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MANUAL DE UJIERES

Aunque este manual en ocasiones hace referencia a condiciones que atañen más bien a la iglesia

Congregación León de Judá en Boston, todos los principios que resaltamos son perfectamente aplicables

a cualquier congregación. Sugerimos que cada iglesia haga los ajustes necesarios a este manual,

añadiendo o quitando algunas partes, según lo considere pertinente. La inmensa mayoría del manual será

útil para cualquier congregación que quiera desarrollar un ministerio de ujieres de excelencia.

IMPORTANCIA Y ORÍGENES BÍBLICOS DE LOS UJIERES

La función del ujier es de gran responsabilidad e importancia. Tiene un trasfondo bíblico en los porteros

del Antiguo Testamento (ver I Cró 16: 38; Neh 7: 1; Jer 35: 4). No debemos subestimar el significado de

esta función en la Iglesia.

Se trata de una función espiritual, no solamente mecánica. Requiere preparación espiritual previa como

cualquier otro ministerio. Se debe orar para estar preparado personalmente antes del servicio. Se debe

orar, también, por el servicio y todos los que han de oficiar. ¿Por qué otras cosas se podría orar antes de

llegar al servicio? ¿Habrá razón para orar también durante el servicio?

Esa función espiritual de los ujieres es frecuentemente ignorada o subestimada. Es importante meditar

sobre esto, e incluirlo en las consideraciones que atañen a este importante cargo.

Un ujier podría inclusive tener funciones de consejería en ocasiones. Es importante ser observador. A

veces llegará gente a la iglesia con cargas emocionales evidentes. Necesitarán a alguien compasivo y

alerta que les extienda una palabra de amor y ánimo, o que ore con ellos, o que los refiera a un pastor o

anciano de la iglesia para ministración. Esto se deberá hacer con extremada delicadeza y discreción.

ACTITUD Y VESTIMENTA DE LOS UJIERES

La actitud del ujier es absolutamente importante. Algunos elementos importantes de esa actitud:

a) confianza en sí mismo y en el Señor

b) autoridad espiritual

c) simpatía
d) espíritu de servicio

e) humildad

f) paciencia

g) diligencia y dinamismo

h) mentalidad de excelencia

i) esprit de corps

Los ujieres deben ser puntuales, y estar en la iglesia con mucho tiempo de anticipación.

Los ujieres deben vestirse bien, mostrando que toman en serio su trabajo, presentando una cara elegante

y positiva de la iglesia.

Idóneamente, los equipos de ujieres deberán usar un uniforme, o vestirse coordinadamente. Esto no

siempre será posible o práctico, pero es muy útil.

Deben vestirse con modestia, tanto hombres como mujeres; pantalones no demasiado apretados,

camisas abotonadas apropiadamente, escotes adecuados.

Deben usar de higiene apropiada. Importante oler bien, estar bien peinados, usar de un enjuague bucal si

es posible, tener uñas limpias.

EL UJIER COMO EMBAJADOR

La recepción de las personas que asisten a la iglesia debe ser cortés y afable, con un balance adecuado.

No se debe ser demasiado simpático, ni tampoco demasiado serio. Se debe evitar tocar a la gente.

Algunos se sienten incómodos con este tipo de trato, particularmente las mujeres. El balance es

importante.

Una sonrisa agradable, un tono afable al saludar, una palabra de bienvenida, una mirada directamente a

los ojos—todo esto es absolutamente importante.


El ujier es la primera cara de la congregación, la fuente de la primera impresión que recibe la gente

cuando llega por primera vez a la iglesia. Se trata de una gran responsabilidad. Hay que estar siempre

consciente de este hecho, para mantener la actitud correcta en todo tiempo.

Muchos visitantes no tendrán ningún otro contacto con gente de la iglesia, excepto con el ujier cuando

entran. Ese hecho es extremadamente importante con respecto a si vuelven a la iglesia o no. Por eso

necesario que los ujieres se aseguren de saludar a la gente cuando llegan, sobre todo si no los han visto

antes, y hay una posibilidad de que sean visitantes.

VISITANTES ESPECIALES

Si el ujier discierne que algún visitante es un pastor, un predicador invitado, o que amerita algún

reconocimiento especial, es importante que alerte discretamente al ujier principal, o que notifique a alguno

de los pastores inmediatamente, para que se determine si se le debe dar una bienvenida especial, o si se

debe invitar a la persona a sentarse en un lugar preferencial por cortesía.

Nuestra iglesia recibe muchos visitantes de otras culturas y comunidades cada domingo. Representamos

a veces, sin quererlo, a toda la comunidad evangélica hispana. Por eso se requiere que estemos

especialmente alerta a esos visitantes que ameritan un trato especialmente cortés, pues en esas

ocasiones seremos representantes de toda nuestra comunidad. El ujier juega un papel extremadamente

importante en ese proceso.

Es de gran importancia asegurarse de que si se trata de un visitante de habla inglesa, o de otro lenguaje,

que en todo lo posible se le provea un audífono para la traducción. A veces será fácil identificar a un

visitante como extranjero, a veces no. Si tiene duda al respecto, peque del lado de exceso, y pregunte

cortésmente si la persona necesita traducción.

CONCERNIENTE A LA TRADUCCIÓN

Es de gran importancia que los ujieres estén muy alertas con respecto a este elemento de la traducción.

Resulta desagradable para el visitante angloparlante que vino porque se le dijo que había traducción, no

recibir un audífono. Podría interpretarse como descortesía o incompetencia de parte de nuestra iglesia.

Hay que estar muy alertas con respecto a esto.


Si no hay suficientes audífonos, notificar al ujier principal. En ocasiones, cuando hay muchos

angloparlantes, habrá que notificar al pastor principal para que se haga algún ajuste en el proceso de

traducción desde el púlpito.

Es muy importante recoger los audífonos al final del servicio. Si es posible contarlos. Sería bueno que en

cada servicio haya un ujier encargado formalmente de recoger, contar y guardar los audífonos, de manera

que haya un mejor control y menos pérdidas.

Es muy bueno cuando se le entrega a los visitantes una toallita empacada para limpiar los audífonos

cuando los reciben. Esto inspira confianza desde el punto higiénico, ya que tienen que ponérselos en los

oídos en la mayoría de las ocasiones. Eso quiere decir que alguien debe estar encargado de mantener un

suplido de esas toallitas, y asegurarse de que haya consistencia en la entrega de las mismas. De nada

sirve hacerlo un domingo y otro no.

LA UBICACIÓN DE LAS PERSONAS EN SUS ASIENTOS

Es de gran importancia acompañar a la gente a sus asientos en todo lo posible. Esta es una de las

funciones más importantes del ujier. En este aspecto, es de suma importancia que cada ujier muestre

gran dinamismo, iniciativa, energía y diligencia. El mero hecho de entregar una hoja de anuncios y saludar

a la gente no es suficiente. Es necesario facilitar lo más posible su ubicación de un asiento.

Esto se hace doblemente necesario en una iglesia como la nuestra, donde estamos muy constreñidos con

respecto a espacio, y donde la gente muchas veces tiene dificultad en encontrar asiento, sobre todo

cuando se trata de una familia con varios miembros, o acompañados de visitantes. Abandonar a la gente

a que se defiendan solos, como puedan, para encontrar asiento es una falta de responsabilidad de parte

del ujier.

Con respecto a visitantes, esto es de urgente importancia. El visitante generalmente se encontrará

desorientado e intimidado cuando entra a la iglesia. Si se ve obligado a moverse entre un mar de gente

desconocida para tratar de encontrar espacio, y si recibe un rechazo tras otro al tratar de sentarse—como

puede pasar frecuentemente cuando la iglesia está bien apretada—resulta ser extremadamente

desagradable. Ese tipo de experiencia negativa se debe evitar en todo lo posible. El ujier es la línea de

defensa número uno con respecto a esto.

DÍAS DE MAYOR ASISTENCIA


La función de los ujieres será especialmente útil cuando la iglesia está demasiado apretada, como suele

pasar con frecuencia. Aquí se requiere estar muy alerta, anticipar necesidades, moverse continuamente, y

ejercer doble paciencia. Se requiere, también, que los ujieres se comuniquen unos con otros, que

mantengan contacto visual entre sí y con el pastor.

Es de extrema importancia que cuando haya pocos asientos libres, los ujieres se muevan continuamente

a través de la iglesia para identificar con anticipación dónde están los espacios todavía disponibles, a fin

de que puedan llevar a los feligreses a esos lugares sin detenimiento o titubeo cuando estos lleguen.

Por razones de seguridad, es importante mantener los pasillos de los balcones despejados de gente y

objetos que puedan obstruir el paso o la libre circulación. Esto se hace muy importante en caso de un

fuego o alguna otra emergencia. Si hay gente parada sin razón en esos lugares estratégicos, se le debe

pedir con firmeza y cortesía que desalojen esos espacios, informándoles que se trata de reglamentos

establecidos por el departamento de bomberos de la ciudad.

Es de gran importancia que los ujieres notifiquen a la gente que tiene abrigos o carteras ocupando

asientos libres, que los quiten y ubiquen debajo del piso, o sobre la falda. Esto tiene que hacerse con

delicadeza y firmeza, balanceadamente. Debe practicarse una frase adecuada previamente, a fin de que

salga con naturalidad al emplearse.

Esto es muy delicado, y puede llevar a una situación de tensión y hasta conflicto, sobre todo con respecto

a gente rebelde y desagradable. Se debe decir las cosas con una sonrisa en todo lo posible, y empleando

un tono agradable, quizás en forma de pregunta (“Por favor, ¿podría aclarar esos asientos, para que

podamos sentar a un par de personas? Gracias, hermano.”)

A veces, habrá que pedirle a la gente que se desplacen hacia los lados para consolidar espacios. Esto

también puede resultar en tensión, así que hay que estar alertas al respecto, y emplear la forma más

cuidadosa y balanceada. Es aquí donde la oración previa en la casa y antes del servicio entre todo el

equipo, puede ser de gran utilidad para evitar y neutralizar esos momentos desagradables.

Como se puede ver, es de gran importancia que los ujieres sea gente dinámica, observadora, proactiva, y

enérgica, con un alto sentido de responsabilidad, que no le tema a usar su autoridad para mantener el

orden en la iglesia, y facilitar el mover del Espíritu en las reuniones.

SITUACIONES DE CONFLICTO O TENSIÓN


En ocasiones de tensión o conflicto, mejor buscar ayuda con un superior o un pastor si lo amerita la

situación. En otros momentos, quizás será mejor simplemente voltear la otra mejilla, evitando así una

escena desagradable que afee el ambiente, dé mal ejemplo a otros, especialmente visitantes, o que

contriste al Espíritu.

El ujier debe evitar en todo lo posible crear la impresión de ser prepotente, o de estar abusando de su

autoridad. En ocasiones, sin embargo, se requerirá de cierta firmeza, sobre todo cuando la seguridad de

las personas pueda verse afectada.

Hay que pedirle al Señor mucha sabiduría y discernimiento sobre cuándo ser firme y cuándo ser flexible.

De nuevo, es aquí donde la oración previa es de gran importancia para evitarnos conflicto, y para

proveernos de sana sabiduría, así como del Fruto del Espíritu, lo cual es tan importante para la función

del ujier.

CONTACTO VISUAL CON EL PASTOR A CARGO

Es muy útil que siempre haya un ujier, quizás el ujier principal, que mantenga contacto visual con el pastor

que está a cargo del servicio. Esto no será posible en todo momento del servicio. Pero es de gran ayuda

de vez en cuando mirar hacia el pastor para ver si necesita algo, o si desea comunicar algo a los ujieres.

De vez en cuando, inclusive, un ujier se puede allegar al pastor para preguntar si todo está bien, o si

requiere algo de parte de los ujieres u otra persona.

TIEMPOS DE MINISTRACIÓN

Durante tiempos de ministración regular, cuando el pastor le pide a la gente que pase al frente para recibir

oración después del tiempo de adoración, es importante que algunos ujieres pasen al frente para estar

disponibles en caso que se haga necesaria su intervención. Su presencia es útil, además, para guiar a la

gente a la ubicación apropiada, y evitar aglomeramiento o mal uso del espacio.

Los pasillos del santuario siempre deben mantenerse despejados durante los tiempos de ministración. Si

alguna persona está obstruyendo la circulación, se le debe informar cortésmente que es necesario

desalojar el espacio, o guiarla suavemente a la ubicación correcta.

Durante tiempos de ministración, la función de los ujieres adquiere una importancia extraordinaria.

Inmediatamente, que comienza este tiempo, los ujieres deben entrar en postura de alerta y actividad.

Algunos deben desplazarse inmediatamente hacia el frente, para facilitar la ubicación de la gente al
frente. Como el espacio es tan limitado, y a veces pasa mucha gente, debe haber por lo menos tres o

cuatro ujieres ayudando a la gente a compactarse, y sobre todo, a dejar los pasillos libres para que otros

puedan también pasar al frente.

En ocasiones, será necesario aclarar los asientos de adelante y pedirle a la gente que esté sentada en

esa sección que se mueva a otro lado, para que puedan caber todos los que acudirán al frente. Aquí es

bueno en todo lo posible consultar antes con el pastor, o con alguien de mayor autoridad, para asegurarse

que se proceda en una forma apropiada.

Durante tiempos de ministración, es importante que los ujieres se mantengan muy alertas, y en continuo

movimiento. Se deberán parar detrás de la gente si se está orando por ellos e imponiéndole manos, por si

acaso son tocados por el Espíritu y caen al suelo. Aquí, mantener la seguridad y el orden será muy

importante.

En el caso de hermanas que lo requieran durante tiempos de ministración, será importante tener

disponibles mantas para cubrirlas y mantener la modestia. Los ujieres deberán identificar con anterioridad

dónde están esas mantas, y emplearlas inmediatamente si fuere necesario. Es preferible que sean las

ujieres quienes cubran a las hermanas que lo necesitan.

A veces, personas que son tocadas por el Espíritu lloran suavemente, y es muy útil proveerles

discretamente un Kleenex para enjugar las lágrimas. Es bueno siempre tener un ujier encargado de

desempeñar esta función recorriendo el área donde está reunida la gente, distribuyendo los Kleenex a

quien los necesite. Esto se debe hacer con mucha delicadeza y discernimiento, determinando el momento

y la manera más apropiados de hacerlo.

FAMILIAS CON NIÑOS

Si vienen familias nuevas con niños, se les debe informar que hay clases para diferentes edades, y darles

direcciones sobre cómo llegar a los salones infantiles. Además, se les debe dejar saber a qué hora

comienzan las clases para niños—generalmente después del tiempo de alabanza. En algunos casos,

dados los múltiples pisos de nuestra planta física, quizás será necesario conseguir a alguien que

acompañe a la mamá hasta el salón infantil.

A veces los padres no quieren llevar a sus niños a los salones infantiles, particularmente durante su

primera visita, prefieren retenerlos en el santuario. Generalmente, no se debe insistir que los lleven a
clase. Sin embargo, si el niño se pone inquieto y comienza a molestar o a hacer ruido, se le deberá

informar delicadamente al adulto que hay clases disponibles para los niños, y que con mucho gusto

podemos acompañarlos hasta el salón adecuado. En ocasiones, este trabajo idealmente lo haría una

ujier, ya que es más delicado navegar ese momento potencialmente difícil de mujer a mujer.

RECOGIMIENTO DE DIEZMOS Y OFRENDAS

Cuando se acerca el tiempo de los diezmos y las ofrendas, los ujieres deben comenzar a prepararse y

posicionarse para acudir al frente inmediatamente que el pastor haga el llamado. Los cestos de las

ofrendas deben estar preparados con antelación, de manera que el recogimiento de los diezmos se dé

con la mayor eficiencia y solemnidad posibles. En el caso de nuevos ujieres, se les debe dar un

entrenamiento específico con anterioridad sobre cómo se lleva a cabo esta operación, a fin de que no

haya titubeos durante este momento.

Debe determinarse con anterioridad quiénes recogen todos los cestos de las ofrendas y los llevan al salón

de conteo. Nunca debe ir un solo ujier a llevar el dinero, por razones de seguridad y protocolo.

LA SANTA CENA

La Santa Cena es uno de los momentos más solemnes del calendario eclesiástico. Debe llevarse a cabo

sin titubeos ni errores marcados o visibles. Por eso, siempre deberá proveerse entrenamiento específico a

los ujieres sobre cómo desempeñar su función con respecto a este importante momento. Los ujieres

deben saber con seguridad dónde posicionarse, y cómo trabajar en equipo de un lado a otro de los

asientos para distribuir la Santa Cena con la mayor efectividad, solemnidad y rapidez posibles.

Los ujieres asignados para pararse al frente y tomar los elementos de la Santa Cena de manos del pastor

deben estar bien preparados para mover la mesa con los elementos a su lugar apropiado y quitar con

cuidado el mantel que la cubre. Deberán estar informados previamente del rol especial que van a jugar

ese domingo, y vestirse con el mayor cuidado posible. Debe ser gente espiritualmente madura, y conocida

por la congregación.

Al final del tiempo de la Santa Cena, los ujieres deben asegurarse de recoger los vasitos que queden en

los asientos, y desecharlos apropiadamente.

CONTEO DE LA ASISTENCIA
El conteo de la asistencia es de gran importancia para mantener estadísticas concerniente al crecimiento

y las fluctuaciones de la congregación. Se requiere, por lo tanto, que se lleve a cabo con la mayor

precisión y cuidado posibles. Por esa razón, lo más aconsejable es que siempre lo haga la misma

persona en cada turno, y que sea alguien detallista y cuidadoso en este tipo de operación.

De vez en cuando, por alguna razón extraordinaria, la asistencia el domingo puede reducirse

dramáticamente. En invierno, por ejemplo, domingos o sábados en los cuales se dan tormentas de nieve

pueden hacer estragos con la asistencia del domingo. En ese caso, la persona que toma la asistencia

deberá proveer algún comentario o aclaración en el papel del reporte, dejando saber la razón por la cual

hubo una asistencia más baja de lo usual. Esa información se incorporará a los récords de la iglesia para

futura referencia.

SITUACIONES DE EMERGENCIA

Idealmente, los ujieres deberán estar preparados para afrontar cualquier situación de emergencia que

pueda surgir durante un servicio. La directiva de los ujieres deberá proveer entrenamientos especializados

con respecto a situaciones específicas, tales como fuegos, falsas alarmas de fuego, personas atrapadas

en un elevador, o emergencias médicas.

Idealmente, algunos de los ujieres deberán recibir instrucción sobre primeros auxilios. Además, todos los

ujieres deberán saber dónde se encuentra el maletín de primeros auxilios, y poder identificar los médicos

en la congregación, y dónde estos se encuentran sentados durante los servicios, en caso de que sea

necesario acudir a ellos durante una emergencia médica.

UJIERES

Son muchas las razones por las que el ministerio de los ujieres es muy importante en la
iglesia.  Entre ellas están las siguientes: 

         En primer lugar, el ujier es a menudo el primer representante oficial


de Jesucristo que las personas ven al entrar en la casa de Dios. La
actitud positiva que el ujier comunica a los miembros de la iglesia y
a los amigos visitantes, ayuda a dar el tono espiritual, de confianza
y de reverencia en todo el servicio.
          El ujier podría ser el único contacto individual que la iglesia haga
con las personas durante su asistencia al servicio. Los
predicadores, maestros, cantores y músicos ministran a las
personas en grupos mientras que los ujieres ministran a las
personas de manera individual. Un saludo amable con una sonrisa,
una palabra de aliento dirigida por el Espíritu, puede ser lo más
importante que algunas personas reciban al asistir al culto.
Recuerden que las primeras impresiones son muy, muy, muy
importantes y muchas veces muy duraderas. 

         El ujier es la única persona cuyas funciones no pueden


reemplazarse ni omitirse. Puede omitirse la predicación en algún
culto, ha habido servicio sin alabanza, a veces se ha suspendido
una clase; pero no hay sustituto para el trabajo de los ujieres. Los
ujieres son importantes en toda clase de reunión de la iglesia. El
ujier ocupa un importante lugar de servicio en la iglesia, tanto como
ser maestro en una clase de Escuela Dominical, ser parte del Coro,
o cualquier otro lugar de responsabilidad. 

         La Biblia dice "Ahora bien, se requiere de los administradores, que


cada uno sea hallado fiel."  1Corintios 4:2. 

     El ujier que tiene un trabajo para hacer y lo hace lo mejor que
pueda según su habilidad, siendo fiel a su tarea, recibirá el mismo
grado de recompensa como un predicador o un pastor quien ha
hecho su trabajo fielmente.  La Biblia no requiere que tengamos
gran talento; sino que el talento que tenemos sea presentado y
rendido a Dios.

En el ministerio de Ujieres de La Iglesia Nueva Vida, nuestro objetivo es servir


a todos con el mayor esmero posible.

Desde el mismo momento que usted llega a Nueva Vida, nosotros le prestamos
atención y ayuda en el templo para que su visita sea agradable y usted pueda
concentrarse en adorar a Dios y recibir sus bendiciones.

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