que habia sido patrimonio del mundo artisticosliterario, la «arcadia feliz» virtuosa frente a los «males de la corten, entré de ‘manos de Towwiss en la tradicién sociolégica. Y han tenido que pasar ‘muchos afios para que los conceptos de ToNNIES se discutieran. RUTH Grass ha destacado que «... especialmente en el mundo anglosej estamos todavia condicionados @ pensar en términos de fuerte com traste entre los sectores rural y urbano y «formas de viday. Y para muchos de nosotros, el adjetivo rural tiene unas connotaciones placen- teras —belleza, orden, simplicidad, descanso, democracia auténtica, paz, Gemeinschaft. Lo urbano implica lo contrario —fealdad, desor- den, confusién, fatiga, esfuerzo, Gesellschaft (citado por NewsY et al., 1974: 3). La reificacién de los conceptos de Tonwtes y la construceién con ellos de un paradigma normativamente orientado, frené las posibi des de su desarrollo tedrico y empirico. En buena medida, ha ocurtido como en el caso del concepto paradigmitico del «Urbanism como medio de vida» de Wirt, el cual ha orientado durante una época completa toda na tradicién de Sociologia Urbana, pero que en rea lidad, y tal como ha hecho notar Manuel CasTELts (1966), ha ter- sado el objetivo cientifico de la Sociologia Urbana. En efecto, el factor espacial, sea este urbano o rural, no es una categoria sociolégica por si misma, no es una variable independiente, sino que es un elemento real a «restranscribir cada vex en términos de proceso social» (Castetis, 1966: 7). Pero en realidad es que cen la tradicién sociolégica general, la dicotomfa rural-urbeno, «Ge- LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA a meinschaft-Gesellschaft», se ha visto acompafiada por otras dicotomias tales como «estético-dinémico», «sagrado-secular», «primitivo-civili- zado», «folk-urbano>, ete., que no han hecho otra cosa que aumentar Ja confusién conceptual de la Sociologia, al confundir factores de po- blacién, sobre todo densidad y tamafio, con caracteristicas de tipo cultural. Richard Dewey (1960), ha recopilado hasta 40 atributos distintos con los que diferentes autores de libros y articulos referentes temas rarales y urbanos, han fundamentado las bases para distinguir lo rural de lo urbano. Y tal como sefiala Dewey, aunque tales atributos no fueran muy diferentes desde su consideracién cualitativa, su elevado mimero justificaria la sospecha en torno a la correcta definicién los conceptos «rural» y curbano» (Dewex, 1960: 60). La ide cacién del tamafio de la comunidad con caracteristicas histéricamente determinebles, es lo que ha conducido a la situacién amorfa en la que se encuentran actualmente las Sociologias Rural y Urbana. El intento de Louis Winr# (1938) de explicar las caracteristicas de Ia vida urbana con tres variables, a saber: niimero de habitantes, densidad de poblacién y grado de heterogeneidad, reforzé la confusién provocada por el mal uso hecho de la dicotomia de Toxwtes por parte de los socidlogos rurales académicos. Bajo la influencia de ‘Wanru, el centro de la atencién de los investigadores que se ocupaban de lo rural y de lo urbano, se dirigié a objetos de estudio poco rele- vantes. Porque aunque resulta obvio que el hombre reacciona de forma distinta en el establecimiento de sus relaciones objetivas —al igual que lo hacen otros animales— al variar el niimero y densidad de los que participan en las mismas *, el excesivo sesgo geogrifico y demo- grifico de las tradiciones sociolégicas rural y urbana, ha impedido la comprensién del cambio social desde perspectivas culturales més amplias. De «real but relatively unimportant» califica Dewey en su célebre articulo al continuo rural-urbano (1960: 66), puesto que el fendmeno de aculturacién en las sociedades urbanas e industriales ha * Doman (1967) ye wis los términoe de “densidad moral o dinimice™ para 2 MANUEL GARCIA FERRANDO reducido considerablemente las diferencias culturales entre las co- munidades rurales y urbanas. Esto, como es natural, hace atin mas dificil In pretendida especializacién teérica y empirica de la Socilo- gia Rural, y por oposicién, de la Sociologia Urbana. No se trata, pues, de negar el derecho a utilizar los términos rural y urbano para refedirse al uso diferente de la tierra, y a las diferen- cias en el tamafio y densidad de la poblacidn, lo que por otra parte es ficilmente observable. Lo que resulta altamente cuestionable, como hace observar Partt, (1966), es la relevancia socioldgica de tales dife- rencias bésicas para explicar diferencias culturales entre los diversos ‘grupos que componen las sociedades industrielizadas. La organizacién social y el sistema de valores dependen de algo més que del nimero y la diversidad de los individuos que integran 12 sociedad. Pues tal como sefiala CASTELLS (1966: 58), todos estos caracteres y otros més deben integrarse en las diferentes estructuras tecnosociales. Las variables de- cisivas no son tanto el niimero y densidad de la poblacién u otras va- riables ecolégicas, sino las variables sociales tales como clase social, ciclo vital, conflicto, dependencia, cambio, etc. (CasTELts, 1966; Pau, 1966: 268). En uno de los estudios interdisciplinarios e inter- institucionales mas completos que conozco sobre comunidades y relacio- nes campo-ciudad, realizado sobre la ciudad alemana de Darmstadt y algunas comunidades rurales cercanas (ApoRNo y Honkemten, 1969), se puso de manifiesto Ia necesidad de estudiar los problemas que se consideraban especificos de la sociologia rural y urbana, den- tro de la tradicién empirica americana, en un contexto conceptual mis amplio, el de la dinémica general de la sociedad. Las ciudades moder- nas no son unidades cerradas en s{ mismas sino que existen en «un contexto de relacfones funcionales con toda una regién, y, en iltimo anélisis, con la sociedad en su totalidad>, y los propios fendmenos eco- némicos del campo «no pueden entenderse en el propio contexto de la economia agricola en sentido estricton (AorNo y HonknEnten, 1969: 163-164). En realidad, buena parte de las investigaciones que se han realiza- do dentro del contexto ecalégico y geogrifico determinado, son estu- dios de sociologia del cambio, o bien sociologia de la integracién. Una de las investigaciones pioneras en este sentido fue la Ilevada a cabo por THOMAS y ZNANIEKI entre los campesinos polacos inmigrantes en los Estados Unidos. Operscatt, (1972) ha afirmado que el cambio del interés por los «problemas sociales» a los «problemas te6ricos» fen el marco de la sociologia americana, lo marca precisamente la pu- LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA » blicacién por los dos autores anteriores de The Polish Peasant in Eu- rope and America (1919). En esta obra clisica de la sociologia, se analizan el proceso de inmigracién y los cambios que los inmigrantes experimentaron al trasladarse desde las zonas rurales y campesinas de Europa a las urbano-industriales de los Estados Unidos, Hasta ese momento, sélo se poseian informes triviales y folkléricos acerca de las culturas de origen de los inmigrantes, tales como hébitos, costumbres, supersticiones, etc. A través del estudio de mas de 8.000 documentos recogidos durante el trabajo de campo, TnoMas y ZNanteKt lograron ‘aptar la totalidad del cambio social de un grupo entero de poblacién en el proceso de integrarse en un nuevo medio cultural. Muchos de los temas centrales en la tradicién de la escuela de Chicago, tales como inmigracién, asimilacién, desorganizacién familiar en un asentamiento urbano, cambio cultural y nacionalismo, énfasis en proceso més que cen estructura, etc., ya estén presentes en este libro (OBERSCHALL, 1972: 192). Pero obras como la de THOMAS y ZNANIEKI, tuvieron escaso eco en los medios académicos de la socioligia rural, dedicados como es- taban a afianzar su institucionalizacién en las facultades agrarias y a controlar Ios abundantes recursos financieros que los gobiernos fe- deral y estatales dedicaban al estudio de los problemas de la sociedad rural americana. Pero lo cierto es que tales investigaciones produjeron tuna abundancia de informacién «sobre la que ignoramos en buena medida lo que significa» (Warner, 1974: 315). Si se hubieran plan- teado problemas de investigacién de mayor aleance tedrico y de menor aplicabilidad préctica, al menos aparentemente, para el politico que ayudaba a conseguir los fondos necesarios para su realizacién, proba- blemente la Sociologia Rural no se hubiera institucionalizado tan po- derosamente como lo hizo. Aunque es probable también que no se hu- biera reificado el concepto de lo «rural» de la forma que lo hizo, ¥ podria haberse producido un desarrollo tedrico que de esta manera no ha tenido lugar. Como representante de la Rural Sociolégical Society, James CorP visit6, a finales de los afios 60, los més importantes departamentos de sociologia rural de los Estados Unidos, con el fin de estudiar las areas de investigacién que merecian la prioridad de los sociGlogos rurales. La opinién que Corp formulé sobre tales programas de investigacién, una vez finalizado su recorrido por las universidades del pais, fue que Ja mitad de ellos ni siquiera cumplfan los mas minimos eriterios riguro- sos de relevancia. Ademés, y segiin Copp, «los investigadores se en- » MANUEL GARCIA FERRANDO cuentran atados a sus comunidades académicas locales o a sus grupos de referencia especializados. Mantienen escaso contacto con sistemas sociales mas amplios y con los problemas societales del mundo extra- académico. A menudo me he encontrado con que estos investigadores tienen una falta de observacién de primera mano sobre los fenémenos sociales rurales mas significativos de sus propios estados. Otros so- cidlogos rurales son cautivos de sus dreas de interés previamente establecidos. Resulta irénico que los sociélogos rurales, que s¢ han mostrado orgullosos de tener los pies en el suelo, se encuentren tan alejados de saber dénde realmente estén las bases de la accién (citado por Beat, 1969: 469). De esta manera, se ha aleanzado un punto critico en la utilizacién ideolégica y provinciana de lo rural, que ha hecho punto menos que imposible, caso de no iniciarse modificaciones sustanciales en la pro- fesin, la integracién de la Sociologia Rural americana con las co- rrientes tedricas més amplias existentes hoy en dia en el campo de a Sociologia Gener: Llegados a este punto en nuestro discurso, cabe preocuparse ahora por la situacién de la Sociologia Rural en Europa, y por el impacto que en ella haya podido tener la sociologia rural americana, LA SOCIOLOGIA RURAL EN EUROPA En un sentido amplio, el estudio de los problemas de la organiza- cién social de la sociedad rural tiene una gran tradicién en Europa. Desde la perspectiva de Ia geografia humana, pasando por las de la historia agraria, de la demografia, de la economfa agraria, de la cien- cia politica, del derecho agrario y de la antropologia, principalmente, fn todos los paises europeos se ha venido estudiando la sociedad rural, de tal manera que se convierte en problemdtica de la delimita- cin clara de lo que puede entenderse por estudios de Sociologia Rural y estudios del resto de las ciencias sociales. Esta tradicién sociolégico-rural esté reforzada por la atencién que ‘algunos de los fundadores de la ciencia sociolégica dedicaron al es- tudio de temas rurales. Ast, el propio Karl Manx cuenta en el Pré- logo de la Contribucién a la Critica de la Economia Politica que su paso de orientacién de temas filoséficos a «intereses materiales», lo provocé Ia necesidad de informar en el diatio radical la «Gaceta del Rin» sobre los debates de la Dieta renana acerca de la tala furtiva y LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA a de la parcelacién de la propiedad del suelo, y también sobre la si- tuacién de los campesinos del Mosela (Marx, 1966: 346). A lo largo de su ingente obra, Manx se ocupé repetidas veces de temas agtarios y de los problemas de los campesinos, aunque en lo referente al papel que podia jugar la masa campesina en el logro de una sociedad so- cialista, fue siempre pesimista e incluso se negé a considerar a los campesinos como una verdadera clase social (Ruset, 1971: 268). Igualmente se interesé intensamente por los problemas rurales du- ante muchos afios otro socidlogo aleman. Max Wenen realizé diversos studios histéricos rurales, entre los que destaca una historia rural (Die rimische Agrargeschichte), en la que realiza una interpretacién de los conflictos en torno a la propiedad de la tierra en términos de una alucha de clases», en la que intervienen desde sus posiciones de status» diferentes, y en buena medida contrapuestas, los patricios, los plebeyos, los agricultores arrendatarios y los esclavos (MunTERS, 1972). El interés de Wener por el mundo antiguo no sélo se dirigid ‘al Imperio Romano, sino que se amplié a otros centros culturales de la antigiedad: Mesopotamia, Egipto, Israel y Grecia, poniendo siempre de manifiesto en sus escritos la relacién existente entre las formas de ssentamiento y propiedad y los diversos sistemas de orga- nizacién social (HoxtcsHem, 1946). Los estudios de Wesen sobre problemas rurales contemporéncos abarcan temas diversos, que van desde la situacién de la minoria polaca, agricultores en su mayor parte, ‘en Alemania Oriental, a la influencia de los grandes terratenientes Ios Junkers— en los asuntos del Gobierno. Sin embargo, casi toda Ja obra de Wener referente a temas agratios y rurales se encuentra scrita en un estilo que no facilita su lectura, aparte de no estar tradu- cida del alemén, por lo que su difusién e influencia hasta ahora han sido escasas (Muyrens, 1972: 142). ‘Acerca de la influencia de la obra de Towtes en la Sociologia Rural, ya nos hemos referido a ella con anteriotidad. Pero a pesar de estas y otras influencias de los clésicos de la sociologia, lo cierto es que la Sociologia Rural, tal y como te entiende en la actualidad, sobre todo en los Estados Unidos, esto es, como una ciencia aplicada a la mejora de las condiciones de vida en el medio rural, s6lo comenzé a desarrollarse verdaderamente en Europa una vez finalizada la Se- gunda Guerra Mundial. ‘Antes de seguir adelante en nuestra panordmica cronolégica, quizé convenga recordar aqui Ia obra de un ingeniero agrénomo espafiol que, a principios de siglo, publicé un Tratado de Sociologia Agricole 2 MANUEL GARCIA FERRANDO (Lérez Teno, 1905). Probablemente se trate de uno de los prime- 10s libros que hayan Hevado como titulo el concepto de Sociologia Agricola. Lérez TuEno define esta disciplina como «la ciencia que trata de la vida del campo» y que tiene‘como misién el «sefialar los obstéculos que impidan Ia marcha de la evolucidn de la industria lan. La Sociologia Agricola, segiin este autor, esta dividida en tres érdenes de conocimiento: la poblacién rural, la produccién agri- cola y la legislacién vigente que se relacione con la agricultura. La posicién de Lépez TuEno es altamente conservadora, ya que entiende que si en la combinacién de intereses de empresarios y obreros agrico- las «no hay armonia y surge la lucha de clases, esto es ya terreno vedado a la sociologia» (1905: 13. El subrayado es nuestro). Ademés, considera que «el obrero vive en el errror de creer que tiene derecho a participar directamente del beneficio de la obra que ejecute, sin con- siderar que su trabajo esta retribuido con su salarion (1905: 14). Como se ve, se trata de una obra altamente ideologizada y que no cumple el més minimo requisito en que apoyar su pretendido afan cientifico. Se trata, no obstante, de una obra que representa una ten. dencia hasta cierto punto dominante en su época, y que se ocupaba de tratar los temas agrarios y rurales desde sus propias posiciones ideolégicas y partidistas, utilizando para tales propésitos las referen- cias a las ciencias sociales. Naturalmente, se trata de un tipo de obra que poco tiene que ver con el propio desarrollo cientifico de la Socio- Togia. El tardio desarrollo de la sociologia rural en Europa puede re- sultar sorprendente si se tiene en cuenta la imporiancia de la cultura ‘campesina en la mayor parte de los paises curopeos, las proporciones elevadas que ha tenido hasta hace pocos afios la poblacién activa agraria —por supuesto mayores que en los Estados Unidos—, y como ya se ha visto en las lineas anteriores, la gran tradicién que el estudio de temas agrarios ha tenido entre los fundadores de la sociologia. Pero conviene recordar que el tipo de sociologia rural que se desarroll6 ¢ institucionalizé en los Estados Unidos, no era tan slo una sociologia de la vida rural sino una sociologia del desarrollo agrario y rural, y, sobre todo, una sociologia aplicada a la resolucién de_problemas précticos de la vide cotidiana rural y agraria (Horsrex, 1963). Este cardcter empirico fue el que dificults la difusién de las téo- nicas de investigacién de la sociologia rural americana en una Europa en donde la sociologia, sobre todo con anterioridad a la Segunda Guerra Mudial, tenfa un fuerte carécter urbano, teérico y a menudo LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA a filoséfico, aparte de ser una disciplina minoritaria y marginal que tuvo que enfrentarse con la resistencia de unas estructuras universi- tarias fuertemente arraigadas en temas humanisticos tradicionales (Suns, 1971; Onenscmax, 1972). Ademés de todo lo anterior, le atmésfera politica en muchos paises eropeos durante los afios 30 y 40 no sélo era adversa al desarrollo de la sociologia rural, sino también al desarrollo de la sociologia en general (Zwantext, 1950). Pero, quizé, las dos razones més importantes que en mi opinién dificultaron, y en buena medida lo siguen haciendo en la actualidad, el desarrollo de la sociologia rural en Europa, estén relacionadas con la naturaleza de las instituciones superiores de ensefianza agraria por un lado, y con el tipo de politicas agrarias de los gobiernos eu- ropeos por otro. Las instituciones superiores de ensefianza agraria, esto cs, Facultades de Agricultura y Escuelas de Ingenieros Agrénomos, han estado orientadas tradicionalmente en los paises europeos a la formacién tedrica de cientifieos, téenicos y funcionarios que slo de tun modo indirecto, iban a ocuparse en su trabajo profesional de los problemas cotidianos de los agricultores. En estas instituciones aca- démicas no cabia la posibilidad de desarrollar servicios de Extensién Agraria que faciliteran la comunicacién de los avances tecnol6gicos agrarios entre la poblacién agraria. Al faltar el interés por la Ex- tensién Agraria, la Sociologia Rural tenia un campo de actuacién més limitado y no se crearon las condiciones que hubieran facilitado la creacién de cétedras o departamentos de esta disciplina en las Fa cultades agrarias, jinicos lugares éstos en donde hubiera podido des- arrollarse, pues como ya se ha visto anteriormente, las Facultades chumanisticas», con su orientacién tedrica y urbana, eran més resis tentes a integrar en sus programas a ciencias aplicad Por otra parte, las politicas agrarias de los gobiernos europeos han estado orientadas principalmente, antes de la Segunda Guerra Mun- dial y en los afios inmediatamente posteriores al conflicto bélico, a problemas de produccién agraria, dejando de lado los problemas referentes a la familia del agricultor y las condiciones de vida en la comunidad rural. En consecuencia, no se establecieron programas de investigaciones especiales como en los Estados Unidos para conocer los problemas de la vida rural, ni existieron presiones para ocuparse de los problemas de emigracién que en los afios 20, 30 y 40 no tenian en Europa la importancia que ya habfan adquirido en la més indus- trializada nacién americana. La falta de comunicacién directa entre investigadores y profesores “ MANUEL GARCIA FERRANDO universitarios dentro de Europa, y entre Europa y América, ha sido sefialada igualmente (KorreR, 1967) como otra dificultad en el des- arrollo de ia Sociologia Rural europea. Las fronteras nacionales, cla- ramente reforzadas por las barreras linguisticas, han agravado en Europa siempre cuslquier intento de comunicacién intelectual. En la Europa Occidental se hablan 15 lenguas diferentes y un nimero ma- yor de dialectos, lo que indica ya la dificultad para comunicar ade- cusdamente las ideas de un pais a otro. También es cierto que los viajes de los socidlogos entre ambos continentes han sido hasta hace 1no muchos afios poco frecuentes, lo que indudablemente ha dificultado 1 conocimiento mutuo de las investigaciones Tevadas a cabo tento fn un sitio como en otro. Después de la Segunda Guerra Mudial, las condiciones socio-poli- ticas cambiaron en muchos aspectos. En primer lugar, los intercambios entre los sociélogos europeos y americanos se desarrollaron fuerte- mente, Después de los afios del conflicto, los cientifieos sociales eu- Topeos tenian grandes deseos por conocer resultados de investigaciones cientificas, y Europa se vio materialmente inundada por la literatura sociolégica americana, que incluia numerosas publicaciones de Socio- logia Rural (HoFstEe, 1963). Sobre todo fueron bienvenidos los méto- dos de investigacién y la aplicacién de la estadistica a Ia investigacién sociolégica. Los datos de encuesta se convirtieron en la principal fuente de informacién en unas investigaciones cada vez més orientadas a problemas précticos. La integracién de la sociologia moderna at ricana con los conceptos y técnicas de Ia sociologia europea, permitié una aproximacién més sistemética al estudio de los intensos cambios sociales que sacudieron el mundo rural europeo en la década de los afios 60, y que han puesto en cuestionamiento la propia vigencia de la agricultura y cultura campesinas, hasta entonces predominantes en la Europa rural continental (MeNDRAS, 1970). Las politicas agrarias de los distintos paises europeos cambiaron su énfasis en la produccién agraria por el desarrollo rural integral —esto més como una aspira- cién doctrinal que como una realidad operativa. Los Servicios de Ex- tensién Agraria tomaron mayor conciencia de que los problemas agrarios no podian ser resueltos desde perspectivas puramente econd= micas, y que el trabajo de extensién no era algo que podia desarro- arse en base a métodos de ensayo y error, y que las perspectivas socioldgicas y psicolégicas eran necesarias para poder obtener mejores resultados (Preven, 1973). El desarrollo de la Sociologia Rural se vio estimulado con la LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA s fundacién por representantes de 13 paises de la Europa Occidental, de la Sociedad Europea de Sociologia Rural, en 1957. En 1960, apa- recié el primer nimero de Sociologia Ruralis, la revista oficial de a Sociedad Europea. Los congresos cientificos que esta sociedad ha corganizado, han servido para mejorar la comun entre los so- cidlogos rurales europeos, y han contribuido @ «clarificar las ideas acerca del desarrollo de la Sociologia Rural en Europa» (Horstex, 1963: 337). En los paises de la Europa Oriental existe igualmente tun gran interés por los estudios de la Sociologia Rural, sobre todo en Polonia y Yugoslavia. En el primero de estos paises, existe una sec- cidn de Sociologia Rural en el Instituto de Filosofia y Sociologia de Ja Academia de Ciencias de Varsovia, y existe una publicacién espe- cializada, wAnales de Sociologia Rural», que se ocupa de los pro- Dlemas de esta disciplina (GaLesxt, 1972: 3). De esta manera, la Sociologia Rural se ha incorporado a la gran tradicién cientifico-social polaca. Los estudios campesinos siempre han tenido una gran tradicién cen este pais (SHAMIN, 1971) —recordemos que ZNANIEKI era pola- co, sobre todo en aquellos estudios que dentro de la tradi americana cabria clasificarlos como etnogréficos 0 antropolégico-cul- turales (GaLEsKI, 1972). PROBLEMAS ACTUALES Llegados a este punto, cabria preguntarse si la Sociologia Rural europea ha alcanzado un desarrollo satisfactorio como disciplina cien- tifica debidamente institucionalizada. La respuesta, desde mi punto de vista, es completamente negativa ya que entiendo que se esté muy lejos de haber logrado una institucionalizacién y madurez suficiente. En primer lugar, hay que destacar que una mayoria de los miem- bros de la Sociedad Europea de Sociologia Rural no son sociélogos rurales, ni siquiera socidlogos generales «stricto sensun, sino profesio- nales de diversa extraccién que se muestran interesados en los resul- tados de la sociologia rural para fines practicos y especificos. Dentro de la Sociedad Europes, los economistas agrarios, los gedgrafos, los ingenieros agrénomos, e'c., forman un grupo més nutrido que el de los propios sociélogos rurales, esto es, equellos profesionales con un titulo postgraduado conseguido en un departamento universitario de Sociologia General 0 de Sociclogia Rural. Esta situacién impide, naturalmente, un mayor grado de sofisticacién teérica que el que suele predominar en esta subdisciplina tantas veces tildada de «pro- vineiana>, 4“ MANUEL GARCIA FERRANDO La débil institucionalizacién académica de la sociologia rural eu- ropea, impide igualmente su desarrollo global. A principios de los aiios sesenta, Henri Mexpras (1960), realizé un estudio acerca de la situacién de la Sociologia Rural en Europa *, y slo menciona una Universidad (la Universidad de Estocolmo) en la que se ensefia esta disciplina como una parte separada de los cursos de Sociologia Ge- neral. En la actualidad, existen un mayor nimero de Universidades donde se ensefie Sociologia Rural, pero en ninguna de ellas existen departamentos especializados como en el caso de los Estados Unidos. La Sociologia Rural aparece en las Facultades agrarias como un curso adicional 0 como una asignatura opcional, con la excepcién de la Universidad Agraria de Wageningen, Holanda, en donde es posible alcanzar un titulo de doctor en Sociologia Rural (Horstee, 1963: 385). Recientemente, la Universidad francesa de Nanterre ofrece, des- pués de dos afios de estudios especializados, un diploma ({iliére) de Sociologia Rural que permite a los estudiantes que los siguen adqui- tir la especializacisn de esta disciplina (Mxoras, 1971). Igualmente faltan en los paises europeos los centros académicos y oficiales en donde los cientificos puedan dedicarse plenamente al estudio de los problemas bisicos sociolégicos de la sociedad rural. Como consecten- cia de Ja escasa «demanda» académica de la disciplina de la Sociologia Rural, los libros de texto europeos sobre este tema son bien escasos. Por su asequibilidad lingiifstica, tan sélo conocemos el de HoFsTEE (1957) y el de Menpras (1967), escrito el primero de ellos en inglés y el segundo en francés. Esto por lo que se refiere a Europa Occi- dental. De entre los paises socialistas tan slo conocemos el texto de Garzski (1972), y ello porque se trata de un libro traducido del polaco al inglés. Las barreras lingiistices impiden una vez més un mayor conocimiento sobre este tema para la totalidad de los paises europeos. Aun sin llegar al nivel de conservadurismo de los socidlogos rurales americanos —el estructuralismo funcionalista mds integrador e ideo- Jégico ha tenido siempre mayor vigencia en los Estados Unidos que en Europa—, los socidlogos rurales europeos han participado en bue- nna medida de Ia tradicién roméntica que parece dominante en los es- tudios referentes al mundo rural. Sin embargo, una superficial revi- sidn de la bibliografia sociolégico-rural en Europa, permite compro- aman de To Sociologia 19H, play Oia LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA a bar que los estudios de estratificacién social y clases, de cambio so- cial y conflicto, de aspectos criticos de las politicas agrarias, y de re- jaciones campo-ciudad, merecen una mayor atencién que en los me- dios académicos americanos. En un estudio del contenido de los articulos aparecidos en la revista Sociologia Ruralis en los afios de la década 1960-1970, Munters (1972) encontré que los temas més frecuentemente tratados por los articulistas hacfan referencia a estudios de comunidades rurales, difu- sida y adopcién de innovaciones, valores rurales y pautas culturales. Ahora bien, conviene tener en cuenta, como el propio MUNTERS reco- noce, que el contenido de los articulos aparecidos en la revista oficial de la Sociedad Europea, no tiene porqué reflejar exactamente las ten- dencias que sobre temas de investigacién existen en cada pais, ya que, como se ha dicho repetidas veces, las barveras lingiisticas impiden, o al menos dificultan grandemente, el conocimiento de las corrientes de nvestigacién existentes en cada pais en un momento dado. Para lo- grar tal conocimiento habria que revisar las distintas revistas naciona- les que incluyen trabajos de Sociologia Rural, tarea esta harto dificil Y que atin no ha sido realizada. Otro de los hallazgos de Munters (1972: 88) hace referencia ‘a Ia fuerte orientacién préctiea de la mayoria de los articulos aparecidos en Sociologia Ruralis, pero en los que, sin embargo, sue Je faltar la orientacién hacia la accién. Es decir, una vez. real zado su trabajo informativo, los autores no parecen 0 no se mues+ tran implicados en programas de accién en base a su propia in- vestigacién, como suele ocurrir con los sociélogos rurales america nos relacionados con los Servicios de Extensidn Agraria. No obstante, Ia falta de orientacién a la accién de los trabajos de los sociélogos rrurales europeos no es privativa de su disciplina, pues como dice Acenecn (1970: 248) wmillares de trabajos de investigacién_pu- blicados por sociélogos profesionales existen en la actualidad. Pero mientras muchos de ellos de una manera ya caracteristica destacan la necesidad de mas investigacién en el futuro, raras veces alguno de ellos reclaman una accién social o sugieren las implicaciones de la investigacién en la solucién de problemas concretos». El provincianismo de muchos de los articulos revisados por Mux- pens (1972: 90), resulta un tanto similar a lo que ocurre con la investigacién sociolégico-rural americana. Los temas estudiados tienen una referencia localista excesiva, sin que se hagan referencias a fené- «8 MANUEL GARCIA FERRANDO menos comparables, a situaciones similares en otras regiones 0 paises, y sin que se indique la posibilidad de hacer extensibles los resultados 4 otros paises. El nivel teérico de los referidos articulos es bastante bajo, lo que segin Muwrens produce a veces 1a impresin de que la Sociologia Rural es «sentido comin aplicedo y no una sociclogia apli- cada» (1972: 94). Al igual que ocurre en el caso de la Sociologia Rural americana, la preocupacién en Europa por los problemas préc- tices oscurece las consideraciones teéricas. La mayor diversidad cultural de Europa es a la vez una oportu- nidad y un impedimento para el desarrollo de la sociologia rural en Jos paises que la componen, La oportunidad para la realizacién de estudios crosculturales es casi ilimiteda (KavrMAN, 1964). Pero en otro sentido, la diversidad cultural impide, como ya se ha visto, una mis estrecha colaboracién y una mejor comunicacién entre los cien- tificos que se ocupan del estudio de la sociedad rural en los respec- tivos paises europeos. De forma esquemitica, se podrian presentar los rasgos diferen- ciales de la Sociologia Rural en los Estados Unidos y en Europa, del ‘modo siguiente: — Caracteristicas ierenciales Estados Unidos Europa Situaclén de madurez. Bn proceso de desarro- lo. Fuerte. Bxisten 17 unl Débil. Sélo unas _pocas versidades con depar universidades offecen tamento de Soe. Rural. cursos de Soe. Rural. 3 Situacién profesio. Fuerte. Los socidlogos Débil. Los soci6logos nal. Turales poseen un sta rurales stricto. sensu tus reconocide y eleva. fon eacasos, Los profe- do en ‘la Vida’ acadé- Sionales que se ocupan ict 'y en las organ de “problemas” furales zaciones ‘buroerduices. alternan los trabajos Soctolégicos “con otros trabajos. 4. Princlpales orientay Orientaclén préctiea Ortentaclon préctica clones de la investi- dirigida ala "resolu: aunque con mayor én gacion, cidade propeman con. fasta en element ci fretos. Débil énfasisen turales, va elementos” culturates. calista, Ferspectiva localista. 5. Aceptacién de la Ampliamente reconoel- Poco reconocida. Soclotogia Rural co- da, mo una rama de la Sociologia General LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA * aractertstioas “Ghevenciates Estados Unidos Burova “6 Oportunidad para Muy limitedas. Restrin. Tlimitadas, debido a la Teallzar ‘estudios gida al estudio dela gran diversidad cultu roseulturales, Fomogénea socledad Fal ae los patees euro americana, eos. 7, Libros de texto y Gran numero de libros Pocos libros de texto ¥ otras. publicaciones de texto y abundancia escasez “de publicacio- ‘eapectdlizadas. de vobras) especiales: hes especiaizadas. 8 Apoyo guberna Es la principal fuente Es también la princl mental para la in de financlacién. pal fuente de fitancla: ‘vestigactén. ein. 9. Apoyo, privado pa- Tendencla creciente de Cas! inexistente. Tala investigacién. agenclas privadas a so- Icltar investigaciones sobre temas rurales. 10, Revista offetal La revista Rural Soclo- La revista Sociologia Jogy"tiene clerta tradi Ruralis se encuentra on entre las publica: en una fase ‘de cree Glones "sociolégieas. mento. y situacién. 1. Ensefianza gradua- Muchos estudiantes Pocos estudlantes gra- aa graduados y" fadlida duados. Pocas. oport Ges. para obtener tty. nidades de recibir una Jos supertores y' reall. ensefianza’ superior. zar ‘investigaclones doctorates. 12, Perspectivas para Altas. Alta el futur, CONCLUSIONES E] avance del conocimiento sociolégico se realiza necesariamente 4 través del desarrollo de los elementos racionales y cientificos sobre las tendencias afectivas y estéticas del conocimiento humano. El avan- ce de las ideas sobre las creencias es un proceso arduo en cualquier empresa cientifica, pero atin lo es més en los dominios de la sociologia, por su propio objeto de estudio. En efecto, al reflexionar sobre su propio mundo humano, el sociélogo tiene que realizar un esfuerzo adicional para que en la dualidad del pensamiento sociolégico (GiNER, 1974: 42), el elemento racional —que permite la ciencia, la cuanti- ficacién y el tratamiento légico y cientifico de la experiencia— prime sobre el elemento afectivo que proporciona un saber vivencial sobre esa misma experiencia, materializable en formas estéticas y morales. La dificultad del desarrollo del pensamiento sociolégico-rural nace, como hemos visto a lo largo de este trabajo, de la resistencia de la dimensién afectiva a dejarse dominar por la dimensién racional. Una serie de factores relacionados con el répido crecimiento de la sociedad 0 MANUEL GARCIA FERRANDO industrial, y que han conducido a que la forma de vida rural, en los paises més avanzados tecnosocialmente, sean ahora un asunto de la Historia (Tavor y Jones, 1965: 345), han provocado, por reaccién, una serie de tratamientos estéticos y morales, no exentos de nostalgia, sobre los problemas de cambio de la sociedad rural. Este esteticismo se ha desarrollado, naturalmente, a costa del esfuerzo dedicado a la cuantificacién y tratamiento légico y cientifico de este cambio social. Bien sea por una contemplacién lejana e ideslizada del elemento rural —caso del sociélogo con estilo de vida urbano—, o bien sea por ex- cesiva implicacién en el problema —easo del sociélogo trabajando en programas de Extensién Agraria o Desarrollo Rural—, lo cierto 3 que son més escasas de lo deseable, las investigaciones de cardcter empirico apoyadas en sélidos modelos teédricos sobre la sociedad rural. Esto es valido incluso para los eriticos actuales de Ta tendencia seguida hasta ahora por la diseiplina de la Sociologia Rural. Los re- presentantes de la vieja escuela americana de los «Land Grant Colle- ‘geo, aunque reconocen las limitaciones de este tipo de institucién para el desarrollo tedrico de la Sociologia Rural, insisten, sin embargo, fen el cardcter «aplicado» de esta especialidad. Siguen insistiendo, como si no hubiera pasado nada en la sociedad rural de los paises industriales, en el papel de la Sociologia Rural como facilitadora del cambio social, como puente entre la ciencia y la sociedad, y hablan de la necesidad de una colaboracién mds estrecha entre el sociélogo rural y el extensionista (KAvFMAN, 1964), Los cambios operados en el propio perfil institucional de la pro- fesién son, sin embargo, lo suficientemente importantes como para obligar a una contemplacién distinta de la discipline. Asi, en un es- tudio realizado por tres socidlogos rurales americanos (FYEL, Fae- piKson y Furr, 1973) sobre la actividad profesional de los miembros de la Rural Sociolégical Society (RSS), se puso de manifiesto que a pesar de los fuertes lazos que originalmente ha mantenido la Socio- logia Rural con las instituciones de las Facultades Agrarias —un 76 por 100 de los actuales miembros de la RSS obtuvieron sus titulos de sociélogos en este tipo de Facultades o en departamentos de So- ciologia vinculados a ellas—, estos lazos se han debilitado enorme- mente en la actualidad —tan slo un tercio de los actuales miembros supan puestos en las Facultades Ag: . Esto signifiea que algunos soc campo de la Sociologia Rural. ¥ otros, han dirigido su atencidn a los LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA a nuevos problemas que inciden en las zonas rurales, como por ejemplo, utilizacién de los recursos naturales y del espacio libre, esto es, lo que se conoce por sociologia de los problemas del medio ambiente y so- ciologia del recreo, aspectos estos que ain no han encontrado su en las Facultades Agrarias. También hay socidlogos rurales que han concentrado su atencién en el Desarrollo Rural o en la Planificacién Regional (Gatyant, 1972). Estos cambios indican claramente la es- trechez actual de las tradicionales Facultades Agrarias, que no han cambiado sus programas de actuacién de acuerdo con las nuevas de- ‘mandas sociales. Con todo, los que nos importa aqui no son tanto los cambios de actividad profesional de los socidlogos rurales, sino las repercusiones de estos cambios en las corrientes tedricas que predominan en el campo de la Sociologia Rural. Los criticos que més se han ocupado de cues- tiones de indole teérica siguen siendo, sin embargo, prisioneros, en buena medida, del propio pasado histérico de la disciplina. Tales criticos (Gatsant, 1973; Newsy et al., 1975; Munters, 1972) re- conocen, por una parte, que la Sociologia Rural no ha sido capaz de relacionar sus objeto de estudio, la sociedad rural, con la sociedad global de la que forma parte, y sefialan que la sociedad rural resulta incomprensible si no se la relaciona con las fuerzas y procesos que prevalecen en los sistemas sociales nacionales e internacionales. Pero, por otra parte, en su biisqueda de un paradigma para la Sociologia Rural, son incapaces de superar el sesgo de «reforma social» que ha informado tradicionalmente la disciplina. Cuando tales eriticos denun- cian el cardcter coficial» 0 «gubernamental» de la investigacién so- ciolégico-rural, proponen como alternativa un cambio de sentido en Ia utilizacién de los resultados obtenidos. Ya no se trata esta vez de lar en las tareas de planificacién y desarrollo del Gobierno, sino de vayudar a la poblacién agricola a decidir qué imégenes del futuro deben guiar sus acciones» (Gatsant, 1971: 259). Asi pues, el cam= bio propuesto no presupone diferencias de enfoque tedrico, sino més bien diferencias en la aplicacién de los resultados de la investigacién. E] problema, en este caso, no es tanto cientifico como ético y politico. Los proponentes de tal posicién reformadore, parecen haber olvi- dado que «el interés del socidlogo es primordi Gen, 1971: 33). Por supuesto que ello no signi gacién del sociélogo por preocuparse de la utilizacién de sus inves gaciones. La vinculacién de la Sociologia con la préctica y I reforma social, lo que Popper denomina «tecnologia social fragmentarian 0 lo 2 MANUEL GARCIA FERRANDO que de manera més rigida se denomina cingenieria social», no des- califica automaticamente a la Sociologia como ciencia. Lo que resulta ico es determinar sociolégicamente los fines de la inves- Al interesarse el sociélogo por la aplicabilidad de sus in- vestigaciones abandona el marco de referencia sociolégico, y pasa al mundo de los valores, las ideologias y emociones que comparte con el resto de los ciudadanos. Pero ademas de insistir en el carécter aplicado y reformista de la Sociologia Rural, algunos de sus eriticos siguien insistiendo en un viejo tema de la especialidad: El] modelo tedrico que mas «conviene» al desarrollo de la Sociologia Rural. Recientemente, Newsy, GALJART y Benvenurt (1975), han propuesto la teoria de los sistemas genera- les como aquella que mejor encaja en los intentos de explicacién del cambio y de otros problemas relevantes de la sociedad rural. Detras de ‘esta y de otras posiciones exclusivistas, subyace la creencia, que no idea, de que la sociedad rural constituye un sistema social diferen- ciado que, aun no siendo completamente cerrado, evoluciona segiin principios que le son propios*La investigacién empirica més seria, sin ‘embargo, indica que esto no es asi, y que las diferencias entre lo rural y lo urbano, cuando realmente existen, son manifestacién de un re- itaso histérico del campo comparado con el de la ciudad (Gatesxt, 1972: 155). En otras palabras, los mismos principios de cambio social subyacen en las transformaciones del campo que en el de la ciudad, ya que en dltimo término se trata de un proceso de cambio que afecta a la sociedad como un todo. De ahi se deduce que ninguna teoria puede pretender, con cardcter de exclusividad, explicar por sf ‘misma el cambio social en 1a sociedad rural. No existen teorias socio- Iégicas mis 0 menos verdaderas, de igual modo que tampoco existen teorias falsas, Los modelos tedricos resultan ser més 0 menos estimu- antes, més 0 menos provechosos, pero no verdaderos o falsos (INKE- ues, 1972: 94.99).4En el intento de explicacién del cambio de la sociedad rural, la Sociologia Rural no puede descansar completa- mente en un determinado tipo de modelo o sistema teérico, porque no existe ninguno que pueda agotar por sf mismo la rica realidad de la sociedad rural. Como dice Diriey, los métodos son como cuchillo su eficacia se demuestra cortandos“De este modo, entiendo que dis tos problemas requerirén ser tratados con distintos modelos, con el fin de lograr un mayor poder explicativo. Con esto, no pretendo presentar una posicién ecléctica que evite compromisos determinados. Considero que la Sociologia Rural es una EA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA ss rama especial de la Sociologia General en el sentido que da Gurvicut a las «sociologias especiales (1971: 316-325). La Sociologia Rural toma como punto de referencia a la sociedad rural —concepto este iiltimo que permanece dialécticamente abierto en el tiempo y en el espacio a nuevas conceptualizaciones—, pero no permanece en ella sino que trata de relacionarla con clos demés niveles de los fendmenos sociales totales y, por mediacién de ellos, al conjunto de estos tiltimos para terminar por explicarlos» (Gunvicut, 1971: 318). No intento plantear problemas sustantivos aqui sobre el aleance de lo que cons- fituye el estudio propio de le Sociologia Rural, ya que ello me obli- garia a definir los términos rural y urbano en las sociedades modernas, 1o cual dista mucho de estar claro. Lo que realmente estoy planteando, y desde esta perspectiva realizo mi critica, son problemas de indole’ imetodolégica, referentes al modo de conocer Ia realidad. Y como ya se ha dicho anteriormente, distintas perspectivas teéricas pueden ser de mayor o menor utilidad * segiin los aspectos que se descen estudiar dentro de la sociedad rural. Asi, por ejemplo, Garzsx1 (1972) ha utilizedo un modelo marxista para analizar el cambio social en Ia sociedad rural polaca contemporénea. Rencuirr (1975), desde una perspectiva antropolégica, ha estudiado los cambios producidos en un pueblo de los Pirineos espatioles, analizando para ello las conducta nivel de relaciones interpersonales en las transacciones sociales —so- bre todo relaciones de mereado—. Pérez Diaz (1971) se ha ocupado del proceso de emigracién rural en una comarca castellana, situando su anilisis dentro del proceso de desarrollo econémico y urbano de la sociedad espafola. Yo mismo (Gancfa FERRANDO, 1973) me he ocu- pado de estudiar el proceso de difusién de innovaciones tecnolégicas ‘en el campo espafol, utilizando un modelo de andlisis basado funda- mentalmente en Ia teoria de la accién social. Tayor y Jones (1965) han estudiado el papel de los profesionales y especialistas en los «agri- business» americanos, en términos de poder y de organizacién social. Se podrian aportar muchos més ejemplos aunque con los anteriores considero que es suficiente para mostrar que la Sociologia Rural no puede descansar en exclusividad en ningiin modelo tedrico predeter- minado. En resumen, la Sociologia Rural, como rama especial de la Socio- * Colncido com Ie tsi que desarzlla Salvador Given en su libro Et Progre Conciencia Soctsogice (1919, y de manera expecial con sus conclosiones 7 stance de la tora ocloligea, Para Gives, tal avance td supedtado a ln expacided els teorla socleligles pata Tncarporar dilétiamente los nuevos logos provenieates {Se Is diversas cactelan del penamlento. socielbglo. ss MANUEL GARCIA FERRANDO logia general, podré seguir desarrolléndose y ser de utilidad para la adecuada comprensién de las nuevas funciones de la sociedad rural cen los paises industrializados, asi como para el tratamiento de los problemas més generales de aquellos paises, que son mayoria en el mundo, predominantemente rurales —-por tener en la agricultura la principal fuente de ocupacién de més de la mitad de su poblacién—, ‘en la medida que sea capaz de integrarse dentro de las corrientes teGricas que hacen progresar a 1a Sociologia como ciencia. Quizé la mejor aportacién de la Sociologia Rural al acervo del pensamicnto sociolégico tendré que venir de los nuevos conceptos e hipétesis que surjan de la observacién de las transformaciones sociales del medio rural, observacién que estard respaldada por la gran experiencia de los socidlogos rurales en el trabajo del campo, en su doble sentido de fied research» y zona agricola. Existe en Ia actualidad un elemento que, en mi opinién puede actuar negativamente en la mejora teérica de la Sociologia Rural como disciplina cientifica y del socidlogo rural como cientifico. Me refiero al apoyo oficial que tradicionalmente ha impulsado la actividad o- ciolégico-rural. Existen signos evidentes de que ante los acuciantes problemas de produccién agraria en Ia mayoria de los paises de la tierra —el problema del hambre es para numerosos autores el primer problema 2 escala mundial— los gobiernos se dirijan a los sociélo- gos rurales para que pongan a disposicién de los planes de desarrollo econdmico el cknow-how» de la profesién. Pero el apoyo oficial am- plio a la actividad sociolégica tiene tantas ventajas como inconvenien- tes. Frente a las facilidades que para le investigacién empirica tal apoyo reporta, hay que tener en cuenta los peligros de dirigismo, bu- rocratizacién y rigider del mismo. Ya Merron (1970: 217-219) ha sefialado el peligro que representa para los intelectuales que trabajan para las burocracias el convertirse en simples técnicos que hacen prac- ticables las politicas definidas por los propios politicos. Y qué duda cabe de que todo ello limita grandemente Ia wimaginacién sociolégica». El incremento de las facilidades materiales para la investigacién en el campo de la Sociologia Rural, unido a la deficiente institucionsli- zacién de esta disciplina académica, pueden actuar como factores retardatarios y obstaculizadores de su desarrollo tedrico y cientifico, ‘e impedirle una vez mas el logro de un status cientifico comparable al de cualquier otra LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA 5s BIBLIOGRAFIA ‘Avonwo, Theodor W., y Honxweten, Max: La Sociedad. Lecciones de Socio- logia, Buenos Aires, Ed. Proteo. 1969. Aunnzcsir, H.: «Application of Socio-psychological research in extension edu cations, Sociologia Ruralis, vol. X. 1970. Annenson, C. A.: «Trends in Rural Sociology», en Mertor, RK, et. al, Sociology Today, New York, Basic Books. 1959. Beat, George M.: «Some Issues we Faces, Rural Sociology, vol. 34, pagi- ras 461-475, 1969. 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EE presente trabalo ofrece una panordmica erfuea del desarrollo his torico de ta Socologia ural académica ¥ sistematiea fog eshucroos, mas destaeades yy recientes dlvigiice a actualzar esta disciplina de’ acuerdo on tos. ttdmos.avances del peramiento tocologice, De esta manere, Se'intentan desvelar algunas de. las entructuras, tenes. de a sociologtt ural ‘predominantes ‘en cada época, esto. es, las concepeiones: corms Mente aceptadag sobre las que se han, construiga Tas platafornss teoriens fn las ‘que se ha movido la: discusion socloldplosrural en Ios, Sstados Taidos $"én" Barons ResuMS Quand es bases tnstitutlonnelles sur lesquelles repose 1a. discipline de Ia Sociologie Hurale paraissent altelndre une fermete plus grande Gua fut autre moment precdent, Fopinion se népand dane un vaste secteur de Jn profession que la Soclologie Rurale, branche particulisre de in sociclons, se trouve en crise. La erise se progult & diferente niveau. Bile vag Drobitmes conceptuels permetiant de, comprendre et dexpiiquer le chan. {foment social rapide aux problémes éshiques et morauz qui decoulent de Fevoiution actuelle de Vagriculture moderne orientée plus vets les “agri. business" que vers Vagriculture famille, Les soctologues Furau: inius pour la plupart dune idéologie paternaliste uta guide. leurs actives dans tes domaines de lextension” et de la recherche, se. trouvent ene Moment devant une crise de credibitté en leurs propres activites ct Se demandent quel type de civilisation résultera dela” revolution, rurale gud ced! sera termings, Ceatenife une fols quauront dispar tes etits agriculteurs et les petites communaués rurales. ‘Le present. travall-prdsente un panorama crllgue du développement historique de la Sociologie Ruraloacademique et une étude eyetOnatigue des efforts les plus importants et tes plus réents orientes vers Vactualsa ton de cette discipline en harmonie avec les Gerniers ‘progres dela ensée sociologique, On essale de cette manisre ‘de decouvnit quelques: tines des structures latentes de Ia Sociotogie Rurale prédominant & chaque Eroaue; ast dice Tes conceptions commnément aceptec nur legals ‘oh’a constrult les platesformes théoriques oly s'est diveloppee la discus: lon soclologicorurale aux StatsUnis et en Burope SUMMARY When the institutional bases upon, which the discipline of Rural Sociology rests ‘seem to have achieved greater’ firmness that) at any previous moment, the consensus is growing in a large sector of the pro- fession that the specialised branch of Sociology called. tural Soctology 1s LA SOCIOLOGIA RURAL EN PERSPECTIVA 2 1n erlsis. The crisis is to be found at different levels, from typ conceptual problems with which to undertand nd explain the rapia Miclal change {D the ethical and moral ones derived from the present course of modern agriculture, directed more towards “agrobusinesses” than to family agri- ‘culture. ‘THe rural sociologists, most of them imbued with & paternalistic {deology that hat guided thelr activities of extension and ‘esearch, find themeetves at the present. time in a crisis of credibility in thelr own. activities and wonder what kind of divilisation Ig going to follow once the rural revolution is completed, that is, once the small farmers ‘and ‘small rural communities have diseppeared, ‘The present work offers a critical picture of the historical development of academic ‘Rural Soclology, and. systematizes the most distinguished Tecent efforts designed 10 bring this discipline up to date in accordance ‘with the latest advances on sociological thinking. In this way this way the author attempte to reveal some of the predominant latent structures of Rural Sociology in each epoch, that is the commonly accepted concepts ‘on which the theoretical platforms ave been “constructed from which ural’ sociological discussion has moved In the United States and Europe,

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