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Cristo está contigo para que reconozcas tu errores y los enmiendes, además,
para resuelvas y perdones. Él es parte del ministerio de la restauración, no de
la condenación. Perdónate y perdona para superar las dificultades y ser feliz.
En Proverbios 18:21 vemos que la lengua y los labios, es decir las palabras
tienen gran poder. Dios es un dios de pactos y nos ha dado el poder de
establecerlos. Un pacto liga y enlaza. Estamos ligados a Él por el pacto de
sangre que inició con Abraham. El matrimonio es un pacto que se sella con la
intimidad de la relación sexual.
El libro de Corintios dice que cuando te acuestas con una ramera estableces
una conexión porque los dos se vuelven una sola carne. Cada vez que tienes
relaciones sexuales con alguien, estableces una ligadura del alma y al hacer un
pacto matrimonial, debes deshacer cualquier otro pacto que hayas hecho en el
pasado. Eres una nueva criatura en Cristo y tienes autoridad para cambiar las
cosas y estableces un nuevo reino con otras reglas y principios.
Hay pactos sexuales que deben ser quebrantados para poder recibir bendición.
A veces sentimos que las cosas van bien pero hay algo que no funciona y
pueden ser esas relaciones anteriores de las que aún no te has liberado las que
estorban. Debes liberarte de esas ligaduras, pronuncia con tu boca que rompes
toda cadena anterior. Toma autoridad y dominio sobre tu alma en el nombre
de Jesús.
Cuando le dijiste a otra mujer que era el amor de tu vida, al decirle a otro
hombre que no amarías a nadie más, al aceptar un anillo de compromiso,
todas son situaciones que atan y debes liberarte de ellas. Proclama con tu boca
que borras toda atadura anterior y pides perdón por cualquier dolor que hayas
causado en el pasado. Ahora eres libre en el nombre de Jesús para que tu
matrimonio prospere y reciba bendición.
Dios dará respuestas aceleradas y unción a tu vida conyugal porque desea
prosperarte y verte realizado en tu matrimonio. Él quiere parejas fuertes y
libres para amarse. Varón, toma el lugar que te corresponde en el hogar, ama
a tu esposa que te respetará porque ambos tienen espíritu de vencedores.