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A.N.I.F.U.
C.B.I.F.H.
D.V.I.F.G.
Z.F.I.F.Y
A)- EL COMIENZO Y EL FIN:
En los comienzos de la época arcaica, la ley de las XII tablas fijo un límite
al ius. Esta ley busco establecer la igualación del derecho entre patriciós y
plebeyos, a saber, aequatio iuris.
La interpretación de la ley y la elaboración de los formularios forenses
quedaron entregados al colegio sacerdotal de los pontífices (cuerpo de
profesionales y eruditos considerados como los primeros juristas), que desde
muy temprano se abocaron al estudio del derecho en Roma. La ley de las XII
tablas dista mucho de lo que conocemos como Código civil, no solo por el
volumen de materias y prescripciones, sino que, por la ausencia de abarcar el
contenido y régimen de las instituciones y figuras reguladas, que en la mayoría
de los casos la ley daba por supuestos. Los juristas gozaron de gran libertad
para interpretar las normas.
En la tradición posterior el derecho de las XII tablas y la doctrina
jurisprudencial, recibió el nombre de ius civile, noción esta que se mantuvo
durante toda la época clásica. Debido a la diversificación y complicación del
tráfico jurídico, insatisfecho por las prescripciones de las XII tablas, el ius
civile quedo entregado los juristas que pasaron a ser los administradores del
sistema sistema jurídico.
En virtud de la lex Hortensia del año 287 a. C., los plebiscitos quedaron
asimilados a las leyes en cuanto a su valor y fuerza vinculante, es por esto que
la palabra lex sirviera para designar a ambos. En determinados casos la lex
rogata y los plebescitas pudieron funcionar para influir en el derecho. Ambos
eran instrumento de gobierno y política, en ocasiones los pleblescitos trataban
sobre materias jurídicas.
Lex rogata es la declaración normativa (rogatio) de un magistrado dotado
con el ius agendi cum populo (cónsules y pretores) aprobada en votación por el
comitium centuriatum, que reúne a todos los ciudadanos (cives).
Los plebiscitas son normas declaradas por un tribunum plebis y aprobadas
por el concilium plebis, asamblea que solo reúne a los ciudadanos de origen
plebeyo.
Se recurría a la legislación cuando se buscaba una reforma en materias
acotadas, que ofrecieran una mayor incidencia social, la jurisprudencia carecía
de competencia, puesto que, ella no puede mandar ni prohibir, que es la virtud
propia de la ley. La última ley popular conocida data de la época de Nerva
entre el año 96 y 98 d. C.
Las leyes de derecho privado prohibitivas pueden ser perfectae si anulan el
acto contraventor, minus quam perfectae cuando fulminan una pena al
transgresor pero no anulan su acto, e imperfectae si carecen de toda sanción,
clasificación esta desarrollada en la época clásica tardía cuando ya no se
aplicaban más leyes populares. El contenido de las prescripciones de una lex se
considera parte integrante del ius.
Entendemos por iura a los libros jurídicos de dicha época (postclásica). Esta
literatura fue transmitida con alteraciones, a saber, los glosemas, los cuales
eran breves comentarios en las márgenes de un libro. El glosamiento creó un
problema de autenticidad, las glosas fueron un fenómeno más propio del
Oriente, puesto que exigían un esfuerzo de comprensión de los pasajes
glosados y una cierta actitud de estudio, que eran posibles en las escuelas de
aquella parte del imperio.
La ley Valentiniano III de Occidente (ley de citas), promulgada el 426,
intento poner remedio al problema de las falsificaciones y al de la escasez de
libros jurídicos, según ella solo pueden ser recitadas en juicio las obras de
Papiniano, Paulo, Gayo, Ulpiano y Modestino. De hallarse divergencia de
opiniones entre estos nombres el juez se atenía a la mayoría, en cambio, en
igualdad numérica de opiniones debía atenerse a la autoridad de Papiniano.
Teodosio II recogió dicha norma en su codex del año 438, y con ello se
extendió al Oriente.
La literatura jurídica de la época postclásica no fue original y resulta
anónima para nosotros, dicha literatura se la puede clasificar en tres grandes
grupos; obras de epitomación, consistentes en resumir o abreviar los escritos
de algún autor clásico, encontramos ejemplos en la “Epitome Gai”, “Ulpiani
Regulae”, etc. Por otro lado están los textos que se forman como la redacción
de obras nuevas que se inspiran en originales clásicos, la obra mas importante
de este género es la denominada “Sententiarum ad filium libri V” atribuida a
Paulo, dicha obra presenta la materia en breves descripciones apodícticas. En
última instancia se nos presentan los florilegios o colecciones de fragmentos de
juristas clásicos, conservados en forma original y entremezclados con textos de
rescriptos imperiales, encontramos un ejemplo en los “Fragmenta Vaticana”
M)- LA COSTUMBRE:
Durante la alta edad media el Corpus Iuris Civilis fue poco conocido, sólo a
través de epítomes o resúmenes del Codex y las Institutiones.
El redescubrimiento del Corpus Iuris Civilis tuvo lugar en el siglo XII,
en que comenzó a ser objeto de estudios por las universidades, en Bolonia,
después en las ciudades septentrionales de Italia y en los países europeos en
donde fueron fundadas universidades a imitación del “Studium Boniense”.
La reintroducción del Corpus Iuris Civilis permitió al derecho considerarlo
como ciencia autónoma, esto, debido al magíster in arbitrus, Irnerio, el
primero en estudiar y enseñar sobre el Digesto. Hacía mediados del siglo
XIII esta escuela entró en crisis, pero esta fue superada por la última glosa,
debida a Acursio, cuya autoridad hizo caer en el olvido a las anteriores,
siendo reconocida como “glossa ordinaria”.
Desde el siglo XIII comienza una nueva etapa en el derecho romano, a
saber, las de el comentario y los dictámenes. Dicha ciencia tuvo por objeto
al Corpus Iuris Civilis, sus mas celebres cultores, entre otros fueron, Cino
da Pistoia, Baldo seglo Ubaldis. Todos los iuristae o legistae del continente
poseyeron un aparato conceptual y terminológico uniforme, y el derecho
romano llego a ser “ius commune”. Después de la muerte de Baldo, la
escuela de los comentaristas inició una cierta decadencia, no obstante, la
tradición del ius commune se mantuvo, hasta fines del siglo XVIII y
comienzos del siglo entrante, hasta la época de las codificaciones.
D)- LA PANDECTÍSTICA:
Las acepciones del ius gentium son; derecho establecido en Roma pero
aplicable a sus ciudadanos y extranjeros. Otra acepción es las instituciones
jurídicas que se encuentran utilizadas en todos los pueblos. Una tercera
acepción confunde al ius gentium con el ius naturale.
Algunas instituciones del ius gentium, entendida la expresión en el
primer sentido, pertenecen al mismo considerado en el segundo y aun en el
tercero.
La identificación entre ius gentium y ius naturale parece provenir de esta
doble consideración; si una institución resulta usada por todos los pueblos,
ello se debe a que es natural; si una institución es natural entonces se
explica que aparezca usada por todos los pueblos.
Para los juristas, sólo reviste importancia dogmática el primer concepto
de ius gentium.
La noción del ius naturale fue recibida del pensamiento griego por los
romanos.
Consiste en la dividir la tramitación del proceso en dos fases; una que tiene
lugar ante el magistrado encargado de la iurisdictio (praetor) y otra ante un
iudex que se atribuye la iudicatio, el iudex es un ciudadano privado designado
por el magistrado para cada litigio a proposición de partes o por sorteo.
La fase in iure esta destinada a fijar la cuestión litigiosa en terminos
juridicos y a decidir acerca de dicha cuestión debe autorizarse un iudicium.
La fase apud iudicem se dirige al conocimiento de los hechos y a su prueba,
a su calificación juridica definitiva, y permitir al juez pronunciar una condena
o absolución por medio de sententia.
Probablemente más Antigua que la manus iniectio, puesto que aun refleja la
autotutela de los intereses sin intervención del poder poder público. Dicha
acción es concedida por la lex XII tabolarum. Es un procedimiento de carácter
ejecutivo pero de tipo especial, solo aplicable a determinadas deudas. Dicho
procedimiento es aplicable en contra de quien compró una víctima para
sacrificios y dejó de pagar el precio adeudado. Las leges censoriae confieren la
pignoris capio a favor de los arrendatarios del cobro de impuestos y en contra
de los poseedores de parcelas del ager populis romani que periódicamente
deben pagar una contribución.
En su esencia, la pignoris capio consiste en coger una cosa mueble del
deudor para seguridad del credito. Dicho acto tiene lugar sin previa
autorización del magistrado y sin consentimiento del deudor, no obstante,
debía tener lugar ante testigos.