You are on page 1of 3
El primer Simposio sobre Historia de la Inmunologia (Toronto 1986) F. Leyva-Cobian Department of Pathology. ‘Washington University Medical Schoo! St. Louis, EE.UU. Correspondencia: F. Leyva-Cobiin. Department of Pathology. Washington Uni versity Medical School, St, Lous, MO83110, USA, PANORAMA Del 5 al 6 de julio de 1986, justo unos dias antes del Congreso inter- nacional de nmunologia celebrado en Toronto, se desarrolls en el Vic- toria College de la Universidad de Toronto el primer Simposio sobre Historia de la Inmunologia. Fagocitada por el marasmo y la agitacion febril de los miles de inmu- ndlogos que acudieron a la feria cientifica de Toronto, la reunion so- bre Historia de In Inmunologia pasé pricticamente desapercibida. No obstante, pese a su escaso €co en nuestra comunidad, merece la pena dedicarle cierta atencién, pues en el futuro puede representar un adecuado complemento para enfo- ear, con perspectiva y rigor histéri- co, los avances de esta ciencia, Igualmente podria servir como un foro de critica intelectual donde puedan espigarse conceptos, para- digmas y teorias. De momento, ya esta anunciada la préxima reunién, gue coincidiré con el Congreso In- ternacional de Inmunologia en Berlin, LA CONVOCATORIA Y SU ORGANIZACION La conferencia, organizada por la Dra. Mazumdar (Institute para la Historia y Filosofia de la Ciencia y Tecnologia, Universidad de Toron- to), estuvo auspiciada por el Victoria College en la Universidad de Toron- to. Ahi se desarrollaron las sesiones, El Victoria College —cuya fundacién data de 1827— esta enclavado en el corazon de la Universidad de Toron- toy encarna las litferae humaniores académicas, tanto por su historia ‘como por su arquitectura caracteris- tica. El marco, por lo tanto, fire muy adecuado. La convocatoria tuvo una escasa respuesta por parte de los historia- dores de la ciencia. ‘Tal vez las cau- sas de ello puedan encontrarse en la escasa existencia de historiadores profesionales con experiencia direc- ta en el trabajo de laboratorio y, en segundo lugar, por la complejidad de la inmunologia moderna, que por su cambiante tecnologfa y su especial jerga, la han hecho crecer desmesu- radamente, haciéndola inabarcable aun para los més animosos. El propésito fundamental de este Simposio fue reunir a la generacién de inmundlogos que desarrollaron esta ciencia en los tltimos veinte atios y a los que trabajaron 0 convi- vieron con los protagonistas. Qué duda cabe que todos no estuvieron, pero la representacion fue adecua- da, La reunin permitié a muchos pre- sentar su propia historia intelectual. Indudablemente, como era de es- perar, la anécdota, las particularida- des que rodean siempre a fa obra humana y los recuerdos a los cole- gas desaparecidos, fueron tépicos constantes que sirvieron para dar un ambiente célido a las intervenciones. El Simposio estuvo dividido en seis sesiones que trataron de abar- car el amplio panorama de la inmu- nologia actual y sus relaciones con ciencias afines. Estas fueron: I, Teoria de la seleccién_ clonal; 2 Anticuerpos y proteias; 3. munologia celular; 4, Especificidad y genética; 5. Inmunidad y alergia, y 6. Teoria y practica. TEORIA DE LA SELECCION CLONAL Esta sesion fue, sin duda, la estre- ila del Simposio, A mi entender esto fue debido a un triple motivo: prime- ro, el interés histérico y biolégico del tema; segundo, el singular atrac- tivo de varios de sus conferencian- tes y, por tiltimo, haber sido crono- Jogicamente la primera sesién del Simposio, el interés y expectacién de los presentes no habjan tenido tiempo de marchitarse, ‘Aunque el tiempo hace estragos en la memoria y otras funciones vi- tales de los hombres, results muy emotive poder escuchar a Felix Haurowitz (Universidad de Indiana, EEUU), A sus noventa atios, es sin duda Ia figura patriarcal de la Inmu- nologia actual. Haurowitz y Breinl se interesa- ron, hacia los afios veinte, por el papel del antigeno como “molde” en la formacién de anticuerpos. Brein! se habia fascinado con los experi- mentos de Landsteiner, que en aquel momento habia descubierto que la formacién de anticuerpos se inicia no sdlo por la inyeccién de antigenos biolégicos, sine por subs- tancias.sintetizadas’ quimicamente. En 1930, Haurowitz y Breinl con- cluyeron que el antigeno podria, de algin modo, determinar la secuencia de aminodcidos de las moléculas de anticuerpos. Estas ideas, en aquel tiempo, eran casi fantasticas, Gordon Ada (Escuela de Investi- gacidn Médica John Curtin, Cambe- 1a, Australia) dedieé gran parte de su tiempo a hablarnos de Burnet, del trabajo de éste y de sus consecten- ias, Ada fue investigador del insti- tuto de Investigacion Médica Walter y Eliza Hall de Melbourne, desde 1948 a 1968. Teniendo en cuenta que Burnet fue director de dicha institucién entre 1942 y 1965, Ada cubrié el perfodo de tiempo del inte- rés de Bumet en los conceptos so- bre formacién de anticuerpos y la aceptacién en 1967, por wna gran ‘mayoria de los inmundlogos, de la teorfa de la seleccién clonal. Ada records las tres etapas de la actividad cientifica de Burnet: su trabajo con virus bacterianos (1925- 1937), su interés por los virus de animales (1932-1958) y la etapa del estudio de la autoinmunidad (1961- 1966). La exposicion de Ada revisé los antecedentes (Ehrlich, Landstei- ner, Haurowitz) y el pensamiento de sus contempordneos Jerne y Talmage. La teoria de Burnet se enfrents directamente con Jas teorias instruc- cionistas; por ejemplo, el trabajo de Nossal ¥ Ledenberg de 1951 indi- cando que las células productoras de anticuerpos segregan éstos sdlo en respuesta al antigeno sensibilizante, No obstante, se argumenté que los precursores ‘de las células inmuno- ‘competentes podrian ser pluripoten- Gales, y que la exposicién al antige- no canalizaria su respuesta. Los si- guientes experimentos de Nossal, ‘Ada y Austen en 1965 y el desarro- lo de las técnicas de estudio de las células formadoras de placas por Jerne y Nordin, por un lado, y por Tngrahan, por otro, sirvieron. para reforzat los primeros trabajos. Pos- teriormente, se demostrarian clara- mente las diferencias en la composi- cin de aminodcidos de los anticuer- pos generados en respuesta a distin- tos antigenos (Koshland y Englber- ger, 1963), y el conocimiento de la naturaleza monoclonal de loa mielo- mas y la uniformidad de las molécu- at Inmunologia LEYVA-COBIAN.- TL PRIMER SIMPOSIO SOBRE HISTORIA DE LA TKMUNOLOGCA (TORONTO 1986) las producidas (Putnam, 1966) se- rian aspectos cruciales para la teoria de Burnet. ‘Segin supimos por él mismo, Gustav Nossal (Instituto de Investi- gacién Médica Walter y Eliza Hall, Melbourne, Australia), después de completar su doctorado, se trasladé al nuevo departamento de Genética de la Facultad de Medicina de Stan- ford, que estaba dirigido por Joshua Ledenberg. Las palabras de Nossal fueron: “Me encontré a mi mismo ante la curiosa sensacién de ser el principal abogado de la teoria de la seleccién clonal en los Estados Uni- dos, aunque sin estar preparado para afrontar la intensidad de la opo- sicién generada por Ia Inmunologia oficial” Después, Makela, que habia cola- borado con Nossal en Stanford, de- mostré en Helsinki la fina especifici- dad del anticuerpo producido por una tnica célula. Casi simulténea- ‘mente, Cunningham realizaba expe- rimentos similares en Australia. Nossal y Ada trabajaron juntos durante varios afios cuando aquel volvié a Melbourne, En aquel mo- mento nadie hablaba del receptor para el antigeno, Por qué en aque- los dias no se presté mayor aten- cidn a la superficie del linfocito? Como reconocié Nossal, la tinica ex- usa real fue que la era de la “recep- tologia” atin no habia Hamado a la puerta de la inmunologia. Tal vez, también, la historica derrota de los detractores de la teoria en el Simpo- sio de Cold Spring Harbor de 1967, donde la seleccidn clonal gané la ba~ talla, contribuyé a que los criticos bajasen la guardia y los experimen- tos enfocados hacia la membrana lin- focitica atrajesen poca atencién. ANTICUERPOS ¥ PROTEINAS Esta sesién conté con dos confe- renciantes. Herman Eisen (Instituto Tecnolégica de Massachusetts, Cambridge, EE.UU.) centré su charla en la evoluci6n histérica de! concepto de afinidad del anticuerpo durante la respuesta inmunitaria. Légicamente se refirié a los antece- dentes de la utilizacién de los grupos 2,4-dinitrofenilo (DNP) y 2,4,6- ‘trinitrofenilo (TNP) como modelos de epitopos para analizar respuestas inmunitarias, Repasé la evolucion de estos modelos y de otros que permi- tieron, con el tiempo, entender Ja afinidad como una consecuencia de Jas altos indices de substituciones de nucleétides en los segmentos géni- 08 que codifican las regiones varia- bles de las cadenas pesadas y ligeras de las inmunoglobulinas. Por wltimo, Abram Stavitsky ‘Universidad de Case Western Re- serve, Cleveland, EEUU.) complets el panorama histérico revisando las metodologias introducidas entre los afios cincuenta y setenta. INMUNOLOGIA CELULAR Esta sesiGn fue la mas extensa del Simposio. Presents una buena revi- sin histérica del cada vez més com- plejo y vasto mundo de la inmunolo- gia celular. No faltd el buen humor y se records que la conexién entre células B y células T consiste en que forman el comienzo y final de una conocida expresién en lengua ingle- sat bull shit! Byron Waksman (Sociedad Nacio- nal para la Esclerosis Multiple, Nue- va York, EE.UU,) desarrollé didacti- camente, pero sin demasiados datos de cardcter histérico, la evolucién de las denominadas “teacciones me- diadas 0 determinadas por células”. Cinader (Universidad de Toronto, Canada) centro su conferencia en la tolerancia, ¢ Ivan Roitt (Hospital de Middlesex, Londres, Inglaterra) co- menté Ia historia del hallazgo de au- toanticuerpos tiroideos en ia enfer- medad de Hashimoto. Influidos por las ideas del momen- to, que sugerian que la autotoleran- ia estaba inducida por una “exposi- cid” temprana a los componentes del cuerpo, Campbell y Roitt esta- ban tratando de inducir autoinmuni- dad a proteinas de la leche. En 1956 Rose y Witebsky habian descrito ta induccion experimental de autoin- munidad tiroidea y Dickens, en Lon- dres, habia sugerido que la tiroglo- bulina podria representar un ejem- plo de antigeno excluido durante el desarrollo del sistema inmunitario, Al mismo tiempo, Deborah Doniach, también en Londres, estaba traba- jando en la caida de la tasa de gam- inmunologia VOLUMEN 6, NUMBKO 3, JULIOSEPTIEMBRE 1987 ‘maglobulinas como consecuencia de tiroidectomia por enfermedad de Hashimoto, Se pensé que tal vez las ‘gammaglobulinas reaccionasen con- tra algo semejante a un virus en la glindula tiroides. El experimento ‘obvio que siguid consistié, simple- ‘mente, en hacer reaccionar extracto tiroideo y suero del paciente. Los resultados que obtuvieron son ya co- nocidos. William Weigle (Clinica Scripps y Fundacién de Investigacién, La Jo- lla, EE.UU,) revisé la historia del desarrollo de los modelos de autoin- munidad. Ineluyé el desarrollo meto- dolégico de fos intentos de transfe- rencia de autoinmunidad utilizando suero y/o células, El desarrollo con- ceptual de la transferencia de au- toinmunidad por células ha ido liga do a los avances tecnoligicos que han permitido clasificar y subclasifi- car las estirpes celulares. Discutio las controversias relacionadas con os mecanismos, celulares o humora- les, de produccién de la enfermedad y enfatizé el papel futuro de fa tec- nologia biolégica molecular. Finalizé esta sesion H. Stahelin (Laboratorios Sandoz, Basilea, Sui- za) revisando la inmunosupresién farmacoldgica y como las propieda- des inmunosupresoras de la ovalici- na, a mediados de los afios sesenta, permitieron el descubrimiento de la ciclosporina. ESPECIFICIDAD Y¥ GENETICA Esta sesién y la denominada in- munologia y Alergia se desarrolla- ron simulténeamente con la de In- munologia celular. Merecié un particular interés la intervencién de Michael Sela (insti- tuto Weizmann de Ciencia, Rehovot, Tsrael) que comenté la contribucién de los antigenos sintéticos al enten- dimiento de la respuesta inmunita- ria, Destacé cémo la disponibilidad de antigenos polipeptidicos sintéti- ‘cos ¥ sus conjugados con azicares, nucleésidos y otras moléculas, per- mitié entender mejor las bases mo- leculares de la antigenicidad e mmu- nogenicidad y el desarrollo de paré- ‘metros como; tamailo, forma, carga eléctrica, configuracién éptica, con- formacion estérica, etc. Hugh McDevitt (Universidad de Stanford, EE.UU.), aunque figuraba en el programa con una conferencia titulada “Histocompatibilidad y la genética de la respuesta inmunita- ria” no acudié a la convocatoria. TEORIA Y PRACTICA David Talmage (Escuela de Medi- cina de la Universidad de Colorado, EE.UU,) se basé en su experiencia personal para preguntarse cudles son las causas y condicionantes de la aceptacién o rechazo de un concepto en inmunologia. Howard Goodman (Universidad Johns Hopkins, Baltimore, EE.UU.) ‘se refirié a la historia de los progra- mas en inmunologia de fa Organiza- cién Mundial de la Salud (OMS), destacando el papel de lo que deno- miné “Inmunodiplomacia” para lle- gat a acuerdos generales sobre ma- terias diversas en el campo de la inmunologia: nomenclatura de inmu- noglobulinas (1964), factores gené- ticos de inmunoglobulinas (1965), notaciones de subclases de inmuno- globulinas (1966), nomenclatura del sistema HLA (1968), nomenclatura del complement (1968), etc. Fred Karush (Universidad de Pennsylvania, BE.UU.) nos recordé algo que con frecuencia olvidamos 0 no advertimos; el papel central que los “conceptos metaféricos” desem- peiian en el desarrollo de la iamuno- Jogia tedrica, Puso como ejemplos metaféricos la “avidez” y ta “teorfa de la malla”. La nocién de avider se acuiié originariamente para descri- bir las variaciones surgidas en las propiedades del complejo formado entre la toxina diftérica y el suero antidiftérico, Actualmente este con cepto se ha generalizado a una am- plisima variedad de sistemas. Segin Karush, su utilizacién actual obscu- rece los hechos fisicoquimicos del fendmeno para el cual el concepto fue aplicado. Contrast6 este hecho con el concepto metaférico del “re- ticulo inmunitario", que, tomado prestado de otros sistemas biokigi- cos 0 no, tiene una funcién muy sig- sificativa en la inmunologia celular contempordnea. Un area que esta adquiriendo gran actualidad, las relaciones entre la endocrinologia con los sistemas nervioso ¢ inmunitario, fue abordada por Branislav Jancovic (Centro de Investigacién Inmunol6gica de Bel- grado, Yugoslavia), que esbozd los antecedentes historicos del tema y las estrategias clésicas y modernas de abordaje, En mi opinién, la neu- roinmunoendocrinologia, o como se Ja quiera lamar, necesita atin de una definicién conceptual clara y preci- sa, Ademés, mientras la metodolo- gia y los sistemas experimentales de Tectura no se precisen y se hagan herramientas comunes 2 las areas cientificas fronterizas, siempre reci- bird criticas recelosas. No obstante, su futuro es prometedor. Cerré la sesién Anne Marie Mou- lin (Universidad de Harvard, EE.UU,) que aparte de la organiza- dora del Simposio, Pauline Mazum- dar, era el tinico conferenciante que resultaba ser historiador y no inmu- nélogo. Moulin justifies el interés de los historiadores por la inmunologia, por ser una disciplina con una larga historia pero que, no obstante, no se ha beneficiado completamente de la denominada Revolucién Cientifica en Biologia y, por lo tanto, no ha logrado una absoluta autonomia, La servidumbre de la inmunologia tal vez resida en su falta de autono- mfa, Su dispersién en subareas res- tringidas, especialmente durante el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales, ha contribuido a ello. Resulta sorprendente, ahora que la inmunologia esté resultando ser un campo cientifico atractivo, el que algunos predigan su fin y el cambio a enfoques nuevos en los fe- némenos bioldgicos, ‘Anne Marie sera la organizadora del préximo simposio sobre historia de la inmunologia en Berlin, Como et de Toronto, se desarrollara como una reunién satélite del Congreso Internacional. Tendremos de nuevo uuna magnifica oportunidad para to- marle el pulso a esta nueva discipli- na de la Historia de la Ciencia: com- probar si ef interés ha llegado a cristalizar y, por consiguiente, averi- guar qué podemos aprender los in- mundlogos de esta experiencia y qué podemos decirles nosotros a los historiadores, sin caer en la anéc- dota, iugares comunes y tdpicos. a

You might also like