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Capítulo 2.
Yo mientras tanto
-¿Quién es ese?
- ¿Quién es quién?
Señalo la pantalla de la tele pero en ese momento están haciendo
anuncios.
- Si el que hizo esa película que iba de un camarero, guaperas,
que hacía cocktails…
- Si, Tom Cruisse, Pablo, cómo es posible que no te acuerdes de
Tom Cruisse!?
- Um, veamos!:
Era más pobre, eso si, pero estaba igual de enfermo. Además el calor
me incomodaba muchísimo y todo y pasar las vacaciones en una
bonita casa de pescadores en una isla del Mediterráneo,
prácticamente no dejaba la sombra del Hall y nuestras idas a la playa
fueron contadísimas.
Ese verano fue movido. Desde allí nos fuimos hasta un pueblo de
Castellón dónde nos esperaban mis suegros con Kevin. Pocos días.
Recaída. Recuerdo a Kevin llamándome desde la piscina, desde
dentro del agua y yo estirado sin poder moverme. Me marché yo sólo
a Barcelona y Carmen y Kevin se quedaron. Ya iba mal, tanto que me
equivoqué al entrar en Barcelona y me desvié por la Diagonal. Acabé
en el Camp del Barça. El espectáculo impactaba. Decena de travestis
semidesnudos se exhibían en medio de la vía. Coches parados,
ventanillas entreabiertas, pechos, culos, fiebre, cansancio, no sé que
me pasa, me pican los ojos.
- ¿Tú dirás?
-
El Dr González Puertas era un médico de mediana edad, no
podríamos decir que joven pero tampoco viejo, pelo entrecano y
complexión fuerte.
- No, le decía –cada vez tenía que gritar más- que empezó todo
como una gripe y….-finalmente me levanté de la silla y fui en su
busca. Estaba intentando hacer funcionar una pluma
estilográfica sacudiéndola en el aire como si fuera un
termómetro de mercurio, sobre una fregadera.
- Perdona, dime, maldita pluma siempre se atasca cuando tengo
que escribir.
Seguro que no fue él. Me suele pasar a
menudo, pero cuando pierdo la
concentración, el interés, me cuesta
retomar los temas, y más desde que
ando con “la niebla mental”…
Estuvimos charlando sobre la pluma,
sobre los bolígrafos también. Yo le
propuse que le pasara agua a presión
con una jeringuilla o casi mejor alcohol,
que a mi me funcionaba con los rotuladores cuando ya no escribían.
Escribió por fin mi nombre. Pablo Roderas Gasull.
Salí por la puerta cabizbajo.¿ Leve?. ¿Serían los quilos de plátanos los
que provocaron mi deria footinera, que hizo que el doctor con buen
criterio dudase de la gravedad de mi estatus?, o ¿sería el tiempo
perdido en arreglar la pluma el que provocó que nuestra entrevista se
acabará de golpe con un estrepitoso:?!