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000 casos de
accidente ofídico por año en el país, y se calcula que el 25% de ellos suceden
en Antioquia y Chocó, gracias a las condiciones biogeográficas de la región. De
estos accidentes 90-95% son ocasionados por especies del género Bothrops,
subfamilia Crotalinae, conocidas más popularmente como víboras de fosa, son
serpientes que habitan en el bosque húmedo tropical y subtropical (0-2.500
metros sobre el nivel del mar), característico de estas regiones.
Definitivamente está ligado al trabajo en el campo y en las cuencas
hidrográficas (agricultura, ganadería, minería, etc.).
Se incluyen en este grupo los accidentes causados por: Bothrops atrox,
Bothrops Asper (cabeza de candado, cuatronarices), Bothrops punctatus,
Porthidium nasutum (patoco, patoquilla), Porthidium lansbergii(veinticuatro,
sapa), Bothriechis schlegelli (víbora de tierra fría, víbora de pestaña, granadilla;
se puede encontrar en Medellín).
Cuadro Clínico:
Tradicionalmente se ha clasificado el envenenamiento como leve, moderado y
grave, y a su vez cada uno de ellos con compromiso local o sistémico. Esta
clasificación tiene la utilidad de ayudar en la toma inicial de decisiones con
respecto al manejo del paciente, pero no debe olvidarse que un
envenenamiento inicialmente clasificado como leve puede rápidamente
progresar de leve a severo si no recibe tratamiento.
En la tabla se exponen las características clínicas para clasificar el
envenenamiento bothrópico. Se debe tener en cuenta que si el accidente
comprometió toda la extremidad en las primeras 2 a 4 horas, en 6 horas ya
progresó a tronco o fue producido por una serpiente mayor de un metro de
longitud, se consideran de tipo grave para efectos de tratamiento.
La presencia de flictenas (ampollas) y equimosis son útiles para confirmar que
estamos ante un accidente ofídico bothrópico, pero su magnitud no es una
medida para clasificar la gravedad del envenenamiento. La presencia de
alteración en las pruebas de coagulación nos indica que el veneno bothrópico
ha alcanzado el torrente sanguíneo, es decir, hay envenenamiento sistémico,
pero la magnitud de la anticoagulación tampoco se debe utilizar como criterio
para clasificar la gravedad del envenenamiento bothrópico.
Además de una buena historia clínica que incluye el tiempo trascurrido desde la
mordedura, tamaño de la serpiente, tiempo de evolución de los síntomas y
medidas tomadas hasta el momento, se debe realizar un excelente examen
físico, y alguna de las pruebas de coagulación, para realizar una adecuada
clasificación del paciente.
Dentro de los paraclínicos iniciales realizar una prueba del todo o nada en 20
minutos (Se toman 1 a 2 cc de sangre del paciente en un tubo seco y se deja
quieto en posición vertical por 20 minutos. Pasado este tiempo de inclina hasta
posición horizontal. Se considera coagulable si se formó un coagulo firme y no
coagulable si no se forma coágulo o este es débil) para definir si el paciente
tiene compromiso sistémico del envenenamiento, es decir, si este alcanzó el
torrente sanguíneo. Si contamos con laboratorio ordenar TP, TPT, plaquetas y
fibrinógeno.
Otros paraclínicos que se sugieren son hemograma, creatinina y BUN, CPK
total, citoquímico de orina y PCR. Y los que la clínica del paciente nos oriente.
Las medidas básicas generales incluyen:
Líquidos endovenosos para garantizar tanto estabilidad
hemodinámica como una adecuada función renal. Se sugiere una
infusión inicial de 20 a 30 cc/kg/hora de cristaloides vigilando diuresis,
presión arterial, frecuencia cardíaca y signos de edema pulmonar.
Administración del antiveneno, monovalente antibothrópico o
polivalente sin previa prueba de sensibilidad, agregando el total de
ampollas que le corresponda al paciente según la clasificación de
gravedad de su accidente 100cc de solución salina en niños y 250cc
en adultos.
Casos leves: 2 a 3 ampollas
Casos moderados: 4 a 6ampollas
Casos graves: 6 a 10 ampollas
Se debe pasar inicialmente a una velocidad de 10 gotas por minuto
por 10 minutos, observando la aparición de signos que indiquen algún
tipo de reacción adversa como taquicardia (uno de los más rápidos en
aparecer), hipotensión, broncoespasmo, prurito, rash, etc. Si en 10
minutos no aparecido ninguno de estos signos se puede pasar el
resto del suero en goteo rápido.
Se deben realizar controles de pruebas de coagulación y función
renal a las 24, 48 y 72 horas después de iniciado el tratamiento.
Se espera que una dosis suficiente de antiveneno conduzca a una
mejoría en las pruebas de coagulación en 12 horas en más del 80%
de los casos, y a las 24 horas en el 100% de los casos.
Si el paciente presenta algún tipo de reacción adversa como las ya descritas,
NO se contraindica la aplicación del suero antiofídico, pues este es el único
tratamiento específico para el envenenamiento del paciente. Se realiza un
manejo de esta reacción y luego se reiniciará en suero antiofídico.
Si hay reacción:
- Suspender infusión temporalmente.
- Antihistamínico IV: si se dispone de difenhidramina, 1 ampolla IV en 100cc de
S.S. 0.9% en 10 minutos (recordar que los antihistamínicos son hipotensores y
por eso se deben pasar lentos y en algún volumen de líquidos). En su defecto
se puede utilizar Clemastina a la misma infusión.
- Si la reacción es severa o no contamos con antihistamínico: Adrenalina 0,3-
0,5 mg SC o IV (para niños 0,01 mg/kg). Se titula la misma dosis cada 5
minutos hasta obtener mejoría de los síntomas del paciente. Si la reacción es
brote con prurito, se considera mejoría la desaparición del prurito, pues el brote
tarda más en desaparecer.
- Siempre iniciar corticoide IV cada 6 horas por 24 horas. Metilprednisolona 1
mg/kg/dosis o hidrocortisona 5mg/kg/dosis, para prolongar el tratamiento del
evento adverso. Recordar que el inicio de acción de los esteroides IV es de 6 a
8 horas y que usarlos como única terapia no es suficiente en estos casos en los
que necesitamos reiniciar pronto la terapia específica con el suero antiofídico.
- Quince minutos después de la mejoría clínica del paciente se reanuda
infusión.
Analgesia: El dolor por envenenamiento bothrópico es intenso, y es
importante controlarlo. Se deben evitar los AINES por ser medicamentos
potencialmente nefrotóxicos, y estamos frente a un paciente con
múltiples factores de riesgo para hacer Insuficiencia Renal Aguda.
Se sugiere el uso de opiáceos tipo tramadol, meperidina o morfina.
Escoger la meperidina a dosis de 30 mg IV cada 4 a 6 horas ( 0.5 mg/kg
en niños) en caso de hipotensión.
Si se cuenta con la vía oral se puede usar acetaminofen 1 g c/6 horas.
Si solo se cuenta con AINES preferir dipirona a dosis de 1g IV cada 6
horas (niños 20mg/kg/dosis) por ser menos nefrotóxico.
Antibióticos: Idealmente no se deben iniciar de manera profiláctica, sino
una vez aparezcan signos clínicos de infección y previa toma de gram,
directo y cultivos. De manera empírica en nuestro medio se ha
acepatado utilizarlos en aquellos envenenamiento clasificados como
moderado o graves, pero siempre teniendo la precaución de cubrir los 3
potenciales grupos que pueden producir infecciones: los gram positivos
de la piel del paciente y los gram negativos y anaerobios de la boca de la
serpiente. Se sugiere combinar: clindamicina con una cefalosporina de
tercera generación o con ciprofloxacina, o en su defecto usar ampicilina
sulbactam. Dar siempre antibioticoterapia como tratamiento por al
menos 7 dias, una vez se tomó la decisión de suministrarla, no como
profilaxis.
Evitar al máximo el uso de antibióticos nefrotóxicos como los
aminoglucósidos. Desafortunadamente en nuestro medio el uso
indiscriminado de antibióticos ha hecho que la penicilina cristalina haya
perdido el valor que tenía en este tipo de accidentes y ya no se usa.
Toxoide tetánico: Se debe ordenar una dosis intramuscular pero solo
cuando las pruebas de coagulación se hayan normalizado.
Ordenar: Pruebas de coagulación como TP, TPT, fibrinógeno y plaquetas
Complicaciones:
- Insuficiencia Renal Aguda: 11%. Puede aparecer hasta 1 semana después
del envenenamiento.
- Infecciones: Desde celulitis y abscesos hasta fascitis necrotizante. En solo
10 - 11% de los pacientes.
- Síndrome compartimental: 0.5% en nuestro medio, 3% en literatura mundial.
El signo clínico más importante es la pérdida de propiocepción, pues la
disminución de pulsos por el gran edema y el dolor están presentes en todos
los pacientes con envenenamiento bothrópico. Si se sospecha se debe iniciar:
Manitol 5cc/Kg IV en 30 a 60 minutos y repetir cada 6 a 8 horas por 24 horas. A
las 12 horas reevaluar clínicamente al paciente. Si no hay mejoría llevar a
fasciotomía.
- Aborto y abruptio de placenta: 5%
- Mortalidad: Sigue siendo de 5% en nuestro medio siendo la hemorragia del
Sistema Nervioso Central la principal causa.
Es el causado por las Corales. Se incluyen aquí los accidentes por Micrurus
mipartitus (Rabo de ají) y Micrurus Dumerilii. Habitan en clima templado.
Cuadro clínico:
Su veneno produce síntomas que afectan principalmente el sistema nervioso.
CLASIFICACION LOCAL
LEVE Dolor local y parestesias.
No hay edema importante, ni sangrado, ni
equimosis, ni flictenas.
MODERADO Compromiso progresivo y descendente de pares
craneanos: Visión borrosa, diplopía, ptosis
palpebral, oftalmoplejia, sialorrea, disfagia, voz
débil.
Puede haber dificultad para caminar
SEVERO Parálisis músculos respiratorios, paro respiratorio.