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Habia una ves un ganadero muy malo.

Entre los esclavos de su oficina habia un niño


negro a cargo de algunos animales de pastoreo.
Un día el muchacho, que vivía sufriendo un severo castigo de los
pastos el ganadero ha perdido un animal.
Era el proyecto de ley.
Cogió una barbaridad y golpeado después de que él fue enviado a
buscar a los animales callejeros. Como la noche estaba cayendo hasn
't capturado una vela, lo encendió y el jardín izquierdo. Pero nada, el
día llegó y se encontró con el animal.
Fue golpeado de nuevo y golpeado hasta la muerte. El jefe tuvo que
jugar el cuerpo del muchacho cerca de un nido.

En los días de la esclavitud, hubo un hacendado mal con los negros y


los peatones. Un día de invierno, hacía un frío y el granjero le dijo a
un niño negro de catorce años fue pastoreo caballos y potros que
acababa de comprar. Por la tarde, cuando el muchacho regresó, el
ganadero dijo que carecía de un caballo castaño. Él tomó el látigo y le
dio una paliza tan grande en el niño que estaba sangrando. "¿Me
darás cuenta de ante, o ver qué pasa", dijo el jefe del mal. Dolorida,
que estaba
buscando para el animal. Pronto se encontró con el pastoreo. Lazó,
pero se rompió la cuerda y el caballo se escapó de nuevo.
En el camino de regreso a la oficina, el jefe enojó aún más, derrotó al
muchacho y lo amarraron desnudo sobre un hormiguero. Al día
siguiente, cuando fue a ver el estado de su víctima, se llevó un susto.
El chico estaba allí, pero de pie, con la piel lisa, sin ningún tipo de
marca de las pestañas. A su lado, la Virgen María, y más tarde en la
bahía y los otros caballos. El ranchero saltó al suelo pidiendo perdón,
pero el muchacho no dijo nada. Sólo besó la mano del Santo, reunió a
la bahía y la izquierda que conduce a Tropilha.
Y después de eso, entre los caminantes y matasellos, arrieros,
buhoneros y carreteros en la región, dio todas las noticias, ver a
través, como se realizó sobre una pradera, un tordillo de Tropilha,
jugó para un Negro Chico, montado en una bahía.
Así que muchas velas encendidas y rezó un Padrenuestro por el alma
de los judíos. A partir de entonces, cuando cualquier cristiano dejado
ni un detalle, que era, se prolongaron toda la noche y pensó que el
Negro Chico, pero sólo entregó a los que encender una vela, cuya luz
se dedicó a pagar el altar de su madrina, la Virgen, Nuestra Señora
que lo liberó de su cautiverio y le dio un Tropilha, que dirige y
pastores, sin que nadie lo vea.
Desde entonces y todavía hoy, llevando su rebaño, la Negrinho, curado y sonriente,
cruzando los campos. Siempre va la búsqueda de objetos perdidos, poniéndolos a todos
de ser encontrados por sus dueños cuando se encendió un muñón de una vela, cuya luz
se lleva al altar del santo que es su madrina.

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