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Título: La Prueba de la Fe y el Favoritismo 2ª Parte. Lugar: Iglesia Cristiana Neza


Pasaje: Santiago 2:5-7 Fecha: 31 de Enero de 2010
Propósito: Confrontar, Auto examinar, Exhortar.
Idea Central: Dios ha escogido lo peor del mundo, por lo tanto no debemos luchar
contra la voluntad de Dios.

Leamos 1 Corintio 1:25-31. En este texto Pablo explica el tipo de personas


que han sido escogidas por Dios. Recordemos que Dios escoge a las personas, no en
base a los méritos de ellas, sino en base a Su soberana voluntad. La elección que Dios
hace de las personas, tiene un propósito, así como estudiaremos el día de hoy.

Es importante que entendamos que cuando Dios ha escogido a alguien,


nosotros no debemos oponernos a esa elección que Dios ha hecho. Es importante
también que entendamos que no importa lo que a nuestros ojos parezca mejor,
siempre es necesario someternos a Dios y sus planes.

Hemos estudiado que para poder vencer el pecado de favoritismo, debemos


poner nuestros ojos en la Gloria de Cristo, ya que solo a través de depender de Él,
podemos enfrentarnos al pecado y vencerlo.

Ahora, estudiemos Santiago 2:5-7 y veamos 2 razones para erradicar el


favoritismo de nuestra vida. El título de esta predicación es La Prueba de la Fe y el
Favoritismo 2ª Parte.

I. La Elección de Dios
Este versículo comienza con una pregunta retórica. Las preguntas
retóricas son aquellas que en sí mismas contienen la respuesta. En otras
palabras, cuando Santiago pregunta ¿no escogió Dios…? Está mostrando en
realidad la respuesta.

La iglesia a la que dirige esta carta no había entendido la elección


de Dios. No se habían fijado en un espejo para identificar la condición en la
que Dios los salvó. Tal parece que habían olvidado las condiciones de su
vida una vez que llegaron a la iglesia, y ese fue precisamente su error: no
recordar que Dios los había tomado como personas que ante la sociedad
eran despreciables y si valor alguno. Eran personas que, de alguna manera
no debían formar parte de la sociedad.

Pero Dios les muestra que su pensamiento está en una oposición


clara al plan que Él tiene para muchas personas. Pensemos por ejemplo en 1
Cor. 1:26-31 donde pablo dice lo siguiente: “Pues considerad, hermanos,
vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos
poderosos, ni muchos nobles; sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para
avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo
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que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para
anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios. Mas por obra suya estáis
vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y
justificación, y santificación, y redención, para que, tal como está escrito: EL QUE
SE GLORIA, QUE SE GLORIE EN EL SEÑOR. ”

Cuando Pablo utiliza la expresión “no hubo muchos” está diciendo


que, los sabios, poderosos y los nobles son los menos en la iglesia. Debido a
que ellos tienen puesta su confianza en sus cosas materiales, no tiene la
necesidad de depender de Dios, lo que sí sucede con los pobres, quienes no
tienen elementos materiales de los cuales depender.

La razón, según este texto, de la elección de Dios de este grupo de


despreciados, es con la finalidad de que nadie se jacte delante de Dios.

El hombre por naturaleza tiene el deseo de alabarse a sí mismo, y


más aún si cree que puede tomar al mundo con sus manos a través de sus
posesiones; sin embargo cuando un pobre se acerca a Dios, no tiene
oportunidad de presumir de sus logros a través de sus bienes, puesto que no
posee bienes, sino que lo único que le resta hacer es decir: por la voluntad de
Dios he sido salvado.

No hay otro medio para la salvación. Solo Dios puede dar vida al
alma de una persona que está muerta espiritualmente.

Ahora, aun cuando no podamos entender completamente la forma


en la que Dios actúa, es necesario que entendamos que Él siempre actúa en
coordinación con Su naturaleza. Dios es un Dios de misericordia, por lo
tanto es de entenderse que en Su elección haya seleccionado a las personas
(principalmente) que no tienen muchos recursos materiales, lo pobres.

Cuando Santiago habla de los pobres, como está claramente


explicado en el v. 2, no se está refiriendo a los “pobres en espíritu” de Mateo
5:3, sino a pobres cuyas posibilidades económicas no le permiten ubicarse en
otro lugar de la escala económica de la sociedad.

A lo largo de la historia, Dios ha manifestado un trato especial


hacia los pobres. Por ejemplo, en el salmo 41:1 leemos que es
“Bienaventurado el hombre que piensa en el pobre; en el día malo lo librará
Jehová”. En otras palabras, las personas que ayudan a los pobres son objeto
de la bendición de Dios.

Es más, como leímos anteriormente, aún la iglesia misma está


constituida por gente que no tiene muchos recursos económicos. Pero, esto
no quiere decir que la iglesia solo está compuesta por personas
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económicamente pobres, sino que la mayor cantidad de gente que hay en la


iglesia son pobres “a los ojos del mundo”

Dios ha escogido todo lo que, a los ojos del mundo es despreciado y


sin valor. El problema del mundo es que fija su atención solamente en
aspectos externos, en las apariencias, algo que a Dios no le importa. En la
primera parte de este estudio, vimos que Dios es imparcial, como lo enseña
Dt. 10:17, donde leemos: “Porque el SEÑOR vuestro Dios es Dios de dioses
y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible que no hace acepción
de personas ni acepta soborno.”

¿Cuál es la razón de que Dios haya escogido a los pobres? El v. 5 nos lo


explica. Dios tiene en mente 2 razones para haberlos escogido.
Primero, los escoge para ser ricos en fe. En una clara oposición a su
condición en esta vida, el llamado que Dios les hace a los pobres es que
tengan una fe que sobreabunde. El Dr. MacArthur dice lo siguiente:
“Aunque la mayoría de su pueblo nunca será rico en bienes materiales, Dios
les aseguró que serán ricos en fe, es decir, tendrán la fe necesaria para creer
el evangelio y ser salvos, así como para perseverar hasta tener la vida eterna.”
Fin de la cita.

Esto es muy cierto, ya que el objetivo principal de Santiago es


explicar que una fe que es viva, permanecerá firme en Dios a pesar de las
pruebas. Así que la elección de Dios en primer lugar es para que los pobres
crean el evangelio y perseveren hasta el final, porque no pueden depender de
riquezas, ya que no las poseen, pero si pueden depender de Dios.

En palabras del apóstol Pablo, todo creyente ha sido bendecido con


toda bendición espiritual, según Efesios 1:3

Segundo, los escoge para ser herederos del reino. La pregunta lógica es ¿a
qué se refiere con el reino? Un comentarista dice lo siguiente: “El reino
representa toda la esfera de la salvación, todo lo que esta incluye e implica.
Aquí Santiago describe el reino en su sentido presente en la esfera de la
salvación, aquellos sobre los que Cristo gobierna, así como en su futura,
milenaria y eterna gloria” fin de la cita.

De manera práctica, el reino se refiere también a la salvación


misma. Cuando Juan el Bautista y el Señor Jesucristo predicaron, utilizaron
la siguiente expresión: “arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado”, y a lo que se están refiriendo es que, para que ellos puedan
participar del reino, que es la salvación, primero deben arrepentirse de sus
pecados y depender de Dios.
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Mateo, en su evangelio utiliza de manera intercambiable el término


“vida eterna” y “reino de los cielos” en Mat. 19:23-30. Así que, cuando Dios
escoge a los pobres es para hacerlos partícipes de la salvación y de todas las
bendiciones que ella conlleva, tales como: perdón de pecados, comunión
con Dios y los creyentes, un corazón transformado, etc.

Sin embargo, Santiago también explica algo de suma importancia.


Esto es, solo serán ricos en fe y herederos del reino aquellas personas que
han sido escogidas por Dios, pero toda persona que ha sido escogida por
Dios amará a Dios de manera permanente, es decir, siempre amará a Dios.

El apóstol Juan explica claramente la relación que existe entre amar


a Dios y amar a los hermanos en 1 Jn. 1:7-11. Lo que quiero decir es que, la
consecuencia inmediata después de amar a Dios, es amar a los hermanos,
pero no solo a los hermanos, sino como enseñó el Señor Jesús, al prójimo.
Pero los destinatarios de la epístola no habían prestado atención a estos
mandamientos, porque el versículo 6 muestra que ellos habían despreciado
al pobre.
¿Es posible que una persona que ama a Dios desprecie a un
escogido de Dios? Si es posible. En el año 1530, poco después de que Lutero
comenzará su oposición a la iglesia de Roma, en Marburgo se llevo a cabo
una conferencia entre Lutero y Zwinglio, con el objetivo de erradicar
diferencias doctrinales y unir a la iglesia bajo una sola declaración doctrinal.
Al final de la conferencia Zwinglio se acerco a Lutero para despedirse, a
pesar de las diferencias doctrinales, pero Lutero despreció a su hermano por
no compartir su misma concepción doctrinal.

Aunque Zwinglio no era pobre, si era un hijo de Dios, y como tal


había sido escogido por Dios para realizar una tarea específica. Ser hijos de
Dios no nos da el derecho de ejercer juicio contra las demás personas.

El profeta Samuel, al igual que muchos creyentes a los largo de la


Biblia, tenía un pensamiento que no era el pensamiento de Dios. En 1
Samuel 16:1-7 leemos “Y el SEÑOR dijo a Samuel: ¿Hasta cuándo te lamentarás
por Saúl, después que yo lo he desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu
cuerno de aceite y ve; te enviaré a Isaí, el de Belén, porque de entre sus hijos he
escogido un rey para mí. Y Samuel respondió: ¿Cómo puedo ir? Cuando Saúl lo
sepa, me matará. Y el SEÑOR dijo: Toma contigo una novilla y di: "He venido a
ofrecer sacrificio al SEÑOR." Invitarás a Isaí al sacrificio y yo te mostraré lo que
habrás de hacer; entonces me ungirás a aquel que yo te indique. Samuel hizo lo que
el SEÑOR dijo, y fue a Belén. Y los ancianos de la ciudad vinieron a su encuentro
temblando y dijeron: ¿Vienes en paz? Y él respondió: En paz. He venido a ofrecer
sacrificio al SEÑOR. Consagraos y venid conmigo al sacrificio. Samuel consagró
también a Isaí y a sus hijos y los invitó al sacrificio. Y aconteció que cuando ellos
entraron, vio a Eliab, y se dijo: Ciertamente el ungido del SEÑOR está delante de
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El. Pero el SEÑOR dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su


estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el
hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón.”

Al igual que muchos de nosotros, Samuel se dejó llevar por la


apariencia física de los hijos de Isaí, pero lo más importante está al final del
versículo 7 “Dios, el Señor mira el corazón”. Este es el mismo ejemplo que
debemos seguir nosotros, quitar nuestros ojos de la apariencia externa, y ser
como Dios a quien le interesa más la condición interna de las personas.

II. La actitud de los ricos


A partir de la segunda parte del versículo 6 y el v. 7 observamos 3
acciones que realizan los ricos.
Primero, los ricos oprimen a los creyentes. Lo que Santiago explica es que,
son los ricos quienes ejercen un poder desmedido sobre los cristianos. Otra
forma de traducir la palabra “opresión” es “tiranizar” o “explotar a la gente.
El comentarista Kistemaker dice que: “probablemente estos ricos no
pertenecían a la comunidad cristiana. Poco importa que fueran judíos o
gentiles. Explotan a gente que no puede defenderse”. Fin de la cita.

Entonces, son personas a quienes no les importa la vida de las


personas que están debajo de ellos. A estos ricos solo les importa su riqueza,
así como Santiago lo explica más adelante en el 5:4, particularmente el v.6.

Hay comentaristas que creen que, debido a que los sacerdotes eran
gente adinerada, ellos mismo ejercían opresión sobre los cristianos. Por lo
tanto, si un cristiano tiene este tipo de conducta, entonces está en el bando
equivocado, ya que su tarea es ayudar a su prójimo.

Segundo, los ricos arrastran a los creyentes a los tribunales. Esto quiere
decir que los cristianos eran llevados a las cortes y acusados falsamente.
Hechos 5:17 es un ejemplo del encarcelamiento de Pedro y Juan. En 16:19
vemos el encarcelamiento de Pablo y Silas en Filipos. En 18:12 Pablo
nuevamente es presentado ante Galión, acusado falsamente por los judíos.

En general, la vida cristiana es una vida llena de falsas acusaciones.


Recordemos la vida de Pablo antes de conocer al Dios vivo: según Hechos
9:1-2 Pablo pidió cartas al sumo sacerdote para arrestar a cristianos y
llevarlos cautivos a Jerusalén.

Sin embargo, por la forma en que Santiago explica el texto, es


probable que los cristianos a pesar de ser objeto del abuso de los ricos judíos
o gentiles, continuaran rindiéndoles honor y respeto a aquellos quienes
abusaban de ellos.
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Tercero, los ricos blasfeman el nombre de Cristo. Finalmente, estos mismos


ricos profanan el nombre de Cristo.

El Dr. MacArthur dice: “Como los saduceos eran ricos y


aristócratas, y porque perseguían activamente a la iglesia, Santiago pudiera
haber estado haciendo referencia específica a ellos.” Fin de la cita.

Recordemos la actitud de escribas y fariseos en el ministerio de


Cristo: menosprecio, burla, irreverencia. Ellos decían estar apegados
totalmente al Antiguo Testamento, pero al rechazar al Señor Jesús dieron
muestra de que en realidad no conocían a Dios, y mucho menos al Mesías
de Dios.

Cuando Santiago dice “el buen nombre”, otra palabra para traducir
“buen” es “excelente”. El nombre de Cristo es excelente porque Cristo
mismo es Dios.

El comentarista Knowling dice lo siguiente: “No es probable que un


judío asociase la blasfemia con un nombre inferior a un nombre divino”. Fin
de la cita.

Por eso cuando Santiago dice “blasfeman” está haciendo referencia


a la Deidad misma de Cristo. Cuando Santiago dice “que fue invocado sobre
vosotros” está haciendo referencia a la relación y la identidad que el creyente
tiene con Jesucristo.

En general, cuando un cristiano muestra favoritismo hacia los ricos,


en realidad está participando de la misma blasfemia que ellos hacen hacia
Cristo. En otras palabras, es un cómplice de la deshonra y difamación que
ellos hacen contra Cristo.

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