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Escuela de Psicología
Sección: P
Integrantes:
Antecedentes
El término positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo y matemático
francés del siglo XIX Auguste Comte, pero algunos de los conceptos positivistas se
remontan al filósofo británico David Hume, al filósofo francés Saint-Simón, y al
filósofo alemán Immanuel Kant.
Positivismo (Concepto)
Afirmaba que del estudio empírico del proceso histórico, en especial de la progresión
de diversas ciencias interrelacionadas, se desprendía una ley que denominó de los tres
estadios y que rige el desarrollo de la humanidad. Analizó estos estadios en su
voluminosa obra Curso de filosofía positiva (6 vols., 1830-1842). Dada la naturaleza
de la mente humana, decía, cada una de las ciencias o ramas del saber debe pasar por
"tres estadios teoréticos diferentes: el teológico o estadio ficticio; el metafísico o
estadio abstracto; y por último, el científico o positivo". En el estadio teológico los
acontecimientos se explican de un modo muy elemental apelando a la voluntad de los
dioses o de un dios. En el estadio metafísico los fenómenos se explican invocando
categorías filosóficas abstractas. El último estadio de esta evolución, el científico o
positivo, se empeña en explicar todos los hechos mediante la aclaración material de
las causas. Toda la atención debe centrarse en averiguar cómo se producen los
fenómenos con la intención de llegar a generalizaciones sujetas a su vez a
verificaciones observacionales y comprobables. La obra de Comte es considerada
como la expresión clásica de la actitud positivista, es decir, la actitud de quien afirma
que tan sólo las ciencias empíricas son la adecuada fuente de conocimiento.
Según Comte, los conocimientos pasan por tres estados teóricos distintos, tanto en el
individuo como en la especie humana. La ley de los tres estados, fundamento de la
filosofía positiva, es, a la vez, una teoría del conocimiento y una filosofía de la
historia. Estos tres estados se llaman:
Teológico.
Metafísico.
Positivo.
Estado Teológico
Estado Metafísico
Estado Positivo
El Positivismo y la Filosofía
Pero en Comte mismo no es así. Aparte de lo que cree hacer hay lo que efectivamente
hace. Y hemos visto que:
Una teoría metafísica de la realidad, entendida con caracteres tan originales y tan
nuevos como el ser social, histórica y relativa.
Los estudios sociales, desde una óptica positivista escriben la totalidad de las
acciones pasadas de los seres humanos partiendo de la observación y enumeración de
todos los documentos y hechos en forma lineal y cronológica. No analizan la
totalidad ni la cotidianeidad.
No hay propuestas para seleccionar información ya que todos los hechos son
singulares e individuales, no busca comprender, sólo describir lo sucedido en un
orden inalterable y sin conexión ni relación entre los hechos de la política, la
economía, la sociedad y las manifestaciones culturales. Todo aparece atomizado,
desconectado. El conocimiento es absolutizado y no permite la interdisciplinariedad
al presentar la realidad como una enunciación taxativa de hechos y cosas.
Los rasgos distintivos del espíritu positivista son las características de las ciencias de
la naturaleza más desarrolladas a comienzos del siglo, las cuales son:
Empirismo: La experiencia, la observación de los fenómenos
intersubjetivamente controlables, e fuente de conocimientos objetivos. El
empirismo constituye una actitud científica relativamente pasiva,
moderadamente abierta al experimentalismo, es decir, a la invención, la
provocación, construcción de experiencias que suponen, en general, técnica,
mediante una vigorosa interacción con la naturaleza.
Descriptivismo: El saber positivo es fundamentalmente comprobante: una ley
sólo es la fórmula general de una regularidad natural, pues la observación
permite comprobar que hasta el presente, un acontecimiento o un hecho de
tipo y sigue siempre a un acontecimiento o un hecho de tipo x. La ciencia
positivista no pretende tanto explicar los fenómenos naturales (lo que implica
el recurso a la noción discutible de "causa") como describirlos;
Abanderamiento Anti-metafísico: la formulación nomológica de
regularidades fenomenales no va más allá de una hipótesis prudente a
propósito de lo observable. No da intervención a nociones metafísicas
relativas a la naturaleza profunda de las cosas o a sustancias que estén "detrás"
de los fenómenos o los hechos observables y ni siquiera a la noción de
causalidad. El positivismo es nominalista, rechaza la hipóstasis de abstracción
o de entidades no observables empíricamente;
Relativismo: no se puede extrapolar (o, en todo caso, sólo con gran prudencia
y a modo de hipótesis), ni mucho menos absolutizar. Nada permite afirmar
que en el futuro se verificarán las regularidades naturales que se ha
comprobado hasta ahora, ni que las leyes astronómicas que se han enunciado a
partir de la observación del sistema solar sean válidas más allá de éste;
Pragmatismo: «Saber para poder con el fin de proveer». El valor del saber
científico, positivo, consiste en su eficacia y en su utilidad social. Las
"creencias científicas", aun cuando, en términos absolutos, no sean más
verdaderas que las otras (en el sentido de conformidad a la naturaleza
profunda de las cosas), son, por el momento, las mejores en lo que concierne a
la supervivencia y a la organización de la vida de los hombres en sociedad;
Consensualismo: la organización social y el mejoramiento de las
condiciones de existencia exigen la paz. Ahora bien, las ciencias que han
llegado al estado positivo se caracterizan por un método no violento para
regular los conflictos de opinión que, en la mentalidad religiosa y metafísica,
son interminables o se dirimen de manera dogmática y hasta con violencia
física. El espíritu positivo permite regular los diferendos de manera pacífica y
consensuada por todos los que aceptan someterse a la regla de la observación
empírica, objetiva, es decir, repetible y compartida. Lo que ha de poner fin a
las discusiones es la comprobación de los hechos y no la ley del más fuerte ni
del más hábil. Ese consensualismo pacífico es un modelo para regular los
conflictos entre los seres humanos, sean los que fueren;
Estatismo: es mitigado y se refiere sobre todo a las ciencias que han llegado
al estado positivo, para las cuales Comte no espera ya ninguna revolución.
Estas ciencias se contentan con acrecentar o precisar un corpus de leyes del
que ya se ha adquirido lo esencial. Por tanto, todas las transformaciones
profundas que ocurran en matemáticas, en lógica o en física quedan al margen
de la perspectiva del positivismo. Su concepción de la ciencia positiva es
cerrada, doctrinaria: sólo requiere una exposición sistemática en un tratado
enciclopédico.
Únicamente algunas ciencias –como la biología o la sociología– tienen
todavía mucho que evolucionar hacia el estado positivo, que es el estado
superior o adulto final.
Positivismo (Saint-Simon)
Spencer ofrece una visión evolucionista de la realidad que, como la ley de los tres
estados, tiene también consecuencias políticas y sociales. A pesar de sus protestas, no
deja Spencer de ser positivista, pues basa el conocimiento en el desarrollo intelectual
de la humanidad, busca construir la ciencia y la filosofía sobre una base empírica,
rechaza la metafísica y ofrece la ciencia social como el único vehículo capaz de
estudiar la sociedad.
Una vez aclarada esta distinción epistemológica, Spencer define la filosofía como un
conocimiento completamente unificado y coherente. Su objeto es establecer no sólo
las conexiones simples entre los datos sino también una concepción unitaria del
porqué de las cosas. Representa el conocimiento más general de la realidad: «El
sentido común es el nivel más bajo del conocimiento no-unificado; la ciencia es el
conocimiento parcialmente unificado; la filosofía es el conocimiento totalmente
unificado». La filosofía comienza con las generalizaciones más amplias de las
ciencias particulares que se sistematizan y se asocian para formar conceptos aún más
generales, hasta llegar a una unificación total del conocimiento bajo primeros
principios, «las proposiciones más generales de la experiencia, no inferibles de
ninguna más profunda y probadas al demostrarse una congruencia completa entre las
conclusiones que implican». La filosofía es, entonces, una súper-ciencia, un depósito
de verdades inductiva de gran generalidad que expresan las reglas que unifican el
conocimiento y las condiciones en que se produce la experiencia.
Marxismo
Antecedentes:
Karl Heinrich Marx (5 de Mayo, 1818—14 de Marzo, 1883) fue un filósofo alemán,
político economista y revolucionario socialista, el cual expuso las problemáticas de la
alienación y la explotación de la clase obrera, la producción capitalista y el
materialismo histórico. Famoso por analizar la historia en términos de la ―lucha entre
las clases‖, cuya filosofía se integra a su primer escrito llamado Manifiesto
Comunista (año 1848).
Los análisis Marxistas proveen de una extensa explicación basada en las actividades
que debe desempeñar el hombre como humano desde el punto de vista económico,
para que la sociedad en el que este evoluciona, tenga un impacto positivo en la
satisfacción de las necesidades que esta posea.
Pero por parte de los trabajadores, si están bien organizados se resistirán a tal
explotación. Los capitalistas tratarán de ampliar sus mercados a fin de comercializar
sus productos, pero al mismo tiempo pagarán a sus trabajadores el mínimo posible.
Así, tanto el consumo como la demanda de los trabajadores disminuirán, los
mercados se reducirán y el capitalismo entrará en crisis.
Funcionalismo
Antecedentes
El nombre de esta escuela se deriva del hecho de que para el etnógrafo polaco
Bronislaw Malinowski, seguidor de las teorías sociológicas del francés Émile
Durkheim, las culturas se presentan como todos "integrados, funcionales y
coherentes", Por lo tanto, cada elemento aislado de la misma solo puede analizarse
considerando los demás. Este autor estudia entonces la cultura y demás hechos
sociales, como por ejemplo las instituciones en las que estos están "concentrados", en
función de cómo se organizan para satisfacer las necesidades de un grupo humano, es
decir, todas aquellas tareas u objetivos que tienden a mantener y conservar los
organismos de la sociedad y a esta como tal, incluyendo sus modelos culturales.
Funcionalismo (Concepto)
Será un paso adelante en esta línea el trabajo de Radcliffe-Brown, que hará hincapié
en el concepto de estructura social. En efecto, para este autor no hay función sin
estructura. Por estructura se entiende una serie de relaciones unificadas, en donde la
continuidad se conservaría a través de un proceso vital compuesto por las actividades
de las unidades constitutivas.
Merton agregará que existen requisitos previos o una serie de condiciones necesarias
para la supervivencia de una sociedad o el mantenimiento de una estructura. Así,
ciertas formas culturales o sociales son indispensables para que algunas funciones
puedan desempeñarse.
Considera que las necesidades del hombre se gestan por la tradición, que debe estar
compuesta por el conjunto de comportamientos distintos (producto de la actividad
psíquica de ellos) que confluyen en una acción social que se desprende de tal
conjunto, y regula tanto a ese conjunto como al individuo. Por tanto, la acción de la
sociedad es un hecho colectivo que regula las acciones individuales, y de esa
coacción reguladora de las individualidades que forma la conciencia colectiva,
Durkheim la define como un hecho social.
Para él un hecho social es aquella acción que ejerce una coacción exterior en el
individuo o bien, en la colectividad, conservando existencia propia de manera
independiente de las manifestaciones individuales que pudieran surgir. Para explicar
el hecho social, deben encontrarse las causas que lo produjeron, pues solo de esa
manera se podrá determinar la función que cumple. La satisfacción de las necesidades
sociales se logra si se tiene algún fin social, y este fin consiste en el mantenimiento de
la convivencia, de la armonía, del orden social.
Durkheim explica que solo es útil aquello que pueda mantenerse, resultando la
utilidad en relación directa con lo estable que pueda ser una sociedad, tanto en el
interior de sí misma como con otras sociedades, que se logra con la satisfacción de
ciertas necesidades, convirtiéndose ésta en la función social. Por tanto, la sociedad
logra la satisfacción de sus necesidades mediante la función o rol, y en esa actividad
es posible entender los fenómenos sociales.
Sus escritos eran más cautos y defensivos, y en ellos siempre estaba presente el
conocimiento de las diversas críticas que habían suscitado los anteriores marcos de
referencia funcionalista. Una parte importante de su obra se centra en esas críticas. De
hecho, intentó constantemente demostrar que no eran válidas o señaló errores que no
eran inherentes a su argumento. El paradigma funcionalista que proponía Merton se
esforzaba por evitar esos defectos intelectuales. Él señalaba que los individuos
evaluaban su propia situación comparándola y contrastándola con la de un grupo de
referencia. Merton pensaba que la teoría alcanzaba sus objetivos porque contradecía
el sentido común y había sido comprobada empíricamente.
Merton hizo hincapié en que la función de una práctica es un efecto observable y que,
por tanto, hay que distinguirla de la motivación que subyace en dicha práctica. Es
evidente que algunas prácticas tienen funciones que son las que pretenden y
reconocen los individuos afectados. Merton las denomino ―funciones manifiestas‖.
Sin embargo, hay otras que no son ni intencionadas ni reconocidas por los individuos
que las realizan y Merton las llamó ―funciones latentes‖.
Distinguía entre los valores últimos que son esenciales para una determinada cultura
y el hecho de que se disponga de medios legítimos para lograr objetivos.
El mérito de Merton fue hacer una reflexión crítica y esclarecedora sobre concepto
clave, como el de función o el de equivalente funcional. Su marco era más elaborado
que el de los primeros funcionalistas y puso especial cuidado para evitar sus errores,
logró apartarse de una imagen de la sociedad que había estado muy en boga y que
consistía en tratarla como un todo orgánico en el que sólo había partes funcionales e
indispensables.
Estructuralismo
Antecedentes
Estructuralismo (Concepto)
Estructuralismo (Piaget)
Estructural-Funcionalismo
El sistema cultural, constituido por los patrones de conducta, símbolos, creencias, etc.
Es el objeto de estudio de la antropología social.
Merton supone la existencia de dos alternativas: que los roles desempeñados por el
sujeto sean voluntarios y reconocidos (manifiestos) o no deseados ni reconocidos
(latentes).
Las críticas más frecuentes que se le han hecho al funcionalismo estructural son las
que menciono a continuación.
Se trata de una teoría conservadora, pues considera que son funcionales los
factores que preservan la existencia de un determinado sistema.
La consideración del cambio social como una situación anormal, limita
grandemente a esta teoría, pues le impide explicarse dicho cambio.
El funcionalismo estructural no advierte la existencia de la estructura
económica de la sociedad.
Parsons desarrolló su ―teoría general de la acción‖ cuyo objetivo era aportar un marco
teórico que conjugara diversas disciplinas de las ciencias sociales: sociología,
política, psicología y economía. En esta teoría es esencial el concepto de ―sistema‖;
para él un ―sistema de acción‖ tiene que ver con una organización duradera de la
interacción entre lo que dominaba un ―actor‖ y una ―situación‖. El actor puede ser un
individuo o un grupo y la situación pueden o no incorporar a otros ―actores‖. Señaló
que todo sistema tiene tres características. La primera es su relativa estructuración.
Parsons sostenía que en el ámbito social las pautas relativas a los valores y lo que él
denominaba ―las variables patrón‖ contribuyen a la naturaleza estructurada del
sistema. La segunda se basa en que la pervivencia de ese sistema precisa del
cumplimiento de ciertas funciones.
Las variables patrón representan el universalismo frente al particularismo, la
actuación frente a la cualidad, las relaciones especificas frente a las difusas, así como
la neutralidad afectiva frente a la afectividad. En el esquema de Parsons subyace la
observación de que nuestra sociedad se mueve hacía el universalismo, la actuación y
las relaciones específicas y la neutralidad afectiva.
Antecedentes:
Pragmatismo:
Charles Sanders Peirce, William James, George Herbert Mead y John Dewey son los
cuatro ―Dioses Mayores‖ del pragmatismo norteamericano. Peirce es el primero que
ofrece la idea directriz del pragmatismo, pero James es quien populariza el nombre. A
los pragmatistas les importa explicar el puesto del pensamiento y del conocimiento en
el mundo. El pensamiento es activo. Las realidades se constituyen como tales cuando
son conocidas. Los hechos se reconstituyen en la dirección de un valor. La realidad
incluye el hecho físico y el hecho mental. El conocimiento es instrumento en el
proceso de cambio de una realidad insatisfactoria a una realidad satisfactoria o menos
insatisfactoria. La prueba de la verdad de una teoría reposa en el examen de sus
consecuencias. La vida de la educación y la vida de la ley no ha sido la lógica: ha sido
la experiencia.
Para James las ciencias sólo se convierten en verdades cuando son útiles, por
consiguiente, la utilidad debe ser la medicina de la ciencia. Explica que el individuo
quiere librarse de una inquietud recurriendo a un ser superior a quien debe reverencia;
para James, los valores religiosos no son un saber demostrable si son sumamente
prácticos; James tratará de estructurar una conciencia a la que considera como distinta
del puro orden físico.
Las ideas son verdaderas en la medida que son útiles para entablar relaciones
satisfactorias con otros sectores de nuestra experiencia. Todo es plástico. El
pragmatismo se aviene con los hechos. "Si las ideas teológicas demuestran poseer un
valor para la vida concreta, serán verdaderas para el pragmatismo en la medida en que
sirvan para ello. En cuanto al resto, su verdad dependerá enteramente de sus
relaciones con otras verdades que también han de ser reconocidas‖. Lo absoluto es
una verdad "en tanto que". Y la verdad es una especie de lo bueno como creencia.
Modernismo
Antecedentes
El modernismo se desarrolla entre los años 1880-1914. Esta escuela busca separarse
de la burguesía y su materialismo, por medio de un arte refinado y estetizante. Con
respecto al lenguaje, el Modernismo reacciona contra el retoricismo, el descuido
formal del Romanticismo y la "vulgaridad" del Realismo y del Naturalismo. Se nutre
básicamente de dos movimientos líricos surgidos en Francia, en la segunda mitad del
siglo XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo.
Modernismo (Concepto)
Rechazo de la vulgaridad.
Perfección formal.
Práctica del impresionismo descriptivo (descripción de las impresiones que causan las
cosas y no las cosas mismas).
Rubén Darío
Vida:
Estilo:
Obra:
Tras varias obras primerizas, publica Azul. Su maestría es ya patente en los poemas a
las citaros estaciones o en sus sonetos escritos en alejandrinos, a la francesa.
Significación
Resulta ya obligado decir que sin Rubén Darío no podría explicarse la evolución de la
poesía española en el siglo XX. Por eso, el gran nicaragüense tiene un puesto de
honor en nuestra literatura. Así lo reconocieron ya los Machados o Juan Ramón
Jiménez. Y los poetas de la ―generación del 27‖ lo admiraron. Si en la posguerra
decayó algo su estimación, en fechas más cercanas se le ha vuelto a valorar como uno
de los grandes creadores de nuestra lengua.
Poesía
Poe definió la poesía como "creación rítmica de la belleza El más popular de todos
sus poemas es El cuervo, un canto narrativo de corte romántico en el que se cuenta la
llegada de una de estas aves a la estancia de un hombre solitario, en una noche de
tormenta.
Ensayo
Poe ejerció asimismo con acierto el ensayo sobre los temas más variados (la larga
meditación cosmológica Eureka, así como la crítica literaria (a destacar sus reseñas
sobre Long fellow,), en la que se mostró enemigo del "aldeanismo" estadounidense y
partidario más bien de una creación de índole independiente y cosmopolita.
Stéphane Mallarmé
Bautizado con el nombre Étienne Mallarmé, al perder a su madre, fue tutelado por sus
abuelos. La muerte de su hermana María le marcó profundamente. Estudió el
bachillerato, Tras conocer a una joven alemana, M.Gerhard, dejó su empleo para vivir
con ella en Londres, con la idea de prepararse para ser profesor de inglés. Excluido
del servicio militar, se casó en Londres con María y obtuvo su acreditación para
enseñar inglés. Sufrió un espasmo de laringe. Pidió a su mujer y a su hija que
destruyeran sus escritos. Por la mañana, murió. Autor de una obra poética tan breve
como ambiciosa, el oscuro y esteticista Mallarmé inició, en la segunda mitad del siglo
XIX, una renovación de la poesía cuya influencia se siente hasta nuestros días. Dueño
de una sintaxis, ritmo y vocabulario poco comunes, Mallarmé creó poemas cerrados
en sí mismos, lejos de cualquier realismo, donde el sentido proviene de las
resonancias. En su poesía las sonoridades y los colores juegan un rol tan importante
como los sentidos cotidianos que tienen las palabras, lo cual hace su traducción
realmente difícil. Según algunos autores, Mallarmé es el creador de un impresionismo
literario.
Obras
Postmodernismo
Antecedentes
Post-Modernismo (Concepto)
Uno de los mayores problemas a la hora de tratar este tema resulta justamente en
llegar a un concepto o definición precisa de lo que es la post-modernidad. La
dificultad en esta tarea resulta de diversos factores, entre los cuales los principales
inconvenientes son la actualidad, y por lo tanto la escasez e imprecisión de los datos a
analizar. Como también la falta de un marco teórico válido para poder analizar
extensivamente todos los hechos que se van dando a lo largo de este complejo
proceso que se llama post-modernismo. Pero el principal obstáculo proviene
justamente del mismo proceso que se quiere definir, porque es eso precisamente lo
que falta en esta era: un sistema, una totalidad, un orden, una unidad, en definitiva
coherencia.
Por ejemplo en el sentido estético, el pintor inglés John Watkins Chapman designó
como «post-modernismo» una corriente pictórica que intentaba superar las
limitaciones expresivas del impresionismo sin recaer en el convencionalismo de la
pintura académica; el término no se popularizó, prefiriéndose la designación de «pos-
impresionismo» sugerida por el crítico Roger Fry.
Aunque el posmodernismo en este sentido no guarda más que una relación muy
lejana con el posmodernismo tal como se entiende habitualmente —coincidiendo por
lo general, de hecho, con los principios teóricos y metodológicos del modernismo
artístico— la relación de ambigüedad entre la superación y la conservación que
dificulta la definición del mismo ya se hace aparente aquí.
En 1934 el crítico literario Federico de Onís empleó por primera vez el post-
modernismo como una reacción frente a la intensidad experimental de la poesía
modernista o vanguardista, identificada sobre todo con la producción de la primera
época de Rubén Darío; de Onís sugiere que los distintos movimientos de retorno o
recuperación —de la sencillez lírica, de la tradición clásica, del prosaísmo
sentimental, del naturalismo, de la tradición bucólica, etc.— son provocados por la
dificultad de las vanguardias, que las aísla del público. Varios de estos rasgos
reaparecerán en análisis posteriores, aunque la obra de Onís no dejó huella directa en
la tradición teórica.
El uso del término por Bernard Smith en 1945 para designar la crítica a la abstracción
por parte del realismo soviético y por Charles Olson para indicar la poesía de Ezra
Pound estaba a caballo entre las dos concepciones anteriores. Si bien subrayaba la
ruptura con las tendencias del modernismo, se carecía de un armazón teórico que
permitiese distinguir la producción de las vanguardias —en sí compleja y
multiforme— de la de sus críticos de una manera decisiva. Sólo a fines de la década
de 1950, a partir de los trabajos de los críticos literarios Harry Levin, Irving Howe,
Ihab Hassan, Leslie Fiedler y Frank Kermode, el término comenzó a utilizarse de una
manera sistemática para designar la ruptura de los escritores de posguerra con los
rasgos emancipatorios y vanguardistas del modernismo, concebido éste último como
la exploración programática de la innovación, la experimentalidad, la autonomía
crítica y la separación de lo cotidiano. La concepción no estaba exenta de
dificultades, y algunos autores a los que Levin y Howe —ambos intelectuales
«comprometidos» y de izquierdas— criticaron, como Samuel Beckett, fueron
simultáneamente percibidos por otros teóricos de la cultura —entre ellos Theodor
Adorno, un modernista destacado en derecho propio— como la forma más refinada
de modernismo. Sin embargo, lo central de esta noción —el posmodernismo como
renuncia a la teleología emancipatoria de las vanguardias— sigue siendo considerado
el rasgo más distintivo del posmodernismo.
Características de la Post-Modernidad