You are on page 1of 6

Tribunal: Cámara Nacional de Casación Penal, sala

I(CNCasacionPenal)(SalaI)
Fecha: 22/02/2005
Partes: S., C. A. s/rec. de casación

Texto Completo: Buenos Aires, febrero 22 de 2005.


Resulta: 1. Que el Tribunal Oral de Menores N° 1, por mayoría, condenó a
C. A. S. a la pena de tres años de prisión y costas, por considerarlo coautor
penalmente responsable del delito de robo simple y robo en poblado y en
banda, reiterado en tres oportunidades, los que concurren materialmente entre
sí (arts. 29, inc. 3°, 45, 55, 164 y 167, inc. 2°, del Código Penal, y 530, 531 y
533 del C.P.P.N).
Contra dicha decisión interpuso recurso de casación la defensa estatal;
concedido, fue mantenido en la instancia (fs. 3547/3556, 3569/3575;
3576/3576 vta. y 3582).
2. Que la recurrente centró sus agravios en ambos incisos del art. 456 del
C.P.P.N.
En cuanto a la inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva (inc.
1°), manifestó que la decisión puesta en crisis no observó lo dispuesto por el
art. 4° de la ley 22.278 (absolución del menor imputado o reducción de la
sanción a imponérsele) yerro al considerar como elemento negativo de la
individualización de la pena el proceso seguido a su ahijado procesal (causa
No 1199/1071/03 del Tribunal en lo Criminal No 2 del Departamento Judicial de
La Matanza, Provincia de Buenos Aires, instruida por el delito de homicidio en
ocasión de robo, en la cual el nombrado se encuentra procesado con prisión
preventiva), ya que esa consideración transgrede el principio de inocencia (art.
18 C.N.). Sobre el punto, añadió que "... decir que, como el imputado registra
una causa en trámite -aunque en ella goce del principio de inocencia- se puede
concluir en que se expuso a situaciones de riesgo, lo que lleva a denegarle el
beneficio absolutorio de la ley minoril; conspira no sólo contra el principio
constitucional en ciernes, sino contra el derecho de defensa en juicio, el debido
proceso adjetivo y el Estado Democrático de Derecho. En fin, aunque resulte
una obviedad, he de decir que la presunción de inocencia únicamente se
destruye mediante una sentencia condenatoria pasada en autoridad de cosa
juzgada. Por el contrario, ni un procesamiento -con o sin prisión preventiva-; ni
una sentencia de reproche confirmada por el tribunal de casación, constituyen
actos procesales idóneos para dar por extinguida la aludida garantía ...".
En cuanto a la inobservancia de normas procesales sancionadas bajo pena
de inadmisibilidad, caducidad o nulidad (art. 456, inc. 2°, del C.P.P.N.), la
impugnante señaló que la decisión condenatoria carece de debida activación
(art. 123 y 404, inc. 2°, del C.P.P.N.) toda vez que "... ambos motivos de
casación se sustentan en las mismas razones toda vez que la errónea
aplicación o la no aplicación del beneficio absolutorio -previsto por el art. 4° de
la ley 22.278- al caso de S. también obedeció a una ilegalidad que surge
indiscutible desde que dicha causa no ha sido objeto de juzgamiento,
encontrándose aún en trámite ...".
En definitiva, y por lo expuesto, propuso la absolución de su defendido
según lo prevé el art. 4° de la ley minoril.
3. Que, superadas las etapas previstas por los arts. 465, 466 y 468 del
C.P.P.N. sin aportes de los interesados, tras deliberar (art. 469 del mismo
ordenamiento), se plantearon y votaron por unanimidad las cuestiones
1ª ¿Medió errónea aplicación de la ley sustantiva o inobservancia de normas
procesales sancionadas bajo pena de inadmisibilidad, caducidad o nulidad? 2ª
¿Qué decisión corresponde dictar?
1ª cuestión:
a) Los jueces del tribunal de mérito que conformaron la mayoría
fundamentaron el monto de la condena impuesta en los siguientes términos: "...
de la lectura del expediente tutelar, correspondiente a S., surge que el mismo
no se ha hecho merecedor de la absolución prevista en la ley minoril en orden
a los delitos por los cuales fuera oportunamente declarado responsable. En
efecto registra, además de la presente, la causa Nro. 1199/1071/03 del Tribunal
en lo Criminal Nro. 2 del Dpto. Judicial de La Matanza, iniciada el 24 de junio
de 2002, en orden al delito de homicidio en ocasión de robo -como mayor-, en
la cual el nombrado se encuentra procesado con prisión preventiva,
continuando dichos actuados en trámite (ver fojas 3534/3545). Por otro lado,
del estudio de su legajo tuitivo se desprende que el mismo no ha cumplido con
las pautas que se le impusieran en su tratamiento tutelar y que han fracasado
los intentos para lograr su recuperación, pese a las oportunidades que al efecto
se le brindaran, incurriendo además en un nuevo proceso como mayor el cual
si bien actualmente se encuentra en pleno trámite y por mandato constitucional
aún goza de la presunción de inocencia; lo cierto es que dicha inconducta
revela, una vez más., la proclividad del incuso a colocarse en situaciones de
riesgo, desoyendo las directivas enunciadas por el Tribunal tendientes a
encausarlo por la senda correcta. Más allá del resultado final de la referida
causa, al tiempo de evaluar el Tribunal la situación de S., desde el punto de
vista de su tratamiento tutelar no puede ignorar la existencia de la misma, en la
cuál se le imputa un grave delito -ver constancias de fs. 3534/45- y por la que
se halla detenido con prisión preventiva desde hace más de dos años
habiéndose pedido la elevación a juicio. Sin perjuicio de lo antes expuesto,
cabe destacar que si bien el régimen tutelar estuvo dirigido a que internalizara
la existencia de límites procurando así la contención normativa, ello nunca fue
logrado dado que no contó con el apoyo de sus progenitores. Fue sin dudas
por ello que comenzó a frecuentar pares marginales y a iniciarse en el camino
oscuro de las drogas ..."; "... En referencia al período en que estuvo internado,
es dable destacar que se mostró reflexivo y predispuesto al diálogo,
evaluándose su conducta como muy buena, demostrando intenciones de
cambio y progreso ..."; "... Fue así que el 30 de noviembre de 2001 obtuvo su
egreso con el compromiso de desarrollar una actividad laboral o educativa,
iniciar tratamiento psicológico y residir en el domicilio de su progenitora, lo cual
fue cumplido en su totalidad ..."; "... pero finalmente se involucró en un nuevo
suceso penal en la Provincia de Buenos Aires por el cual se encuentra privado
de su libertad en la Unidad Nro. 24 de Florencio Várela ..."; "... Queda claro,
entonces, que S. no se ha hecho acreedor al beneficio absolutorio contemplado
en la Ley 22.278, con lo cual resulta inevitable sancionarlo; sin embargo, dicha
sanción será reducida conforme lo autoriza el art. 4° de la Ley 22.278, ello
sobre la base de los argumentos vertidos con antelación, especialmente la
buena evolución experimentada intramuros y la evidenciada con anterioridad al
hecho por el cual se encuentra procesado con prisión preventiva, la que
amerita la concesión del beneficio de la reducción punitiva..."; "...Para graduar
las sanciones que proponemos a C. A. S., tenemos en cuenta -además de lo
expresado en los párrafos anteriores- la naturaleza, modalidades y
características de las acciones incriminadas; su edad, escaso grado de
instrucción y condición socioeconómica; que ha carecido desde temprana edad
de una adecuada contención social y familiar, lo que favoreció su ingreso al
mundo marginal dedicándose al consumo de drogas; los informes de los
institutos y unidad carcelaria; la impresión personal recibida en las ocasiones
en que fuera entrevistado y las demás pautas que para la mensuración de las
penas prescriben los artículos 40 y 41 del Código Penal. Es por ello que
estimamos justo aplicarle la pena de tres años de prisión y costas en orden a
los delitos por los cuales fuera oportunamente responsabilizado, que se le dará
por compurgada con el tiempo de detención sufrido..." (de los votos de los
doctores Arias y Albano, respectivamente).
De lo supra transcripto se colige que al sub examine resulta aplicable lo
resuelto por la Sala "in re" "M., M. A. s/rec. de casación", causa No 5873, reg.
No 7371, rta. el 2 de febrero del corriente. En efecto, en dicho precedente se
apuntó que: "... Está claro que el beneficio absolutorio contemplado en el art. 4°
de la ley 22.278 alcanza a todo aquel menor que luego de delinquir realiza el
esfuerzo suficiente para superar el trance, evitando especialmente involucrarse
en nuevas conductas delictivas, que es precisamente lo que el enjuiciado no ha
hecho ...".
Ello establecido, el Tribunal ha de adentrarse a la demostración de que la
decisión de la mayoría no es irrazonable. Así, habrá de señalarse que de la
transcripción de los votos antes reseñados se infiere que los magistrados que
conformaron aquella mayoría evaluaron -contrariamente a lo que sostiene la
defensa oficial- al no conceder beneficio absolutorio instituido por la ley minoril,
que el menor no ha realizado ningún esfuerzo por mejorar su situación, cuando
a su negativa respuesta al tratamiento tutelar instrumentado se suma la grave
situación de riesgo a la que se expuso, involucrándose en una nueva causa
penal, en la que se ha dictado prisión preventiva, extremo que no puede dejar
de tenerse en cuenta al tiempo de juzgar su comportamiento global, más allá
del resultado final que dicho proceso pueda tener.
Siendo ello así, el agravio introducido por la defensa oficial deviene
infundado.
No obstante ello, esta Sala habrá de señalar -como lo hizo en el precedente
de cita- que el elemento que resulta decisivo para sostener el acto jurisdiccional
que se impugna es el hecho de que el tratamiento tutelar a que fue sometido S.
no tuvo los resultados que la ley de menores exige para que una persona
menor de edad se haga acreedora de algunos de los beneficios que se
pretenden. En efecto, ello resulta así porque después de dicho tratamiento y ya
como mayor, cometió otro delito de entidad superior al que había perpetrado
como menor, circunstancia que demuestra a las claras que la conducta que el
enjuiciado desarrolló con posterioridad al tratamiento tuitivo a que fue sometido
hubo empeorado. Corolario de cuanto precede es que -como se apuntó supra-
la decisión de los vocales del tribunal a quo que conformaron mayoría se
ajusta, en este punto, a derecho.
b) Habrá de correr la misma suerte que el agravio anterior la crítica
ensayada por la defensa en el sentido de que a los efectos de graduar la
sanción a imponer se tomó como agravante el proceso que S. tiene pendiente
en el Tribunal en lo Criminal N° 2 del Departamento Judicial de La Matanzas
Provincia de Buenos Aires. Y ello así, porque de lo transcripto en el apartado a)
de esta cuestión se infiere que los jueces que conformaron la mayoría no
consideraron ese proceso con miras a aumentar el monto punitivo a imponer,
sino tan solo como un dato más de la realidad objetiva que debieron considerar
a los efectos de demostrar que S. no era merecedor del otorgamiento del
máximo beneficio que prevé el art. 4° de la ley minoril.
En consecuencia, cabe dar a esta primera cuestión respuesta negativa.
2ª cuestión:
En atención a la forma en que fue decidida la anterior, y de conformidad con
los artículos 470, 471 -a contrario sensu-, 530 y 531 del C.P.P.N.,
corresponderá rechazar, con costas, el recurso de casación interpuesto.
Por ello, y a mérito del acuerdo que antecede, el Tribunal resuelve:
Rechazar, con costas, el recurso de casación interpuesto (arts. 470, 741 -a
contrario sensu-, 530 y 531 del C.P.P.N.).
Regístrese, notifíquese en la audiencia a designar y devuélvase al Tribunal
Oral de Menores N° 1. - Alfredo H. Bisordi. - Juan C. Rodríguez Basavilbaso. -
Liliana E. Catucci.

(*) Partes Relevantes del fallo marcadas en color amarillo

You might also like