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Entre las disoluciones de gases que presentan interés farmacéutico, se encuentran la del
Ácido clorhídrico, el agua amoniacal y las preparaciones efervescentes que contienen
anhídrido carbónico disuelto, el cual se mantiene en la disolución bajo presión.
La solubilidad de un gas en un líquido viene dada por la concentración del gas disuelto,
cuando este se encuentra en equilibrio con el gas puro situado sobre la disolución. Esta
solubilidad depende, principalmente, de la presión, la temperatura, la presencia de sales y
de las reacciones químicas que algunas veces se producen entre el gas y el disolvente.
Influencia de la presión. La presencia del gas sobre la disolución debe ser tenida en
cuenta en las disoluciones gaseosas, puesto que, al variar aquella, varia la solubilidad del
gas disuelto que está en equilibrio con el gas sin disolver. La influencia de la presión
sobre la solubilidad de un gas se expresa mediante la ley de Henry, la cual establece que
en una disolución muy diluida, a temperatura constante, la concentración del gas disuelto
es proporcional a la presión parcial del gas que se encuentra sobre la disolución, una vez
alcanzado el equilibrio. La presión parcial del gas se obtiene restando la presion de vapor
del disolvente de la presión total que existe sobre la disolucion. Si C 2 es la concentracion
del gas disuelto, en gramos/litro de disolvente, y p la presion parcial, en mm de Hg, del
gas no disuelto, que permanece sobre la disolucion, la ley de Henry puede expresarse asi:
C2=kp [2]
Efecto salino. Con frecuencia, los gases son liberados de las disoluciones en las que
estan disueltos, introduciendo un electrolito, por ejemplo, cloruro sodico, y, algunas veces,
por un no electrolito, como la sacarosa. A este fenómeno se le llama efecto salino, y
puede ponerse de manifiesto añadiendo una pequeña cantidad de una sal a una
[3]
Gas
0°C 25 °C
H2 0,0215 0,0175
N2 0,0235 0,0143
O2 0,0478 0,0283
CO2 1713 0,759
Por tanto, para presiones no muy altas y fijada la temperatura, es la presión parcial del
soluto en la fase gaseosa la que nos fija el grado de absorción de un gas en un líquido. La
relación entre ambas magnitudes nos da las condiciones de equilibrio entre las fases
líquida y gaseosa. Esta relación se obtiene a partir de los datos experimentales,
existiendo tablas de presiones parciales frente a fracciones molares para muchos casos,
pero para la mayoría de las disoluciones diluidas de gases, y para algunos de ellos en un
gran rango de concentraciones, la relación de equilibrio está dada por la ley de Henry.
Esta ley puede escribirse en la forma:
En otros casos en los que no se cumple esta ley, pueden usarse otras ecuaciones
empíricas, en las que aparecen además otros parámetros característicos para cada gas y
para cada proceso
Nomenclatura:
A= Agua
B= Benceno
C= Acetona
Datos de Equilibrio: