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—el lector sin embargo puede jugar, como el poeta mismo, con el significado de la pala-
bra will para dotar el desenlace de una dimensión enteramente distinta:
Este soneto elogia al ser amado por ser fair, kind, and true: el objeto de su amor
es bello, bondadoso, constante. En efecto la alabanza contrasta con una tradición que
acostumbra lamentarse por la crueldad y la inconstancia de la mujer, y ciertamente el
poeta comienza aquí su discurso con la conciencia de que puede ser acusado de adular
excesivamente, de que existe la posibilidad de ser tachado de idólatra, y por tanto se
dispone a refutar los cargos con pruebas y argumentos: ―No se le llame a mi amor ido-
latría…‖ La broma de su refutación —pues desde luego se trata de un soneto gracioso—
reside en la explotación de las dos acepciones de la palabra ―idolatría‖. En la Inglaterra
de la Reforma ―idolatría‖ solía emplearse con frecuencia como sinónimo de ―politeísmo‖,
la adoración de otros dioses además del dios cristiano; por ejemplo, era particularmente
común que los protestantes acusaran de idólatras a los católicos por venerar a la Virgen
María y a los santos con la misma devoción con la que reverenciaban a Dios. El poeta en
este soneto finge o juega a desmentir la acusación de idolatría afirmando que no es poli-
teísta, que no adora a una multitud de dioses sino que venera sólo a uno (que por su-
puesto no se trata de Dios sino del ser amado). Esa es precisamente la broma: que el
poeta, a pesar de ser monoteísta, es en efecto idólatra, puesto que reverencia a alguien
que no es Dios. El lenguaje que se emplea en el poema es consistente con la broma: en
el soneto abundan frases y construcciones que recuerdan la liturgia cristiana, ahora apli-
cadas fuera de contexto, es decir, atribuidas todas a la descripción de un ser humano.
En el verso cuatro, por ejemplo—
Thy self thou gav'st, thy own worth then not knowing,
Or me to whom thou gav'st it, else mistaking;
So thy great gift, upon misprision growing,
Comes home again, on better judgement making.
˘ / ˘ ˘ / ˘ / ˘ ˘ / ˘ / ˘
possessing releasing wanting mistaking flatter
No obstante, es muy posible que la actitud del poema no sea enteramente débil o
patética. A primera vista es evidente que la resignación del poeta es voluntaria: él pare-
ce comprender que el amor es un afecto que sólo puede entregarse, no reclamarse. En
el verso cinco reconoce: ―¿Cómo puedo retenerte si no accedes?‖; en otras palabras, la
implicación es que el amor no se gana ni se merece, simplemente se otorga. No obstan-
te, el lenguaje empleado en el poema denota también que el ser amado opera en una
escala distinta, de valor calculado, una escala monetaria. Los términos que lo califican
pertenecen al campo semántico del comercio: thou know’st thy estimate, ―bien conoces
tu valor‖ (verso 2); my bonds in thee are all determinate, ―mis derechos sobre ti han
caducado‖ (verso 4); muchas de las palabras seleccionadas por el poeta derivan del
ámbito legal o económico: estimate, charter, worth, releasing, bonds, determinate, pa-
tent, misprision, judgement. Queda claro, entonces, que si el abandono se debe a que el
poeta se considera muy poca cosa para el ser amado, el valor o la estima del amigo se
ha calculado en términos monetarios. Una vez que llegamos como lectores a esta con-
clusión, si acaso volvemos al primer verso y lo leemos con más detenimiento es posible
que nos demos cuenta de un doble significado que trabaja en el poema al mismo tiem-
po:
Un último soneto antes de concluir la lección, tal vez el más conocido de todos, ―el
soneto de matrimonio‖. Cito a continuación el número 116:
Let me not to the marriage of true minds
Admit impediments. Love is not love
Which alters when it alteration finds,
Or bends with the remover to remove:
Un modo de entender cómo es que este soneto alcanza tal poder expresivo reside
en la manera en que el poeta formula sus aseveraciones. Se propone una afirmación po-
sitiva: ―El amor perdura.‖ Sin embargo, dicha afirmación no es ni precisa ni restrictiva;
por el contrario, se fundamenta y se confirma con pruebas negativas: ―El amor no es
amor cuando cambia‖, ―El amor no es el juguete del tiempo‖, ―El amor no se altera con
horas y semanas fugaces‖, etcétera. Una definición basada en negativos no necesaria-
mente afirma las cualidades del ente definido, sólo las restringe, y el lector queda obli-
gado, desde luego, a coincidir con el poeta.
Espero, pues, haber demostrado que la experiencia de leer los Sonetos de Sha-
kespeare no implica una instrucción o una enseñanza por parte del Bardo. Las ideas se
utilizan como un medio, un método, un recurso para la expresión poética de la emoción.
El lector de Shakespeare queda siempre con la impresión de estar absolutamente con-
vencido de algo, algo que tiene trascendental importancia. ―El soneto del matrimonio‖ es
maravilloso, sin duda, porque nos confirma no lo que es el amor, sino lo que se siente
creer en el amor, creer que el amor es perdurable, creer que en efecto el hombre es ca-
paz de superar los obstáculos ineludibles de la vida.
Para terminar la lección
Links de consulta
En esta ocasión les recomiendo que visiten un sitio web llamado Mr. William Sha-
kespeare and the Internet, que contiene una gran cantidad de material complementario
(guías de estudio, biografías, estudios críticos, etc.), así como una guía anotada para la
investigación de recursos disponibles en internet.
Lecturas recomendadas
1. GRAZIA, Margreta de. ―The Scandal of Shakespeare’s Sonnets.‖ Essays in Criticism
32 (1982): 9–25.
2. SMITH, Hallett. Elizabethan Poetry: A Study in Conventions, Meaning, and Expres-
sion. Estados Unidos: Harvard University Press, 1952.
3. VENDLER, Helen. The Art of Shakespeare’s Sonnets. Estados Unidos: Harvard Uni-
versity Press, 1997.