You are on page 1of 20

Últimos días de la víctima" la novela de José P.

Feinmann

La novela Homónima de J.P. Feinmann - Paula Solimano


La primer novela de J. P. Feinmann sigue siendo objeto de análisis y una crítica al poder.
Publicada es una crítica en 1979, hacia el poder.

"Últimos días de la víctima" fue escrita en 1978 pero publicada en 1979 por Jose Pablo
Feinmann, en tres oportunidades se llevó al cine con elencos destacables.

Argumento

El argumento consiste en el deterioro del personaje principal, Mendizábal -un profesional del
crimen, metódico, implacable- quien recibe una orden: debe cometer un asesinato. La víctima se
llama Rodolfo Külpe, tiene entre treinta y treinta cinco años, vive en el barrio de Belgrano y
debe ser eliminado. Eso es todo. Al menos, todo cuanto se le informa a Mendizábal. Esa misma
noche, oculto entre las sombras, éste espera a Külpe durante varias horas, hasta que finalmente
lo ve llegar. Pero no lo mata. A partir de ese momento en que no cumple su trabajo comienza a
desarrollarse una obsesión por su víctima.

Pararelismo con Borges

Se puede realizar un paralelismo de análisis entre esta novela y el cuento "La Muerte y la
Brújula" de Jorge Luis Borges.

En primer instancia, los personajes tienen una relación de personificación, debido a sus
similitudes en la composición del personaje y la manera de proceder, más allá de que son
parapoliciales. En ambos se podría utilizar el dicho “todos los caminos conducen a Roma”,
debido a que se teje un laberinto alrededor de ambos hombres que pasan de ser Asesinos para
ser los asesinados.

Asimismo, estos personajes se anticipan a su destino y cuando descubren cuál es ya no pueden


eludirlo.

"La Muerte y la Brújula"

En "La muerte y la brújula", Borges, juega con pares de opuestos (simetría) que se
interrelacionan para conformar una totalidad que es representación del mundo tal como es
pensado y percibido por el mismo Borges. Estos términos opuestos se interceptan e interactúan
construyendo un laberinto (mental y real), representación tanto del tiempo, el día 3; como del
espacio, los cuatro puntos cardinales y haciendo hincapié en el sur, dentro del cual el propio
hombre intenta su búsqueda.

Simetrías con "Últimos días..."

En el caso de Feinmann observamos que esa simetría sucede en los diferentes indicios de los
sucesos que se desencarnarán entre Kulpe y Mendizábal. Esa simetría en la que comienzan a
convivir las cotidianeidades de estos hombres que terminarán por encontrarse cara a cara para
terminar diciéndose y actuando como él otro lo pensó. Lo concreto y lo pensado forman una
dicotomía que se resuelve en el final del cuento para dejarnos más suposiciones y dudas que
presición y lógica.
+ Info

• "Adiós, Fairy Oak". Argumento e historia


• Monster High, libros y juguetes estrella para esta Navidad
• Adiós a Saramago

Se puede advertir esta simetría en la novela de Feinmann que nos impacta al final con toda su
ironía.

Parodia

La utilización de la parodia tiene una necesidad al contexto social y cultural que se vivía en la
Argentina.

Feinmann comentó en una entrevista a Página/12, diario que estaba republicando sus obras, que
escribió esa novela para no pegarse un tiro, estaba muy deprimido por la situación política del
país. “La novela no era nada inocente para esos tiempos, pero los militares no se dieron
cuenta, por eso estoy aquí.”

Al comienzo, "Últimos días…" no iba a ser una novela policial negra pero Feinmann lo vio
necesario para explicar lo que estaba pensando. La elección del género y el recurso de la parodia
sirven para hacer una “denuncia” o expresar lo que en ese contexto social, cultural y político se
vivía en Argentina.

Transtextualidad

"Últimos días de la víctima" es una suerte de testimonio contra el poder, y a su vez le responde
matando en su nombre; por consecuencia, podemos concluir comentando que la narrativa de
esta historia nos cuenta en detalle ciertos aspectos oscuros que existían en un determinado
momento negro de nuestra historia argentina, el cómo pudo haber existido tanto terror de Estado
dentro de una guerra que se la declaraba “legal” en perseguir a todos aquellos que estuvieran en
desacuerdo de participar a favor de un orden moral establecido.

Lo que no podía expresar directamente y lo llevó a usar un recurso como parodia de lo que se
vivía. Los ambientes oscuros, lúgubres y depresivos son un factor prescindible para explayar el
ánimo y como recurso del escenario dramático.

Relación con el poder

Feinmman describió a su novela homónima: “Es un testimonio contra el poder, un parapolicial


que mata al servicio del poder”.Esta afirmación se refleja en la violencia de los diálogos entre
los personajes relacionados al “poder”.Lo importante para el autor no es la resolución del
misterio, sino reflejar el destino simétrico y predeterminado del protagonista derrotado, por la
edad quizás, por las amenazas del poder, ese personaje que busca la verdad, saber quién es
Külpe y por qué quieren matarlo. Y en esa búsqueda encontrará su destino.
Leer más en Suite101: "Últimos días de la víctima" la novela de José P. Feinmann
http://www.suite101.net/content/ultimos-dias-de-la-victima-la-novela-de-jose-p-feinmann-
a30332#ixzz1DOf7z8sP

Peronismo I
José Pablo Feinmann

El peronismo atraviesa la historia argentina desde la mitad del siglo XX y todavía nadie puede
definirlo de manera unívoca. José Pablo Feinmann militó en el peronismo de izquierda de la
Facultad de Filosofía y Letras en los años 60 y siguió acompañando ese movimiento hasta que,
muerto Perón, este viró hacia la derecha represiva de la Triple A. Desde entonces, ha sido
testigo privilegiado de los diferentes momentos y las diversas caras de este fenómeno único, tan
idolatrado por unos como demonizado por otros.
¿Qué es el peronismo? Pareciera que no tiene definición posible o certera porque siempre
muestra una arista más y vuelve a escurrirse. En esta obra ambiciosa, desmesurada –el primer
tomo va de 1943 al primer regreso de Perón, en 1972–, consigue por fin mostrar en toda su
complejidad y dramatismo los grandes momentos que cambiarían la historia argentina.
Feinmann es el único que podía escribirlo con tanta lucidez y legitimidad.
Peronismo es un libro apasionado y estremecedor. También escalofriante e hipercrítico. Sin
rehuir la polémica o la controversia, echa luz sobre una historia tan oscura como vital, tan
fascinante como trágica: hace pie en la feroz proscripción del peronismo y finalmente
desenmascara a Perón por su participación en hechos aberrantes. Pero no sólo es crítico con
Perón. Todas las máscaras caen. La Argentina queda a flor de piel, sin excusas.
También cae la máscara del autor, quien insiste en afirmar una verdad de la microfísica: el
experimentador forma parte del sistema experimental. Vibrante y desgarrada, es la máxima obra
de José Pablo Feinmann hasta el presente. Acaso, el tiempo lo dirá, debamos dedicarle un lugar
en nuestras bibliotecas en el que –también hasta hoy– sólo a un libro habíamos reservado.

“Un fresco de la cultura política argentina contemporánea, una historia de vida, una biografía
intelectual-filosófica, un folletín trágico, un conjunto de diálogos teatrales... el ensayo, el
diálogo, la meditación, todos géneros clásicos, están ahí. Verdadera pintura de época, con partes
propias del tratadista y un dolor interno muy intenso.”
Horacio González.

REPORTAJE A JOSE PABLO FEINMANN


“El peronismo no tiene ideología”
Polémico, irónico, lúcido y sin pelos en la lengua, el filósofo y escritor analiza al peronismo y a
este gobierno. Por qué, en un principio, fue seducido por el proyecto kirchnerista. Qué les critica
ahora. La crisis del campo. Populismo, capitalismo y utopía. Por qué irrita el estilo de Cristina.
El papel del periodismo. El escenario “golpista” que trata de imponer el discurso oficial. Los
errores del Gobierno y los métodos de la oposición. Una charla imprescindible.
Por Jorge Fontevecchia

—¿Qué es el fascismo?
—Primero sería interesante no diferenciar excesivamente el fascismo del nacionalsocialismo,
pero diría que el fascismo, como el nacionalsocialismo, como el stalinismo, como la Revolución
cubana, tienden a una intervención del Estado en la economía, con lo cual empiezo concediendo
mucho. También el liberalismo interviene en la economía, pero, esos movimientos se
fundamentan en el Estado, y en el fascismo el Estado se encarna en una persona a la que se le
rinde culto y organiza la sociedad de acuerdo a la visión que de ella tiene. Eso sí es fascismo
porque prohíbe a los otros dar su versión de la sociedad. En el caso de la izquierda o del
marxismo, tal como se explicitó en la Unión Soviética, también ocurre algo muy similar, hay un
partido de vanguardia que tiene la doctrina marxista transformada en dogma y una figura
ejemplar, Stalin.
—En esa polémica con Filmus Ud. escribió que “‘los negros’ son el ‘problema’ que aqueja
a los porteños”. ¿Los porteños de clase media son racistas?
—Así es. Son racistas, son homofóbicos. Hay una enorme cantidad de porteños... Vi en un
programa de televisión a un tipo que manejaba un Renault 12 y, como tantos argentinos, dijo
“hay que matarlos a todos”. La frase “hay que matarlos a todos” es típica de la clase media de
derecha. Se soluciona con matarlos a todos, echarlos a todos, hacerlos desaparecer a todos…
—¿Lo que la dictadura interpretó literalmente?
—Claro, literalmente. Pero lo que se pedía con los militares era “queremos vivir tranquilos”.
—Matarlos simbólicamente.
—Matarlos simbólicamente.
—¿Sacarlos de la capital?
—Sí. Con el golpe militar lo que pedían era tranquilidad, basta de muertos. Ahí la gente sabía
que mataban también las bandas de derecha y las bandas de izquierda, porque en ese momento
había bandas realmente.
—¿Al pedir que sacaran tanto a las bandas de izquierda como las de la derecha la cuestión
no era la ideología sino la seguridad?
—Que sacaran a los aparatos armados. Y para eso visualizaban al Ejército como el único que
podía poner orden. Cuando hay un enfrentamiento tan feroz y se le pide al Ejército que ponga
orden, se está pidiendo que mate.
—Nuevamente, ¿mate en sentido simbólico o literal?
—Los militares tenían esto decidido por su cuenta. Desde septiembre del ’75 tenían armados
campos de concentración, la ESMA ya se estaba preparando. El golpe de 1976, sobre todo,
quiso terminar con la Argentina peronista. Con esto quiero decir la Argentina intervencionista,
populista, que concede demasiado. El peronismo fue el problema insoluble de la Argentina
desde el 55, nadie lo pudo solucionar, ni siquiera Perón derechizándose excesivamente pudo.
Entonces, vinieron estos militares y dijeron “acá no hay medias tintas, hay que liquidar a una
generación entera y meter tanto terror en la sociedad como para que no vuelva”. Y volvió el
peronismo, pero muy amigable de la derecha, con muy buenos modales, y malos a la vez,
porque lo hacía Menem, que, como decía Manuel Cané del bruto enriquecido, entraba a los
salones tropezando con los muebles.
—El peronismo siempre despreció a la clase media. En los países desarrollados, la clase
media es la mayoría del país. Si el peronismo lograse el desarrollo, la equidad y la mejor
distribución que proclama desembocaría en una sociedad con pocos pobres y mucha clase
media, ¿no debería preocuparse por representar también a la clase media porque, de tener
éxito, se quedaría sin votantes?
—Es lo que está pasando ahora. La clase media ahora está muy bien y es antiperonista. No se
había visto en mucho tiempo un antiperonismo tan virulento como en estos días. Así que a su
diagnóstico yo lo firmo, me parece brillante. La clase media, enriquecida por el peronismo se
vuelve antiperonista porque se siente oligarca, entonces, cómo no ser antiperonista.
—Personas con altos recursos hay en todos los países, incluso en los países más pobres y a
veces hasta en mayor proporción. Personas con menos recursos también hay en todos los
países, incluso en los más ricos, donde también aplican asistencialismo. Lo que hace a un
país desarrollado es que la mayoría de las personas sean de clase media.
—Lo que tiene que hacer un líder populista es tratar bien a la clase media, no puede perderla.
Lo grave que le está pasando a este gobierno es que a la clase que más ha hecho subir en nivel
económico y social la está perdiendo porque esa clase encuentra en el peronismo algo que nunca
le agradó: el mal gusto. Esa clase además, en la medida en que trepa, empieza a comprar
mejores vinos, a vestirse mejor, a desarrollar el gusto, va a los mejores espectáculos, empieza a
viajar, cada vez se siente más alejada. Piqueteros, cacerolas, la lucha es una sola, chau, ya nos
olvidamos de eso. Cada vez se siente más alejada de las clases bajas y más cerca de las altas, y
un tipo de clase media que tiene cierto nivel económico quiere ser un tipo de clase alta, o por lo
menos ir a los lugares de la gente de clase alta. Con lo cual al gobierno que le ha posibilitado
eso comienza a verlo como un gobierno de corruptos, de ordinarios, de ladrones, de gente de
mal gusto, de peronachos que favorecen a los gronchos.
—¿Precisa el peronismo un líder que lo reconcilie con la clase media?
—Es el gran desafío de todo gobernante en la Argentina. Si yo me pongo a gobernar,
supongamos que soy su vicepresidente, y le damos a la clase media un nivel… Bueno, pero
nosotros somos blanquitos…
—Usted dejó de ser peronista y yo no lo fui nunca, así que no servimos. Mi temor es que el
peronismo crea que le conviene mantener una “adecuada” combinación de pobres con
clase media, siempre con mayoría de pobres, para que de esa tensión extraiga su
justificación y garantía de continuidad.
—No siempre es tan mecánico, ningún proceso puede ser descrito así. Quizá a partir de cierto
momento, a Cristina empiezan a quererla un poco más. Cuáles serían las condiciones para que
Cristina fuera más aceptada por las mujeres, que, en primer término, son tremendamente
machistas en la Argentina, y después por los hombres, que se sienten agredidos por ella porque
se trata de una mujer inteligente, algo que el hombre no acepta y que la mujer tampoco. Una
mujer inteligente es de por sí agresiva. Las mujeres no nacieron para ser inteligentes, eso es lo
que piensan. Cristina habla bien y, como dice Beatriz Sarlo, coloca muy bien los verbos. En la
radio, muy pocos locutores colocan bien los verbos. La inteligencia siempre agrede y Cristina,
no sé si es muy culta, pero es muy inteligente. Si le quitara algo de vehemencia a su discurso,
quizá le está faltando un toque de feminidad, pese a que le reprochan las extensiones, las
carteras... un toque de ternura, de dulzura.
—El machismo es un signo antiguo, el conservadurismo también lo es, por lo que el
chileno difícilmente podría ser menos machista que el argentino. Si en otros países hay
presidentas mujeres que son inteligentes, y no agreden, no debe ser la inteligencia el
elemento que produce esta irritación, como usted marca.
—Por eso le digo que Cristina debe sumar a su capacidad de colocar bien los verbos un toque de
suavidad, de delicadeza, de feminidad. Se la nota crispada, agresiva, y eso puede ser que irrite.
Ahora, haciendo un balance, y que no me llamen cristinista por esto, a mí me deslumbra que por
primera vez un presidente de la República hable sin papeles, piense mientras habla y va
elaborando su discurso, no le tiene miedo a hablar en público sin tener nada preparado. No hay
presidente que haya hecho eso.
—¿A quienes canonizaban la alta literatura Ud. les reconoce talento?
—Aclaro algo. La historia tiene encuentros con objetos de la cultura que los dinamita y los
potencia enormemente. Durante los 80 se impuso, en la academia argentina y en la
norteamericana, el deconstructivismo, el giro lingüístico, la filosofía posestructuralista, y es en
ese entorno donde Ricardo Piglia deja caer su novela Respiración artificial, que fue el encuentro
de una novela con el auge de una teoría. Yo la había leído y me había gustado muchísimo.
Ahora, cuando se produce el fenómeno que desborda de canonización, empecé a preguntarme si
era para tanto, y lamentaba tener que preguntarme eso porque me daba cuenta de que lo hacía
por lo desaforado que ocurría afuera. Sigo diciendo que esa novela me gusta, pero, ¿es el
Ulises?
—En 1975 los países desarrollados concentraron el 66% del producto bruto mundial, en el
2005 pasaron a concentrar el 49% y las proyecciones indican que en 2050 concentrarán el
22%. No porque los países desarrollados vayan a ser más pobres sino porque los países
emergentes pasaron de participar en 1975 del 34% del producto bruto mundial al 51% en
2005 y se estima que representarán el 78% de la economía mundial en el 2050. Sólo los
países del llamado BRIC (Brasil, Rusia, India y China) del 13% del producto bruto
mundial que representaban en 1975 pasaron al 27% en 2005, y alcanzarán el 44% en
2050. Inglaterra, Francia e Italia ya están dejarando de ser parte de las seis mayores
economías del mundo, desplazados por China, India y Brasil.
—O sea que estamos llegando a un mundo donde ya no habría países centrales, porque no
habría periféricos. Los periféricos se transformarían en centrales, con lo cual la noción de
centralidad desaparecería. Tendríamos un socialismo universal, o una comunidad universal de
países igualitarios entre sí. Eso es una utopía, perdóneme…
—¿Es o no es peronismo con derechos humanos?
—Sí, sí. El problema es que Kirchner ha anunciado que va a juzgar a todos, y si juzga a todos
no sabemos dónde se va a detener. El peronismo tiene un gran temor, por eso salió esa pintada:
“No jodan con Perón”. Porque si se empiezan a analizar los crímenes de la Triple A, habrá que
joder con Perón, pinten o no los matones. Por el lado del peronismo, van a llegar a Perón. Y por
el otro lado, no sé dónde van a llegar. Van a llegar, digamos, al sector civil. A Martínez de
Hoz… Ahí tenemos tensión por los dos lados. Una cosa peligrosa que no se sabe dónde se va a
detener, y así como va a caer Perón del lado peronista van a caer otros del otro lado, y va a
haber una sangría que el ejército no va a permitir, y muchos medios tampoco, y muchos
hombres políticos tampoco. Por eso hoy hay una enorme resistencia.Y me interesa mucho que el
peronismo de los derechos humanos se meta con Perón. Yo estoy a favor de la investigación de
la Triple A. Y si hay que llegar a Perón, que se llegue. Es más: aunque no lleguen a Perón,
Perón tuvo una enorme responsabilidad en la Tripe A. Voy a citar una vez más una nota genial
de Barcelona: “Perón era un hombre muy distraído. A su lado, armaban una organización, un
escuadrón de la muerte, pero él era muy distraído y no se daba cuenta”. Lo toma todo así,
irónicamente. Cuando Perón da un discurso y dice: “Hay gente que me propone armar
escuadrones de la muerte”, en la JP, porque yo estaba en la JP de superficie, y nos
aterrorizamos. Porque pensábamos que si alguien le propone escuadrones de la muerte, es que al
tipo lo tiene al lado. Y sabíamos que era López Rega. Perón no podía desconocer lo que estaba
armando López Rega. Y Perón no podía desconocer el currículum de Villar. Villar fue un tipo
formado por los paracaidistas franceses y perfeccionado en la Escuela de las Américas en
tortura. Y lo pone como jefe de la Policía Federal.
—¿Kirchner lo hará?
—Yo no puedo decirlo. Creo que si empieza la investigación de la Triple A van a llegar a
Perón. Kirchner no lo va a poder frenar. Y se va a armar un batifondo en el peronismo, porque
tocarlo a Perón va a ser… va a caer un ídolo.
—¿No es utópico? Porque el apoyo del kirchnerismo es el peronismo, es Moyano…
—Sí, pero si piensan que van a poder frenarlo… Usted sabe cómo son los jueces. Hay jueces
que con tal de lucirse lo van a juzgar a Jesucristo. El juez que libre una causa contra Perón como
responsable intelectual de las acciones de la Triple A se transforma en un Garzón argentino.
—Usted elogió la frase de Cristina Kirchner “piquetes de la abundancia”. Escribió que se
trataba de “algo impecable, de una enorme justeza”. ¿No le parece que se le fue la mano?
—No, si usted ve a la gente que salió a cacerolear, es la gente de la abundancia.
—No dijo cacerolazo, ella dijo piquete de la abundancia.
—Creo que sí, es piquete de gente con dinero, que tiene camiones para ponerlos en las rutas.
¿Usted vio los asados con costillares que se hacen en la banquina? Son bastante impresionantes.
—Usted escribe mucho y sobre temas muy variados, ¿esa incontenible pulsión por escribir
no lo lleva a cometer errores, a ser superficial o a generarse conflictos permanentes e
innecesarios para un intelectual?
—No, es el sentido de mi vida, ni más ni menos, es lo que me permite tolerar todo lo demás.
Tolero al mundo porque escribo.
LITERATURA

La ficción, antes y después de 1976

Los libros, se sabe, no siguen los mismos períodos que la política: empiezan a ser escritos
mucho antes de que se los conozca y su publicación establece una cronología
dudosa. Sarlo recorre aquí los textos y autores que señalaban, ya antes de 1976, la
emergencia de algo nuevo, una exploración estética y política inédita hasta
entonces. La eficacia de la dictadura —afirma Sarlo— no ha sido tanto la de
silenciar por completo a esos autores, sino la de cortarles la posibilidad de circular
y ser leídos.

BEATRIZ SARLO. CRITICA Y ENSAYISTA.

Los años anteriores al golpe de estado no fueron, para la literatura, solamente una antesala del
porvenir, donde cada uno esperaba lo inminente y ocupaba el tiempo preparándose para un
hecho que iba a ser tan terrible como duradero. Después de treinta años llegó el momento de
evitar estos anacronismos. No es sencillo: el anacronismo es un rasgo de la mirada sobre el
pasado, ya que una historia sin anacronismo es utópica; pero es engañosa la hegemonía de una
memoria que cree recordar y, en verdad, recuerda poco.

La literatura no está soldada a las mismas periodizaciones que la política. Los libros comienzan
a ser escritos mucho antes de que se los conozca y su publicación establece una cronología
dudosa; los libros vienen de más atrás y siguen escribiéndose secretamente porque, respecto de
la realidad, no tienen el deber del periodismo o de la crónica.

La literatura no se inclina con una disciplinada simultaneidad frente a los acontecimientos de la


radicalización política, el terrorismo de estado comenzado por la Triple A, el golpe y la
inmensidad de la represión.

Sin duda, los acontecimientos presionan sobre la literatura; el verbo "presionar" describe bien la
relación de aceptación y rechazo, de persistencia de lo anterior y emergencia de lo nuevo que
caracteriza las relaciones entre el arte y la historia que le es contemporánea. Excepto en el caso
de libros filibusteros, que salen a la captura del presente con espíritu de aventura o de lucro, o
de autores impermeables a los ritmos de lo actual que borran cualquier huella del presente. Es
ilusorio periodizar la literatura como si se tratara de mensajes típicos de los medios donde todo
deriva de las consignas del momento y los cambios no responden a necesidades estéticas sino a
una gestión industrial de lo simbólico.

Rodolfo Walsh

En 1974 o 1975, no era posible prever la magnitud del impacto de la "Carta Abierta a la Junta
Militar" de Rodolfo Walsh, de marzo de 1977, en primer lugar porque la prensa —entre otros, el
diario La Opinión leído por la izquierda intelectual y política—, cuando aludía al futuro golpe lo
presentaba como una intervención que vendría a ordenar la violencia de esos tiempos y no como
una irrupción asesina radicalmente nueva.

La carta de Walsh ("quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos") no se
anunciaba y su escritura fue un acto de imaginación estratégica y no sólo de coraje desesperado.
Su difusión masiva tuvo lugar varios años después, cuando dejó de circular como un samizdat
para convertirse en una de las piezas de la consagración póstuma de su autor, consagración que
no replica el lugar que tenía en los años setenta sino que lo magnifica de modo inesperado en
aquel entonces, sobre la base de cambios políticos, pero también sobre la base de cambios en los
gustos literarios, cuando el non fiction deja de ser un género del periodismo para convertirse en
un género de la literatura.

Sin duda, Ricardo Piglia ya era fanático de Walsh en los setenta, pero el lugar de Walsh (que
hacía varios años que no publicaba un libro completamente nuevo) no era el que hoy ocupa. Y
comienzo por Walsh ya que, visto después de treinta años, parece el escritor emblemático de la
radicalización política que precedió al golpe de estado. Walsh había publicado Quien mató a
Rosendo en el periódico de la CGT de los Argentinos en 1968; ya habían pasado algunos años y
su actividad se había convertido en fundamentalmente política.

La recolocación de Walsh después de 1984 tiene tanto que ver con la ideología (la
reivindicación y el homenaje a los militantes asesinados) como con el giro que en la universidad
tienen los estudios de literatura argentina. Evitar el anacronismo, en este caso, es pensar en un
campo literario donde todavía Walsh no era para todo el mundo el modelo inigualable del
revolucionario y del escritor que atravesaba todos los géneros. Y no lo era, en primer lugar,
porque Walsh fue peronista y eso lo enfrentó con muchos de la izquierda revolucionaria.

Culturas literarias

Una lista corta de lo que circuló en Buenos Aires (sería demasiado optimista decir en la
Argentina) poco antes de que se desatara la represión, permite pensar por dónde andaba la
literatura en esos años. Yo el Supremo, publicado en 1974, fue el hecho editorial y crítico del
año. Se leyó esa novela de Roa Bastos con el aparato conceptual que la crítica literaria ya había
difundido y se la consideró la "verdadera" novela de dictador, colocándola en un escalón
distinto (más elaborado estéticamente) que la clásica de Gabriel García Márquez. Era la
demostración de que una literatura muy sofisticada podía hacerse con el tema del poder y del
discurso del poder.

Un año antes, un prólogo de Ricardo Piglia presentaba El frasquito de Luis Gusmán como la
revolución dentro de la literatura (esa revolución a la francesa, originada en la revista Tel quel,
que cruzaba versión simbólica de la teoría marxista del valor y psicoanálisis). En la misma ruta
de exploración vanguardista, expuesta por la revista Literal de la que formaba parte, Gusmán
publicó Brillos en 1975 y Cuerpo velado en 1979. Ese camino había sido recorrido (si no
inventado) por Osvaldo Lamborghini, el escritor que continuó siendo leído en secreto durante
toda la década del setenta y se convirtió en "partido estético" en los ochenta.

Hacia el final de la dictadura aparecen los primeros libros de Fogwill: poemas y los cuentos de
Mis muertos punk (1980), y de César Aira, que en 1975 había publicado un Moreira
curiosamente contemporáneo a Kincón de Miguel Briante, que también se conoció ese año; por
su parte, Ema la cautiva es de 1981. Desde ese mismo comienzo de los ochenta, tanto Aira
como Fogwill son un polo provocador de una discusión literaria. Las fechas y los libros se
mencionan para señalar que eso sucedió después del golpe de estado pero antes de la transición
democrática.

Volviendo a los años anteriores al golpe. En 1975, se publicó Mascaró de Haroldo Conti, que
desapareció pocos meses después y cuya figura hoy es más borrosa que la de Walsh. Mascaró
fue la apuesta latinoamericanizante de Conti, que su obra anterior no anunciaba. En ella, se
puede leer el movimiento de un escritor bajo la presión de una época. La radicalización parecía
corresponder con el intento de Conti de inscribir su última novela en el espacio del realismo
mágico considerado en ese momento como la estética del escritor que de manera emblemática
apoyaba la revolución cubana, García Márquez. Ese tipo de ficción exuberante no le venía bien
ni a la escritura ni a la sensibilidad de Conti; sin embargo, la opción muestra el modo en que los
sucesos políticos operan sobre un escritor, torciendo incluso un programa estético de varias
décadas. Pero si Conti activó la presión de lo ideológico sobre la literatura, otros casos señalan
en direcciones opuestas,

Para poner otro ejemplo, en los años setenta Andrés Rivera era un escritor casi secreto. Cuando
José Luis Mangieri publicó Otra lectura de la historia en 1982, ese libro fue leído por los muy
pocos que recordaban su literatura militante de los años sesenta. No sólo por las condiciones de
dictadura, sino porque Rivera no había encontrado ni la manera que repite hasta hoy, ni el
público que la aprobó junto con la crítica a fines de los ochenta.

Hay escritores como Héctor Tizón que salen de la dictadura hacia una consagración
relativamente tardía, como si el exilio o una preparación silenciosa hubieran marcado los años
que van entre Sota de bastos, caballo de espadas de 1975 y La casa y el viento de 1984. Hay
autores que transforman su literatura: Osvaldo Soriano dejó la Argentina con Triste, solitario y
final, su novela graciosamente nostálgica, para encontrar en el exilio la forma policial populista
de la Argentina. Como se ve, podrían multiplicarse las persistencias, los pasajes y las
transformaciones. Los ejemplos muestran que las cronologías y los panoramas sostenidos por
una sucesión lineal de libros aparecidos son muy pobres para captar lo que efectivamente estaba
sucediendo.

En ese sentido, mucho más significativo del clima de los años anteriores al golpe es la revista
Crisis, cuya circulación alcanzó varias decenas de miles de ejemplares. Para un público
radicalizado tanto en la versión peronista como en las versiones cubano-vietnamita-
tercermundistas, en ambos casos con un fuerte ingrediente de populismo, Crisis representaba la
literatura, las ideas y el arte (comenzando por su diagramación). En un período en que los
medios audiovisuales todavía no eran todo, la influencia de Crisis era más profunda de lo que
puede influir hoy una revista cultural relativamente masiva.

Circulación: adentro y afuera

Esto sucedía en 1975 y se cortó abruptamente durante la dictadura, lo cual prueba que a los
gobiernos autoritarios les resulta mucho más sencillo detener por completo la difusión de una
ideología y una estética que impedir que los escritores sigan escribiendo sus ficciones, incluso
en las peores condiciones y soportando riesgos. Y, por eso mismo, cuando termina una
dictadura no es obligatoria la emergencia de nuevas grandes obras, sino más bien la difusión de
aquellas cuya circulación abierta había sido peligrosa o prohibida: Puig, ausente de la Argentina
en los setenta, avanza en los ochenta hacia un reconocimiento definitivo.

En cambio, la eficacia de una dictadura está en cortar la posibilidad de comunicación de esas


zonas de la divulgación estética representada por las revistas que se vuelven semiclandestinas o
completamente secretas.

Durante la dictadura, el campo intelectual y literario quedó partido en dos: en la Argentina y en


el exilio. El trabajo por hacer sobre lo que se escribió en un lugar y otro podría responder a la
pregunta de si se escribe de manera diferente en condiciones de dictadura que en condiciones de
libertad intelectual. La obra de Saer no muestra ese quiebre: en 1980, apareció en México Nadie
nada nunca, el mayor trabajo cifrado sobre los asesinatos realizados por los militares. Nada
exterior impedía que Saer, radicado en Francia, narrara de un modo directo esos hechos. Si
eligió una cifra fue por dos razones: por un lado, la esperanza de que ese libro pudiera circular
en la Argentina; por el otro, la lógica interna, estética, de su literatura. Si en 1987, Glosa es
menos enigmático, no es, sin embargo, una representación realista de la violencia de los años
setenta.

Juan Carlos Martini escribió una obra fuertemente alegórica en España, donde podía optar por
otras formas, menos herméticas, de representación; se trata de La vida entera, publicada en
1980. Las razones de la represión y las de la literatura no se cruzan siempre en el mismo punto.
Piglia publicó Nombre falso en 1975. Están allí sus mejores relatos y el libro se volvió casi
invisible, salvo para un grupo de lectores, durante los primeros años de la dictadura, hasta que,
en 1980, Respiración artificial puso a Piglia en la primera línea: fue el libro esperado, la cifra
de la violencia argentina, según se dijo de inmediato. La novela era cifrada en su representación
de la desaparición y la censura porque iba a circular en la Argentina gobernada por los militares;
pero enseguida se vio que lo era porque ese fue el camino que Piglia iba a seguir también en
condiciones de democracia.

Separarse de la representación realista fue no sólo una forma de escribir durante el gobierno
militar, sino una decisión independizada de los avatares de la política. En cambio, la lengua
costumbrista directa de Flores robadas en los jardines de Quilmes, publicada en la Argentina
en 1980, hizo que la novela de Asís repercutiera como la novela otra, diferente del manifiesto
crítico y nueva interpretación de lo nacional escrito por Piglia. Todo sucedía en los últimos años
de la dictadura y hubo debate abierto en las revistas culturales del underground.

Lo que persiste

¿La política o la represión dejan entonces pocos rastros? Sería estúpido afirmar esto. Urondo,
Walsh, Conti, fueron asesinados, David e Ismael Viñas, León Rozichner, Noé Jitrik (es decir los
escritores que comenzaron en Contorno) fueron al exilio. Escritores como Juan Gelman y Pedro
Orgambide, de la dirección política del peronismo revolucionario, escaparon de la muerte.
Cortázar y César Fernández Moreno denunciaban en París y eso repercutía en Occidente.
Sobrevivir en la Argentina fue una aventura peligrosa para muchos.

Sin embargo, lo que comenzaba a suceder en el inicio de los setenta no se interrumpió: la crítica
al realismo de la representación, la difusión de nuevas teorías sobre la literatura, la llegada de
Benjamin y los formalistas rusos, el uso estético y vanguardista de Lacan o de la teoría marxista
continuaron pese a la dificultad de conseguir los textos en condiciones de persecución y
clausura. De manera paradójica pero explicable, la gloria póstuma de Borges, su reinado, se
estableció y se generalizó bajo los militares y, sin sobresaltos, se consolidó durante la transición
democrática. Lo que se discutió en arte y literatura a la salida de la dictadura responde a un
campo de problemas que no se inscribe en una nueva conversación, sino que se dibujó a fines de
los setenta, cuando no antes.

En cuanto a la difusión de libros en Argentina, un caso ejemplar no debería olvidarse: el Centro


Editor de América Latina, dirigido por Boris Spivacow, siguió publicando libros y fascículos
para quioscos. Miles de ellos fueron incinerados por la policía que, con lanzallamas (como lo
muestran algunas fotos), debió combatir durante horas la resistencia al fuego de las montañas
compactas y húmedas de papel impreso.
Peronismo José Pablo Feinmann la línea Mayo-Caseros encarna lo
Filosofía política de una más
obstinación argentina puro y noble de la patria, no hay
Suplemento especial de diálogo
PáginaI12 posible con los herederos de la
31 Operación Masacre línea histórica
WALSH, EL NARRADOR de los déspotas de la primera y la
DE LOS HECHOS La violencia del segunda
9 de junio de 1956 tiranía. Y algo más, definitivo:
debe entenderse –entre otras castigo
cosas, ejemplar, escarmiento.
pero en un plano central– como Lo tenemos a Walsh preparado
una consecuencia del para narrar la
desplazamiento historia del 9 de junio. “Ésa es la
de Lonardi por Aramburu. historia que
Cuando los subordinados que escribo en caliente y de un tirón,
cargan para que no me
armas saben que en la cúspide la ganen de mano” (Walsh, Ob. cit.,
que ganó es el p. 20). Hace
ala dura, los gatillos se vuelven muchos años, en los comienzos
fáciles. del ‘84, en el
Lonardi, que proponía el diálogo retorno de la democracia, hablaba
con el con dos
peronismo, no hubiera abierto el escritores, dos colegas del arte de
paraguas la soledad, y
político que pudiera dar cobertura veíamos el endiosamiento que se
a los venía alrededor
asesinatos de junio, Aramburu sí. de Walsh. Uno de ellos dijo algo
Una política cierto: que no
de diálogo erradica la violencia, había que perder de vista que era
porque no la un tipo alegre,
alimenta el odio ni la venganza. jodón, que le gustaba el ajedrez,
Fueron estas trazar mapas,
dos características las que imaginar la búsqueda de El Dorado
ganaron al perder y que con
Lonardi. Rojas fue el que se Operación Masacre pensaba
encargó de trazar ganarse el Premio
la línea Mayo-Caseros. Colocaba al Pulitzer. Lo cual era cierto.
peronismo También en “Esa
en la “barbarie”. Aramburu hizo lo mujer” el protagonista lo tienta al
que hizo Coronel con
siempre el liberalismo con los los beneficios de publicar la
bárbaros: historia que sólo él
atacarlos sin piedad. Si es sabe y guarda como una tumba.
necesario, como El periodista dice:
tantas veces lo fue, liquidarlos. “–Hay que escribirlo, publicarlo.
Este es el –Sí, algún día.
encuadre político-conceptual de Parece cansado, remoto.
los episodios –¡Ahora! –me exaspero–. ¿No le
del 9 de junio: mano dura, preocupa la
peronismo=barbarie,
historia? ¡Yo escribo la historia y algo de lo que va a pasar, sin
usted queda contárselo, para
bien para siempre, Coronel! meterle la intriga, tironearlo para
La lengua se le pega al paladar, a que siga. Un
los dientes. recurso clásico sería: “Se
–Cuando llegue el momento... despidieron en la
usted será el esquina de Superí y Monroe. No
primero... volverían a
–No, ya mismo. Piense. Paris verse”. ¿Por qué? ¿Alguno de los
Match. Life. dos va a morir?
Cinco mil dólares. Diez mil. Lo que ¿Lo van a matar o simplemente se
quiera”. va de viaje?
(Rodolfo Walsh, “Esa mujer”, en Además, si no vuelven a verse,
Perón vuelve, ¿cómo se resuelve
Compilación de Jorge Lafforgue, el lío en que están metidos? Y el
Norma, 2000, lector da vuelta
Buenos Aires, P. 135.) la página y sigue adelante.
Es cierto que lo del Pulitzer lo “¿DÓNDE ESTÁ TANCO?”
decía un poco Esa noche, la del 9, trasmiten una
en broma, un poco en serio, pero pelea:
lo decía. No Lausse contra el chileno Loayza.
era “Walsh” aún, estaba saliendo Lausse viene de
de la policial lucirse en Estados Unidos. Pero
de enigma hacia el género negro. bajo “el
Buscando en régimen depuesto”. La Libertadora
esa historia se buscaba él mismo. igual lo trata
Se estaba bien. Pese a que Luis Elías Sojit
haciendo. Hay frases como hubiera dicho
latigazos: “Muchos esas frases inolvidables, entre
pensamientos duros el hombre se cómicas, patéticas
lleva a la y hasta trágicas cuando transmitía
tumba, y en la tumba de Nicolás esas peleas:
Carranza ya “¡Lausse sangra de la nariz! ¡Es
está reseca la tierra” (Operación sangre
Masacre, Ibid., peronista!”. No, con Lausse todo
p. 29). Le gusta anticipar algunos bien. El país
hechos, como boxístico espera, además, que se
si no quisiera perderse al lector, enfrente con
advertirle: Rafael Merentino, lo que sería la
“Guarda, lo mejor está por venir”. pelea del año.
Por ejemplo: Un grupo de amigos –la noche es
“El barrio en que van a ocurrir muy fría– se
tantas cosas reúne para escuchar la pelea
imprevistas” (Ibid., p. 36). O Lausse-Loayza. Esta
también: “La casa es la historia que cuenta Walsh. En
donde han entrado Carranza y la
Garibotti, donde investigación lo acompaña
se desarrollará el primer acto del Enriqueta Muñiz, a
drama y a la quien le dedica el libro. También
que volverá por último un dice: “Donde
fantasmal testigo” escribo ‘yo’ debe leerse
(Ibid., p. 37). Es el recurso de ‘nosotros’”. Es la historia
decirle al lector de un grupo de tipos que escucha
una pelea la
noche del levantamiento de Valle: nadie pierda el dato: “A las 24
Carranza, horas del
Livraga (el sobreviviente que 9 de junio de 1956, pues, no rige
Walsh contacta la ley
para que le cuente los hechos), marcial en ningún punto del
Garibotti, Díaz, territorio de
Lizaso, Gavino, Torres, Brión y la nación. Pero ya ha sido aplicada.
Rodríguez. Y se
Entra la cana y se los lleva por aplicará luego a hombres
participar en la capturados antes
revolución. El que entra a los de su imperio, y sin que exista –
gritos y como una como
fiera desenfrenada es el jefe de existió, en Avellaneda– la excusa
Policía de la de
Provincia de Buenos Aires, haberlos sorprendido con las
teniente coronel (R) armas en la
Desiderio A. Fernández Suárez, el mano” (Ibid., p. 69). ¿Qué sucedió
más en
despiadado del relato, el mejor Avellaneda? Fue desbaratado el
hombre de intento de
Aramburu, el más perverso, el rebelión de los hombres de Valle.
asesino por “La
delegación y por convicción. Entra represión es fulminante. Dieciocho
gritando: civiles y
“¡Dónde está Tanco!” Tanco era, dos militares son sometidos a
con Valle, la juicio sumario en
cabeza de la Revolución. No lo la Unidad Regional de Lanús. Seis
iban a de ellos serán
encontrar ahí. Ahí encuentran a fusilados: Yrigoyen, el capitán
esos Costales, Dante
pobres tipos que querían escuchar Lugo, Osvaldo Albedro y los
la pelea hermanos
de Lausse, que andaba tan bien, Clemente y Norberto Ros. Dirige
mirá este
vos, que hasta a los yanquis les procedimiento el subjefe de Policía
había de la
dado piñas fieras, ¿cuándo peleará provincia, capitán de corbeta
con aviador naval
Merentino? Para ellos, nunca. Salvador Ambroggio. Los tiros de
Nunca gracia corren
pelearon, de todos modos, pero, por cuenta del inspector mayor
saber Daniel Juárez.
eso, no habría consolado a Con fines intimidatorios, el
ninguno. gobierno anunció
Caen, en la casa de Florida, esa madrugada que los fusilados
también a eran dieciocho”
escuchar la pelea otros dos: (Walsh, Ibid., p. 68). Todo esto,
Troxler y antes de ser
Benavídez. De Troxler nos vamos a promulgada la ley marcial. Se
ocupar extensamente. trata de
Anota Walsh, lo anota en cursivas asesinatos. Es a la 0.32 cuando
para que quede bien claro, para por Radio del
que Estado se da lectura a un
comunicado de la
Secretaría de Prensa de la con el grado de mayor. El mismo
Presidencia de la siente quizá
Nación. El artículo primero declara cierta vocación militar, mal
la ley encauzada porque
marcial en todo el territorio de la donde al fin ingresa como oficial
nacional. es en la policía
Cuando Troxler, junto a Benavídez, bonaerense. Rígido, severo, no
llega a la transige sin
casa de Florida, donde lo arrestan, embargo con los ‘métodos’ –con
Walsh hace las brutalidades–
de él una minuciosa descripción. que le toca presenciar y se retira
Apelando a su en pleno
efectivo recurso anticipatorio peronismo. A partir de entonces
digamos que vuelca su
nuestro interés en Troxler es, por disciplina y capacidad de trabajo
supuesto, en estudios
existencial, casi entrañable, pero técnicos. Lee cuanto libro o revista
también encuentra
teórico: Nadie expresa como Julio sobre las especialidades que le
Troxler, con su interesan –motores,
tragedia personal, la tragedia del electricidad, refrigeración–.
movimiento Justamente es un
nacional peronista. Que es taller de equipos de refrigeración
también, por supuesto, el que instala en
una tragedia argentina. Munro y con el que empieza a
LOS FUSILAMIENTOS prosperar.
Se abre la puerta de la casa de “Troxler es peronista, pero habla
Florida y poco de
Troxler se encuentra con un política. Cuantos lo trataron lo
sargento y dos describen como
II un hombre sumamente parco,
vigilantes que lo apuntan con sus reflexivo, enemigo
armas. Apenas de las discusiones. Una cosa es
se inmuta. Conoce al sargento. indudable: conoce
“–¿Qué hubo? –pregunta Troxler. a la policía y sabe tratar con ella”
–No sé. Tengo que llevarlos. (Walsh, Ibid., p.
–¿Cómo me vas a llevar? ¿No te 71). Observen otro rasgo del estilo
acordás de de Walsh.
mí? Escribe: “Veintinueve años tiene
–Sí, señor. Pero tengo que llevarlo. Troxler”.
Es una Nunca: “Troxler tiene veintinueve
orden que tengo” (Walsh, Ibid., pp. años”. El primer modo de armar la
71/72). oración la torna más dura. Más
Así describe Walsh a Troxler: “Es novela negra. El otro es
un hombre demasiado
alto, atlético, que en todas las correcto, como escolar. Troxler
alternativas de esa era,
noche revelará una extraordinaria sí, un tipo alto, de pocas palabras,
serenidad. de pocas expresiones, y de poca
“Veintinueve años tiene Troxler. suerte, aun cuando pareció
Dos haberla
hermanos suyos están en el tenido toda de su parte la noche
Ejército, uno de ellos de José León Suárez.
Al grupo que escuchaba la pelea
que Lausse le ganó al chileno chatarra” (Walsh, Ibid., p. 90). Ya
Loayza lo meten un colectivo y lo presienten lo
llevan a la Unidad Regional San que se viene. Ahí, caminando por
Martín. Es la 0.45. El jefe de la ese baldío,
unidad es el inspector mayor ¿qué otro destino sino el peor, el
Rodolfo Rodríguez Moreno. Los de morir,
hacen sentar en unos bancos. Son puede aguardarles? Si intentan
las 3 detenerse o
y todavía están ahí. Hace mucho aminorar la marcha es porque
frío: tienen los pies
0 grado. A las 2.53, el helados y se les hace difícil
contraalmirante caminar, los canas
Rojas habla por la cadena les encajan en los riñones, en la
nacional. Lee espalda los
el comunicado Nº 2. Lo lee él. caños de los fusiles. Llegó el
¿Qué hay momento.
en esta elección? ¿Por qué lo lee “–¿Qué nos van a hacer? –
él? Quiere pregunta uno.
que sepan que él es un duro, un –¡Camine para adelante! –le
tipo que se responden.
hace cargo de sus actos, que son –¡Nosotros somos inocentes! –
los castigos gritan varios.
que aplica. Duro, con una –No tengan miedo –les contestan–.
arrogancia feroz, NO LES
dice: “La Revolución Libertadora VAMOS A HACER NADA. ¡NO LES
cumplirá VAMOS A HACER!
inexorablemente sus fines”. “Los vigilantes los arrean hacia el
Al rato, Fernández Suárez le da basural
una orden como a un rebaño aterrorizado. La
decisiva, final, a un subordinado: camioneta se
–¡A esos detenidos de San Martín, detiene alumbrándolos con los
que los lleven faros. Rodríguez
a un descampado y los fusilen! Moreno baja, pistola en mano.
El camión policial con los “A partir de ese instante el relato
prisioneros llega a se fragmenta”.
una callecita pavimentada que (Nota: Walsh revela en esta frase
conduce a un que había leído
Club Alemán. “De un lado la calle –como todos nosotros–
tiene una atentamente a Borges.
hilera de eucaliptus, que se Que, en su cuento “El muerto” de
recortan altos y El Aleph,
tristes contra el cielo estrellado. escribe: “Aquí la historia se
Del otro, a la complica y se
izquierda, se extiende un amplio ahonda”, Jorge Luis Borges, Obras
baldío, un Completas,
depósito de escorias, el siniestro Tomo I, Emecé, Buenos Aires, p.
basural de José 548.) La frase
León Suárez, cortado de zanjas completa de Walsh es más
anegadas en impresionante, va más
invierno, pestilente de mosquitos y allá de la mera técnica narrativa:
bichos “A partir de ese
insepultos en verano, corroído de instante el relato se fragmenta,
latas y estalla en doce o
trece nódulos de pánico”. (Walsh, Vuelve arrastrándose
Ibid. p. 91. sigilosamente y llamando
También es notable que tenga un en voz baja a Benavídez, que
aire impecable escapara con él del
de relato posmoderno.) carro de asalto. Ignora si se ha
“Carlitos, azorado, sólo atina a salvado.
musitar: “Llega junto a los cadáveres y los
–Pero, cómo... ¿Así nos matan? va dando
(...) vuelta uno a uno –Carranza,
–¡Alto! –ordena una voz. Garibotti,
Algunos se paran. Oros avanzan Rodríguez–, mirándoles la cara en
todavía unos busca de su
pasos. Los vigilantes, en cambio, amigo. Con dolor reconoce a
empiezan a Lizaso. Tiene
retroceder, tomando distancia, y cuatro tiros en el pecho y uno en
llevan la mano la mejilla.
al cerrojo de los máuseres. Pero no encuentra a Benavídez”
(...) (Walsh, Ibid.,
–¡De frente y codo con codo! –grita p. 100. Benavídez se salvó.
Rodríguez Moreno” (Walsh, Ibid., Tomándolo como
p. 92). punto de partida, como base del
Luego habrá de vociferar: relato también,
–¡Tírenles! la directora Cecilia Miljiker hará su
“Sobre los cuerpos tendidos en el documental
basural, a la Los fusiladitos, narrado por Malena
luz de los faroles donde hierve el Solda, del
humo acre de la que ya hablaremos.)
pólvora, flotan algunos gemidos. Troxler se va. Se mete en una cola
Un nuevo de
crepitar de balazos parece concluir colectivos cuando teme ser
con ellos. Pero reconocido. Pero no
de pronto Livraga, que sigue lo ven ni sube al colectivo.
inmóvil e Empieza a caminar.
inadvertido en el lugar en que (Ya lo harán caminar otra vez.
cayó, escucha la Pero todavía
voz desgarradora de su amigo falta.) “Está exhausto y aterido.
Rodríguez que dice: Desde la noche
–¡Mátenme! ¡No me dejen así! anterior no prueba bocado.
¡Mátenme! Camina once horas
“Y ahora sí, tienen piedad de él, y seguidas por el Gran Buenos Aires,
lo ultiman” convertido
(Walsh, p. 94). en desierto sin agua ni albergue
Y ahí termina la masacre de José para él, el
León Suárez. sobreviviente de la masacre.
CÓMO SE SALVA TROXLER “Son las seis de la tarde cuando
¿Qué ha sido de Julio Troxler. “Julio llega a un
Troxler refugio seguro” (Walsh, Ibid., p.
se ha escondido en una zanja 102).
próxima. Espera Así se salvó Julio Troxler,
que pase el tiroteo. Ve alejarse los peronista, de los
vehículos fusiles de la Libertadora. Otros
policiales. Entonces hace algo fusiles, en un
increíble. ¡Vuelve! futuro que era imposible prever ni
soñar ni
alucinar, lo esperaban. ahora resulta que siete de esos
Escribe Walsh: “Dieciséis hombres están
huérfanos dejó la vivos” (Walsh Ibid., p. 131).
masacre: seis de Carranza, seis de En el Epílogo dice Walsh: “Tres
Gariboitti, ediciones
tres de Rodríguez, uno de Brión. de este libro, alrededor de
Esas criaturas cuarenta artículos
en su mayor parte prometidas a la publicados, un proyecto
pobreza y el presentado al
resentimiento, sabrán algún día – Congreso e innumerables
saben ya– alternativas
que la Argentina libertadora y menores han servido durante doce
democrática de años para
junio de 1956 no tuvo que envidiar plantear esa pregunta (la de los
al infierno fusilamientos,
nazi” (Walsh, Ibid., p. 126). ¿Qué JPF) a cinco gobiernos sucesivos.
habrían La
dicho Victoria, Borges y Bioy y respuesta siempre fue el silencio.
Manucho y La clase que
tantos, tantos otros si hubieran esos gobiernos representa se
sabido que un solidariza con
irlandés implacable le decía nazi a aquel asesinato, lo acepta como
la revolución hechura suya
de la libertad, de la democracia, y no lo castiga simplemente
de la porque no está
cultura, de la restauración de la dispuesta a castigarse a sí misma”
Civilización, (Walsh,
de la derrota de la Barbarie, del fin Ibid., p. 174). Y luego: “El 12 de
del régimen junio se
del tirano depuesto, del segundo entrega el general Valle, a cambio
tirano? de que cese
¿Que podrá decir el decano de la matanza. Lo fusilan esa misma
nuestros noche.
historiadores que escribió su frase “Suman 27 ejecuciones en menos
memorable, de 72 horas
III en seis lugares diferentes” (Walsh,
inmortal: “El año 1956 transcurrió Ibid., p. 75).
así con El texto que continúa es Aramburu
un rumbo político impreciso”? ¿En y el juicio
serio, histórico. Por razones de narración
Halperín Donghi, le parecen de los hechos
“imprecisos” los nos volcaremos sobre él más
acontecimientos que acabamos de adelante.
narrar? Podríamos hacerlo ahora, dada la
En cuanto al jefe de Policía de la íntima
Provincia de conexión que tienen. De todos
Buenos Aires, Fernández Suárez, la modos, cuando
situación narremos los sucesos que
puede tornarse delicada: “Ha culminaron en Timote
detenido a una necesariamente retornaremos a
docena de hombres antes de reflexionar sobre
entrar en vigor la la tragedia de José León Suárez,
ley marcial. Los ha hecho fusilar así de
sin juicio. Y
entrelazados están estos Valle? ¿Fusiló Perón a Menéndez?
acontecimientos. ¿Fusiló el
“EL PRESIDENTE DUERME” feroz tirano depuesto a alguno de
Ahora es la mañana del 10 de todos los
junio de hombres que le hicIeron la
1956. Y una muchedumbre “se Revolución de 1951?
aglomera Pero la decisión de la Libertadora
frente a la Casa de Gobierno. En la es la mano
plaza dura, el escarmiento, que no se
prohibida, oficialmente prohibida, vuelva a repetir
como que un acto así, cueste la sangre que
existe una disposición vetando las cueste. La
reuniones mujer de Valle, desesperada, llega
públicas en ese lugar; allí donde a Campo de
nuestra clase Mayo. Su marido ha sido su amigo.
obrera ya no puede vivar, saltar y Compartieron reuniones de
cantar, una familia. No puede
multitud gorilizada, exultante de creer que no haya piedad. No
odio va a puede creer que la
alentar al gobierno en la macabra crueldad llegue a tal extremo. Pero
tarea que recibe una
está ejecutando. Gritan respuesta histórica. Pide,
desaforados estribillos imperiosamente, hablar
como este: ¡Dale Rojas! ¡Dale con Aramburu y le responden: El
leña!... ¡Aramburu, presidente
dale duro! ¡A la horca! ¡Ley duerme y ha dado orden de no ser
marcial! molestado. De
“Gran parte de ese público, un año modo que la mujer de Valle se va
antes de Campo de
precisamente en junio de 1955, se Mayo con esta respuesta: El
había presidente duerme.
sumado a la santa procesión de “José Gobello (escribe Ferla)
Corpus Christi, eternizó ese
caminando compungido, detrás de instante en su verso El presidente
la Cruz, duerme” (Ferla,
nada más que para darle a la Ibid., p. 115).
procesión un Sí, claro que sí. José Gobello, gran
sentido político y probar si con la lunfardista, que fue, nada menos
Cruz le que
movían el piso a quien entonces presidente de la Academia del
no se lo habían Lunfardo,
podido mover por la espada” escribió este bonito poema que
(Salvador Ferla, inmortaliza esa
Ibid., p. 101). respuesta de Aramburu. No lo
La mujer de Valle va a Campo de podemos dejar
Mayo. pasar. Gobello expresa la
Junto a ella, van sus cinco hijos, complejidad patética,
que quedarán a veces carnavalesca, que es el
huérfanos si su padre es fusilado. peronismo. Su
Le dijeron que poema a Valle es sincero y no está
Aramburu es el único que puede del todo
apiadarse de su mal. Pero lo malo lo hizo después.
marido y salvarle la vida. ¿Para Si bien un
qué fusilar a
peronista puede hacer casi Y el presidente duerme.
cualquier cosa sin De cara hacia la noche sin límites
que nos sorprenda. Por ejemplo: del campo,
que le escriba Las manos a la espalda, se
un poema al sacrificado general yerguen los
Valle y años valientes,/
después sea un matazurdos desde Los laureles se asombran en las
la revista selvas lejanas
nazi del diputado Rodolfo Arce Y el presidente duerme.
comprometida Tras de las bocas mudas laten
con las acciones de la Triple A en hondos
la clamores.../
modalidad del entusiasmo –¡Cumplan con su deber y que
incontenible. ninguno tiemble
Aquí va el poema: de frío ni de miedo!
El presidente duerme... En una alcoba tibia
Por José Gobello El presidente duerme.
La noche yace muda como un –¡Viva la patria! Y luego los dedos
ajusticiado, temblorosos,
Más allá del silencio nuevos Un sargento que llora, soldados
silencios crecen, que
Cien pupilas recelan las sombras obedecen,/
de la sombra, Veinticuatro balazos horadando el
Velan las bayonetas y el silencio...
presidente duerme. Y el presidente duerme.
Muchachos ateridos desbrozan la Acres rosas de sangre florecen en
maleza los pechos,
Para que sea más duro el lecho de El rocío mitigó las heridas aleves,
la muerte... Seis hombres caen de bruces
En sábanas de hilo, con piyama de sobre la tierra
seda helada/
El presidente duerme. Y el presidente duerme.
La luna se ha escondido de frío o ¡Silencio! ¡Que ninguno levante
de una protesta!
vergüenza,/ ¡Que cese todo llanto! ¡Que nadie
Ya sobre los gatillos los dedos se se lamente!
estremecen, Un silencio compacto se adueñó
Una esperanza absurda se aferra a de la noche.
los teléfonos, Y el presidente duerme.
Y el presidente duerme. ¡Oh, callan, callan todos! Callan los
El llanto se desata frente a las camaradas.../
altas botas. Callan los estadistas, los prelados,
–Calle mujer, no sea que el llanto los jueces...
lo despierte. El Pueblo ensangrentado se tragó
–Sólo vengo a pedirle la vida de mi las palabras
esposo. Y el presidente duerme.
–El presidente duerme El Pueblo yace mudo como un
Reflectores desgarran el seno de ajusticiado,
la noche, Pero, bajo el silencio, nuevos
El terraplén se apresta a sostener rencores crecen.
la muerte, Hay ojos desvelados que acechan
El pueblo se desvela de angustia y en la
de sombra/
impotencia/ Y el presidente duerme.
(Nota: El poema de Gobello figura un poema a Valle, un poema que
en el era un
libro de Ferla con la lista de los 27 riesgo, y estuvo en la revista de
fusilados Rodolfo Arce
del 9 de junio de 1956.) corriendo zurdos con agravios que
En la revista El Abasto, de agosto despertaban
de 2005, la furia de las bandas. Caramba.
Nº 68, le preguntan al vate Qué arduo es
nazifascista, todo esto. Gobello, usted que fue
defensor, sin embargo, de Valle y presidente
su de la Academia del Lunfardo,
revolución contra los de la ¿cómo no le
Libertadora, por puso a su poemita El presidente
qué adhiere tan fervorosamente a apoliya? ¿No
Jorge Rafael hay una incongruencia ahí?
Videla. Gobello responde: “Yo En cuanto a Aramburu, lo
antes de ser indignante (en
peronista y argentino soy católico. medio de todo lo inaceptable que
A mí la tiene esta
Iglesia no me la toquen. Ni Perón, historia macabra) fue no recibir a
ni la mujer de
Kirchner, ni nadie. No sé si está Valle. Porque un presidente que
bien o mal, ordena
pero soy así. Yo soy antizurdo y responderle a la mujer de un
antifidelista hombre que está
porque creo que eso es una gran por ser fusilado, a una mujer que
farsa. le ruega por la
“Te explico simplemente por qué vida de su marido, por una vida
dejé de ser que depende de
peronista. Cuando salió el proceso una decisión suya: “El presidente
militar, duerme”, es un
¿vos vivías en el ‘76, te acordás de mal tipo, alguien que desdeña la
la guerrilla y vida humana,
los asesinatos? Ahora la gente que no tiene piedad, al menos que
tiende a no la tuvo en
olvidarse...” ese momento y, si no la tuvo ahí,
En otro reportaje dice: “Los milicos con un viejo
vinieron a poner orden y se les fue compañero de estudios, casi con
la mano. un amigo, se
Pero en toda guerra se cometieron hace sospechoso de no haberla
atrocidades. Mirá, en Vietnam: tenido nunca.
también Colaboración especial:
tiraban gente desde los aviones”. Virginia Feinmann - Germán
Este hombre estuvo en el Ferrari
peronismo, se
entusiasmó con Evita, con Perón,
le escribió

You might also like