You are on page 1of 1

La imposibilidad de un trabajo, el caso de Hermes. Escrito por Max Leyton.

- ¡Que bien! -, pensó Hermes. Después de la entrevista de trabajo. -Ya pase el filtro inicial-.
Desde un Terminal Municipal había enviado sus datos para postular a ese trabajo. De algo servia la
Internet. Sin pitutos, ni nada, fue seleccionado entre 75 postulantes. Llego y salio bien de la entrevista
sicológica y técnica.
- Seguro que estoy en la terna. Conteste perfecto, tuve coherencia, además mi experiencia laboral
anterior sirve para este trabajo; tengo las capacidades y el conocimiento-. Se dijo, dándose ánimo.
Hermes, estaba con un vendaval de pensamientos en su cabeza que lo mantenían desesperado;
llevaba 10 meses desempleado, con una gran responsabilidad, su familia, sus hijos, su esposa.
Cuando entro a su casa, su esposa lo miro con desprecio y le dijo:
- ¿Cómo te fue?. Recuerda que tuve que pedir prestado dinero para que fueses a esa entrevista,
también para comprar comida en el almacén de la esquina -.
- Yo, si tuviese tus estudios estaría en la cumbre. ¡No entiendo que pasa contigo!. Eres un profesional,
que ha tenido acceso a buenos trabajos, pero siempre te echan, pasas más tiempo desempleado.
- No me cabe en la cabeza!. Tienes tantos títulos y vivimos como si fueses un obrero. Cualquiera tiene
un auto para pasear a sus hijos, nosotros vivimos encerrados los 12 meses del año. Mira nuestros hijos,
se sienten pobres y menoscabados frente a todo el mundo, sus primos, sus amigos - Llevo 25 años
contigo. Nadie tiene mi aguante. He soportado todo, tus depresiones, tus caídas. Era una niña cuando
me case contigo, no se como pude haberme equivocado tanto contigo -.
- He conversado con mi madre, y mi familia no quiere ni verte. Si no encuentras un empleo en lo que
sea, tomare mis hijos, y me iré a la casa de mi madre, y tu veras lo que haces. O mejor aun, tu debes
irte, es lo que corresponde, esta casa es lo mínimo que merecen mis hijos, si es que no nos echan
porque no puedes pagar nada. Esta es tu última oportunidad. Hermes, Si no encuentras un trabajo esta
semana, lo poco que queda ya se termina. ¡Es tu culpa, eres un fracasado¡-. .

Hermes se sintió muerto en vida y solo atino a contestar:


- Tú sabes que soy una persona que hace muy bien su trabajo, por eso los jefes terminan viéndome
como una amenaza. Además, ahora mis datos comerciales están sucios, estoy en Dicom, y por eso me
ha costado mucho mas encontrar un trabajo, y la plata en esta familia siempre es poca. Tú has
trabajado en forma esporádica, mas al cuidado de los hijos y la casa, y hemos vivido con el dinero que
he ganado en mis empleos-.
El clima de esa familia se volvía un volcán de odiosidad, lleno de expectativas no cumplidas, de
frustración. Los hijos, todos adolescentes, miraban con dolor el estado de las cosas, ninguno quería
pasar por algo así cuando fuesen adultos.
Paso un día, una semana y Hermes no recibió respuesta:
- ¿Qué ha pasado?- , Hermes pregunto en la empresa. La secretaria contesto: - Otra persona con el
perfil más adecuado a nuestros requerimientos ha quedado seleccionado Señor-.
Hermes estaba desesperado. -Me filtraron nuevamente; consultaron mi Dicom y he quedado afuera-,
se dijo. Sintió impotencia pues creía que tenía el Derecho a tener acceso a un trabajo.
Hermes, se sentía culpable de sus faltas y tuvo miedo. Subió al piso 20 de ese edificio, y quiso lanzarse
desde esa altura para terminar con su desgracia de una vez, pero llego a su mente un minuto la razón
de su vida, un instante del amor por sus hijos.
Ese mezcla de dolores lo llevo hasta una Iglesia, y arrodillado frente al Cristo, clamo: - ¡Dios!, ¿porque
me haces esto? Luego, le pidió al Cristo por un trabajo, por sabiduría para encontrar la forma de llevar
el sustento familiar.
Sintió cuanto amaba a sus hijos, mucho mas que ellos a el, creía. Pero esa simple razón bastaba para
no perder la esperanza.

Se dio fuerzas y se dijo así mismo: - ¡Mañana!. ¡Mañana tendré una nueva oportunidad!. Buscare otra
opción, aun tengo porque vivir, debo ser fuerte y luchar con pasión y talento. No me dejare morir, y esta
vez, lo haré diferente -.

You might also like