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HORA SANTA

ADOREMOS A CRISTO PAN DE VIDA

Canto: Cantemos al amor de los amores


EXPOSICION DEL SANTISIMO

LECTOR: Todos los miembros de la Iglesia - dijo Juan Pablo II deben


estar alerta en procurar que este sacramento de amor sea el centro de la
unidad del pueblo de Dios

TODOS: Para que a través de todas las manifestaciones que su culto


merece, se devuelva a Cristo amor por amor y verdaderamente llegue a ser
la vida de nuestras almas.

ADORACIÓN

LECTOR: Te adoramos Jesús, en esta Hostia Santa pan bajado del cielo,
que has querido quedarte conmigo y por mí en el Santísimo Sacramento del
altar.

TODOS: Te adoramos oh Padre celestial, que enviaste a tu Hijo al mundo,


delicia del paraíso, para que se quedara siempre con nosotros.
LECTOR: Señor Jesús, te adoramos y te bendecimos en todas las Iglesias
del mundo; te adoramos y te alabamos en cada Hostia escondida en todos
los Sagrarios del mundo.
TODOS: Queremos adorarte y bendecirte por aquellos que te persiguen en
la Eucaristía y por aquellos que te reciben sacrílegamente. Queremos
adorarte y bendecirte por aquellos que te reciben fríamente o por rutina y
por aquellos que salen a la calle y se portan como si no te hubieran
recibido.

LECTOR: Oh María, dulce Madre de la Eucaristía, el reino de tu Hijo


Jesús, resplandecerá en su triunfo eucarístico, y no vendrá más que por ti,
oh María. Por ti la Eucaristía volverá a ser el corazón de toda la vida de la
Iglesia: una vida de adoración, de acción de gracias, de alabanza y de
propiciación.

TODOS: Dulce Madre de la Eucaristía, colma el gran vacío en torno a


Jesús, presente en la Eucaristía, forma una gran barrera de fe y de amor en
torno a su divina presencia; coloca a tus hijos predilectos, como trinchera
de amor en torno a todos los Sagrarios de la tierra.

ALABANZA Y ACCIÓN DE GRACIAS


Oración de Santo Tomas de Aquino
LECTOR: ¡Oh banquete precioso y admirable, banquete saludable y lleno
de toda suavidad! ¿Qué puede haber de más precioso que este
banquete en el cual no se ofrece, para comer la carne de
becerros, como se hacía antiguamente bajo la ley, sino al
mismo Cristo, verdadero Dios?
TODOS: No hay ningún sacramento más saludable que éste, pues por él
se borran los pecados, se aumentan las virtudes y se nutre el
alma con la abundancia de todos los dones espirituales.
LECTOR: Se ofrece, en la Iglesia, por los vivos y los difuntos, para que a
todos aproveche, ya que ha sido establecido para la salvación
de todos.
TODOS: Nadie es capaz de expresar la suavidad de este sacramento, en
el cual gustamos la suavidad espiritual en su misma fuente y
celebramos la memoria del inmenso y sublime amor que tú, oh
Cristo, mostraste en tu pasión.

LECTOR: Por eso, para que la inmensidad de tu amor se imprimiese más


profundamente en el corazón de tus fieles, en la última Cena,
cuando después de celebrar la Pascua con tus discípulos ibas a
pasar de este mundo al Padre

TODOS: Instituiste este sacramento como el memorial perenne de tu


pasión, como el cumplimiento de las antiguas figuras y la más
maravillosa de tus obras; y lo diste a los tuyos como singular
consuelo en las tristezas de tu ausencia.

ORACION DE ENTREGA A DIOS


(Charles d Foucauld)

LECTOR: Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo


que sea, te doy las gracias.

TODOS: Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal que tu voluntad se
cumpla en mí,
y en todas tus criaturas.

LECTOR: No deseo nada más, Padre. Te confío mi alma, te la doy con todo
el amor de que soy capaz, porque te amo.

TODOS: Y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con una
infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre.

Momento de silencio

ACCIÓN DE GRACIAS Y PETICIÓN DEL PUEBLO CRISTIANO


De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios

LECTOR: En la oración y en las súplicas, pediremos al Artífice de todas


las cosas que guarde, en todo el mundo a sus elegidos, por
medio de su Hijo amado, Jesucristo; en él nos llamó de las
tinieblas a la luz, de la ignorancia al conocimiento de su gloria.

TODOS: Nos llamaste para que nosotros esperáramos siempre, Señor,


en tu nombre, pues él es el principio de toda criatura. Tú
abriste los ojos de nuestro corazón, para que te conocieran a ti,
el Altísimo en lo más alto de los cielos, el Santo que habita
entre los santos.

LECTOR: A ti, que abates la altivez de los soberbios, que deshaces los
planes de las naciones, que levantas a los humildes y alejas a
los orgullosos; a ti, que enriqueces y empobreces; a ti, que das
la muerte y devuelves la vida.

TODOS: Tú eres el único bienhechor y Dios de toda carne, que penetras


con tu mirada los abismos y escrutas las obras de los hombres;
tú eres ayuda para los que están en peligro, salvador de los
desesperados, criador y guardián de todo espíritu.

LECTOR: Tú multiplicas los pueblos sobre la tierra y, de entre ellos,


escoges a los que te aman, por Jesucristo, tu siervo amado, por
quien nos enseñas, nos santificas y nos salvas.

TODOS: Te rogamos, Señor, que seas nuestra ayuda y nuestra


protección: salva a los oprimidos, compadécete de los
humildes, levanta a los caídos, muestra tu bondad a los
necesitados, da la salud a los enfermos, concede la conversión
a los que han abandonado a tu pueblo, da alimento a los
hambrientos, libera a los prisioneros, endereza a los que se
doblan, afianza a los que desfallecen.

LECTOR: Que todos los pueblos te reconozcan a ti, único Dios, y a


Jesucristo, tu Hijo, y vean en nosotros tu pueblo y las ovejas
de tu rebaño.

TODOS: Por tus obras has manifestado el orden eterno del mundo,
Señor, creador del universo.

LECTOR: Tú permaneces inmutable a través de todas las generaciones:


justo en tus juicios, admirable en tu fuerza y magnificencia,
sabio en la creación, providente en sustentar lo creado, bueno
en tus dones visibles y fiel con los que confían en ti, el único
misericordioso y compasivo.

TODOS: Perdona nuestros pecados, nuestros errores, nuestras


debilidades, nuestras negligencias. No tengas en cuenta los
pecados de tus siervos y de tus siervas, antes purifícanos con el
baño de tu verdad.

LECTOR: Endereza nuestros pasos por los caminos de la santidad de


corazón, a fin de que obremos siempre lo que es bueno y
agradable ante tus ojos y ante los ojos de los que nos
gobiernan.

TODOS: Sí, oh Señor, haz brillar tu rostro sobre nosotros, concédenos


todo bien en la paz, protégenos con tu mano poderosa,
líbranos, con tu brazo excelso, de todo mal y de cuantos nos
aborrecen sin motivo.

LECTOR: Danos, Señor, la paz y la concordia, a nosotros y a cuantos


habitan en la tierra, como la diste en otro tiempo a nuestros
padres, cuando te invocaban piadosamente con confianza y
rectitud de corazón.

Oración

Padre de bondad, que, con amor y sabiduría, quisiste someter la tierra al dominio
del hombre, para que de ella sacara su sustento; en ella contemplara tu grandeza
y tu providencia, te damos gracias por los dones que de ti hemos recibido y te
pedimos nos concedas emplearlos en alabanza tuya y en bien de nuestros
hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo…
Este cuerpo que nació de la Virgen María, fruto de su vientre generoso
R. Adoramos tu cuerpo, inmolado por nosotros en la cruz.

Este cuerpo bautizado en el Jordán y que lavó todas nuestras culpas /R.
Este cuerpo que la hemorroisa tocó y fue liberada de su enfermedad /R.
Este cuerpo que descansó en el pozo de Jacob y que dio el agua de la fe a la
Samaritana /R.
Este cuerpo cuyos brazos estrechaban a los niños a su Corazón divino /R.
Este cuerpo cuyos pies lavó la pecadora y fue liberada de sus muchos pecados/R.
Este cuerpo que se arrodilló ante sus apóstoles y les lavó los pies /R.
Este cuerpo que sudó sangre por nosotros en el huerto de los olivos /R.
Este cuerpo que fue entregado a Pilato y por nosotros fue crucificado /R.
Este cuerpo que al tercer día resucitó glorioso /R.
Este cuerpo que Tomás tocó y reconoció gritando: ¡Señor mío y Dios mío! /R.
Este cuerpo sacratísimo que es el fundamento de nuestra salvación. /R.

Canto de meditación
DIOS ESTA AQUÍ SI ESTA AQUÍ, TAN CIERTO COMO EL AIRE QUE RESPIRO,
TAN CIERTO COMO EN LA MAÑANA SE LEVANTA EL SOL
TAN CIERTO COMO YO TE HABLO Y ME PUEDES OIR

JESUS ESTA AQUÍ… SU ESPÍRITU ESTA AQUÍ… MARIA ESTA AQUÍ…

REPARACIÓN

LECTOR: Oh Prisionero de amor, te amo, me arrepiento de mis pecados


y te adoro en todas las Iglesias del mundo, especialmente en
aquellas donde estás más abandonado, solo y despreciado.
TODOS: Haz que mi corazón sea una lámpara ardiente, que brille
siempre delante de tu presencia en cada día, a cada hora, a
cada instante y por toda la eternidad.

LECTOR: Oh Prisionero de amor, aquí estás, cansado y oprimido por


tantos sacrilegios, que se cometen al celebrar el divino
sacrificio, especialmente cuando estás obligado a entrar en
tantos corazones sacrílegos.

TODOS: Oh Jesús, quiero hacerte tantos actos de reparación como


misas profanadas, por cuantos pasos y obras hiciste durante tu
vida mortal. Oh Prisionero de amor

LECTOR: Tú estás abandonado y solo y yo quiero hacerte compañía y


estar pronto para darte reparación de cualquier ofensa,
cualquier ultraje que te hayan hecho.
TODOS: Al acompañarte como lo estoy haciendo, quiero también
amarte por quien no te ama, alabarte por quien te desprecia
LECTOR: Bendecirte por quien te blasfema, pedirte perdón por quien te
ofende, arrodillarme ante tu presencia por quien no se arrodilla
y pasa indiferente.
TODOS: Eterno Padre, te doy gracias por todos los privilegios que has
concedido a María Santísima, por haberla hecho tu hija
predilecta.
LECTOR: Eterno Hijo, te doy gracias por el abismo de favores con que
colmaste a María Santísima, por haberla hecho tu Madre
Inmaculada.
TODOS: Santísima Trinidad, ten piedad de mí. Ángel de la guarda
custódiame, San José asísteme, San Miguel Arcángel
defiéndeme. Arcángel san Rafael acompáñame.

SÚPLICA
LECTOR: En la noche en la que fue entregado, nuestro Salvador,
celebró la última cena y confió a la Iglesia el memorial de su
muerte y resurrección, para que lo celebrara eternamente
hasta su venida. En la luz de este gran misterio, dirijamos a
Cristo:
Señor, que has entregado tu sacerdocio a la Iglesia, para que se sienta
siempre unida a ti en el sacrificio de la alabanza /R. Santifica al pueblo
que redimiste con tu sangre.
Señor, que te ofreces al pueblo redimido, pan de vida bajado del cielo,
suscita en los fieles una santa hambre de ti /R. Santifica al pueblo que
redimiste con tu sangre.
Señor, que nos has dado un mandamiento nuevo, haz que experimentemos
la fuerza renovadora de tu amor /R. Santifica al pueblo que redimiste con
tu sangre.
Señor, que has comido la Pascua con tus discípulos, como cumplimiento de
tu reino, admítenos en el banquete eterno junto con nuestros hermanos
difuntos /R. Santifica al pueblo que redimiste con tu sangre.
Señor, que quisiste que tu Madre estuviera a tu lado junto a la cruz,
participando en tus dolores; por su intercesión concédenos compartir con
alegría tus padecimientos /R. Santifica al pueblo que redimiste con tu
sangre.

ORACION
TODOS: Oh Dios, que has hecho de la Virgen María, la esposa de tu
Espíritu Santo y la colaboradora generosa del Redentor,
concédenos también a nosotros adherimos a Cristo, tu Palabra
viviente, para cooperar en la salvación del mundo. Te lo
pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

ORACION POR LA PAZ


Juan Pablo II

LECTOR: Oh, Dios, Creador del universo, que extiendes tu preocupación


paternal sobre cada criatura y que guías los eventos de la historia
a la meta de la salvación;

TODOS: Reconocemos tu amor paternal que a pesar de la resistencia de la


humanidad
y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia, Tú nos haces
preparar para la reconciliación.

LECTOR: Renueva en nosotros las maravillas de tu misericordia;

TODOS: Envía tu Espíritu sobre nosotros, para que él pueda obrar en la


intimidad de nuestros corazones

LECTOR: Para que los enemigos puedan empezar a dialogar; para que los
adversarios puedan estrecharse las manos

TODOS: Y para que las personas puedan encontrar entre sí la armonía.


Para que todos puedan comprometerse en la búsqueda sincera
por la verdadera paz

LECTOR: Para que se eliminen todas las disputas, para que la caridad
supere el odio,
para que el perdón venza el deseo de venganza.

DESPEDIDA DE JESUS SACRAMENTADO

LECTOR: Quédate con nosotros, Señor, esta noche. Quédate para adorar,
alabar y dar gracias al Padre por nosotros mientras dormimos.

TODOS: Que baje del cielo tu misericordia sobre el mundo, alivia desde
los sagrarios de la tierra la prolongada noche de sufrimiento y
pena de las benditas almas del Purgatorio.
LECTOR: Quédate con nosotros, Señor, para alejar la justa ira de Dios de
nuestras ciudades que atraen la justicia del cielo con sus densas
nubes de vicios y crímenes.
TODOS: Quédate con nosotros para guardar a los inocentes, para
sostener a los tentados, para levantar a los caídos, para
subyugar el poder del demonio, para impedir el pecado.

LECTOR: Quédate con nosotros, Señor, para consolar a los que sufren,
para bendecir a los que yacen en lecho del dolor
TODOS: Para dar contrición a los que mueren, para recibir en los brazos
de tu misericordia a las miles de almas que se presentarán ante
ti esta noche para ser juzgadas.

LECTOR: ¡Oh buen Pastor!, quédate con tus ovejas, defiéndelas de los
peligros que las rodean y las amenazan. Pero sobre todo,
quédate con los que sufren y con los agonizantes.

TODOS: Danos una noche tranquila y una muerte serena. Oh Dios, sé


nuestro Padre misericordioso hasta los Últimos instantes de
nuestra vida, para que sin temor podamos presentarnos delante
de ti, para ser juzgados. Así sea.

Bendición con el Santísimo.

Canto Final

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